Art?culo publicado en el programa de actos con motivo del IV Centenerio de la Devoci?n a San Roque en Garachico de Tenerife.
San Roque por siempre en el coraz?n de sus devotos Garachico se dispone a celebrar, un a?o m?s, sus anuales cultos y fiestas en honor de su singular protector, San Roque de Montpellier. Un a?o m?s, pero no un a?o igual; pues celebra, por una parte, eI IV Centenario de la intervenci?n milagrosa del Abogado contra la peste en favor de esta Villa y Puerto del norte de Tenerife; y por otra, la llegada de su reliquia, que para siempre estar? en este pueblo que tanto le ama y venera.
Mis recuerdos sobre San Roque y su fiesta de Garachico, se remontan a aquellos a?os en que a?n no se hab?a constru?do el t?nel de Las Aguas, y al llegar el 16 de Agosto, era mejor bajar andando desde Icod, porque se llegaba antes que en la guagua (dado el atasco impresionante que se formaba). Yo era un ni?o a?n, con cuerpo ya de adolescente, y recuerdo con cari?o, aquellas riadas de romeros, los anises que se lanzaban al santo, los "ajijides" de los mayores, los rosquetes, ca?itas y cintas, y todas aquellas formas y expresiones con que se exteriorizaba (y se sigue exteriorizando a?n) el amor a San Roque. Pero lo m?s impresionante era el fervor que rodeaba al bendito Santo, en su traslado a Santa Ana, en la funci?n solemne y en el retorno en romer?a a su Ermita; al entrar en ella, las gargantas estallaban en esos sonidos guturales heredados de los mayores (los "ajijides"), que yo pronto aprend?, y a?n hoy lanzo tanto en Garachico como en otros lugares muy lejanos de all? cuando me acuerdo o invoco al Bendito Santo.
No se borra de mi mente el recuerdo de una se?ora que con sus alrededor de noventa a?os (hab?a nacido en la d?cada de Ios setenta del siglo XIX), ven?a cada a?o desde el Puerto de la Cruz y me dec?a que desde chica ven?a con sus padres, y que jam?s hab?a dejado de hacerlo y que siempre que hab?a pedido algo a San Roque, ?ste se lo hab?a concedido. Afirmaba tambi?n esta buena se?ora (no me acuerdo de su nombre, pero si de los ajijides que ya su garganta no pod?a elevar, cuando se desped?a del Santo, y de los sonoros besos que me daba, despidi?ndose hasta el a?o siguiente), que en los a?os en que no ven?an tantos peregrinos, las mujeres (ella misma) ten?an que cargar al Santo para traerlo a Santa Ana, y as? cumplir con la tradici?n.
Qui?n me dir?a a m? por entonces, que un d?a yo cantar?a las glorias del Santo en su Novena, como orador sagrado, y m?s a?n; que yo iba a ser el instrumento o intermediario para que su reliquia viniese a Garachico. Hace dos a?os, cuando prediqu? la Novena y comunic?ndome con D. Julio y con Marcos (el Mayordomo de San Roque y buen amigo m?o), los deseos y prop?sitos de celebrar el IV Centenario de la presencia del Santo en la Villa y Puerto, de la mejor manera posible y con la m?xima solemnidad; yo me atrev? a formularla conveniencia de buscar una reliquia del Santo, para que pudiese estar siempre a la veneraci?n de sus innumerables devotos y que llegase con motivo de tal efem?rides. Ciertamente, pens?, que esto fue un atrevimiento por mi parte, porque no sab?a ni como, ni de que modo poder lograrla. Ahora bien, estoy seguro que el mismo San Roque quer?a no s?lo estar con su imagen en Garachico, sino con un poco de ?l mismo, con una peque?a porci?n de su cuerpo, para que nunca m?s, la Villa norte?a envidiase a la ciudad francesa de Montpellier (donde ?l muri? y fue enterrado).
Sab?a que tras su muerte y dada la gran devoci?n que suscit? r?pidamente, los restos de San Roque fueron repartidos por varias ciudades (MontpelIier, Venecia, etc.), ?y d?nde poder encontrar una reliquia suya? Se me ocurri? acudir a la Curia Generalicia de los Franciscanos en Roma (ya que San Roque fue terciario franciscano), pero antes de efectuar la gesti?n, el mismo San Roque se adelant?, haciendo que en una ocasi?n en que en una ciudad de mi di?cesis (Lucena) asist?a a una funci?n en honor de San Agust?n, me encontrase con un di?cono que por su habla not? que era franc?s. Efectivamente, era de esta nacionalidad, y al preguntarle a qu? di?cesis pertenec?a y responderme que a la de Montpellier, he de confesar que un vuelco me sacudi? por dentro. Le comuniqu? el deseo de lograr una reliquia y me dijo que all?, en su ciudad, se veneraba el bast?n que usaba San Roque, y le ped? que intentase conseguir, al menos, alguna astilla de ese bast?n. ?l me pidi? mis se?as, dici?ndome que har?a lo que pudiese, aunque dudaba de lograrlo.
Pasaron los meses, hasta que una carta proveniente de MontpelIier me lleg?, era de este di?cono (D. Armando), dici?ndome que, guardada desde el a?o 1935, exist?a una reliquia de San Roque en el Obispado de aquella ciudad y que nos la iban a dar. Como se pueden imaginar, estall? mi alegr?a en forma de "ajijide" y r?pidamente, comuniqu? a Garachico la feliz noticia. Por fin, a principios del pasado mes de mayo, me llam? este di?cono permanente, dici?ndome que su se?ora vendr?a a Lucena a pasar las fiestas de la Patrona, Mar?a Sant?sima de AraceIi, y que entonces, ella me traer?a la ansiada reliquia. Nada m?s saber qu? d?a Ilegaba la buena se?ora, me plant? all? r?pidamente, y un escalofr?o me volvi? a estremecer al ver y estrechar contra m?, ese peque?o pedacito de los huesos de San Roque. El sue?o se hab?a hecho realidad! Retorn? a mi casa y, durante el trayecto (105 kil?metros), el himno a San Roque, el "Viva San Roquito" desde el aparato de m?sica de mi coche, y los "Ajijides" de mi garganta, resonaron sin cesar.
No puedo dejar de decir que, cuando la reliquia se ha ido para Garachico, ha quedado un hueco en m? casa y en mi coraz?n. Me ha costado desprenderme de ella, pero yo bien sab?a y s? que solo he sido un intermediario; que dicha preciada reliquia ten?a un destino, y como le cant? en una isa, en la Romer?a del 2004:
"Un d?a, desde el cielo
San Roquito se asom?.
Y al contemplar Garachico,
para siempre se qued?"
Para siempre San Roque, ha querido quedarse en su pueblo amado, Garachico; quiere agradecer as?, cuatro siglos de amor, protecci?n y devoci?n. En el momento de redactar estas l?neas, no s? si podr? estar presente cuando oficialmente sea presentada la reliquia, mis obligaciones pastorales quiz?s me lo impidan. Pero el amor del coraz?n, que no sabe ni entiende de fronteras y limitaciones, podr? volar para unirse a tantos devotos del Santo, que al un?sono exclamaremos:
?VIVA SAN ROQUITO!
?VIVA GARACHICO SU PUEBLO AMADO!
CARMELO M? SANTANA Y SANTANA (SACERDOTE DE LA DI?CESIS DE C?RDOBA)