Jueves, 06 de julio de 2006
Escrito contenido en el programa de Semana Santa de la parroquia de San Marcos de Icod de los Vinos. Tenerife

PLATER?A POBLANA EN ICOD

EL LEGADO DE DON MARCOS Y DON DOMINGO DE TORRES


Jes?s P?rez Morera

Como escribe el profesor Jes?s Hern?ndez Perera. el amor a la patria chica obliga al emigrante a rubricarlo con recuerdos perennes. De las fortunas amasadas por los canarios bajo el sol ardoroso de M?xico el Caribe se desprendieron siempre piadosos y art?sticos regalos con los que hac?a ostentaci?n de la buena fortuna y el ?xito logrado en el Nuevo Mundo. Humana vanidad y sincera devoci?n se mezclan en el regalo del indiano enriquecido. que por ello puede hacer suyo, con justicia, el lema del famoso minero mexicano don Jos? Zaborda. Dios da a zaborda y Laborda da a Dios. Las donaciones se dirigen en primer lugar a sus parroquias de bautismo y nada m?s querido para el emigrante que aquellas devociones que aprendi? a amar desde la cuna. Desde la nostalgia de la tierra nativa. el canario implor? el amparo y protecci?n de su madre bendita de Candelaria. del Pino o de las Nieves, invocadas en el duro trabajo en los ub?rrimos valles y planicies tropicales, en el asiento minero y en el incesante trasiego comercial de las ciudades indianas: en los peligros de la pirater?a o en el furioso oc?ano en medio de la tempestad, durante el ir y venir de las naves que tanta riqueza trajeron a esta orilla.

Escala imprescindible en el camino entre ciudad de M?xico y el puerto de Veracruz, la opulenta ciudad de Puebla de los Angeles -cuya prosperidad fue inmediata merced a su estrat?gica situaci?n comercial y su desarrollo agr?cola e industrial- se convirti? en una gran epifan?a de todas las artes, que destac? por su lujo. originalidad y derroche de imaginaci?n. Fue despu?s de la capital, el segundo centro art?stico en significarse de Nueva Espa?a y, por ende, platero. Sin embargo, ninguna de las piezas poblanas que se conservan en Canarias posee marca de localidad, lo que viene a confirmar, una vez m?s, que Puebla no cont? con oficina de ensayo. Por esta raz?n. -y como indica L. Anderson- la plata labrada en la ciudad ten?a que ser contrastada en la vecina capital del virreinato (1). Esta controversia plantea un problema dif?cil de resolver y es posible que muchas obras tenidas por capitalinas en funci?n de sus punzones sean, en realidad. angelopolitanas. As? sucede con la custodia de La liaba (1708-1721), cuya tipolog?a y estilo -claramente poblano como ha destacado la doctora Esteras- no se corresponde con su marcaje (2).

Con excepci?n de la l?mpara enviada al santuario de Nuestra Se?ora de las Nieves por el capit?n Bartolom? S?nchez de Ordu?a en 1673 y de la espl?ndida corona de plata sobredorada y esmaltes de la Virgen de la Luz de Los Silos, recibida en 1704. el conjunto de las piezas poblanas existentes en Canarias se concentra en el segundo cuarto o en el segundo tercio del siglo XVIII.

Entre los legados poblanos. sobresalen. por su n?mero e inusitada riqueza, el de Andr?s Alvarez a las iglesias de Tacoronte (parroquia de Santa Catalina, convento agustino del Cristo de los Dolores y ermitas de San Juan y San Jer?nimo): el de los hermanos Marcos y Domingo de "forres al convento de San Agust?n y las ermitas de las Angustias y del Tr?nsito en Icod de los Vinos: y el de los obispos Alvarez de Abreu a Santa Cruz de La Palma (santuario de las Nieves y parroquia de El Salvador). Bre?a Alta y La Laguna: a los que hay que a?adir la no menos espl?ndida pareja de monumentales ara?as que don Domingo Naranjo y Nieto obsequi? a la patrona de Gran Canaria.

Hijo de don Marcos Gonz?lez de Torres, el capit?n don Marcos de Torres y Borges, se embarc? para Campeche por los anos de 1734 (3). A finales de esa d?cada, se hallaba en Puebla de los ?ngeles. pues all? est? fechada la custodia que don? al convento de San Agust?n de Icod, con dedicatoria grabada que atestigua localidad y a?o (1739). Regres? a su tierra natal en 1746. fijando su residencia en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. donde otorg? testamento cerrado. de su pu?o y letra. en 1770. En Icod, este acaudalado indiano fabric? a sus expensas la ermita de Nuestra Se?ora de las Angustias, situada al final de la calle de los Molinos y en su hacienda del "Molino Nuevo", en virtud de licencia concedida por el obispo don Juan Francisco Guill?n el 12 de septiembre de 1747 (4). En ella hizo colocar, como declar? solemnemente en su testamento, la hermosa imagen que, con el t?tulo de las Angustias. tuvo la gloria de traer conmigo de la corte de H?xico, reuno de ,Nueba Espa?a... que por mi deuosi?n mand? excuipir en aquella corte y coloqu? en la sitada hermita en veynte y dos de septiembre de mil setesientos quarenta o ocho (5). Fallecido el 17 de octubre de 1780, fue sepultado en su ermita de las Angustias bajo sepulcro blasonado con las armas de su apellido.

Con ?l se relacionan el importante lote de piezas poblanas que enriquecen hoy el patrimonio icodense ytinerfe?o: el c?liz, obra de realze, de la ermita de las Angustias que, seg?n su propia menci?n, hab?a sido hecho en dicha Puebla de los Angeles (6); el de la cercana ermita del Tr?nsito -pr?cticamente igual-, fundada, edificada y dotada por su hermano don Domingo de Torres, que sin duda se debi? de valer de don Marcos para adquirir la pieza en Puebla; y la custodia de astil de figura que regal? al convento de San Agust?n de Icod en cuya iglesia ostentaba el patronato del altar de San Cayetano-, hoy en la parroquia de la Victoria de Acentejo (7). La hechura de estos tres ejemplares pone de manifiesto una cronolog?a pr?xima y un obrador com?n. En Puebla tambi?n fue fundida, con metal superior. la campana de la ermita de las Angustias, consagrada en las Islas por el obispo don Juan Francisco Guill?n.

A su hermano menor, el capit?n don Domingo de
Torres (1706-1772), se debe la fundaci?n, hacia 1751, de la ermita del Tr?nsito, gemela de las Angustias y construida frente a ella en la Hoya de Blas Mart?n. En 1772, ?l y su esposa, do?a Mar?a Josefa Alay?n, fundaron por testamento mancomunado un v?nculo en el tercio y remanente del quinto de sus bienes; en primer lugar, sobre las casas de nuestra morada con su henil da, cuyo t?tulo es de Nuestra Se?ora del Tr?nsito, con toda la vi?a y sitios que tenemos dentro de esta cerca y joya que disen de Blas Mart?n... y todas las ataras que en ellas est?n, con quatro candeleros de plata con unas espauiladeras; un atril de carey; y un c?liz: de plata dorado, hechura de M?xico, con sus vinagreras i' campanilla y platillo de la misma hechura sobredorado (8).

Con peso de 4 libras y 2 onzas y adornada con 19 piedras falsas, la custodia dedicada en 1739 por don Marcos de Torres al convento de San Agust?n de Icod pas? en 1836 a la parroquia de la Victoria (9). Su tipo reproduce los ostensorios port?tiles solares con astiles escult?ricos de figura tan caracter?sticos de los talleres novohispanos del barroco, ci??ndose fielmente su estructura y exorno a las creaciones de Puebla de los ?ngeles. La soluci?n del ?ngel -con faldas abiertas y soportando el sol sobre su cabeza- es la m?s com?n en las plater?as barrocas angelopolitanas, que de ese modo rend?an homenaje a los celestiales protectores de la ciudad. La misma funci?n de atlante o cari?tide asumen la Virgen Mar?a o santos patronos. Este es el caso de Santa Catalina que, como titular de la parroquia de Tacoronte, aparece en el rico ostensorio que Andr?s ?lvarez regalara al pueblo de su nacimiento. Su morfolog?a sigue plenamente el modelo creado en los obradores poblanos, especialmente en lo que se refiere al tratamiento ornamental del pie: al sentido de la yuxtaposici?n de los cuerpos del astil, con voluminoso jarr?n central y ?ngel escult?rico que recibe el peso del sol sobre su cabeza, a?n cuando los brazos levantados parecen ayudarle en la tarea como si de una cari?tide se tratara; y al dise?o del sol, con rayos calados ondulantes y rectos terminados en peque?as cabezas de ?ngeles alados. El cromatismo introduce carnaciones en color plata en el ?ngel, que contrastan sobre la masa dorada predominante. Con respecto a otros ejemplares poblanos conocidos. presenta estrecha semejanza con las custodias de Palomares del R?o, en Sevilla, y Cordobilla de L?cara, en Badajoz (1734-1737), ambas con id?ntico ?ngel en el astil; y sobre todo con la del Museo Franz Mayer, en M?xico D. F. (ca. 1735). Del mismo tipo es la custodia de la parroquia de Nuestra Se?ora de Candelaria de Chipude (La Gomera) que. por sus analog?as con el antiguo ostensorio de los agustinos de Icod -en especial en la figura del ?ngel-, se le atribuye origen poblano desde 1984 (10). Sin embargo, la pieza da la impresi?n en su conjunto de haber sufrido transformaciones. El ?ngel bajo la cruz del colof?n, con alas cruzadas bajo la cabeza. responde a la tipolog?a canaria, al mismo tiempo que la disposici?n del astil, torneado y r?gido, se aparta de los modelos de Puebla. Todo ello nos plantea la duda de si se trata realmente de una obra angelopolitana o si, por el contrario, resulta una interpretaci?n isle?a del modelo precedente.

Al igual que sucede con las custodias, los c?lices y juegos de altar de procedencia poblana que posee el Archipi?lago se concentran cronol?gicamente en el segundo tercio del siglo XVIII. La serie se inicia con los c?lices gemelos de las ermitas de las Angustias y del Tr?nsito de Icod de los Vinos (ca. 1739); y el de la iglesia de San Bartolom? de Fontanales, en Gran Canaria (ca. 1735-1740). Recubiertos casi por completo de tupida ornamentaci?n repujada, fundida y cincelada, incluyen cabezas angelicales casi de bulto redondo, as? como carnosas hojas y tallos vegetales. Como se?ala la doctora Esteras, en Puebla se cre? un c?liz de marcada personalidad, caracterizado por el acusado naturalismo de su concepci?n ornamental y por las formas sinuosas de su estructura. Ejemplares de id?ntica estructura y decoraci?n existen en Cordobilla de L?cara (Badajoz), labrado en Puebla en 1734-1737; Santa Mar?a de Tebra (Pontevedra); Nuestra Se?ora de Granada de Moguer (Huelva); Museo Nacional del Virreinato (Tepotzotl?n, M?xico); San Mart?n de Briviesca (Burgos), con la diferencias en la copa; y parroquia de la Asunci?n de Alcu?scar (C?ceres), catalogado -por equ?voco- como de estilo rom?ntico-neobarroco de mediados del siglo XIX. Todos ellos datan de la tercera o cuarta d?cada del siglo XVIII, con excepci?n del de la bas?lica de San Ignacio de Loyola (Guip?zcoa), que parece ser el m?s antiguo, fechado por inscripci?n en 1722. Los c?lices de Icod hac?an juego con sus correspondientes vinajeras y platillos o salvillas de obra de relieve para presentarlas, que lamentablemente no se han conservado.
Por ?ltimo, a estas piezas cabe a?adir la l?mpara que actualmente pende del arco de la capilla del Rosario de la iglesia de San Marcos de Icod, cuyas caracter?sticas parecen coincidir con aquella otra de 110 onzas y 7 adarmes de peso, fabricada en la Puebla de los ?ngeles, que don Marcos de Torres hizo colocar delante del altar de Nuestra Se?ora de las Angustias. Obra muy t?pica de los talleres novohispanos, su esquema formal responde a un modelo que se generaliz? hasta convertirse en prototipo en varios centros plateros del virreinato (Ciudad de M?xico, Puebla de los ?ngeles, Veracruz), como evidencia la l?mpara del Museo Franz Mayer (1729), con marcas del ensayador capitalino Domingo Garc?a de Mendiola. Sin embargo, su mayor parecido lo presenta con los ejemplares de Salvatierra de los Barros (Badajoz), labrados en Puebla de los ?ngeles en 1724-1725. Con ellos comparte no s?lo la estructura general del plato -m?s plano en el caso de Icod- y del man?pulo rematado en cruz con gallardete (con cupul?n bulboso similar al de la Virgen de Entrambasaguas); sino otros detalles decorativos como la ornamentaci?n repujada de la boya y la campana (l?mpara de la capilla del sagrario), que combina elementos de ra?z manieristas con follajes naturalistas de aspecto cartilaginoso tan acordes con los gustos del barroco: la barandilla calada (l?mpara de la Concepci?n): los perillones periformes con acantos grabados: el bander?n partido con adorno de tallos ondulantes; y los eslabones fundidos de "ces" vegetales (l?mpara de la Virgen del Rosario).


NOTAS:

(1) L. Anderson, The art of the silvermith in Mexico, 1519-1936 Nueva York, Oxford University Press, 1941, I, 10.
(2) C. Esteras Mart?n, Plater?a hispanoamericana. Siglos XVI-XIX. Exposici?n Diocesano Badajocense, Badajoz, 1984,40.
(3) AHPT, PN 2704 (Juan Jos? Sopranis, 1772), 146v.
(4) DARLAS Y PADR?N, D.V, "De antiguas devociones y
abolengos icodenses. El Santuario de las Angustias", La
"farde. 15-IX-1953.
(5) AHPT, PN 2608 (Juan Jos? Sopranis, 1780), 335; y Mart?nez de la Pe?a, Esculturas americanas en Canarias", II Coloquio de I Iistoria Canario-Americana (1977), Las Palmas de Gran Canaria, 1. II, 1979, 484-485.
(6) J. G?mez Luis-Ravelo, "Arte Hispanoamericano (Siglos XVI al XIX)" [cat?logo de la exposici?n celebrada en la capilla de Nuestra Se?ora de los Dolores], Ycod de los Vinos, 1 9 9 1 , n? 1 I .
(7) J. Hern?ndez Perera, Orfebrer?a de Canarias, Madrid, 1955, 184-185, figs. 58 y 59; y J. G?mez Luis-Ravelo, ob. c i t . , 1 9 9 1 , n?9, I I y 12.
(8) AHPT, PN 2704 (Juan Jos? Sopranis, 1772), 149; y F. Rodr?guez Mendoza, Estudio de una cadena migratoria aAnm?rica. Icod de los Vinos (1750-1830), Centro de la Cultura Popular Canaria, La Laguna, 1998,235.
(9) Fue concedida a la parroquia de la Victoria por decreto del 12 de julio de 1836 (AHDT, Fondo Hist?rico Diocesano, Conventos 5-5).
(10).1. I-Icrn?ndez Perera, "Arte", Canarias, Fundaci?n J. March, 1984, 288; y A. Darias Pr?ncipe, La Gomera. Espacio, Tiempo y Forma, Madrid, 1992,304.
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