Carta pastoral del arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, monse?or Fernando Sebasti?n Aguilar, acerca del libro y pel?cula --reci?n estrenada-- ?El C?digo da Vinci?.
Puede parecer demasiado duro, pero me parece rigurosamente exacto. Primero fue el libro con sus 40 millones de ejemplares vendidos. Ahora ser? la pel?cula con no sabemos cu?ntos espectadores. Detr?s de todo, un producto literariamente modestito y cient?ficamente nulo, apoyado en un gran montaje propagand?stico. Hablo del C?digo da Vinci. Ya lo ven ustedes.
Sin embargo, queda por explicar el porqu? de este ?xito. Gran parte del ?xito se deber? al lanzamiento, sin duda, que ha sido multimillonario. Pero hay razones m?s hondas. Dan Brown utiliza la fuerza que tiene la persona de Jesucristo en la conciencia de millones de personas, incluso m?s all? de las fronteras de la Iglesia, para aprovecharla en favor de su obra y de su negocio. Construye una novela medio polic?aca, medio de ficci?n, con apariencias de investigaci?n hist?rica.
A lo largo del escrito acusa a la Iglesia de haber manipulado la historia de Jes?s en favor de su propio inter?s. Cuando es ?l quien hace exactamente eso. Si esta obra se hubiera presentado como una obra de literatura ficci?n a prop?sito de Jes?s, podr?amos discutir el buen gusto del autor al hacer chirigota con un personaje que para los cristianos es sagrado, pero no podr?amos denunciar el escrito como falso ni como estafa. Pero el autor presenta su obra como fruto de largos y profundos estudios hist?ricos, atribuyendo a sus afirmaciones un valor cient?fico e hist?rico que no tienen desde ning?n punto de vista. Hay datos hist?ricos innegables, pero con ellos, y otras muchas cosas que son meras f?bulas, compone un conjunto del estilo de los libros de caballer?as.
El conjunto de personajes que presenta y la descripci?n de instituciones que maneja, o son enteramente realidades de ficci?n, o vienen descritas de manera que no responde a la realidad. La tesis central de la novela es decir que el cristianismo es falso porque es creaci?n de unos hombres sin escr?pulos que inventaron sus dogmas fundamentales en el siglo IV para dominar los resortes del imperio. El autor dice contar la verdadera historia de Jes?s como un personaje, sin ning?n signo ni pretensi?n de divinidad, muerto como los dem?s hombres, que vivi?, casado con Mar?a Magdalena, con la cual tuvo varios hijos de los que proceden algunos grupos misteriosos y truculentos que son pura invenci?n suya.
Para apoyar sus tesis utiliza un m?todo muy sencillo. Niega validez a las fuentes hist?ricas del cristianismo, desconociendo todos los estudios sobre historicidad de los evangelios, el an?lisis cr?tico de su texto, la fidelidad en la conservaci?n de los textos originales, etc. Y se la concede a otros escritos mucho m?s tard?os, de comprobada falta de rigor hist?rico, afectados por las doctrinas de grupos disidentes y her?ticos, y completa el producto incorporando otras afirmaciones truculentas que son puras leyendas medievales y a veces inventos del todo imposibles por graves alteraciones hist?ricas y afirmaciones arbitrarias.
Sus afirmaciones sobre la Magdalena, los conflictos de ?sta con Pedro, los hijos de Jes?s, las luchas de la Iglesia contra ellos y la pretensi?n del Opus [Dei] de acabar con los ?ltimos descendientes de Jes?s, son una mezcla de t?picos, aprovechando la morbosidad de los mitos del momento, que no tiene valor hist?rico ninguno. ?C?mo pudo inventar Constantino la divinidad de Jes?s, cuando en los siglos I, II y III hab?an muerto tantos m?rtires por profesar su divinidad y esperar la resurrecci?n? Estamos en el g?nero de Amad?s de Gaula.
Mucha gente nos pregunta qu? podemos pensar los cristianos de todo esto. Yo lo veo de la siguiente manera:
1. Los cristianos no debemos asustarnos de semejante engendro. No dice nada serio que pueda cuestionar ninguna de las bases hist?ricas del cristianismo cient?ficamente establecidas. No hay raz?n para ponerse nerviosos ni para sentir siquiera curiosidad. Considerado en s? mismo, no vale la pena tomarlo en serio. Su fuerza est? en la propaganda, en la morbosidad que despierta, en la debilidad de muchas conciencias. El que quiera enterarse de algo sobre Jes?s es mejor que lea los evangelios.
2. Tampoco debemos dejarnos ganar por el morbo de su atractivo. Quienes quieran leer la obra o ver la pel?cula que lo hagan, sin credulidad, sin dejarse llevar infantilmente por el morbo de la presentaci?n, con una cierta distancia cr?tica. Desde luego quienes vean esta pel?cula o lean esta obra con fruici?n, tendr?n que reconocer que no andan muy claros en su fe, si es que la tienen, ni andan tampoco fuertes en sabidur?a. El europeo que quiera liberarse de sus or?genes cristianos, se ver? aliviado por este g?nero de literatura que busca desprestigiar los fundamentos hist?ricos y la validez religiosa y humana de la tradici?n cristiana. La verdad es que este estilo de obras son poco serias y no logran tocar los cimientos hist?ricos y cient?ficos de nuestra fe. Dejando aparte que la fe religiosa es algo m?s que la certeza que pueden producir los datos hist?ricos y las argumentaciones racionales.
3. Para los que no tengan alguna raz?n especial, como puede ser, su responsabilidad como cr?ticos o educadores, la mejor postura es el desinter?s. No vale la pena. No aporta nada serio ni bien fundamentado. Ni como historia ni como arte.
?No han notado ustedes c?mo desde hace alg?n tiempo, cada tres o cuatro meses, sale alguna obra que ?va a conmover los cimientos de la Iglesia cat?lica?.? Pero aqu? seguimos. La Iglesia est? edificada sobre la piedra firme que es Cristo, de modo que los poderes del infierno no podr?n contra ella.
Dios saca bienes de los males, y escribe derecho con renglones torcidos. Este libro deplorable ha despertado la curiosidad de muchos y nos ofrece una ocasi?n excelente para explicar a los cristianos, y a los no cristianos, los verdaderos or?genes hist?ricos del cristianismo, las fuentes documentales del conocimiento de Jes?s, de su vida y de su mensaje, y explicar c?mo fueron los primeros a?os de la vida de la Iglesia y la expansi?n de la fe cristiana por el mundo conocido. Esta es ahora nuestra misi?n. Podemos animar a leer alg?n libro, o a buscar en Internet una informaci?n seria y fidedigna sobre la persona de Jes?s, sobre el Dios Padre del cual vino a dar testimonio para nuestra iluminaci?n y salvaci?n. Y enterarnos mejor de la naturaleza y la misi?n de esta humilde Iglesia nuestra, hecha de santos y pecadores, que nos ha conservado fielmente la memoria de Jes?s, de su mensaje y de su testimonio. Ella nos ayuda a vivir como personas libres, hijos de Dios y ciudadanos del Cielo. Por todo ello damos muchas gracias a Dios.
Pamplona, 20 de mayo de 2006
+ Fernando Sebasti?n Aguilar
Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela