(EL D?A, 6 - VII. Celestino Gonz?lez) NO VAYAMOS a negarlo, que algo hay en el ambiente que nos anima, algo que realmente nos ilusiona... A los menos j?venes, porque en nuestra mente afloran los recuerdos de aquellos d?as festivos evocando estas fechas de julio en Puerto de la Cruz, cuando, con menos a?os de edad, nos contagi?bamos con aquellos ?nimos populares previos a la celebraci?n anual en honor del Gran Poder de Dios y Nuestra Se?ora la Virgen del Carmen. Las personas mayores quiz?s sean quienes m?s tengan que narrar y vean con m?s nostalgia en los ojos de los j?venes reflejadas la ilusionada inquietud previa a la celebraci?n del gran acontecimiento de cada a?o que va pasando, cuando nuestro esp?ritu se involucra devocionalmente con el compromiso religioso y l?dico de asistir a nuestros santos patronos tradicionalmente. Los mayores, aquellos que activamente participaban en las respectivas organizaciones con responsabilidad y se entregaban a sus loables cometidos. Ahora bien, los que siempre fuimos protagonistas sin responsabilidad alguna, y s? colaborando con sentido de urbanidad y respeto, ?ramos la otra parte de nuestra sociedad, los m?s j?venes, los m?s beneficiados en todos los sentidos.
Entonces ?ramos eso, adolescentes, y el tiempo, como si no pasara, e ignor?bamos su vertiginosa fuga. Ni pens?bamos en que nuestras facultades mermar?an alguna vez, nunca imaginamos esa normal transformaci?n que evidentemente sufrir?amos, que nos har?amos perezosos, ego?stas y aburridos. A fin de cuentas son los a?os, que nos van anulando y disminuyen nuestras facultades f?sicas y mentales; nos vamos haciendo distintos, completamente impersonales y ausentes.
Las actuales Fiestas de Julio portuenses, por m?ltiples circunstancias, han ido cambiando su acostumbrada programaci?n sin que se note mucho, pero no es como antes. Puerto de la Cruz es una ciudad comprometida con su propio desarrollo urban?stico y social. Se debe, considerablemente, al gran reto tur?stico que desafi? en su d?a y que jam?s debemos descuidar para poder mantener tant?simos puestos de trabajo, no s?lo para los portuenses, tambi?n para aquellos que vienen de fuera y est?n defendiendo los garbanzos de sus respectivas familias. Insisto en que son much?simos.
Nada es como antes, nada es igual... Y los responsables de los distintos eventos programados, tanto los populares como los religiosos, han tenido que adecuarse a las nuevas circunstancias. Pero es curioso: el esp?ritu portuense jam?s ha deca?do, todo lo contrario, desafiamos con entusiasmo todos aquellos elementos extra?os que pretendan turbar nuestra armon?a, y las fiestas en honor del "Viejito" y la Virgen del Carmen suelen ser m?s atractivas y esplendorosas, rigurosamente alegres cuando llegan ocasiones como las presentes. El ambiente es de lo m?s c?lido y acogedor, para propios y for?neos que quieran visitarnos.