Art?culo escrito por el historiador Eduardo Espinosa de los monteros y Moas, publicado en el programa de Semana Santa de Icod de los Vinos de 1984.
LOS FUNDADORES DE LA CAPILLA DE LA MAGDALENA
Y LA IMAGEN DEL CRISTO VIVO 0 DE LA EXPIRACION
por Eduardo Espinosa de los Monteros y Moas
El licenciado Gonzalo B?ez Borges, vicario y beneficiado de la isla de La Gomera primero y beneficiado de Ycod ?ltimamente, descendiente del poblador portugu?s Juan de Evora, avecindado en este lugar desde el a?o 1.503 cuando menos (1), ten?a, como su madre Mar?a Magdalena de Evora, mucha devoci?n al convento franciscano, al cual hicieron mucho bien.
Por el conocimiento pr?ctico del afecto y de la afici?n especial que ten?a a la orden de San Francisco, en calificaci?n de lo cual hab?a dado numerosas pruebas, la comunidad de religiosos lo nombr? s?ndico.
San Francisco de As?s, a quien se da el ep?teto de Ser?fico, adjetivo que caracteriza tambi?n a la orden religiosa que fund?, siguiendo el apotegma de que no conven?a que ninguno de los que serv?an a Dios y mayormente los seguidores de la pobreza evang?lica pusieran la atenci?n en los negocios del siglo, quit? de s? y de los que fueren sus frailes el dominio y posesi?n de todas las cosas temporales, content?ndose tan solamente con el simple uso de ellas, de suerte que ni en litigio ni fuera de ?l pod?an proceder contra aquellos que detuvieran la ejecuci?n de las mandas que en sus testamentos o codicilos les hac?an los testadores.
Pero a fin de que socorrieran las necesidades de la vida humana, los Papas Martino V, Eugenio IV, Sixto IV e Inocencio VIII concedieron a la orden y a sus prelados la instituci?n y nombramiento de procuradores econ?mos o s?ndicos, en los cuales estuvieran la propiedad, el derecho y la autoridad de las limosnas que daban a las provincias o conjuntos de conventos que ocupaban determinados territorios y a los de algunos lugares en particular y fueran, en virtud de lo antecedente, los que recibieran los legados y disputasen en juicio sobre las cosas que pertenecieran a los conventos, haciendo de litigantes y defendiendo sus causas, trabajo que los frailes no pod?an recompensar sino con bienes espirituales por cuanto profesaban la m?s alta pobreza.
En el a?o 1.656, cuando ejerc?a todav?a la sindicatura del convento del Esp?ritu Santo, que renunci? el d?a 9 del mes de agosto del a?o 1.659 por padecer un achaque grave que le estorbaba para cobrar las capellan?as y dem?s obvenciones del mismo y para asistir a los lugares donde se juzgaba (2), pidi? licencia al obispo de Canaria para hacer una procesi?n el viernes santo por la ma?ana del Cristo de la Expiraci?n y de las dem?s im?genes que requer?a el acto religioso por las calles que los beneficiados se?alaren pues "en dicho lugar est? dispuesto por un devoto haser una prosesi?n perpetuamente el viernes santo por la ma?ana del santo cristo de la expiraci?n en el dicho convento y tiene las insignias nesesarias asi del Sto cristo como las demas que requiere la prosesion y se adbierte que para dicha prosesion no se a de pedir limosna a el pueblo ni causarse costo alguno a el comun por que el devoto que hase esta prosesion ofrese los costos necesarios a el conbento y pagar los derechos a la parroquia..." (3)
La precedente escultura del Cristo de la Expiraci?n se hallaba, pues, en Ycod antes que su madre y ?l se hubieran inclinado a fabricar en el claustro del convento la capilla de La Magdalena y la sala de entierros contigua a ?sta y lindante con la escalera principal del monasterio, en cuyo altar se coloc?.
Los fundadores no pensaron hacerla hasta el a?o 1.658, cuando los frailes les significaron su deseo de retribuirles con igualdad los beneficios recibidos y de que conservaran y acreciesen su devoci?n al convento. El sitio que pidieron par fabricarla fue el que estaba cercana la capilla mayor de la iglesia sin intervenir nada, que estaba designado para hacer un cuarto. La capilla, que ya estaba acabada en el a?o 1.665, ten?a un retablo dorado y estofado en cuyos compartimentos, limitados por molduras, estaban pintadas las im?genes predilectas de los fundadores. En el nicho principal estaban puestas las obras de talla de Cristo sedente y Santa Mar?a Magdalena arrodillada a sus pies, la cual est? colocada actualmente en el ora-torio que hay en la casa de la descendiente de los Evora.
En la sala de entierros, a la cual se pasaba por las puertas colaterales al retablo, se guardaban una paz de plata con un Cristo y una Magdalena con ambas rodillas hincadas en el suelo en se?al de reverencia, que los sacerdotes daban a besar a los patronos de la capilla en las misas solemnes que se celebraban en ella; dos c?lices de plata, uno de ellos labrado y sobredorado; unas vinajeras y salvillas de plata con sus superficies cubiertas con oro, un incensario de plata con la naveta que serv?a para administrar el incienso y la cucharilla del mismo me tal, ciriales de plata y otros de madera sobredorados, un relicario de plata donde se guardaba el Sant?simo Sacramento, un vaso de plata para dar lavatorio a la comuni?n, una cruz de manga de plata y otras cosas de mucho valor y estima.
El lunes santo sal?a de la capilla la procesi?n que llevaba las im?genes del Cristo de 1 Expiraci?n y Santa Mar?a Magdalena y las de los doce ap?stoles, vestidos con t?nicas y capas de damasco de diferentes colores cada una, cuyas festividades se celebraban como ca?an e los doce meses del a?o con v?speras, misa cantada y responso. El paso del Cristo de la Expiaci?n y la Magdalena, adornado con gran n?mero de condelones encendidos, iba acompa?as de las comunidades franciscana y agustina y de las hermandades del Sant?simo Sacramento y de la Cinta de San Agust?n.
Las tallas, de tama?o natural, de los ap?stoles, que llevaban los s?mbolos de la Pasi?n que denotaban su car?cter y representaci?n, deb?an de custodiarse en el cuarto que fabricaron los fundadores encima de la sala de entierros, que ten?a una ventana y un pasillo sobre la huerta y al cual se entraba por una puerta que miraba hacia el corredor alto del monasterio, donde se guardar?an con el mismo cuidado y vigilancia las andas, los doseles y las colgaduras, lista-das de granada, con que se cubr?an y adornaban las paredes de la capilla, las de la sala de entierros y las de la antecapilla, en la que hab?a un ?rgano, un coro alto donde se cantaban los oficios divinas y dos tribunas desde donde los patronos y las personas de su misma alcurnia asist?an a los actos y ceremonias con que se tributaba homenaje en aquel lugar o Dios y a los bienaventurados. En los nichos que hay all? estaban colocadas las im?genes de bulto de San Buenaventura y San Francisco Javier, cuyos altares y retablos fueron erigidos, por otros fervorosos dedicados tambi?n a obras de piedad y religi?n, en el ?ltimo cuarto del siglo XVII.
En el a?o 1.665, Mar?a Magdalena de Evora y el presb?tero Gonzalo B?ez Borges, que hab?a sido nombrado s?ndico general de la provincia de San Diego de Canarias el d?a 14 de abril del a?o 1.663 por constar a todos los religiosos de la orden ser?fica lo muy conveniente que era para ?sta que ejerciera dicho ministerio (4), sujetaron sus bienes a v?nculo con objeto de perpetuarlos en su familia y pusieron por primera pieza de ?l la suntuos?sima capilla destina-da al culto de la qloriosa disc?pula de Jesucristo, que cost? miles de ducados.
La casa que habitaban, que estaba en la calle de San Francisco, la sujetaron tambi?n, con todos sus adornos y preseas, a que sucedieran en ella sus parientes por el, orden que se?a?laron. En ?sta hab?a diez cuadros grandes de diferentes advocaciones, catorce candelabros de plata grandes con el nombre de Gonzalo B?ez, un escritorio de carey y ?bano, otro cubierto con l?minas de plata y otro de madera de Indias guarnecido de marfil y ?bano; bandejas de plata cubiertas con oro, dos jarros de plata, uno con picos dorados; saleros, fruteros, palanga?nas, vinajeras, tijeras de espabilar y perfumadores de plata; un contador de carey y ?bano con cinco gavetillas, una pileta de agua bendita de plata con sus columnas y cruz del mismo metal, doce sillas de moscovia con clavaz?n dorado, catres dorados y adornados con pabellones de damasco, colchas de terciopelo bordadas con oro y sedas de diferentes colores con guarniciones de plata y muchos m?s adornos y muebles preciosos.
Sujetaron asimismo al dominio de sus sucesores el oratorio y ermita de San Felipe Neri, fabricado por B?ez Borges en su hacienda de La Hoya, cuyo arco, que estaba por asentar a fines del a?o 1.658, fue hecho por el cantero Diego B?ez Marichal (5).
Para sucederles en el patronazgo de la capilla determinaron al licenciado Don Nicol?s Esteves y Borges, vicario de La Habana y ministro calificado y comisario del Santo Tribunal de la Inquisici?n, y a Do?a Magdalena de Evora Infanta de Pineda, sus sobrinos y primos; y despu?s al capit?n Marcos Esteves Borges, hermano del primero, el cual hab?a hecho muchos a?os la procesi?n del Cristo de la Expiraci?n el viernes santo al amanecer y en el a?o 1.684 destin? veinticinco reales de una pensi?n censal de cincuenta, impuesta sobre un pedazo de vi?a en el malpa?s, y los r?ditos que deb?a el censualista, para dicho acto religioso, con los que el patrono que nombrare por escritura o testamento, el cual hab?a de tener en ser las im?genes del Cristo, de Nuestra Se?ora de la Soledad y las dem?s que llevaban en la procesi?n, deb?a gravar bienes ciertos y seguros en caso de que el tributario redimiese el censo.
El tercero de su estirpe a qui?n designaron para el cargo de patrono fu? el capit?n Don Marcos de Aguiar de Evora y Guzm?n, primer poseedor del v?nculo, cuyos descendientes gozaron aqu?l con todos los honores que conforme a derecho se les deb?a (6).
El capit?n Esteves Borges dej? el patronato de las im?genes y procesi?n del Cristo Vivo y de Nuestra Se?ora de los Dolores, que debi? de haber sido puesta en el altar del entierro con posterioridad al fallecimiento de los fundadores de la capilla supuesto que ?stos no la men?cionaron ni en la escritura de instituci?n del v?nculo, ni en sus disposiciones testamentarias, ni en otros instrumentos p?blicos firmados por ellos, a Do?a Josefa Temudo y Evora Roxas y Guzm?n, primera mujer del capit?n Gilberto Smith, el cual continu? haciendo la procesi?n el viernes santo por la ma?ana y dispuso que su heredero, el Lapit?n Don Bernardo Balois, y los dem?s que entrasen en la posesi?n de sus bienes, la hicieran por las calles y del modo que ?l la hab?a ejecutado (7).
(1) El?as Serra Rafols: "Las datas de Tenerife", 434-12, 665-7, 894-8. 972-26 y 937-51.
(2) Archivo de la casa de Aguiar (Atado de papeles sueltos).
(3) Archivo de la casa de Aguiar (Conjunto de los papeles que est?n reunidos por tratar de asun?tos del licenciado Gonzalo B?ez Borges).
(4) Archivo de la casa de Aguiar (Legajo sin signatura).
(5) Archivo Hist?rico Provincial, libro 2308, rev?s del folio 33. Ei arco por el que "yse un consierto con el Ido g? baes v? de ycode en que le ofresio por asen y asentar un arco de canteria trecientos y sincuenta rs cuio arco por asentar "(Testamento de Diego B?ez Marichal, otorgado en el lugar de Garachico el 29 de diciembre del a?c 1 657) no pudo ser el de la capilla, como dije erroneamente en el art?culo que hize para el programa de la Semana Santa del a?o 1.979, titulado "El retablo de San Marcos", sino el de la ermita de San Felipe por cuanto el capit?n Don Juan Truxillo y Alzola, s?ndico substituto del convento, puso al licenciado Gonzalo B?ez Borges en posesi?n del sitio que su madre y ?l pidieron para edificarla a principios de diciembre del a?o 1.658.
(7) Despu?s de su fallecimiento goz? el v?nculo su mujer Do?a Leonor Temudo del Castillo Baltar de Ocanto por cuanto los instituyentes, que ten?an tratado el casamiento de sus dos sobrinos antes de unir y sujetar sus bienes al perpetuo dominio de su familia, dispusieron que lo tuviera y poseyese en caso de premoriencia de su marido por todo el tiempo de su vida, teniendo hijos o no teni?ndolos.
(7) Archivo Hist?rico Provincial, libros 2524, folio...; 2528, folio 33; 2528, folios 59 y 63; 2558, folios 35 y C-25-1, folio 161.