Lunes, 03 de julio de 2006
LA INDUMENTARIA EN PINTURAS
EN YCODE Y APORTACIONES
DOCUMENTALES SOBRE INVENTARIOS
DE PRENDAS Y MANUFACTURAS
TEXTILES
X


Estanilao Gonz?lez y Gonz?lez



YCODEN. Revista de Ciencias y Humanidades
ASOCIACI?N PARA LA DEFENSA DEL
PATRIMONIO HIST?RICO DE YCOD
A?O 2005 ? N? 5



Administraci?n del sacramento de la Eucarist?a:

Tambi?n con el t?tulo de El Vi?tico y Comuni?n de un enfermo, se ha venido denominando a esta pintura que actualmente cuelga en las paredes de la sacrist?a de la iglesia parroquial de San Marcos Evangelista de Ycod23.
Tal y como se ha venido afirmando, es muy posible que los cofrades que aparecen retratados sean los que sufragaron la realizaci?n de dicha pintura para mayor prestigio de la Hermandad, o bien que haya sido alguno de ellos quien la costeara al constatarse que dicho lienzo aparec?a inventariado a finales del S. XVIII entre los bienes de un destacado personaje de la sociedad ycodense de entonces.
Aunque por la indumentaria que lucen dichos personajes no podemos datar la obra como propia del siglo XVIII, es probable que se encontrase en propiedad de dicha familia, bien por herencia familiar o bien por compra de la misma, pues en el testamento de D. Gabriel Hurtado de Mendoza, marido de D?a. Bernarda Isabel P?rez Dom?nguez de las Socas y Ra?amonte y padre de D. Fernando Jos? Hurtado de Mendoza y Dom?nguez, fundado-res de la Capilla de Nuestra Sra. de los Dolores, junto al convento franciscano de Ycode, fechado dicho documento el 19 de febrero de 1757, aparecen inventariados dieciocho cuadros grandes con marcos dorados y uno del Nazareno que no ten?a marco, los cuales le hab?an costado m?s de doscientos pesos (24).
Este ?leo sobre lienzo, el cual se aprecia que ha sido recortado en ?poca indeterminada, escenifica el momento en el que un sacerdote va a impartir la comuni?n a un enfermo delante de un sencillo altar colocado para el acontecimiento. La escena principal se encuentra rodeada por un gran n?mero de personajes que portan velas encendidas, estandarte y palio, lo que ha determinado su denominaci?n en distintas ?pocas como "El Vi?tico", "Santo Vi?tico", o tambi?n "Comuni?n de un enfermo".

A muchos de los personajes retratados, se les ha identificado como miembros de la nobleza ycodense, los que aparecer?an en esta obra junto a otros cofrades de la Hermandad de la Misericordia25.
La pintura, como ya hemos mencionado, se encuentra documentada a finales del siglo XVIII en el testamento del fundador de la Capilla de los Dolores de Ycod, Don Fernando Hurtado de Mendoza, perteneciendo a sus bienes. Mandaba Don Fernando en su testamento que la obra fuese colocada en su capilla, lugar donde estuvo hasta que, durante la segunda mitad del siglo XX, fue trasladada a la iglesia parroquial de San Marcos (26).
Muchos de estos personajes visten la usual indumentaria del siglo
XVII (27): jub?n negro, ferreruelo, calz?n negro ajustado hasta la rodilla, medias negras de seda y golilla28, advirti?ndose tambi?n por algunos abotonados, el uso de la ropilla negra, por lo que deber?a ser catalogada como pintura propia de dicho siglo, o, a lo sumo, de las primeras d?cadas del siguiente".
Los rostros lucen, en su mayor parte, largos bigotes y perillas, al gusto de la ?poca, y, los cabellos, en algunos casos, son largos, peinados con raya al centro y cayendo el pelo hacia los lados cubriendo las orejas. En otros casos son cortos y con patillas.
En las mangas bajas de alg?n jub?n se observan grandes acuchillados en sentido longitudinal, los que dejan asomar una holgada camisa blanca cuyos pu?os aparecen haciendo un abultamiento en forma semejante al de una calabaza.
Otros personajes que se encuentran en ?ltimo t?rmino, est?n ataviados con jubones de color marr?n, apreci?ndose en uno de ellos, en la terminaci?n del hombro, un abollado o relleno que da la impresi?n de encontrarse acuchillado por las sucesivas pinceladas curvas.
Uno de los hombres que se halla bajo el palio, luce, como caballero de orden militar, en el centro de una venera con forma de coraz?n que tiene en el pecho, una cruz-espada roja o Lagarto de la Orden de Santiago, y, sobre el ferreruelo, en su hombro izquierdo, un h?bito rojo con parte de la cruz o Galante de la Orden de Calatrava.
La utilizaci?n de este tipo de emblemas se comenz? a generalizar en Espa?a a partir del siglo XVI, siendo las m?s usuales las cruces de las ?rdenes militares de Santiago, Calatrava, Alc?ntara, y Montesa , as? como las de la orden de San Juan o Malta, y la que unieron a sus armas los Familiares del Santo Oficio, siendo la cruz que llevan ?stos la denominada de los Predicadores o de Santo Domingo"

Un individuo aparece ataviado con una capa de color marr?n que tiene un amplio doblez en la parte superior, mientras otro utiliza su capa blanca de lana colocada sobre lo que parece un sayo marr?n oscuro por el cuello que asoma, pas?ndosela por encima del hombro contrario, al modo de los embozados, pero sin cubrir el rostro.
Otras vestimentas que apreciamos en la gran cantidad de personajes que figuran en este lienzo, son, por ejemplo, distintos tipos de sayos: uno, de color marr?n claro, sin cuello vuelto y con una peque?a abertura para introducir la cabeza, estando sin botonadura y con amplio doblez de la tela en el comienzo de la manga en el hombro, lo que viene a acentuar la diferenciaci?n de las dos piezas unidas; otro sayo semejante del color de la lana cruda; un tercero del mismo color que el anterior pero con el cuello algo m?s alto y el corte delantero tambi?n m?s amplio; y, por ?ltimo, el que viste el personaje que se encuentra de perfil en un primer plano, (el que sostiene un cirio y en la otra mano el misal semiabierto del sacerdote), siendo un sayo de color gris oscuro que aparecer?a completo si el l?mite inferior del lienzo no lo cortase a la altura de las rodillas". En este ?ltimo se observa la holgura de las mangas por los muchos pliegues con que el an?nimo pintor lo representa, aparentando, por la forma que toma la tela, que se encuentra ce?ido a la cintura, y teniendo un peque?o cuello alto, as? como una forma semejante a la descrita con anterioridad en la uni?n de la manga.
Este tipo de sayos debi? de mantenerse, como vestido m?s usual entre las clases menos pudientes, durante un largo espacio de tiempo. El nombre de saya, durante los siglos XIII y XIV, hab?a sido un nombre de vestido masculino y de un vestido femenino: "A partir de la segunda mitad del siglo XV, se estableci? la distinci?n entre sayo, nombre de prenda masculina, y saya, nombre de traje de mujer"32, siendo la primera documentaci?n sobre la saya de la que se tiene constancia, del a?o 941'3.
En Tenerife aparecen documentados los sayos y sayas entre la poblaci?n pocos a?os despu?s de la conquista, como, por ejemplo, el manto y saya que deb?an darse a Mayor Gallega por orden de Leonel de Cervantes en el testamento que otorg? en La Laguna en 150 (34), o el sayo, capuz de raso o de buen pa?o, calzas, camisas de huelga, espada y pu?al que se oblig? a dar por las mismas fechas el cerrajero Pero Fern?ndez en el contrato de aprendiz que hizo al mozo Juan Alonso (35)
En Canarias aparecen mencionados sayos semejantes a los de esta pintura en la descripci?n que hace George Glas correspondiente al a?o 1764: "... pero los campesinos de Canarias usan, en lugar de la capa, una prenda externa abrochada hacia media altura por un ce?idor o cintur?n. Esta prenda es blanca, larga y estrecha, y lleva un cuello como un redingote o traje para montar ingl?s, y se fabrica con la lana de sus propias ovejas"36
El postrado enfermo lleva una camisa blanca de manga baja con pu?o doblado y abotonado, y, sobre ?sta, lo que podr?a ser un abrigo corto sin mangas y de color gris.
Tambi?n se aprecia en esta obra una peque?a parte de la indumentaria, blanca y negra, del monaguillo que sostiene uno de los soportes o vara del palio rojo con flecos dorados, as? como la estola y casulla de color amarillo ricamente bordada con motivos vegetales, que lleva el sacerdote, la cual tiene, como elemento m?s destacable, las simb?licas llaves del Cielo borda-das en la parte delantera superior. Son dichas llaves un atributo con que generalmente se representa a San Pedro ap?stol al hab?rselas entregado Jes?s confi?ndole con ello el poder disciplinario sobre la Iglesia.
A?n siendo el tema principal el Vi?tico, o Sacramento de la Eucarist?a administrado al enfermo en peligro de muerte, el motivo sirve de excusa para realizar el pintor en este caso un aut?ntico retrato de grupo. Observamos en este sentido la actitud que mantienen los distintos personajes que componen la obra: mientras los que visten indumentaria m?s pobre, o sea los que tienen sayos, as? como los de atuendo religioso, (sacerdote y monaguillo), est?n atentos y part?cipes del acto que se lleva a efecto, los personajes de rango social m?s elevado y que visten todos ellos a la moda cortesana de la ?poca, tienen una actitud de evidente pose, mirando directamente al espectador, (corno ausentes de la escena que se representa), y con un manifiesto porte de distinci?n. Esta actitud nos recuerda la semejante de los representados en las pinturas denominadas "Muerte de Sto. Domingo" y "Entierro de La Virgen Mar?a", de la ermita de El Socorro, en Los Realejos, y "Muerte de Sto. Domingo" de la iglesia del convento dominico de La Orotava37.
Las ropas juegan aqu? un claro elemento diferenciador de estatus, por lo que pensamos que debe de tratarse de un encargo solicitado por estos referidos caballeros ycodenses del siglo XVII.
En El Vi?tico, la pertenencia a la Hermandad de la Misericordia es la excusa que sirve de motivo para la realizaci?n de una pintura de estas caracter?sticas, aunque, como hemos visto, marcando una clara diferencia los personajes que han buscado en el encargo de la obra el reconocimiento de su persona y rango
social.

NOTAS

23.- Catalogada en la exposici?n "El Retrato en las pinturas de Icod", (Sala de Arte y Cultura de Caja Canarias de Ycod, del 29 de noviembre al 17 de diciembre de 1988), como "El Vi?tico. An?nimo Tinerfe?o, segunda mitad del siglo XVII", figur? con anterioridad en otra exposici?n celebrada en la Iglesia de San Francisco de Ycod durante septiembre y octubre del a?o 1974, ("Pintura y escultura de los siglos XVI-XVII y XVIII"), habiendo sido catalogada entonces de la siguiente manera: "Comuni?n de un enfermo. An?nimo tinerfe?o, Siglo XVII. ?leo sobre lienzo. 197 x 142. Iglesia de Nuestra Se?ora de los Dolores". Esta pintura fue restaurada por el Cabildo de Tenerife en el a?o 1973, figurando en la exposici?n de restauracio?nes celebrada dicho a?o en el C?rculo de Bellas Artes de Sta. Cruz de Tenerife con el t?tulo de "Santo Vi?tico".

24.- En dicho testamento tambi?n aparecen inventariados seis cuadros peque?os, "fabrica de fuera", pero que pertenec?an a la dote de su mujer. En el ?ltimo testamento que hizo D. Gabriel, vuelven a aparecer las mismas pinturas.

25.- G?MEZ Luis-Ravelo, Juan: Cat?logo de la exposici?n "El Retrato en las pinturas de Icod". Sala de Arte y Cultura de CajaCanarias de Ycod. Del 29 de noviembre al 17 de diciembre de 1988.
26.- Copia del testamento de Don Fernando Jos? Hurtado de Mendoza que hizo por s? mismo seg?n el real privilegio de los militares. Archivo de la Casa Le?n Huerta de Ycod.

27.- Con la llegada al trono en 1621 de Felipe IV, se llevaron a cabo una serie de impor?tantes reformas en aras de una mayor austeridad en la indumentaria, public?ndose, en 1623, los denominados "Cap?tulos de Reformaci?n" en los que se prohibieron las llamadas popular-mente "gorgueras", que durante el reinado de Felipe III fueron aumentando cada vez m?s de tama?o a pesar de las pragm?ticas que limitaban su extensi?n, generaliz?ndose a partir de entonces la valona y golilla, simplific?ndose el traje masculino, que estaba formado fundamentalmente por jub?n, ropilla, ferreruelo, de pa?o o de bayeta, y los calzones, los que, a diferencia de los afollados greg?escos o trusas del siglo XVI, los que no superaban generalmente la mitad del muslo, son m?s estrechos y llegan en altura hasta debajo de la rodilla.

28.- Aunque durante el reinado de Carlos II ya comienza a introducirse el traje franc?s, la resistencia a estos cambios por el pueblo era manifiesta. Pero no fue hasta el reinado de Felipe V, cuando, por iniciativa del propio monarca hace repartir un folleto denominado "Decreto de J?piter sobre la golilla" mediante el cual se insiste en la necesidad de sustituir esta inc?moda prenda por la corbata, habi?ndola dejado solamente para el uso de letrados, jueces, y m?dicos, entre otros. A imitaci?n del monarca, a excepci?n de unos pocos como el Duque de Medina Sidonia, todos los Grandes de Espa?a "abandonan el severo traje espa?ol por el m?s gracioso y elegante de la casaca, la chupa, el calz?n corto y la peluca postiza, con el aditamento de la corbata de rico encaje" (Vid. de DIEGO y Gonz?lez, J. Natividad et. al.: "Compendio de Indumentaria Espa?ola". Imprenta de San Francisco de Sales. Madrid, 1915.).

29.- A nuestro juicio la atribuci?n de esta obra al pintor Crist?bal Afonso en la segunda mitad del siglo XVIII (Vid. "La Huella y la Senda", publicaci?n de la exposici?n con el mismo t?tulo celebrada en la Catedral de Sta. Ana, Las Palmas de Gran Canaria, de enero a mayo de 2004), es aventurada y contradictoria con la informaci?n que aporta la indumentaria de los per?sonajes que aparecen retratados (en los documentos aportados al final de este trabajo, aparecen inventariadas prendas semejantes en Ycode en 1633, ropilla, yen 1649, golilla calzones negros, medias de seda negras y ropilla). La relaci?n profesional de dicho artista con la familia Hurtado, como as? se ha demostrado por otras obras suyas firmadas o documentadas, no lleva impl?cito la creaci?n por parte de dicho pintor de la que ahora nos ocupa (como tampoco son producci?n de dicho artista obras de la familia que se colocaron en la Capilla, como San Pascual Bal?n o S. Isidoro de Sevilla), no advirti?ndose tampoco una paleta semejante o caracter?sticas forma-les y compositivas, entre la producci?n del artista y este lienzo, que las vinculen inequ?voca-mente. As? mismo, si dicha obra fuese una de las dieciocho que aparecen inventariadas en el tes?tamento de D. Gabriel Hurtado de Mendoza en 1757, en dicha fecha Crist?bal Afonso no con?tar?a m?s de 15 a?os, lo que descartar?a a?n m?s dicha atribuci?n (Crist?bal Afonso naci? en 1742 y muri? en 1797).

30.- PARDO de Guevara, Eduardo: "Manual de Her?ldica Espa?ola". P?gs. 50-51. Aldaba Ediciones. Madrid, 1987.
ARMENGOL y de Pereyra, Alejandro de: "Her?ldica". Colecci?n Labor. Barcelona, 1933.

31.- Aunque esta prenda plantea algunas dudas sobre su catalogaci?n, pues podr?a tratar-se tambi?n de un h?bito franciscano, la similitud en los aspectos formales con otras que apa?recen en la composici?n, especialmente en lo referente al corte de mangas y forma del cue?llo, nos hacen mantener su catalogaci?n, con las debidas reservas, corno un sayo.
32.- BERNIS, Carmen : "Indumentaria Espa?ola en tiempos de Carlos V". P?g. 102. Instituto Diego Vel?zquez, del Consejo Superior de Investigaciones Cient?ficas. Madrid, 1962.
33.- MART?NEZ Mel?ndez, Ma del Carmen: "Los Nombres de los Tejidos en Castellano Mediaval". P?g. 217. Universidad de Granada. Granada, 1989.

34.- GONZ?LEZ Yanes, Emma, y MARRERO Rodr?guez, Manuela : "Extracto de los Protocolos del Escribano Hern?n Guerra". P?g 210. Instituto de Estudios Canarios. La Laguna, 1958.
35.- Idem. P?g. 264.
36.- GLAS, George: "Descripci?n de las Islas Canarias - 1764". P?gs. 111-112. Instituto de Estudios Canarios. 2' edici?n. Tenerife, 1982.

37.- Las dos primeras pinturas, de gran formato, que se encuentran en la actualidad col?gando en las paredes de la ermita de El Socorro, en Los Realejos, construcci?n que perte?nece a la familia P?rez-Ascanio y Ventoso - Guti?rrez de Salamanca y Ossuna, estuvieron colocadas originariamente en la capilla de los Van den Heede en el convento dominico de La Laguna, pasando luego a la casa de sus descendientes en La Laguna, y, m?s tarde, duran-te el siglo XX, a la ermita referida de propiedad familiar. El conjunto que colgaba en la cita-da capilla eran dos cuadros, representando, como se lleva dicho, el uno, la Muerte de Santo Domingo con una serie de personajes religiosos y de la familia poseedora de la capilla, y, el otro, el Entierro de la Sant?sima Virgen con ?ngeles, ap?stoles, y personajes femeninos tambi?n de dicha familia. La certificaci?n de los personajes representados en estas pinturas las dio en su diario el Regidor Anchieta y Alarc?n, (contempor?neo de la ejecuci?n de las obras, posiblemente realizadas entre 1737 y 1742), describiendo cada uno de ellos con detalle. Sin lugar a dudas existe una clara influencia entre uno de los lienzos que colgaban en la Capilla de los Van den Heede, en el convento dominico de La Laguna, y el otro cuadro que se encuentra en la iglesia del convento de la misma orden en La Orotava. Ambas pinturas escenifican el mismo hecho, la muerte de Santo. Domingo, con una composici?n casi id?ntica, una disposici?n de personajes tambi?n muy semejante, y una serie de detalles tan parecidos que nos hacen compartir la idea de que, o bien ambas tomaron un mismo modelo para ejecutarse, o por el contrario una de ellas pudo copiar de la otra. La mejor calidad t?cnica de la existente en La Orotava, as? como la distinta paleta utilizada, hacen muy dificil que pueda tratarse de un mismo pintor el que las ejecut?. En el estudio de los dos personajes de la nobleza que aparecen en este ?ltimo retratados, observamos diferencias notables respecto al cuadro de La Laguna, especialmente en lo que respecta a indumentaria.

Publicado por verdenaranja @ 0:01  | Patrimonio Religioso
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