Jueves, 23 de noviembre de 2006
JAVIER L?PEZ D?AZ, sacerdote Terciario Capuchino; [email protected]
LUBLIN (POLONIA).


ECLESALIA, 21/11/06.- No hace mucho un amigo m?o me preguntaba: ??Qu? es m?s f?cil, hacer una genuflexi?n ante el sagrario al entrar en la capilla o inclinar la cabeza ante un hermano y decirle ?buenos d?as??. -?Creo que hacer la genuflexi?n ante el sagrario. Al menos tenemos la seguridad de que no nos va a mirar mal?, le respond? con cierta iron?a, y a?ad?: ?Creo que nos resulta m?s f?cil servir a Dios que a los hombres, y adem?s es mucho menos comprometido?.

Yo he celebrado la misa con hermanos que no se hablaban entre ellos; he rezado salmos d?as en los que en el fondo -y mientras los recit?bamos juntos a coro y casi de memoria- yo mismo estaba ?rabiando? contra alguno de los que se sentaba conmigo, en la misma capilla. He visto sacerdotes celebrar la Eucarist?a con la misma actitud con la que un director exigente ensaya una obra de teatro -con bronca por medio y todo- y donde lo m?s importante parece que era que todo se hiciese como est? mandado. He salido de iglesias sin haber cruzado una sola palabra con el que se sentaba a mi lado. He realizado el gesto de paz sin siquiera mirar a los ojos de aquel a quien tend?a la mano. Hasta he visto darse ?codazos? por un puesto en la fila para ?ir a comulgar?...

Y me he quedado pensando: ?Tiene sentido? ?Qu? estamos haciendo? ?En qu? estamos convirtiendo nuestra fe y nuestra liturgia? ?En un conjunto de ritos vac?os de contenido? ?En una representaci?n? Mientras tanto las iglesias se van quedando cada vez m?s vac?as. Lo cual en s? no ser?a del todo preocupante si pensamos que la fe, vivida como opci?n desde la radicalidad y el convencimiento, va camino de volver a ser cosa ?de unos pocos?. Lo malo no es que las iglesias se queden vac?as: lo malo puede llegar a ser que las comunidades se quedan como muertas.

Leo los evangelios y en ocasiones me veo reflejado... en los fariseos, con su carga de dogmas y prohibiciones que esclavizaban. Mientras, Jes?s ?com?a y beb?a con pecadores?. A los que se empe?aban en llamar a Jes?s el Hijo de Dios (??eres t? el hijo de Dios o tenemos que esperar a otro??) ?l respond?a autodenomin?ndose el Hijo del Hombre, que ?no tiene donde reclinar la cabeza?. Proclamamos a diario en el rezo del Angelus que el Verbo se hizo carne, pero seguimos sin descubrir a Dios en los hombres y mujeres que nos rodean. Seguimos oponiendo lo humano a lo divino, sin caer en la cuenta que con la encarnaci?n de Jes?s, el Hombre y Dios se abrazan, lo divino y lo humano se funden. Dios est? en el Hombre y por tanto tambi?n all? podemos encontrarlo. Los para?sos lejanos, la otra vida, que sea lo que Dios quiera. As? que el Reino de Dios no est? tan lejos. Estar? donde nosotros lo construyamos, estar? donde nosotros queramos que est?.

Ma?ana cuando entre en la capilla lo primero que har? ser? decir ?buenos d?as?. Y luego, de camino a la sacrist?a har? la preceptiva genuflexi?n (en caso de duda ya se sabe) ante el sagrario. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusi?n de sus art?culos, indicando su procedencia).
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