Mi?rcoles, 07 de junio de 2006
Para la celebraci?n del D?a de CAridad de 2006 Caritas ha distribuido gui?n lit?rgico, que ponemos a continuaci?n


Introducci?n

El mundo tiene que renovarse al dictado del Viento del Esp?ritu -"la respuesta, amigo m?o, est? soplando en el viento"-. El Viento nos empuja a derribar muros, a construir casas y ciudades abiertas, a proteger indefensos y ofrecer nuestra mano a quien la necesite. Es el Esp?ritu quien nos ense?a a hablar todas las lenguas. El Viento del Esp?ritu nos trae los gritos de los pobres, los gemidos de los que sufren y las llamadas de los que esperan.

El Esp?ritu nos env?a a evangelizar a los pobres y su Viento nos susurra palabras liberadoras (cf 2Co 3,17). Nos urge a prepa?rar un banquete de solidaridad y que invitemos a los ham?brientos, "a los pobres y lisiados, ciegos y cojos" (Lc 14, 21), y que partamos con ellos el pan del amor y el vino de la solidaridad. Que ning?n L?zaro tenga ya que morir de hambre y menosprecio.
La Eucarist?a es fermento de una sociedad nueva, una fuerza de transformaci?n del mundo,"proyecto de solidaridad para toda la humanidad" (cf MND 27). Hoy solemnizamos la fiesta del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. Es un Sol. Al pasearlo triunfalmente por nuestras "plazas y calles", ?lo encendemos todo en amor?



Acto penitencial

Nos sentamos a la mesa del Se?or, pero nuestro coraz?n no est? limpio ni encendido. Que su gracia nos lave y nos encienda.

- Por nuestra inconsciencia y comodidad, porque no salimos a los caminos a invitar a los ciegos, los cojos y los pobres.
Se?or, ten piedad.
- Por nuestro ego?smo y sordera, porque no escuchamos las s?plicas de L?zaro, el mendigo.
Cristo, ten piedad.
- Por nuestra intolerancia y dureza de coraz?n, porque no acogemos fraternalmente a los que son forasteros.
Se?or, ten piedad.

Lecturas

Ex 24, 3-8

Sangre de la alianza. Dios y el hombre unidos sustancialmente. No s?lo ser?n colaboradores, ser?n solidarios y amigos, ser?n concorp?reos y consangu?neos. Una misma sangre -la sangre es la sede de la vida, es la vida- sella su alianza. "Amigos de sangre", unidos hasta la sangre. Y la sangre ser? la de Cristo.

Hb 9, 11-15

Un canto a la sangre de Cristo. Es m?s preciosa y eficaz que la sangre de los animales sacrificados en el Templo.
Es sangre que purifica -una sola gota puede purificar el mundo entero-.
Es sangre que embellece y santifica -"lavaron sus vestiduras y las blanquearon en la sangre del Cordero" (Ap 7, 14)-.
Es sangre que redime e intercede, -con m?s elocuencia que la del justo Abel (cf Hb 12, 24)-.
Es sangre que sella y une en alianza definitiva (cf Lc 22, 20).


Mc 14, 12-16. 22-26

En el marco de una cena pascual, una cena de despedida, Jes?s adelanta una pascua nueva en los gestos del pan partido y la copa ofrecida. En adelante, en vez de matar corderos y derramar su sangre, se parte y se come el pan, que es el cuerpo de Cristo, Cordero de Dios, y se bebe el vino, que es su sangre.
Es la Pascua de un amor entregado hasta la muerte y victorioso de la muerte. Es alianza y comuni?n insuperables.


Sugerencias para la homil?a

LA COM?N UNI?N EN SU TRIPLE DIMENSI?N

La Eucarist?a es signo y fuente de la uni?n m?s ?ntima con Dios en Jesucristo. Las alianzas antiguas ahora se cumplen en plenitud y a la perfecci?n. Cuando comulgamos a Cristo nos llenamos de su vida y de su esp?ritu, habitamos en ?l y ?l habita en nosotros, compartimos sus sentimientos e ideales, nos "escondemos dentro de sus llagas", nos cristificamos.

Esta uni?n tiene que abrirse a todos los que se sientan a la misma mesa y parten el mismo pan. 'Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan" (1 Co 10, 17). No se pueden entender las actitudes de lejan?a o rivalidad o resentimiento o envidia entre los que comulgan. Comulgar y estar divididos es una traici?n a la realidad del sacramento y al mismo signo sacramental. Algo parecido a lo que hizo Judas cuando comulg? y cuando bes? a Cristo: vendi? a Cristo y profan? la comida y el beso.

Pero acta uni?n es progresiva, porque el amor es "ensanchador". El dinamismo de comuni?n se extiende indefinidamente a todos los hombres, que son hijos de Dios. "La Eucarist?a no s?lo es expresi?n de comuni?n en la vida de la Iglesia; es tambi?n proyecto de solidaridad para toda la humanidad" (MND 27).

COMPROMISO Y SERVICIO

La Eucarist?a, decimos, es fermento de una sociedad nueva. Pero "nuestro mundo no es el para?so terrenal. Vivimos en una realidad marcada por conflictos, donde la unidad est? perturbada y destruida" (W. Kasper). Juan Pablo II hablaba de "la desgarrada Imagen de nuestro mundo" al empezar el nuevo milenio. Es una realidad sangrante, una realidad clamante -"la creaci?n entera gime"-, ansiosa de ser sanada y liberada de tanta esclavitud.

Despu?s de comulgar nos sentimos enviados a sanar y liberar. Lentamente, pacientemente, pero con esperanza, como el fermento, hemos de multiplicar las relaciones de tolerancia y amistad, de intercambio y comunicaci?n; hemos de construir ciudades solidarias, en las que las personas sean respetadas por s? mismas, y no tratadas como mercanc?a; en las que se equilibren las desigualdades y desaparezcan los privilegios; en las que las leyes del poder y del inter?s sean sustituidas por las del servir y compartir.

Cuando celebramos la Eucarist?a en la comunidad nos sentimos bien. Pero, al terminar, el Se?or nos env?a a celebrar la Eucarist?a en el mundo, a llenar el mundo de fermentos eucar?sticos, a vivir y ser eucarist?a. Vamos a destacar tres exigencias, que son especialidades de la casa.

Servir. Es lo nuestro, levantarse para lavar los pies de los hermanos o para curar sus heridas o para acompa?ar su soledad o para ayudar su desamparo y debilidad.

Compartir. Era lo propio de las primeras comunidades cristianas, poner en com?n la econom?a y la cultura, las capacidades y las oportunidades, los sentimientos y la oraci?n.

Integrar. Es un fruto del Esp?ritu, superar lejan?as y barreras, hablar una misma lengua, abrir las puertas de la casa y del coraz?n.

EL PODER DE LA SANGRE

Hemos cantado por los siglos a la sangre de Cristo, limpia y santa, redentora e intercesora. La sangre es la vida, y Cristo la dio toda. Su sangre, resplandeciente en p?rpura, limpia nuestro coraz?n y lava el mundo entero. Su sangre es ofrecida cada d?a como bandera de perd?n y de misericordia. Su sangre se nos presenta como signo del amor m?s grande. S?lo por un amor grande, hasta la sangre, podemos evangelizar el mundo.

R?os de sangre brotaron del Coraz?n de Cristo en la cruz. Llega hasta nosotros en los sacramentos. Pero llega tambi?n mezclada con la sangre de todos los m?rtires y de todas las v?ctimas de la maldad humana.

iSi no se derramara ya m?s sangre inocente! ?Si los se?ores del odio y de la guerra fueran sustituidos por los reyes de la tolerancia y la convivencia! ?Si ya se extinguieran para siempre los vampiros y los ni?os dejaran de temer y de tener malos sue?os! ?Si ya nadie tuviera que jugarse la vida en sus viajes peregrinos! ?Cu?nta sangre habr? que seguir ofreciendo a los dioses de este mundo? ?No fue ya suficiente la sangre preciosa de Jesucristo?

Oraci?n de los fieles

Recordando el amor y la entrega total de Cristo, te pedimos, Padre:

- Por la Iglesia, para que sea casa com?n y fermento eucar?stico que transforme el mundo. Te lo pedimos, Padre.
- Por los gobernantes y responsables de la sociedad, para que luchen eficazmente contra todo tipo de marginaci?n y pobreza.
- Por cuantos son v?ctimas de la injusticia y la violencia, para que llegue un d?a en que sean considerados como personas y trata-dos como hermanos.
- Pedimos especialmente por los inmigrantes que llegan a nosotros, para que sean integrados plenamente en nuestra sociedad.
- Por todos nosotros, que comulgamos a Cristo, para que aprendamos a comulgar con los hermanos, especialmente con los m?s rechazados.

Oremos: Ay?danos, Padre, a vivir la Eucarist?a que recibimos siendo testigos del amor de Cristo, que se entreg? hasta el fin por nosotros.
Publicado por verdenaranja @ 23:24
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