Saluda del párroco en el Programa de Fiestas de 2003 en las fiestas patronales del municipio de La Guancha, Tenerife, en honor de Ntra. Sra. de La Esperanza que se celebran por tradición en torno al tercer domingo de Agosto.
Somos cristianos y ciudadanos
Volverán los repiques matutinos de campanas y el estallido de cohetes que convocarán a la oración y a las fiestas. Seremos llamados un año más, por Agosto, a honrar a María, la Madre de la Esperanza. Seremos invitados a celebrar la Fiesta Mayor de nuestro pueblo de La Guancha como momento importante de la vida colectiva de todos los vecinos. Se nos dará la ocasión de celebrar y reafirmar la fe de la comunidad.
Celebraremos en primer lugar el hecho de formar una comunidad cristiana, hombres y mujeres reunidos por Jesucristo en el pueblo de La Guancha, que se siente familiarmente unida a su patrona de La Esperanza y llamada a ser testigo del amor y bondad de Dios.
Porque en María, madre de la Esperanza, recordaremos a alguien que vivió para dar gracias a Dios Padre y para hacer como Jesús la voluntad del Padre Celestial, y este recuerdo será un estímulo para nuestra vivencia y hará que nos sintamos acompañados y ayudados. Con esta madre nuestra seremos invitados a alabar a Dios nuestro Padre. Ella es para toda la Iglesia el ejemplo cotidiano de la alabanza a Dios: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación".
En segundo lugar tomaremos conciencia también que somos ciudadanos y que nos sentimos unidos en el clima de fiesta con otros ciudadanos que no comparten nuestra fe pero si nuestro común deseado vivir en buena conciencia.
Por todo ello vale la pena que los vecinos de La Guancha, como cristianos, vivamos las Fiestas Patronales de Ntra. Sra. de La Esperanza, la Fiesta Mayor, en su totalidad, y no sólo en ,los actos religiosos. Somos invitados a participar en las distintas actividades y también, según las posibilidades de cada uno, en su organización. Que en todo momento, en el templo y en la calle, está presente la Madre de Dios.
Sebastián García Martín