Domingo, 4 junio 2006
ZENIT publica el mensaje que dirigi? a Benedicto XVI Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, en nombre de los movimientos y comunidades, presentes en la plaza de San Pedro del Vaticano durante el encuentro del Papa con estas nuevas realidades eclesiales. Dado que Chiara Lubich no pudo estar presente por problemas de salud, ley? el mensaje una representante.
Beat?simo Padre:
Me dirijo a Usted en nombre de todos los Movimientos y de las Nuevas Comunidades Eclesiales que est?n representados en esta Plaza.
En primer lugar queremos expresarle nuestro vivo y profundo agradecimiento por haber vuelto a convocarnos y a reunirnos a todos aqu? junto a Usted, en la c?tedra de Pedro.
?C?mo podemos dejar de recordar hoy a su amad?simo Predecesor, el Santo Padre Juan Pablo II, y nuestro memorable encuentro con ?l la vigilia de Pentecost?s de 1998?
Ese d?a ?l nos hab?a preanunciado que delante de nosotros se abr?a ?una etapa nueva: la de la madurez eclesial?. Hab?a dicho: ?La Iglesia se espera de vosotros frutos ?maduros? de comuni?n y de empe?o?.
Estas palabras suyas, al igual que todas las dem?s con las cuales hab?a definido nuestro lugar en la Esposa de Cristo, como una expresi?n significativa de la dimensi?n carism?tica de la Iglesia, coesencial a la institucional , para nosotros estaban cargadas de comprensi?n y de reconocimiento, pero tambi?n de mucha responsabilidad. Queremos ser dignos de tanta confianza.
En esa ocasi?n, de acuerdo con otros fundadores, le hab?a prometido al Santo Padre Juan Pablo II que nos empe??bamos en incrementar la comuni?n entre los Movimientos y las Nuevas Comunidades.
Hoy podemos decir que el amor rec?proco y la unidad entre todos han crecido, superando todas nuestras previsiones.
En efecto, nuestras Comunidades y nuestros Movimientos podemos verlos como muchas redes de amor que Dios est? tejiendo en Europa y en el mundo, continuando la obra admirable de las ?rdenes y las Congregaciones religiosas, casi como para anticipar ?a nivel de laboratorio- la unidad de la familia humana.
Y nuestro inmenso agradecimiento se dirige a Aqu?l que sabemos que es el verdadero Protagonista del florecimiento de nuestros Movimientos: el Esp?ritu Santo, que siempre nos colma con sus dones.
?l est? actuando en nuestra ?poca y a lo largo de los siglos contin?a su acci?n a favor de la Iglesia, la cual, edificada ?sobre los cimientos de los ap?stoles y los profetas? (Ef.2,20) es levadura de la civilizaci?n del amor.
A Usted, Santidad, queremos asegurarle que continuar? la colaboraci?n y la comuni?n entre los Movimientos y las Nuevas Comunidades, para que, en la m?s completa comuni?n y obediencia a Usted y a los Pastores de la Iglesia, trabajemos para la realizaci?n de los mismos fines que persegu?a Jes?s, el primero de todos, la unidad.
Y nuestra amada Iglesia ser? m?s una, m?s familia, m?s acogedora, m?s hermosa en su variedad. Dar? testimonio de Cristo en sus m?ltiples prerrogativas, y de Mar?a, la Madre de Dios, la carism?tica por excelencia.
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1. A los pertenecientes a los movimientos eclesiales y nuevas comunidades, en la vigilia de Pentecost?s discurso de Juan Pablo II, 1998.
2. Cf. Mensaje de Juan Pablo II a los participantes del Congreso mundial de los movimientos eclesiales (Roma, 27-29 de mayo de 1998)