Hoy es Domingo de Resurrecci?n
16 de abril de 2006
Todos los domingos son ?de resurrecci?n? porque, justamente, el origen y la raz?n de que el domingo sea ?nuestro d?a de descanso y de fiesta? se debe a que fue el d?a en el que Jesucristo Resucit?. Incluso la palabra ?domingo? viene de ?Dominus?, que significa ?Se?or?. De modo que decir ?hoy es domingo? equivale a decir ?hoy es d?a del Se?or?. Dentro del calendario jud?o este d?a era el primero de la semana laboral, pues para ellos el d?a de fiesta era, y sigue si?ndolo, el s?bado.
Pero, entre todos los domingos del a?o, este de hoy destaca por encima de todos los dem?s, pues coincide con la celebraci?n anual de la Resurrecci?n de Jesucristo. Esto hace que estemos hoy ante la fiesta principal de los cristianos: ?El D?a de la Pascua del Se?or?, es decir, el d?a que Cristo pas? de la muerte a la vida. Un d?a de fiesta que est? muy por encima del Jueves y Viernes Santo, e incluso de la Navidad.
Este gran d?a de fiesta se inici? la pasada noche con la Solemne Vigilia Pascual, la celebraci?n lit?rgica m?s importante de todo el a?o, y se contin?a hoy con las misas del D?a de Pascua. En todas se proclama con alegr?a: ?Es verdad, el Se?or ha resucitado y vive para siempre?. Con gran entusiasmo y convicci?n hoy se cantan en todo el mundo las palabras del salmo 117: ?Este es el d?a que actu? el Se?or, sea nuestra alegr?a y nuestro gozo?; ?la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular, es el Se?or quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente?
Y no puede ser de otra forma, pues la Resurrecci?n de Jes?s es el fundamento de nuestra fe, es la verdad culminante de nuestra fe en Cristo, cre?da y vivida por la primera comunidad cristiana como verdad central, transmitida como fundamental por la Tradici?n, establecida en los documentos del Nuevo Testamento, predicada como parte esencial del Misterio Pascual al mismo tiempo que la pasi?n y muerte en la Cruz: Cristo ha resucitado de entre los muertos, con su muerte ha vencido la muerte, y esto no s?lo a favor suyo sino de todos nosotros, pues ?como proclamamos en la liturgia de la Iglesia? ?en ?l, nuestra muerte ha sido vencida y en su resurrecci?n hemos resucitado todos?, o tambi?n: ?muriendo, destruy? nuestra muerte y resucitando nos dio nueva vida?.
El credo cristiano m?s antiguo que conocemos, que est? en la primera carta de San Pablo a los Corintios (escrita hacia el a?o 56), es as? de breve y contundente a la vez: "Porque os transmit?, en primer lugar, lo que a mi vez recib?: que Cristo muri? por nuestros pecados, seg?n las Escrituras; que fue sepultado y que resucit? al tercer d?a, seg?n las Escrituras; que se apareci? a Cefas y luego a los Doce" (1 Co 15, 3-4).
Hoy es Domingo de Resurrecci?n. Como San Pablo hace casi dos mil a?os, tambi?n nosotros, con inmensa alegr?a y paz, conmemoramos, proclamamos y transmitimos lo que hemos recibido: que Cristo ha resucitado; que ?l es el Se?or, el due?o de la Vida y la Historia. Que Dios Padre le ha dado toda la raz?n, cuando las autoridades se la hab?an quitado y el pueblo confundido y atemorizado pidi? que lo crucificaran. No era un agitador, ni un farsante embaucador, ni un impostor blasfemo que se hacia pasar Hijo de Dios sin serlo, como le acusaron para poderlo condenar a muerte. Dios se puso de su parte, no defendi?ndolo frente a sus enemigos o veng?ndose de ellos, sino resucit?ndolo de la muerte.
Verdaderamente ha resucitado el Se?or; verdaderamente ten?a raz?n cuando dijo ?Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida?, y ?quien me sigue no andar? en tinieblas, sino que tendr? la Luz de la Vida?. Y justamente, porque Cristo ha resucitado y vive para siempre, sus palabras tienen permanente actualidad y valen para nosotros como si fueran pronunciadas hoy por primera vez. ?l es el mismo ayer, hoy y siempre, por eso es contempor?neo nuestro y podemos tener una relaci?n personal, de t? a t?, con ?l. Y cuando, por la fe, esa relaci?n se da, el milagro de la resurrecci?n acontece en nuestra propia vida. Por su poder nos convertimos en hijos de Dios, a imagen suya, y progresivamente vamos viviendo como ?l vivi?.
Por el poder de Cristo Resucitado podemos ser mejores y m?s felices. Al celebrar la Pascua todos estamos invitados a brindar por la vida y la esperanza; porque nada ni nadie est? definitivamente perdido para el Se?or. Por muy dif?cil y oscura que sea nuestra realidad, por muy lamentable que sea la situaci?n a la que hemos llegado, todos podemos renacer para dar los frutos de esa vida nueva que Jes?s conquist? para ?l y para todos nosotros cuando resucit?.
Todos hemos conocido y conocemos personas cuya vida es una verdadera ?aparici?n del Se?or Resucitado?, es decir, personas que de tal modo ?viven en Cristo? y ?Cristo vive en ellas?, que el amor, la bondad, la lucha por la paz y justicia,... resplandecen en su vida.
Hombres y mujeres de toda edad y condici?n que dan testimonio de que Jes?s ha resucitado, porque con sus vidas dicen que ?l est? vivo; gritan ?sin palabras? que ?l ha resucitado, porque lo hacen presente y cercano: consolando a los que lloran, escuchando el clamor del marginado, liberando al oprimido, irradiando ternura; compartiendo y ense?ando a compartir el pan; anunciando la Buena Noticia a los pobres... Seguro que conocemos a muchas de esas personas. Hay a nuestro alrededor y por todo el mundo muchas ?se?ales? de Cristo Resucitado.
Quien cree en Jesucristo, no s?lo puede, sino que debe convertirse en una de esas se?ales o apariciones del Resucitado. Muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo nos dicen ?queremos ver a Jes?s?. Como nos dijo el Papa Juan Pablo II al comienzo del nuevo milenio: ?Los hombres de nuestro tiempo, quiz?s no siempre conscientemente, piden a los creyentes de hoy no s?lo ?hablar? de Cristo, sino en cierto modo hac?rselo ?ver?. ?Y no es quiz? cometido de la Iglesia reflejar la luz de Cristo en cada ?poca de la historia y hacer resplandecer tambi?n su rostro ante las generaciones del nuevo milenio??.
Para que el mundo crea que Jes?s ha resucitado, nuestro coraz?n, nuestros pensamientos y nuestras obras tienen que ser las de Jesucristo. Y eso es posible cuando nos dejamos ganar por su Esp?ritu, cuando respondemos a su llamada ?a veces a un seguimiento especial?, cuando buscamos vivir -como El vivi?- en permanente obediencia a la voluntad de Dios; cuando oramos como ?l lo hizo, cuando sentimos y vivimos la fraternidad con todos los hombres?
Si nos adentramos en esta din?mica, nos daremos cuenta que est? m?s que justificado el saludo que nos hacemos este d?a y experimentaremos su alcance y significado: ?Feliz Pascua!
? Bernardo ?lvarez Afonso
Obispo Nivariense