Mi?rcoles, 05 de julio de 2006
P?gina dedicada al sacramento de la Unci?n en la secci?n "P?ginas Verdes" de IGLESIA DOMINICAL (N?mero 13, 2003)

LA UNCI?N DE LOS ENFERMOS

Un sacramento para vivir

cristianamente la enfermedad



La atenci?n a los enfermos siempre ha consistido, ante todo, en una cercan?a y asistencia humana. Y en la oraci?n por los enfermos y con los enfermos. Pero tambi?n se ha concretado en un sacramento: el de la Unci?n de los Enfermos.
Santiago dijo en su carta:

"Sufre alguno de vosotros? Que rece. ?Hay alguno enfermo? Llame a los responsables, los presb?teros de la comunidad, que recen por ?l y lo unjan con aceite invocando al Se?or. La oraci?n hecha con fe dar? la salud al enfermo y el Se?or har? que se levante. Si, adem?s, tiene pecados, se le perdonar?n" (Santiago, 5,13-15).

Durante el primer milenio de nuestra historia este ha sido en verdad "sacramento para enfermos", o sea, un sacramento que celebran los cristianos enfermos para conseguir, por medio de la Iglesia, ayuda y gracia en su momento de debilidad. Pero poco a poco, sobre todo a partir del siglo XI, se empez? a considerar como "sacramento de los moribundos" y se pas? a llamar "Extremaunci?n". Por eso ha cundido popularmente ?y es muy dif?cil de cambiar ahora? la idea de que este sacramento est? pensado para ayudar a morir.
El Concilio Vaticano II, hace cuarenta a?os (1963) quiso que se vuelva a llamar "Unci?n de los enfermos", y as? lo considera el nuevo Ritual para la celebraci?n de este sacramento, aparecido el 1972.
La Unci?n de los Enfermos es un sacramento por el cual el sacerdote y la comunidad cristiana oran por el enfermo, imponi?ndole las manos sobre la cabeza y ungi?ndole con el ?leo de enfermos. El aceite es s?mbolo de cura?ci?n y bienestar. Como el aceite y sus derivados los utilizamos para curar, para dar fortaleza, para producir suavidad y frescor, con "masajes" que pene?tran por los poros de la piel, as? este sacramento quiere comunicar la fuerza y la suavidad y la salud que nos da el Esp?ritu de Jes?s, en un momento en que la persona m?s lo necesita, porque se encuentra d?bil y enferma.
La Unci?n es el encuentro sacramental con Cristo M?dico, que sigue estando cercano a los cristianos enfermos para curar, aliviar y liberar del mal. Con la Unci?n la Iglesia encomienda los enfermos al Se?or, que experiment? perso?nalmente el dolor y la muerte y ahora est? como Se?or Resucitado presente en nuestras vidas. E invita a los cristianos a que se asocien en su momento de dolor a la pasi?n y la muerte de Cristo, contribuyendo as? a la salvaci?n del mundo.

Para qui?n es este sacramento

La Unci?n no es para los que est?n inconscientes y a punto de morir. En esos casos, con mayor raz?n. Y menos para los que ya han fallecido. Para estos casos la Iglesia tiene otras acciones sacramentales y de oraci?n.
Es un sacramento para los enfermos graves, los que padecen serios inconve?nientes de salud, sean j?venes o mayores. Para los que van a ser sometidos a una operaci?n considerada grave. A ser posible, para los que pueden recibirlo conscientemente, escuchando lo que dicen los textos y entendiendo lo que significan los gestos simb?licos del sacramento.
Su finalidad no es ayudar a morir. Naturalmente, tambi?n en esta circunstan?cia tan fundamental ayuda eficazmente al cristiano. El Ritual dice que este sacramento es para "los seriamente afectados por la enfermedad", incluidos los ancianos "cuyas fuerzas se debilitan seriamente, a?n cuando no padezcan una enfermedad grave".
La Unci?n ayuda a vivir en cristiano la enfermedad. Quiere dar al enfermo confianza en Dios, paz y serenidad, fuerza y gracia para este momento de dolor y enfermedad. Y da tambi?n el perd?n de los pecados. Es un sacramento que, por la mediaci?n del ministro de la Iglesia, quiere mostrar a un enfermo el amor que Dios tiene de un modo especial por los que sufren.
Una novedad del Ritual de la Unci?n ha sido la recomendaci?n que en las parroquias o en los hospitales se celebre alguna vez este sacramento de un modo colectivo, por ejemplo en uno de los domingos de Pascua: para expresar que un cristiano, tanto en momentos de salud como de enfermedad, recibe gracia y ayuda del Se?or Resucitado.
Ayudar al enfermo, en el clima familiar o en el hospitalario, con la cercan?a, con todos los recursos sanitarios, pero adem?s con la oraci?n y, tambi?n, facilit?ndole los sacramentos de la Penitencia y la Unci?n, es hacerle un gran favor humano y cristiano.
Publicado por verdenaranja @ 9:24  | Liturgia
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