S?bado, 26 de agosto de 2006
Publicado en "MISA DOMINICAL", 2006 (11)


IN PERSONA CHRISTI CAPITIS



El que preside una celebraci?n lit?rgica preside "in persona Christi", o sea, personificando al mismo Cristo. Su oraci?n y su actuaci?n, es la oraci?n y la actuaci?n de Cristo Cabeza de la comunidad. El Misal le dice que "en el mismo modo de comportarse y de anunciar las divinas palabras, debe insi?nuar a los fieles la presencia viva de Cristo" (IGMR 93).

Es verdad que tambi?n la comunidad es signo sacramental de Cristo, porque es el cuerpo de Cristo que es la Cabeza. Su oraci?n y su actuaci?n son tambi?n oraci?n y actuaci?n de la comunidad.
Pero el presidente, adem?s de pertenecer a esa misma comunidad, ha reci?bido la misi?n, por medio del sacramento del Orden, de representar a Cristo como Cabeza y Pastor.

Por una parte, el presidente pertenece a esta comunidad y, como todos los dem?s fieles, pide perd?n, escucha la Palabra, profesa su fe, alaba a Dios Padre, le ofrece, apoyado por todos, el ?nico sacrificio de Cristo, y participa de la comuni?n del Cuerpo y Sangre de Cristo.

Por otra, est? -debe estar- "habitado", lleno de Cristo, y act?a con ?l, desde ?l. Saluda a la comunidad, le explica la Palabra que se ha proclamado, pronun?cia las palabras de Cristo en la ?ltima cena, bendice a los fieles... todo desde Cristo y movido por su Esp?ritu, no por propia iniciativa y m?rito propio.

Cuando entra en procesi?n, al comienzo de la Misa, acompa?ado a ser posi?ble por los otros ministros o servidores de la celebraci?n, es recibido por la comunidad puesta en pie. Ya en ese momento inicial es representante de Cristo, al que los fieles acogen cantando. Es como el cumplimiento de aquello que dice Juan en el pr?logo de su evangelio, de los que recibieron y los que no recibieron la Palabra que ven?a de Dios. Estos que est?n aqu?, esta comunidad que se ha congregado, s? acoge a Cristo, "encarnado" hoy en la persona del sacerdote.

Es una convicci?n que a la comunidad le debe infundir aprecio del ministerio del que la preside, y al mismo sacerdote una confianza y una seriedad que le vienen de su car?cter de signo sacramental del mismo Cristo.

J. Ardazabal
Publicado por verdenaranja @ 15:21  | Liturgia
Comentarios (0)  | Enviar
Comentarios