Entresacamos art?nculo sobre la familia y la catequesis, publicado por Francisco Jos? Morales Villegas, profesor del centro de Estudios Teol?gicos de Tenerife, en la revista "Di?logos nivaria (A?o 1, n? 1, 1994)
La Familia: un cauce catequ?tico de
importancia primordial
Francisco Jos? Morales Villegas
Profesor del Centro deEstudios Teol?gicos
de Tenerife
La Familia cristiana ha merecido muy bien, en los diferentes momentos de la historiay en el Concilio Vaticano II, el hermoso nombre de "Ecclesia domestica' ', en cuanto que ella es como una c?lula de la gran Iglesia establecida por Jesucristo; por todo lo cual, en cada familia cristiana, deber?an reflejarse los diversos aspectos de la Iglesia entera3?. Esto significa que participa, en efecto, de las acciones y de la vida de esa misma Iglesia prof?tica y catequ?zadora, orante y cultual, de comuni?n y de servicio, de compromiso de la fe en las realidades temporales, constituy?ndose as?, evidentemente, en un ?mbito fundamental para el germen, crecimiento y maduraci?n de la fe31. El hogar, as? entendido, es la primera escuela de vida cristiana.
En definitiva, la familia cristiana, qu? duda cabe, debe ser un espacio donde el Evangelio es transmitido y donde ?ste se irradia". El Concilio no se cansa de repetir que "los esposos tienen su propia vocaci?n para ser mutuamente y en la relaci?n con sus hijos verdaderos testigos de la fe y del amor de Cristo ' X33. Por eso, la casa familiar, en cuanto "Iglesia dom?stica", ha de ser comunidad de gracia y de oraci?n, escuela de virtudes humanas y de caridad cristiana34. En nuestros d?as, en un mundo frecuentemente extra?o e incluso hostil a la fe, las familias creyentes tienen una importancia primordial en cuanto faros de una fe viva e irradiadora.
1.- La familia: agente y lugar de catequizaci?n: Los padres son los primeros y fundamentales educadores de la fe de sus hijos. La raz?n es que los ni?os van formando su personalidad fundados sobre la figura y actitudes de los mayores m?s pr?ximos. La familia debe ser considerada como un cauce catequ?tico de importancia primordial, en cierto modo "insustituible"35. La tradici?n de la Iglesia no ha dudado en reconocerlo y subrayarlo36. La no intervenci?n de los padres en esta educaci?n puede provocar una separaci?n entre fe y vida.
As?, los Obispos espa?oles en el documento "La catequesis de la comunidad" resaltan que la familia cristiana es catequista por vocaci?n y naturaleza37 y dedican un apartado a la especificidad propia de la familia en relaci?n con la catequesis38; reafirmando ampliamente lo expresado por el Papa Juan Pablo II39, en virtud de lo cual la catequesis familiar precede, acompa?a y enriquece toda otra forma de catequesis.
Es menester concluir aqu? que la familia cristiana tiene una misi?n propia, que los padres y el conjunto familiar son lo s primeros catequistas y laprimera catequesis de los hijos. En su pedagog?a asume las caracter?sticas propias de la vida familiar, de amor, sencillez, comprensi?n y testimonio cotidiano40. Se trata de una catequesis m?s del testimonio que de la ense?anza, m?s ocasional que sistem?tica, m?s permanente que estructurada en per?odos'. La fe se transmite en todo el contexto familiar con ejemplos, palabras, oraciones 'realizadas en com?n y, principalmente, creando una atm?fera cristiana.
2.- Situaci?n religiosa de la familia: algunos elementos comunes. Supuesto que la familia tiene una funci?n catequ?tica de primer orden y, adem?s, que esta funci?n es ejercida sobre todo en el per?odo de la infancio o ni?ez de los hijos, no podemos dejar de lado, sin embargo, que muchos aspectos empa?an, en la actualidad, la capacidad y posibilidad iniciadora en la fe de la familia cristiana. Dionisio Borobio sintetiza, a partir de diversos estudios, algunos elementos comunes de la situaci?n religiosa de la familia42 que conviene aqu? recoger:
* La mayor?a de las familias, te?ricamente cristianas, han sufrido y sufren el duro impacto de la secularizaci?n, por lo que tanto la referencia religiosa expl?cita como los s?mbolos religiosos tienden a perder importancia, cuando no a desaparecer de muchas de ellas,
* El mundo-ambiente sit?a a la familia cristiana no en carta de ciudadan?a y prestigio social sino, con cierta frecuencia, en situaci?n de extra?amiento y di?spora, una vez desaparecidas las apoyaturas de una sociedad y cultura cristianas.
* Para una mayor?a de las familias j?venes, la transmisi?n de los valores religiosos a sus hijos, lejos de tener una prioridad, es algo secundario en relaci?n con otros valores m?s pr?cticos y ?tiles a la convivencia social.
* En muchas familias se relega el valor religioso y la fe cristiana al campo de lo privado personal, a laopci?nlibre en edad de libertad responsable, o bien ala educaci?n recibida por medio de grupos, asociaciones o instituciones religiosas de la Iglesia.
* Son frecuentes las familias en las que el pluralismo religioso impide ofrecer un ?nico modelo de identificaci?n religiosa para los ni?os, conviviendo en el mismo hogar el comprometido cristiano, el practicante permanente, el alejado y el agn?stico.
* Por lo general se aprecia en las familias una relajaci?n o difuminaci?n en la doctrina y moral cristianas, habiendo una gran distancia entre los contenidos dogm?ticos de la fe confesada y,la realidad existencial de la fe vivida, entre la moral oficial y la moral real. Funciona en muchos hogares un Dios, una Iglesia y una moral a la propia medida.
* Nuevos fen?menos religiosos familiares est?n surgiendo, como la existencia de familias donde se dan padres agn?sticos (muchos que nacieron en la generaci?n de los a?os 60-70) y abuelas evangelizadoras (que mantienen y educan en la fe); o bien familias en donde los hijos convertidos y creyentes (por el encuentro con el Evangelio y alg?n movimiento o comunidad cristiana) son los evangelizadores de los propios padres.
As?, pues, hay que reconocer, en principio, que la familia cristiana como unidad propia y como fen?meno relacional se encuentra hoy con grandes y graves dificultades para una existencia cotidiana vivida seg?n el Evangelio, induciendo a los hijos a pensar que la religi?n es cosa de la escuela o del templo y que la vida tal como la ve en su casa es cosa aparte, que nada tiene que ver con ella43. En este contexto estamos lejos de una catequesis expl?cita en el seno de la familia, armonizada responsablemente con los otros servicios de evangelizaci?n y catequesis presentes y operantes en la comunidad eclesial.
3.- Pastoral familiar: una nueva v evangelizadora relaci?n con las familias desde la catequesis. Visto todo lo anterior, indudablemente la formaci?n cristiana de los ni?os y, en particular, su preparaci?n para celebrar los sacramentos de la iniciaci?n, en un contexto parroquial y comunitario, evangelizadorymisionero, requiere que la comunidad cristiana preste atenci?n preferente a las familias y, en general, a los adultos44. Es urgente la promoci?n de contactos y el desarrollo de procesos de acci?n misionera con los adultos y familias.
El "Plan de Acci?n de la Comisi?n Episcopal de Ense?anza y Catequesis" para el trienio 1993-1996 nos presenta como tercer objetivo espec?fico de actuaci?n el siguiente: "Impulsar la catequesis de la familia en cuanto ?mbito y espacio donde se educa en la fe y tambi?n en cuanto destinataria de la acci?n catequ?tico ' '45. Las acciones que el Plan propone para el logro de tal objetivo evidencian la preocupaci?n ante las serias dificultades con que cuenta la familia cristiana para el ejercicio de su misi?n catequ?tica. Raz?n por la cual se invita al estudio y discernimiento de los materiales y de las distintas experiencias que se est?n llevando a cabo sobre catequesis y familia, as? como a la difusi?n de los logros de estas realizaciones.
De esta forma, los contactos y procesos de acci?n misionera con las familias, en especial con los padres y a prop?sito de la iniciaci?n sacramental de sus hijos, tienen como finalidad: despertarla fe de los padres con intencionalidad misionera, estimular su responsabilidad de primeros educadores y colaboradores necesarios en la catequesis comunitaria de sus hijos y proporcionarles los medios necesarios para hacerlo. Dos experiencias son las fundamentales: encuentros para que los padres act?en como protagonistas y colaboradores en el proceso catequ?tico de sus hijos; proceso, en clave misionera, con los padres durante la etapa de inid aci?n cristiana de sus hijos.
Est? claro, urge preparar a los padres cristianos para que asuman y cumplan responsablemente su oficio de primeros y permanentes catequistas de sus hijos. Hay que ayudar a que la comunidad familiar cristiana se renueve con la novedad del Evangelio. la misma Cate quesisFamiliar puede ser, en este sentido, un intrumento valios?simo. Eso s?, no cabe la improvisaci?n, es necesaria la acci?n programada y real, para que con la ayuda del Esp?ritu la familia cristiana sea una comunidad evangelizada y evangelizadora.
29 Cfr. LG., 11; AA., 11; FC., 21.
30 Cfr. EN., 71.
31 Cfr. CC., 272.
32 Cfr. EN., 71.
33 Cfr. LG., 35.
34 Cfr. Catecismo de la Iglesia Cat?lica, 1655-1658.
35 CT., 68.
36 Merece atenci?n la nota 118 de CT., que al pi? de p?gina ofrece amplia documentaci?n al respecto.
" CC.2272
3s CC., 272-276.
39 CT., 68.
40 FC., 53.
41 CC., 273.
42 Cfr. BOROBIO, D., Sacramentos y familia (Para una antropolo g?a ypastoral de los sacramentos), Madrid 1993, 70-71.
43 Cfr. MENUDO, A. y DE VICENTE, J.L., Iniciaci?n Sacramental (Gu?a pastoral), Estella 1992, 15-16.
" Cfr. DELEGACION EPISCOPAL DE CATEQUESIS Y SECRETARIADO DIOCESANO DE LITURGIA, Orientaciones pastorales diocesanas para la primera penitencia y primera eucarist?a, Bilbao 1990, 29-32.
45 Cfr. COMISION EPISCOPAL DE ENSE?ANZA Y CATEQUESIS, Plan de acci?n (Trienio 1993-1996), Madrid 1994, 42.