DECLARACI?N DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPA?OLA EN APOYO A LA CAMPA?A SOBRE LA DEUDA EXTERNA, PROMOVIDA POR LAS ORGANIZACIONES ECLESIALES MANOS UNIDAS, C?RITAS, CONFER, JUSTICIA Y PAZ, Y REDES
Introducci?n
Con ocasi?n del Jubileo del a?o 2000, el Santo Padre ped?a acciones concretas que mostrasen al mundo la voluntad de reconciliaci?n de todos los cristianos y que sirviesen para que los m?s pobres tuviesen acceso a unas condiciones de vida digna. Con ese motivo, organizaciones de la Iglesia como C?ritas, Manos Unidas, CONFER, Justicia y Paz se unieron para promover, junto con otras organizaciones para el desarrollo, una campa?a a favor de la condonaci?n de la deuda de los pa?ses del Tercer Mundo que llevaba por t?tulo ?Deuda Externa, ?Deuda eterna??.
Cinco a?os despu?s constatamos que, en este mundo globalizado en el que vivimos, la deuda total acumulada por los pa?ses subdesarrollados ha crecido ininterrumpidamente, a pesar del progresivo aumento de los pagos, y sus efectos son cada vez m?s evidentes en la acentuaci?n de las desigualdades y la concentraci?n de las riquezas. Podemos afirmar con dolor que ?la deuda sigue siendo un `pesado lastre' que compromete las econom?as de pueblos enteros, frenando su progreso social y pol?tico?' , y es uno de los factores que repercute de manera m?s negativa en la vida de m?s de mil millones de personas e impide alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio propuestos por la comunidad internacional. En la ra?z de estos males est? ciertamente el pecado".
Este a?o de la Eucarist?a, que acabamos de celebrar, nos impulsa a todos los cristianos a sensibilizamos con los problemas de nuestros hermanos, en la medida en que profundizamos el Misterio de comuni?n y de amor que es la Eucarist?a. Por eso los Obispos reunidos en el reciente S?nodo, juntamente con el Santo Padre Benedicto XVI, manifestaban: "Continuaremos participando activamente en el esfuerzo com?n para crear las condiciones duraderas de un progreso real para toda la familia humana, en el que a nadie falte el pan de cada d?a. (...) Los sufrimientos humanos no pueden ser extra?os a la celebraci?n del misterio eucar?stico, que nos compromete a todos a trabajar por la justicia y la transformaci?n del mundo de manera activa y consciente, a partir de la ense?anza social de la Iglesia, que promueve la centralidad y dignidad de la persona"
En fidelidad a Jesucristo
La Iglesia, fiel al Evangelio y al mandamiento del Se?or, tiene una larga historia en compromisos a favor de los m?s pobres, algo de lo que da testimonio la comunidad cristiana, la vida y las obras de tantos creyentes en Jesucristo que han hecho y siguen haciendo de la misericordia y de la justicia social, el centro de su vida.
Continuando este dinamismo, propio de la caridad cristiana y del compromiso solidario que conlleva, la Iglesia se siente interpelada por ese grave problema que experimentan los pa?ses m?s pobres para lograr el desarrollo integral de sus ciudadanos. No podemos permanecer indiferentes ante el sufrimiento de tantas personas, que incluso ven amenazada su propia vida debido a las situaciones que resultan del mantenimiento y el apremio de pago de esa deuda externa contra?da por los gobernantes de su pa?s.
El Papa Juan Pablo II, de feliz memoria, insisti? en varias ocasiones en la urgencia de condonar total o parcialmente la deuda externa, como un acto de justicia, puesto que son los pobres los que m?s sufren a causa de la indeterminaci?n y el retraso de las medidas que puedan liberarlos de esa carga""I Y propuso la necesidad de crear una nueva cultura de la solidaridadl s?, una de cuyas acciones, ya emprendidas y apoyadas por la Iglesia, es el objetivo del Milenio, consistente en reducir a la mitad el n?mero de personas que vive en la pobreza para el a?o 2015.
Apoyo a la campa?a ? Sin duda. Sin deuda. Nuestro compromiso con los Objetivos del Milenio nos lo exige ?.
En coherencia con este planteamiento y ante la situaci?n de desamparo y de pobreza creciente, en la que se instalan los pa?ses m?s pobres del Tercer Mundo, las organizaciones de la Iglesia Cat?lica que promovieron la anterior campa?a de la condonaci?n de la Deuda han planteado una nueva campa?a con el
fin de sensibilizar a la opini?n p?blica del grave problema y pedir a los Gobiernos un compromiso m?s decidido.
Hoy, d?a 25 de noviembre, se hace p?blica, en nuestro pa?s, la campa?a ?Sin duda. Sin deuda. Nuestro compromiso con los Objetivos del Milenio nos lo exige ?, promovida por Manos Unidas, C?ritas, CONFER, Justicia y Paz y REDES?" t71, con el apoyo de numerosas comunidades cristianas y de otras organizaciones e instituciones. Deseamos hacer p?blico de nuevo el apoyo de la Conferencia Episcopal Espa?ola a esta campa?a.
Consideramos nuestro deber pronunciamos, una vez m?s, solicitando medidas para eliminar la deuda, dado que la condonaci?n de la misma, tanto de forma total como parcial, es una condici?n previa para que los pa?ses m?s pobres puedan luchar eficazmente contra la miseria y la pobreza.
Seguimos creyendo que es urgente convertir la obligaci?n de pago en inversi?n, en programas y proyectos de desarrollo integral: humano, cultural, espiritual, sanitario, agr?cola, educativo y promoci?n de la mujer, entre otros.
Se impone hoy, con m?s urgencia que en el pasado, la necesidad de cultivar la conciencia de valores morales universales, para afrontar los problemas del presente, cuya nota com?n es la dimensi?n planetaria que van asumiendo"". Lo pedimos en nombre de la justicia y de la solidaridad que une a todos los seres humanos y a todos los pueblos creados por un mismo y ?nico Dios, a su imagen y semejanza y con id?ntica dignidad.
Llamamiento a las autoridades y a las comunidades cristianas
Elogiamos y estimulamos los pasos que han comenzado a darse para la condonaci?n total o parcial de la deuda externa entre los pa?ses acreedores. Seguimos insistiendo ? en el llamamiento a las Autoridades de nuestro pa?s y a los responsables de las instituciones financieras. Les pedimos que pongan en pr?ctica medidas, objetivamente generosas, que den como resultado, no aparente ni ficticio, el levantamiento del peso de la deuda externa ? u". Hay que evitar que esta condonaci?n, total o parcial, revierta en la compra de armamento o en beneficio econ?mico de los gobernantes de los pa?ses destinatarios o sea utilizada en obras socialmente innecesarias que persiguen exclusivamente el prestigio y el afianzamiento de estos gobiernos o vayan destinadas a acciones contrarias al orden moral como campa?as contra la natalidad; al mismo tiempo habr? que garantizar y controlar su empleo en servicio de la comunidad, especialmente de sus capas econ?micamente menos favorecidas'". La cooperaci?n ? debe expresar un compromiso concreto y tangible de solidaridad, de tal modo que haga de los pobres protagonistas de su desarrollo ?x1[111
Alentamos a quienes hacen esfuerzos generosos a favor de los m?s pobres: misioneros que consagran sus vidas a caminar codo a codo con ellos compartiendo sus gozos y sus penas; profesionales y empresarios que dedican parte de su tiempo y de sus bienes a trabajar en proyectos de desarrollo; j?venes y personas de buena voluntad que preocupados por la suerte de los hermanos del Tercer Mundo dedican parte de su vida a trabajar en organizaciones que favorecen el verdadero desarrollo. Y pedimos a todos los cat?licos que ? pongamos en pr?ctica la manera de hacer de Jes?s, que dio de comer a las muchedumbres hambrientas con los panes y peces de la bendici?n ?x" que adoptemos comportamientos de vida sobria, nos comprometamos a favor de los hermanos m?s necesitados y que nos unamos a los esfuerzos de la campa?a que acaba de iniciarse. Madrid, 25 de noviembre 2005
Juan Pablo II. Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1998.
Juan Pablo II Enc?clica Sollicitudo re? socialis, 36
Mensaje Final "La Eucarist?a, pan vivo para la paz del mundo", de la XI Asamblea General Ordinaria del S?nodo de los Obispos (22-X-2005), 5 y 17.
Alocuci?n del 23 de septiembre de 1999 a los impulsores de la campa?a Jubileo 2000; c? Llamamiento del Presidente del Consejo Pontificio justicia y paz, Cardenal R. Etchegaray, 18 septiembre 1997
Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2000,17.
Cf Juan Pablo II. Pobreza y globalizaci?n , Mensaje al cardenal Renato Raffaele Martino, Presidente del Pontificio Consejo ? Justicia y Paz ?, 5 de julio de 2004.