S?bado, 08 de julio de 2006
Seg?n el profesor Salvador Antu?ano Alea

(Zenit. org)
7 julio 2006.- El Santo C?liz de la ?ltima Cena, que custodia la Catedral de la ciudad espa?ola de Valencia y venerar? Benedicto XVI el s?bado, funda su verosimilitud en indicios muy razonables --arqueol?gicos, hist?ricos y de tradici?n--, pero para los cristianos lo m?s importante es ?su condici?n de icono sacro?.

Y es que el pueblo cristiano lo venera porque ?le representa y le traslada al momento sublime en que el Hijo de Dios nos dej? su Sangre como bebida antes de derramarla en la Cruz?: ?ste es el sentido del C?liz de Valencia, explica Salvador Antu?ano Alea a Zenit.

Doctor en Filosof?a y profesor universitario en Madrid (en la Universidad Francisco de Vitoria), Antu?ano se interes? por el Santo Grial a la vista de las conjeturas, los presuntos ?poderes m?gicos? que le atribuye la leyenda y la confusi?n de fronteras con historia y realidad. Fruto de su estudio fue el volumen ?El misterio del Santo Grial. Tradici?n y leyenda del Santo C?liz? (EDICEP, www.edicep.com, Valencia 1999).

La voz firme de la arqueolog?a

Desde el punto de vista arqueol?gico, el conjunto del Santo C?liz ?est? formado por tres partes --describe--: dos vasos de piedra y una montura de orfebrer?a?. ?sta ?puede fecharse, de acuerdo con su estilo art?stico, entre el siglo XIII y el inicio del XIV?, mientras que ?el vaso que sirve de pie al C?liz? ?puede datarse en la Medina Azahara de Almanzor, en el siglo X o, si procediera de otro taller, entre ese siglo y el XII?.

?La Copa propiamente dicha [el C?liz], sin embargo, es mucho m?s antigua?, expone el profesor Antu?ano siguiendo ahora al catedr?tico de Arqueolog?a de la Universidad de Zaragoza, Antonio Beltr?n, quien estudi? el C?liz por encargo del Arzobispo Olaechea (em?rito de Valencia, fallecido en 1972).

Su precisi?n cient?fica, la comparaci?n que realiz? con objetos similares y el an?lisis cr?tico de documentos ?apuntan a un taller oriental --Egipto o Palestina-- y a los ?ltimos momentos del arte helen?stico (siglos II a.C.-I d.C.). ?comenta Antu?ano--. Se corresponde con el tipo de vasos usados para solemnidades o pertenecientes a casas ricas?.

Tras sus estudios, el catedr?tico de Arqueolog?a concluy? que esta ciencia confirma la verosimilitud hist?rica del Santo C?liz, as? como que ?el pie es un vaso egipcio o califal del siglo X u XI y fue a?adido, con rica orfebrer?a, a la copa, hacia el siglo XIV, porque se cre?a entonces, firmemente, que era una pieza excepcional?.

Historia y tradici?n

?El documento hist?rico escrito m?s antiguo que nos habla con toda claridad del Santo C?liz es la escritura de donaci?n del C?liz, hecha por los monjes de San Juan de la Pe?a al Rey de Arag?n Don Mart?n I el Humano?, fechada ?el 26 de septiembre de 1399?, sigue el profesor Antu?ano explicando a Zenit.

El texto describe ?fielmente el c?liz de piedra que se conserva hoy en Valencia. A partir de ese momento su trayectoria est? completamente documentada?, si bien ?antes de esa fecha no conservamos documento que nos hable de ?l?, constata.

Por lo tanto, a ?la propia realidad material del C?liz? se suma ?una antigua tradici?n apoyada por vestigios e indicios razonables?, aclara.

Es as? que una antigua tradici?n, que corrobora el fundamento arqueol?gico, apunta que el C?liz pas? de Jerusal?n a Roma con San Pedro, y con ?l celebraron los misterios los primeros Papas. Y llegar?a en torno al a?o 258 a Espa?a, a la zona de Huesca, enviado por San Lorenzo tras el martirio del Papa Sixto y antes del suyo propio, con la intenci?n de preservarlo as? del expolio de la persecuci?n contra la Iglesia decretada por Valeriano.

?All? estar?a hasta la invasi?n musulmana, cuando los fieles lo salvar?an ocult?ndolo en diversos puntos de la monta?a --relata el profesor Antu?ano--. A medida que la Reconquista avanza, se consolida tambi?n una discreta veneraci?n en diversas iglesias?, y ?es muy posible que a mediados del siglo XI estuviera en Jaca, conservado por los obispos y que, al instaurarse el rito romano en el Reino de Arag?n --a?o 1071-- pasara al Monasterio de San Juan de la Pe?a?, en cuyo silencio ?se conservar?a durante m?s de tres siglos?.

?Indicios suficientemente veros?miles? se desprenden por su parte del Nuevo Testamento: ?resulta posible que Cristo celebrara la ?ltima Cena en la casa de san Marcos?; ?ste era como un ?secretario de san Pablo y de san Pedro, con quien parece que va a Roma?, por lo que ?no ser?a extra?o que el evangelista hubiera conservado el vaso --un vaso de su vajilla-- en el que el Maestro consagrara la Eucarist?a?, ni ser?a raro ?que se lo entregara a Pedro y ?ste a Lino?, y de uno a otro a Cleto, a Clemente, y as? sucesivamente.

No se puede olvidar que ?el canon romano de la misa se elabora sobre el rito usado por los Papas de los primeros siglos? (reci?n citados), y ?en una de sus partes m?s antiguas, la f?rmula de la consagraci?n, presenta una ligera variante con otras liturgias?, pues establece las palabras: ?del mismo modo, acabada la cena, tom? este c?liz glorioso en sus santas y venerables manos, dando gracias te bendijo, y lo dio a sus disc?pulos diciendo....?, ?de tal forma que parece insistir en un c?liz particular y concreto: el mismo que usara el Se?or en su Cena?, apunta Salvador Antu?ano.

El itinerario hist?rico, bien documentado a partir de 1399, nos lleva a la ciudad de Valencia, que est? a punto de visitar Benedicto XVI, donde en 1915 el Cabildo catedralicio decide transformar la antigua sala capitular de la Catedral en Capilla del Santo C?liz, donde ?ste qued? instalado en la Solemnidad de la Epifan?a de 1916.

Hubo de ser sacado de all? a toda prisa a los veinte a?os, en el estallido de la guerra civil, tres horas antes de que la Catedral ardiera. ?Cuando se extingui? el fuego de la guerra, se entreg? solemnemente el C?liz al Cabildo el 9 de abril de 1939, Jueves Santo, y se instal? en su capilla reconstruida el 23 de mayo de 1943?, recuerda el profesor Antu?ano.

A partir de entonces se intensifica el culto y la devoci?n al Santo C?liz. Y ?el arzobispo actual, monse?or Agust?n Garc?a-Gasco, ha logrado difundir la veneraci?n m?s all? de los l?mites de la Comunidad Valenciana?, reconoce.

La verdadera m?stica del Santo C?liz de la Cena

Visto el trasfondo de arqueolog?a, historia y tradici?n de esta reliquia, si algo importa es su valor como icono sacro. Y es que, ?para el Cristianismo, un icono sagrado no es s?lo una imagen piadosa?, ni siquiera una ?representaci?n de un motivo religioso?; es mucho m?s ?advierte el estudioso--: ?es un medio para la contemplaci?n espiritual, para la meditaci?n y para la oraci?n?.

Lejos de albergar ?propiedad ?m?gica?? alguna, ?el icono es sagrado porque su imagen evoca un misterio salv?fico y, de una forma espiritual pero real, tiene como finalidad poner a quien lo contempla en comuni?n con ese misterio, hacerlo part?cipe de ?l?, subraya.

Y como ?los datos de la tradici?n y de la historia nos apuntan seriamente la posibilidad de que fuera el mismo C?liz que el Se?or us? la noche en que iba a ser entregado?, los cristianos lo veneran porque ?traslada al momento sublime en que el Hijo de Dios nos dej? su Sangre como bebida antes de derramarla en la Cruz? por nuestra salvaci?n, precisa.

?Por eso --sintetiza-- el n?cleo y fundamento de la veneraci?n del Santo C?liz est? en el Misterio Eucar?stico?.

Para el profesor Salvador Antu?ano, uno de los momentos m?s importantes de la historia del Santo C?liz fue la visita del Santo Padre Juan Pablo II a Valencia el 8 de noviembre de 1982: ?tras venerar la Reliquia en su Capilla, el Papa celebr? la Misa con ella en el paseo de la Alameda?.

?La historia del Santo C?liz seguir?, como sigue la historia de la propia Iglesia, pero el gesto de Juan Pablo II al consagrar en ?l la Sangre del Se?or puede considerarse como el hito que introduce la reliquia en el tercer milenio?, concluye.
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