De la hoja de informaci?n misionera "Solidaridad Minionera" en su secci?n TESTIMONIOS. Pastoral de los puentes
Hace seis a?os que trabajo en las parroquias de B?mbilo y Mbuma, en la di?cesis de Bondo, al norte de la Rep?blica Democr?tica de Congo. Estamos en una zona selv?tica enclavada entre dos importantes r?os: el Bili, al norte, y el Uele, al sur, que tienen multitud de afluentes.
Atendemos una poblaci?n de unas 25.000 personas, diseminadas en 42 comunidades cristianas. La gente pertenece a la etnia azande, en concreto al subgrupo de los aband?a. Al encontrarse en una zona tan aislada, han recibido muy poca influencia exterior y muchos siguen practicando la poligamia y guardando sus tradiciones y su cultura igual que hace de-cenas de a?os. Cr?an peque?os animales, pero la agricultura es el medio de supervivencia. La tierra es muy f?rtil y crecen con facilidad el arroz, los cacahuetes, el ma?z, la alubia, la mandioca o el pl?tano verde.
Cuando los misioneros combonianos llegamos a esta zona, enseguida nos dimos cuenta de que uno de los principales retos era mejorar las comunicaciones para favorecer el contacto entre la gente, facilitar la venta de los productos agr?colas en los mercados y permitir el desarrollo de la red educativa y sanitaria. Estamos convencidos de que los caminos son indispensables para nuestra labor misionera y el desarrollo integral de las personas. De los 356 kil?metros que en la actualidad forman nuestra red de caminos, se pueden recorrer con bastantes dificultades 212 en coche y 27 en moto; por los 117 kil?metros restantes no queda m?s reme-dio que caminar.
Los caminos son de tierra batida y las lluvias los estropean con suma facilidad. Un problema a?adido son los numerosos arroyos de la zona. Por ejemplo, para viajar de Mbuma a Angu, situadas a 50 kil?metros de distancia, se deben atravesar 28 arroyos. Ocurre lo mismo en cualquier direcci?n que tomes. Muchos arroyos son estacionales y s?lo llevan agua en la ?poca de lluvias, durante la que se convierten en aut?nticos torrentes imposibles de atravesar, lo que provoca el aislamiento de los poblados.
Lo m?s bonito de nuestra experiencia es ver c?mo la propia gente va descubriendo la importancia de mantener abiertas las comunicaciones y se implica en la construcci?n de puentes y en el arreglo de los caminos. El Gobierno y las autoridades locales, debido a los problemas internos del pa?s, no realizan ning?n tipo de inversi?n en la zona y la gente est? obligada a "sacar-se las casta?as del fuego". Nosotros, los misioneros, les apoyamos en todo lo que podemos.
Llevamos varios a?os implicados en esta pastoral de los puentes, con el objetivo de unir caminos y facilitar el sentimiento de pertenencia
de nuestra gente a una misma comunidad. Hemos construido numerosos puentes, pero todav?a tenemos en proyecto otros 69 m?s. Los puentes m?s sencillos sobre peque?os arroyos, los podemos levantar nosotros mis-mos, sin necesidad de ayuda exterior, utilizando troncos de ?rbol y piedras que en?contramos en nuestro entor?no. Sin embargo, los puentes sobre corrientes de agua m?s caudalosas requieren una cimentaci?n m?s s?lida a base de cemento, un material que por estas latitudes, debido a los costes del transporte, alcanza precios desorbitados: hasta 40 d?lares el saco.
Me atrevo a dirigirme a vosotros para pediros vuestra colaboraci?n econ?mica en este proyecto de cons?trucci?n de puentes que es-tamos llevando a cabo los misioneros combonianos de B?mbilo-Mbuma.
Cada puente supone la posibilidad de que mucha gente pueda llegar con facilidad a los pozos de agua limpia que vamos construyendo por la zona, llegar a tiempo a un dispensario en caso de enfermedad o alumbramiento. Supone, en definitiva, que muchas perso?nas puedan sobrevivir y eliminar muchas enfermedades en los ni?os al evitar que beban aguas contaminadas y puedan ser tratados a tiempo de sus problemas sanitarios.
Contamos con vuestra ayuda. Nuestros escasos medios econ?micos no nos permiten llegar a tantas necesidades. Aumentar? la felicidad de vuestras vacacio?nes el saber que con vuestra ayuda hemos podido hacer felices a muchas personas. Gracias de coraz?n. Que Dios os bendiga.
P. Sen?n G?ndara Desde B?mbilo (R. D. de Congo