Art?culo en programa de Fiestas de La Guancha, Tenerife, donde se nos habla del importante papel del monte en este pueblo.
El monde, v su aprovecham?enio,
Forman parte inseparable de la
historia del guanchero
El camino de "El Lance", al igual que otros caminos del monte de La Guancha, fue durante muchos a?os el m?s fiel testigo del ir y venir de muchas familias que sub?an o bajaban a por los bienes que brindaba una extensa masa forestal, que tocaba casi las faldas del padre Teide.
Del pinar guanchero se aprovechaba casi todo. Dos de los usos mejor conocidos y practicados eran la extracci?n de la brea, que se empleaba, por ejemplo, para calafatear los barcos o para dar lumbre, y la recolecci?n del pinocho, que se empleaba,
b?sicamente, para la obtenci?n de abonos naturales en grandes "jaces", que eran bajados por animales de carga (burros que luego fueron sustituidos por camiones) y mujeres y hombres en jornadas de muchos kil?metros y horas. A hombro, en la nuca o sobre la cabeza, y ayudados tan solo por la "taleguilla" (bolsa de mediano tama?o realizada en tela de saco) y "la rodilla" (especie de talega m?s peque?a) respectivamente, se bajaba hasta la zona costera para una insipiente agricultura en torno al cultivo del pl?tano, o bien tambi?n para el embalaje de la fruta en los empaquetados.
Algunas mujeres llegaban a cargarse hasta cien kilos de pinocha, que con gran habilidad y fuerza llevaban hasta las fincas en Santo Domingo, Santa Catalina o San Juan de la Rambla, donde el pago se realizaba en moneda o por el sistema de trueque en productos agr?colas.
A coger el pinocho se sal?a, preferentemente, de madrugada, a fin de aprovechar "la fresca". Alumbrados por un mech?n o a simple vista, si el brillo de la Luna acompa?aba, se sub?a a las zonas m?s inaccesibles y alejadas, donde se sab?a que se pod?a traer una buena carga. Se llevaba una talega o zurr?n con alguna pelota de gofio amasada con el potaje que sobraba del d?a anterior, higos pasados, vino, etc. Se recog?a haciendo montones peque?os. Luego vali?ndose de la sabia colocaci?n de unas varas de brezo, que serv?an de sujeci?n y apoyo, se formaban los "jaces". Una vez hecho este trabajo se proced?a a bajar. En el camino exist?an los llamados "descansaderos", donde los hombres y mujeres se descargaban durante un rato para poder coger resuello y seguir el camino. El descansadero ten?a que reunir ciertas condiciones en altura y comodidad para que no se hiciera duro el volver a cargar.
En el sendero por el que hoy se realiza nuestra "Bajada de las Hayas" se conservan en perfecto estado los descansaderos de "Cho Melchor", el de "El Lance" y el de "La Hoyita". Algunos de estos eran retocados por los usuarios, a?adi?ndoles alguna que otra piedra para adaptarlos a las grandes cargas que se bajaban.
La Comisi?n organizadora de la Bajada de las Hayas del a?o 2002 nos refresc? la memoria colocando, en algunos tramos del camino, varios sacos y algunos jaces con pinocho, sus correspondientes "taleguillas" y sus "rodillas", e igualmente se?alizando los descansaderos con una breve historia del nombre y alguna an?cdota.
Tambi?n cabe destacar, en ?pocas en que los medios eran pocos, pero el entusiasmo mucho, que del monte se extra?a las "latas" (troncos delgados de pino) que serv?an para colocar en las calles, rematados con las banderas espa?olas. Tambi?n se sol?a adornar las "latas" amarr?ndoles unas ramas de hayas, que eran tra?das del monte casi el mismo d?a de la fiesta. Con la celebraci?n de la "Bajada de las Hayas" se rinde homenaje a cuantas personas han trabajado entusiastamente por el lucimiento de la fiesta de nuestra Virgen de la Esperanza, aunque fuera con pocos medios.