En los n?meros 29 al 37 de la Carta Apot?lica "Rosarium Virginis Mariae" se dan unas indicaciones que ayudan a la meditaci?n de los misterios. DIEZ PISTAS PARA REZAR MEJOR EL ROSARIO
Dentro del Cap?tulo III, el Papa da unas indicaciones para favorecer que el Rosario sea una oraci?n que ayude a la contemplaci?n. Lo hace revisando los elementos que lo forman:
1) El enunciado del misterio (n. 29): Se trata de colocarnos en lo que vamos a contemplar. Ayudar?a tener una imagen del misterio como un cuadro, un p?ster.
2) La proclamaci?n de la Palabra de Dios (n. 30): Es ella quien da sentido a lo que vamos a contemplar. Leer el pasaje correspondiente al misterio facilita la actualizaci?n hoy y aqu? del mismo. La proclamaci?n puede ir acompa?ada de un breve comentario en algunos d?as m?s solemnes.
3) El silencio (n. 31): Despu?s de haber proclamado la Palabra y antes de comenzar a rezar, es necesario un momento de silencio que nos ayude a recogernos inte?riormente y facilitar as? el que centremos nuestra aten?ci?n en el misterio que vamos a contemplar.
4) El Padrenuestro (n. 32): Al comenzar la oraci?n vocal lo hacemos elev?ndola a Dios Padre, principio de nuestro ser de hijos suyos en Cristo y fuente de la fraternidad con los hermanos.
5) Las diez Ave Mar?a (n.33): Articulada en dos partes, de las cuales la primera nos recuerda la complacencia de
Dios en Mar?a y en la segunda confiamos nuestra s?plica a la intercesi?n de la maternidad divina de la Virgen, la decena de esta oraci?n es el elemento m?s largo del Rosario y el que le da su car?cter mariano.
6) La Cl?usula (n. 33): En el centro del Ave Mar?a se encuentra el nombre de Jes?s, como engarce entre las dos partes. Seg?n una antigua tradici?n de la Iglesia, recordada ya por Pablo VI en la Marialis Cultus, se puede a?adir al nombre de Jes?s una peque?a cl?usula o evocaci?n que nos ayuda a no perder, durante las diez Ave Mar?a, nuestra atenci?n en la contemplaci?n del misterio que estamos meditando. Estas cl?usulas pueden ser diversas pero siempre deben referirse al misterio. En el comentario a cada misterio ofreceremos la correspondiente.
(1) 7) El Gloria (n. 34): La doxolog?a trinitaria con que concluye el misterio recoge en la Sant?sima Trinidad la meta de lo meditado. Es importante que este culmen sea bien re-saltado y en el rezo p?blico bien podr?a ser cantado.
8) La jaculatoria final (n. 35): Sin quitar ning?n valor a la invocaci?n que se suele hacer al final de cada misterio, el Papa dice que "parece oportuno se?alar que la contemplaci?n de los misterios puede expresar mejor toda su fecundidad si se procura que cada misterio concluya con una oraci?n dirigida a alcanzar los frutos espec?ficos de la meditaci?n del misterio".
9) Inicio y conclusi?n (n. 37): El Papa recoge diversos modos de iniciar el Rosario seg?n los diversos contextos eclesiales. Recuerda adem?s que el Rosario debe concluir siempre rezando por las intenciones del Santo Padre. Recuerda tambi?n las indulgencias con que la Iglesia ha enriquecido el Rosario para quien lo recita con las debidas disposiciones. Por ?ltimo la coronaci?n de la contemplaci?n puede concluir con la oraci?n de la Salve y con las Letan?as, como alabanza a la Sant?sima Virgen cuya intercesi?n maternal se experimente en esta oraci?n.
10) El rosario (n. 36): Es el instrumento tradicional para rezar esta oraci?n mariana. El Papa recuerda que "est? centrado en el Crucifijo que abre y cierra el proceso mismo de oraci?n". Es una cadena que nos une a Dios, pero cadena dulce y filial y a la vez v?nculo de comuni?n fraternidad que nos une a todos en Cristo.
1. Nota: La utilizaci?n de la cl?usula supone que en el rezo comunitario del Rosario, no hay alternancia en las partes que le corresponden a los fieles y a la persona que dirige la oraci?n en el 2? ni en el 4? misterio, sino que es la persona responsable de la oraci?n la que dice siempre la primera parte del Ave Mar?a en todos los misterios