Jueves, 30 de noviembre de 2006
ZENIT publica el discurso que dirigi? Benedicto XVI en la tarde de este mi?rcoles, 29 de Noviembre, al patriarca ecum?nico de Constantinopla, Bartolom? I, en la oraci?n que elevaron en la iglesia patriarcal de San Jorge en el Fanar (Estambul)


??Qu? bueno, qu? dulce habitar los hermanos todos juntos!? (Salmo 133, 1)


Santidad:
Me siento profundamente agradecido por la acogida fraterna que usted me ha ofrecido personalmente, as? como el Santo S?nodo del patriarcado ecum?nico y guardar? para siempre este recuerdo en mi coraz?n con aprecio. Doy las gracias al Se?or por el don de este encuentro, lleno de buena voluntad y de significado eclesial.

Para m? es motivo de gran alegr?a estar entre vosotros, hermanos en Cristo, en esta iglesia catedral, mientras rezamos juntos al Se?or y recodamos los importantes acontecimientos que han apoyado nuestro compromiso para trabajar por la unidad plena entre cat?licos y ortodoxos.

Deseo, ante todo, recordar la valiente decisi?n de remover la memoria de los anatemas de 1054. La declaraci?n com?n del Papa Pablo VI y del Patriarca Aten?goras, escrita con el esp?ritu de un amor redescubierto, fue le?da solemnemente en una ceremonia que se celebr? simult?neamente en la bas?lica de San Pedro en Roma y en esta catedral patriarcal. El ?tomos? del patriarca se basaba en la profesi?n de fe de Juan: ?Ho The?s agap? est?n? (1 Juan 4, 9), ?Deus caritas est!?. Con sinton?a perfecta, el Papa Pablo VI comenz? su propia carta con la exhortaci?n de Pablo: ?vivid en el amor? (Efesios 5, 2). Sobre este fundamento de rec?proco amor se han desarrollado las nuevas relaciones entre las Iglesias de Roma y Constantinopla.

Signos de este amor se han hecho evidentes en numerosas declaraciones de compromiso compartido y muchos gestos llenos de significado. Tanto Pablo VI como Juan Pablo II fueron recibidos c?lidamente como visitantes de esta iglesia de san Jorge y se asociaron respectivamente a los Patriarcas Aten?goras I y Demetrio I para reforzar el empuje hacia la rec?proca comprensi?n y la b?squeda de la unidad plena. ?Que sus nombres sean honrados y benditos!

Me alegro, adem?s, de poder estar en esta tierra, tan ?ntimamente ligada a la fe cristiana, en la que florecieron muchas iglesias en los tiempos antiguos. Pienso en la exhortaci?n de san Pedro a las primitivas comunidades cristianas: ?en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia? (1 Pedro 1, 1), y en la rica mies de m?rtires, te?logos, pastores, monjes y hombres y mujeres santos que engendraron estas iglesias a trav?s de los siglos.

Del mismo modo, recuerdo los insignes santos y pastores que velaron por la Sede de Constantinopla, entre los que se encuentran san Gregorio de Nazianzo y san Juan Cris?stomo, venerados tambi?n por Occidente como doctores de la Iglesia. Sus reliquias descansan en la Bas?lica de San Pedro en el Vaticano y una parte de ellas le fueron donadas a Su Santidad, como signo de comuni?n, por el difunto Papa Juan Pablo II para que fueran veneradas en esta catedral. Verdaderamente son dignos intercesores nuestros ante el Se?or.

En esta parte del mundo oriental se celebraron siete concilios ecum?nicos, que ortodoxos y cat?licos reconocen como autorizados para la fe y la disciplina de la Iglesia. Constituyen piedras angulares permanentes y gu?as en el camino hacia la unidad plena.

Concluyo expresando una vez m?s mi alegr?a al encontrarme entre vosotros. Que este encuentro refuerce nuestro mutuo afecto y renueve nuestro compromiso com?n para perseverar en el itinerario que lleva a la reconciliaci?n y a la paz de las Iglesias.

Os saludo con el amor de Cristo. Que el Se?or est? siempre con vosotros.

[Traducci?n del original ingl?s realizada por Zenit
? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]
Publicado por verdenaranja @ 22:48  | Habla el Papa
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