S?bado, 12 de agosto de 2006
Art?culo del P. Daniel Cerezo, publicado en la secci?n "Punto de vista", de la Revista MUNDO NEGRO, n. 509 - Julio-Agosto 2006.


?Jardinero o cazador?



Apostaba Francisco en sus correr?as misioneras por un estilo misionero no del "si?ntate y espera". El "?ay de m? si no evangelizara!" le impulsaba a batallar por la misi?n para alargar sus horizontes, tanto num?ricos como territoriales de la misi?n y, como se dir?a en su tiempo, "llevar las almas a Cristo". In?til discutir con categor?as de hoy los afanes y anhelos misioneros de entonces. El V Centenario del nacimiento del gran Patrono de las Misiones de la Iglesia universal, San Francisco Javier, me trae a la mente la imagen del misionero como "jardinero" o "cazador". ?Qu? impulso va a dar a la misi?n la celebraci?n del Centenario? No lo s?. No soy muy partidario de "fuegos artificiales", ya que despu?s de la fiesta no queda m?s que la resaca. Me subyuga m?s ese d?a a d?a, granito a granito, en el af?n por construir "ladrillo a ladrillo" el Reino aqu? y ahora. Pero tambi?n, seamos honestos, conviene de vez en cuando rememorar a los que nos precedieron pa?ra, al menos, seguir aprendiendo.
En su intento de profeta, que ve y otea la "tierra prometida", Javier perfila unas directrices que nos llevan m?s all? de lo que ?l mismo pudo intuir. Lo importante de todos estos profetas de "un porvenir que no es el suyo", como dir?a el m?rtir Oscar Romero, es que crean una estela, un movimiento e involucran y subyugan a otros con una atracci?n especial, prueba de que Dios est? detr?s.
Javier no es el prototipo del misionero "jardinero', ensimismado en las flores, atractivas y cautivantes, que cultiva a su alrededor. El "jardinero" programa a su gusto y antojo. El jardinero se queda en casa y ve las flores del jard?n crecer y florecer, compensaciones servidas a la carta. Su teor?a es m?s bien la del "si?ntate y espera". El estilo misionero de Javier no es el de la "parroquializaci?n", es decir, el misionero que se perpet?a en la parroquia y que echa ra?ces imposibles de cortar con el tiempo. Al contrario, Javier deja espacio a la acci?n siempre sorprendente de Dios; para ello se pone en camino y en actitud de b?squeda. No dudo que tambi?n el misionero "jardinero" tiene sus puntos positivos: cuida las flores con es-mero, se enamora de ellas, conoce su realidad como nadie, sintoniza con ellas y sabe qu? ambiente necesitan, para lo cual no repara en cuidados.
Pero Javier, no. Su estilo va m?s en l?nea con el del misionero "cazador". Siempre en actitud de b?squeda. En diez a?os, explora nuevos caminos a trav?s de viajes por Oriente, mostrando una capacidad de iniciativa y una pasi?n por la misi?n propia de personas fuertemente "tocadas" por la fuerza de Dios. No siempre encuentra la "presa", y los avatares y peligros se acumulan, pero nada le frena en la b?squeda de nuevos horizontes, con el ?nico af?n de llevar a todos a Cristo. Las dificultades no solo no le amilanan sino que en el mero hecho de afrontarlas ve nuevas oportunidades de acci?n evangelizadora. El cazador disfruta con la presa pero tambi?n con la b?squeda. En definitiva, el fuego y la pasi?n por esa b?squeda le dan alas para seguir abriendo brecha en la empresa misionera.
Viaja a las Indias orientales, Goa, las islas de Ocean?a, Jap?n y llega a las puertas de China. Las almenas y muros del castillo de Javier, parecieron encorsetar el aire universal y emprendedor del divino impaciente. A su capacidad de iniciativa, le acompa?aba un cierto olfato de intuir los caminos de Dios. Siempre encuentra espacio para la creatividad, al contrario del que sigue la estrategia de cultivar siempre las mismas flores y en el mismo lugar, a Francisco Javier le atrae lo desconocido y el imprevisto. Y a ello se lanza sin que nada ni nadie, ni sus m?s devotos y fieles amigos, le detenga. Todo en su vida est? encauzado en aras de la misi?n. Todo lo tiene por nada, porque como dir? ?l:"Ay de mi si no evangelizara!" Sabedor era Javier del dicho de Jes?s: "Quien quiera salvar su vida, la perder?; mas quien perdiere su vida por amor de mi, la encontrar?".
En un contexto de hoy en donde abundan los "jardineros", ya convendr?a echar una ojeada a este hurac?n misionero e intuir c?mo Dios act?a en al vida de un misionero que se deja moldear, cual arcilla en manos del alfarero, por la ?nica pasi?n de su vida, la misi?n, hasta caer rendido a las puertas de China, su tierra prometida.

P. Daniel Cerezo
Publicado por verdenaranja @ 0:28  | Art?culos de inter?s
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