Al acercarse las fiestas patronales de La Guancha, entresacamos art?culo de Crist?bal Barrios del programa de fiestas del a?o 1992
ESTAMPAS FESTERAS
La Fiesta de La Virgen de La Esperanza, Patrona de La Guancha, por tradici?n se celebra el tercer Domingo de Agosto de cada a?o, su organizaci?n ha variado desde aquellas fechas ya lejanas, antes de los a?os treinta del presente siglo; quiz?s, lo que menos se ha transformado han sido los actos religiosos, pero los festejos populares ya no son los mismos, el adelanto y el progreso de los tiempos han variado el sentido de los actos.
LAS RULETAS Uno de los n?meros de aquellas Fiestas fueron Las Ruletas, un juego de azar compuesto de una mesa redonda de tijera, alrededor de la cual y en su borde ten?a una serie de clavos, todos sujetos a la misma distancia, en cada conjunto de ellos hab?a una raya de la suerte. En el centro de la mesa exist?a un eje y sobre ?l se apoyaba un arco semicircular, cuyas dos puntas daban vueltas alrededor de los clavos y en una de ellas llevaba una escamilla de Ballena, el otro extremo serv?a para impulsar el arco.
En el centro de la mesa se amontonaban una serie de baratijas y en cada raya de la suerte se colocaba una; al impulsar el arco en el extremo donde llevaba la escamilla, ?sta rozaba en los clavos, produciendo un ruido algo singular, si la escamilla se paraba en una de las rayas de la suerte, el que jugaba se sacaba el objeto colocado. La tirada val?a una perra, diez c?ntimos. Era frecuente poner en las rayas una pepona, especie de mu?eca de barniz con una bata de poca categor?a y no ten?a nada de particular o?r decir en alta voz al jugador: "Por dos clavos no me saqu? una pepona". La Ruleta era el entretenimiento de los mirones y con el ruido que produc?a la escamilla y el vocer?o del due?o ponderando su negocio, le daba un ambiente popular a los actos callejeros de la Fiesta de la Virgen de La Esperanza.
LOS VENTORRILLOS Otro negocio que hab?a en las Fiestas de La Esperanza, eran los ventorrillos que se colocaban en cualquier rinc?n de la calle, una especie de peque?a chabola que se hac?a con estacas y palos de madera y las paredes y techo se cubr?an con blancas s?banas; en el interior se pon?a una mesa por lo general con seis sillas donde se colocaba el personal que saboreaban un plato de carne de cerdo en adobo, pan y su correspondiente vino; fuera de la caseta estaba el negociante friendo carne de cerdo en un brasero, aquel olor del adobo y la carne frita, era otro n?mero m?s de la fiesta que invitaba a entrar al ventorrillo para participar de aquella sabrosa carne.
LOS PROFUGOS En aquellos tiempos era frecuente que el individuo se fuera para Cuba en viaje de emigraci?n, antes de ser llamado a quinta para el servicio militar; se estaba en la naci?n caribe?a tres o cuatro a?os. Para descansar y ver a su familia regresaba a su casa, pero ahora era pr?fugo que evitaba encontrarse, en cualquier camino, con la Guardia Civil porque de seguro le preguntaba por la documentaci?n del cuartel donde se justificara que hab?a servido a la patria y si no la ten?a seguro que lo llevaban detenido y lo entregaban a la justicia militar. El pr?fugo ten?a el buen cuidado de no encontrarse con dicha autoridad, pero en las fiestas era distinto, libremente pod?a circular por las calles del pueblo que la Guardia Civil no tocaba con ?l para nada, solamente ?sta vigilaba los altercados que pudieran surgir en la Fiesta; el pr?fugo ten?a el buen cuidado de no tomar parte en ning?n fregado para no ser detectado por la Guardia Civil. El indiano libremente se gozaba la Fiesta de La Esperanza porque una de las finalidades de su viaje fue esa, disfrutar de la compa??a de su familia y de las Fiestas patronales del Pueblo.
CRISTOBAL BARRIOS