23 Ago. 06
/ACI).- Miles de peregrinos acudieron hoy al Vaticano para participar en la Audiencia General con el Papa Benedicto XVI, quien asegur? que la muerte y resurrecci?n de Jesucristo permite a la Iglesia que sufre hostilidades e incomprensiones inmerecidamente, vivir una "esperanza segura" pues el sufrimiento no es jam?s la ?ltima palabra sino un pasaje hacia la felicidad.
Durante la audiencia celebrada en el Pablo VI, el Santo Padre continu? su catequesis sobre los ap?stoles, esta vez sobre San Juan, el "Vidente del Apocalipsis", explicando que ?ste "se dirige a las siete Iglesias de Asia exhort?ndolas a permanecer firmes en la fe, ante las grandes dificultades que tuvieron que afrontar por su testimonio de Jes?s".
Sobre las "grandiosas visiones" y "mensajes extraordinarios" que tuvo San Juan en la isla de Patmos, y que "influir?n no poco en la historia de la Iglesia y en toda la cultura occidental?, el Pont?fice se?al? que el ap?stol "recibe una revelaci?n, en la que se desvela el sentido de la historia humana a partir de la muerte y resurrecci?n de Cristo, para infundir esperanza".
"Con sus im?genes fuertes y dif?ciles: como la del Cordero degollado que est? de pie delante del trono de Dios, el libro sellado con siete sellos que s?lo puede abrir el Cordero, o la visi?n de la Mujer que vence al drag?n que la persigue, se abre el camino de una esperanza segura que culmina con la visi?n de la Jerusal?n celeste, en donde 'no habr? m?s muerte, ni luto, ni llanto ni dolor, porque el primer mundo ha pasado'", reflexion? el Papa.
Explicando la primera, el Pont?fice dijo que "Jes?s, aunque asesinado con un acto de violencia, en vez de estar en tierra, est? parad?jicamente bien parado sobre sus pies, porque con la resurrecci?n ha vencido definitivamente a la muerte?. Adem?s, "Jes?s, justamente en cuanto muerto y resucitado, es plenamente part?cipe del poder real y salvador del Padre?, a?adi?.
Sobre la imagen del libro de los siete sellos, en el que Juan aparece llorando "porque no se encontraba a nadie digno de abrir el libro y de leerlo?, el Santo Padre se?al? que "probablemente este llanto expresa el desconcierto de las Iglesias asi?ticas por el silencio de Dios frente a las persecuciones a las que eran expuestas en aquel momento?.
?Se trata de un desconcierto en el cual se puede reflejar nuestro asombro frente a las graves dificultades, incomprensiones y hostilidades que tambi?n hoy la Iglesia sufre en varias partes del mundo", subray?.
Sobre el particular, Benedicto XVI indic? que se trata de "sufrimientos que la Iglesia ciertamente no merece, as? como Jes?s mismo no mereci? su suplicio. Estos revelan tanto la maldad del hombre, cuando se abandona a la sugesti?n del mal, as? como la superior conducci?n de los hechos por parte de Dios?.
Ante tal situaci?n, el Pont?fice explic? que ?s?lo el Cordero inmolado est? en capacidad de abrir el libro sellado y de revelar el contenido. S?lo ?l puede tomar indicaciones y ense?anzas para la vida de los cristianos, a los cuales su victoria sobre la muerte trae el anuncio y la garant?a de la victoria que tambi?n ellos obtendr?n sin lugar a duda?.
M?s adelante, el Papa mostr? que ?Juan quiere poner en sus lectores una aproximaci?n de valiente confianza. Con sus im?genes fuertes y a veces dif?ciles, ?l no tiene ciertamente la intenci?n de proponer enigmas por resolver, sino sugerir el camino de una esperanza segura, que se abandona serenamente a Dios y a Jesucristo?.
Finalmente, el Obispo de Roma hizo referencia a los cantos de alabanza tambi?n presentes en el libro en cuesti?n afirmando que ?estamos frente a la t?pica paradoja cristiana, seg?n la cual el sufrimiento no es jam?s percibido como la ?ltima palabra, sino visto como un pasaje hacia la felicidad, y es m?s, este mismo est? ya misteriosamente inserido en el gozo que brota de la esperanza?.
Terminada la catequesis, el Pont?fice salud? a los perregrinos de Espa?a y Am?rica Latina dese?ndoles que "vuestra peregrinaci?n a las tumbas de los Ap?stoles Pedro y Pablo os confirme en la fe y en la caridad, y os ayude a superar con esperanza las dificultades y contrariedades sufridas por dar testimonio de Cristo".