S?bado, 18 de noviembre de 2006
Declaraci?n de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile al concluir la Asamblea Plenaria en Punta de Tralca, el 17 de noviembre de 2006.

Mensaje de los Obispos
A despertar la conciencia moral y social

Esperamos en el Dios Vivo y Salvador de todos

1. En nuestra Asamblea Plenaria hemos orado y reflexionado sobre nuestras tareas y responsabilidades de pastores atentos a la convivencia nacional, con sus luces y sus sombras. Hemos preparado el aporte de nuestro Episcopado a la V Conferencia General del Episcopado de Am?rica Latina y El Caribe, que se realizar? el pr?ximo a?o en el Santuario Mariano de Aparecida, Brasil, con el tema: ?Disc?pulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en ?l tengan vida. Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn. 14,6)?.

2. Nos ha alentado la participaci?n entusiasta de muchos fieles y sus comunidades a lo largo de Chile que, como una Iglesia santa y siempre necesitada de purificaci?n, nos han hecho llegar valiosos aportes estudiando el Documento preparatorio de dicha Conferencia.

Luces y sombras de nuestra convivencia

3. Caminamos en la fe por los caminos de nuestra patria. Ella permite discernir luces y sombras y reconocer el paso de Dios por nuestra vida. Sabemos que Cristo, muerto y resucitado, nos ha invitado a participar de la gracia de ser disc?pulos y misioneros suyos. Es esta vocaci?n la que nos invita a estar presentes activamente y dar respuestas positivas a los desaf?os hist?ricos de una Patria que se prepara a celebrar el Bicentenario de su vida independiente.

4. Queremos alentar a nuestros fieles a la esperanza, sabiendo que ?sta ?no defrauda, porque el amor de Dios se ha derramado en nuestros corazones, gracias al Esp?ritu Santo que nos ha sido dado? (Rom 5, 5-6). Por eso, nos preocupa que algunas corrientes extra?as a nuestra cultura intenten alejar a Chile de su fe en Dios, que ha sido motivaci?n de las realizaciones m?s altas y bellas, adem?s de ser el fundamento de la convivencia pac?fica y de la superaci?n de pruebas muy variadas en nuestra Patria.

5. Junto a muchas personas de nuestro pa?s, reconocemos estar viviendo situaciones desafiantes y algunas particularmente negativas, que requieren juicios de sabidur?a y decisiones acertadas para no detener el paso hacia una vida que queremos, cada vez m?s aut?nticamente humana y cristiana.

6. Hemos visto y seguido atentamente los acontecimientos que han marcado los ?ltimos meses de nuestra convivencia nacional: las manifestaciones estudiantiles que revelan el grave malestar que sufren nuestros j?venes en su proceso educativo y los brotes de violencia que han surgido en diversos ?mbitos de nuestra sociedad. En particular, nos asociamos a la conciencia nacional por los graves signos de corrupci?n que han aparecido en el horizonte de la vida pol?tica y social, puesto que la vocaci?n pol?tica es una de las m?s altas formas del ejercicio de la caridad. Nos siguen preocupando los delitos consumados en el seno de la familia, los asaltos por motivo de dinero y los ?ndices de drogadicci?n; todo esto, en un pa?s donde crecen los bienes materiales y las posibilidades reales de una mejor vida social. Hemos levantado nuestra voz para defender el derecho y la dignidad de la vida humana, reiteradamente amenazada por proposiciones sobre el aborto. Hemos defendido tambi?n la belleza del amor y la vida familiar, ante intervenciones p?blicas que no respetan su sentido integral.

Con la mirada puesta en Chile

7. Como un servicio al Chile del Bicentenario, en este momento del acontecer nacional, todos los miembros de la Iglesia, desde nuestra fe e identidad cristiana, queremos ser los primeros en dar testimonio en estos aspectos:

8. Despertar la conciencia moral y social.
Creemos de vital importancia mantener viva y despierta la conciencia moral, educ?ndola a la luz de la recta raz?n y del Evangelio, para contribuir a la construcci?n de un pa?s m?s justo y transparente, agradecido del don de la vida y por todo aquello que la hace m?s digna. No podemos acostumbrarnos o justificar formas de corrupci?n personal o institucionalizada, que pasan por encima de la ley, aunque sean peque?as, o estilos de vida que no manifiestan lo bello, lo bueno y lo generoso que hay en la herencia de nuestro pueblo y del servicio p?blico.

9. Renovar el compromiso social: Invitamos tambi?n a todos a contribuir activamente en la construcci?n de proyectos sociales y pol?ticos que superen visiones mezquinas de intereses partidistas o de categor?a social y que tengan, en cambio, como objetivo un Chile m?s humano y m?s justo, especialmente a favor de los m?s pobres. Pensamos en los campos de la familia, de la educaci?n, del trabajo, de la vivienda digna, de la relaci?n con los pueblos originarios, de la ecolog?a y de las comunicaciones sociales.

10. Volver la mirada y el coraz?n a Dios: es bueno reconocer que la semilla de muchas incoherencias sociales se encuentran en la pretensi?n de ignorar y alejar a Dios de la vida p?blica para recluirlo al estrecho ?mbito de lo individual y de lo ?ntimo. Un mundo privado de Dios se vuelve contra el hombre. Mirando nuestra sociedad sentimos la actualidad de la interpelaci?n de San Alberto Hurtado: ?La inmensa amargura del alma contempor?nea, su pesimismo, su soledad ? , la neurosis y hasta la locura, tan frecuentes en nuestro siglo, ?no son el fruto de un mundo que ha perdido a Dios?? (En: La b?squeda de Dios, p?g. 124). Con el Papa Benedicto XVI reafirmamos la convicci?n que el ?s? a Dios es tambi?n el ?s? m?s grande a la convivencia humana, guiada por la verdad y el amor.

Renovando la esperanza cristiana

11. En estos d?as estamos celebrando el mes de Mar?a, que es expresi?n de piedad popular, y tambi?n una de las grandes riquezas culturales de nuestra Patria. Muchas personas se acercan a Dios, a la Iglesia y los Sacramentos, a trav?s de la devoci?n a la Madre del Se?or. Durante este mes de Mar?a oramos para que la Iglesia sea d?cil disc?pula de ?la Palabra divina y la proclame siempre con firme confianza, de modo que todo el mundo oyendo crea, creyendo espere, y esperando ame?.

Que en este ya cercano Adviento, tiempo de vigilancia, oraci?n y conversi?n, el Se?or Jes?s y su Madre Sant?sima colmen de bendiciones a todos los fieles, a sus familias, especialmente a los que sufren, y a todas las personas de nuestra Patria.

Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile

Punta de Tralca, 17 de Noviembre de 2006
Publicado por verdenaranja @ 23:40  | Hablan los obispos
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