S?bado, 08 de julio de 2006
ZENIT publica el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. --predicador de la Casa Pontificia-- a la liturgia del pr?ximo domingo, XIV del tiempo ordinario.



Sali? de all? y vino a su patria




XIV Domingo del tiempo ordinario (B)
Ezequiel 1, 13-15-2,23-25; 2 Corintios 12, 7-10; Marcos 6, 1-6



Cuando ya se hab?a hecho popular y famoso por sus milagros y su ense?anza, Jes?s volvi? un d?a a su lugar de origen, Nazaret, y como de costumbre se puso a ense?ar en la sinagoga. Pero esta vez no suscit? ning?n entusiasmo, ning?n ? hosanna!. M?s que escuchar cuanto dec?a y juzgarle seg?n ello, la gente se puso a hacer consideraciones ajenas: ??De d?nde ha sacado esta sabidur?a? No ha estudiado; le conocemos bien; es el carpintero, ?el hijo de Mar?a!?. ?Y se escandalizaban de ?l?, o sea, encontraban un obst?culo para creerle en el hecho de que le conoc?an bien.

Jes?s coment? amargamente: ?Un profeta s?lo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio?. Esta frase se ha convertido en proverbial en la forma abreviada: Nemo propheta in patria, nadie es profeta en su tierra. Pero esto es s?lo una curiosidad. El pasaje evang?lico nos lanza tambi?n una advertencia impl?cita que podemos resumir as?: ?atentos a no cometer el mismo error que cometieron los nazarenos! En cierto sentido, Jes?s vuelve a su patria cada vez que su Evangelio es anunciado en los pa?ses que fueron, en un tiempo, la cuna del cristianismo.

Nuestra Italia, y en general Europa, son, para el cristianismo, lo que era Nazaret para Jes?s: ?el lugar donde fue criado? (el cristianismo naci? en Asia, pero creci? en Europa, ?un poco como Jes?s hab?a nacido en Bel?n, pero fue criado en Nazaret!). Hoy corren el mismo riesgo que los nazarenos: no reconocer a Jes?s. La carta constitucional de la nueva Europa unida no es el ?nico lugar del que ?l es actualmente ?expulsado?...

El episodio del Evangelio nos ense?a algo importante. Jes?s nos deja libres; propone, no impone sus dones. Aquel d?a, ante el rechazo de sus paisanos, Jes?s no se abandon? a amenazas e invectivas. No dijo, indignado, como se cuenta que hizo Publio Escipi?n, el africano, dejando Roma: ?Ingrata patria, ?no tendr?s mis huesos!?. Sencillamente se march? a otro lugar. Una vez no fue recibido en cierto pueblo; los disc?pulos indignados le propusieron hacer bajar fuego del cielo, pero Jes?s se volvi? y les reprendi? (Lc 9, 54).

As? act?a tambi?n hoy. ?Dios es t?mido?. Tiene mucho m?s respeto de nuestra libertad que la que tenemos nosotros mismos, los unos de la de los otros. Esto crea una gran responsabilidad. San Agust?n dec?a: ?Tengo miedo de Jes?s que pasa? (Timeo Jesum transeuntem). Podr?a, en efecto, pasar sin que me percate, pasar sin que yo est? dispuesto a acogerle.

Su paso es siempre un paso de gracia. Marcos dice sint?ticamente que, habiendo llegado a Nazaret en s?bado, Jes?s ?se puso a ense?ar en la sinagoga?. Pero el Evangelio de Lucas especifica tambi?n qu? ense?? y qu? dijo aquel s?bado. Dijo que hab?a venido ?para anunciar a los pobres la Buena Nueva, para proclamar la liberaci?n a los cautivos y la vista a los ciegos; para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un a?o de gracia del Se?or? (Lucas 4, 18-19).

Lo que Jes?s proclamaba en la sinagoga de Nazaret era, por lo tanto, el primer jubileo cristiano de la historia, el primer gran ?a?o de gracia?, del que todos los jubileos y ?a?os santos? son una conmemoraci?n.
Publicado por verdenaranja @ 22:22  | Espiritualidad
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