Mi?rcoles, 19 de julio de 2006
En el a?o 1990 el entonces, ahora em?rito, obispo de Tenerife Don Dami?n Iguacen Borau con el fin de "revalorizar y actualizar los lugares que marcan la - Ruta de la Virgen de Candelaria", public? el libro LA RUTA "VIRGEN DE CANDELARIA". Tradici?n. Mensaje. Compromiso. - del que entresacamos el cap?tulo II


QU? ES LA RUTA ?VIRGEN DE CANDELARIA?


La Ruta en s?.

Se trata de tres cosas:

1) trazar, y se?alizar debidamente, un itinerario o ruta que comprenda quellos lugares donde estuvo y se vener? la sagrada imagen ?aparecida? de Nuestra Se?ora de Candelaria. Estos lugares son: la playa de Chimisay, la ermita del Socorro, la cueva de Chinguaro, la cueva de Achbinico y ermita de San Blas, la capilla vieja del Convento y el actual Santuario.

2) Restaurar, dignificar y acomodar estos lugares de tanta importancia hist?rica, cultural, tradicional y religiosa, donde se concentra la m?s po?tica y emocionante historia de los comienzos de nuestra civilizaci?n cristiana.

3) Planificar visitas y peregrinaciones a estos lugares. Su recorrido pausado, reflexivo, ayudar? eficazmente a descubrir las ra?ces de nuestra fe, a profundizar en ella, estimular? a vivir de forma coherente esta misma fe, nos comprometer? a trabajar sin cansancio en la promoci?n integral de nuestro pueblo, al que amaremos a?n m?s al ver los detalles, atenciones y delicadezas singulares que la Virgen ha tenido con ?l.
Esta Ruta est? llamada a ser, si la aprovechamos convenientemente, un medio popular, sencillo, eficaz, de evangelizaci?n y de cultura.

La Ruta en la "geograf?a de nuestra fe".

La presencia de la Virgen Mar?a, tan generalizada en nuestras islas, constituye una "caracter?stica de la geograf?a religiosa" de nuestro pueblo. Juan Pablo II habla de una "espec?fica geograf?a de la fe y de la piedad mariana que abarca lugares de especial peregrinaci?n del Pueblo de Dios, el cual busca el encuentro con la Madre de Dios para hallar, en el ?mbito de la materna presencia de la que ?ha cre?do?, la consolidaci?n de la propia fe" (2). Este es el sentido profundo de la Ruta "Virgen de Candelaria" que os propongo restaurar: la consolidaci?n de la propia fe.

La Asamblea diocesana de 1989 reconoci? el poder de convocatoria que tiene la Virgen Mar?a en cualquiera de sus advocaciones con que se le venera en la Di?cesis. Desde luego, la devoci?n a la Virgen de Candelaria es extraordinaria, masiva y popular. Pero, a veces "esta atracci?n mariana no est? movida por una fe evang?li?ca, sino por la costumbre y la tradici?n mezcladas con el folklore, promesas interesa-das y supersticiones que adulteran la verdadera devoci?n a la Virgen". Ya que hemos de "iniciar una s?lida y seria formaci?n sobre la devoci?n y culto a la Virgen Ma-r?a", la Ruta ayudar? a descubrir los valores aut?nticamente cristianos de las tradiciones marianas y vendr? a potenciar los objetivos diocesanos (3).

Las posibilidades de esta Ruta en orden a la consolidaci?n de nuestra propia fe la capacitan, tambi?n, para ser una Ruta promotora de cultura. El sentido religio?so, y en concreto su manifestaci?n en la devoci?n mariana, renueva y vigoriza ince?santemente la cultura humana, como afirma el Concilio (cf.GS 58).

Esta Ruta, "espec?fica geograf?a de nuestra fe", no s?lo refleja una cultura determinada y concreta nuestra, sino que constituye, tambi?n, un verdadero "camino de la belleza", una "v?a pulchritudinis", por la contemplaci?n de la belleza de Dios y del misterio de Mar?a. El "camino de la belleza", abierto siempre a la contemplaci?n de los sencillos, la comunicaci?n del mensaje cristiano sobre Mar?a, de forma art?stica, es camino privilegiado y eficaz para encontrar la verdad, servir? para hacer resaltar la belleza del Plan divino de salvaci?n en la figura de_Mar?a" (4).

Las posibilidades de los lugares sagrados de la Ruta "Virgen de Candelaria", aunque distintas en cada una de ellos, para ser promotores de cultura, les capacita, como vemos, para ser mensajeros de belleza. Por ese camino de la belleza, estos lugares se transformar?n en centros naturales de catequesis y de formaci?n cristiana y humana, abiertos a la comprensi?n de cuantos a ellos acudan con sencillez y sinceridad de coraz?n. La belleza tambi?n lleva a Dios, que es la Belleza.

La Ruta "Virgen de Candelaria" nos lleva a lugares llenos de tradiciones, leyendas, mitos y s?mbolos. Y esto es muy interesante. Es necesaria la investigaci?n hist?rica, hay que depurar las tradiciones y despojar las leyendas de cuanto es palmaria falsificaci?n y evidente error. Pero, cuando la leyenda tiene toda la fuerza de un s?mbolo o de un mito expresivo, que lleva en si mismo una funci?n significativa, manifiesta lo que el lenguaje no puede decir de modo adecuado, puesto que expresa una experiencia vivida en lo m?s hondo de su ser .por el hombre.

Se ha definido el mito diciendo que es la expresi?n po?tica de una persuasi?n hist?rica; expresi?n dram?tica de un s?mbolo que recoge la experiencia compleja con f que el hombre intuye verdades misteriosas y trascendentales con las cuales se siente vitalmente relacionado. Es oportuno recordar que, como interpretaci?n de una realidad hist?rica y como lenguaje, el mito es utilizado por el hombre para "rehacer" y "redecir" la realidad que le afecta (5).

El misterio de la presencia de Mar?a en la fe y en la vida de la Iglesia, la experiencia que de ello tiene el Pueblo de Dios, la expresa y reconoce a trav?s de m?ltiples medios, entre los que se encuentra la piedad popular y la fuerza atractiva e irradiante de los santuarios. Con frecuencia el origen de muchos santuarios o la veneraci?n de im?genes llamadas "aparecidas" se les rodea de una proliferaci?n de signos preternaturales sorprendentes. Estos santuarios e im?genes han sido y siguen siendo medios de obtenci?n de la gracia y de llevar al hombre al encuentro de Dios. Y, si la historicidad del hecho originario de ?se lugar de culto o de tal devoci?n concreta no es documentalmente demostrable, en nada influye para que el santuario erigido o la imagen "aparecida" dejen de estar integrados en esa serie de acontecimientos que influyen realmente, como medios salv?ficos, en la vida cristiana de los pueblos y de los hombres.

Como bien dice el P. Gaspar Calvo Moralejo, de quien tomamos estas ideas, habr? que ver, en el ropaje de lo maravilloso con que se rodean, la mejor forma de expresar popularmente la existencia de realidades sobrenaturales que los santuarios y las im?genes rememoran. Expresan en lenguaje m?tico o simb?lico aquello que de otro modo no podr?a expresarse. Todas esas expresiones tienen la funci?n de medios para manifestar la certeza experimentada de la presencia y cercan?a de la protecci?n divina o de la intercesi?n maternal de la Virgen en un punto concreto que el hombre sacraliza (6).

Estas expresiones de culto son la respuesta de las realidades trascendentales que interpelan al hombre y que expresan intuiciones privilegiadas, fuente de verda?dero conocimiento en una experiencia profunda. La palabra investigadora que ayude en lo posible a recobrar el sentido primigenio, el origen preciso, est? cooperando positivamente a una verdadera labor evangelizadora.

Vamos a hacer un recorrido pausado, reflexivo, orante, por cada uno de los lugares que se hallan en la Ruta "Virgen de Candelaria".

En cada lugar trataremos los siguientes puntos: identificaci?n del lugar, importancia que tiene, mensaje y ense?anzas que encierra, compromiso de vida que nos pide, restauraci?n y acondicionamiento que reclama.

Dami?n Iguacen Borau
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