Domingo, 02 de julio de 2006
LA INDUMENTARIA EN PINTURAS
EN YCODE Y APORTACIONES DOCUMENTALES SOBRE INVENTARIOS
DE PRENDAS Y MANUFACTURAS
TEXTILES


Estanislao Gonz?lez y Gonz?lez



INTRODUCCI?N


El g?nero de retrato en la pintura existente en Tenerife no es muy prolijo en el S. XVI, para ir si?ndolo m?s en el XVII y ser principalmente en el S. XVIII cuando se aborda con mayor amplitud.
El antiguo deseo del hombre de ver su imagen perpetuada, llev?, en nuestra cultura, a mostrar a los retratados en la pintura mural, en los mosaicos, en manuscritos, tablas o en los lienzos de los pintores, primero como donantes devotos de im?genes religiosas, o bien formando parte de la propia tem?tica o acontecimiento representado, y mucho m?s tarde constituyendo un g?nero propio con caracter?sticas tambi?n propias.
Tal y como nos dicen en su estudio sobre el retrato Galienne y Pierre tel', "el ofrecimiento de un objeto de santidad parec?a dar derecho al donante para recordar por medio de su imagen el beneficio que resultaba para la causa de la fe".
Para un acontecimiento de esta importancia, el retratado opta generalmente por ser representado con sus mejores vestidos, s?mbolo de su riqueza material, o con aquellas prendas, adornos, alhajas, distinciones, armas, etc. que tengan un especial significado en su vida. Se es consciente de esta manera de la importante repercusi?n y distinci?n social que supone el retrato, condiciondas estas particularidades, en algunos casos, por la personalidad del retratado o el lugar para la que va destinada en sus or?genes la obra.
Especialmente en el siglo XVII la moda espa?ola, que tanta repercusi?n tuvo en otros pa?ses, era de gran suntuosidad, ya que exig?a no s?lo ricas telas, recios rasos, terciopelos y brocados de oro y de plata, sino tambi?n profusi?n de adornos. Las telas de distintas clases y variados colores iban superpuestas, estando abierta la de encima para dejar ver las de debajo, cerr?ndose luego las
aberturas con joyas, f?rmula que vemos que trasciende tambi?n a la pintura religiosa, como en las representaciones de arc?ngeles.
Observamos la consideraci?n social que se da en estas ?pocas a la carrera militar, por lo abundante de las representaciones con indumentaria castren-se, destac?ndose los atributos de rango u ?rdenes a las que se pertenece, utilizando tambi?n, casi siempre, para aumentar ese prestigio y consideraci?n social, el recurso de representar en alg?n lugar de la pintura el escudo de armas familiar que avala la nobleza y pureza sangu?nea.
Hay que mencionar, sin embargo, la libertad que exist?a entonces res?pecto al vestir de los militares, no habiendo estado uniformados de manera generalizada hasta el S. XVIII. Ello aparece corroborado en nuestras islas, entre otros, por la inscripci?n que se encuentra en el cuadro del Comandante General D. Andr?s Bonito Pignatelli2 en la que se dice que en su gobierno (1741-1744) comenzaron las milicias a usar uniforme.
Tambi?n es importante el retrato de religiosos, dado su status social o econ?mico, en los cuales dichos eclesi?sticos aparecen generalmente represen?tados con sus mejores prendas, que los distinguen en rango, para ser llevados al lienzo por los pintores, lo que nos vuelve a certificar la importancia y trascendencia que se da al retrato en estas ?pocas.
De igual manera apreciamos algunas de estas caracter?sticas en los retratos femeninos, haciendo especial alarde en algunos casos de la ostentaci?n y riqueza a trav?s del vestido, o bien de otras actitudes humanas como la sencillez, sobriedad o beatitud que se quiere transmitir al espectador.
Aunque no s?lo la indumentaria nos muestra toda esta informaci?n sobre el retratado, no podemos pasar por alto la enorme importancia que casi siempre tienen las prendas en estos aspectos enunciados.
Por otro lado nos dan a conocer tambi?n dichos atuendos una informaci?n de gran inter?s respecto a la moda del momento, a la evoluci?n en la t?cnica de la confecci?n, a los materiales m?s usuales, as? como, en el aspecto m?s estrictamente pict?rico, a la utilizaci?n de las prendas por parte de los artistas como recursos compositivos o crom?ticos, entre otros particulares, as? como a la evoluci?n del g?nero del retrato respecto a los gustos comunes que se dan en cada ?poca.


NOTAS

1. GALIENNE y Pierre Francastel: "El retrato". Cuadernos de Arte C?tedra. Madrid,

2. Este retrato de medio cuerpo que se encuentra en la colecci?n familiar de los P?rez-Ascanio y Ventoso - Guti?rrez de Salamanca y Ossuna, en Sta. Cruz de Tenerife, ha sido identificado como obra del pintor Jos? Rodr?guez de la Oliva, aunque, tal y como ocurri? tambi?n con el retrato del Marqu?s D. Lorenzo Fern?ndez Villavicencio, no fue acabada la obra por el referido pintor sino por otro en ?poca posterior, habiendo tenido para ello que solicitar su pro?pietario otro retrato del personaje para que fuese acabado: "Tengo unos Retratos de los Comandantes Grales Valhermoso y Bonitto empezados por Rdrz. y hay ahora proporci?n de quien los acabe. S? que V. m. a lo menos tiene el de Bonitto as? espero haga favor de prest?rmelo que procurar? no tenga detrimento..." (Vid. PERAZA de Ayala, Jos?: "Aclaraci?n sobre unos retratos del pintor Rodr?guez de la Oliva". Peri?dico La Tarde. Santa Cruz de Tenerife, 3 de octubre de 1977).

Publicado por verdenaranja @ 0:46  | Patrimonio Religioso
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