Colocamos a continuaci?n la Carta a mi querido Te?filo del Padre Antonio Mar?a del Hogar Santa Rita publicada en la revista Como las Abejas, perteneciente a los meses de Enero-Febrero de 2006, n? 25.
Mi querido amigo Te?filo: Paz y bien.
Hola. Esta vez has escrito pronto y nuestras amistosas relaciones han vuelto al curso normal. T? sabes que yo ando siempre un poco escaso de tiempo, por eso, ?sabes desde donde estoy escribiendo? Pues, aunque t? no lo creas, lo estoy haciendo desde el avi?n, aprovechando este par de horas que me separan de Tenerife a Barcelona. Y f?jate. Precisamente, este viaje que en estos momentos estoy haciendo me viene como anillo al dedo para el tema que a ti tanto te preocupa: el miedo. He o?do ahora mismo por los altavoces del avi?n que vamos viajando a una altura aproximada a los diez mil metros, como para tener miedo. ?Verdad? Si se viniera abajo, ni Dios lo quiera, a d?nde ir?amos a parar todos los que estamos viajando.
Me cuentas en tu carta, que no sabes lo que te est? ocurriendo, que sientes miedo por todo, miedo cuando ves en el telediario los horrores del terrorismo, miedo a quedarte sin trabajo, miedo a estar solo en tu casa, miedo a los ladrones, miedo a toda la gente que te rodea, miedo a enfermarte, miedo a llegar a viejo y sentirte abandonado, miedo a perder a los buenos amigos, miedo a que tu mujer te traicione, miedo a caer en las lenguas de los vecinos, miedo a hundirte, miedo a la oscuridad, miedo hasta subir a la azotea solo de noche, miedo a los truenos, miedo al porvenir. De poco tiempo para ac? estoy nervioso, me siento inseguro, soy un miedoso y me da verg?enza hasta de contarle Padre Antonio todos mis miedos.
Bueno, bueno, mi amigo Te?filo, y despu?s de o?rte mencionar tantos miedos encima tengo que decirte que todav?a te faltan muchos miedos: miedo a morirte y el miedo m?s horrible, que t? ni mencionas, deber?a de ser ?miedo a caer en el pecado, miedo a sentirte abandonado del mejor de los amigos, el mismo Dios, miedo en definitiva a terminar con tus huesos en el infierno?. Primero tengo que decirte, Te?filo, que todos tenemos miedo, unos m?s y otros menos, para que no te sientas un bicho raro. El miedo es un sentimiento humano, real. Claro est? que tambi?n influye la educaci?n y la psicolog?a de cada uno y la confianza y seguridad que tenga uno en s? mismo. Tambi?n influye el talante que uno tenga. No es lo mismo ser pesimista, que ser optimista. No es lo mismo que a uno le est?n yendo las cosas bien, a que lo est? pasando mal.
El miedo nace de la falta de seguridad que tenemos todos. Una vez o? a un capit?n del cuerpo de paracaidistas que llevaba en su haber m?s de mil saltos que, a la hora de lanzarse al vac?o, sent?a un miedo horrible, que cuando los paracaidistas estaban preparados para dar el salto al vac?o, se miraban unos a otros en silencio y que cambiaban hasta de color. Es el miedo siempre a la posibilidad de que falle el paraca?das, el que venga un remolino de viento o que uno pueda tener un paro cardiaco, etc. y sin hablar se iban lanzando uno a uno al vac?o.
?Te has dado cuenta, amigo Te?filo, que todos buscamos seguridades? ?Te has fijado en la variedad tan grande que hay de compa??as aseguradoras? Tenemos tanto miedo que queremos asegurarlo todo.
Por miedo a no tener nada en la vejez, cotizamos a la Seguridad Social para tener una pensi?n.
Por miedo a que falle el sistema de pensiones de la Seguridad Social , los que pueden, se hacen un plan de pensiones, para complementar.
Por miedo a las consecuencias de un accidente hacemos un seguro de vida, aseguramos el coche, ?algunos?, a todo riesgo.
Seguro del coche, seguro contra incendios, seguro antirrobos, ponemos en las puertas cerraduras de seguridad por miedo que nos roben, ponemos candados dobles, cristales antibalas.
Los comercios grandes ponen un ?securitas? por miedo a un atraco.
En los bancos est?n las c?maras de seguridad, la caja fuerte con apertura retardada, los cristales blindados por miedo a los ladrones.
Se han creado los ej?rcitos por miedo a que nos quiten el terreno.
Por miedo a los criminales se ponen chalecos antibalas, guarda espaldas, coches blindados.
T? te has dado cuenta mi buen Te?filo, ?la cantidad de polic?as que hay en las calles por miedo a la inseguridad que producen los delincuentes, los terroristas? La guardia civil, la polic?a nacional, la polic?a local, la polic?a auton?mica, los GEOS, como polic?a especializada, los detectives privados, los esp?as oficiales, la polic?a secreta, y cu?ntos m?s. Por miedo a la corrupci?n, a la malversaci?n de fondos, a las injusticias se ponen los inspectores.
Por miedo a que sigan cometiendo robos, cr?menes, etc., se han inventado las c?rceles, y entre las c?rceles hay c?rceles especiales de alta seguridad, por miedo a que se escapen los presos.
- Padre Antonio, yo no hab?a pensado en tantos miedos. Yo cre?a que era yo s?lo el miedoso, o que estaba enfermo y necesitaba de un Psic?logo.
- No, mi amigo Te?filo, lo que te pasa a ti, nos pasa de alg?n modo a todos.
En general todos tenemos miedo a complicarnos la vida y tenemos miedo a arriesgarnos. Nos agarramos fuertemente a lo que tenemos, ante la inseguridad de lo que todav?a no tenemos. Tenemos miedo a buscar nuevos caminos, desconfiamos de todos, porque tenemos miedo a que nos enga?en.
Padre Antonio, tambi?n pienso en la gente que se casa o pone un negocio. 0 en el l?o en que se ha metido usted con esas residencias de ancianos. D?game la verdad, Padre Antonio, ?Usted no ha tenido miedo de dedicarse a esa actividad? ?Seguro que usted no tiene miedo ni a las deudas, ni al fracaso? ?No le da miedo las cr?ticas o el fracaso?
?Ay! Mi querido amigo Te?filo, ?Qu? bien se nada fuera del agua! Lo m?s f?cil claro est? es tumbarse en una cama, cruzarse los brazos y no tener ninguna responsabilidad; pero creo que ni echado en una cama se est? seguro. All? existe tambi?n el miedo a que se te caiga el techo encima y te pille durmiendo, o que te d? un colapso a?n durmiendo, o que se desencadene un terremoto.
Claro, Te?filo, claro que los que se casan tienen miedo humano a todas las consecuencias. Si empiezan a pensar, de que el matrimonio no va a funcionar, que la mujer se le va a ir con otro, que se va a quedar sin trabajo, que no va a tener hijos, o que a los hijos les va a ocurrir algo malo o se va a quemar la casa, entonces no se casar?a. La ilusi?n, el amor, el deseo de compartir la felicidad, le hace ver a uno las cosas bonitas, y se arriesgan. Si quieres hacer algo en la vida, tienes que correr riesgos.
Hay siempre una parte de inseguridad. No hay nadie que lo tenga todo seguro. Bueno y usted concretamente, Padre Antonio ?tiene miedo?
Claro, Te?filo, claro. No he querido desviar la respuesta m?a personal. Claro que he tenido miedo a no tener con qu? pagar, miedo a las deudas, a las inspecciones, miedo a perder la fama, miedo a fracasar, miedo a que todo se venga abajo, miedo a no ser querido, a ser despreciado. Miedo a que me dejen solo, miedo a equivocarme, miedo a perder amigos, miedo a que se sientan defraudados mis amigos, miedo a las cr?ticas y a sentirme marginado. Aunque yo trate de sonre?r siempre la procesi?n va por dentro. Yo soy un ?man? y no un ?superman? y siento tambi?n miedo humano; pero a pesar de todo tengo una gran confianza en Dios, pongo en El todo mi futuro y acepto el peso de la responsabilidad. Yo tengo miedo de que me falte el dinero para llegar a fin de mes y pagar el sueldo de los trabajadores, que me falte la comida para mis ancianos. S? que no es nada f?cil; pero hay algo dentro de m? que me impulsa a seguir adelante. Yo me f?o de Dios que es quien me meti? en este l?o. Tuvo miedo San Pedro cuando iba caminando sobre el agua y por eso se hundi? y casi se ahoga y lo tuvo tambi?n y muy fuerte cuando neg? al Se?or tres veces y era el jefe y tuvieron miedo los ap?stoles cuando las olas estaban a punto de llenar la barca y eso que iba dentro el Se?or, y tuvo miedo Pilatos a perder el cargo y por eso ?se lav? las manos? y conden? a Jes?s, y todos los ap?stoles despu?s de la muerte del Se?or, ten?an no miedo, sino p?nico y se escondieron y se encerraron trancando bien las puertas por dentro. Y uno hasta dec?a que, tanto Pedro como el resto eran unos cobardes. Y tuvo miedo a?n Judas al desaire, a la p?rdida de todos los amigos y al sentirse m?s solo que la una, desgraciadamente opt? por la locura de ahorcarse, desesperado.
En el boxeo se inculca levantarse antes de que cuenten 10 y muchas veces se levanta uno medio muerto y luego termina ganando el combate. As? como un padre de familia tiene que seguir adelante y buscar nuevos caminos si se cierra alguno. As? tengo que hacer yo, para seguir adelante con estos hogares y a?n las nuevas obras que se acercan.
- ?Y usted, Padre Antonio, ha tenido alguna vez la tentaci?n de tirar la toalla, de dejarlo todo?
- S? Te?filo, has dicho muy bien. Que si he tenido la tentaci?n. Claro que s?. Si no, yo ser?a un extraterrestre; pero yo soy una persona normal, como t?, con los miedos, las dudas, y las inseguridades que tienes t?; pero cuando me viene la tentaci?n, me imagino a un hombre que, huyendo de un le?n, logra escapar subiendo a un ?rbol; pero el le?n se ha quedado abajo esperando y en un descuido se rompe la rama del ?rbol y cae encima del le?n y entonces tiene que seguir a horcajadas del le?n por muy inc?modo que sea, si no quiere que el le?n le devore. Lo m?s f?cil es tirar la toalla y lanzarlo todo por la borda.
Yo ser?a un irresponsable. Pienso ahora mismo en m?s de mil ancianos y m?s de trescientos ochenta trabajadores que, dignamente, se ganan su comida en nuestros Hogares y que de alguna manera dependen de mi gesti?n, aunque est? respaldado por la Fundaci?n y tambi?n por el Gobierno de Canarias; pero hoy por hoy, todav?a creo que puedo ser ?til, aunque no necesario y pienso que estoy realizando una misi?n concreta dispuesta por la Divina Providencia. Esto me anima a seguir adelante, a pesar de las dificultades y los problemas, consciente que todos en la vida hemos de correr riesgos, si no queremos que nos arrastre la corriente.
Y todo esto me ayuda a combatir el miedo y seguir luchando. Seguros s?lo estaremos en el Cielo. ?Recuerdas a la Magdalena ? El amor a Dios y el reconocimiento de sus pecados fueron superiores al miedo que ten?a a las cr?ticas de la gente, al estar fichada entre las gentes indeseables y marginadas. Como ves, mi querido amigo Te?filo, se nos acab? el tiempo y se nos han quedado tantas cosas en el tintero en un tema tan importante, que creo que vale la pena que te escriba otra carta avanzando en el tema del miedo, distingui?ndolo del temor. Tambi?n decir algo sobre qu? hacer en muchos casos concretos. Distinguir tambi?n entre ?temor de Dios? y miedo a Dios.
Hasta siempre, mi buen Te?filo. Dios te bendiga.
Antonio Mar?a Hern?ndez Hern?ndez