(por Tom?s Melendo Granados)
?Enga?arse respecto al amor es la p?rdida m?s espantosa, es una p?rdida eterna, para la que no existe compensaci?n ni en el tiempo ni en la eternidad: la privaci?n m?s horrorosa, que no puede resarcirse ni en esta vida... ?ni en la futura!?. (Soren Kierkegaard). www.arvo.net
Con estas palabras de Kierkegaard, redactadas ya hace m?s de siglo y medio, comienza el nuevo libro de Tom?s Melendo titulado El verdadero rostro del amor [1]. La rotunda afirmaci?n de Kierkegaard impresion? tanto al autor que ha consagrado m?s de 20 a?os a desentra?ar, cincelar y perfilar, desbrozando las innumerables falsificaciones que encontramos en el mundo de ayer y de hoy, el verdadero ?rostro del amor?.
En esta obra lo dibuja en forma breve, clara y progresiva, profunda y sugerente. ?Amar es decir que s? desde el fondo del propio ser y con todas sus consecuencias, a la persona querida; ayudar a descubrir y conquistar la plenitud que la har? feliz; y todo, mediante la entrega de todo lo que cada uno es, puede, tiene, anhela, sue?a? y necesita?.
En la actualidad sobreabundan los ?fracasos? en el amor. Melendo apunta en la Introducci?n, deficiencias que constituyen como su caldo de cultivo:
incapacidad de compromiso, infidelidades o falta de lealtad entre esposos, novios, amigos, colegas, vecinos, compa?eros, profesionales de muy distinto tipo...;
. indiferencia, mutuo soportarse, divorcios, separaciones...;
. abandono de los abuelos en lugares donde ?se les cuidar? mejor que en la familia?; despego y desatenci?n de los hijos hacia los padres y viceversa, y de los hermanos entre s?...; adem?s, y esto resulta m?s determinante, en nuestros d?as parece haberse perdido el sentido mismo del amor, en su acepci?n m?s alta.
No sabemos lo que es amar. El propio t?rmino ha sido desvirtuado, prostituido. Hoy, aquello que se designa con el vocablo ?amor? tiene a menudo como punto de referencia (y esto en los casos en que no debe hablarse de aut?ntica perversi?n):
. una suerte de sentimentalismo difuso y blando, incapaz de colmar siquiera las nobles ansias de un adolescente,
. o la pura biolog?a, el trato meramente f?sico, como en la envilecida y desgraciada frase de ?hacer el amor?... tan lejana de su significado primitivo de conquistar a una persona o cortejarla noblemente, o del maravilloso y m?s profundo sentido de edificar juntos y a diario -por ejemplo, en el matrimonio- el amor de toda una vida.
Semejante olvido de lo que el amor lleva consigo compone sin duda uno de los males m?s de fondo de nuestra cultura. Por eso, si aspiramos a construir la civilizaci?n del amor a la que nos impelen desde hace lustros las instancias m?s autorizadas, hemos de empezar por elevar la categor?a humana del conjunto de la sociedad, aprendiendo nosotros mismos y cada uno de los restantes miembros, en la teor?a y en la pr?ctica, lo que significa amar
Tom?s Melendo Granados
Catedr?tico de Filosof?a (Metaf?sica)
Director Acad?mico de los Estudios Universitarios sobre la Familia
Universidad de M?laga