Martes, 04 de julio de 2006
Escrito sobre el Sacramento de la Unci?n, sacado de las p?ginas amarillas de IGLESIA DOMINICAL, a?o XXV n?mero 13, 2003.


LA UNCI?N SACRAMENTAL
Y LA ATENCI?N ESPIRITUAL
A LOS ENFERMOS



Para ampliar nuestro conocimiento -y el de los dem?s- de lo que es este sacramento, seg?n la mentalidad de la Iglesia actual, recomendamos leer los n?meros que le dedica el Catecismo de la Iglesia Cat?lica (del a?o 1992): CCE 1499-1532. M?s en profundidad podr?amos reflexionar sobre el tema leyendo la enc?clica de Juan Pablo II Salvifici doloris ("El sentido cristiano del dolor", de 1984).


La Unci?n de los Enfermos es un sacramento "dif?cil". En la sociedad secularizada de hoy es problem?tico hablar de este sacramento e invitar a celebrarlo, tanto cuando los cristianos est?n enfermos en su casa como cuando han sido ingresados en un hospital o cl?nica. Muchos le tienen miedo, porque lo identifi?can con la situaci?n terminal de la vida. Otros parecen darle poca importancia. Unos y otros participan de alg?n modo en la gran "conspiraci?n del silencio" que se da en la sociedad de hoy en torno a la enfermedad y la muerte.
Y sin embargo, dado el ejemplo de Jes?s en su trato con los enfermos y el encargo que dio a su Iglesia de continuar esta misi?n, ?podemos estar tranquilos los cristianos -los pastores y las familias- con lo que hacemos por ayudar a los enfermos a que vivan con paz y dignidad, humana y espiritualmente, su situaci?n de enfermedad o ancianidad?
No hace falta insistir mucho en la importancia que dan los evangelios a lo que Jes?s hac?a con toda clase de enfermos: leprosos, paral?ticos, epil?pticos, ciegos, sordos, y todos los que sufr?an de alguna manera. Ten?a tiempo para todos, les impon?a las manos, les bendec?a, les curaba, les animaba. En verdad Cristo se acerc? seriamente al mundo del dolor, luch? contra ?l y adem?s lo asumi? en su propia persona.
Y a sus disc?pulos les encarg? que siguieran esta misma misi?n en el mundo. Hace dos mil a?os que la comunidad de Jes?s sigue evangelizando, anunciando la Buena Noticia, reconciliando, perdonando, celebrando los sacramentos: y tambi?n curando a los enfermos.
Tambi?n ahora, cuando la medicina ofrece adelantos considerables y se atiende t?cnicamente mucho mejor a los enfermos, sigue siendo necesaria, por parte de la comunidad cristiana, la atenci?n humana y espiritual, la cercan?a de unos cristianos que anuncian la buena noticia y a la vez dan testimonio del amor de Dios y de la victoria de Cristo sobre el mal, el dolor y la muerte. En efecto, ?cu?ntos cristianos, sacerdotes, religiosos, misioneros, enfermeras, m?dicos, familiares, est?n dedicando sus mejores horas a este noble y dif?cil ministerio de la pastoral sanitaria! Estas admirables personas escuchar?n, al final de su camino, aquella consoladora palabra del Juez: "Estaba enfermo y me visitasteis... lo que hicisteis con ellos lo hicisteis conmigo".
Ese "me visitasteis" supone, ante todo, una cercan?a humana, atenci?n mate?rial a los enfermos, dedicarles tiempo, ayudarles a conocer y aceptar mejor su situaci?n m?dica, para que la enfermedad no les hunda humanamente.
Pero, junto a los cuidados humanos, tanto materiales como psicol?gicos, est? nuestra cercan?a espec?ficamente cristiana:
* transmitir oportunamente el sentido cristiano de la enfermedad, desde la fe en Cristo Resucitado,
* orar por ellos y orar con ellos: ayudarles a ellos y a sus familiares a dirigirse a Dios con confianza pidi?ndole su ayuda y su fuerza;
* facilitar a los enfermos el acceso a los sacramentos cristianos, como el de la Reconciliaci?n o Penitencia, la Eucarist?a o al menos la comuni?n, sobre todo los domingos.
* y tambi?n el sacramento de la Unci?n, como encuentro sacramental del cris?tiano enfermo ?no necesariamente del moribundo? con el amor pascual de Cristo Resucitado, el M?dico y Vencedor de nuestros males, por la mediaci?n de la Iglesia.
Es un sacramento que quiere salvar, sanar, aliviar, levantar, perdonar (son los verbos que aparecen en las oraciones del Ritual).
La celebraci?n que ofrece el Ritual es muy expresiva:
un acto penitencial o la aspersi?n bautismal, una lectura b?blica con o sin homil?a,
una oraci?n lit?nica pidiendo por el enfermo, la imposici?n de manos en silencio,
la unci?n con el ?leo de enfermos en la frente y en las manos,
el padrenuestro y la bendici?n.
Tambi?n es conveniente cuidar la celebraci?n comunitaria colectiva de la Unci?n, tanto en las parroquias como en los hospitales, con los que se encuentran en una situaci?n seria de falta de salud: por ejemplo, en uno de los domingos del tiempo pascual, para expresar mejor que toda salud y toda
gracia nos viene de Cristo Resucitado.

J. ALDAZ?BAL
Publicado por verdenaranja @ 23:57  | Liturgia
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