El padre Antonio Mar?a del Hogar Santa Rita de el Puerto de la Cruz narra la vida de Santa Leonor en separata a la Revista "Como las Abejas" de Julio-Agosto.
Santa Leonor, Reina de Inglaterra. Se celebra su fiesta el 22 de febrero. Naci? en la localidad francesa de Aix en Provence en el a?o del Se?or, 1222. Es la segunda hija de Ram?n Berenguer IV, Conde de Barcelona, Pr?ncipe de Arag?n y Marqu?s de Provenza. Es cu?ada de San Luis IX, Rey de Francia, que se cas? con su hermana Margarita. A la edad de 14 a?os se cas? con Enrique III de Inglaterra en la Catedral de Canterbury, el 14 de enero de 1236. Su madre es Beatriz de Saboya. De su matrimonio Dios le dio 9 hijos. Cinco de ellos: Ricardo, Juan, Catalina, Guillermo y Enrique murieron antes de los 10 a?os. De los otros cuatro, dos fueron Reyes. Eduardo 1 de Inglaterra, que sucedi? en el trono a su padre, Enrique III. Se cas? con Leonor de Castilla, hija de San Fernando III El Santo, que es primo hermano de San Luis IX Rey de Francia; Margarita, Reina de Escocia y su hijo Edmundo que ostent? varios condados, conde de Leicester, de Derby, de Chester y de Lancaster y propuesto por el Papa para rey de Sicilia.
Su esposo, Enrique?III de Inglaterra, falleci? en el a?o 1272. Ya, viuda, le sucedi? en el trono su hijo Eduardo?I y 4 a?os m?s tarde, en el a?o 1276, se retir? al monasterio benedictino de Amesbury, a dedicarse de lleno a la Santidad, viviendo, sin ning?n cargo, la vida sencilla de una monja benedictina.
Despu?s de 16 a?os de una vida entregada en exclusiva a Dios, vol? su alma al cielo el 24 de enero de 1292 a la edad de 70 a?os.
Don Ram?n de Berenguer IV tuvo la suerte de que 4 de sus hijas llegaran a ser reinas: Leonor, Reina de Inglaterra, (nuestra Santa). Margarita, Reina de Francia, esposa de San Luis, Rey de Francia. Sandra, Reina de los Romanos y Beatriz, Reina de Angiu.
He aqu? una peque?a semblanza de su vida: Tuvo la gran suerte de vivir en un ambiente muy religioso, con sus piadosos padres, don Ram?n Berenger y do?a Beatriz de Saboya. Es contempor?nea de grandes Santos, como San Francisco de As?s, Santo Domingo de Guzm?n, San Antonio de Padua, San Luis Rey de Francia, Santa Clara, Santa In?s de As?s, San Fernando?III el Santo, entre otros.
Desde muy peque?a destac? entre sus hermanos por su coraje y sus virtudes. A lo largo de su vida, un tanto ajetreada, Dios le concedi? gracias extraordinarias, en medio de la dif?cil vida de las Cortes.
Ya casada con Enrique III, tiene que sufrir las vicisitudes del reinado. Destronan a su esposo como Rey y tiene que exiliarse en Francia con su hijo Eduardo, heredero del trono, junto a su hermana, la Reina Margarita. Esta convence a su esposo San Luis IX, Rey de Francia para que apoye a su sobrino Eduardo con un ej?rcito y as? reconquistar el poder y conseguirla libertad para su padre, Enrique III, que est? encarcelado.
As?, Santa Leonor, vuelve a Inglaterra acompa?ada de un legado pontificio y devuelven la corona perdida a su esposo, Enrique III. A los pocos a?os, en 1272, fallece Enrique III y sube al trono de Inglaterra su hijo Eduardo I. Pasados cuatro a?os. en 1276, Leonor decide retirarse de la vida de las cortes y recogerse como viuda en calidad de una sencilla monja, en el monasterio de la Abad?a benedictina de Amesbury.
Pidi?, por favor, que no le pusieran ning?n cargo, ni tuvieran distinci?n alguna con ella, por su condici?n de Reina de Inglaterra. Quiso, en todo momento, pasar desapercibida, aceptando los oficios m?s humildes de la comunidad y as? cumplir estrictamente, sin ninguna excepci?n, las sabias reglas de San Benito.
Mujer, a la vez, en?rgica y piadosa, admirada por su esposo y sus hijos y, ahora, por las religiosas del convento, que no les cab?a en la cabeza, tanta humildad, en alguien que fue tan destacada en la Sociedad, viviendo ahora una vida sencilla, sin ning?n privilegio. Al contrario, se hab?a propuesto, por encima de todo, obedecer y obedecer, despu?s de tantos a?os mandando. Era especialmente devota del Sant?simo Sacramento, que recib?a con un fervor extraordinario. No quer?a visitas ni de familiares, ni de amigos, para no distraer su vida de oraci?n y recogimiento.
Cuenta ella, que le parec?a mentira haberse visto libre de las responsabilidades y de los miles de problemas y enredos de las cortes, donde hab?a tantas intrigas, tanta envidia, tantas ansias de poder. Ahora encerrada tras las paredes de un convento, pod?a gozar de la paz que se respira detr?s de estos muros y pasarse horas y horas en contemplaci?n ante el Sagrario.
Ten?a sesenta a?os cuando contrajo una enfermedad en la garganta. que le dejaba tragar nada, y hasta qued? privada del uso de la palabra. Llorando ante el Sagrario, le ped?a al Se?or que le curara, para poder, al menos. recibir el Santo Sacramento de la Eucarist?a. Se cuenta que, estando un d?a en la enfermer?a del convento, cuando el sacerdote le llevaba la comuni?n a una compa?era enferma sinti? tan grandes deseos de comulgar que instant?neamente se cur? de la garganta y pudo tambi?n ella comulgar y quedarse curada prodigiosamente para siempre.
Tuvo diferentes visiones del cielo y las religiosas la vieron, m?s de una vez, elevada hasta la altura del Cristo colgado encima del altar mayor, absorta en contemplaci?n. Destac? por su humildad, por su encantadora sencillez, por una exquisita delicadeza en sus modales, por su finura de reina, obediencia ciega a sus superiores y una dulzura celestial en el habla, acompa?ada de una bonita sonrisa. Las religiosas que le escuchaban, quedaban, como envueltas en una nube celestial, cautivadas portanta mansedumbre en un car?cter en?rgico y de una personalidad tan definida.
Se pasaba largas horas en oraci?n, lo que le permit?a su tiempo libre, y siempre frente al Sagrario, donde, dec?a ella, estaba prisionero su gran amor. Siempre pidi?, que, por favor, le trataran como la menos importante de todas las religiosas y que jam?s tuvieran en cuenta su antigua condici?n de Reina de Inglaterra. Que nunca m?s le recordaran su pasado. Ya casi al final de su vida, animaba a sus hermanas religiosas a ser fieles a las santas reglas de San Benito que tantos Santos hab?a fabricado y la paz tan grande que ella misma sent?a en el cumplimiento estricto de las mismas. iQu? paz se siente cuando se cumple con el deber, dec?a convencidal.
Un d?a, en pleno ?xtasis, exclam? ante las religiosas: "qu? gozo tan grande siento. Estoy viendo a mi Se?or con una gran guirnalda de rosas, para coloc?rmela a mi llegada al Para?so. Soy feliz. Ya se acerca mi Se?or a recibirme" y con los ojos fijos en el crucifijo que ten?a en sus manos, march? a vivir eternamente al Pa?s de la vida. Ten?a 70 a?os. Corr?a el a?o del Se?or de 1292.
Son precisamente estos ?ltimos a?os de su vida los que acabaron moldeando a la futura Santa, dejando a toda la humanidad un ejemplo encantador de humildad y de sencillez, despu?s de haber vivido una vida tan complicada en las cortes. All?, en el silencio del convento, aprendi? a valorar la vida espiritual que un d?a vivi? de peque?a con sus padres y que descuid? un tanto por los deberes de estado, en unos tiempos dif?ciles para la Corona Inglesa, como ya se ha dicho.
Tambi?n influy? en ella, las tantas conversaciones tenidas con su cu?ado San Luis Rey de Francia y lo que se o?a de la vida de esos grandes gigantes de la santidad en la edad media, San Francisco de As?s, Santo Domingo de Guzm?n, San Antonio de Padua, Santa Clara y su consuegro, San Fernando III el Santo.
Por supuesto, la parte m?s hermosa y atractiva de Santa Leonor, fue sin duda sus a?os en el monasterio, viviendo como una simple monja benedictina, sin t?tulos, sin honores humanos. Todo esto puede llegar a ser "vanidad de vanidades".
Al cabo de unos a?os de haber retornado a la Casa del Padre Dios, cuando el obispo mand? desenterrar a la Santa para ponerla en una urna debajo del altar, su cuerpo desprend?a un olor suav?simo, superior a todos los perfumes que se conocen en el mundo.
Fue precisamente el Papa Bonifacio VIII, en el a?o 1297 quien la canoniz? y la coloc? en el cat?logo de los Santos, juntamente con su cu?ado, el Gran San Luis Rey de Francia, primo hermano de San Fernando III el Santo de Espa?a. Ten?a como mucha prisa para poder recuperar el tiempo que cre?a perdido en medio de las cortes, donde educ?, personalmente, a todos sus hijos. As? transcurri? su vida, dejando a sus compa?eras religiosas una obra llena de sinceridad y humildad y de un amor, fuera de lo com?n, al Sant?simo Sacramento. Siempre conserv? la exquisita educaci?n humana y religiosa recibida de sus piadosos padres.
Que Santa Leonor y Santa Rita, nuestras dos protectoras viudas nos echen una mano.
Con mucho afecto dedicado a los devotos de Santa Leonor copatrona con Santa Rita de la Fundaci?n Canaria para el Alzheimer "Santa Leonor y SAnta Rita"
Antonio Mar?a Hern?ndez Hern?ndez
29 de septiembre 2006 ZENIT publica el discurso que pronunció el viernes 29 de Septiembre el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, en la Sala Ducal el Palacio Apostólico Vaticano.
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Señoras y señores embajadores:
Me alegra daros la bienvenida en el momento en el que comienzo mi nueva misión de secretario de Estado, que me ha sido confiada por Su Santidad el Papa Benedicto XVI, a quien vuelvo a expresar mi profunda gratitud. Nuestro primer encuentro común es para mí un momento importante y esperado. Y expreso el deseo de que un día cercano todos los países puedan estar representados ante el sucesor de Pedro. Quiero daros las gracias de viva voz por los mensajes que me habéis enviado en el momento de mi nombramiento, pidiendo también que transmitáis mi agradecimiento a vuestros gobiernos por los deseos que me han querido dirigir. Estos gestos de simpatía han sido para mí un apoyo mientras me preparaba para asumir este cargo. Doy las gracias también a su excelencia, el profesor Giovanni Galassi, vuestro decano, por las palabras gentiles y cálidas que acaba de dirigirme en vuestro nombre.
Como observadores atentos de la vida y de la actividad de la Santa Sede, conocéis el doble papel de la función del secretario de Estado, encargado de asistir al Papa en su misión: por una parte, esta función manifiesta el vínculo de unidad de la Iglesia y la solicitud del Santo Padre por las Iglesias locales, prestando una particular atención a la vida de las comunidades presentes en todas las partes del mundo, comprometidas en el anuncio del Evangelio, y junto a todos los componentes de las diferentes sociedades, en la construcción de un mundo cada vez mas fraterno.
Por otra parte, también tiene la misión de continuar, desarrollar e identificar las relaciones con los Estados y las organizaciones internacionales «por el bien de la Iglesia y de la sociedad civil», como especifica la constitución apostólica «Pastor Bonus» (artículo 46) del Papa Juan Pablo II.
La Santa Sede desea aportar su apoyo a la vida internacional, según su carácter específico, para que en todo el mundo se promuevan los valores del respeto y de la dignidad del hombre, así como el diálogo, la solidaridad, la libertad, la justicia y la fraternidad.
Tengo el gusto de evocar aquí a mis predecesores en el cargo de secretario de Estado, en particular, al cardenal Agostino Casaroli y al cardenal Angelo Sodano, a quien acabo de suceder, dándole las gracias por el trabajo realizado en 16 años. En la línea de la larga tradición de secretarios de Estado, pretendo hoy encaminar mis pasos.
¿Qué puede ofrecer la Iglesia?, se preguntaba el Papa Juan Pablo II en su discurso al cuerpo diplomático, el 12 de enero de 1982. Afirmaba entonces que ofrece a todos la contribución de una institución que pone, en primer nivel, los valores más altos del hombre y que no es ajena a ningún problema propio del hombre contemporáneo, deseando ofrecer su contribución a la resolución de las cuestiones que afronta la humanidad. Ciertamente con el pasar del tiempo la diplomacia ha evolucionado en sus formas exteriores, pero «la presencia en el extranjero de hombres experimentados, conocedores de la vida internacional, con sentido de responsabilidad y una gran rectitud, sigue siendo indispensable» (Juan Pablo II, encuentro con el cuerpo diplomático, Friburgo, Suiza, 13 de junio de 1984).
Vuestro papel diplomático en este sentido es particularmente importante. Deseo, por tanto, expresar toda mi estima por vuestra noble tarea y siempre estaré dispuesto, en la medida de mis posibilidades, a recibiros para avanzar juntos por el camino de la concertación, para contribuir a la edificación de una sociedad en la que cada uno, cada familia, tiene su lugar y puede vivir con serenidad, aportando su contribución al bien común. Vuestra misión os hace prestar atención al servicio realizado por la Iglesia en los cuatro rincones del mundo. Sobre las cuestiones políticas, hace de los que estáis aquí, representantes de vuestros países ante la Sede Apostólica, interlocutores privilegiados de la Secretaría de Estado, cuyos miembros estarán siempre dispuestos a ayudaros en vuestro encargo.
Nuestros contemporáneos esperan que los diplomáticos contribuyan, en el campo que les corresponde, a fundar y mantener «un orden internacional, el arte de instaurar relaciones humanas razonables entre los pueblos» (Pablo VI, discurso al cuerpo diplomático, 8 de enero de 1968). Desean también que los diplomáticos sean artesanos de paz, «servidores de los intereses de los pueblos» (Cf. Juan Pablo II, discurso al Cuerpo Diplomático en Suiza, 1984), hombres de derecho, de razón, de diálogo sincero, y que se comprometan a favor de un nuevo empuje de solidaridad entre todos los pueblos, en particular para reconsiderar la cuestión de la deuda de los países más pobres para que no haya nunca más personas, en particular niños, que mueran de hambre o de enfermedades endémicas, para que no haya nunca más personas que sean víctimas inocentes de guerras o de conflictos locales, para que no haya nunca más personas que sean maltratadas por motivo de sus convicciones o creencias.
Necesitamos un compromiso universal a favor de los más desheredados del planeta, de los más pobres, de las personas que buscan con frecuencia en vano algo para vivir y para que pueda vivir su familia. La dignidad, la libertad y el respeto incondicional de todo ser humano en sus derechos fundamentales, en particular, su libertad de conciencia y de religión, tienen que formar parte de nuestras preocupaciones primordiales, pues no podemos dejar de solidarizarnos con la suerte ni el futuro de nuestros hermanos y hermanas en humanidad, ni quedarnos verdaderamente tranquilos ante los sufrimientos que desfiguran al hombre y que se encuentran todos los días ante nuestros ojos.
En cuanto diplomáticos, sé que prestáis particular atención a estas cuestiones sensibles por doquier. Pienso especialmente en la violencia bajo todas sus formas infligida a las mujeres, a los niños que ya han nacido o que están por nacer. La defensa de la vida, desde su concepción hasta su ocaso natural, así como la defensa de la familia fundada sobre el matrimonio, son también temas esenciales en la vida social. Pablo VI subrayaba, además, que la diplomacia «se orienta más directamente sobre los problemas reales y concretos de la vida en sociedad, ante todo, sobre el que podríamos decir que los supera a todos, el problema de la paz» (Discurso al cuerpo diplomático, 8 de enero de 1968).
Como decía en un discurso, el 6 de diciembre de 1986, «la contribución de la Santa Sede en la cuestión de la paz es particularmente rica y comprometedora, pues los puntos clave del Magisterio superan ampliamente la profundización sistemática y orgánica de los teólogos. Se dan lazos profundos, subrayados por los papas, entre la paz y el desarrollo de los pueblos, entre la paz y la liberación, entre la paz y los derechos humanos, entre la paz y la solidaridad internacional. Estos lazos han dado nuevos nombres a la paz y han ofrecido caminos para llegar a una auténtica paz. Caminos que no se excluyen sino que se integran los unos con los otros: caminos políticos y diplomáticos, que se concretan con acuerdos que previenen y bloquean los conflictos; caminos jurídicos e institucionales, que hacen surgir nuevas instituciones para garantizar la seguridad y la paz; camino psicológico y pedagógico, que a través de múltiples obras educativas busca formar una cultura de paz; camino del testimonio de grandes profetas de la paz; camino de la objeción del conciencia y del servicio social alternativo; camino de la no violencia.
Los campos cruciales en los que se da, cada vez con más fuerza, la dificultad del vínculo entre el aspecto profético y las necesidades concretas de la vida, que una ética humana también tiene que tener en cuenta, en particular en un contexto de violencia, privado y organizado, caracterizado también por la pluralidad de opiniones que se afrontan, son los siguientes:
--La defensa social para garantizar el orden objetivo y la defensa de los derechos del hombre;
--La condena de la guerra, a nivel ético, y su exclusión como medio para resolver eventuales diferencias entre los Estados;
--La seguridad, que privilegia los elementos no militares y refuerza, por el contrario, las estructuras políticas, económicas y sociales;
--El desarme, que tiene que implicar a todos los tipos de armas y que tiene que hacerse general, incluyendo el objetivo del «desarme unilateral», que reviste un gran valor ético y positivo.
En estos temas, la investigación de intelectuales y la reflexión de organismos de Iglesia y de comunidades cristianas no se detendrán.
En todo caso, los documentos de la Santa Sede, y sobre todo los textos del Magisterio iluminado de los papas desde la segunda guerra mundial, no son textos que podemos hojear rápidamente, o peor aún, que podemos ignorar. Son textos que hay que leer con atención y meditar para que las ideas puedan traducirse en acciones prácticas y para que el mundo pueda reconocer la fuerza y la actualidad del mensaje cristiano en la entrega de uno mismo y en la valentía con la que los cristianos actúan a favor de la paz, hoy, por todos los hombres».
Me congratulo con las relaciones mutuas de confianza que se dan entre vosotros y la Secretaría de Estado, con la preocupación primordial de servir a la paz y a la concordia entre los pueblos, así como de promover al hombre en todas sus dimensiones. Vosotros sabéis que, en vuestra misión, podéis contar siempre con la acogida y la colaboración de los miembros de la Secretaría de Estado.
Al final de nuestro encuentro, permitidme desearos, a vosotros y a vuestros colaboradores, una feliz misión ante la Santa Sede, asegurándoos también mi oración por vosotros y vuestros seres queridos.
[Traducción del original francés realizada por Zenit]
28 septiembre 2006 ZENIT publica la última de las cinco respuestas espontáneas que ofreció Benedicto XVI a otras tantas preguntas de los sacerdotes de la diócesis de Albano, donde se encuentra la residencia pontificia de Castel Gandolfo. El encuentro tuvo lugar el 31 de agosto.
Los jóvenes
--Don Gualtiero Isacchi, responsable del servicio diocesano de pastoral juvenil: Los jóvenes son objeto de una atención especial por parte de nuestra diócesis. Las Jornadas mundiales los han puesto al descubierto: son muchos y entusiastas. Sin embargo, por lo general, nuestras parroquias no están adecuadamente preparadas para acogerlos; las comunidades parroquiales y los agentes pastorales no están suficientemente preparados para dialogar con ellos; los sacerdotes, comprometidos en las diversas tareas, no tienen el tiempo necesario para escucharlos. Sólo nos acordamos de ellos cuando resultan un problema o cuando los necesitamos para animar una celebración o una fiesta... ¿Cómo puede un sacerdote expresar hoy la opción preferencial por los jóvenes, a pesar de una agenda tan cargada? ¿Cómo podemos servir a los jóvenes a partir de sus valores, en vez de servirnos de ellos para "nuestras cosas"?
--BENEDICTO XVI: Ante todo, quisiera subrayar lo que usted ha dicho. Con motivo de las Jornadas mundiales de la juventud, y también en otras ocasiones, como recientemente en la Vigilia de Pentecostés, se pone de manifiesto que en la juventud hay un deseo, una búsqueda también de Dios. Los jóvenes quieren ver si Dios existe y qué les dice. Por tanto, tienen cierta disponibilidad, a pesar de todas las dificultades de hoy. También tienen entusiasmo. Por tanto, debemos hacer todo lo posible por mantener viva esta llama que se manifiesta en ocasiones como las Jornadas mundiales de la juventud.
¿Cómo hacerlo? Es nuestra pregunta común. Creo que precisamente aquí debería realizarse una "pastoral integrada", porque en realidad no todos los párrocos tienen la posibilidad de ocuparse suficientemente de la juventud. Por eso, se necesita una pastoral que trascienda los límites de la parroquia y que trascienda también los límites del trabajo del sacerdote. Una pastoral que implique también a muchos agentes.
Me parece que, bajo la coordinación del obispo, por una parte, se debe encontrar el modo de integrar a los jóvenes en la parroquia, a fin de que sean fermento de la vida parroquial; y, por otra, encontrar para estos jóvenes también la ayuda de agentes extra-parroquiales. Las dos cosas deben ir juntas. Es preciso sugerir a los jóvenes que, no sólo en la parroquia sino también en diversos contextos, deben integrarse en la vida de la diócesis, para luego volver a encontrarse en la parroquia. Por eso, hay que fomentar todas las iniciativas que vayan en este sentido.
Creo que es muy importante en la actualidad la experiencia del voluntariado. Es muy importante que a los jóvenes no sólo les quede la opción de las discotecas; hay que ofrecerles compromisos en los que vean que son necesarios, que pueden hacer algo bueno. Al sentir este impulso de hacer algo bueno por la humanidad, por alguien, por un grupo, los jóvenes sienten un estímulo a comprometerse y encuentran también la "pista" positiva de un compromiso, de una ética cristiana.
Me parece de gran importancia que los jóvenes tengan realmente compromisos cuya necesidad vean, que los guíen por el camino de un servicio positivo para prestar una ayuda inspirada en el amor de Cristo a los hombres, de forma que ellos mismos busquen las fuentes donde pueden encontrar fuerza y estímulo.
Otra experiencia son los grupos de oración, donde aprenden a escuchar la palabra de Dios, a comprender la palabra de Dios, precisamente en su contexto juvenil, a entrar en contacto con Dios. Esto quiere decir también aprender la forma común de oración, la liturgia, que tal vez en un primer momento les parezca bastante inaccesible. Aprenden que existe la palabra de Dios que nos busca, a pesar de toda la distancia de los tiempos, que nos habla hoy a nosotros. Nosotros llevamos al Señor el fruto de la tierra y de nuestro trabajo, y lo encontramos transformado en don de Dios.
Hablamos como hijos con el Padre y recibimos luego el don de él mismo. Recibimos la misión de ir por el mundo con el don de su presencia.
También serían útiles algunas clases de liturgia, a las que los jóvenes puedan asistir. Por otra parte, hacen falta ocasiones en que los jóvenes puedan mostrarse y presentarse. Aquí, en Albano, según he escuchado, se hizo una representación de la vida de san Francisco. Comprometerse en este sentido quiere decir entrar en la personalidad de san Francisco, de su tiempo, y así ensanchar la propia personalidad. Se trata sólo de un ejemplo, algo en apariencia bastante singular. Puede ser una educación para ensanchar la propia personalidad, para entrar en un contexto de tradición cristiana, para despertar la sed de conocer mejor la fuente donde bebió este santo, que no era sólo un ambientalista o un pacifista, sino sobre todo un hombre convertido.
Me ha complacido leer que el obispo de Asís, mons. Sorrentino, precisamente para salir al paso de este "abuso" de la figura de san Francisco, con ocasión del VIII centenario de su conversión convocó un "Año de conversión" para ver cuál es el verdadero "desafío". Tal vez todos podemos animar un poco a la juventud para que comprenda qué es la conversión, remitiéndonos a la figura de san Francisco, a fin de buscar un camino que ensanche la vida. Francisco al inicio era casi una especie de "playboy". Luego, cayó en la cuenta de que eso no era suficiente. Escuchó la voz del Señor: "Reconstruye mi casa". Poco a poco comprendió lo que quería decir "construir la casa del Señor".
Así pues, no tengo respuestas muy concretas, porque se trata de una misión donde encuentro ya a los jóvenes reunidos, gracias a Dios. Pero me parece que se deben aprovechar todas las oportunidades que se ofrecen hoy en los Movimientos, en las asociaciones, en el voluntariado, y en otras actividades juveniles.
También es necesario presentar la juventud a la parroquia, a fin de que vea quiénes son los jóvenes. Hace falta una pastoral vocacional. Todo debe coordinarlo el obispo. Me parece que, a través de la auténtica cooperación de los jóvenes que se forman, se encuentran agentes pastorales. Así, se puede abrir el camino de la conversión, la alegría de que Dios existe y se preocupa de nosotros, de que nosotros tenemos acceso a Dios y podemos ayudar a otros a "reconstruir su casa". Me parece que, en resumen, nuestra misión, a veces difícil, pero en último término muy hermosa consiste en "construir la casa de Dios" en el mundo actual.
Os agradezco vuestra atención y os pido disculpas por lo fragmentario de mis respuestas. Queremos colaborar juntos para que crezca la "casa de Dios" en nuestro tiempo, para que muchos jóvenes encuentren el camino del servicio al Señor.
[Las cuatro respuestas anteriores fueron publicadas por Zenit el 27, 26, 22 y el 21 de septiembre.
Traducción del original italiano distribuida por la Santa Sede
El Padre Antonio se dirige a los Alcaldes y Concejales de las Islas Canarias invitándoles a la bendición de la "Primera Piedra" del Centro para la enfermedad del Alzheimer.
A los Ilustres Señores Alcaldes-Presidentes, e Ilustres Señores Concejales de las Corporaciones de los Excmos. Ayuntamientos de las islas Canarias
A todos mi saludo de Paz y Bien.
El domingo día 29 de octubre de 2006, si Dios quiere, a las cinco de la tarde, el Excmo. Señor Obispo de Tenerife, Don Bernardo Álvarez Alonso, bendecirá la "Primera Piedra", de un edificio emblemático dedicado a Residencia para personas afectadas de la enfermedad del Alzheimer, un Centro de día para los mismos, y a un tiempo, unido a éste, un Centro de Estudio y de Investigación para dicha enfermedad.
Hoy, a una fecha un tanto distante en el tiempo, hemos querido anunciarles esta noticia tan esperada y tan pensada, para que apunten en su agenda este día histórico. Lo hacemos extensivo a tantos Ilustres Señores, y a todos los Cabildos de nuestras Islas Canarias y al Gobierno de Canarias, porque queremos ofrecer esta obra a la Comunidad Autónoma, con las ideas claras de que somos una institución benéfica, sin ánimo de lucro, deseosa de dejar para la historia de Canarias una grandiosa obra nacida de una necesidad palpitante: la atención específica a las personas afectadas por la enfermedad del Alzheimer. Son muchos los que en estos momentos están trabajando actualmente para hacer "algo que pueda beneficiar a estas personas". Lo nuestro es sencillamente, una idea más. También queremos subirnos al barco de los que ya han emprendido este viaje sin retorno.
Queremos sumar fuerzas, y ofrecer este magnífico complejo, con todos los adelantos que existan en estos momentos, para paliar, en parte, este grave problema que nos afecta a todos, porque, al decir el doctor Alayón, todos somos candidatos en potencia a tener esta enfermedad galopante y, de momento, sin curación, y que afecta a la parte más digna del ser humano: su inteligencia, y por tanto, a su libertad.
No somos originales. No somos los primeros. Hemos visitado, personalmente, el arquitecto de la obra, don Fernando Hernández García, el contratista don Miguel González, el doctor Evelio García, el Ilustre Señor Alcalde del Puerto de la Cruz, don Marcos Brito Gutiérrez, donde estará ubicada esta obra y un servidor. Hemos ido en dos ocasiones a visitar el edificio que están terminando de levantar en Vallecas, Madrid, patrocinado por la Fundación Reina Sofía, destinado a los enfermos de Alzheimer y un Centro de Investigación, para dicha enfermedad.
Nos pusimos en contacto desde Tenerife, con el Palacio de la Zarzuela. Hemos de dar las gracias infinitas a todos los responsables de esa bonita obra. Nos han abierto las puertas y nos han tratado con mucho cariño, facilitándonos todos los conocimientos y criterios y la filosofía que han utilizado a la hora de realizar esta obra. Muchas gracias, pues, a las personas con quienes hemos contactado en la Zarzuela, empezando por el Excmo. Señor don Alberto Aza Arias, y luego, el arquitecto e ingenieros que están ejecutando las obras. No han visto en nosotros unos copiadores de ideas, ni una competencia. Han querido sencillamente ayudarnos, y no han guardado ningún secreto profesional, como haría un envidioso. Al contrario, nos hemos encontrado con personas responsables de la Fundación Reina Sofía que han creído en nuestra obra, sabedores que la obra que están haciendo en Vallecas, no es suficiente para todos los casos que existen. Y aquí, estamos muy lejos de Madrid.
Es por tanto nuestro deseo de invitarles también a ellos, en su día, a ver esta obra que nace con vocación de obra de nuestras Islas Canarias; pero con proyección Europea. Estamos en contacto con investigadores procedentes de la Universidad de Lobayna, de Lyon, de Londres y de nuestra Universidad de La Laguna, y abiertos a cuantos investigadores, científicos, catedráticos de cualquier lugar del planeta, que quieran tomar parte en este proyecto.
Está claro que nosotros no somos, ni mucho menos, la solución a este doloroso problema, ni queremos acaparar todos los recursos, ni pretendemos conseguir que alberguemos en este nuestro edificio todos los enfermos de nuestras islas. Somos simplemente, una "pequeña gota de agua" de ese gran océano que será en los próximos años esta enfermedad.
No estoy solo en este empeño, ni pretendo ser protagonista de nada. Alguien tenía que empezar a mover la primera ficha. La suerte está ya echada. Llevamos más de un año dándole vueltas a esta idea y dando pasos hacia delante. He medido mis fuerzas; pero son tantas y tantas las personas que me empujan, que sería un pecado grande contra Dios y contra la historia el que yo, por comodidad, o por no querer complicarme la vida, o por la inseguridad a los posibles recursos que necesitamos para llevar a cabo y mantener esta obra, que, de momento es sólo un proyecto, me parara. "En mi cabeza", ya está la obra con gente dentro y trabajando con mucha ilusión, un grupo de jóvenes investigadores que aporten, su ciencia en beneficio de toda la humanidad.
¿Qué tenemos en estos momentos?
1°.- Un terreno de cerca de 96.000 m2 en un lugar privilegiado de nuestras Islas Canarias por su clima, en Las Dehesas del Puerto de la Cruz, rodeado de platanera. Un lugar tranquilo, sin ruidos, con una atmósfera limpia, sin chimeneas industriales, separado de la carretera general y cerca de los Centros Hospitalarios, Bellevue y Tamaragua. A cuatro minutos del Servicio de las ambulancias medicalizadas del 112. Tenemos en nuestro terreno un lugar ya elegido para un helipuerto. Estamos ubicados casi a la misma distancia, entre el Hospital Universitario o el Hospital de La Candelaria y el futuro Hospital del Norte.
2°.- Hemos constituido una nueva Fundación "hija" de la Fundación Canaria Hogar Santa Rita, denominada "Fundación Canaria para el Alzheimer Santa Leonor y Santa Rita": formada por un numeroso grupo de fundadores llenos de ilusión y de entusiasmo, a quienes ni yo mismo puedo parar. Es una Fundación que nace completamente viva y que ha comenzado a moverse ya.
3°.- Cuento con el respaldo de nuestro Señor Obispo don Bernardo Alvarez, que me prometió rogar a la Virgen de Candelaria en la Santa Misa del día 15 de agosto para que me ayude. Ya hemos recibido su bendición y la confirmación para bendecir la "Primera Piedra" el 29 de octubre de 2006.
4°. Nos sentimos apoyados "moralmente", de momento, por todas las Autoridades actuales del gobierno, Cabildo y Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, donde estamos situados y en donde se levanta esta obra: don Adán Martín, don Ricardo Melchior, don José Manuel Bermúdez, don Paulino Rivero, doña Cristina Valido, don Marcos Brito, entre otros.
5°. Nos sentimos especialmente ayudados por Dios y su providencia, ya que ha decidido que continuemos vivos, en estos momentos. He aprendido del doctor Martín Luter King, que "si supiera que mañana se me acaba la vida, aún hoy plantaría un árbol". Por eso quiero utilizar mi vida hasta el mismo momento en que el Padre quiera concedérmela, o también yo quede incapacitado por esta enfermedad, llamada "Alzheimer". Por eso hemos querido poner en circulación una nueva edición de "Los cheques del Cielo" que ha sido el medio a través del cual, nuestro maravilloso Dios tanto nos ha ayudado, fundamentándonos en que Dios es bueno y, por tanto, ha hecho buenos a los hombres.
6°.- También hemos puesto en circulación esa manera tradicional, con que tantas Fundaciones o Asociaciones benéficas han funcionado, que son las cuotas voluntarias de los "Socios Protectores". Son diferentes las maneras que tenemos los hombres, para dejar huellas bonitas en nuestro paso por el planeta tierra, colaborando en la construcción de un mundo mejor y una vida más bella. ¡Ay de aquel que nunca hizo nada, ni colaboró en nada, ni puso el hombro en nada, ni se comprometió con nada, ni con nadie! ¡Qué pena de persona! Qué lamentable que "sólo haya ocupado un lugar en el espacio" como cualquier cuerpo sólido, Por eso hoy. en esta carta, le invitamos a que se suba a nuestro barco, a realizar esta aventura, que, sin embargo, sabemos cuál es su destino, un destino final hermosísimo y reservado para usted, que es sin duda una joya de persona. He repetido muchas veces, que yo creo en la persona y que detrás de cualquier cargo está una persona. Y que ese cargo funciona en una dirección u otra dependiendo de la persona que lo ostente. Todo lo material, lo tenemos un día que dejar: dinero, casa, joyas y hasta el reloj de pulsera. Sólo nos llevaremos con nosotros todo el bien que hayamos hecho y las facturas que no hayamos cobrado en este Mundo. También, un día, hemos de dejar el cargo de responsabilidad que ahora mismo tenemos y otro ocupará nuestro sillón. Valgámonos de nuestra influencia actual para dejar algo digno a la posteridad. Busquemos el bien común. No le importe a usted, que sea un sacerdote el que le está invitando, Qué más da. Soy sencillamente un canario que ama a su tierra, a su gente y en definitiva a todo ser humano. Sea de donde sea. Yo me siento un ciudadano del Mundo. Hasta ahora sobradamente he recibido más que lo que he dado.
Por último, hemos de dar gracias, a las empresas "Corona e Hijo", en el desmonte, y a la empresa "Jumisa", constructora, que nunca nos han agobiado, que tantas facilidades siempre nos han dado, poniendo unos precios muy especiales para nosotros. Gracias don Paco, Gracias Miguel y Juan, Gracias a tantos proveedores, difícil de enumerar, los que siempre han tenido y tienen una consideración excepcional con nosotros y también a esa multitud de bienhechores que siempre han estado ahí apoyando, cuyos nombres el buen Dios conoce, aunque sea el Padre Antonio quien aparezca en pantalla.
Sin darnos cuenta estamos, en estos momentos, escribiendo una gloriosa página para la historia de la humanidad. Ya tenemos el desmonte hecho, y todo listo en cuestión de permisos, proyecto visado, la empresa que va a ejecutar la obra y un equipo increíble de voluntarios para que el día 29 de octubre de 2006 a las cinco de la tarde, en el terreno de la Fundación Canaria Hogar Santa Rita II en Las Dehesas, el Señor Obispo don Bernardo Alvarez, bendiga la "Primera Piedra". Ya no hay vuelta atrás. El cronómetro ya se ha puesto en marcha. Invitamos a esa solemne "Bendición histórica" a todas las autoridades del Gobierno de Canarias, los Cabildos y Ayuntamientos de nuestra provincia y aún de la provincia hermana de Gran Canaria.
Finalmente, hemos decidido visitar personalmente para hablar de este proyecto para el Alzheimer, y los posibles convenios con todos los Ilustres Señores Alcaldes-Presidentes de los diferentes Ayuntamientos de Tenerife, en principio, que por supuesto, tengan a bien el recibirnos.
Le esperamos. Reserve este día en su agenda: nunca mire, quien es el que dijo algo. sino más bien qué es lo que dijo. No tenga en cuenta quien hace esto u otro, fíjese más bien en qué es lo que hace, aquella o aquellas otras personas.
En Las Dehesas, Puerto de la Cruz,.
Antonio María Hernández Hernández
Pregón de Las Fiestas del Cristo de Icod de los Vinos 2006 pronunciado por Don Fernando Díaz Medina, licenciado en Económicas y Periodismo y profesor del IES Lucas Martín Espino en el mismo municipio.
PREGÓN DE LAS FIESTAS DEL CRISTO 2006
ICOD DE LOS VINOS
Fernando Díaz Medina
BUENAS NOCHES. Cuando las manecillas del reloj señalan el despertar puntual de un nuevo Septiembre, he sido invitado por el Señor Alcalde de la Ciudad para pregonar estas fiestas del Santísimo Cristo del Calvario. El Pregón es el acto que inaugura las celebraciones y que consigue captar y promover a todos los asistentes a la Fiesta. Hoy, estamos en los umbrales de estos esplendorosos festejos que, todos los años, viene celebrando Icod
Fiestas en honor de nuestra venerada y milagrosa Imagen, que atrae a tantos visitantes, desde los más apartados lugares. Son fechas señaladas que marcan la sobreabundancia de la alegría, tiempo en que la ciudad saca sus mejores galas a la calle. De nuevo los icodenses, hacen un alto en su quehacer fecundo y constructivo para dedicar unos días a estas jornadas de conmemoración, solemnes y divertidas. Icod se vuelve señorial, movilizando sus infinitos recursos para alegrar a todos los participantes haciéndose cumplir que las ciudades que levantan la voz están siempre cercanas a sus piedras fundadoras, a los días del sonido de la celebración.
Es este año 2006, un Año marcado por importantes Aniversarios para Icod de los Vinos. Por ejemplo, se celebra el Décimo Aniversario de la Cofradía del Cristo del Calvario, y el Centenario de la representativa Sociedad Centro Icodense. Los objetivos básicos de mi intervención serán, pues, en primer lugar expresar un homenaje público y merecido a escritores, cronistas y poetas que han ofrecido sus palabras para elogiar la ciudad. En segundo lugar, recordaré pasajes de estas fiestas, de esta ciudad, en la mirada de mi infancia, y también recobraré esos aniversarios tan señalados, Y, por último, como no podrían ser de otra manera, ANUNCIARE la invitación a estas FIESTAS MAYORES.
Para empezar decir que, toda ciudad, villa o pueblo, se define por los símbolos que ha elegido. LAS FIESTAS MAYORES DE SEPTIEMBRE, que se representan en Icod han asignado al CRISTO DEL CALVARIO el protagonismo supremo ¿Y qué simboliza EL CRISTO DEL CALVARIO?
Cada año, nuestra ciudad que vive sus símbolos y ritos en el último domingo de septiembre, aprecia el orden de la caridad tan sustancial al cristianismo. Es para muchos de nosotros, icodenses, el día universal de la ofrenda, el amor se hace visible –encuentro y rendición ante la veneración. El icodense tuvo siempre la espléndida tradición con su Fiesta del Cristo y lejos de adormecerla, la multiplica en escenarios múltiples y variados. Y hoy, sus fidelidades están en pie. Las escalas de sus ruidos y sonidos aumentan y se particularizan. Nos asomamos a la fiesta con curiosidad. Y hay una disminución del individualismo, y como no, jugamos a cientos de espejos; de gustos distintos, en las personas y recuerdos que guardamos.
En este año también las fiestas del Cristo del Calvario están de enhorabuena por otra circunstancia. Gracias al Decreto 23/2006, de 21 de febrero, se ha declarado BIEN DE INTERÉS CULTURAL, con categoría de Monumento a “LA Ermita del Calvario y los bienes muebles vinculados a la misma”. La descripción de la ermita en el expediente dice: “Se levanta sobre una plaza en alto, caracterizada por su ligera pendiente y a la que se accede por varias escalinatas. El espacio se halla delimitado por una rejería soportada por un lienzo en muro, con pilares intercalados rematados por adornos. En el interior de la plaza se reparten sectores de jardín en los que destacan laureles de Indias de cierto desarrollo.
La ermita consta de una sola nave con cubierta de madera a dos aguas y la fachada es sencilla, con espadaña de cemento y una moldura mixtilínea de cemento que la remata. A la derecha se localiza un característico calvario integrado por tres cruces de madera.
En el interior, el artesonado de par y nudillo cuenta con almizate decorado con molduras entrelazadas de carácter geométrico de clara adscripción mudéjar. El retablo mayor es de un solo cuerpo, que acoge la imagen del Crucificado, custodiado por la Virgen y San Juan.
Es éste, como sabemos, un lenguaje administrativo, hueco, ausente de pasión y admiración. Pero la fuerza que asigna nuestra cultura al Cristo del Calvario tiene otro sentido y un significado más profundo. Tiene dureza, dolor, lágrimas y sangre. Su rostro sufriente, una visión destacable entre las distintas manifestaciones de nuestra rica iconografía local. Ya, en la Semana de Pasión Cristiana, esta imagen se integra en su correspondiente PASO de la SEMANA SANTA, y así, ayuda a describir las distintas manifestaciones de la Pasión de Cristo. En el tema de la Crucifixión existen en Icod ejemplos de una calidad incuestionable. De entre ellos, merece singular atención este impresionante Cristo rescatado del Calvario. El patetismo y la profunda espiritualidad que irradia esta imagen es popularmente sentida. Tallada en escultura, técnicamente en bulto redondo, está fechada alrededor de 1730 (siglo XVIII) de anónimo cubano. Es una escultura que impresiona hondamente. Simbólicamente, vemos sufrir al Hombre. Porque eso nos enseña la Imagen Venerada. Jesús nos enseñó a mirar de cerca el sufrimiento humano. Nos basta ver el rostro de nuestro Cristo del Calvario castigado, maltratado, resignado, para ver ahí reflejado el rostro de todos los hombres. No olvidemos que, estamos ante la Pasión de Cristo en todos los problemas de la vida diaria. Jesús carga con ellos y con ese estilo de Jesús en la Cruz, paciente y perdonando.
LA muerte y resurrección de Jesucristo es el evento más significativo de toda la historia cristiana. La ubicación exacta de donde fue crucificado, sepultado y resucitado Jesucrito ha intrigado siempre a los cristianos durante muchos siglos. Es natural que los cristianos tengan interés en conocer donde murió y donde resucitó su Salvador.
Y ¿Qué nos dice la Biblia acerca de la ubicación? Los escritores del evangelio llaman al lugar donde Jesús fue crucificado “Gólgota” una palabra Aramea que significa “Calavera”. Calvario es la forma latina de esa palabra. Las Escrituras no revelan la ubicación precisa del Gólgota. Solamente dicen que la crucifixión de Jesús ocurrió en un lugar fuera de la ciudad de Jerusalén, aunque cercano (Juan 19:20; hebreos 13:12). La ley judía no permitía ejecuciones y sepulturas dentro de la ciudad.
Además, Jesús fue sin lugar a dudas crucificado cerca de un camino bien transitado, puesto que los que pasaban se burlaron de él (Mateo 27:39; Marcos 15:21; 29:30). Los romanos seleccionaban los lugares más transitados para sus ejecuciones públicas. La crucifixión probablemente ocurrió en una colina, porque tenía la elevación suficiente para hacerla visible desde la distancia (versículo 40). De la tumba o sepulcro, sólo se nos dice que estaba en un jardín cerca del lugar de la Crucifixión (Juan 19:41).
Hay que recordar también algunas interpretaciones alusivas de la investigación científica en el campo de la antropología religiosa. Basándose en la gran variedad de costumbres, hábitos e instituciones presentes en la humanidad, se llega a conclusiones que, aunque no siempre niegan los valores humanos universales, si llevan a una concepción relativista de la moral.
Y en esta ciudad de emigrantes, el Cristo del Calvario también es el CRISTO DE LOS EMIGRANTES.
La emigración, ha constituido a lo largo de la historia de Icod, la forma de superar unos conflictos estructurales, que aparecían de manera reiterada y sistemática, ante la pervivencia de las causas que las originaban, en general, las crisis económicas y las situaciones de desigualdad social.
En los siglos XIX y gran parte del siglo XX, la emigración canaria en general, y la icodense singularmente se dirigió hacia los países de habla hispana en América: Cuba, Venezuela y en menor escala a otras naciones hispano-americanas que han recogido la fuerza humana migratoria de estas tierras en sus etapas de crisis. La última gran emigración fue en la profunda depresión económica sufrida en este Archipiélago a raíz de la Guerra Civil. Serán los años cuarenta del pasado siglo XX, pero sobre todos en las décadas de los años cincuenta y sesenta cuando los éxodos y retornos en la emigración icodense son muy importantes.
Yo, que soy hijo, nieto y bisnieto de emigrantes, he tenido la oportunidad de palpar ese sentimiento de añoranza de la colonia icodense, sentimientos de idas y regresos, tanto en la República de Cuba como en la hoy llamada República Bolivariana de Venezuela. En verdad os digo, que Icod de los Vinos se siente con fuerza en el exterior y tiene renombre en estos dos países hermanos. En Cuba conversé con varios icodenses nacidos aquí, o descendientes de padres y abuelos nacidos aquí. Y, en Venezuela, como no, hay numerosos icodenses que polarizan y potencian los recuerdos, y ejercen activamente la fuerza asociativa de los emigrantes paisanos nuestros.
Es justo que Icod agradezca al Club Archipiélago Canario, al Hogar Canario-Venezolano, y a todo tipo de Asociaciones, como “Amigos icodenses en Venezuela” que mantengan la llama viva por canalizar y dinamizar los recuerdos, historias y tradiciones continuando con una fecunda e intensa relación afectiva con esta ciudad y todo el Archipiélago.
Y siguen dividiendo su corazón y agradecimiento tanto con su tierra de origen como con quien los acogió al otro lado del Atlántico. Todos los emigrantes icodenses repartidos por el mundo, conservan en su sangre el sufrimiento y recuerdos de los que tuvieron que abandonar su tierra contra su voluntad, en busca de los medios de subsistencia o mejorar su vida. Todos no han podido olvidar que tienen una raíz común: “Ser icodenses”.
Ya, Sobre la emigración icodense escribía Juan Reyes Bartlet en agosto de 1926 lo siguiente:
“De Icod a Cuba hay un camino de hormigas. Cuba es una prolongación de Icod para el campesino de estos lugares. El icodense que no haya estado en la Perla del Mar Caribe –es expresión de un poeta-orfebre de por allá- que levante el dedo. Si en Icod nadie se acuesta sin cenar, que no es poca ventaja, a Cuba hay que agradecérselo. La voz gastada en el intenso pregón del lotero por calles y parques de la urbe habanera, el sudor vertido en sembrados de tabaco o caña de azúcar, bajo el sol candente, calcinador, del Trópico”…
Y esto no ha perdido actualidad si nos referimos a Venezuela. También Gilberto Alemán, actual Cronista Oficial de Santa Cruz de Tenerife, escribía sobre la emigración icodense en el periódico EL DÍA en septiembre de 1956:
“Ahora todo es distinto. El trabajo de aquellos hombres que antaño marcharon a Cuba es diferente como lo es la vida actual. Hoy el hombre se emplea en la fábrica, en el taller, en las refinerías de petróleo. Va con el deseo de encontrar un empleo y deja el campo para quedarse en la capital. Aquellos hombres campesinos conocían la tierra, el trabajo, el sudor, las fatigas de la manigua y trabajaban para volver luego cansados, agotados por el trabajo y los años.
El isleño icodense marcha y se queda cegado por la luz de los adelantos técnicos. La máquina ha reemplazado al hombre en muchas de las funciones que éste realizaba antes. Se ha reblandecido la fortaleza física y moral. Pero entre los emigrantes de nuestras islas destaca sin duda alguna el hombre.
El icodense es el gallego de las Canarias. Pero se diferencia en que siempre vuelve. Sea rico o pobre. Sin rubor por el fracaso y sin altanería por el triunfo duro.
Hemos visto su paso y hemos sentido la presencia de miles de estos hombres perdidos en la inmensa urbe caraqueña. Dedicados a cualquier oficio; trabajando de sol a sol. De luna a luna. Viviendo en cualquier barraca de madera y recordando la vieja casa de Icod con sus balcones de madera. Pensando en la tierra que han querido comprar para ser independientes. Porque el icodense no trabaja para un patrón. Él ayuda si algún vecino lo solicita. Y saca de la tierra lo que necesita para vivir. No quiere depender de nadie. Sólo de su trabajo y de su tierra.
La estampa de la mañana en Icod es bien conocida. Llega el correo cargado de esperanzas y allí va la viejecita y la joven. El hombre y el chiquillo. Todos en busca de la carta con ribetes de colores que les llegará de Venezuela.
El emigrante icodense es de los que siempre vuelven. Lleva muy clavado en su alma la tierra chiquita y verde. Lleva el Drago y su Cristo del Calvario ante el cual oró antes de marchar. Lleva la casa y los niños y el amigo profundamente arraigado y siempre vuelve para respirar aire fresco de la cumbre cercana y arrodillarse delante del Cristo “Rescatado”.
Este hombre siente necesidad de retornar a la tierra porque desde lejos la idealiza y la embellece aún más de lo que es en realidad. Sueñan con ella y con la novia y con la madre y con todo aquello que han dejado en la isla lejana y querida. Y cuando leen los periódicos u oyen por la radio la música que les llama, lloran con lágrimas de nostalgia.
En los días del Cristo del Calvario, cuando el pueblo se anega de alegrías y de música y de poesía, el emigrante icodense en cualquier parte, en los países más lejanos recordará el Drago y las fiestas de arte y la gente y el vino blanco y transparente. Sentirá con más fuerza la llamada de la tierra que nace entre mar y cumbre.
Los que se encuentran en la ciudad de los Vinos también pensarán en aquellos que están lejos.
Hoy recordamos al emigrante con pena y con alegría. Todos ellos volverán algún día y festejarán, bajo la sombra del Drago, a su Cristo del Calvario.
Don Heraclio Díaz Mesa, último Cronista oficial de la ciudad, fallecido en 1972, explica la original peculiaridad que en Icod se observa en el culto al Cristo del Calvario, particularmente notable en el emigrante: el que va o viene de tierras americanas. El emigrante promete siempre en silencio; entra con recogimiento en el santuario; no se le ve expresar nada; habla con los ojos y con el alma. Luego, cuando llega la hora de cumplir, viene convertido en otra persona; cumple con alborozo, con ruido, con afán de mostrar públicamente ese agradecimiento que debe a su Cristo. Y en los días de fiesta religiosa, la devoción se desborda en promesas, en cariño y en fervores visibles.
En 1955, según los datos estadísticos, Icod es uno de los pueblos más emigrantes de la provincia. El barrio de San Bernabé de Las Vegas destaca entre todos. Allí no encontramos un hombre que no conozca las tierras americanas; tampoco que no haya vuelto… Recordemos que nadie quiere ser millonario… Cuando los icodenses se encuentran en el Nuevo Mundo, se agrupan y vuelven a constituirse en barrios. Los vecinos conviven conservando las mismas costumbres de su pueblo. Algunas familias emigran sin dejar atrás a ninguno de sus miembros, pero son muy pocas.
El escritor Vicente Borges sobre este fenómeno migratorio recogía en uno de sus escritos que “Esta preocupación colectiva por adquirir un trozo de terreno –los más poseen una fanegada- crea un beneficioso repartimiento de las tierras, que se refleja, inmediatamente, en el bienestar de todo el pueblo. Las roturaciones de fincas, en sitios inverosímiles y aprovechando cualquier espacio por muy arisco que sea, se suceden. Las construcciones también. Esta virtud de los hombres de Icod, que, al contrario de los gallegos, prefieren ser independientes a millonarios, es un factor positivo que beneficia a la colectividad.
El también escritor y poeta Andrés de Lorenzo-Cáceres, escribió en 1949 que los icodenses de pro, no se sustraen a la vocación indiana de los naturales de la comarca, y, en su juventud, siguen la ruta de Venezuela, que ha sido y es el Dorado para los canarios de años atrás y especialmente para los de esta hora. Un viaje significa siempre para quien lo realiza un giro espiritual y cambiar de aires es tal vez el mejor camino para tener después buen aire en un lugar determinado, en ese momento de nuestra vida en que habiendo nuestras raíces encontrado su tierra definitiva, abrimos la copa de nuestro árbol para que fructifique bajo el cielo que nos ha sido deparado o que hemos elegido. La tentación del viaje alcanzaba por igual al labrador humilde y al hijo de buena familia, y América fue la gran niveladora si no en la realidad social y económica, como en algunos casos lo fue efectivamente.
Otros escritos como los de Jesús Delgado, expresan la exaltación del Santísimo Cristo del Calvario, al indicar:
“El Santuario del Calvario fue edificado el año 1815, habiéndose establecido desde entonces las fiestas del Calvario en honor a la preciada imagen, las cuales se han venido llevando a cabo anualmente durante los últimos días del mes de septiembre.
La devoción del pueblo icodense hacia su idolatrado Cristo, ha ido año tras año en un creciente aumento, llegando a constituir la máxima veneración de Icod de los Vinos que, constantemente le rinde culto y principalmente en todos los viernes del año en los cuales permanece abierto el Santuario día y noche, verificándose con tal motivo un verdadero jubileo de visitas y misas
el Cristo de Icod, predilecto de la ciudad.
Hasta el año 1924, los cultos en honor de la Sagrada imagen el último domingo de septiembre, se verificaban en su Santuario, saliendo la procesión en las últimas horas de la tarde con dirección a la parroquia de San Marcos, donde se predicaba el sermón, continuando después la procesión solemne hasta su Santuario del Calvario, en cuya plaza se celebraban divertidas y animadas fiestas. Ya desde el año 1925, comenzó a trasladarse procesionalmente al Santísimo Cristo por la mañana a la indicada parroquia, celebrándose desde dicha fecha funciones suntuosísimas con asistencia del Prelado de la Diócesis y autoridades superiores de la provincia en unión de las locales. Las procesiones nocturnas del Santísimo Cristo han continuado como siempre, pero desde luego, con mayor brillantez y esplendor.
El año 1944 se estableció asimismo la fiesta de la Octava, la cual solo se verifica en el Calvario y plaza y calles adyacentes al Santuario. Esta fiesta, que se celebra el primer domingo de octubre, reviste igualmente gran esplendor, asistiendo a ella gran contingente de público, fieles y devotos, durante cuyo recorrido, bellamente adornado e iluminado, se hace también un gran derroche de pirotecnia, culminando con los sorprendentes fuegos de la Entrada en el Calvario.”
El escritor y periodista Don Francisco Ayala, recogerá en una crónica en 1961 lo siguiente: Fue Don Julio Delgado, un sacerdote que interinamente desempeñó la parroquia de San Marcos, quien dio a conocer mucho del pasado icodense inédito hasta entonces, aunque sus relatos –él mismo narraba las leyendas que iba recopilando- no obedecieran a un elemental rigor histórico. Don Julio Delgado, fue quizás el que reivindicó de entre el olvido la vieja leyenda del Cristo del Calvario, llamado también “Cristo Rescatado”.
La imagen santa –dice la leyenda- fue embarcada con destino a Méjico. Un barco pirata apresó la nave que la portaba y se apoderó de ella. Más tarde, la misma imagen obró el milagro de su rescate. Por entonces, llegó a Icod y en Icod quedó para siempre.
En estrofas de inspirada composición del fino poeta icodense Domingo Fleytas, se sintetiza la citada leyenda:
Una vieja leyenda cuenta el caso inaudito
de que apresado fuiste por brazo malhechor,
y en manos de piratas fue tu cuerpo bendito
trofeo bien de crímenes o bien de deshonor.
Del bajel te trajeron cristianos, libertado.
Y con la advocación de Cristo Rescatado
mi pueblo, reverente, te eligió un altar:
Señor, cautiva el alma de pasiones piratas,
a Ti vengo, implorante, que en la Cruz nos rescatas,
igual que rescataron Tu efigie de la mar.
El eterno poeta icodense Emeterio Gutiérrez Albelo también glorifica al Cristo del Calvario al relatarnos: “La sagrada Imagen se detiene frente al Santuario y comienza el capítulo indescriptible de la Entrada. Los fuegos quemados hasta ahora en el recorrido son solamente un premio del grandioso espectáculo. Un cohete de gran magnitud rasga el velo de la noche con su cola de fuego. A éste le siguen otros de caprichosas formas y colores. La plaza es un ascua. Innumerables ruedas giran al unísono. Entre el incesante chisporroteo se enmarca, llena de resplandores, la figura del Crucificado. Por último, una atronadora lluvia de cohetes corona las alturas como un surtidor de estrellas. Hasta que se apaga y enmudece este volcán luminoso. El Cristo se acoge, seguido de sus fieles, a la humildad de su Santuario”
Todos los años Icod celebra sus fiestas en honor de este Cristo… Icod mismo, Icod todo, en una fiesta permanente.
Fiestas del Cristo, entronizado allá por el año 1869. En épocas subsiguientes, las casas del recorrido procesional, cubiertas de flores y de productos de pinar, formaban como una bóveda fragante. En 1879, arcos de lienzos multicolores, hojas de palma y flecos de piñones, lucen en la calle de San Sebastián; en 1881, se multiplicaban éstos, se engalanaba la alameda del Calvario, y se celebra en un salón del ex-convento de San Francisco una fiesta lírico-musical, de tal éxito, que hubo que repetirse en la capital de la Isla; en 1883, fue adornada además, espléndidamente, la plaza de la Constitución; en 1902, levantose un arco de belleza extraordinaria frente a la plaza Agustina donde nos encontramos hoy. Siempre ha continuado el auge de estas fiestas y la constante renovación de las mismas. Hay nostalgia de aquellos arcos de verdes ramas, aquellos festones de jibalbera que adornaban los edificios; y que han sido desterrados para siempre por los progresos del tiempo y los cambiantes gustos de las épocas.
Todas esta crónicas recopiladas constituyen por su contenido un importante y preciado documento social, histórico, religioso y literario, pues traspasan ampliamente el objetivo básico que les guía: "anunciar" nuestra Fiesta del Cristo.
Con estos ejemplos basta para hacerse una idea de la aportación lírica de varios cronistas, que han sentido a Icod, su tierra y sus pobladores, las emociones íntimas de una población trabajadora, aportación que se extiende a muchos visitantes que aprecian nuestra forma de vivir y sentir
Estas son variadas y excelentes voces y escritos que he querido compartir con todos ustedes.
A nivel personal, comentarles que yo he vivido estas fiestas cuando era un niño y los recuerdo con sentida nostalgia. Añoranzas entrañables de aquellas fiestas del Santísimo Cristo del Calvario. Sobre todo, gozábamos en las procesiones, llenas de fuegos pirotécnicos. “Las ruedas de fuego” que antes se explosionaban muy cerca de la gente creando sustos considerables. ¿Quién no las recuerda?
Ya no es sólo este el día en que todos procuramos poblar de recuerdos y delicias el mundo de la niñez, en que el muchacho a través de la pleitesía va cobrando el diseño imaginativo y real de su persona futura. Pues hay siempre en el hombre la posibilidad de volverse niño para hacerse infinitamente creador: cuando se sensibiliza para los efectos de la bondad.
.Y, Puedo recordar, también, porque lo pide la ocasión, vivencias y protagonistas del Icod en mi niñez. En mi fantasía los puedo ver a todos. Hay mucha gente que cree que una impresión depositada en la memoria de un niño en los primeros años de su existencia no puede seguir ahí más de cinco o seis años, pero eso es un error. Yo recuerdo y aprecio todos esos momentos en este territorio de Icod de los Vinos. Vienen a la memoria lugares secretos de mi infancia, reflejos donde derramábamos vivencias, sueños y aspiraciones. Todo está sellado a fuego en mis recuerdos de la niñez, las numerosas tardes en la biblioteca municipal, leyendo con mis amigos, la literatura infantil de entonces. Éramos niños fascinados por la lectura que nos sumergía al conocimiento de mundos exóticos. Por ejemplo, las aventuras del Club de los Cinco, Tin-Tin, El Capitán Trueno, El Zorro, Flipper, Asterix, y un largo etcétera.
Como he dicho, la vida que llevaba con mis amigos estaba llena de encanto y así permanece aún en mis recuerdos. Soy testigo excepcional de las emociones vividas en cada pálpito recreado dadas las hechuras con que estaba fabricado Icod.. Puedo rememorar las travesuras como monaguillo del Arcipreste don Valentín Marrero el recordado cura-párroco que bautizaba a todos los niños con el sobrenombre “DE la CANDELARIA”, y el misterio que nos producía las excursiones por Las Furnias, los sabrosos olores de Casa Chicho, los delicados olores de las flores del Hostal del Drago, el lejano martilleo de las campanas de las iglesias de los distintos barrios, la mirada escurridiza de las jóvenes extranjeros en el Parque del Drago, etc. Etc. Puedo recordarlo y hacerlo tan real como siempre fue. Puedo traer a mi memoria el rito respetuoso de los Miércoles de Ceniza, ese día se aprovechaba para hacer la foto oficial en ese curso de los alumnos del Colegio “SECTOR OESTE” en las escalinatas del Parque de LORENZO-Cáceres. Puedo ver las primeras tardes estivales de gozo en la Playa de San Marcos. Puedo ver las máscaras de aquellos Carnavales primerizos en las calles y plazas de nuestra ciudad. Sé el aspecto que tiene el guardia municipal cuando nos arrebataba la pelota de fútbol. Sé el ruido que hace un tablón de buena tea en San Andrés. Puedo ver los bailarines en la Media Naranja de EL AMPARO, veo, como no, a mi incansable abuelo Angelito Medina Cámara virarse pa´ LA VEGA, virarse pa´ EL AMPARO. También conozco las fiestas de San Bernabé en LA VEGA, SAN ANTONIO, SANTA BÁRBARA, SAN FELIPE, LAS ANGUSTIAS, LAS CANALES, BUEN PASO, SAN MARCOS, LLANITO DE PERERA, LA CENTINELA, y tantas otras.
Supongo que este estado de cosas se debía principalmente a la circunstancia de que la ciudad en sí era atractiva para el recreo. Y entre mis entresijos de niño recuerdo, la emoción de los primeros días escolares en el “SECTOR OESTE” ubicado parcialmente en los Pabellones de la Parada en la Avenida Cristóbal del Cristo, La Parada era el kilómetro cero para nuestras vivencias. Y que decir de las tardes de cacerías de lagartos y ranas en Los Cuatro Caminos y Las Angustias. Después de tres horas de caminata, llegábamos de vuelta a casa saludablemente cansados, sobrecargados con las vivencias, muy hambrientos y justo a tiempo para la cena.
Todo esto lo consigo ver con perfecta claridad cuando hablo del pasado con mis amigos.
Jugábamos también en aquella zona de huertas de LA ASOMADA, que era un lugar paradisíaco para un muchacho. El contacto con la naturaleza era directo, y hasta sucio, como debe ser. Nos pasábamos todo el día en plena calle, corriendo, silbando, gritando, chillando y riendo. Era lo que se puede llamar un espíritu alegre, inocente y amable. Es una pena los tiempos de hoy para los juegos infantiles. Al parecer, en la actualidad se han abandonado todas esas cosas buenas. Hay algo muy cierto, mis estudios y mi educación me capacitan para decir que fuimos en esa niñez icodenses afortunadamente felices. ¡Lecciones de tiempo!
Y ahora pasemos a los señalados Aniversarios que se celebran en el presente año 2006. Como dije, se conmemora el décimo Aniversario de la Cofradía del Calvario y por tal motivo hemos de destacar que nació con profunda devoción el 3 de mayo de 1906. En este año la Cofradía tiene alrededor de 30 aspirantes, por lo que su futuro esta más que garantizado. Los 104 cofrades que la conforman esperan con devoción renovada siempre las Fiestas y celebraciones que en honor al Cristo se desarrollan. En la actualidad se ha creado un sentimiento especial entre sus devotos.
Y también el centro Icodense celebra un importante Aniversario. Cumple cien años (1906-2006). Desde entonces, el Centro Icodense se ha constituido absolutamente como un servicio completo de riqueza cultural, educativa, deportiva y de ocio para la ciudad.
Hoy, al hacer una valoración global de esta contribución del Centro Icodense tan meritoria que llega hasta el presente y abarca numerosas expresiones artísticas y conferencias desde los géneros de poesía, literatura, ciencia, derecho, tecnología, deportes, fiestas, verbenas y, como no, acontecimientos políticos; no puede menos que causar asombro comprobar la significación de la divulgación del conocimiento que en esta insigne Sociedad ha tenido siempre un tiempo y un lugar.
Cien años de práctica cultural nos han dejado multitud de gestas artísticas. El espíritu de superación y la voluntad de servicio a la cultura y a los icodenses como faro de luz de la Sociedad. Los discursos culturales sólo cobran su valor (y su sentido) en relación con la sociedad local, caracterizada por una ley particular de convivencia. En su larga trayectoria, los salones del Centro Icodense han recibido en sus cien años de historia la visita de grandes conferenciantes, escritores e intelectuales, protagonistas en diferentes épocas del mundo de la cultura. Se convirtió en una tradición celebrar estos actos en abierto al público icodense entre sus columnas. Plumas míticas, como Gutiérrez Albelo, García Ramos y Dulce María Loynaz son claros ejemplos, y un sinfín de otros nombres de alto prestigio.
De la misma forma, la sociedad civil se ha manifestado siempre en el Centro Icodense. Sus diferentes formas de conexión social han buscado cobertura, como necesidad exterior, para proyectar los distintos discursos e ideales. Costumbres, representaciones colectivas, formas sociales y grupales, quedan registradas en todo momento, como un orden social. Por ello, las instituciones culturales de los pueblos y ciudades no deben ser vistas simplemente como el producto de la voluntad, más o menos esclarecida, sino como las resultantes necesarias para proporcionar ambientes adecuados y las circunstancias más facilitadoras para la formación de actitudes. Hay que observar que los procesos sociales poseen su propia estructura y dinámica, y también en este caso es preciso conocer esta estructura; comprender esto es tarea compleja no sólo porque cualquier ordenamiento de convivencia humana depende hasta cierto punto de deseos y objetivos humanos, sino también porque el ordenamiento que forman las sociedades es creado intencionadamente.
la Sociedad siempre ha abierto sus puertas para llenar de buenos propósitos y alegres intenciones sus convocatorias. En resumen, unas tardes y noches, bien pensadas y realizadas, muchos y variados bailes de Carnaval, en blanco y negro o en estampados, que han atraído a un aluvión de icodenses, Piñatas, Fines de Año, Fiestas de los Casados, Aniversarios, Bailes de los ´60, Galas de Elección de Reina de la Sociedad, etc., etc.
El Centro Icodense ha sido punto de encuentro y de expresión cultural para los intelectuales durante este siglo de existencia. Los intelectuales son críticos, liberales o conservadores, radicales o reaccionarios, en la vida de la época que les ha tocado vivir. la exhibición de la cultura musical no es una exhibición cultural como las demás. Se han apreciado en esta ciudad, todos los géneros, obras y maestros más representativos. Desde la música popular, ballet, folklore, bandas, orquestas de cámara, sinfónica, vocal y coral han recibido excelente acogida por el auditorio asistente.
También, la beneficencia y la ayuda social para determinados colectivos desfavorecidos han sido consideradas desde su nacimiento conductas generosas por la Sociedad. En la definición del Centro Icodense existe un elemento insoslayable, su función social. Las colaboraciones con otras entidades sin fines de lucro han sido numerosas (Caritas InterParroquial, Cruz Roja, Club de Leones, Apreme, Amas de Casa Atlántida, Asociaciones contra el cáncer, etc.). Para la realización de estas actividades intervienen además muchos factores que tienen que ver con cuestiones religiosas y éticas, imagen institucional, prestigio social, y las debidas restricciones en disponibilidad de fondos.
Por tanto, debemos sentirnos orgullosos de la Sociedad Centro Icodense, y en esta ocasión aprovechó para felicitarles.
No presento excusas por apartarme del estilo habitual de los pregones, de lo cual podrá acusárseme, pero creo haber mirado con ojos imparciales y estoy seguro de haber escrito, por lo menos, con honradez de icodense, sea o no sensato cuanto digo.
Y Como relaté en el principio de mi intervención, invito a gozar y aprovechar la FIESTA y la diversión al ritmo de la música y la expresión de la cultura. ¡Vengan todos y acérquense por estos días a este Icod! De orden del Señor Alcalde, levanto yo mi voz y extiendo mi ruego. Vengan a hacernos compañía, vengan todos a festejar las tradiciones y los encuentros. Abandonen la tranquilidad para zambullirse en alegría sin fin. Fortalezcan amistades y disfruten con las familias. Porque también la ciudad es un dispositivo de mediación social y una forma de concebir nuestro ser y estar en el mundo.
Paisanos y amigos; hemos llegado al final de nuestro recorrido de breves crónicas y manifestaciones sobre Icod. Permítanme concluir este pregón con los siguientes versos, escritos desde el rincón del corazón por el gran poeta icodense EMETERIO GUTIÉRREZ ALBELO: Versos emocionantes como los que dedica al CRISTO DEL CALVARIO, versos rítmicos, sonoros, que se enjuagan en las emociones de todos los caminantes. Expresión desbordante y luminosa, verso popular que se palpa y llega a la emoción del que lo lee, que se recoge en un dolor íntimo, penitencial, en la neblinosa senda del cielo. Hay en esta composición poética una simbología propia de la intrahistoria de Icod de los Vinos. Versos que se miran en el espejo de la vida y lo dicen todo.
Estos poemas de Emeterio Gutiérrez Albelo son, sin lugar a dudas, uno de los mejores ejemplos líricos de nuestra FIESTA DEL CRISTO DEL CALVARIO:
Dicen así:
Cristo mío del Calvario
que con tus hondos destellos
-faro de amor- te desangras
sobre la mar del recuerdo.
Cristo que en horas lejanas
fuiste guardián de mis juegos,
confidente de mis ansias,
y físico de mis duelos.
Hoy con renovado impulso
a tu Santuario me acerco.
En tus llagas, florecidas,
están libando mis sueños.
Y como entonces, oh Cristo,
con el alma de un chicuelo,
vengo a traerte mi ofrenda
de retamas y poleos,
mientras repaso a tus plantas
el rosario de mis versos.
Cristo mío que arribaste
al corazón de este pueblo
sobre las ondas amargas
de un mar confuso y revuelto
-indemne sobre el naufragio-
como un navío del cielo.
Tú estás aquí, dulce mástil
clavado en el mismo centro
de este valle de brocados,
de tules y terciopelos;
y cuyas flores encienden
para Ti sus pebeteros.
Tu sangre, Señor, inunda
-lava de amor- este suelo.
En los trigales florece
con amapolas de fuego,
y se cuaja en los racimos
fragantes de los viñedos.
Tu voz retumba en el monte
con un volcánico acento,
susurros sobre los pinos
con vaguedad y misterio
y tiene un temblor de esquilas
fragantes en los almendros.
El Drago por Ti, es un cáliz
elevándose hasta el cielo,
y como en Ti, en sus heridas
canta un dolor de milenios.
El Teide copia a tu espalda
-en su triángulo pétreo-
esa cuña de dolor
de tu divino tormento.
El mar se estrella a tus plantas
sin socavar sus cimientos,
y te corona de espumas,
islote de amor eterno.
Y para que en él te claves, como en un dulce madero,
hasta en su forma de Cruz
se abre a tus plantas el pueblo.
Desde la costa a la cumbre,
desde el llano hasta el otero,
palpitan en pleamar
de fervores los romeros.
De todas partes acuden
con sus cánticos y rezos,
y al atraer amoroso
a todos hacia tu centro,
eres, Flor Universal,
una Rosa de los Vientos.
En todos los corazones
hay repiques mañaneros,
tu paso se deshojan
en los más fragantes pétalos,
y en la alta noche se encienden
igual que ruedas de fuego.
Así un año y otro año,
en fervoroso renuevo,
sigue el hondo palpitar
sobre las alas del tiempo.
En Tu honor, oh Cristo mío,
luminaria del recuerdo;
Cristo que en horas lejanas
fuiste doctor de mis duelos,
confidente de mis ansias,
y hasta guardián de mis juegos.
Cristo mío del Calvario,
que hoy me iluminas de nuevo,
y entre las sombras avanzas
¡como un navío del Cielo!
Emeterio GUTIÉRREZ ALBELO
con la misma fervorosa dedicación.
Editorial San Pablo nos envía comunicación de nuevo disco del grupo "Nuevos Horizontes".
Son muchos los grupos de jóvenes cristianos que intentan abrirse camino dentro de la Iglesia con canciones para celebraciones y encuentros. Pero son pocos los que, por su dinamismo, creatividad y compromiso, se mantienen en la escena de la música religiosa. Este es el caso de Nuevos Horizontes, un grupo de Valladolid formado por cuatro hermanos (Ana, Maite, Jesús y Miguel Ángel González Expósito) que han sabido conservar la profundidad y frescura de sus composiciones y su particular forma de cantar.
Agua tuya es el último trabajo de este grupo que lleva cantando cerca de seis años. Aunque se trata de su segundo disco, puede considerarse su estreno en el mercado discográfico, tanto por la calidad musical de los arreglos, como por la cuidada interpretación y postproducción.
Los temas que contiene Agua tuya expresan, con un lenguaje actual, las inquietudes y esperanzas de los jóvenes que desean vivir su fe con coherencia. Incluye canciones para pensar (Latidos en la calle), para rezar - personal y comunitariamente (He pensado en ti, A pesar) - , para celebrar (Agua tuya), y para adorar (Venimos para adorarte). En definitiva, un disco hecho para ayudarnos a ser testigos de Jesús en medio de nuestra sociedad.
Temas:
- Agua tuya
- Latidos en la calle
- He pensado en ti
- Despierta ya
- Siempre remar
- A pesar
- Testigos de hoy
- Un Reino para todos
- Junto a ti, Ave María
- Pan de vida
- Venimos para adorarte
- Hoy quiero cantarte
Artículo de el Padre Fernando Lorente, o.h. publicado en la REVISTA DE LA CLÍNICA SAN JUAN DE DIOS, año XXII, núm 64 y 65, 2006.
HACE MÁS DE CINCUENTA AÑOS me encontraba en Granada, añorando la celebración del Cuarto Centenario (1550-1950) de la muerte de S. Juan de Dios. Viví con gozo los preparativos de este acontecimiento, celebrado con tanto realce histórico con la participación del pueblo español y portugués y sus respectivos gobiernos, recorriendo sus campos y ciudades como peregrinos, acompañando los restos mortales del Santo. Se escribió en esta fecha mucho sobre la figura humana y divina de San Juan de Dios a todos los niveles intelectuales y profesionales. Repasando esta riqueza histórica, recojo aquí un artículo como sustitución al que todos los años, desde entonces, he venido escribiendo periodísticamente en donde me he encontrado. Lo transcribimos. Lleva este título: «Las manos de San Juan de Dios.
Encontrarnos con unas manos caritativas en los momentos tristes y dolorosos de nuestra existencia, equivale a encontrarnos con un poco de cielo en la tierra por la que vamos caminando como mendigos de la Luz y de la Verdad, con la esperanza de alcanzar el descanso perfecto de la Otra Orilla. El hombre enfermo padece y sufre en el cuerpo y en el alma; el hombre siente la necesidad de que alguien se acerque a él con una palabra de consuelo, de comprensión, con una actitud de caridad. ¡Se agradece tanto! Los pobres y los enfermos no necesitan tan solo pan, sino también, y sobre todo, palabras de amor en su forma sublime de caridad. Una medicina puede calmar las molestias físicas. Una palabra de aliento puede realizar el prodigio de llenarnos el alma de claridad y el corazón de dulzura.
Las manos de San Juan de Dios, que supieron de rebaños, de batallas y de libros, hallan al fin su camino marcado por el Señor. No descansarán las manos de este loco a lo divino, como otro San Juan de la Cruz. Día tras día se irán posando como las palomas celestiales en las frentes de los enfermos, en las personas indigentes, en los lechos de los hospitales. Allí donde existe el dolor, una herida, una huella de la miseria, irán las manos de San Juan de Dios, para recrearse en el ejercicio de una caridad maravillosa. San Juan de Dios, que nada tiene, que todo lo sufre con la alegría de los elegidos, lo da todo con esa generosidad sin límites, que es como el matasellos de la santidad. Ya no son dos manos, sino muchas manos, centenares y millares de manos, que forman un ejército bajo el lema de la Orden de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios.
La mies es mucha -la mies de la humanidad doliente-, los hermanos de esta Orden se extienden por la piel del mundo como un aire fresco de mañana, como una luz de amanecer... Unas palabras a media voz, una suave sonrisa, un apretón de manos... El vaso de agua, el medicamento a la hora marcada, el paño de colonia fresca sobre la frente, el arreglo de las sábanas... Y los consejos paternales. Qué más calma nos produce la tranquilidad de la conciencia, el estar a bien con Dios, que todas las demás cosas del mundo. «Andad a duermen y vela, el pie en el estribo; pues no sabemos la hora que llamarán a la puerta de nuestra ánima».
San Juan de Dios nace en Portugal (Montemayor el Nuevo) y muere en España (Granada). Muere el santo (1550), pero queda en pie su obra. «Ya no se mueven sus manos, pero se mueven incesantemente las manos de sus hijos». Francisco Javier Martín Abril.
Que las manos de San Juan de Dios sigan firmes en sus movimientos de acercamiento y presencia ante los enfermos y nece¬sitados, y las de sus cooperadores en tan alta misión hospitalaria a desarrollar en sus Centros. Celebramos la fiesta de San Juan de Dios con esta realidad y con esta esperanza.
* Fernando Lorente, o.h.
(Diario de Avisos, 15 - IX. SantaCruz)T ras haber presidido la ceremonia de ordenación como obispo nivariense de Bernardo Álvarez, hace algo más de un año, Manuel Monteiro de Castro, el nuncio del Papa en España desde el año 2000, regresó ayer a la Isla para predicar, esta vez en la iglesia de La Concepción, la festividad del Cristo lagunero.
En su homilía empezó destacando que "la Cruz de Cristo cura, sana, consuela, da sentido a nuestra cruz de cada día y nos ayuda a caminar hacia la felicidad eterna en la mansión que nuestro Padre celestial nos tiene reservada" y reflexionó, posteriormente, sobre la solemnidad de la Exaltación de la Santa Cruz: "La exaltamos, la alabamos y la adoramos, porque en ella murió el tres veces Santo, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, nuestro Redentor, nuestro Salvador. Además, desde ahí el Señor Jesús nos dio a la Santísima Virgen como Madre", subrayó.
Ante cientos de devotos y en presencia de las principales autoridades cívico militares de la Isla, Manuel Monteiro de Castro continuó diciendo: "Dios ha creado al hombre y lo ha dotado de libertad. Puede optar por el bien o por el mal, por el amor o por el odio, por la humildad o por la soberbia. El hombre no correspondió a los designios del Creador. Sin embargo, la misericordia divina es infinita y dispone de caminos insondables para sanar las heridas".
"Al mirar al estandarte, al contemplar al Santísimo Cristo en la Cruz, encontramos una respuesta amorosa a los más distintos interrogantes y dificultades de nuestra vida. Dios no nos olvida. Dios se interesa por cada uno de nosotros. Nuestra vida no le es indiferente", prosiguió el nuncio del Papa en España durante su intervención en la misa de celebración del patrón de San Cristóbal de La Laguna. "Exaltamos la Santa Cruz, porque en ella murió Jesucristo y también porque, desde la Cruz, nos dio a la Santísima Virgen como Madre", subrayó.
Tiempos de hoy
El monseñor Manuel Monteiro, también Nuncio Apostólico en Sudáfrica, se refirió luego a "los aires que respiramos, en esta época que nos ha tocado vivir", y de los que destacó su "subjetivismo" y "permisivismo, de haz lo que quieras, de que todo vale lo mismo". "Algunos se califican como auténticos al decir que hacen lo que mejor les parece, sin tener ningún punto de referencia, sin la indispensable atención a valores fundamentales", apuntó al respecto.
"La cultura posmoderna está fuertemente influenciada por el racionalismo. Todo tiene que ser verificable científicamente. No es nuevo este movimiento. Se acentuó con la Ilustración, desde el siglo XVIII y con la revolución francesa", dijo. Y añadió: "El concepto del mundo moderno excluye la intervención de Dios, la Revelación y la religión. Todo eso pertenece al mundo subjetivo. Pero, este movimiento no responde a las preguntas más importantes: ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿para qué estoy aquí?, ¿cómo he de vivir? La respuesta a estas preguntas la encontramos en la contemplación de la Santa Cruz".
También dijo: "Muchos jóvenes y menos jóvenes de hoy no están contentos, no se sienten felices, no consiguen saber para qué están en este mundo. Una de las causas de este abatimiento debe encontrarse en vivir como si Dios no existiera". A continuación, monseñor Monteiro de Castro apuntó: "Recordemos la figura de Nicodemo, que, en tiempo oportuno, supo dar espacio en su inteligencia y en su corazón a Jesucristo, a sus palabras, a su mensaje, a su amor infinito".
El representante de Benedicto XVI en España, prosiguió con su homilía afirmando que "el mejor modo de celebrar la fiesta de hoy es contemplar la Santa Cruz como suprema revelación del amor de Dios por nosotros" y manifestó, por último, que "con la ayuda de nuestra Madre Santísima, comprenderemos que la contemplación de la Santa Cruz cura, sana, consuela, da sentido a nuestra cruz de cada día y nos abre el camino hacia la felicidad incipiente en esta vida y completa en la mansión que nuestro Padre celestial nos tiene reservada".
Procedente del Oriente, ya se conocía en Roma esta fiesta en el siglo VIL Nueve meses después del 8 de diciembre, celebramos el día del Nacimiento de la Virgen. No ha hecho falta que el N.T. hablara explícitamente de este Nacimiento, para que la comunidad cristiana haya dado singular relieve al día. Sólo celebramos el nacimiento de dos Santos: de la Virgen y de Juan el Bautista, ambos estrechamente relacionados con Cristo Jesús (de los demás Santos celebramos el día de la muerte).
Este día de la Natividad es la aurora, como la Asunción es el día del triunfo final. Los textos litúrgicos rezuman alegría. La comunidad cristiana ve en el nacimiento de María el inicio de la salvación para todos: "el Nacimiento de la Virgen María fue para el mundo esperanza y aurora de salvación" (poscomunión), "cuando nació la Santísima Virgen, el mundo se iluminó" (antífona de Laudes), "tu nacimiento, Virgen Madre de Dios, anuncia la alegría a todo el mundo. De tí nació el sol de la justicia, Cristo, nuestro Dios" (antífona del Benedictus). Si hay un día en que el lenguaje poético puede colorear nuestra oración, es precisamente hoy.
Naturalmente, como en todas las fiestas marianas, el centro de nuestra fe sigue siendo Cristo, el Hijo. Por eso en el evangelio leemos la genealogía de Cristo. El es el verdadero sol, al que precedía la aurora de María: "tu nacimiento, Virgen Madre de Dios, anuncia la alegría a todo el mundo: de ti nació el sol de la justicia, Cristo, nuestro Dios" (antífona del Benedictus). Pero si el Hijo de Dios se hizo de nuestra familia en lo humano, fue como hijo de María, de la raza de David: "hoy es el nacimiento de la gloriosa Virgen María, descendiente de Abraham, de la tribu de Judá y de la noble estirpe de David" (antífona de Laudes).
Al celebrar con gozo esta fiesta, esperamos todos que de ella nos venga aumento de gracia y de paz: "cuantos hemos recibido las primicias de la salvación por la maternidad de la Virgen María, consigamos aumento de paz en la fiesta de su Nacimiento" (oración del día).
ENTRADA DEL NUEVO PÁRROCO E INAUGURACIÓN DE SU MINISTERIO
ORIENTACIONES LITÚRGICO PASTORALES
1. La entrada de un nuevo párroco en la parroquia es un acontecimiento de singular importancia para la comunidad local, que recibe al que ha de ser pastor propio bajo la autoridad del Obispo. En efecto, el párroco ha de ejercer la cura pastoral en la porción de la diócesis que es la parroquia como colaborador del Obispo, de cuyo ministerio participa, para cumplir las funciones de enseñar, santificar y regir, con la cooperación de otros presbíteros y diácono: con la ayuda de fieles laicos1
2. Esta entrada, que se hace coincidir normalmente con la inauguración del ministerio parroquial, debe hacerse el día y hora más convenientes para la participación de los fieles. La introducción del nuevo párroco la hace el Obispo o su delegado. Antes de que un párroco entre en su parroquia, o en el mismo acto de la toma de posesión, deberá hacer la profesión de fe, según la norma del derecho, ante el Ordinario del lugar o su delegado.
3. La entrada tiene lugar juntamente con la Misa, o bien del día, o bien título de la iglesia o del Espíritu Santo, según las normas litúrgicas. El Obispo debe presidir esta Misa, concelebrando el nuevo párroco y otros presbíteros la misma parroquia o de la zona.
4. Si el Obispo está presente y, por alguna causa, no celebra la misa al menos la Liturgia de la Palabra y al final impartirá la bendición al pueblo.
5. Obsérvense las costumbres locales, allí donde existan, en relación con el recibimiento del nuevo párroco o el traslado a la iglesia. De lo contrario, puede seguirse en todo o en parte los ritos que, a continuación, se van a describir
6. Donde las circunstancias lo permitan, el Obispo y el nuevo párroco pueden ser recibidos en el límite de la parroquia y conducidos procesionalrnente hasta la puerta de la iglesia, donde el Obispo presenta brevemente al nuevo párroco y le entrega la llave de la iglesia.
Otra forma de recibimiento consiste en que el clero, los ministros y una representación de la comunidad se dirijan a la casa parroquial para acompañar al Obispo y al nuevo párroco hasta la iglesia, efectuándose a la puerta de ésta la presentación y la entrega de la llave.
Al entrar en la iglesia, se ofrecerá agua bendita al Obispo, el cual la ofrecerá al nuevo párroco y rociará con ella al pueblo, como signo memorial del bautismo.
No obstante, el recibimiento y la presentación del nuevo párroco pueden hacerse también al comienzo de la Misa, después del saludo del Obispo. Esta forma de recibimiento es aconsejable, sobre todo, cuando después del saludo del Obispo se lee el documento de nombramiento y el párroco presta juramento según la norma del derecho.6
7. Convendría que el nuevo párroco, al ser presentado por el Obispo o al recibir el documento de nombramiento, responda con unas breves palabras para expresar el deseo de corresponder a la misión que le ha sido confiada.
Si el recibimiento y la presentación del nuevo párroco tienen lugar al comienzo de la Misa, se suprime el acto penitencial, entonándose, según las circunstancias, el Señor, ten piedad o el Gloria.
El Obispo recita la oración colecta.
8. Las lecturas son leídas por los lectores, y el salmo responsorial es cantado por el salmista o proclamado por el lector, alternando con el pueblo.
9. El evangelio debe ser anunciado por el nuevo párroco, el cual se sitúa delante del Obispo para recibir, de pie, el Evangeliario y pedir la bendición.7
El Obispo entrega al nuevo párroco el libro de los evangelios con estas o parecidas palabras:
Recibe el Evangelio de Cristo,
del cual fuiste constituido mensajero;
anuncia su mensaje de salvación
con deseo de enseñar y con toda paciencia,
por medio de la catequesis y de la hornilla,
ayudando a tus hermanos
a conformar su vida con la Palabra de Dios. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
El nuevo párroco responde:
Amén.
10. En la homilía, el Obispo explica a los fieles las funciones del párroco e ilustra el significado de los ritos que van a tener lugar.
12. Según las circunstancias, se puede organizar una procesión precedida del turiferario, con la cruz, las candelas y los ministros, en la que el Obispo, recorriendo la iglesia, hace entrega al nuevo párroco de los lugares en los que ha de desempeñar su ministerio: la sede presidencial, la capilla del Santísimo sacramento, el baptisterio, la sede penitencial, por el orden en que se encuentran en la iglesia.
El Obispo puede invitar al párroco a que abra la puerta del sagrario e inciense el Santísimo Sacramento. También puede ser incensada la fuente bautismal. Y, si puede hacerse cómodamente, el párroco hará sonar las campanas.'
Mientras tanto, el comentador puede referirse a cada uno de los lugares con breves moniciones, o se ejecuta un canto oportuno.
13. Después se hace la Oración de los fieles.
El Obispo:
Elevemos a Dios nuestras plegarias, para darle gracias por el bien que hace a su Iglesia por el ministerio de los presbíteros, y para pedirle que este servicio no falte nunca a su pueblo santo,
— Por la Iglesia santa de Dios: para que sea testimonio vivo de verdad y de justicia, y en un mundo dividido y lacerado por las dis¬cordias aparezca como signo de unidad y de paz, roguemos a! Señor.
— Por nuestro Obispo N.: para que en su ministerio pastoral se encuentre asistido por la fuerza del Espíritu Santo y confortado por la constante adhesión de todos los fieles, roguemos al Señor.
— Por Don N., que inaugura el ministerio pastoral en esta parroquia: para que sea incansable en el anuncio de la Palabra y en el servicio de esta porción del pueblo santo de Dios, roguemos al Señor.
— Por los sacerdotes difuntos que han regido esta parroquia: para que el Señor les dé el premio merecido por su servicio generoso y fiel, roguemos al Señor.
— Por las vocaciones al ministerio sacerdotal: para que nunca falten en la Iglesia ministros de Cristo, y dispensadores de los misterios de Dios, roguemos al Señor.
— Por todos los presentes: para que el Señor nos dé la gracia de formar una comunidad viva y misionera, que haga presente el Reino de Dios en este lugar, bajo la guía de nuestros pastores, roguemos al Señor.
El Obispo:
Padre santo,
que has querido servirte del ministerio de los presbíteros
para hacer a tu pueblo partícipe de la salvación,
acoge nuestras súplicas y oraciones
y haz que aumente el número
de los que responden a tu llamada
con disponibilidad generosa y fiel.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
14. En la presentación de los dones, el Obispo y el nuevo párroco reciben las ofrendas de los fieles.
15. Al llegar el rito de la paz, el nuevo párroco da la paz a algunos fieles, en representación de toda la comunidad parroquíal.10
16 . Terminada la distribución de la comunión y guardado el Sacramento en el sagrario, el Obispo puede entregar al párroco la llave de éste, diciendo:
Recibe la llave del sagrario. Conserva con todo cuidado el Pan Eucarístico, para llevarlo a los enfermos y moribundos, a los ancianos y a cuantos no pueden tomar parte en la Eucaristía. Procura también que tus fieles se dediquen a la adoración eucarística, y cuida de que esta luz permanezca siempre ardiendo para señalar la presencia del Señor.
A continuación el Obispo dice la oración después de la comunión.