Del libro "50 preguntas sobre Jes?s" deEdiciones Rialp
?Qui?n fue Mar?a Magdalena?
Los datos que nos ofrecen los evangelios son es-cuetos. Lc 8,2 nos informa que entre las mujeres que segu?an a Jes?s y le asist?an con sus bienes estaba Mar?a Magdalena, es decir, una mujer llamada Mar?a, que era oriunda de Migdal Nunayah, en griego Tar?quea, una peque?a poblaci?n junto al lago de Galilea, a 5,5 km al norte de Tiberias. De ella Jes?s hab?a expulsado siete demonios (Le 8,2; Mc 16,9), que es lo mismo que decir ?todos los demonios?. La expresi?n puede entenderse como una posesi?n dia?b?lica, pero tambi?n como una enfermedad del cuerpo o del esp?ritu.
Los evangelios sin?pticos la mencionan como la primera de un grupo de mujeres que contemplaron de lejos la crucifixi?n de Jes?s (Mc 15,40-41 y paralelos) y que se quedaron sentadas frente al sepulcro (Mt 27,61) mientras lo sepultaban (Mc 15,47), Se?alan que en la madrugada del d?a despu?s del s?bado Mar?a Magdalena y otras mujeres volvieron al sepulcro a ungir el cuerpo con los aromas que hab?an comprado; entonces un joven (un ?ngel, en Mt 28,5) les comunica que Jes?s ha resucitado y les encarga ir a comunicarlo a los disc?pulos (cf. Mc 16,1-7).
San Juan presenta los mismos datos con peque?as variantes. Mar?a Magdalena est? junto a la Virgen Mar?a al pie de la cruz (Jn 19,25). Despu?s del s?bado, cuando todav?a era de noche, se acerca al sepulcro, ve la losa quitada y avisa a Pedro, pensando que alguien hab?a robado el cuerpo de Jes?s (Jn 20,1-2). De vuelta al sepulcro se queda llorando y se encuentra con Jes?s resucitado, quien le encarga anunciar a los disc?pulos su vuelta al Padre (Jn 20,11-18). La gloria y el honor de Mar?a radican en que fue la primera en recibir la misi?n de proclamar la resurrecci?n del Se?or.
Mar?a Magdalena ha sido identificada a menudo con otras mujeres que aparecen en los evangelios. A partir de los siglos VI y VII, en la Iglesia Latina se tendi? a identificar a Mar?a Magdalena con la mujer pecadora que, en Galilea, en casa de Sim?n el .fariseo, ungi? los pies de Jes?s con sus l?grimas (Lc 7,36-50). Por otra parte, algunos Padres y escritores eclesi?sticos hab?an identificado ya a esta mujer pecadora con Mar?a, la hermana de L?zaro, que, en Betania, unge con un perfume los pies de Jes?s (Jn 12,1-11; Mateo y Marcos, en el pasaje paralelo no dan el nombre de Mar?a, sino que dicen que fue una mujer, que la unci?n fue sobre la cabeza de Jes?s y que ocurri? en casa de Sim?n el leproso: Mt 26,6-13 y Mc 14, 3-11). Como consecuencia, debido en buena parte a San Gregorio Magno, en Occidente se ex-tendi? la idea de que las tres mujeres eran la misma persona. Sin embargo, segun los datos evang?licos no parece que haya que identificar a Mar?a Magdalena con Mar?a, la que unge a Jes?s en Betan?a, pues presumiblemente ?sta es la hermana de L?zaro (Jn 12,2-3).
Tampoco permiten deducir que sea la misma que la mujer pecadora, que seg?n Lc 7,36-49 ungi? a Jes?s. De todas maneras, no es dif?cil imaginarse los motivos que han provocado esta identificaci?n, sobre todo si se atiende a la sucesi?n de los acontecimientos en el evangelio de Lucas y se consideran las escenas desde un punto de vista espiritual. En primer lugar, la unci?n a Jes?s por parte de la mujer pecadora se sit?a inmediatamente antes del pasaje donde se se?ala que entre las mujeres que asist?an a Jes?s estaba Mar?a Magdalena, de la que hab?a expulsado siete demonios (Lc 8,2), algo que pod?a interpretarse como un pasado pecador. En segundo lugar, las dos mujeres se caracterizan por demostrar un gran amor. De la pecadora de Galilea Jes?s dice: ?Le son perdonados sus muchos pecados, porque ha amado mucho? (Lc 7,47), y Mar?a Magdalena demuestra tam?bi?n su amor hacia Jes?s en la b?squeda del cuerpo de su Maestro y en su encuentro con el resucitado. (Jn 20,14-18). Por eso, aun cuando se tratara de la misma mujer, la condici?n de haber sido pecadora no es un desdoro. Pedro fue infiel a Jes?s y Pablo un perseguidor de los cristianos. La grandeza no est? en que no cometiera errores o pecados sino en su amor.
La tradici?n de la Iglesia, por el papel de Mar?a Magdalena en los evangelios, prest? especial aten?ci?n a su persona. Padres de la Iglesia, escritores eclesi?sticos y otras obras destacaron el cometido de Mar?a como disc?pula del Se?or y proclamadora del Evangelio. Por eso, ha sido llamada en Oriente isap?stolos (igual que un ap?stol) y en Occidente apostola apostolorum (ap?stol de ap?stoles). En Oriente hay una tradici?n que dice que fue enterrada en Efe-so y que sus reliquias fueron llevadas a Constantinopla en el siglo IX.
Algunos grupos marginales de la primitiva Iglesia acudieron a la figura de Mar?a como recurso para garantizar el valor de sus doctrinas. Estos grupos fueron fundamentalmente sectas gn?sticas, en cuyos escritos se presentan supuestas revelaciones secretas de Jes?s despu?s de su resurrecci?n a ciertos personajes del Nuevo Testamento. Son relatos ficticios que no tienen fundamento hist?rico (v?ase la pregunta siguiente).
En la literatura cristiana medieval, a partir del siglo X, surgieron narraciones legendarias que ensalzaban su persona y que se difundieron sobre todo por Francia. All?, por ejemplo, nace la leyenda de que Mar?a Magdalena, L?zaro y algunos m?s, cuan-do se inici? la persecuci?n contra los cristianos, fue-ron de Jerusal?n a Marsella y evangelizaron la Pro-venza. Seg?n esta leyenda, Mar?a habr?a muerto en Aix-en-Provence (o, conforme a otras variantes, Saint Maximin) y sus reliquias habr?an sido llevadas a V?zelay. Nada de esto es hist?rico.
JUAN CHAPA