(EL D?A, 26 - VII, Criterios) Luz en el Camino
Fernando Lorente, o.h.
I. Reflexi?n veraniega: un libro EN M?S DE UN AUTOR he le?do esta afirmaci?n: "El mundo est? lleno de libros preciosos que nadie lee". Frente a esta realidad nos encontramos con esta otra afirmaci?n: "No aprovechamos debidamente la gran riqueza cultural que el libro nos brinda". Una de las fuentes con mayor riqueza para mantener la salud -y lo afirmo de propia experiencia y las de algunos pacientes pasados por este centro hospitalario- est? en la actividad f?sica y mental. Pero sigamos reflexionando sobre el libro.
Un buen libro, cl?sico o moderno, es siempre una s?ntesis de sabidur?a y, adem?s, puede ser para cada uno de nosotros una fuente muy rica de cultura. Es corriente o?r que Espa?a todav?a tiene muy bajo el nivel de lectura, cosa preocupantemente negativa. Porque un pueblo que no lee se encontrar? tarde o temprano con esta realidad: que carece de horizontes y corre peligro de repetir los errores; que no posee la informaci?n y la formaci?n adecuada y es muy f?cilmente manejable; que se mueve en un mundo muy estrecho y las obras que se pueden esperar de ?l ser?n tambi?n del mismo estilo: estrechas y raqu?ticas.
Entre otros recursos para cuidar la formaci?n permanente est? el de la lectura cuidada y reflexiva. Esta actividad mental es el precio de nuestra subsistencia como persona y como creyente cuando la materia de la lectura te abre al gozo sano y a la responsabilidad moral en tu profesi?n y vocaci?n. Es as? como la riqueza cultural, humana y espiritual en nuestra existencia va en aumento y nos ayuda a descubrir y encontrar nuevas perspectivas.
As? me escrib?a hace unos a?os que, a nuestra indicaci?n de valor que tiene la lectura, ?l dedicaba una hora por la ma?ana y otra por la tarde; y el mismo tiempo para caminar. "Para m? -me dec?a- el libro es mi buen amigo que nunca me falla. Siempre me recibe y nunca me despide. Siempre esta dispuesto a echarme una mano sin condiciones y sin pasarme factura. Cu?nto le agradecemos, mi esposa y yo, su insistente indicaci?n de que ley?ramos, al menos diez minutos al d?a. Ya ve, padre Fernando, c?mo le hemos correspondido. Le saludamos y recordamos. Antonio y Mar?a".
Amigos lectores de este espacio, vaya para todos el deseo de leer un libro y otro, como salud y cultura de comprensi?n en la familia y en la sociedad.
* Capell?n de la Cl?nica
S. Juan de Dios