Domingo, 21 de mayo de 2006

Se están acercando las Fiestas en honor de Ntra. Sra. de Coromoto, en la Guancha de Abajo, en la ermita del mismo nombre. Recogemos aquí con este motivo la INVITACIÓN A LAS FIESTAS que dirigió en pasado año el párroco.



FELIZ LA QUE HA CREIDO


Estimados feligreses:

Las Fiestas de Ntra. Sra. de Coromoto se enmarcan en este año de 2005 especialmente dedicado a la Eucaristía y a los 150 años de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción. No seríamos justos si, contemplando la imagen de Ntra. Sra. de Coromoto presentando a su Hijo en las rodillas, pasáramos por alto la oportunidad que nos brindan de hacer una reflexión sobre la figura de María como madre y modelo en relación con el misterio eucarístico. Afirma el Papa en la Encíclica Ecclesia de Eucaristía : “Si queremos descubrir en toda su riqueza la relación íntima que une Iglesia y Eucaristía, no podemos olvidar a María, Madre y modelo de la Iglesia ” (n. 53).

María es Madre de la Iglesia por ser Madre de Cristo, por haberle dado la carne y la sangre; esa carne y esa sangre que en la Cruz se ofrecieron en sacrificio y se hacen presentes en la Eucaristía. Este es el aspecto más inmediatamente perceptible de aquella "relación profunda" de la Virgen con el misterio eucarístico.

Pero María también es modelo: " La Iglesia , tomando a María como modelo, ha de imitarla en su relación con este altísimo misterio" ( Ecclesia de Eucharistia n. 53).Debemos imitar, ante todo, su fe y su amor, en la anunciación y en la visitación a Isabel, donde María es realmente sagrario vivo de Cristo; en el Calvario y, más allá, cuando recibió la Comunión eucarística de manos de los Apóstoles. Una fe y un amor que se desbordan en alabanza y en acción de gracias.

Cuando María era ya tabernáculo vivo del Hijo de Dios encarnado, escuchó aquella alabanza "Feliz la que ha creído” (Lc 1, 45). María con su fe ha anticipado también la fe eucarística de la Iglesia. Cuando en la Visitación lleva en su seno el Verbo hecho carne, se convierte de algún modo en "tabernáculo" —el primer "tabernáculo" de la historia— donde el Hijo de Dios, todavía invisible a los ojos de los hombres, se ofrece a la adoración de Isabel, como "irradiando" su luz a través de los ojos y la voz de María" ( Ecclesia de Eucharistia n. 55).

Considerar a María como modelo de fe eucarística nos lleva necesariamente a contemplarla al pie de la Cruz de su Hijo, ya que el sacrificio de la Eucaristía es el memorial sacramental que hace presente el sacrificio del Calvario. En realidad, como escribe Juan Pablo II, "María, con toda su vida junto a Cristo y no solamente en el Calvario, hizo suya la dimensión sacrificial de la Eucaristía. Cuando llevó al niño Jesús al templo de Jerusalén "para presentarle al Señor" (Lc 2, 22), oyó anunciar al anciano Simeón que aquel niño sería "señal de contradicción" y también que una "espada" traspasaría su propia alma (cfr. Lc 2, 34.35). Se preanunciaba así el drama del Hijo crucificado. María vive una especie de "Eucaristía anticipad”. Vive una "comunión espiritual" de deseo y ofrecimiento, que culminará en la unión con el Hijo en la pasión y se manifestará después en su participación en la celebración eucarística, presidida por los Apóstoles, como "memorial" de la pasión" ( Ecclesia de Eucharistia n. 56).

Que Santa María en su advocación de Coromoto, presente como modelo y Madre de la Iglesia en todas las celebraciones eucarísticas, nos enseñe a tratar a Jesús, a reconocerle y a encontrarle en los diversos actos de las fiestas de La Guancha de Abajo, de modo especial, en ese instante supremo del Santo Sacrificio de la Misa.

Sebastián García Martín
Párroco


Publicado por verdenaranja @ 0:12  | Espiritualidad
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