Mi?rcoles, 28 de junio de 2006
Para cumplir su misi?n, el S?nodo de los Obispos trabaja seg?n una metodolog?a basada en la colegialidad, concepto que caracteriza cada fase del proceso sinodal desde los primeros pasos de la preparaci?n hasta las conclusiones alcanzadas en cada asamblea sinodal. En pocas palabras, el m?todo de trabajo alterna an?lisis y s?ntesis, las consultas de las partes involucradas y las decisiones de las autoridades competentes, seg?n una din?mica de feed-back que permite la continua verificaci?n de los resultados y la realizaci?n de nuevas propuestas. Cada fase de este proceso se desarrolla en un clima de comuni?n colegial.

A?n en la fase de preparaci?n, el tema de la asamblea sinodal es el fruto de la colegialidad. El primer paso oficial en dicho proceso es la consulta a Patriarcas, Conferencias Episcopales, Superiores de Dicasterios de la Curia romana y la Uni?n de Superiores Generales para tener indicaciones sobre posibles temas para el S?nodo. Recientemente en asambleas ordinarias generales esta consulta fue precedida por una petici?n informal entre los Padres Sinodales hacia el fin de la Asamblea general acerca sus preferencias en la materia. En cada caso se les solicita que para la elecci?n del tema tengan en cuenta los siguientes criterios:

a) universalidad, es decir que tengan referencia y aplicaci?n a toda la Iglesia;

b) actualidad y urgencia, en sentido positivo, es decir eficacia en la promoci?n de nuevas energ?as y en el impulso de la Iglesia hacia el crecimiento;

c) relevancia pastoral y s?lida base doctrinaria;

d) ejecutividad, es decir posibilidad de aplicaci?n pr?ctica.

Las sugerencias sobre un tema - que deben incluir los motivos de la elecci?n - son clasificadas, analizadas y estudiadas durante un encuentro del Consejo de la Secretar?a General del S?nodo de los Obispos. El Consejo, por lo tanto, somete los resultados del encuentro, junto con las recomendaciones pertinentes, al Santo Padre quien toma la decisi?n final sobre el tema a tratar en la asamblea sinodal.

En el encuentro sucesivo, el Consejo prepara las l?neas principales para presentar y desarrollar el tema sinodal en un documento llamado Lineamenta. La redacci?n de este documento representa el trabajo conjunto de los miembros del Consejo, te?logos que tienen una cierta competencia en la materia que ser? tratada en la asamblea sinodal y el staff de la Secretar?a General que coordina todos los esfuerzos. Despu?s de haber examinado el texto y haber aportado las modificaciones necesarias, el Consejo redacta una versi?n final que es sometida al Santo Padre para su aprobaci?n. Seguidamente, el documento es traducido a las principales lenguas del mundo y enviado al Episcopado con el fin de promover a nivel local el estudio, el debate y la oraci?n por el S?nodo.

Los Lineamenta (palabra latina que significa ?l?neas de orientaci?n?) tienen, por naturaleza, un amplio alcance y pretenden provocar observaciones y reacciones a gran escala. Aunque los primeros y autorizados destinatarios de los Lineamenta sean, obviamente, los Obispos y sus Conferencias Episcopales, ellos, sin embargo tienen plena libertad de ampliar su base de consulta. Despu?s de haber reunido y sumariado sugerencias, reacciones y respuestas a los varios aspectos del tema de los Lineamenta, los Obispos preparan una comunicaci?n que env?an luego a la Secretar?a General dentro de una fecha determinada.

Despu?s de haber recibido dicho material, el Consejo de la Secretar?a General, siempre con la ayuda de expertos sobre el tema, redacta otro documento llamado Instrumentum laboris, que servir? como base y punto de referencia durante la discusi?n sinodal. Este ?documento de trabajo?, aunque est? publicado, es s?lo un texto provisional que ser? objeto de discusi?n durante el s?nodo. El documento no es un borrador de las conclusiones finales, sino s?lo un texto destinado a focalizar la discusi?n sobre el tema sinodal. Despu?s de haber sido sometido al control del Santo Padre y de haber sido aprobado por ?l, el documento es traducido a las principales lenguas y enviado a los Obispos y a aquellos miembros que participar?n en la asamblea sinodal. A veces el Santo Padre ha permitido que el texto fuese publicado y tuviese, por lo tanto, una mayor difusi?n, por ejemplo, a partir de 1983, esto ha ocurrido en el caso del Instrumentum laboris de determinadas asambleas sinodales. Los delegados episcopales y los otros miembros leen el documento para conocer los contenidos que luego ser?n discutidos durante la asamblea sinodal.

Gracias al trabajo preparatorio de las Iglesias locales, basados en los ya mencionados documentos, es decir, los Lineamenta y el Instrumentum laboris, los obispos pueden presentar a la asamblea sinodal las experiencias y las aspiraciones de cada comunidad, as? como tambi?n los frutos de las discusiones de las Conferencias Episcopales.

Tres fases caracterizan las sesiones de trabajo del S?nodo:

a. Durante la primera fase cada miembro presenta la situaci?n en su Iglesia particular. Esto promueve un intercambio de fe y de experiencias culturales sobre el tema sinodal y contribuye a ofrecer una visi?n inicial de la situaci?n de la Iglesia, que, sin embargo debe ser ulteriormente desarrollada y profundizada.

b. A la luz de estas presentaciones, el Relator del S?nodo formula una serie de puntos para ser discutidos en la segunda fase, durante la cual todos los Padres sinodales se dividen en peque?os grupos llamados c?rculos menores, en base a la lengua hablada. Los informes de cada uno de estos grupos son le?dos en la sesi?n plenaria. En este punto, los Padres sinodales tienen la posibilidad de hacer preguntas para aclarar los argumentos y de hacer comentarios.

c. En la tercera fase, el trabajo prosigue en c?rculos menores con la formulaci?n de sugerencias y observaciones de una manera m?s precisa y definida, de modo que en los d?as conclusivos de la asamblea se puedan someter a votaci?n propuestas concretas. El trabajo inicial de los Padres sinodales en los c?rculos menores consiste en formular varias propuestas sobre la base del debate en la sala sinodal y de los informes de los c?rculos menores. En dichos c?rculos, los Padres sinodales pueden votar una propuesta con un ?placet? (s?) o un ?non placet? (no). Luego las propuestas de los c?rculos menores son recogidas por el Relator General y el Secretario Especial y reunidas en un Lista unificada de las propuestas que es presentado por el Relator General en la sesi?n plenaria. Los c?rculos menores luego se re?nen nuevamente para discutir las propuestas. En este punto los Padres sinodales pueden someter a la atenci?n del grupo las enmiendas individuales que ser?n utilizadas en la composici?n colectiva de las enmiendas a votar con las propuestas que se esperan de cada grupo. El Relator General y el Secretario Especial examinan estas enmiendas colectivas que pueden o no incorporar en la Lista final de las propuestas sobre la base de sus decisiones que, en caso de rechazo, debe ser justificada en un documento llamado Expensio modorum. La Lista final de las propuestas es presentada entonces en la sesi?n plenaria, en forma de folleto se convierte a su vez en la papeleta con la que cada Padre sinodal puede votar a favor o en contra de la propuesta.

Al t?rmino de la Asamblea del S?nodo, el Secretario General supervisa el archivo del material y la redacci?n del informe sobre el trabajo sinodal para someterlos al Santo Padre. No existe una norma establecida acerca del documento final resultante de la Asamblea sinodal. Al final de las tres primeras asambleas sinodales (Asambleas Generales Ordinarias de 1967 y 1971, y Asamblea General Extraordinaria de 1969) las conclusiones fueron presentadas al Papa junto a unas recomendaciones en respuesta a los problemas planteados. Despu?s de la Asamblea General Ordinaria de 1974, el mismo Santo Padre, considerando las propuestas sinodales y los informes finales, escribi? la Exhortaci?n Apost?lica ?Evangelii nuntiandi?. El mismo proceso fue utilizado en las otras Asambleas Sinodales Generales Ordinarias (1977, 1980, 1983, 1987, 1990, 1994, 2001), a las cuales siguieron las respectivas Exhortaciones Apost?licas: Catechesi tradendae, Familiaris consortio, Reconciliatio et paenitentia, Christifideles laici, Pastores dabo vobis, Vita consecrata y Pastores gregis. Despu?s de la Asamblea Especial para ?frica (1994), el Santo Padre promulg? la Exhortaci?n Apostolica post-sinodal Ecclesia in Africa, que produjo buenos resultados promoviendo la reflexi?n y las iniciativas pastorales en el continente. En mayo de 1997, fue publicada la Exhortaci?n Apost?lica post-sinodal de la Asamblea Especial para el L?bano (1995), Una esperanza nueva para el L?bano, en ocasi?n de la visita papal a ese pa?s en el contexto de fase celebrativa de la Asamblea Especial. El 23 de enero de 1999, el Santo Padre promulg? la Exhortaci?n Apost?lica post-sinodal Ecclesia in America en el Santuario de Nuestra Se?ora de Guadalupe, en M?xico. El 6 de noviembre de 1999 fue firmada en Nueva Delhi, India, la Exhortaci?n Apost?lica post-sinodal para Asia, Ecclesia in Asia. Dado que por razones de salud el Santo Padre no pudo viajar a Ocean?a, la Exhortaci?n Apost?lica post-sinodal Ecclesia in Oceania fue publicada el 22 de noviembre de 2001 en una ceremonia en la cual el Sumo Pont?fice envi? electr?nicamente el documento a todas la iglesias particulares de Ocean?a. De este modo fue trasmitido por la primera vez un documento pontificio a trav?s de internet. El 28 de junio de 2003 el Santo Padre firm? la Exhortaci?n Apost?lica post-sinodal Ecclesia in Europa, durante el oficio de V?speras en la Bas?lica de San Pedro.

A partir del S?nodo de 1987 el Consejo de la Secretar?a General y el Secretario General fueron involucrados colegialmente en el proceso que ha llevado a la publicaci?n de la Exhortaci?n Apost?lica postsinodal, el documento pontificio resultante del S?nodo. Es interesante conocer la historia y el desarrollo de estos Consejos.

Entre la segunda y la tercera asambleas sinodales, fue instituido un Consejo consultivo para la Secretar?a General, compuesto por doce Obispos designados y por tres de designaci?n pontificia. Este Consejo se reuni? por primera vez desde el 12 hasta el 15 de mayo de 1970; ten?a por finalidad facilitar la comunicaci?n con las conferencias episcopales y formular el orden del d?a para la asamblea sucesiva. Despu?s de este encuentro, tuvo inicio una consulta de los Obispos de todo el mundo destinada a sugerir temas para las asambleas futuras (esta consulta actualmente comienza en los d?as conclusivos de la asamblea general ordinaria). Desde entonces los consejos ordinarios de la Secretar?a General, constituidos en cada s?nodo con vistas a la preparaci?n del siguiente, se convirtieron en un elemento permanente del Secretariado General:

? II Consejo Ordinario (6.11.1971 ? 27.09.1974);

? III Consejo Ordinario (26.10.1974 ? 30.09.1977);

? IV Consejo Ordinario (29.10.1977 ? 26.09.1980);

? V Consejo Ordinario (25.10.1980 ? 29.09.1983);

? VI Consejo Ordinario (29.10.1983 ? 1.10.1987);

? VII Consejo Ordinario (30.10.1987 ? 30.09.1990);

? VIII Consejo Ordinario (28.10.1990 ? 2.10.1994);

? IX Consejo Ordinario (29.10.1994 ? 30.09.2001);

? X Consejo Ordinario (26.10.2001).

Con la llegada de las asambleas continentales o regionales, el Santo Padre decidi? constituir durante las asambleas especiales consejos especiales mediante elecci?n seg?n nombramiento pontificio. El Secretario General, como consecuencia, adem?s del consejo ordinario, dispone tambi?n de los siguientes consejos especiales desde su fecha de instituci?n:

? Consejo especial para los Pa?ses Bajos (31.01.1980);

? Consejo especial para ?frica (8.05.1994);

? Consejo especial para el L?bano (14.12.1995);

? Consejo especial para Am?rica (12.12.1997);

? Consejo especial para Asia (14.05.1998);

? Consejo especial para Ocean?a (14.12.1998);

? Consejo especial para Europa II (22.10.1999).

Del mismo modo, en la preparaci?n de la asamblea especial, el Santo Padre ha nombrado a un grupo de Obispos, principalmente del continente y de la regi?n en cuesti?n, para formar consejos presinodales. Estos consejos duran desde el nombramiento hasta el primer d?a de la asamblea sinodal. La lista de los consejos presinodales pasados, en esta categor?a y con sus fechas de existencia, por lo tanto, es la siguiente:

? Consejo presinodal para ?frica (6.01.1989-10.04.1994);

? Consejo presinodal para L?bano (24.01.1992-26.11.1995);

? Consejo presinodal para Am?rica (12.06.1995-16.11.1997)

? Consejo presinodal para Asia (10.09.1995-19.04.1998);

? Consejo presinodal para Ocean?a (7.06.1996-22.11.1998);

? Consejo presinodal para Europa II (9.02.1997-1.10.1999).

Como puede verse, la metodolog?a colegial es operativa desde la fase inicial (a trav?s de la elecci?n del tema), durante la preparaci?n (mediante la elaboraci?n del tema en los Lineamenta) y desde la celebraci?n de la asamblea sinodal hasta la publicaci?n del documento que es el fruto y la coronaci?n del S?nodo mismo. Es posible por lo tanto decir que el S?nodo act?a como ?rgano colegial a trav?s del cual en la primera fase son consideradas las experiencias de fe y de vida de las comunidades cristianas, seguidamente, en las sesiones plenarias estos elementos son recapitulados e iluminados por la fe y, finalmente, en esp?ritu de comuni?n, son formuladas algunas proposiciones que el Santo Padre, principio de unidad de la Iglesia, restituye a las Iglesias particulares, as? como la sangre oxigenada corre nuevamente por las arterias para vivificar el cuerpo humano.

A fin de que esta colegialidad pueda expresar plenamente su potencial, debe existir un esp?ritu altruista de colaboraci?n entre todos aquellos que son llamados a participar en la preparaci?n de una asamblea sinodal, especialmente las Conferencias Episcopales que re?nen a los Pastores de las Iglesias locales en las cuales la fe del Pueblo de Dios es vivida y sentida en toda su fuerza y riqueza. La participaci?n colegial de las Conferencias Episcopales se expresa concretamente sobre todo a trav?s de las respuestas a los Lineamenta. Cuantas m?s Conferencias Episcopales respondan, m?s ricos y variados ser?n los elementos que, reflejando fielmente la vida de las Iglesias locales, constituyan los aut?nticos puntos de referencia para la redacci?n del Instrumentum laboris y para el debate en el aula sinodal.
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