Jueves, 30 de noviembre de 2006
El Signo



Hemos querido fundir dos signos en uno. Por un lado, el “Tronco de Jesé”, de profundo significado bíblico y, por otro, la Corona de Adviento.


Significado del Tronco de Jesé

“Tronco de Jesé” es el nombre con el que tradicionalmente se alude al árbol genealógico de Cristo a partir de Jesé, padre del Rey David. Tanto el evangelio de Marcos como el de Lucas parten de David para llegar a José, el esposo de la Virgen, dando así sentido a la antigua profecía de Isaías: “Saldrá un renuevo del tronco de Jesé, de su raíz florecerá un vástago” (Is 11,1).

Durante el tiempo de Adviento, preparación inmediata a la Navidad, la imagen bíblica del “Tronco de Jesé” que reverdece, cobra especial significación. Nuestra espera confiada en la venida del Señor es también “reverdecer”, permitir que florezca la esperanza, dejar paso al frescor de la Vida que se acerca.

De ahí que, este año, queramos retomar como signo visible que ambiente en nuestras parroquias el itinerario de Adviento, el Tronco de Jesé que va floreciendo, cobrando vida.

Ahora bien, para que los signos que acompañan a la liturgia del Adviento sean expresivos es preciso que los destaquemos de algún modo. Sería interesante que buscásemos un tronco grande, visible, llamativo, y lo colocásemos en un lugar visible del templo. La dinámica sería similar a la empleada con la tradicional “Corona de Adviento”: sobre el tronco, desnudo aún la primera semana de Adviento, iremos progresivamente encendiendo las cuatro velas, al tiempo que “adornamos”, con hojas primero y flores más tarde, el tronco.

Al gesto semanal de encender la vela correspondiente y advertir que la vida va abriéndose camino en la corteza del árbol, deberá acompañar la consiguiente reflexión sobre lo que el signo quiere transmitir: La celebración anual del Nacimiento del Señor exige en nosotros una sincera apertura a la esperanza y a la renovación (reverdecimiento) interior. La Vida que Cristo nos trae con su Vida, no puede dejarnos indiferentes. El Adviento, de la mano de sus personajes y textos trata de hacernos caer en la cuenta de que “algo nuevo está llegando”, “Alguien” desea hacerse un hueco en nuestras vidas, en ocasiones áridas, para hacerlas florecer.


Publicado por verdenaranja @ 23:56  | Liturgia
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Preg?n de Adviento?
Perplejos, pero no desesperanzados?
II Co 2, 4 ? 8


Con esta recomendaci?n de San Pablo a la Comunidad de Corinto, queremos emprender un nuevo ciclo lit?rgico en nuestra Di?cesis, en un curso con muchos proyectos que revisar y llevar a cabo. Un ciclo que comienza con una llamada a la espera del ?sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte?.

S?, un a?o m?s en que Dios en toda su grandeza e inmensidad quiere volver a poner su vida en medio de los hombres y mujeres, de nuestra Iglesia particular y en todos los corazones de aquellos, que a?n marcados por lo confuso de nuestro tiempo, seguimos creyendo contra toda esperanza que un mundo nuevo es posible, que una Iglesia renovada puede ser realidad.

Para ello es ?justo y necesario? abrir de par en par las puertas de nuestras comunidades y de nuestras vidas y estar en disposici?n de querer cambiar. Llevar a cabo sin miedos, sin pesimismos ni desalientos, la invitaci?n de Juan el Bautista, que igual que ayer en el desierto vuelve a resonar hoy: ?Preparad el camino al Se?or, allanad sus senderos?. Todo ello sin dejarnos dominar por el fatalismo ni la desesperanza. Baruc, en el segundo domingo de Adviento nos dir?: ?Ponte en pie, Jerusal?n, sube a la altura gozoso, porque Dios se acuerda de ti?.

Es el mismo Dios quien conduce a su Iglesia. A nosotros nos corresponde ser instrumentos bien afinados para entonar el c?ntico de alegre esperanza que los hombres est?n deseosos de escuchar. Nuestro mundo necesita de Dios, aunque no quiera darse cuenta de ello. Y necesita precisamente al Dios que anuncia Jesucristo, hecho hombre: el Dios que es amor, El Dios que invita a todos a poner el ideal de nuestra vida en el amor.

Para ello hemos de descubrir, primero nosotros para luego poder dar, porque nadie da lo que no tiene, la maravilla de la Encarnaci?n, el amor y la cercan?a de Dios que se hace ni?o. Esto tiene que ser un verdadero amanecer en nuestra vida y en la de todos los hombres, un acontecimiento de gracia, en este tiempo que es el nuestro, que cambie nuestra vida y nos haga ver las cosas de manera diferente, y sorprendidos como Isabel ante la visita de Mar?a, gritar: ??Dichosa t?, que has cre?do! Porque lo que te ha dicho el Se?or se cumplir?.

No perdamos la esperanza. Es preciso querer convertirse, querer cambiar los ideales y los valores de nuestra vida y ajustarla a las ense?anzas y a los ejemplos de Jes?s, que siendo Dios se abaj? para nacer en un establo y estar al alcance de todos aquellos que deseen un encuentro personal con ?l. En este mundo nuestro para ser testigo del ?ni?o envuelto en pa?ales?, no basta con serlo, sino que hay que empe?arse en querer serlo.

De ah? la urgente necesidad de volver al fervor inicial, de reconstruir nuestra vida a partir del convencimiento de que Jes?s es lo primero. Comencemos cada uno por reformar nuestra vida y todo ser? m?s f?cil, todo ser? m?s hermoso, todo ser? m?s eficaz.

No nos podemos resignar a estar y participar en un mundo cada vez m?s alejado de Jes?s, pero a la vez, tan necesitado de ?l.

?Perplejos, pero no desesperanzados? no se trata de multiplicar ni de complicar nuestra vida, sino simplificar y dejar ocupaciones in?tiles y poner la fuerza y el acento en lo fundamental: Dios en su empe?o y en su inconmensurable amor por los hombres, viene para que todos le recibamos.

La confianza y la esperanza en esta seguridad no nos defrauda y hace que no podamos nosotros defraudar a quienes vienen a nosotros buscando la paz y el consuelo de la bondad de Dios.

Publicado por verdenaranja @ 23:53  | Liturgia
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30 de Noviembre

Esta semana se han desarrollado tres importantes reuniones. Cronol?gicamente en primer lugar el Consejo Diocesano de Pastoral abord? la cuesti?n de la financiaci?n de la Iglesia. Posteriormente, los vicarios, arciprestes y vicearciprestes abordaron con el Obispo el Directorio Pastoral del Arcirprestazgo. Por ?ltimo, el Consejo Presbiteral se ocup?, como asunto fundamental, de la realidad de las Hermandades y Cofrad?as en la Di?cesis.

(Diario de Avisos, 30 - XI, David Sanz, Santa Cruz de la Palma) Un grupo de ayuntamientos del norte de la isla de La Palma quieren contribuir en la reconstrucci?n del Obispado de Tenerife que un incendio destruy? en cinco horas el pasado mes de enero, con la aportaci?n gratuita de uno de los materiales que est?n en la base de este emblem?tico edificio de la cultura canaria: la madera de tea. Al menos los municipios de Barlovento, San Andr?s y Sauces, Garaf?a y Puntallana tienen la voluntad de contribuir de esta forma tan original con la recuperaci?n de este inmueble de La Laguna, el Palacio de Salazar, un edificio barroco del siglo XVII que albergaba la sede del Obispado de la provincia de Santa Cruz de Tenerife.

El Ayuntamiento de Barlovento ha dado el primer paso, aprobando en pleno, por la v?a de urgencia, "la cesi?n de madera de tea" para este fin. "Esta cesi?n se realizar? seg?n las disponibilidades existentes en el monte p?blico del municipio de Barlovento, previa autorizaci?n de la Unidad de Medio Ambiente del Cabildo de La Palma". Adem?s, acordaron dirigirse a los municipios de la comarca noroeste de la Isla, as? como a los restantes de la comarca noreste para que apoyen esta iniciativa en sus localidades respectivas, seg?n informan desde el Ayuntamiento que preside L?zaro Brito.

Mientras tanto, la alcaldesa de San Andr?s y Sauces, Nieves D?vila, se?al? la voluntad del equipo de Gobierno de llevar esta propuesta al pr?ximo pleno de la corporaci?n municipal y se mostr? convencida de que recibir? el apoyo de las distintas fuerzas pol?ticas. "No me cabe la menor duda de que todos vamos a apoyar esta propuesta para respaldar al Obispado en la recuperaci?n de su sede en La Laguna con la madera de tea que dispongamos".

El alcalde de Garaf?a, Jos? Castro, a?n no ha concretado la fecha en que llevar? esta propuesta al Pleno, aunque mostr? su voluntad de colaborar con el Obispado en la medida de las posibilidades del municipio. Recalc? que el pueblo de Garaf?a "es cat?lico" y, por tanto, "estoy convencido de que los vecinos respaldar?n esta medida". Adem?s, destac? el valor art?stico e hist?rico del inmueble del Obispado de La Laguna.

Al igual que en Barlovento, Castro se?al? que habr? que estudiar la madera de tea que se dispone en estos momentos y tratar su aprovechamiento con la Unidad de Medio Ambiente del Cabildo. Por ?ltimo, el alcalde de Puntallana, Leonardo Fajardo, expres? su voluntad de colaborar con esta iniciativa, si bien, indic? que habr?a que estudiar la existencia de esta clase de madera en el municipio.

As? las cosas, esta comarca de la isla de La Palma quiere contribuir con la aportaci?n de esta madera, extra?da de los pinos viejos, que es muy apreciada debido a su belleza, facilidad para trabajarla, y la capacidad de mantenerse inalterada con el paso de los a?os. Es una madera muy pesada y dura, de estructura homog?nea y que escasea debido a su gran demanda.

Publicado por verdenaranja @ 23:33
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Encuentros y cursillos de preparaci?n al
Sacramento del Matrimonio en la Di?cesis de Tenerife.
A?O 2007



ENERO


8 ? 10 S. Agustin ? Icod 811379
8 - 12 S. Migue l -Tazacorte 480302
13 -14 S.Antonio Padua ? Ofra 646654
20 ? 21 San Juan ? Orotava 333935
20 ? 21 San Francisco ? S/C Tfe 244562
20 ? 21 Bas?lica de Candelaria 500100
22 ? 26 Los Dolores ? Pto.Cruz 383200
22 -26 Santa Catalina ? Tacoronte 560691
27 ? 28 Centro Parroquial Adeje 780152

FEBRERO

3 ? 4 Centro Parroq. A?aza ?SC.Tfe 611252
3 ? 4 N.Sra.Concepci?n ? Realejos 340353
3 ? 4 Sta. Barbara ? Icod 812008
3 ? 4 Seminario Dioces-La Laguna 259721
3 ? 4 Colegio B. Consejo-La Laguna 259636
4 N.Sra.Encarnaci?n - Hermigua 880177
5 - 9 El Salvador- La Palma 413250
5 ? 9 N.Sra. Fatima ? SC. Tfe. 277420
5 ? 10 S.Bartolome ? Tejina 540133
6 ? 8 S. Martin Porres?Cabo Blanco 721020
10 ? 11 Santa Catalina ? Tacoronte 560691
12 - 13 Arciprestazgo. Hierro 550127
12 ? 16 Santa Catalina ? Tacoronte 560691
17 - 18 N.Sra. Candelaria -La Vera 371725
17 - 18 Arciprestazgo La Cuesta 632815
25 N.Sra.Concepci?n - Orotava 326464
26 ? 28 S. Agustin ? Icod 811379


MARZO

3 - 4 San Juan ? Orotava 333935
3 ? 4 N.Sra.Pe?a Francia - Pto.Cruz 380051
3 ? 4 S.Antonio Papua - Ofra 646654
5 ? 9 S. Miguel ?Tazacorte 480302
5 - 9 Santiago Ap?stol-Realejo Alto 340261
10 -11 El Pilar- Sta.Cruz 283648
10 ? 11 Sto. Domingo ? Sta. Cruz 221314
12 ? 16 S.Jos? ? Bre?a Baja 434004
17-18 Sta. Ursula-Sta.Ursula 300028
17 ? 18 Cruz del Se?or ? Sta.Cruz 221933
17 ? 18 S.Antonio Padua - Granadilla 770151
25 N.Sra.Encarnaci?n- Hermigua 880177
24 ? 25 Bas?lica Candelaria 500100
26 ? 28 S. Agustin - Icod 811379


ABRIL

14 - 15 Colegio B.Consejo - Laguna 259636
14 ? 15 Seminario Diocesano - Laguna 259721
16 - 20 S.Miguel ?Tazacorte 480302
21 - 22 S.Miguel ? Abona 700044
21 - 22 Santa Ursula - Sta.Ursula 300028
21 ? 22 Los Dolores ? Puerto Cruz 383200
28 ? 29 Centro Parroquial Adeje 780152
28 ? 29 N.Sra.Concepci?n ? Realejos 340353


MAYO

5 ? 6 Cruz del Se?or - Sta. Cruz 221933
5 ? 6 N.Sra.Pe?a Francia - Pto.Cruz 380051
5 ? 6 Bas?lica Candelaria 500100
7 ? 8 Arciprestazgo Hierro 550127
7 ? 9 S.Agustin ? Icod 811389
7 ? 8 Centro Parroq. A?aza ? SCruz 611252
7 ? 11 N.Sra.Fatima-Sta.Cruz 277420
8 -10 Sta.Isabel Portugal - Fraile 732130
12 ? 13 Sta. Catalina ? Tacoronte 560691
13 ? 20 S.Pedro-Bre?a Alta ?La Palma 437077
13 ? 14 San Juan - Orotava 333935
19 ? 20 Sto. Domingo ? Sta.Cruz 221314
19 ? 20 Seminario Dioces ? Laguna 259721
26 ? 27 Arciprestazgo La Cuesta 632815
27 N.Srta.Encarnaci?n -Hermigua 880177
28-5 - 1 - 6 Santa Catalina ? Tacoronte 560691


JUNIO

2 - 3 N.Sra.Concepcion- Realejos 340353
2 ? 3 Colegio Buen Consejo-Laguna 259636
2 ? 3 Centro Parroq.A?aza-S.Cruz 611252
2 ? 3 San Antonio Padua - Ofra 646654
2 ? 3 Bas?lica Candelaria 500100
4 ? 8 S.Miguel ?Tazacorte - Palma 480302
4 ? 8 Los Dolores ? Pto. Cruz 383200
11 ? 15 S.Francisco - Sta Cruz Palma 411578
16 ? 17 Seminario Dioces - Laguna 259721
16 ? 17 Sta. Barbara ? Icod 812008
19 ? 21 S.Martin Porres - C.Blanco 721020
23 ? 24 Arciprestazgo La Cuesta 632815
24 N.Sra.Concepcion - Orotava 326464
24 ? 25 Sagrado Coraz?n - Sta.Cruz 271156
25 ? 27 S. Agustin - Icod 811379
30-6 1-7 N.Sra.Candelaria ? La Vera 371725
30 -6 1-7 Centro Parroquial Adeje 780152
30-6 ? 1-7 Santa Ursula ? Santa Ursula 300028


JULIO

7 - 8 S Antonio Padua - Ofra 646654
7 ? 8 Colegio Buen Consejo-Laguna 259636
7 - 8 Bas?lica Candelaria 500100
14 - 15 Cruz del Se?or - Sta. Cruz 221933
14 ? 15 Sto. Domingo - Sta.Cruz 221314
23 - 27 N.Sra.Montserrat - Sauces 450130
28 ? 29 Arciprestazgo La Cuesta 632815
30-7 l-8 S.Agustin - Icod 811379
30 - 31 Sta.Ursula - Sta.Ursula 300028


SEPTIEMBRE

8 - 9 Centro Parroq. Adeje 780152
8 - 9 N.Sra.Encarnaci?n - Victoria 580052
10 - 14 Santiago Ap?stol-Realejo Alto 340261
10 ? 14 N.Sra. Fatima ? Sta.Cruz 277420
15 ? 16 San Juan ? Orotava 333935
16 N.Sra.Encarnaci?n - Hermigua 880177
24 ? 28 S.Bartolome ? Tejina 540133
24 ? 28 Los Dolores ? Pto. Cruz 383200
29 - 30 Arciprestazgo La Cuesta 632815
29 - 30 Santa Ursula ? Sta.Ursula 300028


OCTUBRE

1 - 5 S.Miguel -Tazacorte 480302
6 - 7 Sta.Barbara - Icod 812008
6 - 7 Colegio B. Consejo-Laguna 259636
6 ? 7 Bas?lica de Candelaria 500100
13 - 14 S. Migue l- Abona 700044
20 - 21 Cruz del Se?or - S/C Tfe 221933
20 - 21 Seminario Dioces. - Laguna 259721
20 ? 21 Arciprestazgo La Cuesta 632815
27 ? 28 N.Sra.Encarnaci?n ? La Palma 412172
27 ? 28 Santa Catalina ? Tacoronte 560691
28 N.Sra.Concepci?n - Orotava 326464
29 ? 31 S. Agustin ? Icod 811379


NOVIEMBRE



3 - 4 S.Antonio Padua - Ofra 646654
10 - 11 Centro Parroq.Adeje 780152
11 - 12 N.Sra. El Pilar ? S/C Tfe 283648
11 N.Sra. Encarnaci?n-Hermigua 880177
12 - 16 San Miguel - Tazacorte 480302
17 ? 18 S. Juan - Orotava 333935
17 ? 18 Sta.Ursula - Sta.Ursula 300028
17 - 18 Bas?lica Candelaria 500100
17 - 18 S.Antonio Padua - Granadilla 770151
19 ? 23 Santa Ursula ? Sta.Ursula 300028
24 - 25 Arciprestazgo La Cuesta 632815
26 ? 28 S.Agustin - Icod 811379


DICIEMBRE


1 - 2 Colegio B. Consejo-Laguna 259636
1 ? 2 Seminario Diocesano - Laguna 259721
10 ? 14 N.Sra. Fatima - Sta.Cruz 277420
11 - 12 Sta. Isabel Portugal- Fraile 732130
(1) Fechas susceptibles de cambio.

OTRAS OFERTAS PASTORALES
A PARROQUIAS Y ARCIPRESTAZGOS
2007


CENTRO DE ORIENTACI?N FAMILIAR (C.O.F)
Trasera Seminario Diocesano ? La Laguna - Tfno. 922.31.53.18

ENCUENTROS DE MATRIMONIOS:
Lugar: Casa de la Iglesia. La Laguna.
Fechas:27/28 enero, 10/11 marzo, 21/22 abril.

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA
Lugar: Arciprestazgos. Fecha: 31 diciembre 2006

EXCURSI?N DE LAS FAMILIAS:
Lugar: A determinar Fecha: 30 mayo 2007

CELEBRACI?N DE PENTECOST?S:
Lugar: Seminario Diocesano. Fecha: 26 mayo 2007

CELEBRACI?N DE ANIVERSARIOS DE MATRIMONIOS:
Lugar: cada Parroquia. Fecha: a determinar por las Parroquias.

MOVIMIENTO DE FAMILIAS CRISTIANAS:
Permanente del Movimiento. Tel?fono:922.258947

MOVIMIENTO ?HOGARES DON BOSCO?:
Colegio ?Salesianos? de la Orotava.Tel?fono: 922.330813

EVANGELIZACI?N DE LA FAMILIA A TRAV?S DE LOS MEDIOS
DE COMUNICACI?N SOCIAL:
Tel?fono del Responsable: 922.277737.

FORMACI?N DE EQUIPOS PARA IMPARTIR
ENCUENTROS PREMATRIMONIALES :
Responsables: Hilda Davara y/o Gerardo Armas Tfno.922.275427

ZENIT publica el discurso que dirigi? Benedicto XVI en la tarde de este mi?rcoles, 29 de Noviembre, al patriarca ecum?nico de Constantinopla, Bartolom? I, en la oraci?n que elevaron en la iglesia patriarcal de San Jorge en el Fanar (Estambul)


??Qu? bueno, qu? dulce habitar los hermanos todos juntos!? (Salmo 133, 1)


Santidad:
Me siento profundamente agradecido por la acogida fraterna que usted me ha ofrecido personalmente, as? como el Santo S?nodo del patriarcado ecum?nico y guardar? para siempre este recuerdo en mi coraz?n con aprecio. Doy las gracias al Se?or por el don de este encuentro, lleno de buena voluntad y de significado eclesial.

Para m? es motivo de gran alegr?a estar entre vosotros, hermanos en Cristo, en esta iglesia catedral, mientras rezamos juntos al Se?or y recodamos los importantes acontecimientos que han apoyado nuestro compromiso para trabajar por la unidad plena entre cat?licos y ortodoxos.

Deseo, ante todo, recordar la valiente decisi?n de remover la memoria de los anatemas de 1054. La declaraci?n com?n del Papa Pablo VI y del Patriarca Aten?goras, escrita con el esp?ritu de un amor redescubierto, fue le?da solemnemente en una ceremonia que se celebr? simult?neamente en la bas?lica de San Pedro en Roma y en esta catedral patriarcal. El ?tomos? del patriarca se basaba en la profesi?n de fe de Juan: ?Ho The?s agap? est?n? (1 Juan 4, 9), ?Deus caritas est!?. Con sinton?a perfecta, el Papa Pablo VI comenz? su propia carta con la exhortaci?n de Pablo: ?vivid en el amor? (Efesios 5, 2). Sobre este fundamento de rec?proco amor se han desarrollado las nuevas relaciones entre las Iglesias de Roma y Constantinopla.

Signos de este amor se han hecho evidentes en numerosas declaraciones de compromiso compartido y muchos gestos llenos de significado. Tanto Pablo VI como Juan Pablo II fueron recibidos c?lidamente como visitantes de esta iglesia de san Jorge y se asociaron respectivamente a los Patriarcas Aten?goras I y Demetrio I para reforzar el empuje hacia la rec?proca comprensi?n y la b?squeda de la unidad plena. ?Que sus nombres sean honrados y benditos!

Me alegro, adem?s, de poder estar en esta tierra, tan ?ntimamente ligada a la fe cristiana, en la que florecieron muchas iglesias en los tiempos antiguos. Pienso en la exhortaci?n de san Pedro a las primitivas comunidades cristianas: ?en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia? (1 Pedro 1, 1), y en la rica mies de m?rtires, te?logos, pastores, monjes y hombres y mujeres santos que engendraron estas iglesias a trav?s de los siglos.

Del mismo modo, recuerdo los insignes santos y pastores que velaron por la Sede de Constantinopla, entre los que se encuentran san Gregorio de Nazianzo y san Juan Cris?stomo, venerados tambi?n por Occidente como doctores de la Iglesia. Sus reliquias descansan en la Bas?lica de San Pedro en el Vaticano y una parte de ellas le fueron donadas a Su Santidad, como signo de comuni?n, por el difunto Papa Juan Pablo II para que fueran veneradas en esta catedral. Verdaderamente son dignos intercesores nuestros ante el Se?or.

En esta parte del mundo oriental se celebraron siete concilios ecum?nicos, que ortodoxos y cat?licos reconocen como autorizados para la fe y la disciplina de la Iglesia. Constituyen piedras angulares permanentes y gu?as en el camino hacia la unidad plena.

Concluyo expresando una vez m?s mi alegr?a al encontrarme entre vosotros. Que este encuentro refuerce nuestro mutuo afecto y renueve nuestro compromiso com?n para perseverar en el itinerario que lleva a la reconciliaci?n y a la paz de las Iglesias.

Os saludo con el amor de Cristo. Que el Se?or est? siempre con vosotros.

[Traducci?n del original ingl?s realizada por Zenit
? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

Publicado por verdenaranja @ 22:48  | Habla el Papa
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ZENIT publica la homil?a que pronunci? Benedicto XVI el mi?rcoles 29 de Noviembre, al celebrar la eucarist?a ante el santuario de Meryem Ana Ev? (la casa de la Madre Mar?a) en ?feso.



Queridos hermanos y hermanas:
En esta celebraci?n eucar?stica queremos alabar al Se?or por la divina maternidad de Mar?a, misterio que aqu?, en ?feso, en el Concilio ecum?nico del a?o 431, fue solemnemente confesado y proclamado. A este lugar, uno de los m?s queridos para la comunidad cristiana, vinieron en peregrinaci?n mis venerados predecesores los siervos de Dios Pablo VI y Juan Pablo II, quien visit? este santuario el 30 de noviembre de 1979, poco despu?s de un a?o del inicio de su pontificado.

Pero hay otro predecesor m?o que estuvo en este pa?s, no como Papa, sino como representante pontificio, desde enero de 1935 hasta diciembre de 1944, y cuyo recuerdo suscita todav?a mucha devoci?n y simpat?a: el beato Juan XXIII, Angelo Roncalli. Sent?a una gran estima y admiraci?n por el pueblo turco. En este sentido, me gusta recordar una expresi?n que se lee en su ?Diario de un alma?: ?Amo a los turcos, aprecio las cualidades naturales de este pueblo, que tiene un puesto preparado en el camino de la civilizaci?n? (n? 741).

Dej?, como don a la Iglesia y al mundo, una actitud espiritual de optimismo cristiano, fundamentado en una fe profunda y en una constante uni?n con Dios. Animado por este esp?ritu, me dirijo a esta naci?n y, de manera particular, al ?peque?o reba?o? de Cristo, que vive en medio de ella, para alentarle y manifestarle el afecto de toda la Iglesia. Con gran afecto os saludo a todos vosotros, aqu? presentes, fieles de Izmir, Mersin, Iskenderun y Antakia, y a otros venidos de diferentes partes del mundo, as? como a los que no han podido participar en esta celebraci?n, pero que est?n espiritualmente unidos a nosotros. Saludo en particular a monse?or Ruggero Franceschini, arzobispo de Izmir, a monse?or Giuseppe Bernardini, arzobispo em?rito de Izmir, a monse?or Luigi Padovese, a los sacerdotes y religiosas. Gracias por vuestra presencia, por vuestro testimonio, por vuestro servicio a la Iglesia en esta tierra bendita, en la que, en sus or?genes, la comunidad cristiana experiment? grandes desarrollos, como lo atestiguan tambi?n numerosos peregrinos que vienen a Turqu?a.

Madre de Dios ? Madre de la Iglesia
Hemos escuchado el pasaje del Evangelio de Juan que invita a contemplar el momento de la Redenci?n, cuando Mar?a, unida al Hijo en el ofrecimiento del Sacrificio, extendi? su maternidad a todos los hombres, en particular, a los disc?pulos de Jes?s.

Testigo privilegiado de ese acontecimiento fue el mismo autor del cuarto Evangelio, Juan, el ?nico de los ap?stoles que permaneci? en el G?lgota, junto a la Madre de Jes?s y a otras mujeres. La maternidad de Mar?a, comenzada con el ?fiat? de Nazaret, culmina bajo la Cruz. Si es verdad, como observa san Anselmo, que ?desde el momento del ?fiat? Mar?a comenz? a llevarnos a todos en su seno?, la vocaci?n y misi?n materna de la Virgen con respecto a los creyentes en Cristo comenz? efectivamente cuando Cristo le dijo: ?Mujer, ah? tienes a tu hijo? (Juan 19, 26).

Viendo desde lo alto de la cruz a la Madre y a su lado al disc?pulo amado, Cristo al morir reconoci? la primicia de la nueva Familia que vino a formar en el mundo, el germen de la Iglesia y de la nueva humanidad. Por este motivo, se dirigi? a Mar?a llam?ndola ?mujer? y no ?madre?; t?rmino que sin embargo utiliz? al confiarla al disc?pulo: ?Ah? tienes a tu madre? (Juan 19, 27).

El Hijo de Dios cumpli? de este modo con su misi?n: nacido de la Virgen para compartir en todo, salvo en el pecado, nuestra condici?n humana, en el momento del regreso al Padre dej? en el mundo el sacramento de la unidad del g?nero humano (Cf. constituci?n ?Lumen gentium?, 1): la Familia ?congregada por la unidad del Padre y del Hijo y del Esp?ritu Santo? (San Cipriano, ?De Orat. Dom?. 23: PL 4, 536), cuyo n?cleo primordial es precisamente este v?nculo nuevo entre la Madre y el disc?pulo. De este modo, quedan unidas de manera indisoluble la maternidad divina y la maternidad eclesial.

Madre de Dios ? Madre de la unidad
La primera lectura nos ha presentado lo que se puede definir como el ?evangelio? del ap?stol de las gentes: todos, incluso los paganos, est?n llamados en Cristo a participar plenamente en el misterio de la salvaci?n. En particular, el texto utiliza la expresi?n que he escogido como lema para mi viaje apost?lico: ??l, Cristo, es nuestra paz? (Efesios 2, 14).

Inspirado por el Esp?ritu Santo, Pablo no s?lo afirma que Jesucristo nos ha tra?do la paz, sino adem?s que ?l ?es? nuestra paz. Y justifica esta afirmaci?n refiri?ndose al misterio de la Cruz: derramando ?su sangre?, dice, ofreciendo como sacrificio ?su carne?, Jes?s destruy? la enemistad ?para crear en s? mismo, de los dos, un solo Hombre Nuevo? (Efesios 2, 14-16).

El ap?stol explica de qu? forma, realmente imprevisible, la paz mesi?nica se realiza en la persona de Cristo y en su misterio salv?fico. Lo explica escribiendo, mientras se encuentra prisionero, a la comunidad cristiana que viv?a aqu?, en ?feso: ?a los santos y fieles en Cristo Jes?s? (Efesios 1, 1), como afirma al inicio de la carta. El ap?stol les desea ?gracia y paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Se?or Jesucristo? (Efesios 1, 2).

?Gracia? es la fuerza que transforma al hombre y al mundo; ?paz? es el fruto maduro de esta transformaci?n. Cristo es la gracia, Cristo es la paz. Pablo es consciente de ser enviado a anunciar un ?misterio?, es decir, un designio divino que s?lo se ha realizado y revelado en la plenitud de los tiempos en Cristo: es decir, ?que los gentiles sois coherederos, miembros del mismo Cuerpo y part?cipes de la misma promesa en Cristo Jes?s por medio del Evangelio? (Efesios 3, 6).

Este ?misterio? se realiza, a nivel hist?rico-salv?fico, ?en la Iglesia?, ese nuevo Pueblo en el que, destruido el viejo muro de separaci?n, se vuelven a encontrar en unidad jud?os y paganos. Como Cristo, la Iglesia no es s?lo un ?instrumento? de la unidad, sino que es tambi?n un ?signo eficaz?. Y la Virgen Mar?a, Madre de Cristo y de la Iglesia es la ?Madre? de ese ?misterio de unidad? que Cristo y la Iglesia representan inseparablemente y que edifican en el mundo y a trav?s de la historia.

Imploremos paz para Jerusal?n y para todo el mundo
El ap?stol de las gentes explica que Cristo es quien ?de los dos pueblos hizo uno? (Efesios 2, 14): esta afirmaci?n se refiere propiamente a la relaci?n entre jud?os y gentiles de cara al misterio de la salvaci?n eterna; afirmaci?n, sin embargo, que puede ampliarse anal?gicamente a las relaciones entre los pueblos y las civilizaciones presentes en el mundo. Cristo ?vino a anunciar la paz? (Efesios 2, 17), no s?lo entre jud?os y no jud?os, sino tambi?n entre todas las naciones, porque todas proceden del mismo Dios, ?nico Creador y Se?or del universo.

Apoyados por la Palabra de Dios, desde aqu?, desde ?feso, ciudad bendecida por la presencia de Mar?a sant?sima --que, como sabemos, es amada y venerada tambi?n por los musulmanes--, elevamos al Se?or una oraci?n especial por la paz entre los pueblos.

Desde esta extremidad de la pen?nsula de Anatolia, puente natural entre continentes, invocamos paz y reconciliaci?n ante todo para quienes viven en la Tierra que llamamos ?santa?, y que as? es considerada por cristianos, jud?os y musulmanes: es la tierra de Abraham, de Isaac y de Jacob, destinada a albergar un pueblo que fuera bendici?n para todas las gentes (Cf. G?nesis 12, 1-3).

?Paz para toda la humanidad! Que pronto se realice la profec?a de Isa?as: ?Forjar?n de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas. No levantar? espada naci?n contra naci?n, ni se ejercitar?n m?s en la guerra? (2, 4).

Todos necesitamos esta paz universal; la Iglesia est? llamada a ser no s?lo su anunciadora prof?tica, sino m?s a?n su ?signo e instrumento?. Desde esta perspectiva universal de pacificaci?n, se hace mas profundo e intenso el anhelo hacia la plena comuni?n y concordia entre todos los cristianos. En la celebraci?n de hoy, est?n presentes los fieles cat?licos de varios ritos, y esto es motivo de alegr?a y alabanza a Dios. Estos ritos son expresi?n de esa admirable variedad con la que est? decorada la Esposa de Cristo, a condici?n de que sepan converger en la unidad y en el testimonio com?n. Para alcanzar este objetivo tiene que ser ejemplar la unidad entre los ordinarios de la Conferencia Episcopal, en la comuni?n y compartiendo los esfuerzos pastorales.

?Magnificat?
La liturgia de hoy nos ha hecho repetir, como un estribillo del salmo responsorial, el c?ntico de alabanza que la Virgen de Nazaret proclam? en el encuentro con su anciana pariente Isabel (Cf. Lucas 1, 39). Tambi?n han sido motivo de consolaci?n las palabras del salmista: ?Amor y verdad se han dado cita, justicia y paz se abrazan? (Salmo 84, v. 11).

Queridos hermanos y hermanas: con esta visita he querido manifestar no s?lo mi amor y cercan?a espiritual, sino tambi?n los de la Iglesia universal a la comunidad cristiana que aqu?, en Turqu?a, es verdaderamente una peque?a minor?a y afronta cada d?a no pocos desaf?os y dificultades.

Con firme confianza cantemos, junto a Mar?a, el ?magnificat? de la alabanza y de la acci?n de gracias a Dios, que mira la humildad de su sierva (Cf. Lucas 1, 47-48). Cant?moslo con alegr?a incluso cuando sufrimos dificultades y peligros, como lo atestigua el bello testimonio del sacerdote romano, el padre Andrea Santoro, a quien quiero recordar tambi?n en nuestra celebraci?n.

Mar?a nos ense?a que Cristo es la ?nica fuente de nuestra alegr?a y nuestro ?nico apoyo firme, y nos repite las palabras: ?No teng?is miedo? (Marcos 6, 50), ?Yo estoy con vosotros? (Mateo 28, 20). Y t?, Madre de la Iglesia, ?acompa?a siempre nuestro camino! ?Santa Mar?a, Madre de Dios, ruega por nosotros! ?Aziz Meryem Mesih?in Annesi bizim i?in Dua et?. Am?n.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit
? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

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LXXXVIII ASAMBLEA PLENARIA
DE LA
CONFERENCIA EPISCOPAL ESPA?OLA



Orientaciones morales ante
la situaci?n actual de Espa?a


Instrucci?n Pastoral


Madrid, 23 de noviembre de 2006


? N D I C E


INTRODUCCI?N


I. UNA SITUACI?N NUEVA: FUERTE OLEADA DE LAICISMO


A. La reconciliaci?n, amenazada
B. La difusi?n de la mentalidad laicista
C. Sobre las causas de la situaci?n


II. RESPONSABILIDAD DE LA IGLESIA Y DE LOS CRISTIANOS

A. Superar la desesperanza, el enfrentamiento y el sometimiento
B. Anunciar el gran ?s? de Dios a la Humanidad en Jesucristo

III. DISCERNIMIENTO Y ORIENTACIONES MORALES

A. Desde una identidad cat?lica vigorosa
B. Vivir la caridad social para el fortalecimiento moral de la vida p?blica
a. La Iglesia y la sociedad civil
b. Algunas cuestiones que dilucidar
1. Democracia y moral
2. El servicio al bien com?n
3. Mejorar la democracia
4. Respeto y promoci?n de la libertad religiosa
5. El terrorismo
6. Los nacionalismos y sus exigencias morales
7. El ejercicio de la caridad


CONCLUSI?N



INTRODUCCI?N

1. Los miembros de la Iglesia hemos recibido, por el don del Esp?ritu Santo, la capacidad de vivir en el mundo como hijos de Dios, en Cristo y por Cristo. Con este don inapreciable, hemos recibido tambi?n el encargo de continuar y extender la misi?n de Jes?s, anunciando la llegada del Reino de Dios, con el perd?n de los pecados y el nacimiento a la vida eterna.

2. La uni?n con Cristo por la fe y los sacramentos no nos aparta de la sociedad. Vivimos entre los hombres, con las mismas obligaciones y los mismos derechos; participamos, como los dem?s, en las solicitudes y trabajos de cada momento, sufrimos influencias semejantes y nos vemos interpelados por los mismos acontecimientos y situaciones. El mandato del Se?or y la misi?n recibida nos vincula estrechamente al bien de nuestros conciudadanos y a la vida de la sociedad entera[01].

3. La Iglesia tiene sus ra?ces en la eternidad y, por tanto, en el origen y futuro divinos del tiempo. Los cristianos vivimos arraigados en Cristo y en comuni?n con la Trinidad Santa. Esta vida sobrenatural que Dios nos da por Jesucristo tenemos que vivirla en las circunstancias cambiantes de la sociedad de la que formamos parte. Por eso necesitamos intentar comprender mejor el mundo en el que nos encontramos: sus problemas, sus valores y deficiencias, sus expectativas y deseos; especialmente, cuando se producen situaciones nuevas. De este modo, podremos seguir anunciando los dones y las promesas de Dios a nuestros hermanos con un lenguaje directo y comprensible que responda de verdad a los interrogantes de cada momento.

4. Con esta Instrucci?n Pastoral, los Obispos de las Iglesias que est?n en Espa?a, reunidos en Asamblea Plenaria, ofrecemos nuestra aportaci?n al discernimiento que hoy es necesario hacer. Deseamos favorecer la comuni?n eclesial en estos momentos de tanta complejidad y animar a los cat?licos a participar activamente en la vida social y p?blica manteniendo la integridad de la fe y la coherencia de la vida cristiana. A la vez, intentamos tambi?n ayudar a descubrir las implicaciones morales de nuestra situaci?n a cuantos quieran escucharnos. La consideraci?n moral de los asuntos de la vida p?blica lejos de constituir amenaza alguna para la democracia, es un requisito indispensable para el ejercicio de la libertad y el establecimiento de la justicia. Cumplimos as? con el compromiso adquirido y anunciado en la Asamblea Plenaria Extraordinaria del pasado mes de junio[02].


I. UNA SITUACI?N NUEVA: FUERTE OLEADA DE LAICISMO

A. La reconciliaci?n, amenazada


5. Es ya un t?pico referirse a los r?pidos y profundos cambios que se han dado en la sociedad espa?ola en los ?ltimos decenios. Lo cierto es que nuestra historia reciente es m?s agitada y convulsa de lo que ser?a deseable. No se puede comprender bien lo que estamos viviendo en la actualidad, si no lo vemos en la perspectiva de lo ocurrido a lo largo del siglo pasado, respetando serenamente la verdad entera de la complejidad de los hechos. No vamos a entrar ahora en an?lisis pormenorizados a este respecto. Basta tener en cuenta la historia, a veces dram?tica, como maestra de sensatez y cordura[03].

6. S?lo queremos referirnos a dos datos de la historia reciente que tienen para nosotros especial importancia. El primero es el advenimiento de la democracia en Espa?a. El final del r?gimen pol?tico anterior, despu?s de cuarenta a?os de duraci?n, fue un momento hist?rico delicado, lleno de posibilidades y de riesgos. En aquella coyuntura, la Iglesia que peregrina en Espa?a, iluminada por el reciente Concilio Vaticano II y en estrecha comuni?n con la Santa Sede, superando cualquier a?oranza del pasado, colabor? decididamente para hacer posible la democracia, con el pleno reconocimiento de los derechos fundamentales de todos, sin ninguna discriminaci?n por razones religiosas. Esta decidida actitud de la Iglesia y de los cat?licos facilit? una transici?n fundada sobre el consenso y la reconciliaci?n entre los espa?oles. As?, parec?a definitivamente superada la tr?gica divisi?n de la sociedad que nos hab?a llevado al horror de la guerra civil, con su cortejo de atrocidades. Perd?n, reconciliaci?n, paz y convivencia, fueron los grandes valores morales que la Iglesia proclam? y que la mayor?a de los cat?licos y de los espa?oles en general vivieron intensamente en aquellos momentos. Sobre el trasfondo espiritual de la reconciliaci?n fue posible la Constituci?n de 1978, basada en el consenso de todas las fuerzas pol?ticas, que ha propiciado treinta a?os de estabilidad y prosperidad, con las excepciones de las tensiones normales en una democracia moderna, poco experimentada, y de los obstinados ataques del terrorismo contra la vida y seguridad de los ciudadanos y contra el libre funcionamiento de las instituciones democr?ticas. Cuando ahora se dice que la Iglesia cat?lica es ?un peligro para la democracia?, se olvida que la Iglesia y los cat?licos espa?oles colaboraron al establecimiento de la democracia y han respetado sus normas e instituciones lealmente en todo momento[04].

7. Al parecer, quedan desconfianzas y reivindicaciones pendientes. Pero todos debemos procurar que no se deterioren ni se dilapiden los bienes alcanzados. Una sociedad que parec?a haber encontrado el camino de su reconciliaci?n y distensi?n, vuelve a hallarse dividida y enfrentada. Una utilizaci?n de la ?memoria hist?rica?, guiada por una mentalidad selectiva, abre de nuevo viejas heridas de la guerra civil y aviva sentimientos encontrados que parec?an estar superados. Estas medidas no pueden considerarse un verdadero progreso social, sino m?s bien un retroceso hist?rico y c?vico, con un riesgo evidente de tensiones, discriminaciones y alteraciones de una tranquila convivencia.

B. La difusi?n de la mentalidad laicista

8. El otro factor que queremos resaltar, porque es decisivo para interpretar y valorar desde la fe las nuevas circunstancias, es el desarrollo alarmante del laicismo en nuestra sociedad. No se trata del reconocimiento de la justa autonom?a del orden temporal, en sus instituciones y procesos, algo que es enteramente compatible con la fe cristiana y hasta directamente favorecido y exigido por ella[05]. Se trata, m?s bien, de la voluntad de prescindir de Dios en la visi?n y la valoraci?n del mundo, en la imagen que el hombre tiene de s? mismo, del origen y t?rmino de su existencia, de las normas y los objetivos de sus actividades personales y sociales.

9. Dentro de un cambio cultural muy amplio, Espa?a se ve invadida por un modo de vida en el que la referencia a Dios es considerada como una deficiencia en la madurez intelectual y en el pleno ejercicio de la libertad. Vivimos en un mundo en donde se va implantando la comprensi?n atea de la propia existencia: ?si Dios existe, no soy libre; si yo soy libre no puedo reconocer la existencia de Dios?. ?ste -aunque no siempre se perciba con tal explicitud intelectual- es el problema radical de nuestra cultura: el de la negaci?n de Dios y el de un vivir ?como si Dios no existiera?. La extensi?n del ate?smo provoca alteraciones profundas en la vida de las personas, puesto que el conocimiento de Dios constituye la ra?z viva y profunda de la cultura de los pueblos, y es el factor m?s influyente en la configuraci?n de su proyecto de vida, personal, familiar y comunitario[06].

10. El mal radical del momento consiste, pues, en algo tan antiguo como el deseo ilusorio y blasfemo de ser due?os absolutos de todo, de dirigir nuestra vida y la vida de la sociedad a nuestro gusto, sin contar con Dios, como si fu?ramos verdaderos creadores del mundo y de nosotros mismos. De ah?, la exaltaci?n de la propia libertad como norma suprema del bien y del mal y el olvido de Dios, con el consiguiente menosprecio de la religi?n y la consideraci?n idol?trica de los bienes del mundo y de la vida terrena como si fueran el bien supremo.

11. El Papa Benedicto XVI, con su habitual sencillez y profundidad, analiz? hace poco esta misma situaci?n en su discurso al IV Congreso Nacional de la Iglesia en Italia. Resumimos aqu? algunas de sus afirmaciones m?s iluminadoras para nosotros[07].

12. En el mundo occidental se est? produciendo un nueva oleada de ilustraci?n y de laicismo que arrastra a muchos a pensar que s?lo ser?a racionalmente v?lido lo experimentable y mensurable, o lo susceptible de ser construido por el ser humano, y que les induce a hacer de la libertad individual un valor absoluto, al que todos los dem?s tendr?an que someterse. La fe en Dios resulta as? m?s dif?cil, entre otras cosas, porque vivimos encerrados en un mundo que parece ser del todo obra humana y no nos ayuda a descubrir la presencia y la bondad de Dios Creador y Padre. Una determinada cultura moderna, que pretend?a engrandecer al hombre, coloc?ndolo en el centro de todo, termina parad?jicamente por reducirlo a un mero fruto del azar, impersonal, ef?mero y, en definitiva, irracional: una nueva expresi?n del nihilismo. Sin referencias al verdadero Absoluto, la ?tica queda reducida a algo relativo y mudable, sin fundamento suficiente, ni consecuencias personales y sociales determinantes. Todo ello comporta una ruptura con las tradiciones religiosas y no responde a las grandes cuestiones que mueven al ser humano.

13. En nuestro caso, este proyecto implica la quiebra de todo un patrimonio espiritual y cultural, enraizado en la memoria y la adoraci?n de Jesucristo y, por tanto, el abandono de valiosas instituciones y tradiciones nacidas y nutridas de esa cultura. Se dir?a que se pretende construir artificialmente una sociedad sin referencias religiosas, exclusivamente terrena, sin culto a Dios ni aspiraci?n ninguna a la vida eterna, fundada ?nicamente en nuestros propios recursos y orientada casi exclusivamente hacia el mero goce de los bienes de la tierra.

C. Sobre las causas de la situaci?n

14. El proceso de descristianizaci?n y deterioro moral de la vida personal, familiar y social, se ve favorecido por ciertas caracter?sticas objetivas de nuestra vida, tales como el r?pido enriquecimiento, la multiplicidad de ofertas para el ocio, el exceso de ocupaciones o la obnubilaci?n de la conciencia ante el r?pido desarrollo de los recursos de la ciencia y de la t?cnica. M?s profundamente, la expansi?n de este proceso ha sido facilitada por la escasa formaci?n religiosa de muchas personas, creyentes y no creyentes, por ciertas ideas desfiguradas de Dios y de la verdadera religi?n, por la falta de coherencia en la vida y actuaciones de muchos cristianos, y por la influencia de ideas equivocadas sobre el origen, la naturaleza y el destino del hombre; y, no en ?ltimo t?rmino, por la debilidad moral de todos nosotros y la seducci?n de los bienes de este mundo: por ?la codicia, que es una verdadera idolatr?a? (Col 3, 5).

15. Por tanto, cuando hablamos de las deficiencias de nuestra sociedad, nos incluimos a nosotros mismos. Los cat?licos participamos de los bienes y de los males del momento. En otros lugares hemos se?alado con cierto detalle las deficiencias doctrinales y pr?cticas de la vida de los cat?licos[08]. Por eso no es preciso volver a insistir ahora en ello. Es evidente que la falta de clarividencia y de vida santa en muchos de nosotros han contribuido tambi?n al oscurecimiento de la fe y al desarrollo de la indiferencia y del agnosticismo te?rico y pr?ctico en nuestra sociedad.

16. Muchos ten?an la esperanza de que el ordenamiento democr?tico de nuestra convivencia, regido por la Constituci?n de 1978, y apoyado en la reconciliaci?n y el consenso entre los espa?oles, nos permitir?a superar los viejos enfrentamientos que nos han dividido y empobrecido a nuestra patria, uno de los cuales era sin duda el enfrentamiento entre catolicismo y laicismo, entendidos como formas de vida excluyentes e incompatibles. Y es posible que as? fuera. Ahora vemos con pesadumbre que en los ?ltimos a?os vuelve a manifestarse entre nosotros una desconfianza y un rechazo de la Iglesia y de la religi?n cat?lica que se presenta como algo m?s radical y profundo que la vuelta al viejo anticlericalismo.

17. As?, el laicismo va configurando una sociedad que, en sus elementos sociales y p?blicos, se enfrenta con los valores m?s fundamentales de nuestra cultura, deja sin ra?ces a instituciones tan fundamentales como el matrimonio y la familia, diluye los fundamentos de la vida moral, de la justicia y de la solidaridad y sit?a a los cristianos en un mundo culturalmente extra?o y hostil. No se trata de imponer los propios criterios morales a toda la sociedad. Sabemos perfectamente que la fe en Jesucristo es a la vez un don de Dios y una libre decisi?n de cada persona, favorecida por la raz?n y ayudada por la asistencia divina. Pero para nosotros es claro que todo lo que sea introducir ideas y costumbres contrarias a la ley natural, fundada en la recta raz?n y en el patrimonio espiritual y moral hist?ricamente acumulado por las sociedades, debilita los fundamentos de la justicia y deteriora la vida de las personas y de la sociedad entera.

18. En no pocos ambientes resulta dif?cil manifestarse como cristiano: parece que lo ?nico correcto y a la altura de los tiempos es hacerlo como agn?stico y partidario de un laicismo radical y excluyente. Algunos sectores pretenden excluir a los cat?licos de la vida p?blica y acelerar la implantaci?n del laicismo y del relativismo moral como ?nica mentalidad compatible con la democracia. Tal parece ser la interpretaci?n correcta de las dificultades crecientes para incorporar el estudio libre de la religi?n cat?lica en los curr?culos de la escuela p?blica. En este mismo sentido apuntan las leyes y declaraciones contrarias a la ley natural, que deterioran el bien moral de la sociedad, formada en buena parte por cat?licos, como es el caso de la ins?lita definici?n legal del matrimonio con exclusi?n de toda referencia a la diferencia entre el var?n y la mujer, el apoyo a la llamada ?ideolog?a de g?nero?, la ley del ?divorcio expr?s?, la creciente tolerancia con el aborto, la producci?n de seres humanos como material de investigaci?n, y el anunciado programa de la nueva asignatura, con car?cter obligatorio, denominada ?Educaci?n para la ciudadan?a?, con el riesgo de una inaceptable intromisi?n del Estado en la educaci?n moral de los alumnos, cuya responsabilidad primera corresponde a la familia y a la escuela[09].

19. La solidaridad con la sociedad de la que formamos parte, el amor a nuestros conciudadanos y la responsabilidad que tenemos ante Dios, nos impulsan a advertir de los grandes males que se pueden seguir -y que ya est?n apareciendo entre nosotros- del oscurecimiento y debilitamiento de la conciencia moral que conllevan disposiciones como las mencionadas. Al hacerlo as?, no perseguimos ning?n inter?s particular. Nuestro prop?sito es s?lo estimular la responsabilidad de todos y provocar una reflexi?n social que nos permita corregir a tiempo un rumbo que nos parece equivocado y peligroso. Cuando hemos alcanzado tantas cosas buenas que nunca hab?amos logrado, no tenemos por qu? abandonar otros valores de orden espiritual y moral que forman parte de nuestro patrimonio y que hemos recibido de nuestros antepasados como bienes de valor inestimable.

20. Junto con estas sombras, que suscitan en nosotros honda preocupaci?n, reconocemos tambi?n en la sociedad de hoy aspectos positivos, tanto en el progreso material, que nos permite mejorar los servicios y aumentar proporcionalmente el bienestar de todos, como en la sensibilidad moral emergente en torno a determinados valores. Se aprecia y se cultiva la solidaridad con los necesitados, se desarrolla un respeto creciente por los derechos de la mujer, de los ni?os, de los ancianos y de los enfermos. Crece tambi?n el amor y el cuidado de la naturaleza, que los cristianos amamos y respetamos como creaci?n y don de Dios para el bien de sus hijos, los hombres. Aunque no siempre la conciencia colectiva ni la personal sean del todo coherentes, es justo reconocer la aguda sensibilidad moral que se manifiesta en relaci?n con cuestiones como las mencionadas. Este es nuestro mundo, el mundo en el que Dios quiere que vivamos, alabando su Nombre y anunciando la Buena Nueva de su amor y de su salvaci?n.

21. Declaramos de nuevo nuestro deseo de vivir y convivir en esta sociedad respetando lealmente sus instituciones democr?ticas, reconociendo a las autoridades leg?timas, obedeciendo las leyes justas y colaborando espec?ficamente en el bien com?n. Nadie tiene que temer agresiones ni deslealtades para con la vida democr?tica por parte de los cat?licos. Cat?licos y laicistas tenemos, en algunas cosas, diferentes puntos de vista. Nuestro deseo es ir encontrando poco a poco el ordenamiento justo para que todos podamos vivir de acuerdo con nuestras convicciones, sin que nadie pretenda imponer a nadie sus puntos de vista por procedimientos desleales e injustos. En este contexto, los cat?licos pedimos ?nicamente respeto a nuestra identidad, y libertad para anunciar, por los medios ordinarios, el mensaje de Cristo como Salvador universal, en un clima de tolerancia y convivencia, sin privilegios ni discriminaciones de ninguna clase. Creemos, adem?s, que el pleno respeto a la libertad religiosa de todos es garant?a de verdadera democracia y est?mulo para el crecimiento espiritual de las personas y el progreso cultural de toda la sociedad.


II. RESPONSABILIDAD DE LA IGLESIA Y DE LOS CAT?LICOS

22. Hoy, como siempre, la tarea primordial de la Iglesia es vivir, en comuni?n con Cristo, los dones de Dios a la humanidad, y anunciar a todos los hombres esa buena Noticia del amor y de la esperanza. Es una misi?n con dos vertientes fundamentales. En un primer momento, la acci?n de la Iglesia se dirige a sus propios miembros con el anuncio de la santa Palabra de Dios, que es Cristo, y con la celebraci?n de los sacramentos, especialmente el de la Eucarist?a, sacramento del amor redentor de Dios en su Hijo y del amor fraterno que renueva los corazones y construye el pueblo de Dios y la nueva humanidad[10]. Adem?s, la Iglesia se siente continuamente enviada m?s all? de s? misma para anunciar a todos la verdad y la cercan?a de Dios, Padre universal de amor y de vida, en la persona de Jesucristo, salvador de todos. De lo m?s profundo del coraz?n de cada ser humano surge la demanda permanente de la humanidad necesitada: ?Queremos ver a Jes?s? (Jn 12, 22). Es nuestro deber facilitar el encuentro con Jesucristo[11]. La Iglesia cree que Cristo da a todo hombre, por su Esp?ritu, la capacidad de alcanzar la plenitud de su vida y que no hay bajo el cielo otro nombre del cual podamos esperar la salvaci?n definitiva (cf. Hch 4, 12). Cree que Cristo, muerto y resucitado, es la clave, el centro y el fin de toda la historia humana; cree tambi?n que en ?l, ?que es el mismo ayer, hoy y siempre? (Heb 13, 8), tienen su ?ltimo fundamento todas las cosas (cf. Heb 13, 8). En consecuencia, la Iglesia y los cristianos nos sentimos obligados a anunciar a todos el misterio salvador de Jesucristo para iluminar su vida y colaborar al bien de la sociedad y a la soluci?n de los m?s hondos problemas de nuestro tiempo[12].

A. Superar la desesperanza, el enfrentamiento y el sometimiento

23. En las circunstancias actuales, hay que evitar el riesgo de adoptar soluciones equivocadas que, a pesar de sus aparentes claridades, en realidad se basan en fundamentos falsos, no cristianos, y son incapaces de acercarnos a los buenos resultados que prometen. Se?alamos brevemente tres, que parecen m?s actuales y peligrosas.

24. 1) La desesperanza. Para muchos cristianos, la desesperanza es una verdadera tentaci?n, una aut?ntica amenaza. Es cierto que hay muchas dificultades, en la Iglesia y en el mundo. Es cierto que la Iglesia y los cristianos hemos perdido mucha influencia en la sociedad y tenemos que afrontar duras situaciones de empobrecimiento. Pero tambi?n es cierto que Dios nos ama irrevocablemente; que Jes?s nos ha prometido su presencia y su asistencia hasta el fin del mundo; que Dios, en su providencia, de los males saca bienes para sus hijos. La Iglesia y la salvaci?n del mundo no son obra nuestra, sino empresa de Dios. No es el momento de mirar atr?s a?orando tiempos aparente o realmente m?s f?ciles y m?s fecundos. No hay fecundidad sin sufrimiento. Dios nos llama a la humildad y a la confianza, seguros de que en nuestra debilidad actual se manifestar? el poder de su gracia y de su misericordia[13]. En la providencia misericordiosa de Dios nuestro Padre, las dificultades contribuyen tambi?n al bien de sus hijos: nos purifican, nos mueven al arrepentimiento y a la renovaci?n espiritual. La cruz es el camino para la Vida[14]. A nosotros toca secundar con humildad y fortaleza los planes de Dios y saber apreciar las nuevas iniciativas que surgen en la Iglesia como frutos del Esp?ritu y motivos para la esperanza. La Iglesia no pone nunca su esperanza ni encuentra su apoyo en ninguna instituci?n temporal, pues ser?a poner en duda el se?or?o de Jesucristo, su ?nico Se?or.

25. 2) El enfrentamiento. Otro peligro que puede presentarse es que lleguemos a la conclusi?n de que la vida cristiana es imposible en una sociedad democr?tica. Es lo que algunos exponentes del laicismo achacan a los cat?licos. Pero nosotros no deseamos seguir ese camino, que nos parece desacertado. La historia demuestra que la democracia moderna naci? en el ?mbito de la cultura cristiana, en la que se han gestado el concepto de la persona como realidad trascendente y libre, la distinci?n entre la Iglesia y el Estado, con su autonom?a rec?proca, y la conciencia de los derechos humanos. En una sociedad democr?tica pueden desarrollarse ideas o instituciones contrarias al cristianismo. Pero este conflicto no es inevitable, ni tiene por qu? ser definitivo. Las diferencias no tienen por qu? degenerar en conflictos. La grandeza de la democracia consiste en facilitar la convivencia de personas y grupos con distintas maneras de entender las cosas, con igualdad de derechos y en un clima de respeto y tolerancia. Fueron la antropolog?a y la moral cristianas las que, en muy buena medida, proporcionaron los elementos necesarios para construir este orden civil respetuoso con la dignidad de la persona como ser libre y responsable de su vida y de sus actos. Aceptar este marco de convivencia no amenaza necesariamente la identidad de los cristianos, aunque s? les exige madurez, buena formaci?n y el valor necesario para vivir seg?n sus convicciones junto a otras personas y otros grupos que piensan y viven de otra manera, as? como para hacer que se respeten sus derechos y los de la Iglesia.

26. 3) El sometimiento. Otra tentaci?n de los cristianos en la vida democr?tica consiste en intentar facilitar falsamente la convivencia disimulando y diluyendo su propia identidad o incluso, en ocasiones, renunciando a ella. Detr?s de esta aparente generosidad se esconde la desconfianza en el valor y la vigencia del Evangelio y de la vida cristiana. El mensaje de Jes?s y la doctrina de la Iglesia tienen un valor permanente y son capaces de adaptarse a todas las situaciones y de ofrecer respuestas a las diversas cuestiones y necesidades de los hombres, sin necesidad de diluirse ni someterse a las imposiciones de la cultura laicista y hedonista dominante. Las perniciosas consecuencias de esta actitud, caracterizada por la b?squeda impaciente e irresponsable de una falsa convivencia entre catolicismo y laicismo, han sido la multiplicaci?n de abundantes tensiones internas y el consiguiente debilitamiento de la credibilidad y de la vida de la Iglesia. Con el lenguaje de los hechos, Dios nos est? pidiendo a los cat?licos un esfuerzo de autenticidad y fidelidad, de humildad y unidad, para poder ofrecer de manera convincente a nuestros conciudadanos los mismos dones que nosotros hemos recibido, sin disimulos ni deformaciones, sin disentimientos ni concesiones, que oscurecer?an el esplendor de la Verdad de Dios y la fuerza de atracci?n de sus promesas. Una educaci?n adecuada para vivir en democracia ha de ayudarnos a compartir constructivamente la vida con quienes piensan de otra manera que nosotros sin que la identidad cat?lica quede comprometida.

B. Anunciar el ?s? de Dios a la Humanidad en Jesucristo

27. Las verdaderas soluciones, lo que nosotros, como miembros de la Iglesia, podamos ofrecer a nuestra sociedad, no lo encontraremos imitando lo que hay a nuestro alrededor, sino que brota del seno de la Iglesia misma, de ese tesoro -que es la memoria y la presencia viva de Cristo- del que se pueden sacar continuamente cosas viejas y nuevas (cf. Mt 13, 52). El programa permanente de la Iglesia es Jesucristo[15]. En su mensaje, en sus ejemplos, en la fuerza de su presencia sacramental, en particular eucar?stica, encontraremos con seguridad la fuerza espiritual y la clarividencia necesarias para vivir y anunciar el Reino de Dios en este mundo de hoy, que es de Dios y es tambi?n nuestro. En el Plan Pastoral recientemente aprobado, esta Asamblea Plenaria ha propuesto algunas orientaciones y acciones con este fin[16].

28. Como dijo en Verona el Papa Benedicto XVI, en estos momentos seguimos teniendo la gran misi?n de ofrecer a nuestros hermanos el gran ?s? que en Jesucristo Dios dice al hombre y a su vida, al amor humano, a nuestra libertad y a nuestra inteligencia; haci?ndoles ver c?mo la fe en el Dios que tiene rostro humano trae la alegr?a al mundo. En efecto, el cristianismo est? abierto a todo lo que hay de justo, verdadero y puro en las culturas y en las civilizaciones; a lo que alegra, consuela y fortalece nuestra existencia. San Pablo, en la carta a los Filipenses, escribi?: ?Todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta (Flp 4, 8)?[17].

29. Los cat?licos estamos en condiciones de reconocer y acoger de buen grado los logros de la cultura de nuestro tiempo, como son el avance del conocimiento cient?fico y el desarrollo tecnol?gico, el reconocimiento formal de los derechos humanos, en particular, de la libertad religiosa, o las formas democr?ticas de gobierno de los pueblos. Sin embargo, no ignoramos la peligrosa fragilidad de la naturaleza humana, que es una amenaza constante para las realizaciones del hombre en todo contexto hist?rico. El camino hacia un desarrollo verdaderamente humano est? lleno de ambig?edades y de errores. Por eso, el reconocimiento de Dios, la aceptaci?n humilde y agradecida de la revelaci?n de Jesucristo no es una amenaza, sino una ayuda decisiva para el verdadero progreso humano. Cristo nos revela la verdad profunda de nuestra propia humanidad[18]. Con el don de su Esp?ritu nos ilumina para discernir el bien del mal, lo justo de lo injusto, y nos fortalece para realizarlo en nuestras decisiones y en nuestra vida. Por eso, la debida presencia y la justa intervenci?n de los cat?licos en todos los ?mbitos de la vida social y p?blica puede ser una ayuda decisiva y necesaria para la defensa del bien de las personas como objetivo central y norma decisiva en todo progreso verdaderamente humano. La fe en Dios, a la vez que es una actitud religiosa que justifica el ser personal del creyente, es tambi?n fuente de muchos bienes sociales y culturales que se dejan sentir en el saneamiento, la maduraci?n y el crecimiento de las personas y de la sociedad entera hacia una ?nueva criatura?, tal como Dios la quiere en su generosa providencia (cf. 2 Co 5, 17; Ga 6, 15).


III. DISCERNIMIENTO Y ORIENTACIONES MORALES

30. Movidos por estas convicciones, los cat?licos espa?oles nos preguntamos qu? quiere Dios de nosotros en estos momentos, qu? tenemos que hacer para poder responder con fidelidad y acierto a las necesidades de nuestra sociedad. Con la ayuda del Se?or, en cuya asistencia confiamos, guiados por el deseo de ayudar a nuestros hermanos a responder a estas preguntas, no s?lo de manera te?rica, sino con hechos visibles y efectivos, los Obispos hemos reflexionado sobre estas cuestiones fundamentales y ofrecemos a la comunidad cat?lica y a quien quiera escucharnos el resultado de nuestro discernimiento.

A. Desde una identidad cat?lica vigorosa

31. Cualquier tarea que los cat?licos queramos emprender no podremos llevarla a buen puerto apoy?ndonos s?lo en nosotros mismos, en nuestras capacidades u opiniones, sino firmemente arraigados en la fe de la Iglesia, porque Jesucristo vive en ella. S?lo en la plena comuni?n eclesial es posible dar un testimonio completo del Amor de Dios manifestado en su Hijo.

32. Por eso, la condici?n indispensable para que los cat?licos podamos tener una influencia real en la vida de nuestra sociedad, antes de pensar en ninguna acci?n concreta, personal o colectiva, es el fortalecimiento de nuestra vida cristiana, tanto en las dimensiones estrictamente personales, como en nuestra unidad espiritual y visible como miembros de la ?nica Iglesia de Cristo, vivificada por el Esp?ritu de Dios, alimentada por la Palabra y los sacramentos. ?La fuerza del anuncio del evangelio de la esperanza ser? m?s eficaz si va acompa?ada del testimonio de una profunda unidad y comuni?n en la Iglesia?[19]. Estas palabras de Juan Pablo II, dirigidas a las Iglesias de Europa, tienen que hacernos reflexionar. Hay en nuestra Iglesia demasiados distanciamientos y disentimientos, que, en el fondo, son consecuencia de nuestro orgullo y de la debilidad de nuestra fe. Junto a estos pecados contra la comuni?n, padecemos tambi?n una excesiva disgregaci?n entre comunidades y grupos, demasiados recelos y particularismos que dificultan la coordinaci?n y debilitan nuestra presencia y nuestra actuaci?n en el mundo.

33. La necesaria unidad nos vendr? como un don de Dios, cuando estemos verdaderamente entregados a la persona de nuestro Se?or Jesucristo, cuando de verdad creamos en la Iglesia como cuerpo de Cristo, que sigue presente y actuante en ella para la salvaci?n del mundo. Recordamos muy brevemente algunos elementos de la identidad espiritual cat?lica, que posibilita el discernimiento y la actuaci?n moral consecuentes[20].

34. La resurrecci?n de Cristo es un hecho acontecido en la historia, del que los Ap?stoles fueron testigos y ciertamente no creadores. No se trata de un simple regreso a nuestra vida terrena; al contrario, es la mayor ?mutaci?n? acontecida en la historia, el ?salto? decisivo hacia una dimensi?n de vida profundamente nueva, el ingreso en un orden totalmente diverso, que ata?e ante todo a Jes?s de Nazaret, pero con ?l, tambi?n a nosotros, a toda la familia humana, a la historia y al universo entero. Por eso la resurrecci?n de Cristo es el centro de la predicaci?n y del testimonio cristiano, desde el inicio y hasta el fin de los tiempos. Jesucristo resucita de entre los muertos, porque todo su ser est? unido a Dios, que es el amor realmente m?s fuerte que la muerte. Su resurrecci?n fue como una explosi?n de luz, una explosi?n de amor que rompi? las cadenas del pecado y de la muerte. Su resurrecci?n inaugur? una nueva dimensi?n de la vida y de la realidad, de la que brota una creaci?n nueva, que penetra continuamente en nuestro mundo, lo transforma y lo atrae a si[21].

35. Todo esto acontece en concreto a trav?s de la vida y del testimonio de la Iglesia. M?s a?n, la Iglesia misma constituye la primicia de esa transformaci?n, que es obra de Dios y no nuestra. Llega a nosotros mediante la fe y el sacramento del bautismo, que es realmente muerte y resurrecci?n, un nuevo nacimiento, transformaci?n en una vida nueva. Es lo que dice san Pablo en la carta a los G?latas: ?Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en m? (Ga 2, 20). As?, por el bautismo, nuestro yo se inserta en un nuevo sujeto m?s grande, quedando transformado, purificado, ?abierto? mediante la inserci?n en el Otro, en el que adquiere su nuevo espacio de existencia.

36. De este modo llegamos a ser ?uno en Cristo? (Ga 3, 28), un ?nico sujeto nuevo, y nuestro yo es liberado de su aislamiento. ?Yo, pero no yo?: ?sta es la f?rmula de la existencia cristiana fundada en el bautismo, la f?rmula de la resurrecci?n dentro del tiempo, la f?rmula de la ?novedad? cristiana llamada a transformar el mundo. Aqu? radica nuestra alegr?a pascual. Nuestra vocaci?n y nuestra misi?n de cristianos consisten en cooperar para que se realice efectivamente, en nuestra vida diaria, lo que el Esp?ritu Santo ha emprendido en nosotros con el bautismo: estamos llamados a ser hombres y mujeres nuevos, para poder ser aut?nticos testigos del Resucitado y, de este modo, portadores de la alegr?a y de la esperanza cristiana en el mundo, concretamente en la comunidad en la que vivimos.

37. La evangelizaci?n y el servicio cristiano a la sociedad ser?n obra de cristianos convertidos y convencidos, maduros en su fe, una fe que les permita una positiva confrontaci?n cr?tica con la cultura actual, resistiendo a sus seducciones; que les impulse a influir eficazmente en los ?mbitos culturales, econ?micos, sociales y pol?ticos; que les capacite para transmitir con alegr?a la misma fe vivida a las nuevas generaciones y les impulse a construir una cultura cristiana capaz de evangelizar la cultura[22].

38. La renovaci?n espiritual de la Iglesia ser? el fruto de la fidelidad y del trabajo de todos aquellos que quieran incorporarse responsablemente a la llamada de Dios en nuestro tiempo. Todos los miembros de la Iglesia, obispos, sacerdotes, consagrados, seglares, j?venes y adultos, sanos y enfermos, todos estamos convocados por el Se?or en esta hora para esta misi?n. La Iglesia, los disc?pulos de Jesucristo estamos llamados a ser, con ?l, luz en nuestro mundo.

39. El reconocimiento de Jesucristo y nuestra incorporaci?n a su misi?n en comuni?n con la Iglesia se traduce en unos objetivos concretos seriamente asumidos. Nos referimos a tres de ellos, especialmente urgentes en nuestra situaci?n.

40. 1. Formaci?n en la fe. En orden a fortalecer la identidad y la claridad del testimonio de los cristianos y de las comunidades cat?licas en nuestra sociedad, volviendo a las fuentes e intensificando la formaci?n espiritual y la comuni?n eclesial, ser? necesario cuidar m?s y mejor la iniciaci?n cristiana sistem?tica de ni?os, j?venes y adultos. Habr? que promover catecumenados de conversi?n como camino de incorporaci?n de los nuevos cristianos a la comunidad eclesial; y tendremos que mantener fielmente la disciplina sacramental y la coherencia de la vida cristiana, sin acomodarnos a los gustos y preferencias de la cultura laicista, y sin diluirnos en el anonimato y el sometimiento a los usos vigentes[23].

41. 2. Anunciar el evangelio del matrimonio y de la familia. Otro punto central de nuestras preocupaciones tiene que ser anunciar y vivir con autenticidad el misterio cristiano del matrimonio y de la familia. Resulta doloroso comprobar c?mo se ha eliminado de la legislaci?n civil espa?ola una instituci?n tan importante en la vida de las personas y de la sociedad como es el verdadero matrimonio. En la naturaleza personal del ser humano y, m?s profundamente, en la mente del Creador, est? inscrito que relaciones tan decisivas y bellas como las de esponsalidad, paternidad/maternidad, filiaci?n y fraternidad se realicen a trav?s del matrimonio, entendido como la indisoluble uni?n de vida y amor entre un var?n y una mujer, abierta a la transmisi?n responsable de la vida y a la educaci?n de los hijos. Las leyes vigentes facilitan disolver la uni?n matrimonial, sin necesidad de aducir raz?n alguna para ello y, adem?s, han suprimido la referencia al var?n y a la mujer como sujetos de la misma; lo cual, obliga a constatar con estupor que la actual legislaci?n espa?ola no solamente no protege al matrimonio, sino que ni siquiera lo reconoce en su ser propio y espec?fico. La Iglesia y los cat?licos no podemos aceptar esta situaci?n, porque vemos en ella una grave desobediencia a los designios divinos, una contradicci?n con la naturaleza del ser humano y, por consiguiente, un grav?simo da?o para el bien de las personas y de la sociedad entera.

42. El matrimonio cristiano, sacramento del amor de Dios vivido en la relaci?n conyugal y familiar, va a ir convirti?ndose en denuncia viviente de una mentalidad y una legislaci?n que afecta tan gravemente al bien com?n, y, al mismo tiempo, en profec?a de verdadera humanidad edificada sobre aquel amor humano que el amor de Dios hace posible en el mundo. Los matrimonios cristianos, animados por el amor de Cristo a su Iglesia, han de ser realmente transmisores de la fe a las nuevas generaciones, educadores del amor y de la confianza, testigos de la nueva sociedad purificada y vivificada por la presencia y la acci?n del amor divino en los corazones de los hombres[24].

43. 3. Cuidar la Eucarist?a dominical. El vigor y la fortaleza de la vida cristiana de los bautizados y de la comunidad entera se alimentan de la celebraci?n de la Eucarist?a y, de manera especial, de la que se celebra el domingo, el d?a del Se?or resucitado y de la Iglesia. En una sociedad ambientalmente paganizada, en la que los cat?licos viven m?s o menos dispersos, la asamblea eucar?stica dominical es, si cabe, m?s necesaria y ha de ser cuidada con esmero. Es m?s necesaria para los propios cristianos, que han de renovar peri?dicamente su fe y su unidad en la celebraci?n lit?rgica, y es tambi?n m?s necesaria para la presencia visible de la Iglesia y de los cat?licos en la sociedad. La celebraci?n de la Eucarist?a lleva consigo la celebraci?n frecuente del sacramento de la penitencia, seg?n la disciplina de la Iglesia, como preparaci?n personal para la celebraci?n sincera y profunda de los misterios de la salvaci?n[25].

44. Sabemos bien que la opci?n de la fe y del seguimiento de Cristo nunca es f?cil; al contrario, siempre es contestada y controvertida. Por tanto, tambi?n en nuestro tiempo, la Iglesia sigue siendo ?signo de contradicci?n?, a ejemplo de su Maestro (cf. Lc 2, 34). Pero no por eso nos desalentamos. Al contrario, debemos estar siempre dispuestos a dar respuesta a quien nos pida raz?n de nuestra esperanza, como nos invita a hacer la primera carta de San Pedro (cf. 1 P 3, 15). En tiempos de especial contradicci?n, los cat?licos tenemos que vivir con alegr?a y gratitud la misi?n de anunciar a nuestros hermanos el nombre y las promesas de Dios como fuente de vida y de salvaci?n.

B. Vivir la caridad social, para el fortalecimiento moral de la vida p?blica

a. La Iglesia y la sociedad civil

45. La Iglesia vive en el mundo, pero tiene sus componentes propios que la diferencian del resto de la sociedad. Tiene su origen y su fundamento permanente en Cristo, sus miembros nos incorporamos libremente a ella por la fe y el bautismo y recibimos el don del Esp?ritu Santo, principio de renovaci?n espiritual que nos dispone para actuar justamente en este mundo mientras caminamos en la presencia de Dios hacia la vida eterna. Ninguna otra instituci?n terrena tiene medios ni fines semejantes.

46. Aunque es diferente del mundo, la Iglesia no se aleja de ?l. Sus miembros viven en el mundo y participan de la condici?n com?n de todos los ciudadanos. Dios quiere que hagan conocer y pongan a disposici?n de los dem?s los mismos dones espirituales que ellos han recibido. De estos dones brotan iluminaciones y motivaciones, capaces de influir en la vida social, que ellos tratan de actualizar y ejercitar en sus actividades y compromisos sociales. La historia y la realidad actual de nuestra sociedad es muestra de la fecundidad cultural y social del cristianismo. Es hoy una necesidad urgente que los cat?licos hagamos valer los bienes que nacen de la revelaci?n y de la vida cristiana para la convivencia social. Por nuestra parte, los cristianos no ser?amos fieles a los dones recibidos, ni ser?amos tampoco leales con nuestros conciudadanos, si no procur?semos enriquecer la vida social y la propia cultura con los bienes morales y culturales que nacen de una humanidad iluminada con la luz de la fe y enriquecida con los dones del Esp?ritu Santo.

47. Estimular a los cat?licos para que se hagan presentes en la vida p?blica y traten de influir en ella, no quiere decir que pretendamos imponer la fe ni la moral cristiana a nadie, ni que queramos inmiscuirnos en lo que no es competencia nuestra. En este asunto hay que tener en cuenta una distinci?n b?sica. La Iglesia en su conjunto, como comunidad, no tiene competencias ni atribuciones pol?ticas. Su fin es esencialmente religioso y moral. Con Jes?s y como Jes?s, anunciamos el Reino de Dios, la necesidad de la conversi?n, el perd?n de los pecados y las promesas de la vida eterna. Con su predicaci?n y el testimonio de vida de sus mejores hijos, la Iglesia ayuda tambi?n, a quien la mira con benevolencia, a discernir lo que es justo y a trabajar en favor del bien com?n. ?ste es el magisterio reciente del Papa: ?La Iglesia no es y no quiere ser un agente pol?tico. Al mismo tiempo tiene un profundo inter?s por el bien de la comunidad pol?tica, cuya alma es la justicia, y le ofrece en dos niveles su contribuci?n espec?fica. En efecto, la fe cristiana purifica la raz?n y la ayuda a ser lo que debe ser. Por consiguiente, con su doctrina social, argumentada a partir de lo que est? de acuerdo con la naturaleza de todo ser humano, la Iglesia contribuye a que se pueda reconocer eficazmente lo que es justo y, luego, tambi?n, a realizarlo?[26].

48. Otra cosa hay que decir de los cristianos laicos. Ellos, adem?s de miembros de la Iglesia, son ciudadanos en plenitud de derechos y de obligaciones. Comparten con los dem?s las mismas responsabilidades sociales y pol?ticas. Y, como los dem?s ciudadanos, tienen el derecho y la obligaci?n de actuar en sus actividades sociales y p?blicas de acuerdo con su conciencia y con sus convicciones religiosas y morales. La fe no es un asunto meramente privado. No se puede pedir a los cat?licos que prescindan de la iluminaci?n de su fe y de las motivaciones de la caridad fraterna a la hora de asumir sus responsabilidades sociales, profesionales, culturales y pol?ticas. ?sa es precisamente la aportaci?n espec?fica que los cat?licos pueden ofrecer, en este campo, al bien com?n, servido y compartido por todos. Querer excluir la influencia del cristianismo en nuestra vida social ser?a, adem?s de un procedimiento autoritario y nada democr?tico, una grave mutilaci?n y una p?rdida deplorable.

49. La caridad cristiana referida a la vida social y p?blica ense?a y obliga a respetar sinceramente la libertad de las personas, y de manera especial la libertad religiosa de los ciudadanos, a procurar sinceramente el bien com?n del conjunto de la sociedad. ?Por consiguiente, la tarea inmediata de actuar en el ?mbito pol?tico para construir un orden justo en la sociedad no corresponde a la Iglesia como tal, sino a los fieles laicos, que act?an como ciudadanos bajo su propia responsabilidad. Se trata de una tarea de suma importancia, a la que los cristianos laicos est?n llamados a dedicarse con generosidad y valent?a, iluminados por la fe y por el magisterio de la Iglesia y animados por la caridad de Cristo?[27].

50. En esta participaci?n activa y responsable en la vida p?blica y pol?tica, los cat?licos act?an bajo su responsabilidad personal, son libres de escoger las instituciones y los medios temporales que les parezcan m?s adecuados y conformes con los objetivos y valores del bien com?n, tal como lo perciben con los recursos comunes de la raz?n y la iluminaci?n que reciben de la revelaci?n de Dios aceptada por la fe. La Doctrina Social de la Iglesia, fundada en la raz?n, iluminada por la fe y purificada por la caridad, es patrimonio com?n de todos los cristianos y orienta y enriquece sus actividades, sin imponer la unidad y la coincidencia en los medios y procedimientos estrictamente pol?ticos. Si es verdad que los cat?licos pueden apoyar partidos diferentes y militar en ellos, tambi?n es cierto que no todos los programas son igualmente compatibles con la fe y las exigencias de la vida cristiana, ni son tampoco igualmente cercanos y proporcionados a los objetivos y valores que los cristianos deben promover en la vida p?blica[28].

b. Algunas cuestiones que dilucidar

51. En estos momentos, tratando de servir lealmente al bien com?n de nuestra sociedad, nos parece oportuno esclarecer desde el punto de vista de la moral cristiana y la Doctrina Social de la Iglesia algunos puntos concretos de nuestra vida social y pol?tica.

1. Democracia y moral

52. Hay quien piensa que la referencia a una moral objetiva, anterior y superior a las instituciones democr?ticas, es incompatible con una organizaci?n democr?tica de la sociedad y de la convivencia. Con frecuencia se habla de la democracia como si las instituciones y los procedimientos democr?ticos tuvieran que ser la ?ltima referencia moral de los ciudadanos, el principio rector de la conciencia personal, la fuente del bien y del mal. En esta manera de ver las cosas, fruto de la visi?n laicista y relativista de la vida, se esconde un peligroso germen de pragmatismo maquiav?lico y de autoritarismo. Si las instituciones democr?ticas, formadas por hombres y mujeres que act?an seg?n sus criterios personales, pudieran llegar a ser el referente ?ltimo de la conciencia de los ciudadanos, no cabr?a la cr?tica ni la resistencia moral a las decisiones de los parlamentos y de los gobiernos. En definitiva, el bien y el mal, la conciencia personal y la colectiva quedar?an determinadas por las decisiones de unas pocas personas, por los intereses de los grupos que en cada momento ejercieran el poder real, pol?tico y econ?mico. Nada m?s contrario a la verdadera democracia[29].

53. La raz?n natural, iluminada y fortalecida por la fe, ve las cosas de otra manera. La democracia no es un sistema completo de vida. Es m?s bien una manera de organizar la convivencia de acuerdo con una concepci?n de la vida, anterior y superior a los procedimientos democr?ticos y a las normas jur?dicas. Antes de los procedimientos y las normas est? el valor ?tico, natural y religiosamente reconocido, de la persona humana. M?s all? de cualquier ordenamiento pol?tico, cada ciudadano tiene que buscar honestamente la verdad sobre el hombre y la recta formaci?n de su conciencia de acuerdo con esa verdad. Es una b?squeda que hace cada uno ayudado por la familia en la que nace y crece, guiado por el patrimonio cultural y religioso de su sociedad, en virtud de sus propias decisiones religiosas y morales. Las instituciones pol?ticas no tienen competencia ni autoridad para determinar ni condicionar las convicciones religiosas y morales de cada persona. En una verdadera democracia no son las instituciones pol?ticas las que configuran las convicciones personales de los ciudadanos, sino que es exactamente al contrario: son los ciudadanos quienes han de conformar las instituciones pol?ticas y actuar en ellas seg?n sus propias convicciones morales, de acuerdo con su conciencia, siempre en favor del bien com?n.

54. La cr?tica de los procedimientos no democr?ticos de otras ?pocas, ha podido llevar a algunos de nuestros conciudadanos a la convicci?n de que, en la vida democr?tica, la libertad exige que las decisiones pol?ticas no reconozcan ning?n criterio moral ni se sometan a ning?n c?digo moral objetivo. Tal concepci?n es muy peligrosa y no nos parece aceptable. Las decisiones pol?ticas son decisiones humanas contingentes y responsables, por lo cual tienen que ser necesariamente decisiones morales, regidas por aquellos valores y criterios morales que los agentes pol?ticos reconocen en el fondo de su conciencia. Los criterios operantes en las decisiones pol?ticas no pueden ser arbitrarios ni oportunistas, sino que tienen que ser criterios objetivos, fundados en la recta raz?n y en el patrimonio espiritual de cada pueblo o naci?n, con car?cter vinculante reconocido y respetado por la comunidad, a los que ciudadanos y gobernantes deben someterse en sus actuaciones p?blicas. Lo contrario ser?a vivir a merced de la opini?n de los gobernantes, con el riesgo evidente de caer en el cesarismo y en el desarraigo. Si los parlamentarios, y m?s en concreto, los dirigentes de un grupo pol?tico que est? en el poder, pueden legislar seg?n su propio criterio, sin someterse a ning?n principio moral socialmente vigente y vinculante, la sociedad entera queda a merced de las opiniones y deseos de una o de unas pocas personas que se arrogan unos poderes cuasi absolutos que van evidentemente m?s all? de su competencia. Todo ello, con la consecuencia terrible de que ese positivismo jur?dico -as? se llama la doctrina que no reconoce la existencia de principios ?ticos que ning?n poder pol?tico pueda transgredir jam?s- es la antesala del totalitarismo.

55. No se puede confundir la condici?n de aconfesionalidad o laicidad del Estado con la desvinculaci?n moral y la exenci?n de obligaciones morales objetivas para los dirigentes pol?ticos. Al decir esto, no pretendemos que los gobernantes se sometan a los criterios de la moral cat?lica, pero s? al conjunto de los valores morales vigentes en nuestra sociedad, vista con respeto y realismo, como resultado de la contribuci?n de los diversos agentes sociales. Cada sociedad y cada grupo que forma parte de ella tienen derecho a ser dirigidos en la vida p?blica de acuerdo con un denominador com?n de la moral socialmente vigente fundada en la recta raz?n y en la experiencia hist?rica de cada pueblo. Una pol?tica que pretenda emanciparse de este reconocimiento, degenera sin remedio en dictadura, discriminaci?n y desorden. Una sociedad en la cual la dimensi?n moral de las leyes y del gobierno no es tenida suficientemente en cuenta, es una sociedad desvertebrada, literalmente desorientada, f?cil v?ctima de la manipulaci?n, de la corrupci?n y del autoritarismo[30].

56. En consecuencia, los cat?licos y los ciudadanos que quieran actuar responsablemente, antes de apoyar con su voto una u otra propuesta, han de valorar las distintas ofertas pol?ticas, teniendo en cuenta el aprecio que cada partido, cada programa y cada dirigente otorga a la dimensi?n moral de la vida y a la justificaci?n moral de sus propuestas y programas. La calidad y exigencia moral de los ciudadanos en el ejercicio de su voto es el mejor medio para mantener el vigor y la autenticidad de las instituciones democr?ticas. ?Es preciso afrontar -se?ala el Papa- con determinaci?n y claridad de prop?sitos, el peligro de opciones pol?ticas y legislativas que contradicen valores fundamentales y principios antropol?gicos y ?ticos arraigados en la naturaleza del ser humano, en particular con respecto a la defensa de la vida humana en todas sus etapas, desde la concepci?n hasta la muerte natural, y a la promoci?n de la familia fundada en el matrimonio, evitando introducir en el ordenamiento p?blico otras formas de uni?n que contribuir?an a desestabilizarla, oscureciendo su car?cter peculiar y su insustituible funci?n social?[31].

2. El servicio al bien com?n

57. ?La Iglesia alaba y estima la labor de quienes, al servicio del hombre, se consagran al bien de la cosa p?blica y aceptan el peso de las correspondientes responsabilidades?[32]. Sin el trabajo de los pol?ticos, tanta veces ingrato, no ser?a posible la construcci?n del bien com?n. Al mismo tiempo hay que decir que el fundamento y la raz?n de ser de la autoridad pol?tica, as? como la justificaci?n moral de su ejercicio, en el gobierno y en la oposici?n, es la defensa y la promoci?n del bien del conjunto de los ciudadanos, respetando los derechos humanos, favoreciendo el ejercicio responsable de la libertad, protegiendo las instituciones fundamentales de la vida humana, como la familia, las asociaciones c?vicas, y todas aquellas realidades sociales que promueven el bienestar material y espiritual de los ciudadanos, entre las cuales ocupan un lugar importante las comunidades religiosas. Ese servicio al bien com?n es el fundamento del valor y de la excelencia de la vida pol?tica. Todo ello se deteriora cuando las instituciones pol?ticas centran el objetivo real de sus actividades no en el bien com?n, sino en el bien particular de un grupo, de un partido, de una determinada clase de personas, tratando para ello de conseguir el poder y de perpetuarse en ?l. Las ideolog?as no pueden sustituir nunca al servicio leal de la sociedad entera en sus necesidades y aspiraciones m?s reales y concretas: ?El valor de la democracia se mantiene o cae con los valores que encarna y promueve: son fundamentales e imprescindibles, ciertamente, la dignidad de cada persona, el respeto de sus derechos inviolables e inalienables, as? como considerar ?el bien com?n? como fin y criterio regulador de la vida pol?tica?[33].

58. Conviene recordar lo que entendemos por bien com?n: se trata del ?conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro m?s pleno y m?s f?cil de la propia perfecci?n?[34]. Por tanto, ?el bien com?n no consiste en la simple suma de los bienes particulares de cada sujeto social. Siendo de todos y de cada uno, es y permanece com?n, porque es indivisible y porque s?lo juntos es posible alcanzarlo, acrecentarlo y custodiarlo, tambi?n en vistas al futuro?[35].

59. Para avanzar adecuadamente por el camino de la reconciliaci?n y de la cohesi?n social, los espa?oles debemos liberarnos definitivamente de la influencia de hechos de otros tiempos que puede desfigurar la objetividad de nuestros juicios y la rectitud de nuestros sentimientos. Es preciso que tratemos de considerar y valorar el momento presente con serena objetividad y sincero esp?ritu de reconciliaci?n y tolerancia, libres ya de los fantasmas del pasado. Esta disposici?n es condici?n indispensable para que podamos enfrentar juntos las exigencias del futuro inmediato con la suficiente confianza en nosotros mismos y una firme esperanza.

3. Mejorar la democracia

60. Sin pretender inmiscuirnos en asuntos propiamente pol?ticos, sino en ejercicio de nuestra responsabilidad y en defensa del bien de la sociedad, creemos oportuno hacer algunas observaciones que pueden ayudar a mejorar la calidad de nuestra convivencia democr?tica en favor de la justicia y de la paz social.

61. En la medida en que la democracia es un sistema que permite convivir en libertad y justicia, es absolutamente necesario que sea perfectamente respetado el recto funcionamiento de las diferentes instituciones. Para la garant?a de la libertad y de la justicia, es especialmente importante que se respete escrupulosamente la autonom?a del Poder judicial y la libertad de los jueces. Esta autonom?a deber?a estar custodiada desde la misma designaci?n o elecci?n de los cargos dentro de la instituci?n judicial. Es tambi?n necesario que la actuaci?n de los gobiernos responda fielmente a las exigencias del bien com?n rectamente entendido, al servicio de todos los ciudadanos y de sus derechos, por encima de alianzas o compromisos que impidan o desfiguren la verdadera raz?n de ser de la representatividad pol?tica que ellos ejercen. La discrepancia entre partidos es un procedimiento al servicio del bien com?n, pero no debe convertirse en un modo de acaparar el poder en provecho propio, buscando la descalificaci?n y la destrucci?n del adversario. Finalmente, pensamos que hay que estar prevenidos contra la tendencia de las instituciones pol?ticas a ampliar el ?mbito de sus competencias a todos los ?rdenes de la vida, con el riesgo de invadir ?mbitos familiares o personales que corresponden a las decisiones de las familias y de los ciudadanos desarrollando un intervencionismo injustificado y asfixiante.

4. Respeto y protecci?n de la libertad religiosa.

62. La vida religiosa de los ciudadanos no es competencia de los gobiernos. Las autoridades civiles no pueden ser intervencionistas ni beligerantes en materia religiosa. En esto precisamente consiste la aconfesionalidad sancionada por la Constituci?n de 1978 y la laicidad de las instituciones civiles. Su cometido es proteger y favorecer el ejercicio de la libertad religiosa, como parte primordial del bien com?n y de los derechos civiles de los ciudadanos, que el Estado y las diversas instituciones pol?ticas tienen que respetar y promover. Un Estado laico, verdaderamente democr?tico, es aquel que valora la libertad religiosa como un elemento fundamental del bien com?n, digno de respeto y protecci?n. Forma parte del bienestar de los ciudadanos el que puedan profesar y practicar la religi?n que les parezca en conciencia m?s conveniente, o bien dejar de practicarla, sin que el Estado intervenga ni a favor ni en contra de ninguna de las posibles opciones, siempre que sean conformes con las leyes justas y las exigencias del orden p?blico.

63. ?sta es la figura recogida y descrita por la Constituci?n espa?ola en su art?culo 16. El respeto a la libertad religiosa tiene que manifestarse en el aprecio de las instituciones religiosas presentes en la sociedad, en el respeto al derecho de los padres a que sus hijos sean educados de acuerdo con sus convicciones religiosas y morales, en el tratamiento de los temas religiosos y morales por parte de los medios de comunicaci?n, etc. Una buena pol?tica democr?tica tiene que partir del reconocimiento de que la presencia y la influencia de la religi?n en la vida de los ciudadanos y en el patrimonio cultural de la sociedad, es un factor de primer orden para el bien y la felicidad de las personas, la consistencia moral y la estabilidad de la sociedad. Por esta raz?n, no es contrario a la laicidad del Estado que ?ste apoye con dinero p?blico el ejercicio del derecho a la libertad religiosa y subvencione a las instituciones religiosas correspondientes de forma proporcionada a su implantaci?n en la sociedad y a su mayor o menor significaci?n en la historia y la cultura del pueblo.

64. Estas cuestiones tienen una especial importancia en la sociedad espa?ola. Vemos con preocupaci?n ciertos s?ntomas de menosprecio e intolerancia en relaci?n con la presencia de la religi?n cat?lica en los programas de la ense?anza p?blica, en el rechazo de la presencia de los signos religiosos en centros p?blicos, en la negativa a apoyar de modo proporcionado con fondos p?blicos a las instituciones religiosas en sus actividades sociales o espec?ficamente religiosas. La religi?n no es menos digna de apoyo que la m?sica o el deporte, ni los templos menos importantes para el bien integral de los ciudadanos que los museos o los estadios. En unos momentos en los que vemos con gran preocupaci?n el debilitamiento de las convicciones morales de muchas personas, especialmente de los j?venes; cuando crecen pr?cticas tan inhumanas como la promiscuidad y los abusos sexuales, el recurso al aborto -especialmente, entre adolescentes y j?venes- as? como la drogadicci?n o el alcoholismo y la delincuencia entre los menores de edad; o cuando observamos con pena c?mo crece la violencia en la escuela y en el seno de las mismas familias, no se entiende el rechazo y la intolerancia con la religi?n cat?lica que manifiestan entre nosotros algunas personas e instituciones. Sin educaci?n moral, no hay democracia posible. Nadie puede negar que la religi?n clarifica y refuerza las convicciones y el comportamiento moral de quien la acepta y la vive adecuadamente. Gobierno e Iglesia deber?amos ponernos de acuerdo en la necesidad de intensificar la educaci?n moral de las personas, muy especialmente de los j?venes, de manera que la Iglesia, en vez de ser mirada con recelo, fuera reconocida, al menos, como una instituci?n capaz de contribuir de manera singular a ese objetivo tan importante para el bien de las personas y de la sociedad entera que es la recta educaci?n moral de la juventud. Desde todos los puntos de vista, es urgente la colaboraci?n de todas las instituciones, incluidas las familias y la escuela, para mejorar la calidad de la ense?anza y de la educaci?n moral de la juventud.

5. El terrorismo

65. Todos los Obispos espa?oles hemos recordado en diversas ocasiones la neta ense?anza de la moral cat?lica respecto de un fen?meno tan inhumano como el terrorismo[36]. Llamamos terrorismo a la pr?ctica del crimen y de cualquier g?nero de extorsi?n con el fin de conseguir objetivos pol?ticos, sociales o econ?micos mediante el terror, con la paralizaci?n y el sometimiento de la poblaci?n y de sus instituciones leg?timas. Tal pr?ctica es intr?nsecamente perversa, del todo incompatible con una visi?n moral de la vida, justa y razonable. No s?lo vulnera gravemente el derecho a la vida y a la libertad, sino que es muestra de la m?s dura intolerancia y totalitarismo.

66. Como ciudadanos y como cristianos deseamos ardientemente el fin de toda actividad terrorista, que tan duramente ha castigado durante casi cuarenta a?os no s?lo al Pa?s Vasco y a Navarra, sino a toda Espa?a. El gobierno, los partidos pol?ticos y todas las instituciones estatales tienen que trabajar conjuntamente, con todos los medios leg?timos a su alcance, para que llegue cuanto antes el fin del terrorismo. Todos est?n obligados a anteponer la uni?n contra el terrorismo a sus leg?timas diferencias pol?ticas o estrat?gicas. A nadie le es l?cito buscar ninguna ventaja pol?tica en la existencia de esta dura amenaza. Las instituciones sociales y religiosas, y cada ciudadano, estamos, por nuestra parte, obligados a prestar nuestra colaboraci?n espec?fica en este inaplazable empe?o. Exhortamos de nuevo a rogar a Dios por el fin del terrorismo y la conversi?n de los terroristas.

67. Al tratar este asunto, queremos expresar nuestro afecto, nuestro respeto y nuestra sincera solidaridad con las v?ctimas, con sus familiares y amigos, con todas las personas que han sufrido directa o indirectamente los golpes del terrorismo. Y agradecemos los esfuerzos justos de tantas personas e instituciones encaminados a la desaparici?n del terrorismo y a la reconciliaci?n. Al mismo tiempo, proclamamos que es objetivamente il?cita cualquier colaboraci?n con los terroristas, con los que los apoyan, encubren o respaldan en sus acciones criminales.

68. Una sociedad que quiera ser libre y justa no puede reconocer expl?cita ni impl?citamente a una organizaci?n terrorista como representante pol?tico leg?timo de ning?n sector de la poblaci?n, ni puede tenerla como interlocutor pol?tico. Los eventuales contactos de l

Art?culo del Padre Fernando Lorente, o.h. publicado en EL D?A en la secci?n CRITERIOS, mi?rcoles, 29 de Noviembre de 2006.


Luz en el Camino Fernando Lorente, o.h. *


Un almanaque singular 2007

DE LA REVISTA Familia Hospitalaria, que, como todos a?os, ofrecemos a los suscriptores y bienhechores de la misma, algunos colegios y otras personas que nos lo piden directamente. Ya forma parte de la misi?n fundacional (1985) de esta revista informar y formar, ense?ar y educar. El almanaque nos va marcando el tiempo. El tiempo que mide nuestra vida y nuestras posibilidades de realizarla ?Cu?nto vale el tiempo y cu?nto importa el no perderlo! Algunos autores antiguos y modernos nos dicen maravillas de ?l:

- No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho. Yerra el que no comienza a aprender por parecerle tarde. (S?neca).

-Tener tiempo es la pasi?n del bien m?s preciado por quien aspira a grandes cosas. (Plutarco).

-Si amas la vida, economiza el tiempo, porque de tiempo se compone la vida. (Franklin).

-No es el tiempo lo que nos falta, somos nosotros los que le faltamos. (Paul Claudel).

-Una hora ganada al amanecer es un tesoro por la tarde. (S. Juan Bosco).

"Un momento presente -del tiempo-, nos dice un autor de nuestros d?as (J. Bastard), es como un cheque en blanco que Dios providente pone en nuestras manos para que lo administremos diligentemente, haciendo el bien, ayudando al que nos necesita y realiz?ndonos en plenitud".

Este almanaque 2007 que la revista Familia Hospitalaria ofrece un a?o m?s, es fruto continuado desde 1961 que con incansable tes?n lo viene elaborando nuestro admirable religioso hospitalario Francisco Puyol. ?Qu? labor tan sencilla, social y apost?lica! Y he dicho singular, porque, el lema y contenido internacional, proclamado por parte de distintas organizaciones mundiales (UNESCO, OMS,..), es el que viene correspondiendo a cada nuevo a?o. El de 2007 se centra en el tema "Valores". Ciertamente, nos dice nuestro Hermano Puyol que estos "valores", de una forma u otra, han estado contenidos en todos los calendarios de cada a?o, pero, dada su importancia en la vida, este a?o 2007 los resaltamos en cinco frases cada mes. Aqu? transcribimos solamente dos: Enero: la solidaridad "Nos falta un gran valor, hoy olvidado, el de la solidaridad". -"Somos solidarios, cobijados por el mismo planeta, viajeros del mismo nav?o". S?lo nos enriqueceremos dando a los dem?s lo que tenemos y recibiendo de los dem?s lo que nos falta. Febrero: la felicidad. "La felicidad no se encuentra fuera de nosotros, sino dentro de cada uno. El secreto de la felicidad no est? en hacer lo que se ama, sino en amar lo que se hace". Grandes pensadores y santos nos manifiestan que el que se olvida de su propia dicha para buscar la de los dem?s, ser? feliz sin haberlo pretendido. Marzo: la vida. "Aprende a vivir de forma plena, humana y feliz cada d?a. Ama la vida, afr?ntala; porque, buena o mala, no tenemos otra". Para S. Juan de la Cruz, el secreto de la vida consiste en aceptarla con serenidad y gozo tal cual es. Abril: el amor. "Ama como puedas, ama a quien puedas, ama todo lo que puedas. Amar es buscar la felicidad del otro y, busc?ndola as?, encontrar?s la propia". El amor divino no excluye el humano si el humano no excluye el divino. El amor divino puede divinizar todo amor humano leg?timo sin deshumanizarlo. La conversi?n de S. Juan de Dios le llev? por este testimonio con toda su vida. Mayo: el trabajo. "Cuanto m?s y mejor quiero hacer una cosa, menos lo llamo trabajo. El trabajo mal hecho no tiene futuro, el trabajo bien hecho no tiene fronteras." Juan Pablo II en una de sus visitas a Espa?a nos dej? este mensaje: "de hecho, el trabajo es para el hombre y no el hombre para el trabajo, por consiguiente, tambi?n la empresa es para el hombre y no el hombre para la empresa". Junio: la generosidad. "La generosidad no consiste en darme lo que necesito m?s que vosotros, sino en darme lo que necesit?is m?s que yo. Trabajando est?is, en verdad, amando la vida". Nuestra vida debe ser una fuente, no una bolsa, recomendaba S. Agust?n como testimonio de generosidad. Julio: la cultura. "Entre un hombre culto y un erudito hay la misma diferencia que entre un libro y un ?ndice de materias. Una cultura de las relaciones entre hombre y mujer est? en un plano de igualdad". La vida ha de ser un aprendizaje permanente del ser humano. No vive como tal el que no vive aprendiendo. Agosto: el dialogo: "El di?logo es el camino hacia la verdad. En el di?logo, empecemos por lo que nos une; despu?s pasemos a lo que nos separa. El di?logo se construye sobre la confianza que garantiza la sinceridad, y ambas manifestaciones presuponen la justicia y amor". Septiembre: la justicia. Mi libertad termina all? donde la justicia de los dem?s lo reclama. Practica la justicia dentro de la casa primero, y despu?s defi?ndela fuera". Antes de juzgar al pr?jimo, pong?mosle a ?l en nuestro lugar y a nosotros en el suyo, y a buen seguro que ser? entonces nuestro juicio recto, cumpliremos con la justicia. Octubre: el convivir. "Es m?s noble la convivencia que la tolerancia. Vive compartiendo y hallar?s la alegr?a de convivir". La convivencia consiste, dec?a Juan Pablo II, en trabajar juntos a fin de crear una sociedad m?s justa y pac?fica. Noviembre: el perd?n. "Perdonar es la forma m?s noble de venganza. Perdonar no es una debilidad, sino una grandeza, podemos elevarnos muy por encima de aquellos que nos ofenden perdon?ndolos. Diciembre: la familia. "La paz y la armon?a constituyen la mayor riqueza de la familia. La familia es la reserva de las venturas y desventuras de la sociedad del ma?ana. El gran mensajero de la familia, Juan Pablo II, nos dice: El futuro del hombre es, ante todo, el mismo hombre. Es el nacido del hombre, de un padre y de una madre, de un hombre y de una mujer. Por eso el futuro de ser humano se decide en la familia.

Aqu? tenemos el almanaque 2007, apropiado para todos. Para los humanistas, para que humanicen m?s a la familia y la sociedad. Para los cristianos, para que cristianicen m?s estos dos campos. La Revista "Familia Hospitalaria" les ofrece modestamente esta oportunidad una vez m?s para trabajar en este nuevo a?o en algo tan decisivo para vivir por un mundo mejor, el nuestro, el que estamos construyendo. Los que se interesan por este almanaque, pueden pedir los ejemplares que deseen a esta direcci?n: Revista Hospitalaria. Hospital S. Juan de Dios. Carretera Gral. Santa Cruz-La Laguna, 53. CP. 38009. No tienen precio alguno. La ayuda que puedan darnos se emplea para el del a?o pr?ximo. Con un poco de todos podemos hacer mucho y de una forma tan sencilla. Nuestra gratitud anticipada y feliz Navidad y a?o 2007.

* Capell?n de la Cl?nica S. Juan de Dios

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Mi?rcoles, 29 de noviembre de 2006
Se est? celebrando en La Laguna, ciudad natal del Padre Jos? de Anchieta, un Simpos?o Internacional sobre la persona de Anchieta como escritor y dramaturgo. Colocamos presentaci?n.


Presentaci?n

El simposio pretende dar a conocer a profesores, investigadores, estudiantes y p?blico en general la singularidad que como escritor representa nuestro paisano el Padre Jos? de Anchieta en la Am?rica del siglo XVI. Conservamos de ?l una obra literaria escrita en cuatro lenguas: castellano, la lengua de sus padres y de su ciudad natal San Crist?bal de La Laguna; lat?n, la lengua human?stica y de cultura de la ?poca; portugu?s, la lengua que adopt? desde sus estudios de Coimbra y la de la mayor?a de los colonos brasile?os a quienes iban dirigidos sus escritos; y tup?, la lengua ind?gena cuya primera codificaci?n ling??stica fue capaz de realizar (Arte de gram?tica da lingoa mais usada na costa do Brasil), a la que convirti? en lengua literaria y elev? al mismo rango que las otras.

En el marco de esa pluriling?e producci?n literaria de Anchieta destaca -y sorprende al mismo tiempo- sus piezas teatrales, desconocidas casi por completo en nuestro pa?s. Al teatro de Anchieta el Simposio le dedica no s?lo varias conferencias de profesores especialistas en la cuesti?n, sino tambi?n la puesta en escena de una de sus obras m?s significativas, Na fasta de Sao Lourenco (1.493 versos), escrita por nuestro jesuita en tup?, castellano y portugu?s.

Unido a su faceta de dramaturgo, nuestra reuni?n cient?fica tambi?n se acerca a lo que hoy d?a se ha venido en llamar ?el cancionero ib?rico de Anchieta?, donde las canciones populares castellanas y portuguesas de los siglos XV y XVI se convierten -contrafiunt- por obra de nuestro Anchieta en las canciones de su catequesis con los indios y colonos brasile?os, en gran parte declamadas y cantadas ?em canario espanhol, como dice el poeta Haroldo de Campos (Crisantiempo, Barcelona, 2006, p. 164).

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ZENIT publica el discurso que pronunci? el martes, 28 de Noviembre, Benedicto XVI en la presidencia para los Asuntos Religiosos ?Diyanet? de Ankara, al ser recibido por el presidente para los Asuntos Religiosos, el profesor Ali Bardakoglu.

En el encuentro participaron representantes de la comunidad musulmana, entre los que se encontraban el gran muft? de Ankara y el gran muft? de Estambul, as? como cardenales y obispos que forman parte del s?quito papal



Me siento agradecido por la oportunidad de visitar esta tierra, tan rica de historia y de cultura, para admirar sus bellezas naturales, para ver con mis ojos la creatividad del pueblo tuco y para apreciar vuestra antigua cultura, as? como vuestra larga historia, tanto civil como religiosa.

Nada m?s llegar a Turqu?a he sido gentilmente recibido por el presidente de la Rep?blica de Turqu?a y por el representante del gobierno. Para m? ha sido un placer saludar y encontrar al primer ministro Erdogan en el aeropuerto. Al saludarles, he tenido el gusto de expresar mi m?s profundo respeto a todos los habitantes de esta gran naci?n y de honrar, en su mausoleo, al fundador de la Turqu?a moderna, Mustafa Kemal Atat?rk.

Ahora, tengo la alegr?a de encontrarme con usted, que es el presidente del Directorio de los Asuntos Religiosos. Le presento mis sentimientos de estima, reconociendo sus grandes responsabilidades, y extiendo mi saludo a todos los l?deres religiosos de Turqu?a, especialmente al gran muft? de Ankara y Estambul. A trav?s de usted, se?or presidente, saludo a todos los musulmanes de Turqu?a, con particular estima y afecto.

Su pa?s es sumamente amado por los cristianos: muchas de las primitivas comunidades de la Iglesia se fundaron aqu? y aqu? alcanzaron su madurez, inspiradas por la predicaci?n de los ap?stoles, particularmente de san Pablo y san Juan. La tradici?n afirma que Mar?a, la Madre de Jes?s, vivi? en ?feso, en la casa del ap?stol san Juan.

Esta noble tierra ha visto, adem?s, un extraordinario florecimiento de la civilizaci?n isl?mica en los m?s variados campos, incluido el de la literatura y el arte, as? como en las instituciones.

Hay much?simos monumentos cristianos y musulmanes que testimonian el glorioso pasado de Turqu?a. Con raz?n, os sent?s orgullos, conserv?ndolos para la admiraci?n de un n?mero cada vez m?s grande de visitantes que aqu? acuden en gran n?mero.

Me he preparado para esta visita con los mismos sentimientos expresados por mi predecesor, el beato Juan XXIII, cuando lleg? cuando era el arzobispo Angelo Giuseppe Roncalli, para cumplir con el encargo de representante pontificio en Estambul: ?Siento que amo al pueblo turco, al que el Se?or me ha enviado? Yo amo a los turcos, aprecio las cualidades naturales de este pueblo, que tambi?n tiene su papel preparado en el camino de la civilizaci?n? (?Diario de un alma?, ?Giornale dell'anima?, 231.237).

Por mi parte, yo tambi?n deseo subrayar las cualidades de la poblaci?n turca. Hago m?as las palabras de mi predecesor inmediato, el Papa Juan Pablo II de feliz memoria, quien con motivo de su visita en 1979, dijo: ?Me pregunto si no es urgente, precisamente en estos momentos, en que los cristianos y musulmanes han entrado en un nuevo per?odo de la historia, reconocer y desarrollar los v?nculos espirituales que nos unen, con el objetivo de promover y defender juntos los valores morales, la paz y la libertad? (Discurso a la comunidad cat?lica de Ankara, 29 de noviembre de 1979, 3).

Estas cuestiones han seguido present?ndose en los a?os sucesivos; de hecho, como subray? precisamente al inicio de mi pontificado, nos llevan a continuar con nuestro di?logo como un sincero intercambio entre amigos. Cuando tuve la alegr?a de encontrarme con los miembros de las comunidades isl?micas, el a?o pasado en Colonia, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, confirm? la necesidad de afrontar el di?logo interreligioso e intercultural con optimismo y esperanza. No puede quedar reducido a un accesorio opcional: por el contrario, es ?una necesidad vital, de la que depende en buena parte nuestro futuro? (A los representantes de las comunidades isl?micas, Colonia, 20 de agosto de 2005).

Los cristianos y los musulmanes, siguiendo sus respectivas religiones, resaltan la verdad del car?cter sagrado y de la dignidad de la persona. Esta es la base de nuestro respeto rec?proco y estima, esta es la base para la colaboraci?n al servicio de la paz entre las naciones y pueblos, el deseo m?s querido por todos los creyentes y por todas las personas de buena voluntad.

Durante m?s de cuarenta a?os, la ense?anza del Concilio Vaticano II ha inspirado y guiado la actitud de la Santa Sede y de las Iglesias locales de todo el mundo en las relaciones con los seguidores de las dem?s religiones. Siguiendo la tradici?n b?blica, el Concilio ense?a que todo el g?nero humano comparte un origen com?n y un destino com?n: Dios, nuestro Creador y nuestra meta en la peregrinaci?n terrena. Los cristianos y los musulmanes pertenecen a la familia de quienes creen en el ?nico Dios y, seg?n sus respectivas tradiciones, son descendientes de Abraham (Cf. Concilio Vaticano II, declaraci?n sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas, ?Nostra Aetate?, 1, 3). Esta unidad humana y espiritual de nuestros or?genes y de nuestros destinos nos lleva a buscar un itinerario com?n, desempe?ando nuestro papel en esta b?squeda de valores fundamentales, que es la caracter?stica de las personas de nuestro tiempo. Como hombres y mujeres de religi?n, nos encontramos ante el desaf?o de la difundida aspiraci?n a la justicia, al desarrollo, a la solidaridad, a la libertad, a la seguridad, a la paz, a la defensa del ambiente y de los recursos de la tierra. Respetando la leg?tima autonom?a de las realidades temporales, tenemos una contribuci?n espec?fica que ofrecer en la b?squeda de soluciones adaptadas a estas apremiantes cuestiones.

En particular, podemos ofrecer una respuesta cre?ble a la cuesti?n que surge claramente de la sociedad de hoy, aunque con frecuencia queda marginada, es decir, la cuesti?n que afecta al significado y al desarrollo de la vida para todo individuo y para toda la humanidad. Estamos llamados a trabajar juntos para ayudar a la sociedad a abrirse a la trascendencia, reconociendo a Dios omnipotente el lugar que le corresponde. La mejor manera para avanzar es el di?logo aut?ntico entre cristianos y musulmanes, basado en la verdad e inspirado por el sincero deseo de conocernos mejor mutuamente, respetando las diferencias y reconociendo lo que tenemos en com?n. Esto llevar? al mismo tiempo a un aut?ntico respeto por las opciones responsables de cada persona, especialmente las que afectan a los valores fundamentales y a las convicciones religiosas personales.

Como ejemplo del respeto fraterno con el que los cristianos y musulmanes pueden trabajar juntos, quiero citar unas palabras dirigidas por el Papa Gregorio VII, en el a?o 1076, a un pr?ncipe musulm?n de ?frica del Norte, que hab?a demostrado una gran benevolencia a los cristianos sometidos a su jurisdicci?n. El Papa Gregorio VII habl? del amor especial con que deben tratarse mutuamente los cristianos y musulmanes, pues ?creemos y confesamos un solo Dios, aunque de manera diferente, cada d?a le alabamos y veneramos como Creador de los siglos y gobernador de este mundo? (Patrolog?a Latina 148, 451).

Que la libertad de religi?n, garantizada institucionalmente y efectivamente respetada, tanto a los individuos como a las comunidades, constituya para todos los creyentes la condici?n necesaria para su contribuci?n leal a la edificaci?n de la sociedad, en actitud de aut?ntico servicio, particularmente a los m?s vulnerables y pobres.

Se?or presidente, quiero concluir alabando al Dios Omnipotente y Misericordioso por esta afortunada oportunidad que nos permite encontrarnos juntos en su nombre. Rezo para que sea un signo de nuestro compromiso com?n a favor del di?logo entre cristianos y musulmanes, as? como un aliento para perseverar en este camino, en el respeto y en la amistad. Deseo que podamos llegar a conocernos mejor, reforzando los v?nculos de afecto entre nosotros, con el deseo com?n de vivir juntos en armon?a, en paz y en mutua confianza. Como creyentes, sacamos de la oraci?n la fuerza necesaria para superar toda huella de prejuicio y para ofrecer un testimonio com?n de nuestra firme fe en Dios. ?Que su bendici?n est? siempre sobre nosotros!

[Traducci?n del original ingl?s realizada por Zenit
? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

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La Asociaci?n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR) invita a participar en la presentaci?n de las ?Jornadas de An?lisis de los Procesos Migratorios a trav?s del II Foro Social Mundial de las Migraciones? (Tenerife, 18/12/06).


Dando continuidad a los logros alcanzados en el II FSMM, se abre paso al pr?ximo foro que tendr? lugar en Nairobi el pr?ximo a?o.

La CEAR ha logrado reunir en Tenerife el comit? preparatorio del que saldr? el Comit? Coordinador del foro de Kenia. Consecutivamente habr? unas jornadas de puertas abiertas donde se intentar? llegar a toda la poblaci?n canaria y al tejido asociativo en el que esta se organiza, con la intenci?n de socializar los progresos en el campo de los DDHH de las personas migradas, identificar los sujetos, las v?as, los instrumentos y los dem?s hechos que est?n en el trasfondo que fuerzan a que una persona emigre.

Porque la realidad se construye colectivamente nos ponemos en contacto con ustedes y as? solicitar su colaboraci?n en este esfuerzo, para lo cual expondremos el programa previsto para los d?as 16, 17 y 18 de Diciembre de 2006, lugares, horarios, contenidos, criterios de inscripci?n. Dado el calado de este proyecto, la organizaci?n ha estimado oportuno el desarrollo de esta din?mica en las islas de Gran Canaria y Tenerife, respectivamente, teniendo como sede en la isla de Gran Canaria El Patio de las Culturas mientras que en la isla de Tenerife se desarrollar? en el Centro de Insular de Entidades del Voluntariado.

Si lo estimaran oportuno, esperamos contar con su presencia:

? Este 29 de Noviembre a las 19:30h., en la sede de El Patio de las Culturas, C/ Doctor Chil, 15, Vegueta, Las Palmas de Gran Canaria.

? 30 de Noviembre a las 19:30h., en la sede del Centro Insular de Entidades del Voluntariado, C/ Juan de Rumeu Garc?a, 28, Cruz del Se?or, Sta. Cruz de Tenerife.


Un c?lido saludo,

Juan Carlos Lorenzo,
Director Gerente de CEAR Canarias

Martes, 28 de noviembre de 2006

DOMINGO 1 DE ADVIENTO / C
29?de diciembre de 2009



MONICI?N DE ENTRADA

Resuena hoy en nuestra asamblea un anuncio lleno de esperanza: ?el Se?or viene! Viene a renovar nuestras vidas, viene a renovar el camino de la humanidad y a conducirla hacia su Reino.
Hoy, al comenzar el tiempo de Adviento, se nos llama a vivir con alegr?a ese anuncio gozoso y a responder a ?l. Para recibir al Se?or hoy y todos los d?as, y para vivir un d?a para siempre en los cielos nuevos y la tierra nueva que ?l nos ofrece.

Corona de Adviento: Comencemos ahora la celebraci?n encendiendo el primer cirio de la corona de Adviento, que nos se?ala el camino hacia la Navidad.

Alguien de la asamblea, o el propio celebrante, enciende un cirio de la corona de Adviento. Entretanto, se puede cantar otra estrofa del canto de entrada, o bien decir las siguientes invocaciones, o lo que sea costumbre en el lugar.

Luz del mundo, que vienes a iluminar a los que viven en las tinieblas. SE?OR, TEN PIEDAD.
Gu?a de los hombres, que vienes a conducir a tu pueblo por las sendas de la verdad y de la justicia. CRISTO, TEN PIEDAD.
Fuente de vida, que vienes a curar las heridas de nuestra debilidad. SE?OR, TEN PIEDAD.


1.lectura (Jerem?as 33,14-16): Los anuncios de esperanza que los profetas dirig?an al pueblo de Israel hundido y dispersado, son anuncios de esperanza que se dirigen hoy tambi?n a nosotros. A nosotros tambi?n se nos asegura que vendr? un salvador.

2.lectura (1Tesalonicenses 3,12?4,2): Nuestro camino, nuestra vida, es una preparaci?n para el d?a de la venida definitiva del Se?or. Escuchemos ahora una llamada a vivir intensamente esa preparaci?n.


Oraci?n universal: Mientras esperamos la venida definitiva del Se?or, oremos para que su amor, su paz, su luz, transformen ya ahora nuestras vidas y las de nuestros hermanos. Oremos diciendo (cantando):VEN, SE?OR JES?S.

1.Para que llegue el d?a en que todos los hombres y mujeres del mundo entero puedan vivir en paz, con esperanza, confiados ante el futuro. OREMOS:

2.Para que los gobernantes, los pol?ticos, los que tienen el poder econ?mico o militar, trabajen sinceramente por el bienestar de todos, y especialmente de los que menos tienen. OREMOS:

3.Para que el pueblo de Israel, que recibi? desde muy antiguo la llamada del Se?or, se esfuerce al servicio de la paz y muestre ante el mundo el rostro amoroso de Dios. OREMOS:

4.Para que nuestros difuntos vivan para siempre la alegr?a de la vida nueva que Dios nos promete. OREMOS:

5.Para que todos nosotros, reunidos al empezar este tiempo de Adviento para celebrar la Eucarist?a, con?virtamos nuestro coraz?n para preparar la venida del Se?or. OREMOS:

Ven, Se?or Jes?s. Ven, y renueva el camino de la humanidad. T?, nuestro hermano, que vives 1 reinas por los siglos de los siglos.

Padrenuestro: Mientras esperamos la venida de su Hijo Jedsucristo, y la venida definitiva del Reino que ?l mismo nos anunci?, nos dirigimos al Padre del cielo diciendo:

?

CPL


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Sus Excelencias,
Damas y Caballeros,

Los saludo con gran alegr?a, embajadores que tienen la noble tarea noble de representar a sus pa?ses ante la Rep?blica de Turqu?a, y se han reunido aqu? en la Nunciatura para encontrarse con el Sucesor de Pedro. Estoy agradecido con su Vice-Decano, el embajador de L?bano, por las amables palabras con las que se ha dirigido a m?. Me complace reconfirmar el aprecio que la Santa Sede ha expresado a menudo hacia los importantes deberes que realizan, que adquieren hoy una dimensi?n cada vez m?s global. De hecho, mientras su misi?n los llama sobre todo a proteger y promover los intereses leg?timos de sus respectivas naciones, ?la interdependencia inevitable que une hoy cada vez a m?s pueblos del mundo, invita a diplom?ticos a ser, de una nueva y original manera, los promotores del entendimiento, la seguridad internacional y la paz entre las naciones? (Juan Pablo II, Discurso al Cuerpo Diplom?tico, M?xico, 29 de junio de 1979).

Deseo comenzar evocando las visitas memorables de mis dos predecesores a Turqu?a, del Papa Pablo VI en 1967 y del Papa Juan Pablo II en 1979. ?No podr?a dejar de mencionar al Papa Benedicto XV, el incansable promotor de la paz durante la Primera Guerra Mundial, y el Beato Juan XXIII, el Papa conocido como el ?amigo de los turcos?, que despu?s de sus a?os como delegado apost?lico en Turqu?a y administrador apost?lico del Vicariato Latino de Estambul, dej? a cada uno el recuerdo de un pastor atento y cari?oso, particularmente dispuesto a encontrarse y reunirse con el pueblo turco, cuyo hu?sped agradecido fue! Me alegra por lo tanto ser hu?sped de Turqu?a hoy, viniendo como un amigo y como un ap?stol del di?logo y de la paz. Hace m?s de cuarenta a?os, el Concilio Vaticano II escribi? que la ?la paz no es la mera ausencia de la guerra, ni se reduce al solo equilibrio de las fuerzas adversarias ... es el fruto del orden plantado en la sociedad humana por su divino Fundador, y que los hombres, sedientos siempre de una m?s perfecta justicia, han de llevar a cabo?. (Gaudium et Spes, 78). Nos hemos llegado a dar cuenta que la paz verdadera necesita la justicia, para corregir los desequilibrios econ?micos y los disturbios pol?ticos que siempre generan tensi?n y amenazan a toda sociedad. Los recientes avances del terrorismo y de ciertos conflictos regionales han destacado la necesidad de respetar y apoyar las decisiones de las instituciones internacionales, particularmente d?ndoles medios eficaces para prevenir conflictos y mantener zonas neutrales entre los beligerantes, con la presencia de fuerzas de paz.

Todo esto, sin embargo, sigue siendo insuficiente a menos que haya un di?logo aut?ntico, que debe ser un debate fruct?fero entre las partes involucradas, para lograr soluciones pol?ticas duraderas y aceptables, respetuosas de las personas y los pueblos. Estoy pensando especialmente en el preocupante conflicto en Medio Oriente, que no muestra se?al alguna de disminuci?n y pesa enormemente en toda la vida internacional; estoy pensando en el riesgo de los conflictos perif?ricos que se multiplican y la difusi?n de las acciones terroristas. Aprecio los esfuerzos de numerosos pa?ses comprometidos actualmente en reconstruir la paz en L?bano, Turqu?a entre ellos. En su presencia, embajadores, exhorto una vez m?s a la vigilancia de la comunidad internacional, que no abandone sus responsabilidades, haga todos los esfuerzos por promover el di?logo entre todos las partes implicadas, garantice el respeto por otros, mientras salvaguarda los intereses leg?timos y rechaza el recurso a la violencia. Como escrib? en mi primer mensaje por la Jornada Mundial de la Paz, ?la verdad de la paz llama a todos a cultivar relaciones fecundas y sinceras, estimula a buscar y recorrer la v?a del perd?n y la reconciliaci?n, a ser transparentes en las negociaciones y fieles a la palabra dada?. (1 de enero de 2006, 6).

Turqu?a ha servido siempre como puente entre Oriente y Occidente, entre Asia y Europa, y como intersecci?n de culturas y de religiones. Durante el siglo pasado, adquiri? los medios para convertirse en un gran estado moderno, notablemente con la opci?n de un r?gimen secular, con una distinci?n clara entre la sociedad civil y la religi?n, cada una de las cuales debe ser aut?noma en su propio dominio mientras respeta la esfera de la otra. El hecho de que la mayor?a de la poblaci?n de este pa?s sea musulmana es un elemento significativo en la vida de la sociedad, que el estado no puede dejar de considerar, aunque la Constituci?n Turca reconozca el derecho de cada ciudadano a la libertad de culto y la libertad de conciencia. Las autoridades civiles de todo pa?s democr?tico est?n obligadas a garantizar la libertad eficaz de todos los creyentes y permitirles organizar libremente la vida de sus comunidades religiosas. Naturalmente es mi esperanza que los creyentes, que pertenezcan a cualquier comunidad religiosa, sigan benefici?ndose de estos derechos, puesto que estoy seguro que la libertad religiosa es una expresi?n fundamental de la libertad humana y la presencia activa de las religiones en la sociedad es una fuente de progreso y enriquecimiento para todos. Esto implica, por supuesto, que las religiones no intenten ejercer poder pol?tico directo, ya que ?se no es su territorio, y tambi?n implica que rechacen completamente el recurso a la violencia como expresi?n leg?tima de la religi?n. En este asunto, aprecio el trabajo de la comunidad cat?lica en Turqu?a, peque?a en n?mero pero profundamente comprometida en contribuir en todo lo que pueda al desarrollo del pa?s, educando notablemente los j?venes, y construyendo la paz y armon?a entre todos los ciudadanos.

Como he observado recientemente, ?necesitamos con urgencia un aut?ntico di?logo entre las religiones y entre las culturas, que pueda ayudarnos a superar juntos todas las tensiones con esp?ritu de colaboraci?n fecunda.? (Discurso a los embajadores de pa?ses de mayor?a musulmana, Castel Gandolfo, 25 de septiembre de 2006). Este di?logo debe permitir a las diversas religiones conocerse mejor y respetarse unas a otras, para trabajar por el cumplimiento de las aspiraciones m?s nobles del hombre, en la b?squeda de Dios y en la b?squeda de la felicidad. Por mi parte, con ocasi?n de mi visita a Turqu?a, deseo reiterar mi gran estima hacia los musulmanes, anim?ndolos a que sigan trabajando juntos, en respeto mutuo, para promover la dignidad de cada ser humano y el crecimiento de una sociedad donde la libertad personal y el cuidado de los dem?s proporcionen paz y serenidad para todos. De esta manera, las religiones podr?n desempe?ar su papel de responder a los numerosos desaf?os que actualmente enfrentan nuestras sociedades. Con certeza, el reconocimiento del papel positivo de las religiones dentro del tejido social puede y debe impulsarnos a explorar m?s profundamente su conocimiento del hombre y respetar su dignidad, coloc?ndolo en el centro de la actividad pol?tica, econ?mica, cultural y social. Nuestro mundo debe darse cuenta que toda la gente est? ligada por la profunda solidaridad del uno con el otro, y debe ser alentada a afirmar sus diferencias hist?ricas y culturales no por la confrontaci?n, sino para fomentar el respeto mutuo.

La Iglesia, como saben, ha recibido una misi?n espiritual de su Fundador y por lo tanto no tiene intenci?n alguna de intervenir directamente en la vida pol?tica o econ?mica. Sin embargo, en virtud de su misi?n y su larga experiencia de la historia de las sociedades y culturas, desea hacer escuchar su voz en el debate internacional, de modo que la dignidad fundamental del hombre, especialmente del m?s d?bil, sea siempre honrada. Dado el reciente desarrollo del fen?meno de las comunicaciones globalizadas, la Santa Sede se dirige a la comunidad internacional para dar una direcci?n m?s clara y establecer reglas para un mejor control mejor del desarrollo econ?mico, la regulaci?n de los mercados, y fomentar acuerdos regionales entre los pa?ses. No tengo dudas, damas y caballeros, que en su misi?n como diplom?ticos est?n dispuestos a armonizar los intereses particulares de su pa?s con la necesidad de mantener buenas relaciones con otros pa?ses, y que de esta manera pueden contribuir perceptiblemente al servicio de todos.

La voz de la Iglesia en la escena diplom?tica se caracteriza siempre por la compromiso del Evangelio para servir a la causa de la humanidad, y estar?a fallando en esta obligaci?n fundamental si no les recuerdo la necesidad de poner siempre dignidad humana en el mismo coraz?n de nuestras preocupaciones. El mundo est? experimentando un desarrollo extraordinario de la ciencia y de la tecnolog?a, con consecuencias casi inmediatas para la medicina, la agricultura y la producci?n alimenticia, pero tambi?n para la comunicaci?n del conocimiento; este proceso no debe carecer de direcci?n o un punto de referencia humano, cuando se relaciona con el nacimiento, la educaci?n, la forma de vida o trabajo, la vejez, o la muerte. Es necesario reposicionar el progreso dentro de la continuidad de nuestra historia humana y as? dirigirlo seg?n el plan escrito en nuestra naturaleza por el crecimiento de la humanidad - un plan expresado por las palabras del Libro del G?nesis: ?Sed fecundos, multiplicaos, henchid la tierra y sometedla?. (1: 28)

Finalmente, mis pensamientos se dirigen a las primeras comunidades cristianas que se originaron en esta tierra, y especialmente al Ap?stol Pablo que estableci? varias de ellas, perm?tanme citar su Carta a los G?latas: ?Ustedes, hermanos, han sido llamados para vivir en libertad, pero procuren que esta libertad no sea un pretexto para satisfacer los deseos carnales: h?ganse m?s bien servidores los unos de los otros, por medio del amor?. (5: 13). Espero sinceramente que las buenas relaciones entre las naciones, que es su tarea servir, puedan tambi?n contribuir cada vez m?s al crecimiento genuino de la humanidad, creada a imagen de Dios. Una meta tan noble requiere la contribuci?n de todos. Por esta raz?n, la Iglesia Cat?lica se propone renovar su cooperaci?n con la Iglesia Ortodoxa y espero que mi pr?xima reuni?n con el patriarca Bartolom? I en el Phanar sirva con eficacia a este objetivo. Como enfatiz? el Concilio Ecum?nico Vaticano II, la Iglesia intenta cooperar con los creyentes y los l?deres de todas las religiones, y especialmente con los musulmanes, para que juntos puedan ?procurar y promover unidos la justicia social, los bienes morales, la paz y la libertad para todos los hombres? (Nostra Aetate, 3). Espero, desde este punto de vista, que mi viaje a Turqu?a d? frutos abundantes.

Embajadores, damas y caballeros, sobre ustedes, sus familias y sobre todos tus compa?eros de trabajo, invoco con todo mi coraz?n las bendiciones del Todopoderoso.

Publicado por verdenaranja @ 23:03  | Habla el Papa
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28 Nov. 06 (ACI).- Al reunirse con el Ministro de Asuntos Religiosos de Turqu?a, Mehmet Aydin, el Papa Benedicto XVI destac? los puntos en com?n de cristianos y musulmanes que deber?an permitir un di?logo ?sincero entre amigos?, y record? la urgencia de que se garantice la libertad religiosa.

El Papa agradeci? la amable acogida con que lo recibieron las autoridades locales y dirigi? un ?saludo afectuoso? a todos los musulmanes en Turqu?a.

Tras se?alar que Turqu?a es un pa?s ?muy querido para los cristianos? porque ?muchas de las primeras comunidades de la Iglesia se fundaron aqu? y maduraron, inspiradas por la predicaci?n de los ap?stoles?, reconoci? que en este lugar ha florecido ?la civilizaci?n isl?mica en los m?s diversos campos, incluyendo la literatura y el arte?.

El Santo Padre insisti? en que el di?logo entre cristianos y musulmanes deber?a ser ?como un intercambio sincero entre amigos?, debido a que ?cristianos y musulmanes, siguiendo cada quien su respectiva religi?n, apuntan hacia la verdad del car?cter sagrado y la dignidad de la persona?.

??sta es la base de nuestro mutuo respeto y estima, ?sta es la base para la cooperaci?n en el servicio de paz entre las naciones y los pueblos, el mayor deseo de todo creyente y de todos los pueblos de buena voluntad?, indic?.

Asimismo, record? que ?cristianos y musulmanes pertenecen a la familia de aquellos que creen en el Dios uno, quien de acuerdo a sus respectivas tradiciones, remontan sus ra?ces a Abraham. Esta unidad humana y espiritual en nuestros or?genes y nuestro destino nos impulsa a buscar un camino com?n, mientras cumplimos nuestro papel en la b?squeda de valores fundamentales tan caracter?stica de la gente de nuestro tiempo?.

?Como hombres y mujeres de religi?n, nos desaf?a el ampliamente difundido anhelo de justicia, de desarrollo, de solidaridad, de libertad, seguridad, paz, defensa de la vida, protecci?n del medio ambiente y los recursos del planeta. Todo esto debido a que tambi?n nosotros, al mismo tiempo que respetamos la autonom?a leg?tima de los asuntos temporales, tenemos una contribuci?n espec?fica que ofrecer en la b?squeda de soluciones apropiadas a estas acuciantes cuestiones?, agreg?.

En este sentido, el Papa consider? que ?podemos ofrecer una respuesta cre?ble a la pregunta que surge claramente en la sociedad actual, aun cuando sea frecuentemente echada a un lado, la pregunta sobre el significado y sentido de la vida, para cada individuo y para la humanidad como un todo. Estamos llamados a trabajar juntos, a fin de ayudar a la sociedad a abrirse hacia la trascendencia, d?ndole a Dios Todopoderoso su justo lugar?.

?El mejor camino a tomar es el aut?ntico di?logo entre cristianos y musulmanes, basado en la verdad inspirada en el sincero deseo de conocernos mejor los unos a los otros, respetando diferencias y reconociendo lo que tenemos en com?n. Esto nos llevar? a un aut?ntico respeto por las decisiones responsables que cada persona toma, especialmente aquellas concernientes a los valores fundamentales y a las convicciones religiosas personales?, a?adi?.

Finalmente, destac? que ?la libertad religiosa, institucionalmente garantizada y efectivamente respetada en la pr?ctica, tanto para el individuo como para la comunidad, constituye para todo creyente la condici?n necesaria para su leal contribuci?n a la construcci?n de la sociedad, en una actitud de aut?ntico servicio, especialmente hacia los m?s vulnerables y pobres?.

Lunes, 27 de noviembre de 2006
Quinto viaje apost?lico internacional que Benedicto XVI realizar? del 28 de noviembre al 1 de diciembre a Turqu?a.


ITALIA
Martes 28 de noviembre



Fiumicino (Roma)
09.00 Salida del aeropuerto internacional Leonardo Da Vinci de Roma/Fiumicino hacia Ankara


ANKARA>


Ankara
13.00 Llegada al aeropuerto internacional Esemboga.
Visita al Mausoleo de Ataturk
Ceremonia de bienvenida y visita de cortes?a al presidente de la Rep?blica
Entrevista con el viceprimer ministro
Entrevista con el presidente para los Asuntos religiosos [Discurso del Santo Padre]
Encuentro con el Cuerpo Diplom?tico [Discurso del Santo Padre]

Mi?rcoles 29 de noviembre


?feso


Santa Misa [Discurso del Santo Padre]
Estambul
Visita de oraci?n a la iglesia patriarcal de San Jorge y encuentro privado con Su Santidad Bartolom? I [Saluda del Santo Padre]

Jueves 30 de noviembre


Divina Liturgia en la iglesia patriarcal de San Jorge [Discurso del Santo Padre]
[Declaraci?n conjunta]
Visita al Museo de Santa Sof?a
Visita a la Mezquita Azul
Visita de oraci?n en la catedral armenia apost?lica y encuentro con Su Beatitud el Patriarca Mesrob II [Saludo del Santo Padre]
Encuentro con el Metropolita siro-ortodoxo
Encuentro con el Gran Rabino de Turqu?a
Encuentro y cena con los miembros de la Conferencia Episcopal Cat?lica

Viernes 1 de diciembre


Santa Misa en la catedral del Esp?ritu Santo [Homil?a del Santo Padre]
Despedida en el aeropuerto de Estambul
13.15 Salida del aeropuerto de Estambul hacia Roma


ITALIA



Ciampino (Roma)
14.45 Llegada al aeropuerto de Ciampino (Roma)


Huso horario
Italia: + 1 UTC
Turqu?a: + 2 UTC

Palabras que pronunci? eL domingo, 26 de Noviembre, Benedicto XVI al rezar la oraci?n mariana del ?ngelus junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro.


Queridos hemanos y hermanas:

En este ?ltimo domingo del a?o lit?rgico celebramos la solemnidad de Cristo Rey del Universo. El Evangelio de hoy nos presenta un pasaje del dram?tico interrogatorio al que someti? Poncio Pilato someti? a Jes?s, cuando se lo entregaron con la acusaci?n de haber usurpado el t?tulo de ?rey de los jud?os?. A las preguntas del gobernador romano, Jes?s respondi? afirmando que era rey, pero no de este mundo (Cf. Juan 18, 36). No vino a dominar los pueblos y territorios, sino a liberar a los hombres de la esclavitud del pecado y reconciliarles con Dios. Y a?adi?: ?Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz? (Juan 18, 37).

Pero, ?cu?l es la ?verdad? que Cristo vino a testimoniar al mundo? Toda su existencia revela que Dios es amor: esta es, por tanto, la verdad de la que dio pleno testimonio con el sacrificio de su misma vida en el Calvario. La Cruz es el ?trono? desde el que manifest? la sublime realeza de Dios Amor: entreg?ndose en expiaci?n por el pecado del mundo, derrot? al dominio del ?pr?ncipe de este mundo? (Juan 12, 31) e instaur? definitivamente el Reino de Dios. Reino que se manifiesta en plenitud al final de los tiempos, despu?s de que todos los enemigos, y por ?ltimo la muerte, hayan sido sometidos (Cf. 1 Corintios 15, 25-26). Entonces, el Hijo entregar? el Reino al Padre y finalmente Dios ser? ?todo en todos? (1 Corintios 15, 28). El camino para llegar a esta meta es largo y no es posible tomar atajos: es necesario que toda persona acoja libremente la verdad del amor de Dios. ?l es Amor y Verdad, y tanto el amor como la verdad no se imponen nunca: tocan a la puerta del coraz?n y de la mente y, all? donde pueden entrar, ofrecen paz y alegr?a. Esta es la manera de reinar de Dios; este es su proyecto de salvaci?n, un ?misterio?, en el sentido b?blico del t?rmino, es decir, un designio que se revela poco a poco en la historia.

La Virgen Mar?a est? asociada de una manera sumamente particular a la realeza de Cristo. Dios le pidi? a ella, humilde muchacha de Nazaret, que se convirtiera en la Madre del Mes?as, y Mar?a correspondi? a esta llamada con todo su ser, uniendo su ?s?? incondicional al del Hijo Jes?s, haci?ndose con ?l obediente hasta el sacrificio. Por este motivo, Dios la exalt? por encima de toda criatura y Cristo la coron? Reina del Cielo y de la tierra. Confiamos la Iglesia y toda la humanidad a su intercesi?n para que el amor de Dios pueda reinar en todos los corazones y se cumpla su designio de justicia y de paz.

[Al final del ?ngelus el Papa salud? a los peregrinos en varios idiomas. En italiano, comenz? diciendo:]

Queridos hermanos y hermanas: como sab?is, en los pr?ximos d?as visitar? Turqu?a. Desde ahora deseo enviar un cordial saludo al querido pueblo turco, de gran riqueza hist?rica y cultural. Expreso sentimientos de estima y sincera amistad a este pueblo y a sus representantes. Con gran emoci?n, quiero encontrarme con la comunidad cat?lica, que siempre est? presente en mi coraz?n, y unirme fraternalmente a la Iglesia ortodoxa, con motivo de la fiesta del ap?stol san Andr?s.

Con confianza, quiero seguir las huellas de mis venerados predecesores, Pablo VI y Juan XXIII, e invoco la protecci?n celestial del beato Juan XXIII, que durante diez a?os fue delegado apost?lico en Turqu?a y experiment? un gran cari?o y estima por esa naci?n. A todos vosotros os pido que me acompa??is con la oraci?n para que esta peregrinaci?n pueda traer todos los frutos que Dios desea.

El pr?ximo 1 de diciembre tiene lugar la Jornada Mundial contra el Sida. Deseo profundamente que sirva para favorecer una responsabilidad mayor en la curaci?n de la enfermedad, as? como en el compromiso por evitar toda discriminaci?n hacia todos los que han quedado afectados. Mientras invoco sobre los enfermos y sus familias el consuelo del Se?or, aliento las m?ltiples iniciativas que la Iglesia apoya en este campo.

[En espa?ol, dijo:]

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua espa?ola. Queridos hermanos, al contemplar hoy a Jesucristo, Rey del Universo, pidamos a la Virgen Mar?a que nuestra vida, iluminada con la verdad de Cristo, sea testimonio de santidad y de gracia, haciendo realidad su reino de justicia, de amor y de paz. ?Feliz Domingo!

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

Publicado por verdenaranja @ 23:39  | Habla el Papa
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Zenit se dirige a todos sus lectores para comunicarles que coincidiendo con la visita del Papa a Turqu?a comienza la edici?n en ?rabe.


Estimados lectores de ZENIT,

Nos complace poder anunciar un paso muy importante para la difusi?n e impacto de ZENIT en el mundo.

Coincidiendo con la visita de Benedicto XVI a Turqu?a, ZENIT lanza la edici?n en ?rabe

La iniciativa tiene lugar en colaboraci?n con el programa ?rabe de la Radio Vaticana (http://www.oecumene.radiovaticana.org/ara/index.asp), la mayor fuente de informaci?n cat?lica en este idioma, y con "Oasis", revista del patriarcado de Venecia.

ZENIT lanza este servicio en respuesta a las peticiones de las comunidades cristianas de pa?ses ?rabes que piden leer la palabra del Papa y conocer los grandes acontecimientos de la vida de la Iglesia directamente en su idioma.

A trav?s de una informaci?n rigurosa, el proyecto busca ser un puente de di?logo entre culturas y religiones.

El nuevo servicio, de car?cter cotidiano o semanal, puede recibirse por correo electr?nico a trav?s de una suscripci?n gratuita, enviando un mensaje a [email protected] (indicando email, nombre completo y pa?s).
Por ahora no ser? posible leer las noticias en la web. Esperamos poder ofrecer tambi?n esta opci?n en los pr?ximos meses, cuando finalicen los trabajos t?cnicos que est?n en marcha.

Este paso tan importante ha sido posible gracias a la subvenci?n enviada a ZENIT por la Organizaci?n "Ayuda a la Iglesia necesitada", que ha querido ofrecer la cobertura de los gastos para el primer a?o de vida de la edici?n en ?rabe.
Damos profundamente las gracias a los benefactores y a los responsables de esta organizaci?n por habernos dado esta oportunidad.

Tambi?n este resultado ha sido posible gracias al apoyo de ustedes, queridos lectores, que tanto nos han sostenido durante muchos a?os con su cercan?a espiritual y con la oraci?n, dando a conocer nuestros servicios multiplicando cada a?o el n?mero de nuestros lectores, y ofreciendo los recursos econ?micos para llevar adelante la agencia.

Como saben, ZENIT vive en un 90% de su presupuesto anual de los donativos, y si ZENIT ha llegado hasta aqu? se debe principalmente a los lectores privados que de una u otra forma nos han apoyado.

Verdaderamente la Providencia, gracias a la generosidad de todos ustedes, nos ha seguido siempre d?a a d?a en las necesidades de la Agencia.

Ahora empieza un nuevo y apasionante desaf?o: conseguir que la edici?n en ?rabe se afirme como un servicio profesional y de utilidad para mucha gente, y lograr encontrar los recursos para que esta nueva edici?n pueda seguir adelante durante muchos a?os.

Como siempre ser?n ustedes, estimados lectores, quienes con su apoyo determinar?n el ?xito del desarrollo de ZENIT y, en particular, de esta nueva edici?n que nace ahora.

Tendremos ocasiones para informarles sobre las necesidades y las maneras de apoyarnos.

Por ahora, alegr?monos por este paso decisivo para la vida de ZENIT, dando gracias a todos los que lo han hecho posible.

Un cordial saludo de parte del equipo de ZENIT

Publicado por verdenaranja @ 23:33
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Catedral de Quilmes, 26 de noviembre de 2006.-


NUESTRO SE?OR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO
TESTIGO DE LA VERDAD


Cuando Jes?s comenz? su misi?n p?blica, ?proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: ?El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios est? cerca. Convi?rtanse y crean en la Buena Noticia? (Mc 1, 14). La instauraci?n del Reino ha sido la causa central de su vida, desde su nacimiento como hijo de David en Bel?n hasta la cruz, donde la inscripci?n ?Jes?s Nazareno Rey de los Jud?os? indicaba el motivo de su condena. En el tribunal de Pilatos, en el momento de su humillaci?n extrema, Jes?s declar? abiertamente su realeza. Cuando despu?s de la multiplicaci?n de los panes quer?an proclamarlo rey, lo hab?a rehusado. Reci?n cuando estaba desprovisto de ning?n apoyo humano, lo acept? para hacernos entender que su realeza no es de este mundo. Jes?s no quer?a ser confundido con un Judas Macabeo o con los celotes que confiaban en el poder de las armas para defender la autoridad de Yahv? sobre su pueblo. El Reino de Dios no se instala bajo la presi?n del poder, sino solamente por la aceptaci?n libre de la verdad. ?Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad?, responde Cristo en el interrogatorio. En el Reino entran, por eso, los que escuchan su voz, creyendo en ?l, siguiendo a ?l, y asumiendo su misma actitud de humildad y entrega.

La incompatibilidad entre la verdad impuesta por coacci?n y aceptada en libertad, ha sido el meollo de la exposici?n, que el Papa Benedicto XVI dio en septiembre pasado en la universidad de Ratisbona, y que tanto revuelo ha causado en el mundo musulm?n. Dec?a ah? el Papa: ?La violencia est? en contraste con la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma?, y complet? su pensamiento con una cita del emperador bizantino Manuel II Pale?logo, del siglo XIV, quien dice: ?Dios no se complace con la sangre; no actuar seg?n la raz?n es contrario a la naturaleza de Dios. La fe es fruto del alma, no del cuerpo. Por tanto, quien quiere llevar a otra persona a la fe necesita hablar bien y razonar correctamente, y no recurrir a la violencia ni a las amenazas. Para conversar a un alma razonable no hay que recurrir al propio brazo ni a instrumentos contundentes ni a ning?n medio con el que se pueda amenazar de muerte a una persona?. Es este el mensaje de la Iglesia en medio de la confrontaci?n de las diversas culturas y religiones, que en el mundo globalizado est?n urgidas a buscar juntos la justicia y la paz, sin traicionar la verdad. Era significativo que la inscripci?n ?El Rey de los jud?os? en la cruz de Cristo haya sido en tres idiomas, en hebreo, lat?n y griego. Pilatos no acept? la sugerencia de los sumos sacerdotes de agregar: ?Este ha dicho: Yo soy el rey de los jud?os?. ?Lo escrito, escrito est?, fue su respuesta, como una afirmaci?n prof?tica, sin que ?l mismo lo supiera. Cristo como Rey debe ser anunciado en todos los idiomas. ?Vayan hasta los confines de la tierra y hagan que todos los pueblos sean mis disc?pulos?, es su mandato. ?La relaci?n con las otras religiones?, dijo el Papa ahora a pocos d?as de su viaje a Turqu?a, ?s?lo se revela constructiva su se evita toda ambig?edad que debilite el contenido esencial de la fe cristiana en Cristo, ?nico Salvador de todos los hombres y en la Iglesia, sacramento necesario de salvaci?n para toda la humanidad?.

En esta Misa de Cristo Rey en nuestra iglesia Catedral, la Acci?n Cat?lica oficializa sus miembros nuevos, quienes manifiestan p?blicamente su compromiso de ser testigos de Cristo en medio de los hombres. Ciertamente hay muchas formas de asociarse en la Iglesia para dar cumplimiento a su cometido principal de evangelizar. Si colaboran con el apostolado jer?rquico, deben considerarse como Acci?n Cat?lica, aunque no tengan este nombre, dice el Concilio. Con esta ceremonia queremos afirmar esta instituci?n que tanto bien ha hecho a nuestra Iglesia argentina. En realidad, los que son oficializados concretan la promesa de los confirmandos, cuando les preguntan si est?n dispuestos a dar testimonio de Jes?s en todas partes, aunque tengan que sufrir por eso desprecio y persecuci?n.

Les doy la bienvenida a los aspirantes y a los que se oficializan y a todos los miembros que en este d?a renuevan sus promesas. Los comprometo ya ahora a participar como Disc?pulos y Misioneros de Jesucristo en la Gran Misi?n que los obispos de Am?rica Latina y el Caribe quieren emprender a partir de la 5? Conferencia en La Aparecida en Brasil, para que nuestros pueblos en ?l tengan vida.

Luis T. St?ckler
Obispo de Quilmes

Publicado por verdenaranja @ 23:25  | Hablan los obispos
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La oficina de prensa de la Conferencia Episcopal Argentina hace p?blico el siguiente comunicado:


Comunicado de Prensa


La C?mara de Diputados de la Naci?n est? pr?xima a tratar un proyecto de ley que autoriza la venta y la distribuci?n gratuita de las p?ldoras denominadas de ?anticoncepci?n de emergencia?, tambi?n conocidas como ?p?ldora del d?a despu?s?. Los organismos de control sanitario reconocen que entre sus acciones esta droga impide la anidaci?n o implantaci?n del embri?n en el ?tero materno. Se trata, por lo tanto, de un f?rmaco que atenta contra la vida humana, que la Constituci?n Nacional considera inviolable desde el momento de la concepci?n.

Los obispos de la Iglesia Cat?lica en la Argentina, que reiteradamente han expresado su preocupaci?n por la defensa de la vida, apelan una vez m?s a la conciencia de los legisladores nacionales y solicitan como ciudadanos el archivo definitivo de dicho proyecto.

Oficina de Prensa
Conferencia Episcopal Argentina

Publicado por verdenaranja @ 23:21  | Hablan los obispos
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26 de Noviembre

(Fuente de la Guancha) La Banda de M?sica XIX de Marzo del Municipio de San Juan de la Rambla celebr? a la Patrona de la M?sica. El domingo 26 de Noviembre, desde muy temprano, recorri? las diversas calles al ritmo de pasodoble, haciendo paradas especiales frente a las casas de los que han tenido alguna relaci?n con la Banda en a?os anteriores desde su fundaci?n en el a?o 1983, como directivos o m?sicos. A las doce de la ma?ana sus componentes se dieron cita en la iglesia de San Jos? para participar en la Misa. Terminada ?sta se procedi? a la procesi?n con la imagen de Santa Cecilia. El d?a finaliz? con un almuerzo de hermandad entre m?sicos y directiva.

Domingo, 26 de noviembre de 2006
ZENIT pulica el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. -predicador de la Casa Pontificia- a la liturgia del domingo, 26 de Noviembre de 2006, Jesucristo Rey del universo,XXXIV y ?ltimo del tiempo ordinario.


Le ver?is venir entre las nubes del cielo...


XXXIV Domingo del tiempo ordinario (B): Solemnidad de Cristo Rey
Daniel 7, 13-14; Apocalipsis 1, 5-8; Juan 18, 33b-37



En el Evangelio de este domingo, Pilato pregunta a Jes?s: ??Eres t? el Rey de los jud?os??, y Jes?s responde: ?S?, como dices, soy Rey?. Poco antes, Caif?s le hab?a dirigido la misma pregunta de otra forma: ??Eres t? el Hijo de Dios bendito??, y tambi?n esta vez Jes?s respondi? afirmativamente: ?S?, yo soy?. Es m?s: seg?n el Evangelio de Marcos [Mc, 14, 62. Ndt.], Jes?s reforz? esta respuesta, citando y aplic?ndose aquello que el profeta Daniel hab?a dicho del Hijo del hombre que viene entre las nubes del cielo y recibe el reino que nunca pasar? (primera lectura). Una visi?n grandiosa en la que Cristo aparece dentro de la historia y por encima de ella, temporal y eterno.

Junto a esta imagen gloriosa de Cristo hallamos, en las lecturas de la solemnidad, la del Jes?s humilde y sufriente, m?s preocupado de hacer de sus disc?pulos reyes que de reinar sobre ellos. En el pasaje del Apocalipsis ?l es definido como quien ?nos ama y nos ha lavado con su sangre de nuestros pecados y ha hecho de nosotros un Reino de Sacerdotes para su Dios y Padre?.

Ha sido siempre dif?cil mantener unidas estas dos prerrogativas de Cristo ?majestad y humildad-, derivadas de sus dos naturalezas, divina y humana. El hombre de hoy no tiene dificultad para reconocer en Jes?s al amigo y al hermano universal, pero encuentra dif?cil proclamarle tambi?n Se?or y reconocerle un poder real sobre ?l.

En las pel?culas sobre Jes?s, esta dificultad salta a la vista. En general, el cine ha optado por el Jes?s humilde, perseguido, incomprendido, tan cercano al hombre como para compartir sus luchas, sus rebeliones, su deseo de una vida normal. En esta l?nea se sit?an Jesucristo Superstar y, de manera m?s cruda y desacralizadora, La ?ltima tentaci?n de Cristo ?de Martin Scorsese-. Tambi?n Pier Paolo Pasolini, en el Evangelio seg?n Mateo, nos presenta a este Jes?s amigo de los ap?stoles y de los hombres, a nuestro alcance, si bien no carente de cierta dimensi?n de misterio, expresada con mucha poes?a, sobre todo a trav?s de algunos eficac?simos silencios. S?lo Franco Zeffirelli, en su Jes?s de Nazaret, se esforz? por mantener juntos los dos rasgos de ?l. Ah? se ve a Jes?s como hombre entre los hombres, afable y a la mano, pero a la vez como alguien que, con sus milagros y su resurrecci?n, nos sit?a ante el misterio de su persona que trasciende lo humano.

No se trata de descalificar los intentos de reproponer en t?rminos accesibles y populares el acontecimiento de Jes?s. En su tiempo Jes?s no se ofend?a si ?la gente? le consideraba uno de los profetas. Pero preguntaba a los ap?stoles: ??Y vosotros qui?n dec?s que soy yo??, dando a entender que las respuestas de la gente no eran suficientes.

El Jes?s que la Iglesia nos presenta en la solemnidad de Cristo Rey es el Jes?s completo, human?simo y trascendente. En Par?s se conserva, bajo custodia especial, la barra que sirve para establecer la longitud exacta del metro, a fin de que esta unidad de medida, introducida por la Revoluci?n Francesa, no se altere con el paso del tiempo. De forma similar, en la comunidad de creyentes que es la Iglesia, se custodia la verdadera imagen de Jes?s de Nazaret que debe servir como criterio para medir la legitimidad de toda representaci?n suya en la literatura, en el cine, en el arte.

No se trata de una imagen fija e inerte, que hay que conservar al vac?o, como el metro, sino de un Cristo vivo que crece en la comprensi?n misma de la Iglesia, tambi?n a ra?z de las cuestiones y de las provocaciones siempre nuevas planteadas por la cultura y por el progreso humano.

[Traducci?n del italiano realizada por Zenit]

Publicado por verdenaranja @ 23:40  | Espiritualidad
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26 Nov. 06 (ACI).- Esta ma?ana en la Plaza de San Pedro miles de personas se reunieron para rezar el ?ngelus Dominical con el Papa Benedicto XVI, quien al introducir la oraci?n mariana record? que la realeza de Jes?s est? ordenada para liberaci?n de los hombres de la esclavitud del pecado y para reconciliarlos con Dios.

?Jes?s no ha venido para dominar a los pueblos y territorios, sino para liberar a los hombres de la esclavitud del pecado y reconciliarlos con Dios? afirm? el Santo Padre al citar la respuesta de Cristo a Pilato ante la pregunta sobre su ser rey de los jud?os.

Asimismo hizo notar que Jes?s, tras afirmar que es rey, agrega que ?ha nacido para esto y para esto ha venido al mundo: para dar testimonio de la verdad?.

Respondiendo a la pregunta sobre la verdad que ?Cristo viene a testimoniar en el mundo?, el Pont?fice dijo que ?la totalidad de la existencia de Cristo revela que Dios es amor?.

?La Cruz -prosigui?- es el trono desde el cual Cristo ha manifestado la sublima realeza de Dios Amor: ofreci?ndose en expiaci?n del pecado del mundo, ?l ha derrotado el dominio del ?pr?ncipe de este mundo? y ha instaurado definitivamente el Reino de Dios. Reino que se manifestar? en plenitud al final de los tiempos?.

M?s adelante invit? a todos a ?acoger libremente la verdad del amor de Dios, que es Amor y Verdad, y tanto el amor como la verdad no se imponen jam?s: tocan a la puerta del coraz?n y de la mente y, donde pueden entrar, aportan paz y gozo?.

Finalmente el Papa destac? que a la ?realeza de Cristo ha sido asociada la Virgen Mar?a, quien uni? su ?s? incondicional al del Hijo Jes?s y se hizo con ?l obediente hasta el sacrificio?.

A continuaci?n rez? el ?ngelus e imparti? su Bendici?n Apost?lica

Art?culo publicado en Revista Semanal de EL D?A, s?bado 25 de Noviembre de 2006


JOS? JAVIER HERN?NDEZ GARC?A


Con admiraci?n y gratitud a la Comisi?n pro Plaza de Santa Catalina.

No existe ning?n parecido entre el paisaje ?rido de la regi?n del Sina?, en Egipto, y la verde campi?a del municipio tinerfe?o de Tacoronte. Nada que., ver, estimado lector. Ni el sol abrasador de aquellas tierras guarda tampoco relaci?n con la luz que ba?a este suelo tinerfe?o capaz de producir el preciado vino, de tan ricos matices. La suave pendiente de tierra f?rtil que arranca de la cumbre isle?a para morir casi de golpe en la costa atl?ntica del Pris o de la Mesa del Mar para nada recuerda los milenarios valles y las alturas inh?spi?tas que miran al mar Rojo. Entre una y otra comarca nada es comparable y todo es opuesto, a no ser la magnificencia del paisaje, afable y sereno en la comarca del Guayonge, recio y dram?tico en la cadena monta?osa que se levanta como una pesadilla al sur de la pen?nsula egipcia y que tuve la fortuna de visitar hace pocos a?os gracias a otro tacorontero, D. Juli?n de Armas. ?Para qu? entonces esta extra?a comparaci?n?

Quiz? estos dos puntos geogr?ficamente distantes tienen a mi modo de ver un lazo de uni?n que los acerca. Un hecho hace posible que aqu? y all? un mismo p?lpito recree cada a?o sentimientos y devociones paralelas. Se trata del antiguo patronazgo y dedicaci?n a Santa Catalina de Alejandr?a. Cada 25 de noviembre la comunidad ortodoxa del monasterio cristiano m?s antiguo del mundo con sus 40 monjes celebra en la iglesia coventual de la Transfiguraci?n los ritos propios de la festividad de la
Santa, cuyos restos reposan junto a la zarza ardiente que cambi? la vida del pueblo hebreo.

Antiqu?simos legajos y valiosos iconos iluminados por la luz plateada de las l?mparas votivas adornan el lugar en el cual fue depositado y recibe veneraci?n el cuerpo de Catalina; y cercano a la muralla se encuentra el brocal del pozo de Jetro, el suegro del patriarca que condujo a su gente por el desierto, oculta secularmente entre almendros y cipreses su agua milenaria. Es el agua que buscan sin descanso los ?rboles de la zona, hundiendo sus ra?ces. Hasta diez y quince metros de profundidad, me dec?a un beduino compa?ero de viaje, entierran las acacias del Sina? sus pies en la arena reseca en su lucha por la supervivencia.

De una misma manera, afianzado con firmeza, como esas acacias del desierto de las que el propio Mois?s se vali? para construir su Arca de la Alianza, creci? el conocimiento de la mujer que se atrevi? a rebatir las ideas paganas de Majencio y fue escuchada por todos los sabios de Alejandr?a a quienes transmit?a con conocimiento de causa sus ideas acerca de la fe de Cristo.

El culto a Santa Catalina

La muerte violenta de Santa Catalina, su traslado milagroso al Sina? y las cruzadas en defensa de los Santos Lugares hizo extender con rapidez su culto cuyo primer vestigio es una pintura del siglo VII encontrada en Roma, pero se difunde sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo X. Muy popular en el siglo siguiente, especialmente en Francia, se propag? en el siglo XII por muchas partes de Europa, entre otras cosas por obra de los citados cruzados. En el siglo XIII las ?rdenes mon?sticas m?s antiguas empezaron a celebrar la fiesta de la Santa m?rtir, costumbre documentada tambi?n entre los frailes mendicantes desde su fundaci?n. La Universidad de Par?s la proclam? su patrona. Hoy es protectora de los estudiantes, fil?sofos, prisioneros y de cuantos se relacionan por su oficio con la rueda: carreteros, molineros, y en Tenerife de un modo particular con los que trabajaban en el siglo XVI en los ingenios azucareros y en las diferentes actividades propias del ca?amelar.

La popularidad del culto a Santa Catalina explica su consistente presencia en la literatura, en el folclore y en las artes figurativas, donde se hallan los atributos iconogr?ficos m?s comunes: la rueda y la espada, que indican el martirio; la corona, con la alusi?n a la realeza, y en ocasiones el libro, s?mbolo de la sabidur?a.

La iglesia de Santa Catalina en Tacoronte

Es un portugu?s, Sebasti?n Machado, oriundo de Guimaraes; quien se establece n Tacoronte finalizada la conquista, con menas datas de tierras, y coloca la primera piedra del culto y devoci?n a la Santa, m?rtir de Alejandr?a. En 1508 ya se nombran donativos para la nueva f?brica. Es ?l por tanto quien erige en el siglo XVI una hermosa ermita que con el tiempo evoluciona para convertirse en el espl?ndido monumento de hoy, uno de los mejores ejemplos de arquitectura religiosa en la isla. Se trata de un bello templo de tres naves con una capilla mayor que destaca su altura del resto del edificio mediante un arco de medio punto apoyado sobre columnas de capitel j?nico. Tambi?n en su interior merece la pena detener el paso ante la variada riqueza retabl?stica, contemplar sus armaduras de madera de tea, con sus pares de tirantes y decoraci?n de motivos geom?tricos de estrellas; el inigualable suelo de piedra ori?ginal y una rica imaginer?a, adem?s de inte?resante obra pict?rica de primer orden. No extra?a que todo este conjunto maravillase a Dulce Mar?a Loynaz cuando asiste, como madrina, al bautizo de su sobrina canaria a quien se le impuso su mismo nombre. Una torre prism?tica se levanta junto al muro norte, realzada por los sillares de canter?a de sus aristas y los que enmarcan los vanos. En lo m?s alto, el cuerpo de campanas de abertura doble a cada frente corona la magn?fica estructura para lanzar a los cuatro vientos, hoy 25 de noviembre, los m?s ale-gres sonidos.

La plaza de Santa Catalina

Santa Catalina no ten?a plaza, el lugar que daba acceso a la iglesia por su frente hasta bien avanzado el siglo XX no pod?a de ninguna manera recibir esa denominaci?n. Una plaza, en el sentido m?s profundo que el isle?o otorga a ese espacio l?dico, popular, es el pre?mbulo de lo importante, de lo sacro, de lo festivo. Se hac?a notar su falta en torno a la iglesia m?s antigua de Tacoronte.

Pero hubo un tacorontero, Domingo Mart?n D?az, que puso por obra levantar una plaza que enmarcara y ennobleciera aquel templo de la Patrona. El dio el primer paso y otros muchos lo siguieron con igual entusiasmo. Fueron tantos que ser?a imposible nombrarlos aqu? y m?ritos no les falta. Nunca se les podr? olvidar, ni a ?l ni tampoco a sus colaboradores. Pero aquel tes?n de don Domingo era lo que empujaba a los dem?s a continuar en el empe?o. Siete a?os cost? terminar la obra, muchos n?meros de loter?a vendidos y mucho sudor y sacrificio que s?lo estas personas y sus familias podr?an narrar. Qu? orgullo es para los pueblos contar con gente poseedora de ese talante desinteresado, capaces de darlo todo sin pedir nada a cambio.

Domingo Mart?n naci? en Tacoronte el 4 de julio de 1920. Piedra a piedra, d?a a d?a trabaj? de firme hasta completar la idea. Y no se equivocaron ni ?l ni sus ilusionados compa?eros. El lugar se dignific? y Santa Catalina cont? con su plaza y sus nuevas farolas de luz alumbrando al atardecer. Y se trajeron los callados desde Las Eras de Arico y otros desde el barranco de San Andr?s en Santa Cruz. Siempre qued? un remanente que se utilizaba o bien para confeccionar la puerta del sagrario, para enviar algunas campanas deterioradas a Valencia, o para limpiar la canter?a del exterior de la iglesia, oculta a veces por la cal.

Cuando se pisa el suelo empedrado de la plaza, cuando la patrona del municipio cruza con Santa Cecilia ese espacio cada 25 de noviembre, imagino que muchos tacoronteros que lo vivieron piensan con cierta emoci?n en los art?fices de esta obra. Como ocu?rre siempre, unos est?n y otros ya se han ido. Domingo Mart?n D?az falleci? har? pronto un a?o.

He vuelto a recorrer la plaza, el fino dise?o de su dibujo me ha parecido un trabajo original, digno de ser respetado en su integridad. Mucho coraz?n se descubre en cada metro cuadrado de superficie, entrega absoluta y solidaria que hoy valoramos en su justa medida.

Pero los pueblos no siempre olvidan con facilidad y el Ayuntamiento presidido por su alcalde Herm?genes P?rez Acosta tuvo el acierto de homenajear a este grupo de ciudadanos de la Comisi?n Pro Plaza de Santa Catalina, al frente del cual estuvo siempre Domingo Mart?n. Una placa que va a ser repuesta en su sitio seguir? recordando tanta dedicaci?n al lugar de sus or?genes.

Santa Catalina, la imagen y su fiesta

Las fiestas de Tacoronte, sus devociones m?s se?eras, tienen un gran poder de convocatoria en todos los pueblos de la isla. Lo pude constatar el pasado septiembre, observando la multitud que se congrega en torno a su c?lebre Cristo de los Dolores.
Vienen de cualquier rinc?n de Tenerife. Santa Catalina es si cabe m?s familiar, m?s recogida, pero no menos aut?ntica. Es una fiesta que desprende aire de celebraci?n antigua, ya con aroma a casta?a asada y sabor a vino nuevo porque el oto?o pleno se respira un a?o m?s en el ambiente. Es una fiesta que aparece como de puntillas, como si no precisase grandes preparativos, los vecinos que acuden se re?nen para la misa mayor en el interior del templo, no porque haga fr?o sino porque siguen creyendo con el coraz?n que all? dentro est? lo importante. Fiesta sin grandes ruidos ni algarab?as, pero fiesta hermosa donde las haya. El Ayuntamiento acude en pleno, vestido de gran gala, y se pasea con todos los honores el s?mbolo de la ciudad. Hay m?sica, fuegos, baile de magos y turroneras. Aqu? no se implantan luces hirientes ni sonidos molestos, pero todo lo que se organiza destila un grado de solemnidad, de encantamiento que no pasa desapercibido, ni siquiera para el que llega de fuera como es mi caso.

Para quienes gustamos de la imaginer?a y el Arte, contemplar la imagen de Santa Catalina es ya una celebraci?n. Recorrerla con la mirada es una fiesta por s? misma. La finura de la talla, la belleza de su modelado nos reafirma que estamos ante una de las representaciones de la Santa m?s hermosas de este pa?s y posiblemente una de las obras cumbre del grancanario Luj?n P?rez. Comenzar? la funci?n lit?rgica, presidida por los nuevos p?rrocos: don Rufino P?rez de Leceta y don Carlos Arceniega, apellido derivado del nombre de la villa alavesa de Artziniega. Alrededor del altar predominar? el color rojo de las casullas que es el color del martirio, pero el coro, a los pies de la nave central, llenar? esta tarde del 25 con sus sones m?s elevados el espacio sagrado, vibrante entre la toba volc?nica de los arcos y las armaduras de tea. A la izquierda, es casi imposible evitarlo, la mirada se detiene nuevamente en la Santa, que se representa magn?fica, sobre nubes, anunci?ndose en el pre?mbulo ya de su Gloria. Nada recordar?a su martirio si no fuera por la presencia de esos s?mbolos iconogr?ficos que la acompa?an y esa palma que levanta el ?ngel situado a los pies.

La fiesta mantiene su car?cter y el espacio es capaz de transportarnos en el tiempo. Santa Catalina de Alejandr?a o de Tacoronte convoca a todos en este s?bado, coincidiendo con la esperanza de unos campos que quieren renacer en la h?meda realidad de su oto?o.

Afuera, la imaginaci?n intenta revivir el recuerdo de los muros de la primitiva ermita levantada en el siglo XVI por Sebasti?n Machado sobre el mismo solar que ocupa el templo actual, o aquel entramado de palos de los que se colg? la ?nica campana anunciadora en los primeros renglones de la historia de la ciudad.

Mis amigos y yo probaremos el vino nuevo y compartiremos un plato de casta?as asadas antes de volver a nuestras casas en Santa Cruz. Cada 25 de noviembre es como un milagro que se repite. Es la fiesta que esperamos todo el a?o y nos gusta pensar que tambi?n Santa Catalina espera por nosotros.

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Art?culo sacado de "Bloc MD", n?mero 5, Noviembre 2006, publicado por CPL


El Adviento:
un tiempo amable


El Adviento es un tiempo amable. El ambiente de la calle, si sabemos tomarlo por su parte m?s sana, nos invita a esperar con alegr?a la fiesta de la Navidad. Y, m?s all? del ambiente de la calle, en nuestras celebraciones se nos proclaman palabras estimulantes, que invitan a esperar, a confiar, a compartir la alegr?a de la espera y, al mismo tiempo, a mantenernos despiertos para que el Se?or pueda realmente venir a nuestras vidas.

En este tiempo, de una manera especial, valdr? la pena disponer de las lecturas de los domingos (lo mejor es tener la publicaci?n La misa de cada d?a, de Editorial Claret), y repasarlas para empaparnos de la Buena Nueva que este tiempo es para todos nosotros. Aqu? damos algunas indicaciones para entender mejor las lecturas.

Primera lectura: el anuncio de los profetas

Las primeras lecturas de los domingos del tiempo de Adviento son siempre anuncios prof?ticos que nos hablan del futuro que Dios promete y del Mes?as que nos enviar?. En los ciclos A y B son textos de Isa?as; en el ciclo C, que es el de este a?o, son de otros profetas. Pero todos est?n escritos en situaciones dif?ciles para el pueblo (asediado por imperios poderosos, o exiliado de su tierra...), en los cuales el profeta promete una acci?n liberadora de Dios gracias a la cual el pueblo podr? vivir en paz, seguridad y alegr?a. Pero estos anuncios, de hecho, van m?s all? de la situaci?n concreta que viv?a Israel. Nosotros los cristianos, vemos que estas esperanzas en quien realmente se cumplen es en Jes?s: ?l es quien realmente transforma el mundo y las personas, con su Evangelio y con su fidelidad al amor hasta la muerte.


Segunda lectura: la espera activa

Las segundas lecturas del tiempo de Adviento son realmente bonitas: una invitaci?n a tener sentimientos de esperanza, de con-fianza, de servicio a los dem?s mientras esperamos la venida del Se?or. Todo un programa de vida cristiana. Ahora, en el ciclo C, destacan sobre todo las de los tres primeros domingos (el cuarto es un poco m?s dif?cil). Y entre ellas, la del tercer domingo es la m?s estimulante: "Estad siempre alegres en el Se?or...". Vale la pena saborearlas.

Evangelio; las tres venidas

En el Adviento celebramos tres venidas del Se?or. No s?lo nos preparamos para la celebraci?n del nacimiento de Jes?s en Bel?n: nos preparamos tambi?n para su venida constante en nuestras vidas, y nos preparamos igual-mente para su venida definitiva, al final de los tiempos. Y estas tres venidas se destacan en el itinerario que nos marcan los evangelios:

Primer domingo: la venida final. El evangelio del primer domingo de Adviento siempre nos invita a mirar hacia el final de los tiempos, con la descripci?n del mundo que se desmorona y la invitaci?n a estar atentos y dispuestos para la liberaci?n definitiva.

Segundo y tercer domingo: la venida cotidiana. El segundo y tercer domingo, el evangelio nos presenta la figura de Juan Bautista, que nos llama a la conversi?n para preparar el camino del Se?or. Este a?o, en el ciclo C, nos lo presenta con dos textos de Lucas, que destacan la presencia del Se?or en medio de la historia humana, y la llamada concreta a vivir sin perjudicar a los dem?s ni aprovecharnos de ellos, sino, al contrario, compartiendo lo que tenemos con quienes lo necesitan.

Cuarto domingo: el Se?or nace en medio de nosotros. El cuarto domingo de Adviento nuestros ojos ya se fijan de lleno en el nacimiento de Jes?s que estamos a punto de celebrar. Este a?o, con la escena de la visita de Mar?a a su prima Isabel, como un gran esta?llido de fe y de alegr?a, porque el Se?or viene y nos salva.

Los d?as laborables

Este panorama de lecturas se completa con los de los d?as laborables. Leer cada dia en casa las lecturas de la misa, es un magn?fico camino personal para llenarse de la gracia del Se?or que viene.

Josep Lligadas

Publicado por verdenaranja @ 21:16  | Liturgia
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Nuestra Señora de Las Nieves de Taganana, fundada en 1506, es la primera parroquia de la capital y la cuarta de la Isla. Sin grandes alharacas, los vecinos de este pueblo presumen de haber sido municipio independiente de Santa Cruz.


(EL DÍA, 26 - XI, GABRIELA MAESTRE, Tenerife) A muchos vecinos les sorprenderá saber que la parroquia más antigua de Santa Cruz se halla más allá de las montañas, junto al bravo mar y rodeada de palmeras canarias, y no en el centro de la gran ciudad. Taganana se lamenta constantemente de su aislamiento, del desapego que con frecuencia tiene la capital tiene hacia ella, ya que son muy pocos los que la recuerdan cuando piensan en el municipio, y sin embargo para muchos viene a ser como la capital de ese otro mundo que es Anaga. Aunque en la actualidad posea la categoría de barrio, durante gran parte de su historia se consideró como pueblo y fue municipio independiente, de ahí que hoy presuma de ser la parroquia más antigua de Santa Cruz de Tenerife y la cuarta de la Isla. Los 500 años de presencia de la Iglesia Católica así lo avalan.

La profesora de la Universidad de La Laguna Constanza Negrín ha dedicado gran parte de su vida a desentrañar la verdadera y completa historia de este emblemático lugar, y gracias a ello ha podido establecer que en 1506 ya existía dicha parroquia, si bien hay documentos que apuntan a un año antes y otros a uno más tarde. Según explica Negrín, "seguramente en esta fecha el templo no sería más que una pequeña capilla construida de materiales pobres como piedra y barro y techo de cañaveral, pero de lo que no hay duda es de que ya existía, siendo en 1511 cuando se comenzó a construir lo que, con el tiempo, será el núcleo de la iglesia actual".

Tagananera de origen y de corazón, Constanza Negrín es una de las personas que más profundamente ha estudiado el patrimonio de esta zona de Anaga, y no puede dejar de destacar especialmente el famoso tríptico flamenco con el que cuenta la iglesia, pero, ¿dónde radica la importancia de esta obra de arte? Según la experta, "es una pieza de importación nórdica, y pese a que hubo muchas obras similares en Canarias, esto viene a demostrar las importantes relaciones comerciales que tuvo Taganana a finales del siglo XIX, ya que contar con una obra de la escuela flamenca era como tener un tesoro, un auténtico privilegio para cualquier templo". En este sentido todo parece indicar que el tríptico llegó al pueblo costero gracias a la mediación de un comitente, sin que se haya logrado clarificar con seguridad quién fue.

El estudio en profundidad de esta iglesia ha mostrado a Negrín gran parte de la historia de este singular enclave, que fue otorgado por el Adelantado Fernández de Lugo en 1501 a 16 personas llegadas de Lanzarote y Fuerteventura para la explotación de la caña de azúcar, y aunque también fue un importante núcleo vitivinícola, a lo largo de la historia sus habitantes nunca han vivido en la opulencia. Sin embargo, la presencia de la iglesia marcó profundamente a los tagananeros que profesaban un gran fervor religioso, hasta el punto de que en 1621 construyeron la ermita de Santa Catalina a escasos metros de la Iglesia de las Nieves. No obstante, y pese a la humildad generalizada de los habitantes, las donaciones de orfebrería y alhajas a la parroquia fueron frecuentes y la participación en la vida espiritual quedó plasmada en la creación de importantes cofradías que aún hoy perviven.

Tal vez por ello el cura de Taganana siempre ha sido un referente para sus vecinos, un punto de encuentro y un nexo de unión con el resto de la Isla, de la que permanece aislada, en ocasiones, por propia voluntad. Pese a haber pasado varios párrocos, todos ellos son recordados con gran cariño y respeto por los vecinos, que siempre los han tenido como intercesores no sólo ante las instancias divinas, sino también en otras más terrenales, como son los ayuntamientos y demás instituciones.

Según la historiadora del Arte, "el pueblo ha tenido suerte, pues los diferentes párrocos han sabido conservar y restaurar el patrimonio", y destaca no sólo el famoso tríptico, sino también la importante colección de platería latinoamericana.

Medio milenio de la presencia de una iglesia supone una larguísima trayectoria de fe y devoción que pocas localidades puede conmemorar. Pero de forma discreta, casi silenciosa, Taganana lo celebra sin grandes pompas y sin gritarlo a los cuatro vientos, lo que la convierte, una vez más, en un ejemplo de la histórica humildad que ha caracterizado desde siempre a esta zona.


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Cogido de "Hojas blancas" para repartir publicadas por el Centro de Pastoral Lit?rgica.


EL A?O CRISTIANO
PARA REVIVIR NUESTRA SALVACI?N


La fe cristiana no son unas ideas, no es una lista de cosas que hay que creer ni de comportamientos que hay que cumplir. La fe cristiana es vivir una historia, la historia de la salvaci?n de Dios, que tiene su centro en Jes?s, en su muerte y resurrecci?n. Y esto lo recordamos y lo vivimos a lo largo del a?o.

En los comienzos, los cristianos celebraban s?lo el domingo. Cada domingo se reun?an, compart?an la fe y la vida, escuchaban la Palabra de Dios y celebraban la Eucarist?a, recordando lo que es fundamental del ser cristiano: la resurrecci?n de Jes?s y la llamada a vivir tal como ?l hab?a vivido.

Pronto, sin embargo, empezaron a celebrar, una vez al a?o, el aniversario de la muerte y resurrecci?n de Jes?s, que hab?a sucedido en los d?as de la fiesta jud?a de la Pascua. As? naci? la Pascua cristiana, que se celebraba con una larga vigilia de oraci?n y fiesta por la resurrecci?n de Jes?s, y que es el origen de nuestra Vigilia Pascual. Y preparaban esta fiesta con dos d?as de ayuno, el viernes y el s?bado, recordando su muerte. En el siglo II, la fiesta de Pascua se fue ampliando hasta durar cincuenta d?as, lo que hoy llamamos tiempo de Pascua. Y m?s tarde, en el siglo IV, a?adieron cuarenta d?as de preparaci?n, el tiempo de Cuaresma.

Y fue tambi?n en el siglo IV que empezaron a celebrar la venida del Hijo de Dios al mundo. En Oriente lo celebraban el 6 de enero, y en Roma el 25 de diciembre. Y de aqu? nacen nuestras fiestas de Navidad y de Epifan?a. Y finalmente, tiempo m?s tarde, hacia el siglo VI, se cre? tambi?n un tiempo de preparaci?n a la Navidad, que es el Adviento.

As? qued? formando b?sicamente el a?o lit?rgico tal como ahora lo tenemos.
La fecha principal es la de la Pascua, el d?a del aniversario de la Resurrecci?n de Jes?s. La Pascua cambia cada a?o, porque el calendario jud?o cuenta el tiempo seg?n la luna (la Pascua es el domingo posterior a la primera luna llena de la primavera). En cambio, para la otra gran fiesta, la Navidad, el d?a en que la celebramos no es ning?n aniversario de nada, pues no sabemos en qu? d?a naci? Jes?s.

Con el a?o cristiano, o a?o lit?rgico, vamos viviendo la presencia de Jes?s y los momentos b?sicos de la salvaci?n, y vamos cultivando los sentimien?tos y las actitudes que esta historia de la salvaci?n nos invita a tener. Y cada a?o seguimos este itinerario:

ADVIENTO
el Se?or viene, nosotros lo esperamos,
y le preparamos el camino


El Adviento empieza cuatro domingos antes de la Navidad. Es un tiempo de esperanza, de deseo y de oraci?n para que cada uno de nosotros seamos transformados por el amor de Dios, y de trabajo nuestro para preparar el camino de este amor. As? nos preparamos para la venida de Dios entre nosotros. Una venida que no es s?lo un recuerdo de cuando vino a Bel?n hace dos mil a?os, sino que es una venida que se hace realidad constan?temente en nuestras vidas, y que se realizar? de manera definitiva al final de los tiempos.

NAVIDAD
Dios est? con nosotros


El 25 de diciembre celebramos una gran alegr?a, tal como lo anunciaron los ?ngeles: hoy nos ha nacido un Salvador, el Mes?as, el Se?or. Un ni?o en pa?ales acostado en un pesebre es el Hijo de Dios que se ha hecho uno de nosotros, carne de nuestra carne. Y empezamos unos d?as de fiestas en los que vamos reviviendo esta gran alegr?a, y que culminan en la segunda gran fiesta, el 6 de enero, en el que celebramos que aquel ni?o es luz para todos los pueblos, representados en aquellos sabios de Oriente que se acercan a adorarlo.


EL TIEMPO ORDINARIO
el camino del Evangelio


Acabado el tiempo de Navidad, empezamos unas semanas en las que no celebramos ning?n acontecimiento especial, ni se resalta ninguna actitud cristiana determinada. Sino que cada domingo estamos invitados a reunirnos como comunidad cristiana, convocados por Jesucristo, para escuchar su palabra y compartir su mesa. Es lo que llamamos "el tiempo ordinario". En estos domingos, lo que nos hace de gu?a e: ir leyendo, de manera continuada, uno de los evangelios, el que corresponda a aquel a?o. Para llenarnos, sencillamente, de la vida y las ense?anzas de Jes?s.


CUARESMA
llamados a convertirnos y a volver al Se?or


La Cuaresma es el tiempo de preparaci?n de la Pascua. Un tiempo en el que estamos llamados a reconocer que, a menudo, somos infieles a la vida nueva que hemos recibido en nuestro bautismo, a pedir perd?n por nuestros pecados, y a trabajar para convertirnos y renovar nuestra vida. Porque queremos acompa?ar sinceramente a Jes?s que camina hacia la cruz, para unirnos a su muerte y poder compartir con ?l su resurrecci?n. Los cuarenta d?as de Cuaresma empiezan el Mi?rcoles de Ceniza y nos conducen a vivir la alegr?a de la Pascua. Una alegr?a que s?lo ser? aut?ntica si realmente nuestra vida se ha transformado para parecerse m?s a lo que Jes?s ha vivido y ense?ado.


SEMANA SANTA
la muerte y la resurrecci?n de Jes?s

Los d?as de Semana Santa son los d?as centrales del a?o. Los d?as en los que conmemoramos lo que es m?s central de nuestra fe: Jes?s que, por amor, por su fidelidad al camino del amor de Dios, es detenido, torturado y ejecutado en la cruz; y que, por la fuerza de Dios, es resucitado de entre los muertos para vivir con Dios para siempre. Empezamos con el Domingo de Ramos, cuando aclamamos a Jes?s que llega a Jerusal?n, y afirmamos nuestra fe en ese camino. Y despu?s, al anochecer del Jueves Santo, empezamos lo que se denomina el Triduo Pascual: el Jueves, como una introducci?n, recibimos de ?l el sacramento por el que le tendremos vivo entre nosotros por siempre, la Eucarist?a; el Viernes, le acompa?amos en su pasi?n y su muerte, su entrega total; el S?bado, en silencio, estamos junto a ?l en el sepulcro; y en la Noche Santa de Pascua, celebramos la gran alegr?a de su resurrecci?n.


PASCUA
la Vida que no se acaba


ara celebrar la resurrecci?n de Jes?s no tenemos suficiente con s?lo in d?a. Por esto, ya desde los inicios, los cristianos quisieron dedicar un tiempo largo a recordar, una y otra vez, que Jes?s est? vivo entre nosotros, que nos ha dado su vida, que nos ha renovado y hecho hijos de Dios por el bautismo. Por esto, la Pascua dura cincuenta d?as, durante as cuales estamos llamados a alabar a Dios, a vivir el gran gozo de ser cristianos, y a transmitir a todos, con nuestra manera de vivir, la Buena Nueva del amor de Dios. La Pascua se acaba con el domingo de Pentecost?s, en el que celebramos que la resurrecci?n de Jes?s contin?a en nosotros, y en la Iglesia, y en el mundo entero, por el Esp?ritu Tanto, que es el mismo Esp?ritu de Jes?s que se nos ha dado.

EL TIEMPO ORDINARIO
el camino del Evangelio


Acabado el tiempo de Pascua, volvemos otra vez al tiempo ordinario, que son las semanas y los domingos en los que no celebramos nada en especial, ni se resalta ninguna actitud cristiana determinada. Esta segunda parte del tiempo ordinario empieza con dos fiestas, la Sant?sima Trinidad y el Cuerpo y Sangre de Cristo, el Corpus. Y despu?s sigue una serie de domingos, hasta que volvemos a empezar el tiempo de Adviento. Y en estos domingos, como en la primera parte del tiempo ordinario, seguir? haci?ndonos de gu?a la lectura, de manera continuada, del evangelio que corresponda a aquel a?o. Para llenarnos, siempre, de la vida y las ense?anzas de Jes?s.

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S?bado, 25 de noviembre de 2006
LXXXVIII ASAMBLEA PLENARIA
DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPA?OLA

Madrid, 20-24 de noviembre de 2006

INSTRUCCI?N PASTORAL
Orientaciones morales ante
la situaci?n actual de Espa?a
(Resumen)


Madrid, 24 de noviembre de 2006


INDICE

Introducci?n

I.- Una situaci?n nueva fuerte oleada de laicismo
A. La reconciliaci?n, amenazada
B. La difusi?n de la mentalidad laicista
C. Sobre las causas de la situaci?n

II.- Responsabilidad de la Iglesia y de los cristianos
A. Superar la desesperanza, el enfrentamiento y el sometimiento
B. Anunciar el gran "s?" de Dios a la Humanidad en Jesucristo

III.- Discernimiento y orientaciones morales
A. Desde una identidad cat?lica vigorosa
B. Caridad social, para el fortalecimiento de la vida p?blica
a. La Iglesia y la sociedad civil
b. Algunas cuestiones que dilucidar
1. Democracia y moral
2. El servicio al bien com?n
3. Mejorar la democracia
4. Respeto y promoci?n de la libertad religiosa
5. El terrorismo
6. Los nacionalismos y sus exigencias morales
7. El ejercicio de la caridad

Conclusi?n


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RESUMEN

La Instrucci?n Pastoral Orientaciones morales ante la situaci?n actual de Espa?a es un documento con el que los Obispos ofrecen su aportaci?n al discernimiento que hoy es necesario hacer, en unos momentos de especial complejidad. El texto pretende favorecer la comuni?n eclesial y animar a los cat?licos a participar activamente en la vida p?blica, al tiempo que quiere ayudar a todos a descubrir las implicaciones morales de la situaci?n actual, con la convicci?n de que ello es un requisito indispensable para una sana vida democr?tica.

La Instrucci?n consta de tres cap?tulos, precedidos por una introducci?n y culminados con una conclusi?n, en los que se describe la situaci?n actual y se analizan sus causas; se realiza una llamada a superar la desesperanza, el enfrentamiento y el sometimiento, as? como a anunciar el gran s? de Dios a la Humanidad en Jesucristo; y se propone un reforzamiento de la identidad cat?lica para llevar a cabo cualquier acci?n en la sociedad y se anima expl?citamente a los cat?licos a vivir la caridad social para el fortalecimiento moral de la vida p?blica.

Cap?tulo I. Una situaci?n nueva: fuerte oleada de laicismo

El documento destaca en este cap?tulo dos datos relevantes en la historia reciente de Espa?a, uno positivo y otro negativo: el advenimiento de la democracia y el desarrollo alarmante del laicismo.

Primeramente, elogia los grandes valores morales que, sobre el trasfondo espiritual de la reconciliaci?n, hicieron posible la Constituci?n de 1978, que ha propiciado treinta a?os de estabilidad y prosperidad, y subraya el importante papel que la Iglesia y los cat?licos espa?oles jugaron en el establecimiento de la democracia. A continuaci?n, llama la atenci?n sobre el peligro que supone dilapidar los bienes alcanzados y reabrir viejas heridas con una utilizaci?n de la ?memoria hist?rica? guiada por una mentalidad selectiva.

Por otro lado, la Instrucci?n Pastoral recalca que para interpretar y valorar las nuevas circunstancias, es necesario tener en cuenta el desarrollo del laicismo en nuestra sociedad, invadida por un modo de vida en el que la referencia a Dios es considerada como algo negativo. De la mano del magisterio de Benedicto XVI, el documento critica el relativismo moral que, parad?jicamente, pretende engrandecer al hombre, coloc?ndolo en el centro de todo y termina por reducirlo a un mero fruto del azar, impersonal, ef?mero y, en definitiva, irracional.

El laicismo radical y excluyente, impulsado por algunos sectores, est? en la base de algunas legislaciones, promovidas recientemente en Espa?a, que deterioran gravemente el bien com?n de una sociedad, formada en buena parte por cat?licos. El texto expresa el deseo de los Obispos de que se pueda ir encontrando poco a poco el ordenamiento justo para que todos podamos vivir de acuerdo con nuestras convicciones sin que nadie pretenda imponer a nadie sus puntos de vista por procedimientos desleales e injustos.

En el documento, los obispos realizan un ejercicio de autocr?tica y se?alan que tambi?n la falta de clarividencia y de vida santa entre los cat?licos han contribuido al oscurecimiento de la fe y al desarrollo de la indiferencia y del agnosticismo te?rico y pr?ctico en nuestra sociedad.

Cap?tulo II. Responsabilidad de la Iglesia y de los cat?licos

Los obispos alertan de que, en las circunstancias actuales, hay que evitar el riesgo de adoptar soluciones equivocadas que, a pesar de sus aparentes claridades, en realidad, se basan en fundamentos falsos, no cristianos.

Algunas de esas tentaciones son la desesperanza, especialmente acuciante en un contexto se hace patente la p?rdida de influencia por parte de los cat?licos, pero que carece de sentido en una Iglesia que no pone nunca su esperanza ni encuentra su apoyo en ninguna instituci?n temporal, sino en Jesucristo, su ?nico Se?or; el enfrentamiento, que lleve a no caer en la cuenta de que las diferencias no tienen por qu? degenerar en conflictos; y el sometimiento, que ceda a la tentaci?n de diluir la propia identidad e incluso renunciar a ella para acomodarse al contexto social. Por el contrario, como dijo Benedicto XVI en Verona, en estos momentos los cat?licos seguimos teniendo la gran misi?n de ofrecer a nuestros hermanos el gran ?s? que en Jesucristo Dios dice al hombre y a su vida, a la amor humano, a nuestra libertad y a nuestra inteligencia.

Cap?tulo III. Discernimiento y orientaciones morales.

Los Obispos se?alan que cualquier tarea que los cat?licos quieran emprender en esta situaci?n ha de realizarse desde una identidad cat?lica vigorosa que incluye formaci?n en la fe, anunciar el evangelio del matrimonio y de la familia, y cuidar la Eucarist?a dominical. Asimismo apuntan que es necesario estimular a los cat?licos para vivir la caridad social y fortalecer as? moralmente vida p?blica. En este sentido se desgranan en este cap?tulo las siguientes cuestiones: democracia y moral, donde se explica que la democracia y los procedimientos democr?ticos no son la ?ltima referencia moral de los ciudadanos, y se ayuda a descubrir que los fundamentos prepol?ticos de la democracia radican en la verdad del ser humano; el servicio al bien com?n, como fundamento de valor y de la excelencia de la vida p?blica; la mejora de la democracia, donde se se?ala que es absolutamente necesario respetar el recto funcionamiento de las instituciones, especialmente la autonom?a del poder judicial y la libertad de los jueces; el respeto y protecci?n de la libertad religiosa, donde se recoge que un Estado laico, verdaderamente democr?tico, es aquel que valora la libertad religiosa como un elemento fundamental del bien com?n, digno de respeto y protecci?n; el terrorismo, intr?nsecamente perverso, del todo incompatible con una visi?n moral de la vida, justa y razonable.

En este punto se afirma que es objetivamente il?cita cualquier colaboraci?n con los terroristas, con los que los apoyan, encubren o respaldan, y que una sociedad que quiera ser libre y justa no puede reconocer expl?cita ni impl?citamente a una organizaci?n terrorista como representante pol?tico leg?timo de ning?n sector de la poblaci?n, ni puede tenerla como interlocutor pol?tico. Las v?ctimas del terrorismo ocupan un lugar destacado en este ep?grafe. Los Obispos les expresan su afecto, respeto y solidaridad, extensibles a sus familiares, amigos y personas que han sufrido directa o indirectamente el terrorismo; respecto a los nacionalismos y sus exigencias morales, se aporta una palabra sosegada y serena que ayude a orientarse en la valoraci?n moral de los nacionalismos en la situaci?n concreta de Espa?a. La Iglesia reconoce la legitimidad de las posiciones nacionalistas, siempre que, como todo proyecto pol?tico justo, se justifiquen en referencia al bien com?n de toda la poblaci?n directa o indirectamente afectada. La unidad hist?rica y cultural de Espa?a puede ser manifestada y administrada de muy diferentes maneras. En esta cuesti?n la Iglesia se limita a recomendar a todos que piensen y act?en con la m?xima responsabilidad y rectitud, respetando la verdad de los hechos y de la historia, considerando los bienes de la unidad y de la convivencia de siglos y gui?ndose por criterios de solidaridad y respeto hacia el bien de los dem?s; el cap?tulo termina con el apartado dedicado al ejercicio de la caridad que refleja c?mo la Iglesia tiene que ser y aparecer, vivir y actuar, como una verdadera comunidad de amor; un amor, vivido y practicado con generosidad y eficacia, especialmente en aquellos casos de urgencia como pueden ser, en la actualidad, el fen?meno de la inmigraci?n, los que no tienen trabajo, los que est?n solos, o las mujeres v?ctimas de la violencia dom?stica, entre otros.

La Instrucci?n Pastoral concluye expresando la voluntad de todos los cat?licos de vivir en la sociedad desde el respeto y libertad para poder proponer libremente la manera propia de ver las cosas y desde ah? poder colaborar sinceramente en el enriquecimiento espiritual de la sociedad.

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LXXXVIII ASAMBLEA PLENARIA
DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPA?OLA

Madrid, 20-24 de noviembre de 2006

Madrid, 24 de noviembre de 2006


La Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE) ha celebrado su LXXXVIII reuni?n del lunes 20 al viernes 24 de noviembre de 2006. Ha asistido por primera vez, como prelado, Mons. D. Jos? Ignacio Munilla, Obispo de Palencia, y no ha estado presente, por motivos pastorales, el Obispo de Lleida, Mons. D. Francesc Xavier Ciuraneta. Han asistido tambi?n D. Luis Mar?n Navarro y D. Juan Luis Mart?n Barrios, administradores apost?licos de Albacete y Zamora, respectivamente.

A las 11,00 horas del lunes 20 de noviembre comenzaban las sesiones de trabajo con el discurso del Presidente de la CEE y Obispo de Bilbao, Mons. D. Ricardo Bl?zquez P?rez, que realiz? un repaso detenido por lo m?s destacado de la visita del Papa a Valencia, durante el pasado mes de julio, con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias, cuyo lema Familia, vive y transmite la fe, ?muestra su mensaje fundamental (?) La convocatoria de Valencia fue un encuentro para celebrar el don del matrimonio y de la familia, fue oportunidad para reflexionar sobre los desaf?os ante los que se hallan en nuestro mundo y fue un compromiso a favor de su misi?n en la Iglesia y su alcance en la sociedad?. Mons. Bl?zquez se refiri? tambi?n, entre otros asuntos, al nuevo sistema de asignaci?n tributaria acordado entre la Iglesia y el Estado. ?Estamos satisfechos porque el contenido es razonable. Con este acuerdo se profundiza en la libertad religiosa?, se?al? el Presidente de la CEE.

Tras el discurso inaugural, como es habitual, tom? la palabra el Nuncio Apost?lico en Espa?a, Mons. D. Manuel Monteiro de Castro. El prelado, en su saludo a los asistentes, recogi? algunas de las palabras que Benedicto XVI dirigi? en Valencia a los prelados espa?oles: ?En este tiempo de r?pida secularizaci?n, seguid proclamando sin des?nimo que prescindir de Dios, actuar como si no existiera o relegar la fe al ?mbito de lo meramente privado, socava la verdad del hombre e hipoteca el futuro de la cultura y de la sociedad?.

Instrucci?n Pastoral

El estudio del borrador de la ya Instrucci?n Pastoral Orientaciones morales ante la situaci?n actual de Espa?a ha sido uno de los temas fundamentales de la Asamblea Plenaria. Los obispos han estudiado a lo largo de la semana un texto redactado por un grupo de ponentes compuesto por Mons. D. Fernando Sebasti?n, Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela; Mons. D. Adolfo Gonz?lez Montes, Obispo de Almer?a; Mons. D. Eugenio Romero Pose, Obispo Auxiliar de Madrid, y el P. Juan Antonio Mart?nez Camino.

El jueves por la tarde era aprobada, por mayor?a cualificada, la Instrucci?n Pastoral. En el momento de la votaci?n se encontraban en la sala de la Plenaria 73 obispos con derecho a voto. De estos, 63 votaron a favor, 6 en contra, 3 se abstuvieron y 1 voto nulo.

El documento consta de introducci?n, conclusi?n y tres cap?tulos titulados: Una situaci?n nueva: fuerte oleada de laicismo, Responsabilidad de la Iglesia y de los cristianos y Discernimiento y orientaciones morales. En el primer cap?tulo se describe la situaci?n actual y se analizan sus causas, en el segundo se realiza una llamada a superar la desesperanza, el enfrentamiento y el sometimiento y a anunciar el gran ?s? de Dios a la Humanidad en Jesucristo, y el en el tercero se propone un reforzamiento de la identidad cat?lica para llevar a cabo cualquier acci?n en la sociedad y se anima expl?citamente a los cat?licos a vivir la caridad social para el fortalecimiento moral de la vida p?blica. En este ?ltimo cap?tulo se analizan cuestiones como la relaci?n entre la Iglesia y sociedad civil, la democracia y la moral, el servicio al bien com?n, el respeto y la protecci?n de la libertad religiosa, el terrorismo, los nacionalismos y sus exigencias morales, y el ejercicio de la caridad.

Informaci?n sobre la Jornada Mundial de la Juventud de Sydney 2008

Los prelados espa?oles recibieron el martes la visita del obispo auxiliar de Sydney (Australia), Mons. D. Anthony Fisher. El prelado inform? a los obispos espa?oles de los preparativos de esta Jornada que se celebrar? del 15 al 20 de julio de 2008 bajo el lema Recibir?is la fuerza del Esp?ritu Santo, que descender? sobre vosotros y ser?is mis testigos (Hch 1,8). Mons. Fisher, coordinador de la Jornada, espera la presencia en Sydney de unos 500.000 peregrinos y la del Papa Benedicto VXI que podr?a unirse a los j?venes de todo el mundo los d?as 18, 19 y 20 y julio.

En Sydney ya ha comenzado la preparaci?n de la Jornada y Mons. Fisher ha invitado a seguir los preparativos y acceder al material preparatoria a trav?s de la p?gina web: www.wyd2008.org

Temas econ?micos y otros temas de la Plenaria

Tambi?n ha formado parte del orden del d?a de la Plenaria el estudio del Catecismo Jes?s es el Se?or. Primer catecismo de infancia que ha presentado a la Asamblea el Presidente de la Subcomisi?n Episcopal de Catequesis y Obispo de Tortosa, Mons. D. Javier Salinas Vi?als. El texto ha sido aprobado y remitido a Roma para su recognitio.

El Presidente de la Comisi?n Episcopal de Liturgia y Obispo de Le?n, Mons. D. Juli?n L?pez Mart?n, present? los trabajos sobre la versi?n espa?ola de la III edici?n del Missale Romanum y las adaptaciones al Misal Romano que corresponden a las Conferencias Episcopales, sobre los que se seguir? trabajando en pr?ximas reuniones. Mientras, el Obispo auxiliar em?rito de Barcelona y miembro de la Comisi?n Episcopal de Liturgia, Mons. D. Pere Tena, expuso una breve reflexi?n sobre la celebraci?n de la Eucarist?a en Espa?a con el fin de tomar conciencia de los aspectos que deben mejorarse y en l?nea con las acciones que se proponen en el Plan Pastoral de la CEE para el 2006-2010.

Mons. Bl?zquez inform? de la celebraci?n que presidir? el pr?ximo 6 de diciembre en Javier (Navarra) con el env?o de 20 misioneros. Este acto se enmarca dentro de la clausura del V Centenario de San Francisco Javier.

La Asamblea Plenaria, como es habitual en su reuni?n del mes de noviembre, ha aprobado los Balances de la CEE y de sus organismos e instituciones correspondientes al a?o 2005 y los Presupuestos para el a?o 2007. Han sido aprobados los criterios de constituci?n y distribuci?n del Fondo Com?n Interdiocesano para el mismo per?odo.

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La Conferencia Episcopal Espa?ola y la Fundaci?n Endesa firman
un nuevo Convenio de colaboraci?n
para la iluminaci?n de templos y catedrales


Madrid, 23 de noviembre de 2006


El Presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE), Mons. D. Ricardo Bl?zquez P?rez, y el Presidente de la Fundaci?n Endesa, Rodolfo Mart?n Villa, firmaron ayer un nuevo Convenio de colaboraci?n para la realizaci?n de proyectos de iluminaci?n de catedrales, templos y otros edificios integrantes del Patrimonio Hist?rico-Cultural de la Iglesia durante el quinquenio 2007-2011.

La CEE y la Fundaci?n Endesa han desarrollado ya dos Convenios suscritos en 1998 y 2001 que han permitido la iluminaci?n de cuarenta y dos catedrales y m?s de cien templos, entre bas?licas, monasterios, santuarios, ermitas e iglesias. Adem?s, se ha colaborado con cuatro exposiciones de las Edades del Hombre y con la iluminaci?n de la Universidad Pontificia de Salamanca.

La aceptaci?n y relevancia social alcanzada en estas actuaciones, seg?n consta en el Convenio, ha aconsejado abordar un nuevo Plan de iluminaciones para el pr?ximo quinquenio 2007-2011, con el fin de culminar los proyectos pendientes y atender tambi?n a las nuevas iniciativas que se puedan presentar.

Financiaci?n paritaria al 50%

La Fundaci?n Endesa cooperar? con su apoyo t?cnico y participar? en el 50% de la financiaci?n del conjunto de los proyectos de las obras de iluminaci?n de las catedrales, templos y edificios integrantes del Patrimonio Hist?rico-Cultural de la Iglesia Cat?lica. Las di?cesis y otras instituciones religiosas que soliciten acogerse a este Convenio, aportar?n el 50% restante del conjunto de los proyectos. Sin embargo, la financiaci?n concreta de cada uno de los proyectos tratar? de acomodarse a las posibilidades de las di?cesis e instituciones religiosas.

El Convenio establece la creaci?n de una Comisi?n Mixta para su seguimiento y ejecuci?n, que estar? compuesta por dos representantes de la CEE y por el Director de la Fundaci?n Endesa. Esta Comisi?n ser? la encargada de establecer el procedimiento para llevar a cabo la selecci?n de las propuestas recibidas, que luego deber?n ser aprobadas por la Comisi?n Permanete de la Conferencia Episcopal.

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El Arzobispo de Valencia, Mons. Agust?n Garc?a-Gasco, a trav?s de CARTA SEMANAL llam? a los cat?licos a promover "nuevas ideas" y propuestas creativas que permitan responder a los requerimientos de "los necesitados de nuestros d?as".


Publicada en ?Paraula-Iglesia en Valencia? el 26 de noviembre de 2006


Las sociedades democr?ticas avanzadas aspiran a tener un rostro social, a realizar un eficaz ejercicio de la solidaridad que mejore la suerte de los m?s desfavorecidos. Con esta finalidad, las autoridades proponen pol?ticas sociales en las que los ciudadanos se implican por razones humanitarias, y en las que la eficacia de la acci?n com?n se multiplica por efecto, tanto de una buena organizaci?n como de una inteligente coordinaci?n de las iniciativas sociales y de los esfuerzos personales.
Entre las ra?ces de la cultura de la solidaridad se encuentra, sin duda, la predicaci?n del Evangelio de Jesucristo y la acci?n caritativa de la comunidad cristiana. El amor al pr?jimo enraizado en el amor a Dios se presenta como tarea para cada cristiano y para toda la Iglesia. Se trata de poner en pr?ctica el amor, de realizar un servicio comunitario ordenado. El amor como tarea necesita tambi?n de una organizaci?n.

Un estilo de vida, en el que la organizaci?n de la caridad siempre ha estado presente, es caracter?stico de la Iglesia desde sus or?genes. Benedicto XVI, en su Enc?clica ?Deus caritas est?, nos recuerda que la comuni?n que caracteriza a la primitiva comunidad cristiana se concreta en que los creyentes tienen todo en com?n y en que, entre ellos, ya no hay diferencias entre ricos y pobres.

Igualmente, el Santo Padre se?ala que esta forma radical de comuni?n resultaba imposible de mantener conforme la Iglesia fue extendi?ndose, pero que el n?cleo central de esta comuni?n ha permanecido. En la comunidad de los creyentes no debe haber pobreza alguna que niegue a alguien los bienes indispensables y necesarios.

Este compromiso de comuni?n dio lugar a un esfuerzo organizativo de la caridad. En el Nuevo Testamento se recoge la instituci?n del diaconado, cuyo cometido era velar por el justo reparto del suministro a las viudas. No se trataba de un mero servicio t?cnico de distribuci?n. Se requer?a que fueran personas ?llenas de Esp?ritu y de sabidur?a?. Su servicio social era al mismo tiempo concreto y espiritual, pues se trataba del amor bien ordenado al pr?jimo.

La diacon?a supuso la primera organizaci?n institucional de la caridad: el servicio del amor al pr?jimo ejercido comunitariamente y de modo org?nico. Se confirma como uno de los ?mbitos esenciales de la Iglesia, con un cometido que se iba concretando seg?n las necesidades detectadas: practicar el amor hacia las viudas y los hu?rfanos, los presos, los enfermos, los forasteros y los necesitados de todo tipo.

La diacon?a fue extendi?ndose a lo largo de toda la Iglesia. Cada monasterio y cada di?cesis llegaron a tener su propia diacon?a, a las que incluso las autoridades civiles les confiaban tareas de distribuci?n entre los m?s necesitados. La figura de los di?conos santos, como san Esteban, san Lorenzo y san Vicente, qued? en la memoria de la Iglesia como expresi?n de la caridad eclesial.

Benedicto XVI extrae de estos datos de la historia de la Iglesia dos consecuencias fundamentales. En primer lugar, para la Iglesia la caridad no es una especie de actividad de asistencia social, que se podr?a dejar a otros; sino que pertenece a su naturaleza y es manifestaci?n irrenunciable de su propia esencia.

En segundo t?rmino, la Iglesia es la familia de Dios en el mundo, en la que no debe haber nadie que sufra por falta de lo necesario. Al mismo tiempo, la propia din?mica del amor como agap? presente en la comunidad cristiana, supera los confines de la Iglesia y establece la universalidad del amor que se dirige hacia el necesitado, quienquiera que sea.

Los necesitados de nuestros d?as requieren cada vez m?s de nuevas ideas y de propuestas creativas, para responder a sus problemas y carencias. Saber enfrentar estos retos ayuda a crecer en su ser y en su misi?n, tanto a la comunidad cristiana como a las sociedades verdaderamente solidarias.

Las graves dificultades actuales en el acceso a la vivienda ?que dificulta a los j?venes que puedan fundar una familia con espacio para su crecimiento?, o la inestabilidad laboral que sufren trabajadores de todas las edades son cuestiones que a todos nos deben preocupar, pues generan nuevos pobres sin esperanza y truncan proyectos de vida familiar. Los cat?licos hemos de poner nuestro esfuerzo y empe?o para bien de los m?s d?biles e indefensos.

Con mi bendici?n y afecto,


Mons. Agust?n Garc?a-Gasco Vicente
Arzobispo

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?A santificarme es preciso. ?nicamente siendo yo santo podr? santificar a los dem?s? (Diario Espiritual 3-XI-1931).

?Ser sacerdote santo o no ser sacerdote? (Diario Espiritual 20-X-1945).

??Para qu? quiero la vida sino he de ser sacerdote santo!? (Diario Espiritual 5-X-1946).


?En el Seminario, entre los seminaristas que m?s le trataron, ten?a fama de santidad, y esto se o?a en comentarios: ?Aparici es un santazo?? (Rvdo. Demetrio P?rez Oca?a, compa?ero de Manuel Aparici en el Seminario y testigo en su Causa de Canonizaci?n. C.P. pp. 668/675).

Y este anhelo de santidad es constante en su vida.



?Por mi ordenaci?n de Subdi?cono el 22 de marzo de 1947, consciente, reflexiva, alegre y libremente ?escribe en su Diario Espiritual el 19-IV-1947, Mi?rcoles de Ceniza? me entregu? totalmente a Cristo y El me acept?.

?El Obispo en su nombre nos dijo:

??Hijos amad?simos: Habiendo de ser promovidos al sagrado orden del Subdiaconado, una y otra vez deb?is considerar atentamente cual es la carga que hoy espont?neamente dese?is tomar sobre vosotros. Porque hasta ahora sois libres y pod?is a vuestro arbitrio volver a la vida del mundo; pero, si lleg?is a recibir este Orden, en manera alguna os ser? l?cito abandonar vuestro prop?sito, sino que en ese ministerio deber?is servir perpetuamente a Dios, a quien servir es reinar, y con su ayuda guardar castidad y estar siempre al servicio de la Iglesia. Por tanto, mientras ten?is tiempo pensadlo bien, y si determin?is perseverar en vuestro santo prop?sito ... acercaos ac? en nombre del Se?or?.

?Y nosotros dimos un paso al frente.

?Por mi Ordenaci?n de Di?cono el 18 de mayo de 1947 ratifiqu? mi entrega y ?l me concedi? el Esp?ritu Santo: ?Accipe Spiritum Sanctum ad robur et ad resistendum diabolo et tentationibus ejus?.

?Y por mi Ordenaci?n de Presb?tero el 31 de mayo de 1947 qued? la entrega plenamente ratificada y sellada, yo soy suyo y ?l es m?o. Y porque soy suyo extendi? sus poderes sobre su Cuerpo f?sico y m?stico al nuevo miembro que se hab?a adquirido. Pues Cristo es quien consagra, por boca y manos de sus ministros, Cristo es quien bendice, Cristo es quien absuelve, quien bautiza y quien da unci?n extrema.

?Esto hay que comprenderlo bien, pues si soy de Cristo, todo lo que el pas?, libre y voluntariamente, lo tengo que pasar yo. Y Cristo pas? pobreza extrema hasta vivir de limosna y no tener d?nde reclinar su cabeza; pas? hambre, fr?o, sed y fatigas y trabajos fue incomprendido, injuriado y despreciado y al fin muri? en la Cruz y todo esto por obediencia al Padre que le hab?a enviado a salvarnos.

?Todo esto lo he pensado y meditado desde el mes de septiembre de 1932 y aunque sent?a y siento toda la repugnancia que todo eso inspira a la naturaleza humana, y que Cristo tambi?n sinti?, paso a paso me he ido acercando hasta que el 31 de mayo de 1947 consum? la entrega.

??Comprend?is por qu? hice bordar en mi cinta de manos, junto a cada fecha, un emblema? En la de Subdiaconado, el de Mar?a Sant?sima, pues a Ella, la Pur?sima, consagraba mi voto de castidad; en la de Diaconado, la cruz y la corona de espinas, pues el Di?cono es coministro del Santo Sacrificio; y en la del Presbiterado el pel?cano, pues el pel?cano es s?mbolo de Cristo, porque alimenta a sus hijuelos con su propia sangre.

?Fij?monos en el orden ascendente de las entregas:

?Castidad = Mortificaci?n total del cuerpo.

?Cruz y espinas = Mortificaci?n total del esp?ritu.

?Pel?cano = Morir v?ctima todos los d?as para
alimentar con la sangre del propio sacrificio a los hijuelos de Cristo cuyo ministro soy.

?Y por si todo eso expresara poco hice grabar en mi c?liz, como sab?is, la quinta palabra de Cristo en la Cruz: ?Sitio?; ?cre?is que yo podr?a beber todos los d?as la sangre del Se?or en ese c?liz que me habla incesantemente de su sed sin darle a beber en retorno de la suya preciosa mi propia sangre en forma de oraci?n, sacrificio, penitencia, estudio y trabajo? No. Y por eso, como promesa de lo que con su gracia har?a por ?l, hice grabar debajo de su petici?n angustiosa ?Sitio?, la respuesta que me dict? su gracia con palabras inspiradas por ?l a S. Pablo: ?Adimpleo ea, quae desunt passionum Christi, in carne mea, pro Corpore ejus, quod est Ecclesia?.

?Todo esto lo pens?, lo medit? y lo madur? con la ayuda de su gracia en mis ?ltimos a?os de Seminario. Su queja la ten?a bien grabada porque ella me gui? desde el Jueves Santo de 1930, y con arreglo a esto hice mis prop?sitos de Ejercicios de las distintas ?rdenes de Subdi?cono, Di?cono y Presb?tero y entre ellos inclu? el que con su gracia acabo de cumplir: hacer en el mismo verano de mi Ordenaci?n el mes de Ejercicios.

?Y lo hice, porque vi que igual que pas? con su Nacimiento, pasar?a con el m?o a su sacerdocio, que la cruz que era el pesebre podr?a nublarse con la adoraci?n de los pastores y de los Magos y el c?ntico de Sime?n en el templo, y la cruz de mi sacerdocio se disimular?a con el besamanos de mi primera Misa, las enhorabuenas y los obsequios, y as? como ?l quiso huir a Egipto, quiso tambi?n que su ministro huyera de Ejercicios.

??Para qu?? Para que as? como ?l a su regreso de Egipto comenz? su vida de sacrificio oculto, as? tambi?n su sacerdote comenzara en su nueva etapa de estudios, su vida de sacrificio y cruz oculta.

??Cu?les fueron las caracter?sticas de su vida en Nazaret? Obediencia, oraci?n, pobreza, trabajo hasta la fatiga y ocultamiento humilde y sacrificio. Luego esas deben ser las caracter?sticas de quien se le entreg?.

?Obediencia: Voy a estudiar y completar mi formaci?n a Salamanca porque lo ha dispuesto ?l, por medio de mi Obispo. Y en las ?pocas de vacaci?n escolar, tan sujeto a la obediencia estar?, como durante el curso; ir? y har? lo que me manden.

?Trabajo hasta la fatiga: El estudio ser? mi principal cruz. Aprovechando hasta el minuto todo el tiempo posible para completar mi formaci?n, claro es que para esa formaci?n algo de ministerio sacerdotal: confesiones, visita de pobres, enfermos, etc. habr? de tener. Pero no hay que olvidar que desde que soy sacerdote el tiempo de que disponga no es m?o, sino de Cristo y de sus almas.

?Pobreza: A mam? no le voy a cercenar nada de lo que en conciencia necesite para subsistir, lo necesario tambi?n es voluntad de Dios que se lo procure y facilite, puesto que en lo necesario tambi?n mi madre es miembro del Cuerpo M?stico de Cristo y estoy atendiendo a Cristo cuando la atiendo a ella; pero en lo no necesario, en lo que pueda suponer cierta prodigalidad, no podr?, ser?a robar a Cristo un tiempo y unas energ?as que son suyas, para atender a la carne y a la sangre.

?En cuanto a m?, aspiro a vivir, dentro de la limitaci?n que me imponga el fin principal, para el cual el Se?or me env?a a Salamanca, que es el estudio, con pobreza lo m?s semejante posible a la de Jes?s, pues siendo ?l mi Cabeza y teniendo a mi Cabeza coronada de espinas, ser?a absurdo que yo me coronara de rosas, y claro es que con la pobreza ir? tambi?n la mortificaci?n compatible con el estudio, fin principal? .


Por su parte, Mons. Jos? Luis Guti?rrez, Relator de la Causa de Canonizaci?n del Siervo de Dios, en la presentaci?n de la Positio Super Virtutibus escribe:

?El Siervo de Dios Manuel Aparici Navarro naci? en Madrid el 11 de diciembre de 1902. Ingresa en el Cuerpo T?cnico de Aduanas en 1922 y el a?o de 1927 se?ala un hito en su vida, ya que a partir de ese momento asume con plena conciencia sus deberes de cristiano, practicados hasta entonces sin una convicci?n profunda. En a?os dif?ciles para Espa?a, encuentra en la Juventud de Acci?n Cat?lica el campo en el que desarrolla un apostolado fecundo, en aras del cual renuncia en 1929 a proseguir los estudios de Derecho. Se siente llamado al sacerdocio y, con total disponibilidad, acepta el consejo de retrasar su entrada en el seminario diocesano ?lo har? en 1941? para continuar la labor en la Juventud de Acci?n Cat?lica, de la que fue nombrado Vicepresidente Nacional en 1933 y Presidente Nacional en 1934. Ordenado sacerdote el 31 de mayo de 1947, fue nombrado en 1950 Consiliario Nacional de la Juventud de Acci?n Cat?lica. Tras ocho a?os de enfermedad ofrecida a Dios con esp?ritu sobrenatural, fallece en Madrid el 28 de agosto de 1964, a?n no cumplidos los 62 a?os de edad [1].

?Destaca la Positio el af?n de almas del Siervo de Dios, como laico y despu?s como sacerdote, con una profunda vida interior y de sacrificio y un trabajo constante, hasta el l?mite de las propias fuerzas.

?La instrucci?n procesal de la causa fue iniciada en Madrid en 1994 y su clausura tuvo lugar el 14 de octubre de 1998. Declararon 41 testigos, seis de los cuales llamados de oficio por el tribunal. La b?squeda de documentos fue realizada por la Comisi?n de expertos en Historia y Archiv?stica, y peritos te?logos dieron su parecer sobre el material recogido.

?Fui nombrado Relator de esta causa en el Congreso ordinario de la Congregaci?n para las Causas de los Santos celebrados el 12 de noviembre de 1999. Es Postulador el Rvdo. Jos? Francisco Guijarro Garc?a y en la redacci?n de la Positio ha colaborado el Dr. Carlos Pein? Agrelo.

?Es oportuno evidenciar que el Summarium contiene un amplio muestrario de escritos del Siervo de Dios, as? como algunas cartas a ?l dirigidas por otras personas [2]. Destacan sobre todo amplios fragmentos de su Diario Espiritual, que abarca el periodo comprendido entre septiembre de 1930 y abril de 1961, as? como los cuadernos de meditaciones, ejercicios y retiros del Siervo de Dios [3].

?Las frases que transcribo a continuaci?n forman par-te de un testimonio personal de Juan Pablo II sobre su sacerdocio:

??El sacerdote es el hombre de la Eucarist?a ... La Santa Misa es en t?rminos absolutos el centro de mi vida y de cada una de mis jornadas ...

El sacerdote es hombre de oraci?n. ?Os alimento con aquello de lo cual yo mismo vivo?, afirmaba San Anselmo. Las verdades que anunciamos hemos de descubrirlas y hacerlas carne de nuestra carne en la intimidad de la oraci?n y de la meditaci?n. Nuestro ministerio de la palabra consiste en poner de manifiesto lo que antes ha madurado en la oraci?n. No es ?sta, sin embargo, la ?nica dimensi?n de la oraci?n sacerdotal. Dado que el sacerdote es mediador entre Dios y los hombres, muchos acuden a ?l pidiendo oraciones. Por eso, la oraci?n ?crea? en cierto sentido al sacerdote, sobre todo como pastor. Y, a la vez, cada sacerdote ?se crea a s? mismo? constantemente gracias a la oraci?n ...

La identidad sacerdotal es importante para el presb?tero; es importante para su testimonio ante los hombres, que en ?l no buscan m?s que al sacerdote: un verdadero homo Dei, que ame a la Iglesia como a su Esposa, que sea para los fieles testigo de lo absoluto de Dios y de las realidades invisibles, que sea un hombre de oraci?n y, gracias a ?sta, un verdadero maestro, un gu?a y un amigo.

La identidad sacerdotal es cuesti?n de fidelidad a Cristo y al pueblo de Dios, al que hemos sido enviados ...

?C?mo puede un sacerdote hacer plenamente realidad esta vocaci?n? Bien conoc?is, queridos sacerdotes, el secreto: confiar en la ayuda divina y esforzarse continuamente por alcanzar la santidad? [4].

Los Rvdmos. Consultores te?logos y los Emmos. y Excmos. Miembros de la Congregaci?n disponen en este volumen del material que les permitir? apreciar si la vida de Manuel Aparici refleja el modelo que el Santo Padre pone ante nuestros ojos; y podr?n as? responder a la pregunta que se somete a su parece: an constet de virtutibus ... in gradu heroico, in casu et ad effectum de quo agitur.

Roma, 8 de septiembre de 2000, fiesta de la Natividad de Nuestra Se?ora.


?Manuel Aparici ?afirma Mons. Maximino Romero de Lema, Arzobispo? vivi? ejemplarmente toda su vida y ?sta es su heroicidad en la vida. Y ?ste es hoy su mensaje: Como seglar, un joven que se convierte a Cristo en plena juventud y que valientemente, sin temores humanos, a velas desplegadas, se empe?a en vivir el Evangelio, para llevarlo a todos los j?venes, como luz de Cristo.

?Como sacerdote un ejemplo de fe, de obediencia, de humildad, de trabajo, de transparencia, de dar su vida al pr?jimo y de oraci?n que alimentaba su vida interior?.


?l, anticip?ndose en much?simas cosas al Concilio Vaticano II, dio el matiz peregrinante a esa Juventud; ?l, con su tes?n, hizo revivir, y de qu? modo, el Camino de Santiago; el fue el art?fice y el alma de la magna peregrinaci?n mundial juvenil a Santiago de Compostela el 28 de agosto de 1948; ?l fue el creador en 1940 de los Cursillos de Adelantados, Jefes y Gu?as de Peregrinos para dar base espiritual honda a los j?venes ?adelantados? camino de Santiago, y despu?s antecedente pr?ximo de los Cursillos de Cristiandad que recogen entre otros muchos elementos el esp?ritu peregrinante de Manuel Aparici, y siempre referencia obligada de los mismos; ?l es ?a juicio de Jos? D?az Rinc?n? el pionero de los Cursillos de Cristiandad; ?l es ...

Han pasado los a?os. Y en quienes le conocieron y trataron, o recibieron el influjo de su apostolado, se afianza su fama de santidad, al que el cardenal don ?ngel Herrera Oria calific? de ?coloso de Cristo, de su Iglesia y del Papa?.

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[1] Para un resumen cronol?gico de la vida del Siervo de Dios, cfr. Inform., pp. 87-90.

[2] Cfr. Summ., pp. 399-554.

[3] Cfr. ibid., pp. 399-475 y 477-505.

[4] JUAN PABLO II, Testimonio en el Simposio Internacional con motivo del XXX Aniversario del Decr. Presbyterorum ordinis, 27-X-1995.

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Viernes, 24 de noviembre de 2006
Mensaje de los obispos de M?xico publicado este 17 de noviembre, al concluir su asamblea plenaria.

Cuautitl?n Izcalli, 17 de noviembre de 2006

La esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones. (Rom 5,5)


1. Los Obispos de M?xico saludamos con afecto a todo el Pueblo de Dios, y le compartimos nuestra alegr?a por la reciente canonizaci?n de nuestro Santo Patrono Rafael Guizar y Valencia, V Obispo de Veracruz, quien predic? el Evangelio con un coraz?n ardiente, se entreg? a la Iglesia como un buen pastor y ejerci? su ministerio con valent?a en medio de la persecuci?n y el peligro. Su vida fue una gracia y su proclamaci?n como santo es una bendici?n para M?xico.
? San Rafael, Obispo de los pobres, ruega por nosotros!

2. Estamos reunidos en nuestra LXXXII Asamblea Plenaria. En el contexto de nuestra Carta Pastoral ?Del encuentro con Cristo a la solidaridad con todos? (2000-2010) nos preguntamos lo que Dios y su pueblo piden de nosotros los Obispos en esta hora de esperanza y a la vez de incertidumbre. Nos preocupan y reclaman nuestra solicitud de Pastores los graves conflictos postelectorales, la compleja y dolorosa situaci?n de Oaxaca, el nefasto poder de los narcotraficantes y la brutalidad de sus cr?menes, y la inseguridad social que la violencia ha generado en todo el pa?s.

3. Muchas son las causas de estas y otras situaciones semejantes que estamos viviendo y es preciso analizarlas. En la ra?z de esta crisis advertimos la falta de respeto a la ley y a las instituciones, pero sobre todo la ausencia de valores morales que son por esencia universales y permanentemente v?lidos como la verdad, el bien, la justicia, el respeto y la promoci?n de la dignidad de la persona y de sus derechos humanos. Como Obispos, proclamamos que s?lo en Cristo encontramos la paz y el fundamento de nuestra esperanza. Exhortamos a todos los fieles cristianos a convertirnos a El y ser coherentes con el Evangelio en todos los ?mbitos de nuestra vida diaria.

4. Al anunciar el Evangelio de Cristo, la Iglesia tiene la misi?n de proclamar la buena nueva del perd?n y de ser una instancia de reconciliaci?n para todos. Exhortamos a los actores sociales, a los partidos pol?ticos y a todas las personas en general a no exacerbar las diferencias, a apartarse del camino de la violencia, a no propiciar intencionalmente el conflicto, a privilegiar el di?logo, propiciar los acuerdos y a ofrecer y pedir perd?n.

5. La paz no es s?lo la ausencia de guerra, sino un estado de vida que permite vivir en armon?a con Dios, con los dem?s y consigo mismo. Hay un clima creciente de inseguridad y de miedo generado por la propagaci?n del delito y por la cobertura poco responsable que le dan algunos medios de comunicaci?n. Reconocemos y apreciamos a quienes exponen su vida o la han perdido en la lucha contra el crimen organizado. Es necesario que las corporaciones polic?acas sean depuradas y cada vez mejor capacitadas en su misi?n. Por otra parte, aprendamos a mirar unos por otros, a no dejarnos intimidar por amenazas ni ceder a provocaciones y a desactivar la violencia verbal que tanto da?o hace.

6. La Iglesia est? llamada a ser un sacramento de la comuni?n con Dios y de los hombres entre s?. Seamos hombres y mujeres de unidad, ayudando a superar los conflictos familiares, propiciando en las relaciones sociales los valores de la fraternidad, e integrando a los marginados y excluidos en nuestros pueblos y comunidades. Hagamos efectivo el saludo fraterno de paz de la Eucarist?a con gestos concretos de buena voluntad hacia todos.

7. Nuestra Patria ha entrado en un proceso de cambio que es fruto de convicciones y opciones muy claras del pueblo mexicano, pero que no tiene aun el rumbo asegurado. La reciente elecci?n presidencial ha sido la m?s cerrada y controvertida de la historia contempor?nea y ha generado un proceso que requiere de un atento seguimiento. Sin embargo, es preciso decir que la democracia exige aceptar los resultados y respetar las instituciones. Hemos de disponernos a afrontar los nuevos tiempos sin actitudes extremistas de antagonismo o de evasi?n fuera de raz?n.

8. Como hemos dicho en la Carta Pastoral, la Naci?n no es una realidad por inventar, sino una herencia que es preciso continuar y acrecentar sin perder nunca todo lo bueno que ya hemos adquirido. Lo que est? en la base y en el fondo de muchas inquietudes e insatisfacciones actuales, es la necesidad de constru?r una Naci?n m?s unida y m?s justa. Todos debemos participar en este desaf?o hist?rico que nos est? proponiendo nuestra Patria y tambi?n, a trav?s de los signos de los tiempos, el Se?or de la historia.

9. A pocos d?as de empezar un nuevo gobierno, recogemos las voces que reclaman un nuevo pacto social incluyente, que privilegie a los pobres y marginados, donde la autoridad se ejerza como un verdadero servicio, los intereses particulares no prevalezcan sobre el bien del pa?s, y en el que la justicia sea la piedra angular de todo el sistema social. Necesitamos tambi?n perfeccionar nuestra democracia, que est? en proceso y requiere de s?lidos fundamentos morales y jur?dicos. En el orden econ?mico, es preciso promover un verdadero desarrollo integral que permita a todos llevar una vida digna y satisfactoria. La educaci?n, el combate a la pobreza, la seguridad p?blica y, sobre todo, la honradez y la transparencia en todos los ?mbitos de la naci?n, son prioridades en que todos debemos trabajar sin dilaci?n.

10. En este cambio de ?poca, debemos comprometernos a que M?xico encuentre y recorra su propio camino en el nuevo escenario nacional e internacional. M?xico ha sido lugar de encuentro de pueblos y culturas, de grandes flujos migratorios, y de intercambio rec?proco con otras naciones. Urge una pol?tica que proteja los derechos humanos de inmigrantes y emigrados. Es impostergable un acuerdo migratorio con los Estados Unidos de Norteam?rica que se exprese en una legislaci?n justa. Rechazamos una vez m?s la construcci?n del muro fronterizo que no resuelve el problema y que es un insulto a toda la naci?n. Tambi?n rechazamos toda injusticia cometida contra nuestros hermanos centroamericanos a su ingreso y a su paso por nuestro pa?s.

11. Nuestra LXXXII Asamblea ha concluido con la revisi?n de nuestros organismos internos, el nombramiento de nuevos dirigentes y colaboradores, y el inicio de un nuevo trienio de trabajo. En mayo pr?ximo, el Santo Padre Benedicto XVI presidir?, en el Santuario de Nuestra Se?ora Aparecida en Brasil, la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe con el tema: ?Disc?pulos y Misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en El tengan vida?. Pedimos la maternal protecci?n de la Sant?sima Virgen de Guadalupe para que esta nueva Asamblea de un nuevo impulso a la pastoral de la Iglesia en Am?rica Latina.

Por los Obispos de M?xico,

+ Carlos Aguiar Retes
Obispo de Texcoco
Presidente de la CEM + Jos? Leopoldo Gonz?lez Gonz?lez
Obispo Auxiliar de Guadalajara
Secretario General de la CEM

? 2006 CEM :: CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO

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(Diario de Avisos, 24 - XI, Tacoronte) Tacoronte celebra con una amplia agenda de actividades la festividad de su patrona, Santa Catalina. Esta noche, la compa??a teatral Delirium pondr? en escena la obra Caperu. La velada ser? en el Teatro P?rez Minik, a partir de las 20.30 horas.

Para ma?ana, d?a de Santa Catalina, se ha programado un encuentro juvenil en la Casa de la Juventud desde primeras horas de la ma?ana. Adem?s de j?venes tacoronteros, acudir?n otros venidos de Buenavista y el Puerto de la Cruz. Los m?s peque?os disfrutar?n en la plaza que recibe el nombre de la santa de castillos hinchables, talleres, etc?tera.

Antes de una eucarist?a que estar? amenizada por la coral polif?nica Santa Cecilia, en esa misma plaza, por la tarde, habr? una actuaci?n de la Escuela Musical de Folclore de Tacoronte y el Mariachi Mazatl?n. Despu?s de la misa, tendr? lugar una procesi?n con las im?genes de Santa Catalina y Santa Cecilia.

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(Diario de Avisos, 24 - XI, Sur) El pr?ximo d?a 29, el obispo de la Di?cesis Nivariense, Bernardo ?lvarez, bendecir? la nueva ermita que se ha levantado en el complejo del campo de tiro en la zona alta del casco de Arona, en honor de San Andr?s. El primer teniente de alcalde, Manuel Barrios, destaca que la ermita es hoy una realidad gracias a la colaboraci?n prestada por la asociaci?n de vecinos de la zona, y vecinos en general del municipio. "Sin la participaci?n de los vecinos –indica Barrios- no hubiera sido posible levantar esta ermita". / Esteban P?rez

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Jueves, 23 de noviembre de 2006
23 noviembre 2006 ZENIT publica el discurso que dirigi? Benedicto XVI el jueves, 23 de Noviembre de 2006, al recibir en audiencia al primado de la Comuni?n Anglicana, el arzobispo Rowan Williams de Canterbury.


Su Gracia,
queridos amigos:

?Gracia y paz a vosotros en el Se?or Jesucristo! Vuestra visita me trae a la memoria la importante costumbre establecida por nuestros predecesores en las recientes d?cadas. Me recuerda, adem?s, la historia de las relaciones entre la Sede de Roma y la Sede de Canterbury, que comenz? cuando el Papa Gregorio Magno envi? a San Agust?n a la tierra de los anglosajones hace m?s de 1400 a?os. Le doy la bienvenida a usted y a la distinguida delegaci?n que le acompa?a. No es nuestro primer encuentro. De hecho, me sent? agradecido por su presencia y por la de otros representantes de la Comuni?n Anglicana en el funeral del Papa Juan Pablo II, y despu?s en la inauguraci?n de mi pontificado, hace a?o y medio.

Su visita a la Santa Sede coincide con el cuadrag?simo aniversario de la visita del entonces arzobispo de Canterbury, el doctor Michael Ramsey, al Papa Pablo VI. Aquella visita se vivi? como una gran promesa, en el momento en el que la Comuni?n Anglicana y la Iglesia cat?lica daban los primeros pasos en el di?logo sobre cuestiones que hay que afrontar en la b?squeda de la plena unidad visible.

Hay muchas cosas en nuestras relaciones en estos cuarenta a?os por las cuales debemos dar gracias. El trabajo de la comisi?n teol?gica para el di?logo ha sido un motivo de aliento al afrontar cuestiones de doctrina que nos han separado en el pasado. La amistad y las buenas relaciones que existen en muchos lugares entre anglicanos y cat?licos han ayudado a crear un nuevo contexto en el que nuestro testimonio compartido del Evangelio de Jesucristo ha sido alimentado y ha dado pasos hacia delante. Las visitas de los arzobispos de Canterbury a la Santa Sede han servido para reforzar esas relaciones y han desempe?ado un papel importante para afrontar los obst?culos que nos separan. Esta tradici?n ayud? a convocar el encuentro constructivo de obispos anglicanos y cat?licos en Mississauga, Canad?, en mayo de 2000, en el que se acord? la formaci?n de una comisi?n conjunta de obispos para discernir formas apropiadas de expresar en la vida eclesi?stica los progresos conseguidos. Por todo esto, damos gracias a Dios.

De todos modos, en el contexto actual, y especialmente en el mundo occidental secularizado, se dan influencias y presiones negativas que afectan a los cristianos y a las comunidades cristianas. En los ?ltimos tres a?os usted ha hablado de manera abierta sobre las tensiones y dificultades que acosan a la comunidad anglicana, as? como sobre la incertidumbre sobre el futuro de la misma Comuni?n. Acontecimientos recientes, sobre todo acerca del ministerio ordenado y de ciertas ense?anzas morales, han repercutido no s?lo en las relaciones dentro de la Comuni?n Anglicana, sino tambi?n en las relaciones entre la Comuni?n Anglicana y la Iglesia cat?lica.

Creemos que estos temas, sobre los que se discute en estos momentos en el seno de la Comuni?n anglicana, son de vital importancia para la predicaci?n del Evangelio en su integridad, y que los debates actuales influir?n en el futuro de nuestras relaciones. Es de desear que el trabajo del di?logo teol?gico, que ha registrado no pocos acuerdos sobre estos y otros importantes argumentos teol?gicos, se siga tomando en serio en vuestro discernimiento. En estas deliberaciones, os acompa?amos con la oraci?n. Esperamos fervientemente que la Comuni?n Anglicana permanezca arraigada en los Evangelios y en la Tradici?n Apost?lica, que conforman nuestro com?n patrimonio y que son el fundamento de nuestra com?n aspiraci?n a trabajar por la unidad plena visible.

El mundo necesita nuestro testimonio y la fuerza que procede de una proclamaci?n sin fisuras del Evangelio. El inmenso sufrimiento de la familia humana y las formas de injusticia que afectan negativamente a las vidas de tantas personas constituyen un urgente llamamiento a ofrecer un testimonio y un servicio compartido. Por ese motivo y a pesar de las dificultades actuales es importante que prosigamos nuestro di?logo teol?gico. Espero que vuestra visita sirva para encontrar caminos constructivos en las circunstancias actuales.

?Que el Se?or le siga bendiciendo a usted y a su familia, y que le asista con su fuerza a usted en su ministerio al servicio de la Comuni?n Anglicana!

[Traducci?n del original ingl?s realizada por Zenit
? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

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"Cuando lleg? la plenitud de los tiempos envi? Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley" (cfr. Gal. 4,4)


Cada a?o la Iglesia celebra ese momento de la Historia de Salvaci?n viviendo un Adviento como preparaci?n para la Navidad. Un tiempo propicio para colocar la mente y el coraz?n en Aquel que se ha hecho hombre para llevar a los hombres a Dios.

El Hijo de Dios nace para dar raz?n y verdadero sentido a la vida humana. La misi?n que Jes?s tiene es tambi?n hoy en d?a nuestra misi?n, por eso no podemos dejar de lado la tarea de evangelizar y con ello de anunciar a Jes?s como luz que ilumina y da sentido a la vida del mundo. Dios nos ha llamado para ser sus colaboradores en la tarea de evangelizar, de ah? nos viene la invitaci?n de poner todas nuestras capacidades y carismas al servicio de esa noble tarea: hacer la voluntad de Dios en nuestra vida personal, familiar y comunitaria.

"Me has dado un cuerpo, aqu? vengo para hacer tu voluntad "(Cfr. Hebreos 10,5-7). Esas son las palabras que el Hijo dirige a su Padre al entrar en nuestra historia como hombre. Expresan su total obediencia al plan de salvaci?n que el Padre le encomienda.

Me has dado un cuerpo verdaderamente humano; mi rostro servir? para revelar el rostro de Dios y al mismo tiempo para revelar la dignidad y el valor de cada rostro humano.

Me has dado un cuerpo humano que me servir? para amar con la profundidad infinita de Dios y con los matices del amor humano.

Con mis manos podr? trabajar, tocar el dolor y sanarlo, podr? bendecir a los ni?os y hacer milagros que ser?n signos del amor de Aquel que me envi?.

Mis pies dejar?n huellas para que mis disc?pulos me puedan seguir.

Mi boca servir? para comunicar la Verdad que salva y hace verdaderamente libre al hombre; con ella expresar? palabras de perd?n y misericordia. De ella saldr?n palabras de vida eterna.

Mis ojos me servir?n para ense?ar a los hombres a mirarse unos a otros como hermanos y mirar a las criaturas con los ojos de Dios. Ser?n ojos humanos capaces de llorar ante la tumba del amigo o ante la ruina de la ciudad amada.

Mi coraz?n que tantas veces se estremecer? ante el dolor de los que sufren, un d?a dejar? de latir y ser? abierto por una lanza, para ser abrigo de los que me miren arrepentidos.

Me has dado un cuerpo que me servir? para recorrer las aldeas de Israel y congregar las ovejas extraviadas por falta del Pastor. Ser? aquel Pastor que conoce y ama a cada una de sus ovejas, por ellas dar? mi vida.

Mi cuerpo me servir? para ofrecerme en sacrificio y para darme como alimento de vida eterna.

Llamar? a unos amigos a quienes infundir? mi Esp?ritu, los instruir? en los misterios del Reino, aprender?n a amar con desinter?s y les encomendar? mis ovejas, como pastores, no como asalariados. Ellos cumplir?n su encargo comport?ndose como modelos del reba?o teniendo su mirada en la recompensa eterna.

Ciertamente el pastoreo es propio del ministerio ordenado que configura de modo especial con Cristo, Cabeza de su cuerpo que es la Iglesia y capacita para actuar en su nombre; pero de cierto modo es participado por todos aquellos que tienen responsabilidad en la comunidad, en la familia, con una autoridad que deben ejercer como servicio.

En este Adviento preparemos nuestro coraz?n, nuestra familia, nuestra comunidad cristiana, para que venga Jes?s y nos ense?e la obediencia amorosa a Dios nuestra Padre.

Que Mar?a, la Madre que siempre supo responder: "h?gase en m? seg?n tu palabra?, interceda para tener nosotros un coraz?n bien dispuesto, un coraz?n de verdaderos disc?pulos de Jes?s.



Mons. Jos? Rafael Banquero Arce
Obispo de Alajuela

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La Comisi?n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR) es una organizaci?n no gubernamental fundada en 1979, de acci?n voluntaria y humanitaria, independiente y plural. Los objetivos fundamentales de CEAR son la defensa y la protecci?n del derecho de asilo y de los derechos de los refugiados, de las personas desplazadas internamente y de quienes llegan a nuestro pa?s en situaci?n de vulnerabilidad o son ap?tridas.

Funciones del puesto de trabajo
En dependencia directa de la Secretaria General ser? el/la responsable de la ejecuci?n de las siguientes funciones:

1. Planificaci?n, organizaci?n, direcci?n y control de los recursos humanos, financieros y programas de la entidad.

2. Velar por la mejora de los m?todos de trabajo, la introducci?n de las innovaciones tecnol?gicas aplicables, la conservaci?n y mantenimiento de los centros, instalaciones y equipos y la optimizaci?n de los ingresos y gastos.

3. Dise?o e implementaci?n de procedimientos en las ?reas de RRHH., Financiera y de Programas.

4. Interlocuci?n con los y las delegadas de personal de CEAR.

5. Supervisi?n de acuerdos y convenios con proveedores, financiadores y otras entidades.

6. Supervisi?n y control de herramientas inform?ticas de gesti?n de informaci?n.



Perfil requerido:

? Titulo superior en CC. Econ?micas, Empresariales, CC. del Trabajo, Administraci?n de Empresas, Derecho o similar?
? Experiencia en gesti?n de RRHH.
? Experiencia en gesti?n Financiera.
? Experiencia en coordinaci?n de equipos de trabajo.
? Conocimiento de programas inform?ticos de gesti?n de n?minas y de contabilidad.
? Conocimientos de planificaci?n estrat?gica.
? Experiencia en implantaci?n de procesos.
? Experiencia en planificaci?n de ?reas de trabajo.
? Disponibilidad para viajar.
? Capacidad administrativa y de an?lisis.
? Capacidad de liderazgo, motivaci?n, negociaci?n y habilidades sociales y de comunicaci?n.
? Alta motivaci?n para el trabajo en Derechos Humanos y una identificaci?n con los objetivos de CEAR.


Adem?s se valorar? positivamente:

? Experiencia de trabajo en el tercer sector.
? M?ster o postgrado en gesti?n de ONGs y/o Fundaciones.
? Conocimiento de las realidades del refugio y de la inmigraci?n
? Experiencia en CEAR.
? Experiencia previa en puesto similar
? Dominio de ingl?s y/o franc?s.

Condiciones que se ofrecen:

? Contrato laboral, jornada completa.
? Incorporaci?n prevista en Enero de 2007.
? Salario entre 34.000 y 40.000 ? brutos al a?o, en funci?n de la capacidad del candidato/a
? Lugar de trabajo: Oficinas centrales de CEAR en Madrid.

Presentaci?n de solicitudes
Las personas interesadas han de enviar su curriculum vitae y carta de motivaci?n POR CORREO ELECTRONICO a la att. de la Coordinadora de RRHH.

Referencia-asunto del mensaje GERENTE
? E-mail: [email protected]
? Fecha l?mite para la recepci?n de candidaturas: 13 de Diciembre de 2006.

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JAVIER L?PEZ D?AZ, sacerdote Terciario Capuchino; [email protected]
LUBLIN (POLONIA).


ECLESALIA, 21/11/06.- No hace mucho un amigo m?o me preguntaba: ??Qu? es m?s f?cil, hacer una genuflexi?n ante el sagrario al entrar en la capilla o inclinar la cabeza ante un hermano y decirle ?buenos d?as??. -?Creo que hacer la genuflexi?n ante el sagrario. Al menos tenemos la seguridad de que no nos va a mirar mal?, le respond? con cierta iron?a, y a?ad?: ?Creo que nos resulta m?s f?cil servir a Dios que a los hombres, y adem?s es mucho menos comprometido?.

Yo he celebrado la misa con hermanos que no se hablaban entre ellos; he rezado salmos d?as en los que en el fondo -y mientras los recit?bamos juntos a coro y casi de memoria- yo mismo estaba ?rabiando? contra alguno de los que se sentaba conmigo, en la misma capilla. He visto sacerdotes celebrar la Eucarist?a con la misma actitud con la que un director exigente ensaya una obra de teatro -con bronca por medio y todo- y donde lo m?s importante parece que era que todo se hiciese como est? mandado. He salido de iglesias sin haber cruzado una sola palabra con el que se sentaba a mi lado. He realizado el gesto de paz sin siquiera mirar a los ojos de aquel a quien tend?a la mano. Hasta he visto darse ?codazos? por un puesto en la fila para ?ir a comulgar?...

Y me he quedado pensando: ?Tiene sentido? ?Qu? estamos haciendo? ?En qu? estamos convirtiendo nuestra fe y nuestra liturgia? ?En un conjunto de ritos vac?os de contenido? ?En una representaci?n? Mientras tanto las iglesias se van quedando cada vez m?s vac?as. Lo cual en s? no ser?a del todo preocupante si pensamos que la fe, vivida como opci?n desde la radicalidad y el convencimiento, va camino de volver a ser cosa ?de unos pocos?. Lo malo no es que las iglesias se queden vac?as: lo malo puede llegar a ser que las comunidades se quedan como muertas.

Leo los evangelios y en ocasiones me veo reflejado... en los fariseos, con su carga de dogmas y prohibiciones que esclavizaban. Mientras, Jes?s ?com?a y beb?a con pecadores?. A los que se empe?aban en llamar a Jes?s el Hijo de Dios (??eres t? el hijo de Dios o tenemos que esperar a otro??) ?l respond?a autodenomin?ndose el Hijo del Hombre, que ?no tiene donde reclinar la cabeza?. Proclamamos a diario en el rezo del Angelus que el Verbo se hizo carne, pero seguimos sin descubrir a Dios en los hombres y mujeres que nos rodean. Seguimos oponiendo lo humano a lo divino, sin caer en la cuenta que con la encarnaci?n de Jes?s, el Hombre y Dios se abrazan, lo divino y lo humano se funden. Dios est? en el Hombre y por tanto tambi?n all? podemos encontrarlo. Los para?sos lejanos, la otra vida, que sea lo que Dios quiera. As? que el Reino de Dios no est? tan lejos. Estar? donde nosotros lo construyamos, estar? donde nosotros queramos que est?.

Ma?ana cuando entre en la capilla lo primero que har? ser? decir ?buenos d?as?. Y luego, de camino a la sacrist?a har? la preceptiva genuflexi?n (en caso de duda ya se sabe) ante el sagrario. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusi?n de sus art?culos, indicando su procedencia).

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23 de Noviembre

El Obispo ya ha nombrado al Director del Centro de Orientaci?n Familiar, de pr?xima apertura, al sacerdote Juan Pedro Rivero Gonz?lez y Subdirector del mismo a Alejandro Gonz?lez Rodr?guez. El equipo del COF 2000, que as? se llama el servicio de atenci?n y orientaci?n al matrimonio, la familia y la infancia, estar? coordinado como director t?cnico por el matrimonio Patricio y Dolores, que ya han sido confirmados por el Sr. Obispo. El pr?ximo catorce de diciembre, a las siete de la tarde, en su Sede de la trasera del edificio del seminario, ser? la bendici?n e inauguraci?n oficial del mismo.

23 de Noviembre

El Colegio San Ildefonso-La Salle celebr? la semana tem?tica de realidades humanas dedicada a la emigraci?n. Se trataba de favorecer actitudes de tolerancia y respeto hacia las personas inmigrantes comprendiendo su situaci?n y tratando de ser solidarios con ellos. Nos preocupa, dicen sus responsables, los sentimientos de xenofobia y racismo que empiezan a surgir en el seno de la sociedad y es un deber moral de nuestra educaci?n cristiana promover comportamientos que vayan en la direcci?n opuesta para aceptar e integrar a las personas que han decidido "mover su casa y venir a vivir con nosotros".

23 de Noviembre

El Gobierno de Canarias ha elaborado un plan piloto para la Revitalizaci?n de Conjuntos y Zonas Hist?ricas del Archipi?lago, La viceconsejera de Cultura del Ejecutivo regional, Dulce Xerach P?rez. Adem?s, Xerach inform? del compromiso del Gobierno aut?nomo de financiar parte de las obras de reconstrucci?n del Palacio de Salazar, sede del Obispado Nivariense, con una partida ascendente a 1.200.000 euros.

23 de Noviembre

Al Santuario hab?an sido invitados a estar cerca de 150 personas representantes, adem?s de la Esclavitud del Cristo y la comunidad franciscanas, sacerdotes, religiosas y religiosos, catequistas, representantes de c?ritas, etc. La prensa recog?a alguna de sus impresiones: Bego?a Afonso, esposa del reci?n fallecido Esclavo Mayor del Cristo, Cleof? Casto, se?alaba emocionada que "la visita de los Reyes enriquecer? el acontecer hist?rico de La Laguna". La presidenta de C?ritas, Mar?a del Carmen Soriano, subrayaba que "la Familia Real es importante porque siempre nos deja bien donde quiera que va y Don Juan Carlos es una bella persona".La superiora de las Siervas de Mar?a, sor Mar?a Trinidad Melguizo, valor? la visita de "los Reyes al Cristo porque as? manifiestan su fe cristiana".

23 de Noviembre

Los Reyes de Espa?a visitaron el Santuario del Cristo de La Laguna, dentro de los actos programados en el viaje a las islas que conmemora el centenario del que realiz? el abuelo de don Juan Carlos, el Rey Alfonso XIII, en 1906, y que fue el primero de un monarca a Canarias. En las puertas del templo Sus Majestades fueron recibidos por el obispo nivariense, Bernardo ?lvarez, el padre Guardi?n de la comunidad franciscana, Francisco Gonz?lez y el Esclavo Mayor del Cristo, Juan Luis Maury-Verdugo. El Rey recibi? el bast?n como esclavo honorario del Cristo. Debajo del coro estuvo la comunidad franciscana y la junta de gobierno para saludar a los Reyes. El Prelado, posteriormente, dirigi? una sencilla oraci?n e invit? a los monarcas a firmar en el Libro de Honor de la Esclavitud, junto al mismo estaba el libro donde firm? Alfonso XIII en 1906 y la pluma que utiliz? el monarca. Tras realizar una breve sesi?n fotogr?fica, la Esclavitud, entreg? su primera insignia de oro y brillantes al Rey, y el Obispo le dio un regalo muy especial: siete medallas de oro con sus respectivas cadenas, con el Cristo de La Laguna por un lado y la Virgen de Candelaria por el otro, para los siete nietos de los Reyes.

Mi?rcoles, 22 de noviembre de 2006
Mensaje los obispos de Paraguay al concluir la asamblea plenaria ordinaria de su Conferencia Episcopal el 10 de noviembre de 2006.

MENSAJE DE LOS OBISPOS DEL PARAGUAY


Los Obispos del Paraguay nos hemos reunido para realizar la 177?. Asamblea Plenaria Ordinaria de la Conferencia Episcopal Paraguaya.

A la luz del emprendimiento pastoral ?Habla Se?or que tu Iglesia escucha?, hemos reflexionado sobre lo que Dios nos dice en este momento y que tambi?n se expresa en la voz del pueblo que vive realidades que deterioran la dignidad y la convivencia social.

Entre los numerosos problemas que nuestro pueblo manifiesta, queremos referirnos espec?ficamente tres de ellos para expresar nuestra visi?n y ofrecer nuestra orientaci?n sobre los mismos, a la luz del Evangelio y de la ense?anza de la Iglesia.

1. El problema de la migraci?n.

Sabemos que toda persona tiene el derecho a la migraci?n con el fin de buscar mejores oportunidades para su pleno desarrollo.

Sin embargo, en nuestra realidad, el hecho de la migraci?n se vuelve un problema con graves consecuencias sociales y morales para toda la Naci?n, lo que motiva nuestra orientaci?n pastoral.

Ante la desesperaci?n de un sector m?s cr?tico de la poblaci?n, por falta de trabajo y de mejores condiciones de vida y por comprobar un horizonte econ?mico cada vez m?s incierto, percibimos cada vez m?s claro el fen?meno social de nuestra gente que emigra hacia otros pa?ses.

La migraci?n de miles de paraguayos y en especial de las mujeres de nuestro pa?s, tiene sus causas, entre otras, en el abandono de la poblaci?n rural y de profesionales, quienes no reciben la atenci?n necesaria de parte de los responsables de la administraci?n del pa?s, por la debilidad de la justicia, y por la falta de fuentes de empleo y mejores condiciones de vida.

Muchos de nuestros compatriotas que emigran sin las condiciones requeridas, como la documentaci?n adecuada, sin contrato de trabajo previo ypor el enga?o de oportunistas, se encuentran en situaciones de vida muy precarias. Tantas veces son sometidos, abusados y hasta explotados. Especialmente dram?tica se vuelve la situaci?n para las mujeres, solteras o casadas, las que, muchas veces, se ven obligadas a exponerse a todo tipo de abusos y desviaciones como la prostituci?n, o uniones ilegales circunstanciales.

Resultado de esta situaci?n es el estadode la familia que permanece en el pa?s y que sufre graves da?os morales y sociales, siendo los m?s vulnerables los ni?os y los j?venes. Dos de cada tres familias del Paraguay est?n en cierto modo afectadas por el fen?meno de la migraci?n. En este sentido, el tejido social y moral de la naci?n se resquebraja profundamente.

Es urgente afrontar este problema nacional con medidas eficaces. Para lograr este objetivo, el Estado, as? como las entidades de servicios y las iglesias, deben poner en marcha los mecanismos y procedimientos, cada cual seg?n su competencia, a fin de evitar que la sociedad paraguaya siga desangr?ndose por causa de las migraciones forzosas.

Porque todo paraguayo tiene derecho al arraigo en su propia tierra, por tanto a no emigrar, debe ponerse todo el empe?o para satisfacer las necesidades b?sicas de la poblaci?n y obtener el bienestar en el propio espacio de vida y de trabajo en nuestro pa?s.

2. Las elecciones municipales

Estamos a pocos d?as de las elecciones municipales que tienen una trascendencia importante para la consolidaci?n de la democracia.

Las elecciones deben ser siempre limpias y transparentes. No es admisible la compra de votos, las manipulaciones de los instrumentos y documentos electorales y tantos otros medios utilizados frecuentemente con irresponsable ligereza y que causa grave da?o a la conciencia del pueblo. Estos medios son claramente inmorales.

Los municipios tienen sus propias caracter?sticas de gobierno, as? como sus propios desaf?os y problemas que requieren de dirigentes con autoridad moral y que tengan como objetivo principal el mejoramiento de las condiciones de vida de sus conciudadanos, con obras y emprendimientos que beneficien directamente a los vecinos de la comuna.

Los Obispos consideramos importante expresar algunos criterios que pueden contribuir al discernimiento de los ciudadanos a la hora de votar. La Iglesia no se identifica con proyecto pol?tico alguno. Sin embargo, ofrece un servicio a todos expresando algunos puntos que sirvan para la reflexi?n.

Buscar otros intereses, personales o grupales, en detrimento del bien com?n, es estafar la esperanza de la gente, debilitando la fe de la ciudadan?a en las instituciones de la democracia.
Un candidato no es necesariamente bueno por pertenecer al propio partido de quien elige;
Debe ser una personareconocida por su honestidad e integridad de vida, con la capacidad de administrar profesionalmente el municipio, ejercer la autoridad como servicio, con dignidad y eficacia.
el candidato debe ser capaz de interpretar las necesidades de la poblaci?n;
debe ser portador de valores humanos y cristianos en la conducta privada y p?blica.
Es importante que los electores eval?en:

el programa que los candidatos proponen, la ideolog?a que los fundamenta y los objetivos que persiguen;
la posibilidad que existe de que ese programa se lleve adelante con realismo, y que no sea solamente un programa que no se pueda cumplir.
Hay que preguntarse si con ese programa, con esas posibilidades y con las actitudes del candidato, se pueden conseguir mejores condiciones de vida para la poblaci?n;
si el candidato o candidata y su programa dan garant?as para que la moralidad p?blica sea manifiesta entre los ciudadanos.
Es fundamental que el elector vaya a votar, ejerciendo su derecho y su obligaci?n constitucional de hacerlo,y lo haga en conciencia, meditando sobre el bien de la comunidad, si quiere que el municipio y el pa?s den un paso adelante.

3. La Constituci?n Nacional

Una nueva Constituci?n para la Rep?blica debe ser el resultado de un amplio consenso donde participe toda la poblaci?n, por medio de las organizaciones sociales, pol?ticas, econ?micas y religiosas a trav?s de sus delegados constituyentes, seg?n los mecanismos que la propia Constituci?n establece.

La polarizaci?n de las posturas y los intereses encontrados del ambiente que vivimos no favorecen el clima necesario para debatir con fundamentos racionales y adoptar decisiones que beneficien a la sociedad en su conjunto.

Ante una duda razonable de cualquier ilegalidad ser? conveniente abstenerse de forzar una interpretaci?n, pues esto pondr? al pa?s en una delicada situaci?n sobre la institucionalidad democr?tica, haciendo dif?cil la gobernabilidad y retrasando as? las acciones y medidas gubernamentales necesarias para superar los graves problemas sociales, econ?micos y morales que soporta el Paraguay.

La Iglesia sostiene que una aut?ntica democracia no es s?lo el resultado de un respeto formal de las reglas, sino que es el fruto de la aceptaci?n convencida de los valores que inspiran los procedimientos democr?ticos.

El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia en el n?mero 407 dice que dichos valores son: ?la dignidad de toda persona humana, el respeto de los derechos del hombre, la asunci?n del bien com?n como fin y criterio regulador de la vida pol?tica. Si no existe un consenso general sobre estos valores, se pierde el significado de la democracia y se compromete su estabilidad???una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto, como demuestra la historia?.

4. Conclusi?n

Nos aproximamos a la gran fiesta mariana de la Virgen de Caacup?, cuya intercesi?n y maternal protecci?n invocamos para que nos podamos sentir y actuar como hermanos que sue?an y trabajan para mantener unida a la familia paraguaya.

Que san Roque Gonz?lez de Santa Cruz y sus Compa?eros m?rtires nos inspiren en el camino de la santidad y del compromiso genuino al servicio de los dem?s, con generosidad y total desprendimiento.

Que Dios Padre, Hijo y Esp?ritu Santo, bendiga a las familias y a todos los ciudadanos de nuestro querido Paraguay.

Asunci?n, 10 de noviembre de 2006

Firman los Obispos del Paraguay

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22 noviembre 2006 ZENIT publica la intervenci?n de Benedicto XVI en la audiencia general de este mi?rcoles dedicada presentar la visi?n de san Pablo ap?stol sobre ?La vida en la Iglesia?.

Queridos hermanos y hermanas:
Concluimos hoy nuestros encuentros con el ap?stol Pablo, dedic?ndole una ?ltima reflexi?n. No podemos despedirnos de ?l sin tomar en cuenta uno de los elementos decisivos de su actividad y uno de los temas m?s importantes de su pensamiento: la realidad de la Iglesia. Tenemos que constatar, ante todo, que su primer contacto con la persona de Jes?s tuvo lugar a trav?s del testimonio de la comunidad cristiana de Jerusal?n. Fue un contacto borrascoso. Al conocer al nuevo grupo de creyentes, se convirti? inmediatamente en su fiero perseguidor. Lo reconoce ?l mismo en tres ocasiones en otras tantas cartas: ?he perseguido a la Iglesia de Dios?, escribe (1 Corintios 15,9; G?latas 1,13; Filipenses 3,6), presentando este comportamiento como el peor crimen.

?La historia nos demuestra que se llega normalmente a Jes?s pasando a trav?s de la Iglesia! En cierto sentido, es lo que tambi?n le sucedi? --como dec?amos-- a Pablo, quien encontr? a la Iglesia antes de encontrar a Jes?s. Ahora bien, en su caso, este contacto fue contraproducente: no provoc? la adhesi?n, sino m?s bien una repulsi?n violenta.

Para Pablo, la adhesi?n a la Iglesia fue propiciada por una intervenci?n directa de Cristo, quien al revelarse en el camino de Damasco, se identific? con la Iglesia y le dio a entender que perseguir a la Iglesia era perseguirle a ?l, el Se?or. De hecho, el Resucitado le dijo a
Pablo, el perseguidor de la Iglesia: ?Saulo, Saulo, ?por qu? me persigues?? (Hechos 9, 4). Persiguiendo a la Iglesia, persegu?a a Cristo. Entonces, Pablo se convirti?, al mismo tiempo, a Cristo y a la Iglesia. As? se comprende c?mo la Iglesia estuvo tan presente en los pensamientos, en el coraz?n y en la actividad de Pablo.

En primer lugar estuvo presente cuando fund? literalmente muchas Iglesias en varias ciudades a las que lleg? como evangelizador. Cuando habla de ?la preocupaci?n por todas las Iglesias? (2 Corintios 11, 28), piensa en las diferentes comunidades cristianas suscitadas en Galacia, Jonia, Macedonia, y en Acaya. Algunas de esas Iglesias tambi?n le dieron preocupaciones y disgustos, como sucedi? por ejemplo con las Iglesias de Galacia, que se pas? ?a otro evangelio? (G?latas 1,6), a lo que se opuso con firme determinaci?n. No se sent?a unido a las comunidades que fund? de manera fr?a o burocr?tica, sino intensa y apasionadamente. Por ejemplo, define a los filipenses ?hermanos m?os queridos y a?orados, mi gozo y mi corona? (4,1). Otras veces compara las diferentes comunidades con una carta de recomendaci?n ?nica: ?Vosotros sois nuestra carta, escrita en nuestros corazones, conocida y le?da por todos los hombres? (2 Corintios 3, 2). Otras veces les de muestra no s?lo un verdadero sentimiento de paternidad sino tambi?n de maternidad, como cuando se dirige a sus destinatarios llam?ndoles ?hijos m?os, por quienes sufro de nuevo dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros? (G?latas 4,19; Cf. anche l Corintios 4,14-15; 1 Tesalonicenses 2,7-8).

En sus cartas, Pablo nos ilustra tambi?n su doctrina sobre la Iglesia en cuanto tal. Es muy conocida su original definici?n de la Iglesia como ?cuerpo de Cristo?, que no encontramos en otros autores cristianos del siglo I (Cf. 1 Corintios 12,27; Efesios 4,12; 5,30; Colosenses 1,24). La ra?z m?s profunda de esta sorprendente definici?n de la Iglesia la encontramos en el Sacramento del cuerpo de Cristo. Dice san Pablo: ? Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan? (1 Corintios 10, 17). En la misma Eucarist?a Cristo nos da su Cuerpo y nos hace su Cuerpo. En este sentido, san Pablo dice a los G?latas: ?todos vosotros sois uno en Cristo Jes?s? (G?latas 3, 28).

Con todo esto, Pablo nos da a entender que no s?lo se da una pertenencia de la Iglesia a Cristo, sino tambi?n una cierta forma de equiparaci?n e identificaci?n de la Iglesia con el mismo Cristo. De esto, por tanto, se deriva la grandeza y la nobleza de la Iglesia, es decir, de todos nosotros que formamos parte de ella: del hecho de ser miembros de Cristo, una especie de extensi?n de su presencia personal en el mundo.

Y de aqu? se deriva, naturalmente, nuestro deber de vivir realmente en conformidad con Cristo. De aqu? se derivan tambi?n las exhortaciones de Pablo a prop?sito de los diferentes carismas que alientan y estructuran la comunidad cristiana. Todos se remontan a un manantial ?nico, que es el Esp?ritu del Padre y del Hijo, sabiendo que en la Iglesia no hay nadie que carezca de ellos, pues, como escribe el ap?stol, ?a cada cual se le otorga la manifestaci?n del Esp?ritu para provecho com?n? (1 Corintios 12, 7). Ahora bien, lo importante es que todos los carismas cooperen juntos en la edificaci?n de la comunidad y no se conviertan, por el contrario, en motivo de laceraci?n. En este sentido, Pablo se pregunta ret?ricamente: ??Esta dividido Cristo?? (1 Corintios 1, 13). Sabe bien y nos ense?a que es necesario ?conservar la unidad del Esp?ritu con el v?nculo de la paz. Un solo Cuerpo y un solo Esp?ritu, como una es la esperanza a que hab?is sido llamados? (Efesios 4, 3-4).

Obviamente, subrayar la exigencia de la unidad no significa decir que hay que uniformar o achatar la vida eclesial seg?n una manera ?nica de actuar. En otro pasaje, Pablo invita a ?no extinguir el Esp?ritu? (1 Tesalonicenses 5,19), es decir, a dejar generosamente espacio al dinamismo imprevisible de las manifestaciones carism?ticas del Esp?ritu, que es una fuente de energ?a y de vitalidad siempre nueva. Pero si hay un criterio particularmente importante para Pablo ?ste es la mutua edificaci?n: ?que todo sea para edificaci?n? (1 Corintios 14, 26). Todo debe ayudar a construir ordenadamente el tejido eclesial, no s?lo sin estancamientos, sino tambi?n sin fugas ni desgarramientos. Una carta de Pablo que llega a presentar a la Iglesia como esposa de Cristo (Cf. Efesios 5, 21-33). Retoma as? una antigua met?fora prof?tica, que hac?a del pueblo de Israel la esposa del Dios de la alianza (Cf. Oseas 2,4.21; Isa?as 54,5-8): expresa as? hasta qu? punto son ?ntimas las relaciones entre Cristo y su Iglesia, ya sea porque es objeto del m?s tierno amor por parte de su Se?or, ya sea porque el amor tiene que ser mutuo y que nosotros, en cuanto miembros de la Iglesia, tenemos que demostrarle una fidelidad apasionada.

En conclusi?n, por tanto, est? en juego una relaci?n de comuni?n: la relaci?n por llamarla de alg?n modo ?vertical? entre Jesucristo y todos nosotros, pero tambi?n la ?horizontal? entre todos los que se distinguen en el mundo por el hecho de de ?invocar el nombre de Jesucristo, Se?or nuestro? (1 Corintios 1, 2). Esta es nuestra definici?n: formamos parte de los que invocan el nombre del Se?or Jesucristo. Se entiende as? hasta qu? punto hay que desear la realizaci?n de lo que el mismo Pablo anhela al escribir a los Corintios: ?Por el contrario, si todos profetizan y entra un infiel o un no iniciado, ser? convencido por todos, juzgado por todos. Los secretos de su coraz?n quedar?n al descubierto y, postrado rostro en tierra, adorar? a Dios confesando que Dios est? verdaderamente entre vosotros? (1 Corintios 14, 24-25). As? deber?an ser nuestros encuentros lit?rgicos. Un no cristiano que entra en una asamblea nuestra al final deber?a poder decir: ?Verdaderamente Dios est? con vosotros?. Pidamos al Se?or que vivamos as?, en comuni?n con Cristo y en comuni?n entre nosotros.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit. Al final de la audiencia, el Papa salud? a los peregrinos en varios idiomas. En espa?ol dijo:]

Queridos hermanos y hermanas:
Pablo conoci? inicialmente a Cristo por el testimonio de la comunidad creyente, como sucede tambi?n hoy normalmente. Su encuentro personal con ?l en el camino de Damasco le transform? despu?s de persecutor en miembro ferviente y defensor de la Iglesia.

Para el Ap?stol, la Iglesia no s?lo pertenece a Cristo, sino que en cierto modo se identifica con ?l. En efecto, los miembros de la Iglesia son tambi?n como los miembros de Cristo mismo, que extienden su presencia personal en el mundo y reciben los diversos carismas, que han de contribuir a la edificaci?n de una comunidad eclesial y a formar un s?lo Cuerpo, un s?lo Esp?ritu, seg?n la vocaci?n a la que han sido llamados (cf. Ef 4, 3-4). Pablo utiliza tambi?n la met?fora de la Iglesia como esposa de Cristo, indicando as? la ?ntima relaci?n de comuni?n y amor entre ambos. De este modo, la experiencia y la doctrina de Pablo es una constante invitaci?n a toda la Iglesia para que sea el ?mbito donde se viva intensamente la relaci?n con Cristo y el cauce propicio para que todos lleguen a ?l.

Saludo a los peregrinos de lengua espa?ola, en particular a las Religiosas de la Compa??a de Santa Teresa, a las Siervas del Hogar de la Madre, a los Antiguos Alumnos del Colegio Mayor San Pablo y a los dem?s grupos venidos de Espa?a, M?xico y otros Pa?ses de Latinoam?rica. Invito a todos a amar a la Iglesia y a vivir gozo en su seno la plena comuni?n.

Muchas gracias por vuestra presencia.
[? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

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(Diario de Avisos, 22 - XI, La Laguna) La ministra de Cultura, Carmen Calvo, y el presidente de la Comisi?n Episcopal para el Patrimonio Cultural de la Conferencia Episcopal Espa?ola, Juan Jos? Asenjo, han firmado un convenio de colaboraci?n que recoger? las restauraciones en las catedrales espa?olas previstas por la comisi?n mixta Iglesia-Estado que precisan una rehabilitaci?n prioritaria. Cultura invertir? 9,9 millones de euros en 2007.

La catedral de La Laguna se encuentra en este listado, junto a otras del resto de Espa?a, como la de C?diz, las cubiertas de las de M?laga y Ja?n o los claustros de las catedrales de Pamplona y Tudela. El acuerdo destaca que las actuaciones se realizar?n en las catedrales que lo requieran con mayor urgencia y con Plan Director. Para decidir sobre los proyectos se tendr?n en cuenta aquellos que no han tenido intervenciones o que las hayan tenido escasamente. El convenio establece las prioridades para 2007 y entrar? en vigor el 1 de enero.

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22 Nov. 06 (ACI).- Al ofrecer hoy su ?ltima reflexi?n dedicada a San Pablo en el marco de las audiencias generales de los mi?rcoles, el Papa Benedicto XVI explic? la especial presencia de la Iglesia en la vida, pensamientos y coraz?n del Ap?stol y precis? que para ?ste la grandeza y nobleza de la Iglesia radica en que es ?casi una extensi?n? de la presencia de Cristo en el mundo.

Ante miles de feligreses congregados en la Plaza de San Pedro pese a la intensa lluvia, el Santo Padre record? que para San Pablo "el primer contacto con la persona de Jes?s tuvo lugar a trav?s del testimonio de la comunidad cristiana de Jerusal?n" y "esto nos lleva a una primera e importante observaci?n: a Jes?s se llega normalmente, para acogerlo o rechazarlo, con la mediaci?n de la comunidad creyente".

"De alguna manera esto fue lo que le pas? a Pablo", pero en su caso "la adhesi?n a la Iglesia fue propiciada por una intervenci?n directa de Cristo que, revel?ndose en el camino de Damasco, se identific? con la Iglesia y le hizo entender que perseguir a la Iglesia era perseguirlo. De ah? se comprende porqu? la Iglesia haya estado despu?s tan presente en los pensamientos, el coraz?n y la actividad de Pablo".

?En primer lugar, explic? al respecto, lo fue en cuanto literalmente fund? diversas Iglesias en las numerosas ciudades a las que viaj? como evangelizador", mientras "en sus ep?stolas nos explica tambi?n su doctrina sobre la Iglesia en cuanto tal. Es bien conocida su original definici?n de la Iglesia como ?cuerpo de Cristo?, que no encontramos en otros autores cristianos".

Sobre el particular, el Pont?fice se?al? que ?la ra?z m?s profunda de esta designaci?n sorprendente la encontramos en el sacramento del cuerpo de Cristo, en la Eucarist?a, Cristo nos da su Cuerpo y nos hace Cuerpo suyo. Con todo ello Pablo nos hace comprender que existe no solamente una pertenencia de la Iglesia a Cristo, sino tambi?n una forma de equiparaci?n y de identificaci?n de la Iglesia con Cristo. De aqu? deriva la grandeza y la nobleza de la Iglesia, es decir del ser miembros de Cristo, casi una extensi?n de su presencia personal en el mundo".

"De aqu? derivan tambi?n las exhortaciones de San Pablo respecto a los diversos carismas que animan y estructuran la comunidad cristiana", afirm? el Santo Padre, subrayando la importancia de que "todos los carismas cooperen en la edificaci?n de la comunidad y no se conviertan en motivo de separaci?n".

Al final de la catequesis, el Papa explic? un criterio paulino fundamental para la realizaci?n de la s?ntesis entre unidad y diversidad en la comunidad eclesial. "Obviamente, subrayar la exigencia de unidad no significa sostener que la vida eclesial se deba uniformar u homologar a un ?nico modo de actuar, pero si hay un criterio importante para Pablo es el de la edificaci?n mutua. E incluso hay una carta en la que Pablo presenta a la Iglesia como esposa de Cristo, tanto en el sentido de que "el amor es mutuo" como en el de que "debemos ser fielmente apasionados de El".

Pon ?ltimo, Benedicto XVI dijo que ?en definitiva, est? en juego una relaci?n de comuni?n: la vertical entre Jesucristo y nosotros, pero tambi?n la horizontal, entre todos los que se distinguen en el mundo por el hecho de "invocar el nombre de nuestro Se?or Jesucristo".

Martes, 21 de noviembre de 2006
LOS OBISPOS AGRADECEN EL COMPROMISO ECLESIAL DE QUIENES EFECTUARON APORTES PARA LA V CONFERENCIA


Mediante una carta emanada de la reciente Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal del Uruguay, todos los obispos agradecen "a quienes emprendieron la b?squeda acerca de c?mo debemos ser Disc?pulos y Misioneros de Jesucristo hoy, en nuestro Pa?s" por la riqueza y profundidad de sus aportes con vistas a la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe que se celebrar? en mayo de 2007 en Aparecida, Brasil.

A NUESTROS HERMANOS PRESB?TEROS, DI?CONOS PERMANENTES,

RELIGIOSAS Y RELIGIOSOS

A TODOS LOS HERMANOS DE NUESTRAS COMUNIDADES ECLESIALES




Entre los muchos quehaceres que hemos emprendido durante estos d?as de Asamblea, hemos preparado nuestro aporte para la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Durante el d?a de ayer, nos reunimos con el Secretariado de la CEU para ahondar juntos en el contenido que queremos trasmitir como Iglesia en el Uruguay a la V Conferencia.

El punto de partida de nuestra reflexi?n fue la recopilaci?n de los aportes de cada Di?cesis y de algunos organismos de servicio de la CEU, de la Conferencia de Religiosos del Uruguay y de otros grupos eclesiales.

Los Obispos hemos valorado con gratitud la riqueza y profundidad de estos aportes. Nos ha admirado la prontitud, disponibilidad y sentido eclesial con que todos ustedes respondieron a nuestra invitaci?n a participar y a sentirse corresponsables en la elaboraci?n de nuestro aporte a la V Conferencia.

De la generosa y voluminosa respuesta, los Delegados de la CEU a la V Conferencia llevar?n consigo todos los aportes, como respaldo para su trabajo en Aparecida. Esos mismos aportes que ustedes nos han enviado ser?n la base para elaborar las pr?ximas Orientaciones Pastorales de la CEU.

En cada uno de los aportes, hemos escuchado las inquietudes, alegr?as, penurias y esperanzas de nuestro pueblo, expresadas con su propio lenguaje.

A quienes emprendieron la b?squeda acerca de c?mo debemos ser Disc?pulos y Misioneros de Jesucristo hoy, en nuestro Pa?s, les agradecemos su compromiso eclesial. Igualmente, damos nuestras m?s sentidas gracias a la Comisi?n de la CEU para la V Conferencia General por su labor de promoci?n, de programaci?n de sus reuniones de trabajo mantenido durante este tiempo, y por recopilar todos los aportes.

Continuemos orando para celebrar y recibir con coraz?n de Disc?pulo el acontecimiento de gracias de la V Conferencia General. Reciban nuestra bendici?n agradecida.


LOS OBISPOS DEL URUGUAY

Florida, 14 de noviembre de 2006.

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Gu?a para los responsables
de la reuni?n de formaci?n

OBJETIVOS

? Comprender c?mo el estudio cr?tico de los Sin?pticos nos permite reconocer un mismo Jesucristo, con recursos literarios diversos. Pero s?lo cuando el estudio cr?tico viene proyectado no desde la duda sobre los textos, sino sobre la hip?tesis positiva que la Tradici?n y el Magisterio de la Iglesia hacen posible.

? Descubrir que las diferencias entre los Sin?pticos lejos de ser una dificultad, suponen una riqueza para comprender el misterio de Cristo. Habitualmente se piensa, como ya pensaron algunos en la antig?edad, que las diferencias entre los diferentes evangelios son un obst?culo para aceptar la historicidad de los hechos narrados.

? Comprender en la lectura de los textos que se proponen en este tema como raz?n y fe, historia y catequesis no se contraponen.

? Entender como la participaci?n en el hecho cristiano ?fe?, permite a la raz?n ampliarse, salir de la c?rcel de sus l?mites, y comprender la persona de Jes?s en su totalidad humana y divina.

? Reconocer el cristianismo como un hecho ?ntegramente humano, que pone en juego los aspectos interiores y exteriores de la experiencia humana, y, por tanto, la entera humanidad de cada evangelista con su propia capacidad y todos sus valores personales.

RECORRIDO SINT?TICO


Partimos del hecho de que los evangelistas no eran literatos de profesi?n. Y, sin embargo, pusieron, en su sencillez, una notable habilidad literaria provocada por la grandeza de lo que ten?an que expresar.
Aunque todos los evangelios concluyen con la resurrecci?n y apariciones de Jes?s, s?lo San Marcos comienza con la presentaci?n de Juan Bautista. La descripci?n que este evangelio hace del Bautista en realidad significa una presentaci?n solemne de Jes?s por medio del precursor.

En San Mateo, la aparici?n Bautista queda retrasada hasta el cap?tulo 3, porque primero se narra la genealog?a y la infancia de Jes?s. Esto debe producir sus cambios en la narraci?n en lo referido al Bautista. Las diferencias con San Marcos no denotan que a?ada cosas distintas o que sea m?s pobre, sino que de otro modo viene a decir lo mismo. Y lo hace, en efecto, utilizando las profec?as como cumplidas en Jes?s. De este modo no se limita a decir que march? a Galilea, sino que su sencilla marcha a Galilea adquiere las dimensiones de un gran acontecimiento anunciado por Isa?as. Tambi?n en San Mateo tenemos entonces una presentaci?n solemne de Jes?s.

Tambi?n San Lucas retrasa la figura de Juan Bautista hasta el cap?tulo 3, narrando primero la infancia de Jes?s. Pero la figura del Bautista no es el motivo de una presentaci?n de solemne del Mes?as, sino que tiene un car?cter todav?a m?s penitencial, de conversi?n. Por otro lado, la marcha a Galilea es expl?citamente descrita bajo la acci?n del Esp?ritu, esto es, igual que en San Mateo, no se trata de un hecho meramente profano, sino una hecho que entra dentro de un designio de Dios que realiza esta historia de Jes?s. Por otro lado San Lucas nos sorprende adelantando a este momento ?respecto a los otros dos?la escena de Jes?s en la sinagoga de Nazaret. De este modo San Lucas hace una presentaci?n tambi?n solemne de Jes?s, pero ya no vaga y abstracta como en san Marcos, sino con el ejemplo concreto de la predicaci?n en Nazaret. Y como se deduce de esta narraci?n, aunque san Lucas tenga un car?cter marcadamente universalista, propio de una evangelista muy probablemente gentil, no rompe con la tradici?n jud?a, al utilizar la cita del Antiguo Testamento.

Los evangelistas, por tanto, son leales a una historia, la historia de Jes?s de Nazaret, y a todo su trasfondo jud?o. Pero utilizan toda su capacidad literaria para poder comprender esta historia hasta el fondo: la afirmaci?n de la fe.

PISTAS PARA LA PROFUNDIZACI?N

? La Dei Verbum del Concilio Vaticano II nos recuerda (n. 18) el origen apost?lico de los Evangelios. Los mismos ap?stoles, junto con otros de su generaci?n los escribieron como fundamento de la fe. Dichos y hechos de Jes?s, esto es un acontecimiento que, no sin la acci?n del Esp?ritu, abr?a su mente hasta poder afirmar verdaderamente qui?n es Jes?s. En el n.19, la misma Dei Verbum, confirma la certeza de que los Evangelios ? ?cuya historicidad afirma sin dudar?? narran fielmente los hechos y ense?anzas de Jes?s.

18. Todos saben que entre los escritos del Nuevo Testamento sobresalen los Evangelios, por ser el testimonio principal de la vida y doctrina de la Palabra hecha carne, nuestro Salvador.

La Iglesia siempre y en todas partes ha mantenido y mantiene que los cuatro Evangelios son de origen apost?lico. Pues lo que los Ap?stoles predicaron por mandato de Jesucristo, despu?s ellos mismos con otros de su generaci?n lo escribieron por inspiraci?n del Esp?ritu Santo, y nos lo entregaron como fundamento de la fe: el Evangelio cu?druple, seg?n Mateo, Marcos, Lucas y Juan.

19. La santa madre Iglesia ha defendido siempre y en todas partes, con firmeza y m?xima constancia, que los cuatro Evangelios mencionados, cuya historicidad afirma sin dudar, narran fielmente lo que Jes?s, el Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y ense?? realmente para la eterna salvaci?n de los mismos hasta el d?a de la ascensi?n (cf. Act 1,1-2).

Despu?s de este d?a, los Ap?stoles comunicaron a sus oyentes esos dichos y hechos con la mayor comprensi?n que les daban la resurrecci?n gloriosa de Cristo y la ense?anza del Esp?ritu de la verdad. Los autores sagrados compusieron los cuatro Evangelios escogiendo datos de la tradici?n oral o escrita, reduci?ndolos a s?ntesis, adapt?ndolos a la situaci?n de las diversas Iglesias, conservando el estilo de la proclamaci?n: as? nos transmitieron siempre datos aut?nticos y genuinos acerca de Jes?s.

Sac?ndolo de su memoria o del testimonio de los ?que asistieron desde el principio y fueron ministros de la palabra?, lo escribieron para que conozcamos la ?verdad? de lo que nos ense?aban (cf. Lc 1,2-4).

? Las reducciones que se pueden dar a la hora de acercarnos a la persona de Jes?s de Nazaret, y por tanto a los textos evang?licos, son de dos tipos (Cf. La certeza sobre Jes?s y los Evangelios, lecci?n inicial de la formaci?n del clero, Septiembre 2006). Estas reducciones rompen el v?nculo raz?n y fe.

? La reducci?n racionalista que ha decidido a priori que lo divino no se puede comunicar al hombre dentro de una realidad tangible y humana (negaci?n de la divinidad de Jes?s, negaci?n de cuanto de milagro haya en los evangelios, etc.). Esta posici?n ya no nos permite comprender lo que dicen los textos sin?pticos, pues se parte de la sospecha de que no son fieles a la historia. La presentaci?n de Jes?s que hacen los sin?pticos que comentamos en esta sesi?n de formaci?n ya no puede ser comprendida en toda su dimensi?n. Las diferencias que se encuentran en los sin?pticos ser?an, pues, una muestra m?s de c?mo la comunidad cristiana fabric? el mito de Jes?s mucho tiempo despu?s.

? La reducci?n a una mera inspiraci?n interior, es la soluci?n que nace como reacci?n al racionalismo, y al final se encuentra con ?l. Como sea que de Jes?s no se puede saber nada mediante la raz?n, la ?nica posibilidad que quedar?a es entender el cristianismo como el acercamiento al texto donde el Esp?ritu mismo de Dios iluminar?a interiormente al hombre para aceptar a Jes?s y tener certeza sobre ?l. Ser?a la eliminaci?n de la raz?n (de suyo incapacitada) para buscar en el sentimiento el apoyo necesario.

? Ambas posiciones, aunque expresen un aspecto verdadero, son reductivas. Los autores de los evangelios fueron hombres que participaron, de un modo u otro en un hecho ?ntegramente humano, encontr?ndose con Jes?s, o con los que hab?an vivido con ?l, participaban de una experiencia que abr?a su raz?n para poder llegar donde la raz?n sola jam?s podr?a llegar, y que, siendo por entero una experiencia humana, no se pod?a reducir a una iluminaci?n interior, sino que ten?a aspectos externos y aspectos internos.

? S?lo participando de una experiencia similar, podemos comprender hasta el fondo lo que leemos en los evangelios. Esta es la experiencia de la tradici?n tanto en el mundo cat?lico como en el ortodoxo. Participar de un hecho presente hoy, que acontece hoy, que est? vivo hoy, es participar de la vida de la Iglesia. El car?cter sacramental de la Iglesia (visible y espiritual a un tiempo, LG 8, SC 5) permite al hombre de todos los tiempos vivir una experiencia id?ntica a la de los or?genes, ampliar la raz?n y su uso (evitando la reducci?n racionalista) y vivir un cristianismo que respete los datos originales, esto es, hecho de aspectos interiores y exteriores, subjetivos y objetivos (evitando la reducci?n a una solo sentimiento interior).

? Sobre el uso adecuado de la raz?n hablaba el Papa Benedicto XVI en Ratisbona: El objetivo de Harnack, en el fondo, era hacer que el cristianismo estuviera en armon?a con la raz?n moderna, precisamente libr?ndolo de elementos aparentemente filos?ficos y teol?gicos, como por ejemplo la fe en la divinidad de Cristo y en la trinidad de Dios. En este sentido, la ex?gesis hist?rico-cr?tica del Nuevo Testamento, en su visi?n, volvi? a situar la teolog?a en el cosmos de la universidad: para Harnack, la teolog?a es algo esencialmente hist?rico y, por tanto, estrictamente cient?fico. Lo que investiga sobre Jes?s mediante la cr?tica es, por decirlo as?, expresi?n de la raz?n pr?ctica y en consecuencia tambi?n se puede sostener en el conjunto de la universidad.

Por consiguiente, nuestra intenci?n no es retirarnos o hacer una cr?tica negativa, sino ampliar nuestro concepto de raz?n y de su uso. Porque, mientras nos alegramos por las nuevas posibilidades abiertas a la humanidad, tambi?n vemos los peligros que emergen de estas posibilidades y debemos preguntarnos c?mo podemos evitarlos. S?lo lo lograremos si la raz?n y la fe se vuelven a encontrar unidas de un modo nuevo, si superamos la limitaci?n, auto decretada, de la raz?n a lo que se puede verificar con la experimentaci?n, y le abrimos nuevamente toda su amplitud. En este sentido, la teolog?a, no s?lo como disciplina hist?rica y ciencia humana, sino como teolog?a aut?ntica, es decir, como ciencia que se interroga sobre la raz?n de la fe, debe encontrar espacio en la universidad y en el amplio di?logo de las ciencias.

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Plena sinton?a de los obispos canarios ante la inmigraci?n en el primer encuentro p?blico en com?n con motivo de la clausura de la exposici?n de fotograf?as de Borja Su?rez sobre la llegada de inmigrantes a Canarias. (Publicado en "Iglesia Nivariense" NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2006 N? 69)


Asistencia, Acogida, Integraci?n


Daniel Barreto


Con motivo de la clausura de la exposici?n de fotograf?as de Borja Su?rez sobre la llegada de inmigrantes a Canarias, el Instituto Superior de Teolog?a de las Islas Canarias y el aula Manuel Alem?n de la Universidad de Las Palmas organizaron el pasado jueves 28 de septiembre en la Casa de la Iglesia de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria una conferencia-coloquio con la participaci?n de Francisco Casses Andreu, Obispo de Canarias, y Bernardo ?lvarez Afonso, Obispo de San Crist?bal de La Laguna.

Los obispos, en este primer encuentro p?blico com?n, que adquiere por significado hist?rico, expresaron la plena sinton?a de sus posiciones ante la inmigraci?n africana a Canarias y Europa as? como la unidad de las dos di?cesis Canarias frente cualquier acontecimiento. Ante m?s de 300 personas, tras un an?lisis de datos y estad?sticas sobre la procedencia de los extranjeros que se instalan en Canarias y de la llamada al sentido cr?tico ante los medios de comunicaci?n y sus intereses econ?micos, los obispos ex-pusieron las claves esencia-les de la posici?n cristiana ante el fen?meno de la inmigraci?n.

Ya la entra?a jud?a del cristianismo, sobre todo en su vertiente prof?tica, ense?aba el mandato divino y sagrado de hacerse cargo de "la viuda, el hu?rfano y el extranjero" como modo en que el creyente hace a Dios presente en el mundo. Esa es la tarea definitoria decisiva del fiel del Antiguo Testa-mento y, elevado a misi?n universal, la tarea esencial del cristiano. Seg?n Monse?or Casses Andreu, al menos en Europa, la viuda y el hu?rfano est?n relativamente bien atendidos. "Nos queda, sin embargo, el extranjero", dijo el obispo. La responsabilidad y hospitalidad del necesitado m?s all? de los cuarenta d?as que permanecen en los centros de internamiento son tareas ineludibles para los cat?licos.

Asimismo, los obispos de Canarias criticaron el enfoque predominante en el trata-miento de la inmigraci?n. No s?lo en lo que respecta a la xenofobia o el rechazo al extranjero, sino especialmente pusieron en guardia frente al discurso aparentemente bienintencionado que defiende la necesaria mano de obra inmigrante para mantener la econom?a de las sociedades opulentas de consumo. Pues en ese punto de vista, que calcula cu?ntos se necesitan para los trabajos indeseables o realizados en condiciones de "neoesclavitud" y cu?n-tos se expulsan, las personas que vienen de fuera son tratadas como mercanc?a. Se atenta as? contra la dignidad humana.

Tanto Casses como ?lvarez coincidieron en se?a-lar las injustas reglas de la econom?a mundial, que han condenado a ?frica a la pobreza y el olvido. Atendiendo a su experiencia personal en Burkina-Fasso, Monse?or Casses puso el acento sobre lo que significa literalmente "morirse de hambre". Las situaciones de neocolonialismo europeo e internacional sobre ?frica son las verdaderas causas de la inmigraci?n desesperada.

En ese sentido, los obipos indicaron que son pocos en los medios de comunicaci?n los que se percatan de lo que est? en juego esencialmente: el futuro de ?frica. ?frica y su pobreza son el tema principal que debe ocupar en este contexto al cristiano. Mientras se habla de la huida en cayucos de j?venes de pa?ses secularmente saqueados, la prensa de Canarias celebra que las Islas se conviertan en "cabeza de puente" europea y norteamericana de las nuevas formas de explotaci?n empresarial. Dos desembarcos, el del inmigrante en Canarias y el del empresario en ?frica, que no est?n desvinculados.

?lvarez Afonso destac? que la Iglesia llevaba m?s de 90 a?os celebrando el d?a del emigrante y que la acci?n de la Iglesia en su atenci?n y acogida se realizaba siempre de modo prioritario en las v?as de acci?n de las parroquias. El obispo de La Laguna destac? la necesidad urgente de formarse sobre la realidad africana, luchar contra la ignorancia que rodea ?frica, por ejemplo a trav?s de la revista Mundo negro. En ese acercamiento urgente a ?frica, se hace central la solidaridad y la cooperaci?n religiosa, social y espiritual con el Islam, lo cual implica tambi?n se?alar las posibilidades que tienen los pa?ses isl?micos de co?laborar en la erradicaci?n de la pobreza en el norte de ?frica.

A continuaci?n se abri? el debate con los asistentes, que profundizaron en varios aspectos de la cuesti?n, entre ellos: la necesidad de que en los centros de acogida se d? un trato digno a los inmigrantes, la urgente reivindicaci?n de la igualdad de condiciones laborales de los extranjeros, el derecho de los pobres a no emigrar, la distinci?n entre multiculturalismo e interculturalidad, las maneras de participar desde las parroquias en el apoyo y socorro de los inmigrantes, la denuncia prof?tica ante las instituciones civiles, la sensibilizaci?n y concienciaci?n social, etc.

Las di?cesis canarias daban muestra con este encuentro que las pautas fundamentales de la acci?n que llevan realizando hace muchos a?os a favor de los m?s necesitados, la viuda, el hu?rfano y ahora especialmente el extranjero, marcan el camino adecuado. La consigna de todo cristiano ante la inmigraci?n, seg?n Francisco Casses, es la defensa de la dignidad humana y el rechazo militante de cualquier forma de exclusi?n practicando la "asistencia, la acogida y la integraci?n".

Publicado por verdenaranja @ 22:45  | Migraciones
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Comentario al Evangelio (Lc 19,41-44) perteneciente al jueves de la trig?simo semana del Tiempo Ordinario, publicado en el libro "Ens??ame tus caminos" de Guillermo Guti?rrez.



El llanto. Es impresionante ver llorar a un hombre. El que llora descubre una impotencia. Jes?s llor? sobre Jerusal?n ante un destino que conoce y es inevitable. Sabe que han decidido matarle en la ciudad de sus desvelos y trabajos. Ser? arrasada y habr? llanto, dolor y luto. Respetuoso con la libertad, llora su impotencia.
La ruina de Jerusal?n se describe con detalles basados en el asedio de la ciudad. Lo mismo escribe Lucas, antes que despu?s del asedio, nos encontramos ante cuadros de horror y crueldad. No es nada nuevo. Vienen a ser similares a los de Ruanda, Nicaragua, Bosnia... lo mismo que sucede en cada contienda, en cada guerra, en cada campo de concentraci?n. El que con mente serena y libre de prejuicios es capaz de analizar la conducta de los hombres en orden a sacar conclusiones de valor universal, deduce que donde el hombre se olvida de Dios suele olvidarse tambi?n de los hombres, que donde falta la moral se demuestra muy en?deble la honradez ?tica, que los humanismos puros terminan por de-mostrarse muy poco humanos, y que donde Dios no est? se impone la ley de la selva, la ley del m?s fuerte. Donde est? y se respeta a Dios brotan otros frutos de justicia, amor y paz.

Jerusal?n fue destruida, pero su castigo no debe interpretarse como castigo de Dios tal como esta expresi?n suele entenderse. La masa que pidi? su crucifixi?n pidi? tambi?n su condena. Por eso permanecen Jerusal?n y su suerte como s?mbolo eterno del mal uso de la libertad. A pesar de todo, Jerusal?n vive eternamente como la ciudad santa donde el Redentor derram? su sangre para salvaci?n del mundo. Y sigue sien-do el s?mbolo de la reuni?n universal de la humanidad entera rescatada por esa sangre.

?Qui?n puede decir que conoce y acepta la venida del Se?or? Las sugerencias del Esp?ritu pueden llegar de diversas partes y ?el que a vosotros oye es a m? a quien oye?.

Publicado por verdenaranja @ 22:32  | Espiritualidad
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Comentario al evangelio (Lc 19, 11-28) del mi?rcoles de la trig?simotercera semana del Tiempo Ordinario, publicado en el libro"Ens??ame tus caminos" de Guillermo G?ti?rrez.


Fidelidad en lo poco. Poco antes del nacimiento de Jes?s hizo Arquelao un viaje a Roma para solicitar el nombramiento de rey. Detr?s de ?l sali? una delegaci?n de jud?os con la misi?n de sabotear el nombramiento. A su regreso tom? Arquelao revancha cumplida contra aquel grupo de jud?os.

Sobre esta historia, viva en el recuerdo, est? montada la ense?anza de la par?bola de las onzas, expuesta tambi?n por Mateo bajo el s?mil de los talentos (S?bado, semana 21).

Dios distribuye sus dones de forma desigual. Los hombres son crea-dos iguales pero ?desiguales?. La capacidad de reflejar a Dios no es lo mismo en la materia que en el esp?ritu y dentro de los seres libres cada uno es distinto de los dem?s. Pero todos deben ser gerentes celosos para gloria de su Se?or.

Contra lo que cabr?a esperar, en la par?bola no se pide cuenta de los posibles fallos o errores de gesti?n. No se examina m?s que los beneficios aportados por cada uno. Y al condenar al perezoso lo que en ?l se condena es el pecado de omisi?n. Nadie tiene derecho a dejar inactivos los dones recibidos; nadie puede presentarse ante ?l con las manos va-c?as. La fe consiste en algo m?s que en gestos piadosos. ?De qu? servir?a una fe guardada celosamente como oro en un fanal) No hacer productivos los dones de Dios predispone para ser despojado de ellos. Por tanto, la vida de fe debe caracterizarse por una presencia activa y din?mica. El hombre se define como proyecto, algo que debe irse realizando cada d?a conforme a su naturaleza hasta la plenitud de destino.

Publicado por verdenaranja @ 22:24  | Espiritualidad
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(EL D?A, 21 - XI, Santiago del Teide) Con una concentraci?n vecinal tras el traslado de las im?genes de Santa Ana, desde Tamaimo; Santo Domingo de Guzm?n, la Virgen de El Pilar, desde Las Manchas, y la Virgen de El Carmen, desde Puerto de Santiago, a la zona conocida como El Calvario, en Las Manchas, Santiago del Teide conmemor? el 97 aniversario de la erupci?n de El Chinyero.

Se trata de la ?ltima registrada en la Isla, la cual se produjo a las 14:30 horas del 18 de noviembre de 1909. En aquellos d?as fue cuando la poblaci?n del municipio traslad? la imagen de Santa Ana hasta El Calvario de Las Manchas, sitio en el que, inexplicablemente, la lava par? su recorrido.

La efem?ride fue conmemorada con la tradicional misa, a la que asisti? el alcalde, Juan Gorr?n, y parte de la corporaci?n, as? como numerosos vecinos. A continuaci?n se realiz? la escenificaci?n de la erupci?n volc?nica, tras la que los presentes organizaron una gran parranda canaria y degustaron una paella gigante.

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(Diario de Avisos, 21 XI, G?imar) Hoy martes, a partir de las 19.30 horas, en la parroquia matriz de San Pedro Ap?stol, en G??mar, tendr? lugar la bendici?n de la imagen de la Virgen de las Aguas, realizada por el escultor cordob?s Francisco Romero Zafra, destinada a acompa?ar a la popular imagen del Cristo de la Columna en su procesi?n del Lunes Santo.

Se trata de una obra a tama?o natural, de serenidad cl?sica, que con caracter?sticas andaluzas, presenta, sin embargo, la contenci?n y recogimiento de las m?s conocidas dolorosas canarias.

Los actos destinados a remarcar la efem?ride comprenden su bendici?n, por el vicario General de la Di?cesis, Domingo Navarro Mederos, y un triduo religioso, adem?s de tres conferencias impartidas por el prior de los Padres Carmelitas Descalzos de la ciudad de Sevilla, Juan Dobado Fern?ndez.

Por ?ltimo, en la ma?ana del pr?ximo s?bado 25 de noviembre, se efectuar? el traslado de la imagen de la Virgen de las Aguas hasta la capilla de San Pedro Arriba, lugar donde se custodiar? habitualmente la imagen. En todos estos actos que se desarrollar?n en el municipio se contar? con la presencia del escultor de la talla, el cordob?s Francisco Romero Zafra.

La iniciativa de su adquisici?n, que comenz? hace unos dos a?os, ha recorrido un largo camino en la organizaci?n de actos destinados a la recaudaci?n de los fondos necesarios para la consecuci?n de este objetivo. Adem?s de rifas, cenas, baile y viajes, tambi?n se ha contado para afrontar esos gastos con numerosos donativos particulares y cuestaciones peri?dicas en los barrios de San Pedro Arriba y Chacaica, promotores del proyecto.

El dinero recaudado ha permitido tambi?n el encargo de los vestidos, la daga y la diadema de la imagen (elaborados tambi?n en talleres cordobeses), as? como de las andas procesionales, que han sido talladas por los conocidos ebanistas laguneros Felipe e Isidoro P?rez Garc?a.

El nombre de Virgen de las Aguas, rinde homenaje doble al l?quido elemento. Por un lado, intenta reflejar la simbolog?a cristiana de purificaci?n y renovaci?n del agua, mientras, que por otro, plasma la trascendencia que la cultura del agua ha tenido en la historia del municipio de G??mar en general y del barrio de San Pedro Arriba en particular, en donde se encuentran los antiguos molinos, lavaderos, abrevaderos y tanquillas de reparto m?s importantes de la poblaci?n.

El propio nombre de la calle en donde se ubica la capilla, Calle del Agua, hace referencia al laberinto de tuber?as y atarjeas que cruzan la zona abasteciendo al casco urbano y fincas de la costa del municipio.

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(Diario de Avisos, 21 - XI, Tacoronte) El obispo de la Di?cesis Nivariense (Tenerife), Bernardo ?lvarez, y el alcalde de Tacoronte, Herm?genes P?rez, asistieron el pasado domingo a la colocaci?n de la primera piedra de la nueva iglesia y plaza del barrio costero de El Pris. Esta iniciativa ha sido posible gracias a un convenio de colaboraci?n suscrito entre el Obispado y el Consistorio tacorontero. La inversi?n global en estas dos infraestructuras asciende a 303.324 euros, de los que 246.922 corresponde a la finalizaci?n de las obras del templo. El dinero restante, 56.401 euros, se destinar? a sufragar la construcci?n de la plaza y el acondicionamiento del entorno. En estas partidas se incluye la demolici?n de la ermita existente.

La nueva iglesia de El Pris, que cuenta con una superficie de 268 metros cuadrados, tendr? una capacidad para albergar a 124 personas. La futura plaza dispondr? de una dimensi?n de 248 metros cuadrados.

"Se ha cumplido un deseo tan importante para la vida de El Pris, cuyo pueblo ha sentido siempre una especial predilecci?n por su patrona, la virgen del Carmen, que es veladora incansable del trabajo en la mar y de este n?cleo pesquero", destac? en su intervenci?n el mandatario tacorontero, Herm?genes P?rez.

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Lunes, 20 de noviembre de 2006
El costo de las obras es de 303.324 euros, que ser? financiado por el ayuntamiento y la Di?cesis, en proporci?n 80% y 20%, respectivamente. El nuevo equipamiento sustituir? a la vieja ermita.


(EL D?A, 2O - XI, Tecoronte) El obispo de Tenerife y el alcalde de Tacoronte, Bernardo ?lvarez y Herm?genes P?rez, respectivamente, colocaron la primera piedra de la nueva iglesia y plaza del barrio pesquero de El Pris, el pasado s?bado por la tarde.

Esta iniciativa sale adelante gracias a un convenio entre la instituci?n eclesi?stica y la administraci?n local por el cual el ayuntamiento aportar? el 80% del coste de las obras y el resto correr? a cargo del Obispado.

El proyecto consiste en la demolici?n de la ermita existente para edificar en su lugar una iglesia y una plaza sobre una parcela de 665 metros cuadrados de suelo urbano con calificaci?n para equipamiento religioso. Adem?s, la intervenci?n incluye la mejora del entorno.

La iglesia tendr? una capacidad para albergar a 124 personas y contar? con una sacrist?a anexa, lo que suma en total una superficie de 268 metros cuadrados. En cuanto a la plaza, la misma tendr? una dimensi?n de 248 metros cuadrados.

El presupuesto total de la intervenci?n asciende a 303.324 euros, de los que 246.922 corresponden al templo y otros 56.401 estar?n destinados a la construcci?n de la plaza y el acondicionamiento del entorno.

El mandatario tacorontero manifest? durante el acto de inauguraci?n de las obras su satisfacci?n "por el cumplimiento de este deseo tan importante para la vida del litoral de El Pris y cuyo pueblo ha sentido siempre especial predilecci?n por su patrona la virgen del Carmen, que es veladora incansable del trabajo en el mar, de este pueblo pesquero". Asimismo, a?adi? que "la intervenci?n en el entorno con su plaza se unir? a otra actuaci?n que comenzar? en breve de embellecimiento de todo el barrio que lo har? a?n m?s bello y m?s interesante".

Por otro lado, el alcalde de Tacoronte, Herm?genes P?rez Acosta, la concejala de Electrificaci?n, ?ngeles Fuentes Dorta, y el resto de miembros del grupo de Gobierno inauguraron el alumbrado p?blico de la V?a de Ronda del municipio, en un sencillo acto celebrado en la citada carretera esquina con la calle Ismael Dom?nguez.

El coste, que est? financiado entre el Ayuntamiento de Tacoronte y la Consejer?a de Industria del Gobierno de Canarias, dentro del Plan de Ahorro Energ?tico, asciende a 55.495 euros y la actuaci?n, seg?n indica ?ngeles Fuentes, se suma a las que viene realizando el consistorio en el ?ltimo a?o en otras muchas calles del t?rmino municipal como la calle La Ladera del barrio de San Juan y las calles El Manch?n y Flores y Sol de Guayonje.

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20 Nov. 06 (ACI).- El Papa Benedicto XVI explic? que la ausencia de violencia no es la ?nica garant?a del derecho a la libertad religiosa y asegur? que ?ste supone el compromiso del poder civil de ?facilitar las condiciones propicias que favorezcan la vida religiosa?.

Al recibir esta ma?ana al Presidente de la Rep?blica Italiana, Giorgio Napolitano, en visita oficial, el Pont?fice afirm? que la Iglesia y el Estado deben servir al ser humano, ?seg?n su respectiva misi?n y con los propios fines y medios? y ?colaboran para promover mejor el bien integral del hombre?.

Tras destacar que la solicitud de la comunidad civil por el bien de los ciudadanos ?no se puede limitar a la salud f?sica, el bienestar econ?mico, la formaci?n intelectual o las relaciones sociales?, el Santo Padre subray? que ?el ser humano se presenta frente al Estado tambi?n con su dimensi?n religiosa?.

?Ser?a sin embargo limitado considerar que el derecho a la libertad religiosa es suficientemente garantizado cuando no se hace violencia o no se interviene en las condiciones personales o se limita a respetar la manifestaci?n de la fe en el ?mbito del lugar de culto?, indic?.

En este sentido, precis? que ?la misma naturaleza social del hombre exige que ?ste manifieste externamente los actos internos de religi?n, que se comunique con otros en materia religiosa y profese su religi?n de forma comunitaria. La libertad religiosa es, por tanto, un derecho no s?lo de la persona, sino tambi?n de la familia, de los grupos religiosos y de la misma Iglesia?.

El Papa insisti? en que ?un respeto adecuado del derecho a la libertad religiosa implica, por tanto, el compromiso del poder civil a facilitar las condiciones propicias que favorezcan la vida religiosa, para que los ciudadanos puedan ejercer efectivamente los derechos de la religi?n y cumplir sus deberes?.

?La libertad, que la Iglesia y los cristianos reivindican, no perjudica los intereses del Estado o de otros grupos sociales y no aspira a una supremac?a autoritaria sobre ellos, sino que es m?s bien la condici?n para que se pueda realizar aquel precioso servicio que la Iglesia ofrece a Italia y a cada pa?s en que est? presente. Este servicio a la sociedad tambi?n se expresa en el ?mbito civil y pol?tico?, a?adi?.

Precis? que por su naturaleza y misi?n ?la Iglesia no es y no pretende ser un agente pol?tico?, sin embargo, ?tiene un inter?s profundo en el bien com?n de la pol?tica?.

El Papa hizo hincapi? en que ?esta aportaci?n espec?fica la ofrecen principalmente los fieles laicos?, que ?cuando se comprometen con la palabra y con la acci?n a combatir los grandes desaf?os actuales no act?an por su propio inter?s peculiar o en nombre de principios perceptibles ?nicamente por quien profesa un determinado credo religioso: lo hacen en el contexto y seg?n las reglas de la convivencia democr?tica, por el bien de toda la sociedad y en nombre de valores que cada persona de buena voluntad puede compartir?.

Al final del discurso, el Santo Padre expres? el deseo de que Italia ?avance por el camino del aut?ntico progreso y ofrezca a la comunidad internacional su preciosa contribuci?n, promoviendo siempre aquellos valores humanos y cristianos que forjan su historia, su cultura, su patrimonio ideal, jur?dico y art?stico, y que siguen siendo la base de la existencia y del compromiso de sus ciudadanos. En este esfuerzo, no faltar? la contribuci?n leal y generosa de la Iglesia Cat?lica a trav?s de la ense?anza de sus obispos y gracias a la obra de todos los fieles?.

Napolitano, elegido Presidente el pasado 10 de mayo, tambi?n dirigi? un discurso en el que dijo ser profundamente consciente de ?la misi?n universal de la Iglesia Cat?lica y del precioso servicio que ofrece a la naci?n.

Posteriormente, Napolitano visit? al Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado Vaticano.

Durante la presentaci?n, el Cardenal Bertone subray? "la amplitud de relaciones que la Santa Sede mantiene con numerosos estados de todos los continentes y con diversos organismos internacionales", observando que "no es casualidad que, incluso quien no comparte la fe cristiana, ve en el Papa al portavoz de instancias morales supremas y escucha sus llamamientos al respeto de la dignidad del ser humano, de la promoci?n de la paz y el desarrollo y al desarrollo y la colaboraci?n sincera entre pueblos, religiones y culturas por un futuro mejor de la familia humana".

Tras reiterar el anhelo de colaborar con Italia y con todos los pa?ses de la Tierra, el Cardenal Bertone alent? al presidente italiano a perseverar en los compromisos que comparte con la Santa Sede no s?lo por el bien de la naci?n italiana, con una atenci?n especial para las regiones del sur, sino tambi?n en lo que respecta a la ?unificaci?n del continente europeo? y ?la paz en todo el mundo?, ?contrastando las fuerzas oscuras y violentas del terrorismo y del odio?, con el fin de ?promover activamente el bien de la humanidad?.

Discurso del Excmo. y Rvmo.

Sr. D. Manuel Monteiro de Castro

Arzobispo titular de Benevento
Nuncio Apost?lico

Madrid, 20 de noviembre de 20056




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EExcmo. Se?or Presidente,
Emmos. Se?ores Cardenales,
Excmos. Se?ores Arzobispos y Obispos,
Hermanos y hermanas:

De nuevo me siento complacido al aceptar la invitaci?n del Excelent?simo y Reverend?simo Se?or Don Ricardo Bl?zquez P?rez, Presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola, para dirigirme a ustedes al comienzo de la Asamblea Plenaria. Transmito a todos ustedes, a sus Iglesias diocesanas y a todos los presentes, el saludo y la bendici?n del Santo Padre, a quien tengo el honor de representar en Espa?a.

1. El Encuentro Mundial de las Familias, celebrado en Valencia con gran ?xito de organizaci?n, cont?, a pesar del intenso calor, con una participaci?n de personas que super? todas las expectativas. El Santo Padre propuso la doctrina de la Iglesia sobre la familia, anim?ndola a vivir en amor y en fidelidad su uni?n matrimonial.

2. Perm?tanme que ahora les recuerde algunos de los puntos del mensaje que el Santo Padre dirigi? a los Obispos espa?oles. Despu?s de los meses transcurridos, es bueno volver a leerlo para constatar su oportunidad y su actualidad.

a) ?Proseguid una incesante e incisiva pastoral familiar en vuestras di?cesis?. Despu?s, en la homil?a del domingo, nos record? que ?la Iglesia nos ense?a a respetar y promover la maravillosa realidad del matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer, que es, adem?s, el origen de la familia?. Y a?adi? que ?reconocer y ayudar a esta instituci?n es uno de los mayores servicios que se pueden prestar hoy d?a al bien com?n y al verdadero desarrollo de los hombres y de las sociedades?. Estamos llamados a anunciar las caracter?sticas propias de la familia seg?n el plan de Dios, pero tambi?n promoviendo en las parroquias y en las di?cesis la pastoral familiar.

b) ?Mantened vivo y vigoroso el esp?ritu misionero?, que ha acompa?ado la vida de los espa?oles en su historia.

c) ?En este tiempo de r?pida secularizaci?n... seguid proclamando sin des?nimo que prescindir de Dios, actuar como si no existiera o relegar la fe al ?mbito de lo meramente privado, socava la verdad del hombre e hipoteca el futuro de la cultura y de la sociedad?. Dios es el garante de nuestra libertad. Dios, que es amor, es la ?nica luz que en el fondo ilumina la oscuridad del mundo. No perd?is el ?nimo, proclamad que Jes?s es el que tiene palabras de vida eterna.

d) ?Os exhorto encarecidamente a mantener y acrecentar vuestra comuni?n fraterna?.

Los cuatro puntos, que ahora no necesitan ninguna glosa, constituyen cuatro grandes temas para la actuaci?n de los Obispos de la Conferencia Episcopal Espa?ola.

3. Aprovecho la ocasi?n para agradecerles la cercan?a de todos ustedes y su solidaridad con el Santo Padre con motivo de los ataques injustificados que sufri? tras su discurso en la Universidad de Ratisbona. El Santo Padre ha reiterado posteriormente en varias ocasiones que la religi?n no va con la violencia, sino con la raz?n. ?En un mundo caracterizado por el relativismo ?dijo el Papa a los embajadores musulmanes? y que con demasiada frecuencia excluye la trascendencia de la universalidad de la raz?n, necesitamos imperativamente un aut?ntico di?logo entre las religiones y las culturas capaz de ayudarnos a superar juntos todas las tensiones, con un esp?ritu de colaboraci?n fecunda? (Discurso del 25-09-2006).

Que la Sant?sima Virgen Mar?a les bendiga. A Ella encomiendo los trabajos y el fruto de esta Asamblea.

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Discurso Inaugural del Excmo. y Rvmo.

Sr. D. Ricardo Bl?zquez P?rez

Obispo de Bilbao
Presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola


Madrid, 20-24 de noviembre de 2006




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Se?ores Cardenales, Se?or Nuncio Apost?lico, Se?ores Arzobispos y Obispos; colaboradores de la Conferencia; representantes de los medios de comunicaci?n social, reciban mi saludo de paz en el Se?or al empezar esta nueva Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Espa?ola.

?Familia, vive y transmite la fe?

Hay acontecimientos que por su trascendencia deben ser largamente preparados y durante mucho tiempo meditados, ya que el mensaje que contienen requiere honda asimilaci?n espiritual; esta rememoraci?n es tanto m?s necesaria cuanto m?s vertiginosamente se suceden los hechos desplazando al pasado distante tambi?n a los que deber?an ser actualizados. A la categor?a de acontecimientos memorables pertenece sin duda el Encuentro Mundial de las Familias, que tuvo lugar en Valencia a principios del mes de julio y que presidi? el Papa Benedicto XVI los d?as 8 y 9. Fue preparado con dedicaci?n y competencia, trabajando muchas personas unidas en la ilusi?n. Cuando en las fotograf?as a?reas se contempla el cauce viejo del Turia y sus bordes abarrotados de gente el impacto es impresionante. Fue una fiesta de luz y de gozo, de vida y de esperanza. Agradecemos la visita apost?lica del Papa, cuyo lema ?Familia, vive y transmite la fe,? muestra su mensaje fundamental. Felicitamos a quienes contribuyeron al ?xito de esta cita mundial. Recordamos tambi?n en la oraci?n y el afecto a las v?ctimas del accidente del metro del d?a 3.

Los d?as primeros de la semana, que culminar?a con las celebraciones presididas por el Papa, la Feria de Muestras se convirti? en una inolvidable Feria de las Familias. Junto al Congreso Teol?gico-Pastoral, tuvieron lugar en otros pabellones sendos congresos dedicados a los abuelos y a los hijos. Era un hervidero de gente y una muestra espl?ndida de humanidad.

En este ambiente, junto al pabell?n donde en numerosos ?stands? se presentaban diversas y estimulantes iniciativas pastorales sobre la familia, fueron presentados cinco vol?menes preparados por diferentes servicios de la Conferencia Episcopal. En el volumen titulado El Papa con las familias se recogen las ense?anzas de Benedicto XVI sobre la familia hasta aquel momento. En otro volumen, titulado Los obispos espa?oles y la familia se ofrece un buen n?mero de escritos pastorales de obispos que f?cilmente se podr?an haber ampliado. A los Encuentros Mundiales con las Familias se dedica otro, en que aparecen las intervenciones del Papa Juan Pablo II desde el primero celebrado en Roma en 1994, apoyando la iniciativa de la ONU que hab?a decidido destinar ese a?o a la Familia. El cuarto volumen colecciona los documentos sobre La vida humana, don precioso de Dios, publicados por la Conferencia Episcopal entre los a?os 1974 y 2006. Y, por fin, Los primeros pasos en la fe contienen sugerencias para el despertar a la fe en la familia y en la parroquia. Estas diversas publicaciones desean prestar un servicio a la pastoral de la familia, de la vida y de la transmisi?n de la fe. Agradezco cordialmente a quienes colaboraron en la recogida y preparaci?n de los diferentes materiales.

El centro de nuestro inter?s al evocar el V Encuentro Mundial de las Familias reside l?gicamente en recordar algunos aspectos del mensaje del Papa Benedicto XVI. Cito diversos p?rrafos a mi modo de ver muy significativos.

En el aeropuerto, en el primer saludo, expres? el prop?sito de su visita. ?Mi deseo es proponer el papel central para la Iglesia y la sociedad, que tiene la familia fundada en el matrimonio. Esta es una instituci?n insustituible seg?n los planes de Dios, y cuyo valor fundamental la Iglesia no puede dejar de anunciar y promover, para que sea vivido siempre con sentido de responsabilidad y alegr?a?.

El tema del Encuentro fue la transmisi?n de la fe en la familia, que en diversos momentos reson? en las intervenciones del Papa. ?Transmitir la fe a los hijos, con la ayuda de otras personas e instituciones como la parroquia, la escuela, o las asociaciones cat?licas, es una responsabilidad que los padres no pueden olvidar, descuidar o delegar totalmente?. ?Los padres son los primeros responsables de la educaci?n de sus hijos y los primeros anunciadores de la fe?, dir? en otro momento uniendo dos realidades vitales para la sociedad y la Iglesia, a saber, la familia y la educaci?n. ?El lenguaje de la fe se aprende en los hogares donde esta fe crece y se fortalece a trav?s de la oraci?n y de la pr?ctica cristiana?. ?La familia cristiana transmite la fe cuando los padres ense?anza sus hijos a rezar y rezan con ellos; cuando los acercan a los sacramentos y los van introduciendo en la vida de la Iglesia; cuando todos se re?nen para leer la Biblia, iluminando la vida familiar a la luz de la fe y alabando a Dios como Padre?. Podemos comentar nosotros: Los padres preceden y acompa?an a los hijos en el itinerario de la fe; no les dicen simplemente: Reza, ve a misa, sino: Vamos a rezar, vamos a Misa. Con su ejemplo les ense?anza ayudar a los necesitados; y en el calor del hogar los hijos aprenden a vivir y a convivir, a ser amados y a amar.

Como el matrimonio y la familia afectan en sus mismos fundamentos a la sociedad ampli? el Papa su discurso en estos t?rminos: ?Invito a los gobernantes y legisladores a reflexionar sobre el bien evidente que los hogares en paz y en armon?a aseguran al hombre y a la mujer, a la familia, centro neur?lgico de la sociedad?. ?La familia es una escuela de humanizaci?n del hombre, para que crezca hasta hacerse verdaderamente hombre. En este sentido, la experiencia de ser amados por los padres lleva a los hijos a tener conciencia de su dignidad de hijos. La criatura concebida ha de ser educada en la fe, amada y protegida. Los hijos, con el fundamental derecho a nacer y ser educados en la fe, tienen derecho a un hogar que tenga como modelo el de Nazaret y sean preservados de toda clase de insidias y amenazas?.

Un ni?o nace como fruto del amor, de la entrega generosa y de la esperanza de los padres; y es tambi?n hijo del Padre Dios que lo ama por s? mismo y lo llama a la filiaci?n divina. Los hijos forman parte de esta manera de una cadena viviente de personas con su tradici?n. Por esto dijo el Papa: ?Con el don de la vida recibe tambi?n un patrimonio de experiencia. A este respecto los padres tienen el derecho y el deber inalienable de transmitirlo a los hijos: educarlos en el descubrimiento de su identidad, iniciarlos en la vida social, en el ejercicio responsable de su libertad moral y de su capacidad de amar a trav?s de la experiencia de ser amados y, sobre todo, en el encuentro con Dios?.

En este contexto, mostrando una entra?able calidad de esp?ritu, dijo Benedicto XVI: ?Deseo referirme ahora a los abuelos, tan importantes en las familias. Ellos pueden ser -y son tantas veces- los garantes del afecto y la ternura que todo ser humano necesita dar y recibir. Ellos dan a los peque?os la perspectiva del tiempo, son memoria y riqueza de las familias. Ojal?, bajo ning?n concepto, sean excluidos del c?rculo familiar. Son un tesoro que no podemos arrebatarles a las nuevas generaciones?.

Termino este florilegio con unas palabras del Papa en el discurso de despedida ya en el aeropuerto. ?Conf?o en que, con la ayuda del Alt?simo y la maternal protecci?n de la Virgen Mar?a, este Encuentro siga resonando como un canto gozoso del amor, de la vida y de la fe compartida en las familias, ayudando al mundo de hoy a comprender que la alianza matrimonial, por la que el var?n y la mujer establecen un v?nculo permanente, es un gran bien para la humanidad?.

Podemos quiz? resumir el contenido y el tono de los discursos del papa de la manera siguiente: Expuso la verdad del matrimonio como instituci?n de la humanidad y como sacramento cristiano, y el sentido humanizador y evangelizador de la familia, con transparencia y profundidad, con respeto y amabilidad; ha invitado a protegerlos y cuidarlos como un tesoro. En la proclamaci?n de la verdad, conocida por la raz?n y la fe, sobre el matrimonio y la familia va incluida la llamada a la reflexi?n y a la eventual reorientaci?n. Su actuaci?n serena, humilde, acogedora y abierta han sido una especie de b?lsamo que suaviz? muchas relaciones.

La convocatoria de Valencia fue un encuentro para celebrar el don del matrimonio y de la familia, fue oportunidad para reflexionar sobre los desaf?os ante los que se hallan en nuestro mundo y fue un compromiso a favor de su misi?n en la Iglesia y su alcance en la sociedad.

Miles de familias con sus hijos proclamaron con gratitud y esperanza, con su presencia y testimonio: ?Es posible la fidelidad, es posible envejecer juntos quienes unieron sus vidas en el sacramento del matrimonio, es posible transmitir generosamente la vida y educar a los hijos como personas y como cristianos! Valencia fue un canto al amor de Dios que hace posible el amor en el matrimonio y la familia. El matrimonio cristiano se fundamenta en el amor de Cristo a la Iglesia que se ?entreg? a s? mismo por ella? (Ef 5,25) y en el amor fiel de la Iglesia a Jesucristo. A esta luz y con esta fuerza se comprende que el amor verdadero se comprueba en el sufrimiento real por la persona amada. Al consorte se le ama gozosa y sacrificadamente en las alegr?as y en las penas, en la salud y en la enfermedad, cuando la vida est? plet?rica de vigor y cuando la debilidad se apodera de la persona, cuando la belleza exterior se mustia y se concentra en el coraz?n.

La Iglesia quiere que sea custodiado y promovido no s?lo el matrimonio cristiano sino tambi?n el matrimonio como patrimonio de la humanidad que conocemos por el dec?logo y la ley natural: Que los j?venes puedan contraer matrimonio a su tiempo, sin aplazamientos indefinidos por los precios inasequibles de la vivienda y la precariedad laboral; que los casados puedan hacer compatible el cuidado de la familia y el ejercicio de la profesi?n; que hallen apoyo en las instituciones para la atenci?n de los enfermos y ancianos; que el ambiente cultural sea propicio para la educaci?n de los hijos y la fidelidad de los esposos; que se reconozca generosamente a los padres la responsabilidad primordial, y por tanto el derecho y la obligaci?n de educar a sus hijos seg?n sus convicciones morales y religiosas; que las leyes respeten la identidad del matrimonio y favorezcan su estabilidad, etc. son justas aspiraciones de las familias.

En todas las vocaciones cristianas (matrimonio, ministerio sacerdotal, vida consagrada) est? presente la cruz, ya que somos disc?pulos del Crucificado; pero a trav?s de la cruz, que nos une a Jesucristo ya resucitado, brota la nueva vida, se regenera el amor y se fortalece la esperanza.

?Dirigir la mirada al Dios vivo?

En la capilla llamada del Santo C?liz de la catedral de Valencia tuvimos los obispos espa?oles un encuentro breve con el Papa, ya que el programa era muy apretado. Benedicto XVI nos entreg? un mensaje en que nos manifiesta su cercan?a, comprensi?n y aliento en la situaci?n actual de la Iglesia en Espa?a. Nosotros le hicimos entrega de un escrito corto, aut?ntica joya de la literatura teol?gico-espiritual, a saber, El tratado del amor de Dios, escrito por san Juan de ?vila patrono del clero espa?ol. En nombre de todos los sacerdotes le ofrecimos este obsequio como signo de comuni?n y de gratitud por su ministerio. El t?tulo del libro y el mismo contenido nos hace pensar en su enc?clica Dios es amor. El Papa recibi? el librito bellamente encuadernado con el afecto que le caracteriza.

Hoy recogemos nuevamente las exhortaciones del mensaje de Benedicto XVI. Adem?s de recordarnos c?mo en el Plan de Pastoral de la Conferencia Episcopal Espa?ola hemos puesto acertadamente la Eucarist?a en el centro, nos pidi? que anunci?ramos el Evangelio de Dios, que es Amor. ?Seguid proclamando sin des?nimo que prescindir de Dios, actuar como si no existiera o relegar la fe al ?mbito meramente privado, socava la verdad del hombre e hipoteca el futuro de la cultura y de la sociedad. Por el contrario, dirigir la mirada al Dios vivo, garante de nuestra libertad y de la verdad, es una premisa para llegar a una humanidad nueva. El mundo necesita hoy de modo particular que se anuncie y se d? testimonio de Dios que es amor?. Unas palabras pronunciadas hace menos de un mes por el Papa en Verona nos orientan en la misma direcci?n. ?Quisiera poner de relieve c?mo, a trav?s de este testimonio multiforme, debe brotar sobre todo el gran ?s? que en Jesucristo Dios dijo al hombre y a su vida, al amor humano, a nuestra libertad y a nuestra inteligencia; y, por tanto, c?mo la fe en Dios que tiene rostro humano trae la alegr?a al mundo. En efecto, el cristianismo est? abierto a todo lo que hay de justo, verdadero y puro en las culturas y en las civilizaciones; a lo que alegra, consuela y fortalece nuestra existencia? (Discurso a la IV Asamblea Eclesial Nacional Italiana, pronunciado en Verona el d?a 27 de octubre).

Poco antes del encuentro con el Papa en Valencia, los d?as 21 y 22 de junio, hab?amos celebrado una Asamblea Plenaria Extraordinaria de la Conferencia Episcopal Espa?ola, que acordamos en la Asamblea del mes de marzo. Dialogamos ampliamente en un clima de fraternidad y de b?squeda compartida sobre la respuesta pastoral que deb?amos ofrecer a la situaci?n religiosa, social, cultural y pol?tica de nuestra sociedad. Fue realmente una serena y gozosa experiencia de comuni?n. Hicimos una vez m?s la grata verificaci?n de c?mo el disponer actualmente en la Iglesia de las Conferencias Episcopales como ?mbito de reflexi?n para diagnosticar los desaf?os planteados, emitir la propia opini?n con libertad y respeto, y discernir juntos los caminos de Dios en las cambiantes coyunturas hist?ricas, es una gracia que debemos al Concilio Vaticano II. En una Nota final manifestamos p?blicamente el prop?sito de ?centrar muy especialmente nuestros esfuerzos y los de nuestros colaboradores en todo lo referente a la iniciaci?n cristiana de ni?os, j?venes y adultos; en el cuidado del domingo, como elemento clave de la identidad cristiana; en el acompa?amiento doctrinal y pastoral del matrimonio y de la familia, en particular, de las familias m?s j?venes; y en la promoci?n de la presencia de seglares bien formados en la vida p?blica?. Al final del comunicado, invit?bamos a pedir al Se?or ?para que las instituciones democr?ticas puedan fomentar en Espa?a la verdad y la libertad, la justicia y la paz, la unidad y la concordia, en el pleno reconocimiento de los derechos fundamentales de todos?. Entonces decidimos elaborar una Instrucci?n Pastoral, cuyo borrador examinaremos en esta Asamblea. El magisterio del Papa nos ayudar? eficazmente en nuestros trabajos.

No s?lo aludi? el Papa en el mensaje que nos entreg? en Valencia a diferentes contenidos de la acci?n pastoral, nos invit? tambi?n a profundizar en algunas actitudes eminentemente apost?licas, en concreto a vivir la misi?n episcopal con esperanza y concordia. Citando la Carta a los Hebreos nos anim? a correr ?en la carrera que nos toca, sin retirarnos, fijos los ojos en el que inici? y completa nuestra fe: Jes?s, que renunciando al gozo inmediato, soport? la cruz, sin miedo a la ignominia, y ahora est? sentado a la derecha del Padre? No os cans?is ni perd?is el ?nimo? (12,1-3). En la vida cristiana y en el ministerio apost?lico miramos a Jes?s como peregrino del Evangelio por los caminos del mundo, como crucificado y resucitado. La cruz est? iluminada por la resurrecci?n. La esperanza cristiana es alentada por una multitud de testigos, se fortalece mirando a Jesucristo vencedor de las pruebas y de la cruz. La esperanza en Dios infunde en el coraz?n serenidad y alegr?a, paciencia en las dificultades y ?nimo para trabajar sin desfallecer.

Las palabras de la Carta a los Hebreos, que actualiz? el Papa para nosotros, conectan armoniosamente con una invitaci?n del Tratado del amor de Dios de san Juan de ?vila, que anteriormente hab?a desarrollado admirablemente en su obra fundamental Audi, filia.

San Juan de ?vila, ?sabio maestro, consejero experimentado? y verdadero reformador de la Iglesia, como escribimos el a?o 1999 en el Mensaje de la Conferencia Episcopal con ocasi?n del V Centenario de su nacimiento, nos invita tambi?n a mirar a Cristo, a fijar los ojos en El. Pilato despu?s de azotar a Jes?s lo expuso a la contemplaci?n de la multitud de los jud?os, diciendo: ?Mirad al hombre? (Jn 18,5). Los jud?os lo miraron para rechazarlo; pero Dios Padre nos mand? mirarlo de otra manera. ?Mirad a este hombre?, para o?r sus palabras, porque ?ste es el Maestro que el Padre nos dio. Mirad a este hombre, para imitar su vida, porque no hay otro camino para ser salvos?. Quien mira a Cristo puesto en el madero de la cruz con fe y amor, vivir? para siempre (cf. Jn 3,14-15). As? nos dice el Padre eterno: ??Mira, hombre, la faz de tu Cristo; y si quieres que mire yo a su faz, para te perdonar por ?l, mira t? su faz, para me pedir perd?n por ?l?. En la faz de Cristo, nuestro mediador, se junta la vista del Padre y la nuestra. All? van a parar los rayos de nuestro creer y amar, y los rayos de su perdonar y hacer mercedes? (Audi, filia, cap. 112,2-3, en: Obras Completas I, Madrid 2000, pp. 776-777). Y el mismo san Juan de ?vila en el Tratado del amor de Dios anima a confiar en Dios a quien se sienta abatido por su debilidad: ?Mira que este negocio no estriba en ti solo, sino en Cristo? Este es el estribo de nuestra esperanza y no t?? No mires a tus fuerzas solas, que te har?n desmayar, sino mira a este remediador, y tomar?s esfuerzos?? (n. 13, i8b. p. 973 Cf. Deus caritas est. 12 y 19).

El mensaje, que el Papa firm? delante de nosotros en la capilla del Santo C?liz, nos rubrica su afecto fraternal en el servicio apost?lico.

La asignaci?n tributaria

Para no ver claro es muy eficaz mezclar las cosas y agitarlas un poco. Como esto ocurre con alguna frecuencia a prop?sito de los dineros de la Iglesia, con el fin de evitar confusiones, parece oportuno que distingamos adecuadamente.

La Iglesia es titular, depositaria y custodio de un extraordinario patrimonio cultural y art?stico, como es manifiesto. Para conservarlo, restaurarlo y ponerlo a disposici?n de todos necesita la colaboraci?n econ?mica del Estado, de instituciones privadas y personas particulares. ?Es la Iglesia rica en patrimonio art?stico? Ciertamente. Posee este patrimonio un valor inestimable; no tiene precio.

Los colegios cat?licos concertados reciben con raz?n financiaci?n p?blica, ya que los profesores cobran por su trabajo y los centros por sus instalaciones. Los profesores de religi?n reciben tambi?n su n?mina por la ense?anza que imparten a los alumnos, cuyos padres haciendo uso de su derecho, han elegido para sus hijos religi?n y moral cat?licas.

El Estado subvenciona, en mayor o menor proporci?n, servicios sociales que gestionan diversas organizaciones de la Iglesia, por ejemplo C?ritas y otras agrupaciones cat?licas, en atenci?n a los enfermos, ancianos, inmigrantes, marginados, proyectos de promoci?n en el Tercer Mundo, etc. Las ayudas que reciben con una mano las entregan con la otra. Si se ven de cerca estas actividades, con una mente libre de prejuicios y con un coraz?n compasivo hacia los indigentes, es muy dif?cil no reconocer la colaboraci?n extraordinaria que presta la Iglesia a los necesitados, a la sociedad, a la humanidad. Todos conocemos obras admirables que por respeto a los beneficiarios es preferible que se desarrollen con discreci?n. Nuestra sociedad estar?a inmensamente menos capacitada para responder a tantas formas de pobreza sin la presencia amplia, capilar y generosa de la Iglesia cat?lica. Los cristianos estamos convencidos de que este servicio forma parte de nuestra vocaci?n.

Lo que la Iglesia recibe de los ciudadanos a trav?s de la asignaci?n tributaria no se destina a las actividades a que me he referido. ?Para qu? asignamos nosotros, asignan ya muchos y pedimos que asignen otros muchos? Deseamos que asignen no s?lo los cat?licos, sino todos los que conocen y aprecian los servicios de la Iglesia. Confiamos en la valoraci?n positiva que merece esta colaboraci?n y en la generosidad de las personas. Lo que la Iglesia recibe a trav?s de la Administraci?n por la asignaci?n tributaria se destina a las actividades de catequesis y educaci?n en la fe; a las celebraciones lit?rgicas, sacramentales y de piedad popular; a mantener los templos y construir otros necesarios; a la atenci?n pastoral de enfermos, ancianos y presos; a la formaci?n, sustentaci?n, vivienda y seguridad social de los agentes de pastoral (obispos, presb?teros, religiosos y seglares); sin contar las numeros?simas personas que colaboran como voluntarios. En la distribuci?n del fondo interdiocesano, que se nutre fundamentalmente con la asignaci?n tributaria, constan las diversas partidas.

Tengan la seguridad de que en la Iglesia pedimos con mayor libertad para las necesidades caritativo-sociales de personas cercanas y distantes que para las necesidades pastorales. Pero es f?cil comprender que si hay actualmente 2.793 voluntarios cristianos que desarrollan una preciosa labor social en las c?rceles espa?olas es porque previamente y concomitantemente en sus parroquias y comunidades se les ha anunciado a Jesucristo y alimentan su fe con la Eucarist?a y otros encuentros. Los 60.789 voluntarios, hombres y mujeres, que colaboran en C?ritas, y los 160.000 socios y donantes, no han surgido por generaci?n espont?nea, sino porque en la Iglesia se nutre el esp?ritu caritativo y solidario. Los miles de misioneros y misioneras, cerca de 18.000, que han salido de nuestras di?cesis y congregaciones religiosas, y a trav?s de los cuales en todos los rincones del mundo se transmite la fe cristiana y se ayuda eficazmente en la promoci?n social, son guiados por el Evangelio de Jesucristo. Hemos podido constatar frecuentemente que, cuando se producen cat?strofes naturales, antes de llegar las personas y las ayudas necesarias para afrontar la grave situaci?n, ya desde hace a?os estaban all? trabajando misioneros y misioneras espa?oles, lo cual nos llena de satisfacci?n como cristianos y como espa?oles. Me permito citar en este contexto unas palabras pronunciadas por el Papa en Verona: ?La fuerte unidad que se realiz? en la Iglesia de los primeros tiempos entre una fe amiga de la inteligencia y una praxis de vida caracterizada por el amor mutuo y por la atenci?n sol?cita a los pobres y a los que sufr?an, hizo posible la primera gran expansi?n misionera del cristianismo en el mundo helen?stico-romano. As? sucedi? tambi?n posteriormente, en diversos contextos culturales y situaciones hist?ricas. Este sigue siendo el camino real para la evangelizaci?n?. Estamos convencidos de que le viene bien a la sociedad que la fuente del amor cristiano y del seguimiento de Jes?s, el Buen Samaritano, contin?e manando abundantemente en la Iglesia. Es verdad que las aut?nticas acciones religiosas tienen una positiva incidencia social; pero, adem?s, esas acciones son en s? mismas un servicio a las personas y comunidades, (pensemos por ejemplo en la Eucarist?a del domingo y en los funerales), que merece ser apoyado.

El d?a 22 de septiembre el Gobierno y la Conferencia Episcopal llegaron a los siguientes puntos de acuerdo sobre algunas cuestiones econ?micas: Fu? elevado el coeficiente de la asignaci?n tributaria del IRPF del 0,52 % al 0,70 %; fue eliminado el llamado complemento presupuestario, lo que significa que la Iglesia renuncia a la seguridad ?ltima que podr?an proporcionarle los Presupuestos Generales del Estado, y conf?a en la decisi?n libre de los ciudadanos; renuncia la Iglesia a la exenci?n del IVA; y se compromete a elaborar una memoria m?s detallada de la que viene haciendo sobre el destino del dinero recibido por la asignaci?n. Saludamos la posterior iniciativa de elevar tambi?n al 0,7 % el coeficiente de la asignaci?n a ?otros fines sociales?. Desde hace seis a?os esta asignaci?n no es alternativa a la que los contribuyentes hacen en favor de la Iglesia: es posible marcar ambas casillas a la vez, resultando igualmente beneficiadas ambas opciones con el mencionado porcentaje. Por otro lado, confiamos en que se puedan arbitrar mecanismos de colaboraci?n econ?mica equivalentes con otras confesiones religiosas.

?Qu? valoraci?n nos merecen los puntos de acuerdo mencionados, que deben ser todav?a instrumentados legalmente y detallados para su operatividad? Estamos satisfechos porque el contenido es razonable; porque la voluntad de acuerdo que exist?a tanto por parte del Gobierno como de la Conferencia Episcopal se ha plasmado en resultados concretos; y porque la sociedad en general ha saludado positivamente el que esta cuesti?n se haya resuelto mostrando ambas partes su razonable satisfacci?n. Con este acuerdo se profundiza en la libertad religiosa. Estamos persuadidos de que en la escucha rec?proca y en la ponderaci?n de las razones del otro se puede alcanzar el entendimiento. Agradezco en nombre de la Conferencia Episcopal a cuantos han intervenido en la negociaci?n, y conf?o en que por esta v?a avanzaremos en otras cuestiones planteadas o que puedan aparecer en el futuro.

Como una contrapartida normal hemos asumido en la Conferencia Episcopal el perfeccionamiento de la memoria anual del destino de la asignaci?n tributaria. Nos satisface el que cada vez m?s se cultive en nuestras parroquias y di?cesis una cultura de la transparencia. Quienes contribuyen con su aportaci?n tienen derecho a conocer los ingresos y los gastos, y a la acreditaci?n de ?stos. El lema ?cuentas claras?, que han puesto en circulaci?n algunas di?cesis, manifiesta la ?idea-gu?a? de la transparencia. Esta perspectiva constituye un ingrediente importante de la comuni?n eclesial.

Todav?a quiero decir algo, que me parece importante en la cuesti?n que estamos tratando. La cantidad que la Iglesia viene recibiendo por la asignaci?n tributaria cubre aproximadamente el 25 % de las necesidades b?sicas de la Iglesia. Esto significa que todas las di?cesis contin?an necesitando otras formas de ayuda de los fieles y de los ciudadanos que estimen ben?fica la presencia de la Iglesia en la sociedad. Confiamos en que a trav?s de las colectas, suscripciones, donaciones, etc. cubramos entre todos las necesidades pastorales. La Iglesia no es rica ni quiere serlo; no busca privilegios; s?lo aspira a disponer de los recursos suficientes para desarrollar la misi?n que el Se?or le ha encomendado.

Algunos acontecimientos destacados

Con gran satisfacci?n recordamos el Encuentro Nacional de J?venes tenido en Pamplona y Javier entre los d?as 4 y 6 de agosto. Fue una acci?n relevante organizada con ocasi?n del V Centenario del nacimiento de san Francisco Javier. Con un esquema semejante al que ha cristalizado para las Jornadas Mundiales de la Juventud, hubo catequesis impartidas por obispos, talleres y mesas redondas, comunicaci?n de experiencias personales de la fe y misi?n, celebraciones del sacramento de la Penitencia y de la Eucarist?a, encuentros festivos, etc. que produjeron hondo impacto espiritual. La convicci?n de los miles de personas que participamos es que respond?an a una aspiraci?n de los j?venes, de la Iglesia y de la misma sociedad. El trabajo pastoral con los j?venes es indudablemente un deseo, una necesidad y una opci?n preferente de nuestras di?cesis. En un ambiente de fluida comunicaci?n cristiana y amistosa se profundiz? en la convicci?n de que s?lo hombres y mujeres de fe vigorosa y valiente, compartida en honda fraternidad eclesial, pueden ser misioneros hoy, siguiendo la estela de san Francisco Javier.

El d?a 22 de octubre, coincidiendo con la Jornada Mundial por la evangelizaci?n de los pueblos, fue beatificada en la catedral de Bilbao la Madre Margarita M? L?pez de Maturana, fundadora del Instituto de las Mercedarias Misioneras de B?rriz. Presidi? la beatificaci?n como representante del Papa el Card. J. Saraiva Martins, prefecto de la Congregaci?n de las Causas de los Santos. La madre Margarita hab?a nacido en Bilbao, a pocos metros de la catedral, el d?a 25 de julio del a?o 1884, y muri? dos d?as antes de cumplir cincuenta. Animada por el ambiente eclesial misionero, reciente en su despertar y pronto vibrante e intenso, respondiendo a los impulsos del Esp?ritu Santo, y en comuni?n con la autoridad de la Iglesia, transform? el monasterio de clausura en una congregaci?n misionera. El primer grupo de hermanas sali? de B?rriz (Vizcaya) hace ochenta a?os con direcci?n al vicariato apost?lico de Wuhu en China, cuyo obispo estuvo presente en la celebraci?n. Ha sido la primera beatificaci?n en las di?cesis espa?olas, despu?s de la decisi?n adoptada por el Papa Benedicto XVI de no presidir personalmente las beatificaciones, para que aparezca mejor la diferencia entre beatificaci?n y canonizaci?n y para que se impliquen m?s visiblemente las Iglesias particulares en la celebraci?n. La experiencia nuestra avala ciertamente esta aspiraci?n. La madre Margarita es un aldabonazo en nuestra conciencia misionera. Con palabras del Cardenal representante del Papa en la homil?a: ?La Iglesia entera, cada Iglesia local, toda comunidad y persona creyente se constituye y crece en la medida en que busca el rostro de Jesucristo, lo trata con intimidad y lo da a conocer?.

Se?ores Obispos, se?oras y se?ores, al terminar mis palabras reitero a todos mi saludo cordial

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Alocuci?n radial del Arzobispo de Corrientes

Mons. DOMINGO S. CASTAGNA

Domingo 19 de noviembre de 2006

Marcos 13, 24-32



1.- Cristo viene. Cristo ha venido y est? viniendo continuamente. Los signos de ese llegarse a nosotros est?n al alcance de la mano. Estamos acostumbrados a dejar pasar las oportunidades estimando que vendr?n otras mejores. Actitud que responde a apetencias muy personales, envueltas en su extrema debilidad y anticipadamente destinadas al fracaso. Es conveniente leer los signos de la venida de Cristo como acontecimiento actual, de otra manera el mundo real ser? tr?gicamente confundido con el mundo aparente. Dios hace de su Verdad una realidad que pasa a ser nuestra. Para ello su Verbo se encarna y hace que su Historia de Salvaci?n se haga ?carne? o historia humana. No hay m?s que dos alternativas: o recibirlo, cuando llega, o morir asfixiados en la imagen enga?osa del mundo sin Dios que se nos intenta imponer. Si no enfrentamos la disyuntiva, presentada como consecuencia de ambas alternativas, pasaremos sin pena ni gloria por la vida. ?No es lo que ocurre con muchos hombres y mujeres de nuestras rutilantes sociedades? La calidad espiritual y moral - sumamente debilitada - constituye la prueba irrefutable. La mediocridad y la frivolidad que parecen imperar en las variadas expresiones de nuestro entorno social responden al mismo y lamentable origen.

2.- El mundo debe despertar. Es la ocasi?n de reaccionar ante tal comprobaci?n. El estado de generalizada inacci?n sume a la sociedad en una noche sin perspectiva de cercano amanecer. Alguien debe despertar al mundo. Es la especial misi?n de Jesucristo. Su cumplimiento est? ofrecido como fuente saludable a quienes se predisponen a recibir su peculiar resonancia. Muchos, a Dios gracias, despiertan a su llamado y abren los ojos a su luminosidad. Son quienes lo adoptan para la vida y el compromiso. Es la constituci?n de una vida cristiana aut?ntica que espont?neamente ocupa su lugar en el entrecruce de ofertas ideol?gicas y religiosas tan variadas. La fe cristiana singulariza a quienes la adoptan para protagonizar la historia. La calidad de fermento que cada cristiano constituye entre sus contempor?neos no excluye otros intentos, los considera verdaderas pistas de acercamiento al Evangelio de Cristo. De all? la vigencia del ecumenismo como intercambio y mutuo aliento hacia la Verdad que Jesucristo encarna. Hablo, l?gicamente, desde la perspectiva de mi fe cat?lica. Cristo desborda toda esperanza y logra la perfecci?n de lo esperado. Es el Se?or que aguardan los hombres, el Mes?as de Dios, el aut?ntico Salvador. No nos es l?cito disimular su presencia actual. La Iglesia, signo elegido por el mismo Jes?s para hacerlo presente, debe desarrollar hist?ricamente esa misi?n a pesar de las contradicciones y persecuciones que la agraden constantemente.

3.- Siglo XXI, ciego y sordo. Nuestros conciudadanos, cat?licos y no cat?licos, claman por Jesucristo y sufrir?an una tr?gica decepci?n si no lo hallaran. El recordado Pablo VI emplea t?rminos muy severos para referirse a la responsabilidad evangelizadora de la Iglesia. Entiende que Dios intente otros caminos para salvar a los hombres pero no se explica c?mo lograr?n salvarse quienes deben evangelizarlos. (Evangelii Nuntiandi) El mundo del siglo XXI se halla literalmente postrado, sin o?dos para escuchar y sin ojos para ver. Es preciso que recupere el o?do y la vista para que la Palabra no suene en vano y los signos visibles de la presencia de Cristo no se pongan ante entendimientos que no saben descifrarlos. La acci?n ministerial de la Iglesia se har? cargo de esa irremplazable labor. No consiste ?sta en h?biles campa?as para captar adherentes sino en el testimonio de santidad de los cristianos. Para ello ser? necesario promover la santidad de todos los creyentes, cualquiera sea la misi?n que deban desempe?ar tanto en la Iglesia como en la sociedad. Sin santos no hay misi?n y, l?gicamente, la evangelizaci?n del mundo resulta irrealizable. Desde esta reflexi?n, instalada hoy en el interior de la Iglesia, se comprueba el origen de su actual debilidad misionera. Tambi?n se descubre el secreto de la fecundidad apost?lica manifestada en el transcurso de su extensa y accidentada historia. Quienes han decidido seguir a Jes?s, prestando atenci?n a su llamado directo e inconfundible, han experimentado la virtud espiritual del Esp?ritu de Pentecost?s.


4.- La Verdad necesaria. La pr?dica de la Iglesia no puede entretenerse en asuntos que no hagan referencia al n?cleo de la evangelizaci?n. Desde el mismo se producir? la animaci?n e iluminaci?n de los temas m?s ?lgidos, necesitados de su Verdad. En la Palabra predicada y testimoniada est? todo lo necesario. Est? Cristo, el Mes?as de Dios, el ?nico ser necesario para llegar a resolver las cuestiones m?s dif?ciles. Cuando los ocasionales due?os del poder acallen sus absurdas e ?ntimas ambiciones se encontrar?n en condiciones de iniciar un verdadero trayecto a la verdad y al orden social. No antes, ni por otro camino; el sendero est? definitivamente trazado y no admite otro que no sea Cristo. La cosa es simple. Las complicaciones provienen de los hombres que pretenden una novedad que no es m?s que la reedici?n de antiguos y fracasados proyectos. La aut?ntica novedad proviene del Esp?ritu. Eludirlo o rechazarlo constituye el m?s grave error. Lamentablemente, entre quienes debieran obedecerle con prontitud, se produce tambi?n una tr?gica inconciencia de su necesaria presencia y acci?n. El Esp?ritu de Dios - lo hemos afirmado en otras ocasiones - es el don de Cristo resucitado a sus disc?pulos y al mundo. Ser? preciso estar alertas a ?l. Los vendavales que acosan a la humanidad proceden de la confusi?n y del desorden moral. Solo Dios es el ordenador de la vida humana. La paz aut?ntica y definitiva procede de la armon?a lograda entre la voluntad de Dios y la voluntad del hombre.

5.- Cristo restablece la verdad y el orden. No basta conocer los mandamientos de Dios, es preciso cumplirlos todos y en su plenitud: la caridad. ?En qu? consiste la santidad? Se preguntaba un preclaro Obispo de la Iglesia, ya fallecido, y se respond?a con impresionante sencillez: ?En conocer el catecismo y vivirlo; en aprender los mandamientos y cumplirlos?. El mundo necesita hacedores de la Verdad, aut?nticos cumplidores de los mandamientos de Dios. Tendremos que extender este elemental reclamo a toda actividad o funci?n en la sociedad, y en la Iglesia. Los grandes que el mundo necesita son los cumplidores de los principios que han sostenido la vida de los pueblos, no sus transgresores. Cuando se burlan las leyes, desde arriba o desde abajo, se ofende gravemente a Dios y se produce un verdadero caos en el pueblo. Cristo viene siempre a restablecer la verdad y el orden comprometiendo la libertad, ?ntimamente redimida por su Sangre redentora.

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HOMIL?A DE MONS. LUIS T. ST?CKLER,
Obispo de Quilmes
Domingo 19 de noviembre del 2006


SE VER? AL HIJO DEL HOMBRE



Cuando llegamos al final del a?o de la Iglesia, la liturgia trae en el evangelio los textos apocal?pticos que nos hablan de la gran tribulaci?n de los ?ltimos tiempos. Una naci?n se levantar? contra otra, habr? terremotos y hambre, los disc?pulos de Cristo ser?n perseguidos, las familias se desintegran, la desolaci?n se instala hasta en los lugares sagrados, y la tribulaci?n afectar? a todo el cosmos. No solamente el individuo tiene la muerte insoslayable por delante, sino el universo entero est? destinado a la destrucci?n, que coincidir? con la vuelta del Se?or. Estas prevenciones impactan en nuestra sensibilidad, y no faltan nunca voces que presagian con ansiedad la fecha de este d?a. El Se?or lo dijo con claridad que nadie lo conoce.

El disc?pulo verdadero, en vez de dejarse llevar por el miedo, presta su atenci?n a la promesa de que ?se ver? al Hijo del hombre venir sobre las nubes, lleno de poder y gloria?. Es decir, que Cristo se manifestar? definitivamente en la plenitud del Hijo eterno, que en su persona inici? la transformaci?n de la humanidad, y que dar? participaci?n a su gloria a todos los elegidos. Frente al horizonte oscuro de los presagios amenazantes, el cristiano levanta la cabeza y mira hacia arriba, donde el Se?or est? sentado a la diestra del Padre. La profesi?n de fe que ?Jesucristo es el Se?or?, le da ya ahora una protecci?n infranqueable contra las invectivas del maligno. Aunque el D?a del Se?or no haya llegado todav?a, el cristiano no duda de que Cristo detenta todo el poder desde que ha resucitado y vuelto al Padre.

Mientras caminamos en la historia, no hay ninguna seguridad permanente, ni en la naturaleza, ni entre los hombres. Apenas hemos aprendido algo del pasado, pero nos cuesta entender lo que est? pasando en el presente, y no sabemos lo que nos deparar? el futuro. Pero, as? como sabemos que se est? acercando el verano cuando en la primavera brotan las hojas en los ?rboles, debemos saber interpretar los signos de los tiempos. Las calamidades son un est?mulo para estar siempre sobre aviso.



La advertencia de Cristo ?que no pasar? esta generaci?n, sin que suceda todo esto?, evidentemente no estaba dicha solamente para sus contempor?neos, sino despierta el alerta en cada generaci?n que surge en la tierra. Est? dicha hoy para nosotros. ?Mis palabras no pasar?n?. Esta afirmaci?n de Cristo es un gran consuelo. Aunque todav?a no lo podamos ver, pero s? lo podemos escuchar. Leer sus palabras, rumiarlas como la Virgen que las guardaba en su coraz?n, cantarlas con la comunidad, compartirlas con los hermanos, anunciarlas a los que todav?a no las conocen; nos producen una alegr?a profunda y nos propulsan por el camino que nos lleva al encuentro definitivo con el Se?or.

Los elegidos que en el d?a final ser?n convocados desde un extremo al otro del horizonte, se preparan ya ahora en todos los lugares donde se congregan en el nombre del Se?or, especialmente en la Asamblea dominical. Si celebramos bien la Eucarist?a, la llegada del Se?or no nos tomar? de sorpresa. A los que se adhieren con fidelidad a la comunidad de los hermanos, reciben ya ahora una gran fortaleza y los momentos de prueba se transforman en momentos de paz.

?Vayamos al encuentro del Se?or!

Luis T. St?ckler

Obispo de Quilmes

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Entrevista a Miguel ?ngel Gil, delegado de catequesis de la di?cesis de Cartagena y a Juan Carlos Garc?a delegado de pastoral juvenil, publicada en la Revista "Iglesia Nivariense", NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2006 N? 69.

Carlos P?rez


Miguel ?ngel Gil, delegado de catequesis de la di?cesis de Cartagena y Juan Carlos Garc?a, delegado de Pastoral Juvenil de la misma di?cesis, han estado recientemente en Tenerife para impartir un curso a los catequistas de nuestra tierra. Con el Primer Anuncio como tema central, los asistentes tomaron conciencia de lo importante que es estar enraizado en Cristo. "Ante el nuevo con-texto social ?apunt? Gil- muchos catequistas se sienten un poco perdidos. Por lo tanto, hemos de retornar al punto de partida, es decir, al Primer Anuncio, y ya luego entrar en un proceso m?s sistem?tico de formaci?n". Gran labor, sin duda, la del educador, pieza indispensable en el terreno de la evangelizaci?n. Desde Iglesia Nivariense, queremos tomar como excusa las l?neas de esta entrevista, para desearles a todos un feliz curso y transmitirles mucha esperanza en Dios.

P.- Ha cambiado la sociedad, la cultura, los medios de comunicaci?n, ?debe cambiar tambi?n la forma de transmitir a Cristo?

R (Juan Carlos).- No debemos cambiarla debemos ser fieles a lo que hac?a Jes?s. ?l, a los ni?os los abrazaba y los acog?a. A la persona que ten?a una grave crisis, le daba cari?o; en ocasiones hablaba con palabras prof?ticas pero duras, etc. La Iglesia siempre ha hecho un anuncio seg?n las circunstancias. A m? me gusta decir que el escenario social, pol?tico y econ?mico ha cambiado y, por lo tanto, no podemos seguir con el mismo discurso. Si hemos pasado a tiempos de bonanza econ?mica, debe?mos hablar de un modo, si hemos pasado a tiempos de globalizaci?n universal, es otro el lenguaje. Lo mismo ocurre con el mensaje de Cristo.

P.- A veces escuchamos que la Iglesia va un paso por detr?s de la cultura actual y que deber?a modernizar y adaptar su pensamiento.
Sin embargo, el Santo Padre nos recuerda que la propuesta de Cristo se ha de hacer a todos con confianza. Se ha de dirigir a los adultos, a las familias, a los j?venes y a los ni?os, sin esconder nunca las exigencias m?s radicales del mensaje cristiano. ?Por qu? cuesta tanto que las personas crean y se conviertan al evangelio?

R (Miguel ?ngel).- Yo creo que hay un di?logo con la cultura de hoy que es importante hacerlo desde la fe, pero ese di?logo no puede rebajar, de ning?n modo, lo que es el contenido fundamental de nuestra fe. Por supuesto, los sacra?mentos, las grandes l?neas de la Iglesia est?n ah?, pero hay que tener presente a qui?n tenemos delante, cu?les son sus problemas, sus inquietudes y gozos, y ah? es donde viene el Primer Anuncio como Buena Noticia, porque este men?saje no est? fuera del mundo, sino que hace actual aquel `por nosotros los hom?bres y por nuestra salvaci?n, Cristo se ha encarnado'. El mundo sigue un camino de esperanza, de progreso, de trabajo pero en medio de ese mundo, algunos quieren vivir al margen de la fe. Pero el verbo se ha hecho carne, y Cristo es amor. Esa es la verdad.

P.- ?C?mo reciben los j?venes de hoy d?a el evangelio? ?Les resulta atractivo el mensaje cristiano?

R (J.C).- Los j?venes de hoy d?a est?n mediatizados por las nuevas tecnologias, muy condicionados por el mundo de la imagen y por los medios de com?nicaci?n. Hay que admitir que hoy la imagen p?blica que algunos medios de comunicaci?n, no todos, propician sobre lo que es relativo a la trascendencia, a la espiritualidad, no es siempre positivo. Los j?venes de entrada dicen que quiz? esto sea una cosa de antes, pero cuando se encuentran directamente con testigos, con otros j?venes que conocen a Jes?s, que saben que esa palabra les da vida, no tienen prejuicios. El joven es una per?sona que los prejuicios apenas los acoge. Si tiene una experiencia directa, no tiene verg?enza y puede que se comprometa hasta con m?s radicalidad. Los j?venes de hoy cuando de verdad conocen experiencias vivas de solidaridad cristiana, de espiritualidad cristiana, m?sticas, incluso. o cuando entienden el mensaje de Jes?s en sus ra?ces, pero no en sus deformaciones hist?ricas propiciadas, a veces, por las debilidades de la Iglesia, acogen con alegr?a y entusiasmo el mensaje.

P.- Declararse cristiano y cat?lico en la actualidad va unido a un convencimiento profundo, ?no es as??

R (M. A).- S?. Antes se pensaba que ser cristiano era saber, pero muchos no llegaban a la experiencia de la fe. Se viv?a largo tiempo, incluso toda una vida, recibiendo los sacramentos pero sin entrar en lo que es ese encuentro con Dios. Hoy, las personas cuando viven los sacramentos lo hacen como experiencia personal. Parece que hay menos gente pero no es verdad porque incluso, en las cosas de tipo popular se ven masas de gente, tambi?n en los encuentros como el vivido este verano junto al Santo Padre en Valencia. Es asombroso ver como todo eso lo mueve Dios en este mundo tan descre?do, tan cr?tico ante las cosas de la Iglesia.

R (J.C).- Yo creo que hay cristianos en todos los rincones pero nos falta vertebrarnos especialmente con el mundo juvenil. Cuando un joven va a Colonia el verano pasado y se encuentra con un mill?n de cat?licos del mundo entero, o con, por ejemplo, la delegaci?n de Taiw?n que eran seiscientos cristianos j?venes, los creyentes de nuestra vieja Europa dec?an: ni somos tan pocos, ni somos tan tontos, ni somos tan premodernos. Creo que es muy importante que se univer?salicen estas experiencias de la fe pero siempre pensando y viviendo localmente en nuestra propia comunidad y teniendo un sentido de universalidad. El joven es probablemente el sector m?s receptivo a esa pertenencia local y a ese sentido universal, dicho en t?rminos eclesiales, a la universalidad de la Iglesia y a la localizaci?n de la propia comunidad.

P.- ?Qu? experiencia positiva han vivido, ?ltimamente, en relaci?n a la fe cristiana?

R (J.C).- Yo acabo de vivir un fant?stico encuentro en Loreto, Italia, organizado por la Conferencia Episcopal Italiana. No es un encuentro masivo porque, a veces, nos achacan a los cat?licos que estamos haciendo espect?culo y que estamos llenando de masas los estadios, las plazas y los lugares p?blicos. Pero junto a esa pastoral masiva, la Iglesia va de dos en dos, poquito a poco. La Conferencia Episcopal Italiana, a prop?sito de la guerra de los Balcanes, entendi? que ten?a que recuperar el sentido centro espiritual del Mediterr?neo. Un punto caliente ha sido en los a?os 80 y 90 el muro de Berl?n, la apertura de Europa a la Europa del este. Pero hoy, el punto caliente para Europa es el Mediterr?neo en su di?logo con el Islam. Hay cristianos ?rabes en toda la cuenca mediterr?nea, desde Marruecos hasta Irak y tambi?n en toda la Cuenca de los Balcanes y los pa?ses cat?licos de la ribera mediterr?nea. La Conferencia Episcopal Italiana organiza cada verano, lo que se conoce corno ?gora, la plaza del pueblo de los j?venes del Mediterr?neo, y vienen representantes de las delegaciones de pastoral juvenil de cada pa?s. All? estaban libaneses, sirios, israelitas y cat?licos que trataban de decir que hay un camino que la fe nos propone, el de la paz y el encuentro. La cuna de la fe es el Mediterr?neo y, hoy d?a, a su vez, es el punto m?s caliente que el planeta tiene. Esta ha sido una experiencia bell?sima, en la casa de Mar?a que es Loreto, hemos tratado de hacer reflexi?n, celebraci?n y sobre todo hemos querido ser un signo p?blico de que, de las distintas banderas, puede surgir un arco iris que sea una bandera de paz para este tiempo.

P.- ?Cu?les son los puntos en los que debemos incidir para cuidar y no decaer en la fe?

R (M.A).- Hay algunos elementos que son fundamentales. Ante todo debe haber un encuentro personal con el Se?or. No podemos vivir la vida cristiana sin una experiencia de fe personal. Estarnos en un momento, como dec?a Pablo VI, en el que necesitamos cristianos m?sticos, personas de oraci?n y que celebren la Eucarist?a con gozo. No podemos ser testigos hoy de una trascendencia sin vivir nosotros una espiritualidad. Otro signo ser? el de la comuni?n, es decir, no podemos trabajar cada uno por nuestra cuenta. Jesucristo dec?a en el evangelio, el mundo creer?, Padre, si son uno como t? y yo somos uno. Hoy hay muchos gru?pos en la Iglesia, muchos carismas que el Esp?ritu Santo va suscitando pero no podemos trabajar cada uno en nuestro propio campo. Por otro lado, es importante la valent?a. Parece que hoy mucha gente va de capa ca?da, est? de vuelta o tiene miedo, pero Jesucristo siempre nos recuerda: "No tem?is", "rema mar adentro". Tambi?n el Papa Benedicto nos habla de los desiertos que cubren el mundo entero y el buen pastor va a esos desiertos, sin miedo, a llevar la Buena Noticia, a recoger y a llevar sobre sus hombros a la oveja perdida. Es el reto, en definitiva, de la misi?n. Ning?n cris?tiano ha de contentarse con pensar que es un buen cristiano y que est? gozoso con su fe. El evangelizador que espera la Iglesia es una persona que tenga coraje apost?lico y que sea misionero.

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Asociaci?n Amigos de La Catedral
de La Laguna


La Laguna, 25 de Octubre de 2.006

Estimados "Amigos de la Catedral de La Laguna":

Como saben, el art?culo 21 de nuestros estatutos ordena celebrar Asamblea General, al menos, una vez al a?o.

Por ello, y a tal efecto, quedan convocados para el d?a 30 de Noviembre de 2.006, seg?n el Orden del D?a que se adjunta, donde, adem?s, se se?alan la hora (a las 19:30 en primera convocatoria y a las 20:00 en segunda convocatoria) y lugar de la reuni?n (en las Casas Capitulares de la Catedral, en C/ Bencomo).

Tu presencia es imprescindible por varias razones:

1?.- Para adoptar una postura firme y exigente, ante la respuesta de falta de compromiso del Ministerio de Cultura, que contestaba a una carta de esta Asociaci?n en la que se ped?a hiciera efectivo su aportaci?n financiera para rehabilitar la Catedral. Debemos unirnos a otras instituciones locales y auton?micas para conseguir tal objetivo.

2?.- Para elegir Vicepresidente de la Asociaci?n, ya que desgraciadamente, quien representaba este cargo, D. Cleof?s Castro, falleci? recientemente.

Anote en su agenda el d?a y hora para que puntualmente comencemos la reuni?n y aprobemos las acciones m?s convenientes para el ejercicio 2.006-2.007.

?Contamos contigo!

Te?filo L?pez L?pez
Presidente de la asociaci?n "Amigos de la Catedral de La Laguna"
Casas Capitulares. Cl Bencomo

Orden del D?a correspondiente a la Asamblea General anual de
la Asociaci?n Amigos de la Catedral de La Laguna, a celebrar el pr?ximo 30 de noviembre de 2006, a las 19:30 hrs. en
primera convocatoria, y a las 20:00 hrs. en segunda, en el sal?n de actos de Las Casas Capitulares, Cl Bencomo n?37, La Laguna.


1? Lectura de la memoria anual 2005-2006, y su aprobaci?n si procede.

2? Memoria econ?mica y su aprobaci?n si procede.

3? Informaci?n sobre las obras de La Catedral.

4? Propuesta de actividades para el pr?ximo ejercicio 2.006-2.007. Aportaciones de los asistentes y aprobaci?n de las mismas.

5? Elecci?n del cargo de Vicepresidente.

6? Ruegos y preguntas.

Es de gran importancia para todos tu asistencia y participaci?n. Hasta entonces recibe un cordial saludo.

V?B? El Presidente
Fdo. Te?filo L?pez L?pez


El Secretario
Fdo. Esteban G?mez F rraz

Todav?a no nos hemos rehecho del impacto tan doloroso que nos ha producido la muerte de N. de una manera tan s?bita.
Siempre, pero cuando la muerte nos toca de cerca, cuando toca a un allegado tan querido, a un hermano, a un esposo, a un familiar, la muerte se constituye en maestra de la vida y nos hace reflexionar sobre el sentido de la vida.
Si quitamos de la perspectiva de nuestra vida la fe cristiana que alienta y que nos sostiene y que fundamenta nuestra esperanza, la vida puede parecer absurda. Puede parecer la historia imb?cil contada por un idiota porque se convierte en un t?nel sin salida, en un hundirse, en una noche de nieblas y de nada: Nacer, vivir y morir. Sufrir, luchar, gozar, morir. So?ar, fracasar, triunfar y al fin, morir.
Sabemos que la muerte nos va a venir a todos. Y es dif?cil no incurrir en el t?pico, en lo que no hay m?s remedio que decir en estas ocasiones. Es dif?cil porque tambi?n la muerte, con una insistencia machacona nos va diciendo lo mismo. Al fin y al cabo es el hecho m?s com?n y m?s corriente de la vida.
Sin embargo, no nos acostumbramos. Y la muerte nos sorprende siempre cuando se produce con unas caracter?sticas tan particulares como la que ha hecho reunirnos hoy aqu?. Y no debiera sorprendernos.
El Se?or nos dice que vendr? "como un ladr?n". Es un hecho universal y cotidiano, pero nos asaltar? sin avisar. Y a?n cuando nos avise, nos sorprender? "como un ladr?n". Adem?s nos va a arrebatar todo. Todo se lo va a llevar por delante. Es un ladr?n de ilusiones, de sue?os, de esperanzas, de la vida misma, que es el bien supremo del hombre. No quisi?ramos que el ladr?n nos visitara nunca, como no quisi?ramos que la muerte nos llegara; pero vendr? a quitarnos todo: los bienes materiales y todo lo que m?s amamos, la vida misma.
La muerte es la victoria provisional, provisional s?lo, sobre el instinto m?s poderoso del hombre que es el instinto de la propia conservaci?n. Y porque el instinto de la vida, de conservarnos, de vivir siempre, de no extinguirnos, de no hundirnos en ese pozo sin fondo de la nada. Por eso la muerte es algo que se repudia con todas las fuerzas del coraz?n humano. Porque viene a robarnos todo, "como un ladr?n". Viene a robarnos los proyectos, las ilusiones, la vida misma.
N. ten?a muchas ganas de vivir. Era un optimista nato. Se apuntaba a todo. Era un hombre lleno de peque?as ilusiones y de peque?os proyectos Y la muerte "como un ladr?n " se los llev?.
Pero N. que fue siempre creyente, sab?a que la muerte es s?lo el paso, la aduana, dolorosa de verdad, para el encuentro definitivo con Dios en la vida que no se acaba. Encuentro amoroso con el Dios del Evangelio, con ese al que muchas veces hemos desfigurado, con ese Dios que a fuerza de olvidar el Evangelio lo hemos pintado con trazos de caricatura, como un Dios malhumorado, tirano, que m?s se impone por el temor que por el amor.
Y no es as?. Si Dios fuera as?, si la vida fuera as?, fuera derrotada definitivamente por la muerte, si la muerte ganara definitivamente la partida a la vida, la existencia humana ser?a absurda, como un t?nel sin salida. ?Para qu? luchar? ?Para qu? vivir, para qu? amar, para qu? sufrir si todo va a acabar en la nada? La vida ser?a una triste pasi?n in?til y podr?amos quejarnos de Dios que puso en el fondo del coraz?n humano esa ansia de vivir, esa ansia de perfeccionarse, esa ansia de no acabar nunca...
Si eso fuera verdad, tendr?a derecho a pensar que Dios es un Dios cruel que se complace destruyendo a las mismas esperanzas que El mismo deposit? en el coraz?n del hombre.
Pero ? no! El Dios del Evangelio, el Dios que nos ha ense?ado Jes?s no es as?. Es el Dios de la vida, no el Dios de la muerte. Es el Dios que es Padre y Padre que ama a sus hijos. Si vosotros que ten?is hijos los am?is entra?ablemente ?c?mo no nos va a amar el Padre Dios aunque seamos unos malvados? A Dios, Juan, el Ap?stol que m?s cal? en su esencia, lo defini? diciendo: Dios es Amor. La definici?n m?s exacta y m?s concisa.
Dios es el Padre que nos aguarda tras el trance doloroso de la muerte nos espera con los brazos abiertos para introducirnos en el Reino de la Dios es el Padre de Jes?s a quien ha resucitado, el primero de todos, una vida gloriosa, para que con El resucitemos los que en El creemos.
Por eso Jes?s nos ha dicho: "Yo soy la Resurrecci?n y la Vida. El que cree en m? aunque haya muerto, vivir?". Y esto es Palabra que nunca pasar?. El Cielo y la tierra pasar?n, pero la Palabra del Se?or no pasar?". Y esta es tambi?n la Palabra del Se?or.
La fe y la esperanza cristiana no suprimen el sufrimiento, pero lo interpretan, lo iluminan, lo vuelven "b?lsamo " para nuestros sinsabores.
La fe y la esperanza cristiana no eliminan la muerte temporal, porque es ley de Dios y las leyes de Dios se cumplen siempre. Nos llegar? a todos la hora, pero est? vencida con la Resurrecci?n de Jes?s. A los creyentes nos sostiene esta fe, y a?n en la muerte nos anima la esperanza en Cristo Resucitado que nos arrastra a los Cielos Nuevos y a la Nueva tierra.
A todos vosotros, pero especialmente a los familiares m?s cercanos yo os digo: " No os aflij?is como los hombres que no tienen esperanza".
Hubo un hombre, proc?nsul romano, llamado Plinio el Joven, que recibi? la orden del Emperador de perseguir aquella doctrina que cada d?a cund?a m?s era la cristiana. Le preguntaba ?qui?nes son esos?- " Son unos hombres extra que creen en un tal Cristo, al que aman de verdad, y van serenos a la muerte a".
Recemos tambi?n nosotros y ofrezcamos por N. al Padre de las misericordias nuestra oraci?n y al mismo tiempo ofrezcamos con el Se?or esta Eucarist?a para que perdonadas las culpas y fallos propios de su condici?n humana, como la de cualquiera de nosotros, sean perdonados por la infinita misericordia de Dios. Y perdonadas sus culpas sea recibido para siempre en la mansi?n eterna de la Vida sin fin.

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Domingo, 19 de noviembre de 2006
19 noviembre 2006 ZENIT publica la intervenci?n de Benedicto XVI al rezar, el domingo 19 de Noviembre de 2006, la oraci?n mariana del ?ngelus junto a miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.


Queridos hermanos y hermanas:
Pasado ma?ana, 21 de noviembre, con motivo de la memoria lit?rgica de la Presentaci?n de Mar?a Sant?sima en el Templo, celebraremos la Jornada ?pro Orantibus?, dedicada al recuerdo de las comunidades religiosas de clausura. Es una ocasi?n particularmente oportuna para dar gracias al Se?or por el don de tantas personas que, en los monasterios y en las ermitas, se dedican totalmente a Dios en la oraci?n, en el silencio y en el escondimiento. Algunos se preguntan qu? sentido y qu? valor puede tener su presencia en nuestro tiempo, en el que hay que afrontar muchas y urgentes situaciones de pobreza y de necesidad. ?Por qu? ?encerrarse? para siempre entre los muros de un monasterio y privar a los dem?s de la contribuci?n de las propias capacidades y experiencias? ?Qu? eficacia puede tener su oraci?n para solucionar los numerosos problemas concretos que siguen afligiendo a la humanidad?

De hecho, tambi?n hoy siguen suscitando con frecuencia sorpresa entre amigos y conocidos las numerosas personas que abandonan carreras profesionales, con frecuencia prometedoras, par abrazar la austera regla de un monasterio de clausura. ?Qu? les lleva a dar un paso tan comprometedor si no es el haber comprendido, como ense?a el Evangelio, que el Reino de los cielos es ?un tesoro? por el que vale verdaderamente la pena abandonarlo todo (Cf. Mateo 13, 44)?

Estos hermanos y hermanas testimonian silenciosamente que en medio de las vicisitudes diarias, en ocasiones sumamente convulsas, Dios es el ?nico apoyo que nunca se tambalea, roca inquebrantable de fidelidad y de amor. ?Todo se pasa, Dios no se muda? [el Papa ley? la cita en espa?ol, ndt.], escrib?a la gran maestra espiritual, santa Teresa de ?vila en su famoso texto. Y, ante la difundida exigencia que muchos experimentan de salir de la rutina cotidiana de las grandes aglomeraciones urbanas en b?squeda de espacios propicios para el silencio y la meditaci?n, los monasterios de vida contemplativa se presentan como ?oasis? en los que el hombre, peregrino en la tierra, puede recurrir a los manantiales del Esp?ritu y saciar la sed en medio del camino.

Estos lugares, aparentemente in?tiles, son por el contrario indispensables, como los ?pulmones? verdes de una ciudad: son beneficiosos para todos, incluso para los que no los visitan o quiz? no saben que existen.

Queridos hermanos y hermanas: demos gracias al Se?or, que en su providencia, ha querido que haya comunidades de clausura, masculinas y femeninas. Que no les falte nuestro apoyo espiritual y tambi?n material para que puedan cumplir su misi?n de mantener viva en la Iglesia la ardiente espera del regreso de Cristo. Invocamos, por este motivo, la intercesi?n de Mar?a que, en la memoria de su Presentaci?n en el Templo, contemplaremos como madre y modelo de la Iglesia, que re?ne en s? ambas vocaciones: a la virginidad y al matrimonio, a la vida contemplativa y a la activa.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit. Al final de la audiencia, el Santo Padre dirigi? un saludo en varios idiomas a los peregrinos. En ingl?s dijo:]

Saludo a los fieles de lengua espa?ola, particularmente a los grupos parroquiales de Madrid, Burgos, Gij?n, Le?n, Zamora y Santiago de Compostela, as? como a los miembros de las comunidades de M?xico, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Cuba, Argentina, Bolivia, Per?, Ecuador, Colombia y Chile. Pasado ma?ana celebraremos la Jornada ?pro Orantibus?. Pidamos al Se?or, por la intercesi?n maternal de la Virgen Mar?a, que conceda numerosas y santas vocaciones de consagrados a la vida contemplativa. Feliz domingo.

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D?a 19 XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario. (MEDITACI?N)

Mc 13, 24-32 ?Inmediatamente despu?s de la tribulaci?n de aquellos d?as, el sol se oscurecer? y la luna no dar? su resplandor, y las estrellas caer?n del cielo y las potestades de los cielos se conmover?n. Entonces aparecer? en el cielo la se?al del Hijo del Hombre, y en ese momento todas las tribus de la tierra romper?n en llantos. Y ver?n al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria. Y enviar? a sus ?ngeles que, con trompeta clamorosa, reunir?n a sus elegidos desde los cuatro vientos, de un extremo a otro de los cielos.
?Aprended de la higuera esta par?bola: cuando sus ramas est?n ya tiernas y brotan las hojas, sab?is que est? cerca el verano. As? tambi?n vosotros, cuando ve?is todas estas cosas, sabed que es inminente, que est? a las puertas. En verdad os digo que no pasar? esta generaci?n sin que todo esto se cumpla. El cielo y la tierra pasar?n, pero mis palabras no pasar?n.
?Pero nadie sabe de ese d?a y de esa hora: ni los ?ngeles de los cielos, ni el Hijo, sino s?lo el Padre.

Rectitud de intenci?n


Es un tema, podr?amos decir, cl?sico en el Evangelio, el del fin del mundo que nos ofrece en este domingo la Liturgia de la Iglesia por san Marcos. Jes?s habla de ?l en varios momentos. Recordemos, por ejemplo, la par?bola del trigo y la ciza?a, que termina con la recolecci?n de la mies, que expresa el final de los tiempos; la par?bola de la red barredera, que va recogiendo todo g?nero de peces y luego son separados los buenos de los malos, lo mismo que al fin del mundo los ?ngeles separar?n a los hombres... Tambi?n se narra san Mateo este momento final de los tiempos, y la venida de Jes?s con sus ?ngeles como Juez de todos los hombres. Precisamente este evangelista termina su relato con unas palabras de Jes?s a sus Ap?stoles, anim?ndoles a tener confianza siempre, porque nunca se sentir?n solos: sabed que yo estoy con vosotros todos los d?as hasta el fin del mundo, les dice.

Posiblemente se nos antoja demasiado lejano ese momento previsto por el Se?or con grandes cataclismos en el sol, la luna y las estrellas. Tal vez su pensamiento nos sobrecoja, aunque no nos inquiete seguramente la posibilidad de vivirlo. Sin embargo, es indudable que para unos antes y para otros despu?s, para todos habr? un d?a final de este mundo. Hoy pedimos a Dios que sea tambi?n para todos el momento de la plena felicidad lograda para siempre; cuando se cumplan por ?l todos nuestros anhelos y la voluntad de Nuestro Padre, que quiere a sus hijos junto a S? por toda la eternidad.

Elevemos ahora el coraz?n a Nuestro Se?or, que est? sentado a la derecha del Padre y de nuevo vendr? con gloria para juzgar a vivos y muertos, pidi?ndole que le esperemos como hijos ilusionados que aguardan la venida de su padre. ?Acaso no hemos esperado as? muchas veces? S?lo si nos hab?amos portado mal tem?amos su llegada por miedo al castigo. Pero ahora no queremos esperar con miedo. Deseamos ser buenos hijos que alegran a su Padre en cada llegada y le esperan con ilusi?n.

Como dec?a san Josemar?a, un hijo de Dios no tiene ni miedo a la vida, ni miedo a la muerte, porque el fundamento de su vida espiritual es el sentido de la filiaci?n divina: Dios es mi Padre, piensa, y es el Autor de todo bien, es toda la Bondad.


?Pero, ?t? y yo actuamos, de verdad, como hijos de Dios?


Si reconocemos ahora tal vez muchos detalles de nuestra vida que son impropios de los hijos de tan Buen Padre, a?n estamos a tiempo de rectificar. Es tan Bueno, que conociendo nuestra peque?ez y nuestra flaqueza ?nuestros ego?smos? nos perdona y nos brinda todav?a m?s tiempo para amarle con su Gracia. Que queramos ver nuestra vida como una permanente espera ilusionada a Dios. As? describe el Se?or la existencia cristiana, cuando la compara a aquellas v?rgenes que esperan al Esposo, o a los siervos que aguardan el regreso de su Se?or. Tengamos, como ellos, el prejuicio psicol?gico de vivir en una permanente y esperanzada espera.

Estamos en el mes que la Iglesia dedica a la oraci?n por los fieles difuntos. Los que nos han precedido, algunos de ellos conocidos, amigos o familiares fallecidos, no hace mucho esperaban como nosotros el momento de su encuentro con Dios. Si han sido fieles, hoy, con la Gracia de Dios, viven gozando en su presencia o aguardan quiz?s todav?a en el Purgatorio, hasta purificarse completamente de sus pecados. Renovemos el prop?sito de acudir a la intercesi?n de los santos, que viven ya en intimidad con Dios, y de ofrecer sufragios por las almas del Purgatorio. Nuestra generosidad de ahora en favor de estas almas es un buen modo, muy grato a Dios, de esperarle, mientras buscamos agradarle en las cosas de cada d?a.

No nos suceda como a aquel personaje del que habla Jes?s, que parec?a alegrarse desmedidamente por haber tenido mucho ?xito en sus negocios: Insensato ?le dir? Dios?, esta noche te pedir?n el alma, y todo lo que has acumulado, ?para qui?n ser?? Y Jes?s concluye: As? ser? el que atesora para s? y no es rico para Dios. No queramos dejarnos absorber por ideales exclusivamente terrenos. Pregunt?monos, en cambio, con frecuencia si, de hecho, Dios es lo m?s importante en nuestra vida; si deseamos sinceramente el tesoro de Dios para los que amamos en este mundo.

Recordemos, en este sentido, el reproche de Jes?s a Marta, la hermana de L?zaro, que estaba tan afanada en las cosas de la casa ?buenas sin duda?, que se olvidaba del Se?or: Marta, Marta ?le dijo Jes?s?, t? te preocupas y te inquietas por muchas cosas. En verdad una sola cosa es necesaria. Mar?a, su hermana, en cambio, dejando enronces otros asuntos, escuchaba atentamente al Se?or.

Que en nuestras cosas: en el trabajo, en la familia, en los amigos..., veamos tambi?n siempre al Se?or, para que lo nuestro no sea s?lo algo nuestro ?poco valdr?a entonces?, sino ante todo algo para Dios.

As? era la vida de Nuestra Madre, la esclava del Se?or. A Ella le pedimos que todas nuestras acciones lleguen a ser tambi?n una ilusionada espera de nuestro Dios.



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Mensaje emitido por la Conferencia Episcopal de Argentina el 10 de noviembre en el contexto de su asamblea plenaria.

BIEN COM?N Y DI?LOGO



Con ocasi?n de nuestra Asamblea Plenaria los Obispos nos dirigimos a los fieles cristianos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, con el deseo de compartir algunas reflexiones que nos ayuden a fortalecer nuestra esperanza y a recorrer todos juntos, gobernantes y ciudadanos, el camino de la construcci?n del Bien Com?n, ?mbito necesario para el desarrollo de la dignidad de la persona humana y fundamento de la equidad en el crecimiento de la sociedad.

El Bien Com?n es el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a cada uno de sus miembros el logro m?s pleno y m?s f?cil de la propia perfecci?n. El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia nos recuerda que el Bien Com?n no consiste en la simple suma de los bienes particulares de cada sujeto del cuerpo social, y que la persona sola no puede encontrar realizaci?n en s? misma, prescindiendo de su ser ?con? y ?para? los dem?s. Por ello se hace necesario un amplio y sincero di?logo de toda la sociedad.

El di?logo es el gran instrumento de construcci?n y consolidaci?n de la democracia. Los cristianos encontramos su fundamento en la Encarnaci?n del Hijo de Dios que tom?, ?l mismo, la iniciativa de hacerse como nosotros para venir a salvarnos. El compromiso de la Iglesia con el di?logo nace de la fe en Jesucristo y en la verdad del Evangelio. Esto nos obliga a priorizarlo en todos los ?rdenes de nuestra convivencia. Disposici?n que nos compromete en primer lugar a nosotros mismos como testigos de la fe que predicamos.

Fortaleciendo el di?logo podremos superar la excesiva fragmentaci?n que debilita a nuestra sociedad y nos dispondremos a encontrar los consensos necesarios que nos ayuden a reafirmar nuestra identidad y crecer en la amistad social.

Este camino, unido a un verdadero esp?ritu de reconciliaci?n que nace de la verdad, se afirma en la justicia y se plenifica en el amor, es el que nos permitir? consolidar las instituciones de la Naci?n.

A pesar de los logros que, con el esfuerzo de muchos argentinos, hemos obtenido en estos ?ltimos a?os, los niveles de pobreza, exclusi?n social e inequidad son todav?a altos. Por lo tanto, es necesario que, viviendo con m?s austeridad nos preocupemos mucho m?s de los pobres y nos comprometamos con esp?ritu solidario a acrecentar la riqueza del pa?s y a distribuirla con mayor equidad.

En el marco pastoral de nuestra Asamblea los invitamos a ejercer un mayor protagonismo en la construcci?n de la sociedad civil, que nos permita convertirnos en activos ciudadanos y asumir nuestra personal responsabilidad en la concreci?n de ese conjunto de condiciones que llamamos ?Bien Com?n?.

Renovamos nuestra vocaci?n de servicio a nuestros hermanos y al bien del pa?s que encomendamos a la Virgen de Luj?n que siempre nos acompa?? a lo largo de nuestra historia.

92? Asamblea Plenaria
Pilar, 10 de noviembre de 2006

Publicado por verdenaranja @ 21:13  | Hablan los obispos
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Si se trata de un matrimonio can?nico, s?lo la Iglesia tiene poder para dictar una resoluci?n sobre disoluci?n o nulidad de ese matrimonio (Ses. XIV, c. 12 Conc Trento), puesto que el Estado no tiene competencia para disolver este tipo de matrimonios can?nicos. El divorcio ?nicamente regula circunstancias de tipo civil en relaci?n con el matrimonio. Los c?nyuges no pueden acceder a nuevo matrimonio can?nico con el divorcio, siendo ?nicamente posible contraer matrimonio civil, que no es reconocido por la Iglesia como verdadero matrimonio para los bautizados. En estos casos s?lo cabe, para contraer con otra persona ante la Iglesia, pedir la declaraci?n de nulidad del primer matrimonio can?nico, si hay causa.

Son numerosos los motivos por los que se puede solicitar la declaraci?n de nulidad de un matrimonio. Los podemos agrupar fundamentalmente en tres apartados:


A)- Aquellas que tienen relaci?n con prohibiciones para contraer matrimonio, que ser?an los llamados impedimentos (edad, impotencia, v?nculo, matrimonio dispar entre bautizado y no bautizado, orden sagrado, voto, rapto, crimen, consanguinidad, afinidad, p?blica honestidad y parentesco legal). De forma escueta damos una serie de puntos en orden a que puedan tener un conocimiento somero de estas causas de nulidad:

1.- Edad: No puede contraer matrimonio v?lido el var?n antes de los 16 a?os cumplidos ni la mujer antes de los 14 tambi?n cumplidos. La Conferencia Episcopal puede establecer una edad superior para la celebraci?n l?cita del matrimonio. En Espa?a la Conferencia Episcopal Espa?ola ha establecido la edad de 18 a?os para la licitud, igual que en el C?digo Civil. Cabe solicitar licencia para contraer entre 14 ?la mujer- y 16- el var?n- y los 18 a?os. Tambi?n cabe dispensa ?aunque dificilmente se concede- para contraer antes de los 14, la mujer, y 16, el var?n.


2.- Impotencia: No puede contraer v?lidamente matrimonio quien no puede realizar la c?pula conyugal, siempre que la impotencia sea antecedente y perpetua No cabe dispensa. Sin embargo, la esterilidad ni impide ni dirime el matrimonio.


3.- V?nculo o ligamen: No puede contraer v?lidamente matrimonio quien est? unido por un v?nculo matrimonial anterior, aunque no se haya consumado. No cabe dispensa


4.- Disparidad de cultos (entre bautizado y no bautizado): No puede contraer v?lidamente matrimonio el bautizado en la Iglesia Cat?lica o convertido a ella y que no la haya abandonado por acto formal y un no bautizado. Cabe dispensa con algunos requisitos


Distinto del anterior ser?a el matrimonio mixto ( 2 bautizados, uno cat?lico y otro en otra confesion cristiana que no est? en plena comuni?n con la Iglesia Cat?lica, es decir, un bautizado no cat?lico): Este matrimonio ser?a il?cito, no inv?lido, siempre que no se pidiera licencia


5.- Orden Sagrado: No puede contraer matrimonio el var?n que haya recibido las ?rdenes sagradas (diaconado, presbiterado y episcopado). Cabe dispensa por rescripto de secularizaci?n, reservado a la Sede Apost?lica


6.- Voto o profesi?n religiosa: No puede contraer matrimonio quien est? vinculado por voto p?blico y perpetuo de castidad en un Instituto religioso. Cabe dispensa reservada a la Sede Apost?lica


7.- Rapto: No puede contraer matrimonio v?lidamente la mujer raptada con su raptor o retenida con miras a contraer matrimonio, a no ser que la mujer, hall?ndose en lugar seguro y libre de la influencia del raptor, elija el matrimonio. No se dispensa porque habr?a un vicio de consentimiento.


8.- Crimen: Quien con el fin de contraer matrimonio con una determinada persona causa la muerte del c?nyuge de ?sta o de su propio c?nyuge no pueden contraer matrimonio. Tampoco pueden hacerlo quienes cooperan para causar la muerte del c?nyuge de cualquiera de ellos


9.- Consanguinidad: No pueden contraer matrimonio los ascendientes ni descendientes en linea recta ni los unidos por v?nculo de sangre hasta el 4? grado colateral inclusive. El impedimento existe tanto si los ascendientes o descendientes son leg?timos como naturales. No cabe dispensa de este impedimento ni en cualquier grado en l?nea recta (padres, hijos, nietos), ni en 2? grado colateral (hermanos). Tercero (tios-sobrinos) y cuarto grado (primos hermanos) se pueden dispensar


10.- Afinidad: Es nulo el matrimonio de personas afines, es decir, dentro de matrimonio v?lido, del var?n con los consangu?neos en l?nea recta (c. 1092) de la mujer o viceversa, salvo dispensa


11.- P?blica honestidad: Surge de matrimonio inv?lido o de concubinato p?blico y notorio e impide el matrimonio en primer grado linea recta entre el var?n y los consangu?neos de la mujer y viceversa


12.- Parentesco Legal: No pueden contraer matrimonio quienes est?n unidos por el v?nculo de la adopci?n en l?nea recta o en segundo grado colateral

B)- Aquellas que afectan al consentimiento y que no admiten dispensa:

1.- Incapacidad para darlo v?lidamente por carecer de uso de raz?n, por grave defecto de discreci?n de juicio (imposibilidad de ponderar o decidir sobre el matrimonio que va a contraer o por falta de libertad interna) o por imposibilidad de asumir las obligaciones a que se han comprometido, tales como fidelidad, indisolubilidad, bien de los c?nyuges, ?ntima comunidad de vida y amor conyugasl, etc....


2.- Error sobre persona o sobre cualidad directa y principalmente buscada; y error provocado por dolo para conseguir el consentimiento sobre una cualidad del otro contrayente que pueda perturbar el consorcio de vida conyugal


3.- Violencia f?sica o moral (intimidaci?n o miedo): si se amenaza a la otra persona con un mal que provoque perturbaci?n grave de ?nimo, para librarse del cual la persona se vea obligada a casarse


4.- Simulaci?n del consentimiento matrimonial: pretender un matrimonio can?nico sin aceptar o bien el mismo matrimonio, o bien elementos o propiedades esenciales del mismo (sacramentalidad, unidad, indisolubilidad, abierto a la procreaci?n, al bien de los c?nyuges, etc...)


5.- Matrimonio bajo condici?n: cuando el matrimonio se condiciona a un hecho futuro e incierto el matrimonio es nulo


C)- Aquellos en los que, por haber un defecto de forma, no surge el matrimonio

La forma can?nica ordinaria es la manifestaci?n del consentimiento matrimonial ante un Ministro asistente al matrimonio ?normalmente un sacerdote-, que recibe el consentimiento de los c?nyuges en nombre de la Iglesia, y dos testigos comunes. Cabe dispensa.


En los matrimonios mixtos (bautizado cat?lico y bautizado en otra confesi?n cristiana no cat?lica) y dispares (bautizado y no bautizado) se exige la forma can?nica, a no ser que existan graves dificultades, y entonces requiere dispensa, salvo para el matrimonio con los cristianos orientales no cat?licos, en el que la forma can?nica se exige solo para la licitud, pero siempre ? para la validez ? con la intervenci?n de un ministro sagrado.

Publicado por verdenaranja @ 20:57
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ZENIT publica el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. -predicador de la Casa Pontificia- a la liturgia del domingo XXXIII del tiempo ordinario, 19 de Noviembre.

En aquellos d?as...

XXXIII Domingo del tiempo ordinario (B)
Daniel 12, 1-3; Hebreos 10, 11-14. 18; Marcos 13, 24-32

El Evangelio del pen?ltimo domingo del a?o lit?rgico es el cl?sico texto sobre el fin del mundo. En toda ?poca ha habido quien se ha encargado de agitar amenazadoramente esta p?gina del Evangelio ante sus contempor?neos, alimentando psicosis y angustia. Mi consejo es permanecer tranquilos y no dejarse turbar lo m?s m?nimo por estas previsiones catastr?ficas. Basta con leer la frase final del mismo pasaje evang?lico: ?Mas de aquel d?a y hora, nadie sabe nada, ni los ?ngeles en el cielo, ni el Hijo, s?lo el Padre?. Si ni siquiera los ?ngeles ni el Hijo (se entiende que en cuanto hombre, no en cuanto Dios) conocen el d?a ni la hora del final, ?es posible que lo sepa y est? autorizado a anunciarlo el ?ltimo adepto de alguna secta o fan?tico religioso? En el Evangelio Jes?s nos asegura el hecho de que ?l volver? un d?a y reunir? a sus elegidos desde los cuatro vientos; el cu?ndo y el c?mo vendr? (entre las nubes del cielo, el oscurecimiento del sol y la ca?da de las estrellas) forman parte del lenguaje figurado propio del g?nero literario de estos relatos.

Otra observaci?n puede ayudar a explicar ciertas p?ginas del Evangelio. Cuando nosotros hablamos del fin del mundo, seg?n la idea que tenemos hoy del tiempo, pensamos inmediatamente en el fin del mundo en absoluto, despu?s de lo cual ya no puede haber m?s que la eternidad. Pero la Biblia razona con categor?as relativas e hist?ricas, m?s que absolutas y metaf?sicas. Cuando por ello habla del fin del mundo, entiende con mucha frecuencia el mundo concreto, aqu?l que de hecho existe y es conocido por cierto grupo de hombres: su mundo. Se trata, en resumen, m?s del fin de un mundo que del fin del mundo, si bien las dos perspectivas a veces se entrecruzan.

Jes?s dice: ?No pasar? esta generaci?n sin que todo esto suceda?. ?Se equivoc?? No; no pas? de hecho aquella generaci?n; el mundo conocido por quienes le escuchaban, el mundo judaico, pas? tr?gicamente con la destrucci?n de Jerusal?n en el a?o 70 despu?s de Cristo. Cuando en el a?o 410 sucedi? el saqueo de Roma por obra de los v?ndalos, muchos grandes esp?ritus del tiempo pensaron que era el fin del mundo. No erraban mucho; acababa un mundo, el creado por Roma con su imperio. En este sentido, no se equivocaban tampoco aquellos que el 11 de septiembre de 2001, viendo la ca?da de las Torres Gemelas, pensaron en el fin del mundo...

Todo esto no disminuye, sino que acrecienta la seriedad del compromiso cristiano. Ser?a la mayor estupidez consolarse diciendo que, total, nadie conoce cu?ndo ser? el fin del mundo, olvidando que puede ser, para cada uno, esta misma noche. Por eso Jes?s concluye el Evangelio de hoy con la recomendaci?n: ?Estad atentos y vigilad, porque no sab?is cu?ndo ser? el momento preciso?.

Debemos -considero- cambiar completamente el estado de ?nimo con el que escuchamos estos Evangelios que hablan del fin del mundo y del retorno de Cristo. Se ha terminado por considerar un castigo y una oscura amenaza aquello que la Escritura llama ?la feliz esperanza? de los cristianos, esto es, la venida de Nuestro Se?or Jesucristo (Tito, 2, 13). Tambi?n est? por en medio la idea misma que tenemos de Dios. Los recurrentes discursos sobre el fin del mundo, obra frecuente de personas con un sentimiento religioso distorsionado, tienen sobre muchos un efecto devastador: reforzar la idea de un Dios perennemente enfadado, dispuesto a dar rienda suelta a su ira sobre el mundo. Pero ?ste no es el Dios de la Biblia, a quien un salmo describe como ?clemente y compasivo, tardo a la c?lera y lleno de amor, que no se querella eternamente ni para siempre guarda su rencor... que ?l sabe de qu? estamos hechos? (Sal 103, 8-14)

[Traducci?n del italiano realizada por Zenit]

Publicado por verdenaranja @ 20:39  | Espiritualidad
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Comentario al Evangelio (Lc 19, 1-10) perteneciente al martes de la Trig?simotercera Semana del Tiempo Ordinario, publicado en el libro "Ens??am tus caminos" de Guillermo Guti?rrez.


Un nuevo hijo de Abrah?n. Lo que sabernos de Zaqueo hace de ?l un tipo de esos que el espa?ol f?cilmente tolera: un hombre que no tenga m?s de dos virtudes o, al menos, que entre varias virtudes tenga tambi?n algunos defectos notorios. Se tolera, vgr., al rico pero enfermo o t?mido, y al inteligente o elegante pero pobre. Zaqueo era rico e influyente pero enano. Oficialmente despreciado por su profesi?n de recaudador c?e impuestos, de moralidad dudosa y colaborador, por eso mismo, con la potencia de ocupaci?n. Pero el Esp?ritu del Se?or descendi? sobre ?l para provocar ingeniosamente un encuentro del que naci? la salvaci?n para ?l y para toda su casa. La historia de Zaqueo llega a nosotros como un ejemplo cabal de conversi?n aut?ntica.
Sin complejos ante el rid?culo, Zaqueo hizo lo que hacen los ni?os ?quiz? ten?a la sencillez de alma de los ni?os?. Subi? a un ?rbol para compensar la falta de estatura. Deseaba ver a Jes?s, siempre buen de-seo. Jes?s detect? a distancia ese buen deseo y el que con tanta firmeza atac? el pecado se mostr? admirablemente cercano al pecador Zaqueo. El resto de la historia es conocida. Una vida nueva hab?a nacido y encontrado su camino. Zaqueo acept? los compromisos con la Verdad con abandono de su pasado. Lo dio todo. Despu?s de haber encontrado a Dios ya no necesitaba nada.
?Para conocer a Dios hay que empezar por conocerse a s? mismo valorando objetivamente la propia vida y sus acciones. Un hombre que se toma por unidad de medida no llegar? nunca a una valoraci?n fiel de las cosas de Dios: la gracia, el perd?n, las maravillas que est? dispuesto a hacer si se le dejan espacio y acci?n libres, S?lo cuando toma como medida exacta a Jes?s ?hombre perfecto? queda el hombre capacitado para entrar seguro en los misterios de Dios y en el sentido del servicio a los hermanos? (E. Pulsfort).

Publicado por verdenaranja @ 20:29  | Espiritualidad
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Artículo publicado en "Revista Semanal" de EL DÍA, sábado, 18 de Noviembre de 2006, escrito por José Guillermo Escudero.

Santa Águeda, olvidada patrona de santa Cruz de La Palma


JOSÉ GUILLERMO RODRÍGUEZ ESCUDERO



Historia

EL convento de Santa Clara, primer monasterio femenino de Santa Cruz de La Palma, tuvo su origen en una pequeña ermita dedicada a la "Gloriosa Santa Agueda", desde 1594 "Patrona de la Ciudad" y "Abogada de las Mieses". Un punto éste sorprendentemente desconocido por la inmensa mayoría de los ciudadanos en la actualidad. De este recuerdo tan sólo queda una estrecha callejuela con su nombre que recorre, desde el inicio de la colina donde se ubica el ex cenobio, bajando la ladera —rodeando el actual Parque Infantil con una escalinata— hasta llegar a la confluencia con la calle Baltasar Martín, en las cercanías de la plaza de San Francisco y paralela a la ermita de San José.

La congregación de las monjas claras, con la ayuda de las familias más adineradas y poderosas, fundó un convento junto a la bella ermita. Según el acta del Cabildo de 9 de junio de 1600, se dice que "se esta edificando el Convento de Monjas Claras". En la del 28 de julio de 1603 se faculta al Padre Canino para "cortar la madera de los montes que falta para acabar el convento".
Al ser suprimido el monasterio de Santa Agueda el 28 de diciembre de 1837 por las leyes de la desamortización de las clausuras, el Ayuntamiento de la capital palmera solicitó al Gobierno de Su Majestad, se le "diese el edificio para trasladar a él el Hospital y Cuna de Expósitos". Esto le fue concedido por la Real Orden de 14 de junio de 1842. Desde entonces se hallaron establecidos los dos asilos benéficos, sirviéndoles de oratorio la misma iglesia del convento. Lamentablemente este precioso recinto está cerrado durante toda la semana, tan sólo abierto para los cultos del domingo por la mañana y, excepcionalmente, para otros actos aislados, como Semana Santa (procesión del magnífico grupo escultórico de "La Piedad" y visita al "Monumento") y Función de Santa Rita...

Patronazgo

Corría la segunda mitad del siglo XVI cuando, según afirma Viera y Clavijo, ante la calamidad de los tiempos y las múltiples adversidades a las que estaban expuestas las cosechas —que no llegaban a satisfacer las necesidades de la Isla—, el Cabildo elige por suertes a la "Mártir Santa Agueda" como "Abogada de las Mieses". Se procede a aco¬meter la edificación de su ermita en la zona alta de la ciudad, en la que de inmediato comienza a venerarse su imagen traída de Sevilla. Así lo relataba Viera y Clavijo:
.. echaron suertes y salio por abogada de las mieses la santa mártir...".

Es curiosa esta advocación en La Palma, . ya que no se conoce ninguna relación suya con la agricultura y la ganadería, por lo que se presenta como un interesante caso de advo¬cación cambiada producido al azar.

En los años setenta del siglo XVI, las Actas Capitulares, conservadas en el Cabildo capitalino, dejan entrever de modo constante la escasez de trigo que padecía La Palma durante largos períodos, "comisionando aquella corporación a los distintos comer¬ciantes radicados en la Isla para que importasen granos de otras islas del Archipiélago, Madeira e incluso Flandes".

Según las crónicas del alcalde palmero Juan Bautista Lorenzo Rodríguez, en el Acta del Cabildo de la ciudad fechada el 7 de mayo de 1607 se da a conocer que la fundación del Convento de Santa Clara tuvo lugar en el mismo emplazamiento donde se hallaba la ermita de la santa, para lo que fue, lamentablemente, demolida.

Volviendo a la época de mayor auge de la festividad de la Santa Mártir siciliana, se recoge en la obra Noticias para la Historia de La Palma de aquel edil y cronista, que "el Cabildo había hecho voto y promesa de guardar su día haciendo procesión solemne a su casa", que fue edificada, según reza un acta de 1607, "con gran fervor con limosnas de los vecinos e se trajo su ymagen despaña".

En el plano de Santa Cruz de La Palma que levantó en 1590 el italiano Torriani aparece dibujada esta iglesia, denominada por él "Santa Agata, prottetora della Cittá".

Y como Patrona de la ciudad y de las mieses, continuó siendo invocada en épocas de calamidades públicas. Así, en 1747 se acordó "hacer procesiones de Inocentes según a sido costumbre", y llevar la imagen de la Santa a la Parroquia Matriz de El Salvador. Allí se le ofrecía un novenario "en atención a la pública falta de agua y estar los sembrados en términoz de perderse".

Tenían lugar solemnes procesiones en su honor, en las que acudían todos los pendones de los gremios y multitud de feligreses que rendían pleitesía a su patrona local. Erróneamente se cree que Nuestra Señora de La: Nieves es la Patrona de la Ciudad. Entre otro: muchos honores y títulos, Ella es la "Alcaldesa Honoraria y Perpetua" de la misma } "Patrona de la Isla", junto con San Migue Arcángel.

Existía la obligación de la limpieza de todas aquellas calles por las que pasaba 1a solemne procesión de Santa Águeda. Así quedaba ordenado en los distintos edictos promulgados desde el Cabildo de la Ciudad.

La importancia de la tierra para su subsistencia explica el sentido trascendente que alcanza esta Protectora de la Ciudad de Santa Cruz de La Palma. Insisto que nos encontramos ante una devoción inexplicable y absurdamente olvidada.

La imagen

Dentro de la abundante producción escultórica de origen andaluz —más concretamente sevillano— existente en La Palma de los siglo XVII y XVIII, encontramos una magnífica muestra salida de los talleres activos de 1a capital hispalense en el último cuarto del siglo XVI.

Se trata de una preciosa talla de tamaño natural y bulto redondo de 1,22 mts que se halla entronizada en la hornacina inferior izquierda del magnífico retablo dorado de 1a iglesia del Hospital de Dolores, primer ejemplo del barroco palmero y cabeza de una larga estirpe.

La impresionante efigie de la Santa —tradicional y erróneamente catalogada como flamenca—, fue concebida como una hermosa Venus rubia. Así, el Dr. Hernández Díaz la describe como una "Sagrada Venus" para significar la orientación clasicista de esta representación femenina. Con respecto al sitio de su procedencia, Herrera García, nos informa de que"... al constituirse Sevilla en escuela escultórica de primer orden y los gustos de la aristocracia local palmera, mucho de cuyos miembros eran de origen andaluz, comenzaron a manifestar cansancio por los reiterativos modelos de la plástica flamenca, adscritos a esquemas goticistas".

De equilibrado volumen y de elegancia su porte y en la caída de su larga túnica dorada y policromada, la bella escultura es un magnífico ejemplo de la imaginería hispalense del manierismo bajorrenacentista. Su procedencia sevillana está confirmada en las actas del Cabildo, después de 1574.

En cuanto a su postura, el pie derecho mantiene el peso del cuerpo, mientras que la pierna izquierda se adelanta en elegante movimiento, flexionando la rodilla a modo de "contraposto". Según don Francisco J. Herrera García, esto `produce una ordenada conjunción de las masas y evita la apariencia de bloque rígido". Un perfecto juego de volúmenes y estados de tensión coordinados en equilibrio y armonía.

El profesor palmero don Jesús Pérez Morera incluye esta pieza (en 1989) como representativa del quehacer de los talleres hispalenses del momento. Herrera García la atribuye más concretamente al taller del esculor abulense Jerónimo Hernández, considerado fundador de la escuela sevillana de escultura.

La proximidad de la Sta. Águeda con alguna de sus obras de carácter mariano es más que notable. Véase la "Virgen de la O" de Ubrique (1575), la "Esperanza" de Ecija (1578) o la "Virgen de la Grana" de Guillena (1578-80). Algunos de estos ejemplares marianos procedentes de su taller, realizadas en los años setenta del siglo XVI pueden servir para "comprobar la similitud en rasgos compositivos, expresión y sentido clasicista con la obra que analizamos ".

Sobre su cabeza tiene una corona real de plata –exquisita pieza de orfebrería-, como las mártires más famosas, y porta sobre su mano izquierda una gran palma dorada, símbolo de la victoria del martirio sobre la muerte. Es curiosa la postura de esta piadosa insignia: parece flotar sobre el lado izquierdo, sobre su pecho y su mano, mientras que los dedos medio e índice recogen el manto elegantemente y acercan a su cuerpo la bien tallada palma martirial. Para ello, su brazo describe una ligera inflexión.

En actitud erguida, la Mártir mantiene con la mano derecha, que a tal efecto adelanta, una bandeja de plata con sus dos pechos. Herrera García nos dice lo siguiente del objeto artístico: "la bandeja, en este caso desprovista de las muestras de su martirio al tra¬tarse de una pieza de plata extraña a la escultura..."

Los pechos del plato han sido histórica y popularmente confundidos con panes. Por ello hay zonas en la que en el día de la Santa de Catania, los feligreses llevan al altar panes sobre una bandeja. La mártir suele estar representada formando pareja con Santa Apolonia –que lleva pinzas o tenazas– y con Santa Lucía –que presenta sus ojos sobre una bandeja–. Es curiosa la representación de "Santa Apolonia de Alejandría" en la vecina iglesia de San Francisco. Allí se le representa con un martillo, inusual según su hagiografía y atributos personales.

"El rostro, de fina factura pese a las evidentes señales del paso del tiempo y los repintes labiales, se inclina hacia la derecha de tal modo que orienta la mirada al contenido de la bandeja, entornando los ojos de los que emana un profundo sentido de resignación". Herrera continúa su pormenorizada descripción de la Patrona de la Ciudad, tras analizar su belleza facial: "se completa con la del cabello, descubierto al no sobrepasar el manto la altura de los hombros, permitiéndonos así admirar el exquisito trabajo de la gubia que distribuye los mechones capilares en suaves ondulaciones, mientras a la altura del cuello descienden en curvatura. Es una cabellera que no puede ocultar profunda raigambre clasicista, propia de una elegante matrona romana ".

Otra de sus características es el perfecto tallado de su perfil, la sutileza de las formas faciales, cejas finas, ojos tristes semiabiertos, barbilla redondeada, pequeña y delicada nariz...Todo estos mimados detalles "se complementan con la entereza y firmeza propias de la mejor escultura romanista; no existen atisbos de dolor,' la serenidad y fortaleza co¬jugan sus efectos para proporcionar así pureza y equilibrio de inequívoco sello bajo renacentista ".

La holgada túnica dorada está ligeramente plisada sobre la pierna izquierda, "evidenciando el contraposto" y el manto terciado sobre el tórax continúa un recorrido oblicuo para luego, después de sobrepasar el brazo derecho, deja caer rectos los pliegues rectilíneos.

Durante estos siglos de existencia, la bella talla virginal ha sido objeto de desafortunados repintes. Su exquisita policromía, a pesar de todo, se ha conservado perfectamente. Dominan los tonos dorados del pan de oro que, incluso recubre el cabello. El amplio manto y la delicada túnica "se hallan recubiertos de motivos vegetales punteados, entre los cuales el espacio intermedio fue rellenado con una tonalidad ocre que oculta la primitiva estética del estofado".

Antigua y venerada advocación

La elegante y hermosa efigie de la Patrona de la capital palmera -en realidad, Copatrona junto a la "Gloriosa Santa Cruz"–, lo es también de las enfermeras, ya que sanó de las heridas producidas al ser arrancados sus senos durante su martirio el 5 de febrero del año 251, ejecutado por orden del prefecto Quintianus, durante la persecución del emperador Diocleciano. Por este motivo es invocada también por los aquejados de dolen¬cias en el pecho y tórax.

Era extraordinariamente atractiva y hermosa y por ello deseada por aquel tirano, el cual le preguntó: "¿Qué decides?¿Estás convencida de que lo que tú adoras es una aberración? ". "¡Oh, no! –contestó Agueda–, cada día que pasa me persuado más de que estoy en la única verdad y Jesucristo es el único salvador que da la vida eterna ". Para hacerla desistir de su fe y convertirla en una apóstata, el cruel senador mandó azotarla bárbaramente y, encerrándola en una oscura prisión, le aplicaron los tormentos más terribles. El amor desairado llegó, en su crueldad, a todos los refinamientos: intento de seducción a través de una perversa mujer, Afrodisia, para que la sometiera a una violación virtual en un prostíbulo. Milagrosamente, como Santa Inés, conservó la virginidad. Sufrió con garfios acerados y ardientes, y su cuerpo fue retorcido cuando fue atada en una columna cabeza abajo. El tirano mandó que le cortasen los pechos a "aquella inocente y virginal azucena". En esos instantes ella le gritó: "¿No te avergüenza amputar del pecho de una mujer lo que has mamado cuando tu madre te amamantaba? ". Fue curada por San Pedro que se le apareció en el calabozo. Compareció nuevamente ante el tirano y éste la mandó acostar desnuda sobre una capa de trozos de vidrio y brasas en su celda. En esos momentos, la tierra tembló.

Otros pueblos le rezan en días de tormenta con aparato eléctrico, como a Santa Bárbara tal y como sucede en las regiones italiana; de Palermo y Catania, donde además se 1e considera la protectora de los volcanes. También es patrona de Malta y de los fundidores de campanas. Se cuenta que, un año después de su martirio, una erupción del Etna estuvo a punto de sepultar varios poblados. Se considera un milagro de la Santa el que la lava se detuviera a las puertas mismas de la ciudad de Catania. También en el momento de su muerte, y cada año el día de su aniversario, el volcán vomita torrentes de lava. En Italia, su velo, conservado en la catedral de Florencia, se llevaba en procesión para apagar los incendios.

En Toulouse (Francia) estaba prohibido hilar o hacer la colada el día de su fiesta. Quizá porque Santa Águeda había reemplazado a una divinidad pagana que personificaba la mala estación: se creía que la rotación del huso provocaba torbellinos de viento y la agitación del agua de las fuentes llamaba a la lluvia.

Se atribuye el papa Gregorio I la introducción de su nombre en el canon romano de la misa; y el gran papa español San Dámaso canta en el siglo VI su gloriosa vida. La visita del apóstol San Pedro para restañar las heridas cuando la santa italiana estaba en la cárcel también son parte de las leyendas que alimentan la devoción popular hacia la santa más cantada de la antigüedad por los poetas y la más representada por los pintores y artistas. Un cuadro custodiado en el Museo del Prado de Madrid, por ejemplo, de Carlo Caliari "Veronés" de fines del s. XVI, nos presenta a la santa con su seno derecho cor¬tado y un ángel tras ella reconfortándola y entregándole la simbólica palma del triunfo del martirio y la virginidad sobre la muerte.

Su onomástica se celebra el 5 de febrero. Este día era muy importante en la ciudad de Santa Cruz de La Palma. En la obra Descripción de todo lo que pasó en la Bajada de Nieves de 1815 (recuperada por el cronista oficial de la capital, don Jaime Pérez García), se ofrece una pormenorizada relación de actos que, con tal motivo, se dieron en la capital. Coincidieron: la Bajada de la Virgen de Las Nieves, los Carnavales –el 4 de febrero fue Sábado de Carnaval–, y al día siguiente, la Fiesta de la Mártir: "... fue la fiesta de Santa Agueda y predicó el Beneficiado Díaz; jamás en la Palma se hizo mejor sermón. En. la noche del mismo día hubo sarado casa de don Rafael Monteverde... "

El retablo

Está entronizada en el magnífico retablo mayor del antiguo convento de Santa Águeda, hoy Hospital de Dolores, cuya atribución cronológica es de aproximadamente 1679 a 1697.

El primer cuerpo es obra del prestigioso maestro Andrés del Rosario (1679-1693); su yerno Juan Fernández lo concluyó en 1697. En la hornacina central se hallaba la Inmaculada Concepción, talla en madera del siglo XVII que posteriormente fue trasladada a la sacristía. Actualmente ocupa este lugar preferente la bella talla flamenca de Ntra. Sra. de La Piedad (anónima del siglo XVI, titular de la antigua casa hospital).

Con ornamentación plateresca y técnica barroca, este retablo acusa la influencia portuguesa en el cierre semicircular de su remate y en los fondos de flores, frutas y pájaros –imagen del Paraíso– que decoran las hornacinas. En una de ellas se veneraba la bella imagen de candelero de Sta. Clara de Asís, quemada por una monja loca en los aledaños del actual Aeroclub, y en la que ahora se encuentra la efigie de San José. Esta talla barroca fue traída de México en el siglo XVIII por el navegante Ambrosio Rodríguez de la Cruz. Tiene altar propio en el lateral del templo en el que se venera a otra imagen de La Inmaculada.

Fue restaurado en el año 2001 por el Taller de Restauración del Cabildo de La Palma (restauradoras: Isabel Concepción e Isabel Santos). En la delicada obra colaboraron, entre otros, Domingo Cabrera (restaurador), Rodolfo Rodríguez (carpintero) y Carlos Pérez (Ayte. de carpintero). También el personal de obras de este Cabildo –unidad técnica del Patrimonio Histórico– y la Empresa de Construcción y Restauración Miguel Hernández Ventura.

Es un precioso retablo de dos cuerpos y tres calles con cierre semicircular sin ático cuyo entablamiento superior se curva siguiendo la trayectoria de la hornacina. Sobre él se coloca el remate como solución lusitana. Es el ejemplo de prototipo de retablo barroco palmero al que le seguirán una larga estirpe. Estamos ante una verdadera obra de arte.

La novena

Novena a la Gloriosa Virgen, y Martyr Señora STA. AGUEDA. Dala a luz el Sr Don Roberto d Lahanty, Teniente Coronel de Cavalleria, y Sindico General desta Provincia de San Diego de Canarias. Año de 1760. Conlicencia: en Sta. Cruz de Thenerife por
D. Pedro Joseph Pablo Diaz, Impresor Mayor de Guerra, y Marina en la calle del Sol.

"En este primero dia se considera la constancia, que dio la divina gracia á nuestra Santa con la qual favorecida resiste á las lisonjas del presidente y governador Quinciano, poniendola su alma en custodia con la llave de la Fé, y fidelidad á su eterno y Divino esposo, de dode dirás a su majestad la Oracion siguiente: Altisimo Señor mio y Dios eterno, yo os pido y suplico por la intercesión de vuestra querida Esposa Santa Agueda, os digneis de poner con el, favor de vuestros auxilios, guardas y custodias á mis labios, para que jamás mis palabras, ni conversaciones deslicen en ofensa vuestra ni del proximo y conservando mi corazon en pureza de con-ciencia vivais siempre en mi alma por gracia. Amen. Pater noster y Ave Maria."

En 1760 se imprimió la Novena a la Gloriosa Virgen y Martyr Señora Sta. Agueda, cuyo probable autor fue el mecenas irlandés Roberto La Hanty. Este opúsculo salió de la imprenta de la calle del Sol de la capital pal¬mera, primera de la Isla. Manuel Poggio nos informa de que es un folleto en doceavo de 32 páginas y de humilde impresión, "que goza de un lugar privilegiado en la historia de nuestra tipografía, ya que se encuentra entre las veinticinco primeras obras salidas del taller de Guerra y Marina, lo que lo con-vierte en uno de los entrañablemente denominados incunables canarios". Estamos ante otra muestra de la primigenia importancia de esta advocación.

Se inicia con una «Oracion, y Ofrecimiento, para todos los días»: "Omnipotente Dios, y Señor de infinita Bondad, que siempre en nuestros admirable, en las virtudes, y gloriosissimo Martyrio de vuesa querida Esposa Santa Agueda hazeis tan, ostentacion de maravilloso; de todo mi con zon contrito, y arrepentido, os amo, ador y dedico esta Novena para mayor hora vuestra, y esplendor de la Santidad des, vuestra Santa Esposa..." Después de 11 nueve oraciones y ofrecimientos, una pa] cada día del novenario, el piadoso autor coi cluye con una plegaria dirigida por 1 Comunidad de Monjas Claras: "Asi, pues Virgen gloriosissima, dignissima Patrona, Abogada nuestra (...) Mirad siempre co benignos ojos las hijas, yfamilia desta vuestra Casa, y assimismo á toda esta Republica de quien eres Abogada... " Se custodia en los archivos de la Sociedad "La Cosmológica'


Una propuesta para su rescate

Poggio en su referencia a la Novena, nos dice que "esta imagen (...) debió gozar de cierto culto en el pasado, aunque hoy en día ya he perdido toda su significación especial".

En julio de 2005 se celebró la 66a Bajada de la Virgen y se organizaron también grandes festejos especiales en su honor por el 75 aniversario de la Coronación Canónica de la milagrosa efigie. Tal y como propuse, hubiera sido un marco apropiado para res-catar, de una vez por todas, la veneración de Santa Agueda que hubiera ejercido como anfitriona de la ciudad. Hubiera podido, por ejemplo, presidir el comité de bienvenida a Nuestra Señora de Las Nieves, junto con el Pendón Real, autoridades y pueblo, en la "procesión de la búsqueda" de la venerada imagen mariana para traerla a El Salvador desde la Encarnación en la mañana del Domingo Grande. Tal vez, incluso, podría haber participado en la "Procesión General" con los Patrones: la Virgen, la Cruz y San Miguel. Una vez hubiera sido entronizada y rescatada oficialmente la advocación mediante un novenario, etc., podría darse a Santa Cruz de La Palma la fiesta anual grandiosa que tanto anhela y tanto se merece –cuando no sea año de Bajada– preferentemente en el verano. Esto generaría riqueza en el municipio, tanto devocional como económica. Esta fue mi propuesta que no tuvo apoyo alguno por parte de instituciones, etc.

De todas formas, el día 5 de febrero, su onomástica, podría hacerse anualmente alguna fiesta litúrgica en su honor, como novena y procesión. Ese día hay alguna que otra persona que deja unas flores a la santa en su retablo. Hay alguien que se acuerda de ella


Es lamentable que nuestra ciudad, tan amante de recuperar y mantener las tradiciones, haya dejado extinguir precisamente una fiesta ancestral y bella corno ésta, nada más y nada menos que la de su Patrona. Es tal el abandono que prácticamente nadie conoce ya esta historia. Considero necesario recuperarla para el bien de la memoria histórica de nuestra orgullosa comunidad. Es de justicia.

Recordemos en la Bajada de 1765 cómo Santa Águeda junto a la imagen desaparecida de Santa Clara ejercían de anfitrionas en la recepción de la Virgen de Las Nieves en su visita al monasterio de monjas claras: "...aquí huvo mucho fuego que disparó la devocion de aquellos vezinos Subió la Santísima Reyna a la plaza de las monjas a cuia entrada estaban las peregrinas ymágenes de Señora Santa Agueda y Santa Clara adornadas con el primor más lucido, esperando a la señora, a quien luego que llegó, hizieron reverencia. La acompañaron hasta su throno, donde ya colocada, cantaron las Religiozas una célebre tonada que duró quasi media hora..."

Bibliografía

PÉREZ MORERA, Jesús. Magna Palmensis. Retrato de una Ciudad, CajaCanarias, Santa Cruz de Tene¬rife, 2000
HERRERA GARCÍA, Francisco J. «Una escultura sevillana del último
cuarto del siglo XVI en Santa Cruz de La Palma (Canarias)». Atrio: Revista de Historia del Arte, n°2,1990.
POGGIO CAPOTE, Manuel. «Aportación al catálogo de la primera imprenta canaria: Roberto La Hanty y una Novena a Santa Águeda», Noticias. P,l Museo Canario, n" 6 (Tercer cuatrimestre del 2002)
LORENZO RODRÍGUEZ, Juan Bautista. Noticias para la Historia de La Palma, La Laguna-Santa Cruz de La Palma, 1975.
PÉREZ GARCÍA, Jaime. Descripción de todo lo que pasó en la Bajada de Nieves de 1815
HERNÁNDEZ DÍAZ, José.« Iconografia hispalense de la Virgen Madre en la escultura renacentista». Archivo Rispalen.se, Sevilla. 1944.
- Ídem. Imaginería Hispalense del Bajo Renacimiento, Sevilla, 1951.
FERRANDO ROIG, Juan. Iconografia de los Santos, Ediciones Omega, Barcelona, 1960.
A RRANZ ENJUTO, Clemente. Cien Rostros de Santos para la contemplación, CIDEP, Madrid, 2000.
RÉAU, Louis. Iconographie de 1 Art Chrétien. P.U.F, 1957.
Novena a la Gloriosa Virgen. y Martyr Señora Sta. AGUEDA. Dala a luz el Sr. Roberto de Lahanty. Santa Cruz de Thenerife: Pedro Joseph Pablo Diaz, impresor mayor de Guerra y Marina, [1760].
VIERA Y CLAVIJO, José de. Noticias de la Historia General de la Islas Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 1971. ABDÓ PÉREZ, Antonio; REY BRITO, Pilar; PÉREZ MORERA, Jesús. Descripción Verdadera de los solemnes Cultos y célebres funciones que la mui noble y leal Ciudad de Sta Cruz en la ysla del Señor San Miguel de la Palma consagró a María Santísima de las Nieves en su vajada a dicha Ciudad en el quinquenio de este año de 1765, Escuela Municipal de Teatro, Excmo Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, 1989
MARTÍN RODRÍGUEZ, Fernando Gabriel, Santa Cruz de La
Palma. La Ciudad Renacentista. [s.l.]: Ccpsa, D.L., 1995 RODRÍGUEZ ESCUDERO, José Guillermo. «Algunas advocaciones palmeras y su relación histórica con la ganadería, el hombre y el medio». El Pajar. Cuaderno de Etnografía Canaria. II Época, n° 8, agosto 2004.
Mi agradecimiento a la Directiva y al Personal de la Sociedad "La Cosmológica", así como a la Biblioteca Pérez Vidal y, especialmente, a Manuel Poggio del Archivo General.


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19 Nov. 06 (ACI).- Miles de peregrinos y fieles se dieron cita este medio d?a en la Plaza de San Pedro para rezar el ?ngelus Dominical con el Papa Benedicto XVI, quien reflexionando sobre la vida religiosa de clausura record? que Dios es el ?nico apoyo en la vida que nunca vacila y que constituye una roca inamovible de fidelidad y de amor.

Al introducir la oraci?n mariana el Santo Padre hizo referencia a la fiesta de la Presentaci?n de Mar?a Sant?sima en el Templo, a celebrarse el 21 de noviembre, d?a en el que ?celebraremos la Jornada pro Orantibus, dedicada al recuerdo de las comunidades religiosas de clausura?.

?Es una ocasi?n oportuna ?dijo-, para agradecer al Se?or por el don de tantas personas que, en los monasterios, se dedican totalmente a Dios en la oraci?n, en el silencio y en el ocultamiento?.

Sobre el sentido de tal vida, el Pont?fice afirm? que ?estos nuestros hermanos y hermanas dan testimonio silenciosamente que en medio a las vivencias cotidianas, el ?nico apoyo que no vacila m?s es Dios, roca inamovible de fidelidad y de amor?.

Asimismo hizo notar que ?dada la difundida exigencia que muchos tienen de salir de la rutina cotidiana de los grandes conglomerados urbanos en busca de espacios propicios al silencio y a la meditaci?n, los monasterios de vida contemplativa se ofrecen como ?oasis? en los cuales el hombre, peregrino en la tierra, puede mejor llegar a las fuentes del Esp?ritu?.

Finalmente exhort? a que a cuantos viven en clausura, no les ?falten nuestro sostenimiento espiritual y tambi?n material, para que puedan cumplir su misi?n de mantener viva en la Iglesia la ardiente espera del retorno de Cristo?.

Despu?s del ?ngelus el Papa salud? a los fieles de lengua espa?ola, particularmente a los grupos parroquiales de Madrid, Burgos, Gij?n, Le?n, Zamora y Santiago de Compostela, as? como a los miembros de las comunidades de M?xico, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Cuba, Argentina, Bolivia, Per?, Ecuador, Colombia y Chile.

"Pasado ma?ana celebraremos la Jornada pro Orantibus. Pidamos al Se?or, por la intercesi?n maternal de la Virgen Mar?a, que conceda numerosas y santas vocaciones de consagrados a la vida contemplativa. Feliz domingo", concluy?.

S?bado, 18 de noviembre de 2006
Agosto 2006

Todos tenemos sue?os que nos empujan a avanzar y a dar sentido a nuestra vida. Hoy estamos llamados a liberarnos de tanta superficialidad, de peque?os proyectos, cadenas que no nos permiten entender y acoger la invitaci?n de Dios a ser libres.
Como San Francisco Javier, dej?monos interpelar por el mundo y encontremos el valor de decir ?Aqu? estoy?, dej?ndonos modelar por la voluntad de Dios.

Rompamos las barreras de la superficialidad y la indiferencia; encontr?monos para caminar juntos compartiendo la cruz con el otro. Que la cruz de Jes?s sea para nosotros no s?lo un s?mbolo sino un signo del amor loco de un Dios que elige, con valor y abandono, el sufrimiento con la sonrisa de quien est? se-guro de que de la muerte surgir? la vida. Luchar por una sociedad m?s justa, amar, significa encontrarse con la cruz y asumirla.
Asum?mosla no para hacerla una nieta sino para mirar de lejos. La cruz ser? entonces para nosotros una lente de aumento para ir m?s all? de nuestros sufrimientos y darnos cuenta de cu?ntos sufrimientos ocurren en el mundo.

Sint?monos invitados a anunciar al Dios de la vida y del amor a trav?s del perd?n, la paciencia y la ternura.
Compromet?monos a mirar m?s all? de nuestro yo y de nuestros falsos ideales. Digamos no a las l?gicas del consumismo, del relativismo, del hedonismo y del permisivismo. Elijamos en nuestra vida la gratuidad, el servicio, la sobriedad y la solidaridad.

Busquemos la verdad, denunciemos las injusticias, anunciemos a Cristo resucitado, signo de esperanza y de vida para cada hombre y mujer.
?Id por todo el mundo y predicad el Evangelio....?
(Mc 16, 15)

Publicado por verdenaranja @ 23:56  | Espiritualidad
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Declaraci?n de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile al concluir la Asamblea Plenaria en Punta de Tralca, el 17 de noviembre de 2006.

Mensaje de los Obispos
A despertar la conciencia moral y social

Esperamos en el Dios Vivo y Salvador de todos

1. En nuestra Asamblea Plenaria hemos orado y reflexionado sobre nuestras tareas y responsabilidades de pastores atentos a la convivencia nacional, con sus luces y sus sombras. Hemos preparado el aporte de nuestro Episcopado a la V Conferencia General del Episcopado de Am?rica Latina y El Caribe, que se realizar? el pr?ximo a?o en el Santuario Mariano de Aparecida, Brasil, con el tema: ?Disc?pulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en ?l tengan vida. Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn. 14,6)?.

2. Nos ha alentado la participaci?n entusiasta de muchos fieles y sus comunidades a lo largo de Chile que, como una Iglesia santa y siempre necesitada de purificaci?n, nos han hecho llegar valiosos aportes estudiando el Documento preparatorio de dicha Conferencia.

Luces y sombras de nuestra convivencia

3. Caminamos en la fe por los caminos de nuestra patria. Ella permite discernir luces y sombras y reconocer el paso de Dios por nuestra vida. Sabemos que Cristo, muerto y resucitado, nos ha invitado a participar de la gracia de ser disc?pulos y misioneros suyos. Es esta vocaci?n la que nos invita a estar presentes activamente y dar respuestas positivas a los desaf?os hist?ricos de una Patria que se prepara a celebrar el Bicentenario de su vida independiente.

4. Queremos alentar a nuestros fieles a la esperanza, sabiendo que ?sta ?no defrauda, porque el amor de Dios se ha derramado en nuestros corazones, gracias al Esp?ritu Santo que nos ha sido dado? (Rom 5, 5-6). Por eso, nos preocupa que algunas corrientes extra?as a nuestra cultura intenten alejar a Chile de su fe en Dios, que ha sido motivaci?n de las realizaciones m?s altas y bellas, adem?s de ser el fundamento de la convivencia pac?fica y de la superaci?n de pruebas muy variadas en nuestra Patria.

5. Junto a muchas personas de nuestro pa?s, reconocemos estar viviendo situaciones desafiantes y algunas particularmente negativas, que requieren juicios de sabidur?a y decisiones acertadas para no detener el paso hacia una vida que queremos, cada vez m?s aut?nticamente humana y cristiana.

6. Hemos visto y seguido atentamente los acontecimientos que han marcado los ?ltimos meses de nuestra convivencia nacional: las manifestaciones estudiantiles que revelan el grave malestar que sufren nuestros j?venes en su proceso educativo y los brotes de violencia que han surgido en diversos ?mbitos de nuestra sociedad. En particular, nos asociamos a la conciencia nacional por los graves signos de corrupci?n que han aparecido en el horizonte de la vida pol?tica y social, puesto que la vocaci?n pol?tica es una de las m?s altas formas del ejercicio de la caridad. Nos siguen preocupando los delitos consumados en el seno de la familia, los asaltos por motivo de dinero y los ?ndices de drogadicci?n; todo esto, en un pa?s donde crecen los bienes materiales y las posibilidades reales de una mejor vida social. Hemos levantado nuestra voz para defender el derecho y la dignidad de la vida humana, reiteradamente amenazada por proposiciones sobre el aborto. Hemos defendido tambi?n la belleza del amor y la vida familiar, ante intervenciones p?blicas que no respetan su sentido integral.

Con la mirada puesta en Chile

7. Como un servicio al Chile del Bicentenario, en este momento del acontecer nacional, todos los miembros de la Iglesia, desde nuestra fe e identidad cristiana, queremos ser los primeros en dar testimonio en estos aspectos:

8. Despertar la conciencia moral y social.
Creemos de vital importancia mantener viva y despierta la conciencia moral, educ?ndola a la luz de la recta raz?n y del Evangelio, para contribuir a la construcci?n de un pa?s m?s justo y transparente, agradecido del don de la vida y por todo aquello que la hace m?s digna. No podemos acostumbrarnos o justificar formas de corrupci?n personal o institucionalizada, que pasan por encima de la ley, aunque sean peque?as, o estilos de vida que no manifiestan lo bello, lo bueno y lo generoso que hay en la herencia de nuestro pueblo y del servicio p?blico.

9. Renovar el compromiso social: Invitamos tambi?n a todos a contribuir activamente en la construcci?n de proyectos sociales y pol?ticos que superen visiones mezquinas de intereses partidistas o de categor?a social y que tengan, en cambio, como objetivo un Chile m?s humano y m?s justo, especialmente a favor de los m?s pobres. Pensamos en los campos de la familia, de la educaci?n, del trabajo, de la vivienda digna, de la relaci?n con los pueblos originarios, de la ecolog?a y de las comunicaciones sociales.

10. Volver la mirada y el coraz?n a Dios: es bueno reconocer que la semilla de muchas incoherencias sociales se encuentran en la pretensi?n de ignorar y alejar a Dios de la vida p?blica para recluirlo al estrecho ?mbito de lo individual y de lo ?ntimo. Un mundo privado de Dios se vuelve contra el hombre. Mirando nuestra sociedad sentimos la actualidad de la interpelaci?n de San Alberto Hurtado: ?La inmensa amargura del alma contempor?nea, su pesimismo, su soledad ? , la neurosis y hasta la locura, tan frecuentes en nuestro siglo, ?no son el fruto de un mundo que ha perdido a Dios?? (En: La b?squeda de Dios, p?g. 124). Con el Papa Benedicto XVI reafirmamos la convicci?n que el ?s? a Dios es tambi?n el ?s? m?s grande a la convivencia humana, guiada por la verdad y el amor.

Renovando la esperanza cristiana

11. En estos d?as estamos celebrando el mes de Mar?a, que es expresi?n de piedad popular, y tambi?n una de las grandes riquezas culturales de nuestra Patria. Muchas personas se acercan a Dios, a la Iglesia y los Sacramentos, a trav?s de la devoci?n a la Madre del Se?or. Durante este mes de Mar?a oramos para que la Iglesia sea d?cil disc?pula de ?la Palabra divina y la proclame siempre con firme confianza, de modo que todo el mundo oyendo crea, creyendo espere, y esperando ame?.

Que en este ya cercano Adviento, tiempo de vigilancia, oraci?n y conversi?n, el Se?or Jes?s y su Madre Sant?sima colmen de bendiciones a todos los fieles, a sus familias, especialmente a los que sufren, y a todas las personas de nuestra Patria.

Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile

Punta de Tralca, 17 de Noviembre de 2006

Publicado por verdenaranja @ 23:40  | Hablan los obispos
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Con la lectura del Mensaje al Pueblo de Bolivia concluy? esta ma?ana, 18 de Noviembre, la LXXXIII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Boliviana.

Disc?pulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en ?l tengan vida

?Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida? (Jn 14,6)



Reunidos en la LXXXIII Asamblea los Obispos de Bolivia, como en anteriores ocasiones queremos compartir con el Pueblo de Dios la experiencia de estos d?as, las reflexiones, los momentos de oraci?n y de comuni?n, y dar una palabra de aliento y esperanza, en este tiempo de Adviento que vamos a vivir, preparando la Navidad.

El Adviento y la Navidad nos invitan a experimentar con gozo el Nacimiento del Se?or, sin dejarnos seducir por el consumismo y la frivolidad que desvirt?an el misterio y la grandeza de Dios con nosotros.

Este tiempo de esperanza tiene un especial significado para nosotros por la preparaci?n a la V Conferencia de la Iglesia de Am?rica Latina y del Caribe y por las evidentes se?ales de cambio que se est?n produciendo en nuestro pa?s.

V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe

La V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, que Dios mediante tendr? lugar en Aparecida (Brasil) en mayo de 2007, con la presencia del Papa Benedicto XVI, es un tiempo de Gracia para nuestra Iglesia. El lema de la Conferencia, ?Disc?pulos y Misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en ?l tengan vida?, nos interpela y nos convoca a un nuevo esfuerzo en la evangelizaci?n y en la construcci?n del Reino de Dios.

Ser disc?pulo de Jes?s significa poner el valor de la vida, la justicia y las bienaventuranzas como tarea. Disc?pulos y misioneros para evangelizar partiendo con alegr?a a transmitir la novedad de Jes?s que viene a renovar todas las cosas.

Agradecemos a todas las comunidades, movimientos y parroquias el trabajo realizado con el Documento de Participaci?n, e invitamos a seguir acompa?ando el proceso y a orar con la plegaria que el Papa nos ha regalado.

NUESTRA REALIDAD

Como Obispos, es nuestra misi?n y nuestro deber iluminar la conciencia de los fieles a la luz de la Palabra de Dios en los asuntos que afectan a la vida humana, la dignidad de la persona, la paz y el bien de todos. Desde la urgencia de ser disc?pulos tenemos la responsabilidad de anunciar el Reino de Dios y denunciar todo aquello que se opone a la verdad y la justicia. (Cfr Jr 33,16).

Nos congratulamos de los pasos que se est?n dando para la recuperaci?n de los recursos naturales, factor muy importante para el necesario desarrollo del pa?s y su econom?a y que deber? beneficiar de manera especial a los sectores m?s empobrecidos. As? mismo vemos avances en la lucha contra la corrupci?n y animamos a todos a seguir por un camino de austeridad.

Asamblea Constituyente

Superadas las primeras dificultades y tensiones, confiamos en que el di?logo y la concertaci?n sean el esp?ritu de trabajo de los constituyentes. Pedimos que, en el respeto a la Ley de Convocatoria siempre se act?e en el marco legal y constitucional, buscando el bien com?n y que todos los sectores, culturas y pueblos se sientan representados e identificados.

Es necesario que la nueva Constituci?n reconozca los principios y valores humanos y cristianos que han forjado la vida de nuestra patria y siguen vigentes en el coraz?n del pueblo.

Tiempo de cambio

Constatamos que ha comenzado un tiempo de cambio, una nueva etapa en nuestra historia, con la incorporaci?n m?s clara de los sectores sociales empobrecidos y los pueblos originarios a la responsabilidad de gobierno, con la preparaci?n de una nueva Constituci?n, con el empe?o de una mayor identidad y con el deseo de soberan?a en libertad, sin intromisiones antiguas o nuevas que atentan contra la dignidad del pa?s.

Como Iglesia participamos en este proceso con esperanza. Sabemos que ning?n proyecto pol?tico se identifica con el Reino de Dios, que la tarea de los cristianos es apoyar y comprometerse en todo lo que conduce a la justicia y la verdad, y es nuestro deber evangelizar en todo momento y lugar para que el plan de Dios llegue a su plenitud.

Constructores del di?logo y la verdad

La confrontaci?n y el resentimiento s?lo conducen a la frustraci?n, divisi?n y debilidad nacional. Hoy, m?s que nunca, es necesario que entremos en la din?mica del di?logo entre los pueblos, las fuerzas pol?ticas, los sectores sociales, las regiones y las culturas.

Es urgente promover la transparencia y la verdad que nos hacen libres y que deben prevalecer frente a la mentira que se ha generalizado en nuestra convivencia social. Mentira que hace del doble discurso una tarea pol?tica y que deriva tantas veces en corrupci?n como algo cotidiano de la vida.

Dignidad de la Familia

Cuando estamos asistiendo a un deterioro progresivo de la familia, es oportuno una vez m?s reafirmar su dignidad por ser c?lula b?sica y fundamento de la sociedad, fuente de la vida y del amor. Son muchas las causas que est?n combati?ndola: hedonismo, pobreza, desempleo, violencia, machismo y, de una manera particular el ?xodo de tantos bolivianos que est? ocasionando la ruptura de muchas familias y la falta de protecci?n y abandono de muchos de nuestros ni?os y j?venes.

Educar para la libertad

Ante las dudas e incertidumbres que vivimos en el tema educativo, reafirmamos lo que dec?amos en el mes de marzo:

?El Estado cumple su funci?n social en la medida en que garantiza el ejercicio de los derechos sociales. Entre ellos, particularmente deben tenerse en cuenta el derecho a la educaci?n, a la salud y a la seguridad social.

Los padres son los primeros y principales responsables de la educaci?n de sus hijos y tienen el derecho de elegir la que sea m?s conveniente para ellos. Por tanto, es deber del Estado colaborar a los padres en esa tarea.? (Construyamos una Bolivia para todos No. 29).

Es necesario que la educaci?n sea tarea de todos y llegue a todos, que sea una educaci?n en los valores fundamentales de la persona: la libertad, la dimensi?n religiosa y la necesaria responsabilidad social.

Tierra

Otro tema candente que suscita hoy nuestra atenci?n es el de la tierra.

Es un principio ?tico y cristiano la justa distribuci?n de la tierra que Dios cre? para todos, que es fuente de riqueza y alimento de los seres humanos, madre fecunda para todos. Las leyes han de propiciar este principio sin beneficiar solo a unos pocos y respetando el derecho de los pueblos y las personas que trabajan la tierra.

Un pa?s, bendecido por Dios con un territorio grande y hermoso, no deber?a ser lugar de confrontaci?n entre los pueblos y menos entre hermanos. Los abusos han de ser corregidos y todos han de tener posibilidad de trabajar la tierra y vivir de ella, cuidando la ecolog?a en el respeto de las leyes propias de la naturaleza.

Valores humanos y cristianos

Exhortamos a todos a revalorizar nuestra dignidad superando las dificultades de nuestra historia reciente y recuperando los valores humanos y cristianos que han marcado lo mejor de ella. En los ?ltimos a?os se han incrementado asesinatos, robos, atracos, violaciones de menores, toma de rehenes, grupos de ?pandillas? organizados para la delincuencia, linchamientos y violencia de todo tipo.

Sigue siendo un problema grave de nuestra sociedad el alcoholismo y m?s recientemente la drogadicci?n. Igualmente vuelve a adquirir caracteres alarmantes el narcotr?fico.

Creemos que la causa fundamental de todo ello reside en el abandono de los valores ?tico-morales, en la p?rdida del respeto a la dignidad de cada persona; en una palabra, el resultado de habernos alejado del Dios de la vida.

En el esp?ritu de la Navidad que nos disponemos a celebrar y con la confianza en Dios que vive entre nosotros, que ha puesto su tienda en el coraz?n del pueblo, reavivamos nuestra esperanza siendo disc?pulos y misioneros de Jesucristo en un mundo desgarrado por el miedo, la pobreza y la crisis de valores.

Que la sant?sima Virgen Mar?a, la primera disc?pula, que esper? el nacimiento del Dios hecho hombre con inefable amor de madre, interceda ante su Hijo para que ?l conceda a nuestra patria un nuevo nacimiento de paz, cimentada en la verdad, la justicia, la solidaridad activa y la libertad.

Noviembre 2006

LOS OBISPOS DE BOLIVIA

Publicado por verdenaranja @ 23:28  | Hablan los obispos
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Mons. Garc?a-Gasco invita a testimoniar amor de Dios en caridades cat?licas en "Carta Semanal"

Publicada en ?Paraula-Iglesia en Valencia? el 19 de noviembre de 2006


A lo largo de la historia y en nuestros d?as, no ha faltado el testimonio de cristianos admirables por su entrega generosa a los dem?s, especialmente a los m?s necesitados. Particularmente son numerosas las personas consagradas que, siguiendo a Jesucristo all? donde les llama, gastan su vida en el servicio a los m?s humildes y desvalidos.
Por citar s?lo un ejemplo, a ning?n ciudadano del Tercer Milenio deja de conmoverle la biograf?a de la Beata Teresa de Calcuta y su incondicional y gratuita entrega a los m?s desheredados de la India. La vida de estas personas, ?es algo tan excepcional que hemos de mirarla con extra?eza? ?O m?s bien forma parte de una vivencia del amor a la que estamos todos llamados a vivir?

El Papa Benedicto XVI nos invita a mirar estos ejemplos desde la siguiente explicaci?n: el amor puede ser mandado porque Dios nos ha amado primero. El ser humano est? conformado de tal manera que su existencia s?lo encuentra luz y sentido cuando ama de verdad, cuando el amor ocupa un lugar central en su vida.

El mandamiento del amor es posible cumplirlo. No s?lo porque responde a nuestra naturaleza humana, sino tambi?n porque de manera decisiva el Hijo de Dios se ha encarnado y, a trav?s de la predicaci?n del Evangelio por su Iglesia, el cristianismo no ha dejado de promover en todas las culturas sus semillas de caridad.

Benedicto XVI dedica la segunda parte de su Enc?clica ?Deus caritas est?. Sobre el amor cristiano a las consecuencias concretas del mandamiento del amor en la vida de la Iglesia. Por un lado, porque la Iglesia no puede dejar de realizar el servicio de la caridad: es inherente a su ser y a su misi?n; y porque la Iglesia debe testimoniar que el ejercicio de la caridad cristiana nada tiene que ver con la heroicidad humana: es la humilde y coherente respuesta del creyente al amor de Dios. Un Dios que nos ha amado primero, d?ndonos la vida, rescat?ndonos del pecado y abri?ndonos su coraz?n traspasado en la Cruz, para remediar todas nuestras miserias y contradicciones. No hay heroicidad en la generosidad de la caridad. Es la consecuencia natural de centrar la propia vida en el mandamiento cristiano del amor

El Esp?ritu hace manar en los creyentes torrentes de agua viva que les permiten amar. El Esp?ritu es la potencia interior que armoniza su coraz?n con el Coraz?n de Cristo, y los mueve a amar a los hermanos como ?l los ama, con servicio y entrega radical en su cruz. El acontecimiento del Esp?ritu transforma tambi?n el coraz?n de la comunidad eclesial, de la Iglesia, para que sea en el mundo testigo del amor del Padre, que quiere hacer de la humanidad una sola familia en su Hijo.

La consecuencia de esta contemplaci?n del amor de Jesucristo, que la fe nos suministra, es clara para la comunidad cristiana: toda la actividad de la Iglesia es expresi?n de un amor que busca el bien integral del ser humano. Busca su evangelizaci?n mediante la Palabra y los Sacramentos; y, al mismo tiempo, busca su promoci?n en los diversos ?mbitos de la actividad humana. Se trata de dos caras de la misma moneda: la evangelizaci?n lleva a la promoci?n; la promoci?n necesita de la evangelizaci?n para responder a la verdadera dimensi?n de las necesidades del ser humano.

Pensando en el ejercicio humilde de la caridad dentro de la Iglesia, Benedicto XVI define el amor como el servicio que presta la Iglesia para atender constantemente los sufrimientos y las necesidades, incluso materiales, de los hombres. El amor a los dem?s, especialmente a los m?s necesitados, es posible. Pero se trata de un amor humilde. La iniciativa es de Dios, que nos enriquece con el don de la vida, del amor, de su Palabra, de los Sacramentos, y de las personas a las que servimos con todo el respeto y la veneraci?n de dignidad y de su condici?n de hijos amad?simos de Dios.

Queridos hermanos: os invito a participar en las diversas entidades, como C?ritas, Manos Unidas, Fundaci?n Ad Gentes y otras muchas, que trabajan en tierras valencianas y en otras partes del mundo a favor de los m?s necesitados: abrid de par en par las puertas a Cristo, para que ?l renueve la fuerza y la hermosura de vuestra entrega. Descansad en ?l todas vuestras dudas y dificultades, y confiad en la potencia de su amor misericordioso. Os aseguro que no quedar?is defraudados.

Con mi bendici?n y afecto,

Agust?n Garc?a-Gasco Vicente
Arzobispo

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18 Nov. 06 (ACI).- El Papa Benedicto XVI recibi? esta ma?ana al segundo grupo de los Obispos de Alemania y en su discurso los exhort? a llevar una reforma actuada bajo una aut?ntica vida espiritual y velar por los j?venes, las obras de caridad, la familia y el ecumenismo entre cristianos.

El Santo Padre afirm? que la Iglesia ?debe ser continuamente renovada para permanecer fiel al Se?or y por lo tanto a s? misma?, misi?n que solo puede lograr ?sondeando la voluntad del Se?or y reconociendo claramente que toda reforma eclesial nace del compromiso serio para alcanzar un conocimiento m?s profundo de la verdad de la fe cat?lica, y de la aspiraci?n persistente a la purificaci?n moral y a la virtud?.

Asimismo record? que esta ?b?squeda de la reforma puede f?cilmente caer en un activismo exterior si quien act?a no mantiene una aut?ntica vida espiritual?, y exhort? a que ?al centro de nuestro servicio est? siempre el encuentro con el Cristo?.

Su Santidad destac? ?cuatro puntos? que son argumentos de suma importancia: ?El anuncio de la fe a los j?venes de nuestro tiempo; las obras caritativas eclesiales; el matrimonio y la familia, y el ecumenismo entre cristianos?.

Sobre el primer argumento afirm? que ?en la cotidianidad los j?venes experimentan mayormente una cultura en la cual Dios no est? presente? y que sin embargo ?ellos esperan Dios?.

Dando algunos elementos para la pastoral con estos el Pont?fice resalt? ?el servicio de los ac?litos, el trabajo en coros, los movimientos eclesiales, lugares de fe en los que j?venes y adultos experimentan un modelo de vida en la fe como oportunidad para la vida de hoy?.

Sobre las obras caritativas cit? su Enc?clica exhortando a los cristianos a ?ayudar a las personas que viven en la pobreza a reivindicar su derecho a la participaci?n de los bienes de la tierra? y que toda obra en esta l?nea ?corresponda verdaderamente al impulso interior del amor guiado por la fe?.

Abordando el tercer punto explic? como cada vez, a ra?z de la cultura, es ?m?s dif?cil aceptar a los hijos y darles aquel espacio duradero de crecimiento y madurez que solo puede estar en la familia fundada en el matrimonio?.

?En la paciencia del estar juntos por toda la vida el amor alcanza su verdadera madurez ?continu?-. En este ambiente de amor para toda la vida tambi?n los hijos aprenden a vivir y amar?.

Finalmente record? que ?el compromiso ecum?nico se hace visible y eficaz cuando los cristianos profesen juntos en modo convincente los valores transmitidos por la fe cristiana y los evidencien con fuerza en su actuar pol?tico y social?.

Tema de reflexi?n para el clero en el retiro mensual.

Pablo, Ap?stol de Jesucristo


PRESENTACI?N PASTORAL

Mirar nuestra historia personal, escribirla y contarla a otros nos ayuda a poner delante la verdad de nuestra vida la ra?z de nuestro ministerio. As? lo hace Pablo ante la comunidad de Corinto, a ?l le ayuda a decir qui?n es y pone ante la comunidad su verdad: es ap?stol desde la experiencia de su encuentro con Jesucristo resucitado y desde el env?o de la Iglesia. Cuando contemplamos el recorrido personal de Pablo vamos poniendo tambi?n el nuestro. Veamos los pasos de nuestra conversi?n, las etapas de nuestro ministerio, ese recorrido interior que el Se?or ha ido haciendo con nosotros.

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS (Flp 3 7b-13)

Lo que era para m? ganancia, lo he juzgado una p?rdida a causa de Cristo. Y m?s a?n: juzgo que todo es p?rdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jes?s, mi Se?or, por quien perd? todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo, 'y ser hallado en ?l, no con la justicia m?a, la que viene de la Ley, sino la que viene por la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios, apoyada en la fe, y conocerle a ?l, el poder de su resurrecci?n y la comuni?n en sus padecimientos hasta hacerme semejante a ?l en su muerte, tratando de llegar a la resurrecci?n de entre los muertos. No que lo tenga ya conseguido o que sea ya perfecto, sino que contin?o mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jes?s. Yo, hermanos, no creo ,haberlo alcanzado todav?a. Pero una cosa hago: olvido lo que dej? atr?s y me lanzo a lo que est? por delante, corriendo hacia la meta, para alcanzar el premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jes?s.

PABLO, AP?STOL

Soy el menor de los ap?stoles, que no soy digno de ser llama-do ap?stol, pues persegu? ca la Iglesia de Dios (1 Cor 15,9). Pablo se proclama a s? mismo Ap?stol de Jesucristo v reconoce en el hecho de ser Ap?stol c?e Cristo la mayor dignidad que pueda adquirir. Pablo no conoci? f?sicamente a Jesucristo, pero se consideraba un Ap?stol del Se?or como aquellos que le trataron en vida y fueron testigos de su Resurrecci?n. Esta hab?a sido la condici?n requerida para ser elegido ap?stol en el momento de suceder a Judas Iscariote: haber sido alguien que anduvo con nosotros todo el tiempo que jes?s convivi? con nosotros a partir del bautismo de Juan hasta el d?a en que nos fue llevado (He 1,21). El nuevo ap?stol necesitaba haber sido testigo de Jes?s de Nazaret en vida y testigo del Resucitado. Pablo en cambio, es ap?stol por designio de Dios.

PABLO, JUD?O

Pablo hab?a nacido en Tarso de Cilicia y recibido en su familia una formaci?n estrictamente jud?a: Yo soy jud?o, ciudadano de Tarso, una ciudad no_desconocidq de C.ilicia (He 21, 39), confiesa Pablo al oficial romano. Sus padres le enviaron a Jerusal?n para realizar estudios, de modo que conociera la ley asistiendo a la escuela del docto maestro Gamaliel (S. Jer?nimo, De viribus illustribus 5). De su condici?n de fariseo Pablo se gloriar? siempre: yo he vivido como fariseo conforme a la secta m?s estricta de nuestra religi?n (He 26,5); se considera hebreo, hijo de hebreos, circuncidado el octavo d?a, del linaje de Israel, de la tribu de Benjam?n; en cuanto a ley, fariseo (Flp 3,5).

Sobresa1i?, entre sus compatriotas, en su amor al_ juda?smo super?ndoles en el celo por las tradiciones de mis padres (Cal 1,14). Pablo es celoso yfariseo. Con el adjetivo celoso revela su compromiso militante a favor de la ley jud?a (1 Mac 2, 23-28). Y con el t?rmino fariseo se identifica como miembro de uno de los tres grupos en que se dividen los jud?os: esenios, saduceos y fariseos. Al estudio de la ley se dedic? con ardor y tambi?n a su defensa y propagaci?n.

PABLO, PERSEGUIDO

La primera fase de su apostolado Pablo la ejerci? precisamente contra los cristianos. El Sanedr?n le encomend? la persecuci?n y aniquilamiento de una nueva secta: el sumo sacerdote y el colegio de los ancianos me dieron cartas para los hermanos de Damasco y fui all? con el fin de traer presos a Jerusal?n a los creyentes que encontrara para que fueran castigados (He 22, 4-5); con la autoridad de los sumos sacerdotes, met? en la c?rcel a muchos fieles y di mi voto para que los condenaran a muerte (He 26, 11).

Pablo se considera indigno de ser ap?stol por haber perseguido a la Iglesia de Dios (1 Cor 15, 9). M?s tarde recuerda con dolor su conducta anterior en el Juda?smo, cu?n encarnizada-mente persegu?a a la Iglesia de Dios y la devastaba (Gal 1, 13). Me ensa?? contra ellos de tal modo que los persegu?a hasta en las naciones extranjeras (He 26,11).

ALCANZADO POR CRISTO

Inmerso con gran apasionamiento en la defensa de la ley y la persecuci?n de quienes considera enemigos de la misma, es alcanzado por Cristo Jes?s (Flp 3, 12). En el camino de Damasco Saulo es llamado a ejercer un nuevo apostolado. Aquel a quien ha perseguido con sa?a largo tiempo El mismo le llama a recorrer un. nuevo camino; y ante su invitaci?n, Saulo manifiesta su disponibilidad, necesaria para hacer posible un nuevo proyecto apost?lico: ?Qu? he de hacer Se?or? (He 22, 10).

-Anan?as le formula en nombre de Jesucristo la nueva misi?n apost?lica: ser? instrumento de elecci?n que lleve mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel (He 9, I5).

Constituido ap?stol Pablo confiesa repetidas veces que ?l es testigo de Cristo Resucitado quien le estableci? en el apostolado: despu?s de todos, como un aborto, se me apareci? tambi?n a m?. Recuerda con dolor el tiempo en que persigui? a Cristo y a la Iglesia, pero reconoce que la dignidad de ser ap?s?tol no le alcanza por sus m?ritos, sino por la gracia de Dios:
por la gracia de Dios soy lo que soy; y la gracia de Dios no ha sido est?ril en m?; antes bien he trabajado m?s ue todos ellos(1 Cor 15,10). Dios le ha llamado a ser Ap?stol y le ha concedido su gracia abundantemente para poder ejercer el ministerio apost?lico.

A Pablo se le encomienda el ministerio apost?lico por manos del Resucitado al regreso del martirio de Esteban, cuyos vestidos recibi? antes de ser lapidado y cuya muerte aprob? (Hch 7,58; 8,1). Se dirig?a a Damasco, respirando amenazas de muerte contra los disc?pulos del Se?or, con cartas del Sumo Sacerdote para detener a los seguidores del Camino y conducirlos a Jerusal?n. Llegando a Damasco, Pablo oye una voz que le dice: Saulo, Saulo, ?por qu? me persigues? El respondi?: ?qui?n eres, Se?or? Y El: Yo soy Jes?s a quien t? persigues. Pero lev?ntate, entra en la ciudad y se te dir? lo que debes hacer (Hch 9,1-6).

AP?STOL POR DESIGNIO DE DIOS

Este encuentro con el Resucitado es el fundamento de su nueva vocaci?n al apostolado: ?No soy yo ap?stol? ?Ac?so no he visto yo a Jes?s,Se?or nuestro? (1 Cor 9,1). Al menos en tres oca?siones hace menci?n expresa del encuentro con el Resucitado camino de Damasco: Primera: ?Pablo, Ap?stol por vocaci?n?: Pablo, siervo de Cristo Jes?s, llamado al apostolado (Rm1,1); la misma conciencia de ser ap?stol por elecci?n muestra al dirigir-se a la comunidad de Corinto: Pablo, ap?stol de Jesucristo por designio y llamada de, Dios( klet?s ap?stolos: 1 Cor 1,1). El t?tulo de ap?stol va unido a la llamada que Pablo ha recibido de parte de Dios, por su libre soberan?a e iniciativa: Pablo, ap?stol no por mediaci?n de hombre alguno sino por Jesucristo y Dios Padre (Gal 1,1). El es ap?stol s?lo por voluntad divina.

En,segundo lugar, Pablo confiesa "He visto al Se?or Jes?s". Pablo se considera ap?stol de pleno derecho porque ?l tambi?n se puede aplicar la f?rmula tradicional del encuentro con el Resucitad?: He visto a Jes?s el Se?or (1Cor 9,1). Tambi?n a ?l Cristo se le apareci? (?pthe), como se apareci? a Cefas ya Santiago, bien es cierto que por la gracia de Dios, siendo el ?ltino de los ap?stoles y como un aborto.

Y finalmente: la experiencia del encuentro con el Resucitado Pablo la vive como una fuerza ajena a ?l, que lo ha arrebatado: yo mismo fui alcanzado por Cristo Jes?s (Flp 3,12); siendo ?l hebreo e hijo de hebreos, fariseo y perseguidor de la Iglesia, y sin embargo irreprensible cumplidor de la Ley (3,5-6), como un atleta, fue arrebatado por una fuerza repentina.

El encuentro con el Resucitado provoca en Pablo una radical conversi?n: a partir de este momento crecer? continuamente en !a sublimidad del conocimiento de Cristo Jes?s, mi Se?or, por quien perd? todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo (Flp 3,8). En adelante dejar? de perseguir a los cristianos .a quienes obligaba a blasfemar a fuerza de castigos, loco de furor contra ellos (Hch 26,11).

TRANSMISI?N DE LA FE RECIBIDA

Efecto de su conversi?n y de la llamada al. apostolado ser? la transmisi?n de la fe recibida, la predicaci?n del Evangelio: enseguida se puso a predicar en las sinagogas que Jes?s era el Hijo de Dios'(Hch 9,20). La misi?n que le ha sido encomendada es, probablemente, una novedad para la primera comunidad cristiana: predicar el Evangelio a los gentiles: Jes?s es el Mes?as, muerto y resucitado seg?n las Escrituras, para salvaci?n de los hombres. Es el Evangelio que Pablo proclama a jud?os y paganos, recomend?ndoles encarecidamente que lo guarden fielmente: Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os prediqu?, que hab?is recibido y en el cual permanec?is firmes, y por el que sois salvados, si lo guard?is tal como os lo prediqu? (1Cor 15,1-2).

Pablo ha pasado de perseguidor de los cristianos a ser ap?stol de Jesucristo para los gentiles. Vivir? su vocaci?n con una radicalidad total y una entrega absoluta: Muy gustosamente me gastar? y me desgastar? totalmente por vuestras almas (2Cor 12,15). La salvaci?n de las almas ser? la meta ?ltima que Pablo persiga con su ministerio-apost?lico. Para alcanzarla, se mantendr? con entera firmeza y fidelidad; su evangelio, la Palabra predicada por Pablo no fue s? y no, porque la palabra de Cristo, las promesas de Dios, s?lo han tenido un s? en ?l (2Cor 1,18-20). El fundamento de esta fidelidad no es otro sino la plena identificaci?n de su persona con el Evangelio que predica: Escogido para el Evangelio de Dios... para predicar la obediencia de la fe (Rin 1,1-6). Su predicaci?n no se apoyar? en ,recursos humanos, en persuasivos discursos de la sabidur?a sino en la manifestaci?n del Esp?rito y del poder (1 Cor 2,4).

ENTRE LOS JUD?OS

Las pnmeras tareas post?licas de Pablo tienen._lugar_en las sinagogas de Damasco y van dirigidas a los jud?os, a quienes anuncia que Jes?s era el Hilo de Dios (He 9, 19-20). . Los jud?os quedaban confundidos por el cambio observado en Pablo y por el ardor de su predicaci?n: ?no es ?ste el que en Jerusal?n persegu?a encarnizadamente a los que invocaban ese nombre? Hasta tal punto se sorprenden e indignan que, pasado alg?n tiempo, los jud?os tomaron la decisi?n de matarle (He 9,23); custodiaron las puertas d?a y noche para capturarle, hasta que los disc?pulos le ayudaron a escapar descolg?ndole de noche por la muralla dentro de una espuerta.

De Damasco Pablo march? a Jerusal?n, donde fue presentado a los ap?stoles por Bernab?, quien dio testimonio de ?l diciendo que hab?a visto al Se?or en el camino, y que le hab?a hablado y c?mo hab?a predicado con valent?a en Damasco en el nombre de Jes?s (He 9, 27).

Tambi?n Pablo en Jerusal?n predicaba valientemente en el, nombre del Se?or; hablaba y discut?a con los helenistas pero estos intentaban matarle. Por eso los hermanos, al saberlo, le condujeron a Cesarea y le obligaron a marchar a Tarso (9, 29-30)). La comunidad de Jerusal?n, que en aquellos momentos gozaba de paz, no deseaba poner en peligro la vida de Pablo ni tampoco ser perturbados con una persecuci?n como la que hab?an sufrido llegando hasta el martirio de Esteban. Las Iglesias por entonces gozaban de paz... y estaban llenas de la consolaci?n del Esp?ritu Santo (9, 31). En Tarso permaneci? Pablo hasta que Bernab? fue a buscarle y le llev? a Antioqu?a con el fin de evangelizar juntos aquella comunidad, que creci? en n?mero y en organizaci?n.

MISI?N DESDE ANTIOQU?A: PRIMER GRAN VIAJE

En Antioqu?a se gestaron y. de Antioqu?a partieron los grandes viajes apost?licos de Pablo: Celebrando el culto del Se?or y ayunando, dijo el Esp?ritu Santo:" separadme a Bernab? y a Pablo para la obra a la que los he llamado". Despu?s de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron (13, 2-3). El primer viaje apost?lico durar?a del a?o 45 al 48: de Antioqu?a parten para Chipre, patria de Bernab?; recorren Salamina y Pafos, convirtiendo al proc?nsul romano; navegan hacia Asia Menor, desembarcando en Perge; despu?s a Antioqu?a de Pisidia, donde predica a los jud?os, siguiendo un prototipo de discurso; se dirige a Iconio, donde intentan apedrearle; huyen a Listra, donde Pablo cura a un tullido y es lapidado, quedando
como muerto; siguen a Derbe y luego regresan a las ciudades evangelizadas, hasta embarcarse en Atal?a regresendo a Antioqu?a: all? contaron cu?nto Dios hab?a hecho juntamente con ellos y c?mo hab?a abierto a los entiles la puerta de la fe Cfr: He 13, 4 -14, 27).

Se hab?a cerrado este primer gran viaje misionero como proyecto de creaci?n de comunidades cristianas y de consolidaci?n de la Iglesia: confortaban los ?nimos de los disc?pulos, exhort?ndoles a perseverar en la fe y dici?ndoles: es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios (14, 25). Paulatinamente va tomando cuerpo una organizaci?n embrionaria de la autoridad y del gobierno de la Iglesia en torno a lso preb?teros o gu?as de la comunidad (14,23).

El primer viaje apost?lico entre los gentiles hab?a sido, antes que nada, una obra del Esp?ritu Santo: una misi?n confiada por el Esp?ritu (13,2), una realizaci?n de se?ales y prodigios por la intervenci?n poderosa del Esp?ritu Santo; un testimonio en medio de la persecuci?n y de la tribulaci?n, que se convierte en un motivo de gozo: los disc?pulos quedaron llenos de gozo y del Esp?ritu Santo (13,51); un anuncio de la buena noticia: os anunciamos la Buena Noticia de que la promesa hecha a los padres Dios la ha cumplido en nosotros (13,32-33). El ?xito apost?lico no ha sido una obra humana sino una acci?n que .Dios ha hecho juntamente con ellos, por medio de ellos (14,27).

Finalizado el gran primer viaje, Pablo pasa un largo tiempo con la comunidad de Antioquia hasta que es~enviad?por la Iglesia a Jerusal?n, donde fueron recibidos por los ap?stoles y presb?teros, produciendo gran alegr?a a todos los hermanos, y cont?ndoles cuanto Dios hab?a hecho por medio de ellos (15,3-4). All? tuvo lugar el concilio de Jerusal?n para debatir la propuesta de algunos del grupo de Santiago (Ga 2,12; He 15,1): si no os circuncid?is conforme a la costumbre mosaica no pod?is salva-ros (15,1).

Terminada la asamblea de Jerusal?n Pablo y Bernab? regresan a Antioqu?a, donde permanecieron un tiempo ense?ando y anunciando en compa??a de otros muchos la Buena Nueva, la Palabra del Se?or (He 15,35)_


SEGUNDO VIAJE: CORINTO

El segundo gran viaje Pablo lo emprende con Silas, en lugar de Bernab?, para ver c?mo les va a los hermanos en todas aquellas ciudades en que anunciamos la Palabra del Se?or (15,36). Pretend?an visitar y consolidar las comunidades fundadas en el primer viaje. Se dirigieron a Derbe y Listra, pasando por Siria y Cilici?. En Listra Pablo acogi? un nuevo compa?ero: Timoteo. Con su predicaci?n las iglesias se afianzaban en la fe y crec?an en n?mero de d?a en d?a (16,5). Atraviesan Asia, Bitinia, donde les proh?ben hablar del Esp?ritu, y luego bajan a Tr?ade, donde en una visi?n recibe una s?plica: pasa a Macedonia y ay?danos (16,10).

Llegaron a Filipos; all? encontraron a Lydia y fueron encarcelados y flagelados por expulsar un demonio de una esclava, privando as? de los ingresos econ?micos a sus amos. De Filipos pasaron a Tesal?nica donde convirtieron a algunos jud?os, a multitud de griegos y a no pocas mujeres principales. Movidos por un altercado, huyeron a J3erea: all? creyeron muchos de ellos (17,12) un nuevo conflicto promovido por los jud?os de Tesal?nica hace que los hermanos despidan a toda prisa a Pablo, embarc?ndolo para Atenas.

En Atenas Pablo pronuncia su famoso discurso, dedicado al Dios desconocido, bien tramaado filos?ficamente pero sin conseguir fruto alguno: unos se burlaron y otros le dijeron: sobre esto va te oiremos otra vez (17,32). De Atenas parte_para_Corinto, donde cambia el modo de presentaci?n: olvidando toda sabidur?a humana, predica sencilla y abiertamente a Cristo crucificado. Con el apoyo de Aquila y Priscila permaneci? dieciocho meses y fund? la Iglesia de Corinto, la m?s viva e inquieta de las comunidades paulinas. Perseguido por los jud?os, all? fue entregado a la justicia siendo juzgado por Gali?n, hermano de S?neca. Parti? para Siria, deteni?ndose en Efeso, punto esencial del siguiente viaje, y en Cesarea, hasta regresar de nuevo a Antioquia, saludando previamente a la Iglesia de Jerusal?n.

As? terminaba su -segundo gran viaje, de unos tres a?os de duraci?n, con un ministerio intenso y fecundo , lleno de dificultades, creador de nuevas iglesias. Hab?a salido de Antioqu?a visitando Jerusal?n, ahora regresa al punto de partida, Antioqu?a, saludando a la Iglesia madre, Jerusal?n, fundamento de la comuni?n apost?lica.

TERCER VIAJE APOST?LICO

Permaneci? un tiempo en Antioqu?a y de all? parti? de nuevo para fortalecer a todos los disc?pulos (18,23). Era su tercer gran viaje apost?lico. Lleg? a Efeso, a cuya comunidad hab?a prometido que regresar?a: volver? a vosotros otra vez, si Dios quiere; all? permaneci? unos tres a?os. Hablaba con valent?a, discutiendo acerca del Reino de Dios (19,8). Fund? la Iglesia de Efeso y predic? a las siete Iglesias del Asia Menor, de las que habla el libro del Apocalipsis (1,11). En Efeso acaeci? la revuelta de los orfebres, que temieron peligrar el culto a Artemisa, y con ?l no pocas ganancias (He 19,24). Se despidi? de disc?pulos en ?fes? y march? a Macedonia. Recorri? aquellas regiones y exhort? a los fieles con largos discursos (20,2), permaneciendo en Grecia unos tres meses. Proyecta embarcara ara Siria, pero ante la conjura de los jud?os, decide volver por Macedonia y llegar a Tr?ade: all? resucita a un muchacho cuando estaban reunidos para la fracci?n del pan (20,7-12).

Despu?s, se encamina a Jerusal?n ., pasando por ?feso; all? re?ne a los presb?teros y les dirige un emocionado discurso de despedida, record?ndoles su misi?n y haciendo llorar a todos: me dirijo a Jerusal?n sin saber lo que all? me suceder?... Tened cuidado de vosotros y de toda la grey. en medio de la cual os ha puesto el Esp?ritu Santo como vigilantes (20,17-38).,Pablo y sus acompa?antes pasan .por Corinto, P?tara, Tiro, Tolemaida y Cesarea. Aqu? Agabo le predice grandes sufrimientos, que recuerdan el anuncio de la pasi?n por parte de Jes?s; pero ?l est? dispuesto no s?lo a ser atado sino a morir tambi?n en Jerusal?n por el nombre del Se?or jes?s (21,13). Finalmente llega a Jerusal?n: le recibieron con alegr?a los hermanos, visitando a Santiago y a los presb?teros. Al exponerles las cosas que Dios hab?a obrado entre los gentiles por su ministerio, glorificaban a Dios (21,17-19).


CAMINO DE ROMA (VIAJE A Espa?a)

Pocos d?as despu?s Pablo es arrestado por el ,Tribuno de la cohorte despu?s de un mot?n promovido por jud?os del Asia Menor. Pronuncia un discurso ante los jud?os de Jerusal?n y despu?s ante el Sanedr?n. Es trasladado a Cesarea: all? tiene lugar el proceso ante el procurador romano F?lix y ante Agripa y Berenice (He 22-25). Al apelar al C?sarpor su condici?n de ciudadano romano Pablo es c aducido a Romas donde llega despu?s de naufragar en medio de una tempestad (27), que les llev? a Malta (28).

Salieron a recibirle los hermanos hasta el Foro Apia y Tres Tavernas. En Roma estaba encadenado aunque_gozaba_de cierta libertad en una casa que hab?a alquilado y recib?a a todos los que acud?an a ?l (28,30). El que no permanec?a encadenado era su ministerio apost?lico; fue Ap?stol de Jesucristo hasta el ?ltimo d?a: predicaba el Reino de Dios y ense?aba lo referente al Se?or Jesucristo con toda valent?a, sin estorbo alguno (28,31).

Quiz?s Pablo us? de esa libertad para viajar a Espa?a. Lo hab?a anunciado a los cristianos de Roma en una carta precedente: deseaba ardientemente visitar a la comunidad de Roma yendo de paso para Espa?a (Rm 15,24.28). Pudo, tal vez, haber visitado Tarragona y regresado a Roma no directamente sino por ?feso, Macedonia, Creta, Triade, Mileto y Corinto Cartas pastorales). En el a?o 67 est? de nuevo prisionero enRoma.

PABLO, AP?STOL HASTA EL FINAL

El apostolado de Pablo se fundamenta en su encuentro con el Resucitado, camino de Damasco. El sobreabundante fruto del apostolado de Pablo a los gentiles se fundamenta en la acci?n del Esp?ritu Santo que le env?a y le da su poder para llevar a cabo su misio apost?lica. ?l amor a Jesucristo le apremia y le impulsa a la predicaci?n de su mensaje. Al ministerio de la palabra, Pablo une tan bien el apostolado literario: sus escritos contienen una extraordinaria riqueza sobre el misterio pascual, misterio de Cristo, misterio de la Iglesia, que anima y mantiene vivas sus comunidades y las comunidades de todos los tiempos. No s?lo Jesucristo, tambi?n ama a los jud?os que le persiguen insistentemente (Rm 9,2_41_y a los gentiles.

Pablo ha sufrido intensamente en el ejercicio de su ministerio apost?lico con sus padecimientos completa en su carne lo cae falta a las tribulaciones de Cristo a favor de la Iglesia (Col 1,24); sin embargo, por encima de sus sufrimientos se da una desbordante alegr?a porque sabe que el dolor da frutos a favor de la Iglesia (2Cor 7,4). Son grandes las virtudes humanas pone al servicio del Evangelio: su tes?n y apasionamiento por la misi?n encomendada, su valor y perseverancia frente a las persecuciones (He 25,11), su disposici?n para el trabajo (1Cor 4,13), su ternura (1Ts 2,7), que le lleva por amor al Evangelio a hacerse todo a todos para ganarlos para Cristo (1Cor 9,22). Por amor a Jesucristo y por ardor a las almas muy gustosamente se gast? y desgast? totalmente (2Cor 12,15).

Al final de su vida, cercano ya su martirio en la c?rcel de Roma, puede confesar: he competido en la noble competici?n, he llegado a la meta en la carrera, he conservado la fe (2Tim 4,7).

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Viernes, 17 de noviembre de 2006
Art?culo publicado en "Misioneros Javerianos", Bolet?n mensual de informaci?n misionera de octubre 2006, a?o XLIII - N? 426.

INCULTURACI?N TAREA DE SIEMPRE


P. Carlos Collantes

C/ Landaz?bal, 3 - Entreplanta
31600 - BURLADA (Navarra) Tel.: 948 12 74 34


El P. Arrupe siendo superior general de los jesuitas defini? la inculturaci?n en los t?rminos siguientes: ?es la encarnaci?n de la vida y del mensaje cristiano en un determinado contexto cultural, de tal forma que esta experiencia no s?lo encuentra ex-presi?n a trav?s de los elementos propios de la cultura en cues?ti?n, esto ser?a una adaptaci?n superficial, sino que tambi?n se convierte en un principio que anima, dirige y unifica la cultura transform?ndola y rehaci?ndola como si naciese una nueva creaci?n?.

Desde el principio, desde la primera generaci?n de cristianos el evangelio tuvo que inculturarse, ser predicado con distintos ropajes culturales. Con S. Pablo el mensaje evang?lico pasa de un continente a otro ?de Asia a Europa? de una cultura a otra. Si Jes?s predica la Buena Nueva con las categor?as culturales propias de su pueblo jud?o, los primeros disc?pulos, al predicar a Jes?s ?convertido en Buena Nueva? tienen que aprender a hacerlo, al menos algunos, con otras categor?as y otro lenguaje saliendo de su mundo jud?o para adentrarse en otro, conocido ya por algunos de ellos, el mundo grecorromano. Exist?a entonces el juda?smo llamado de la di?spora, comunidades jud?as existentes en diferentes ciudades del Imperio romano, algunos cristianos proven?an de este juda?smo m?s abierto y cosmopolita. De hecho, Pablo cuando llegaba a una ciudad para anunciar el evangelio se dirig?a en primer lugar a las sinagogas y a los pros?litos porque all? encontraba ?cre?a encontrar?un terreno ya preparado y bien dispuesto.

Unidad en la diversidad

Los Hechos de los Ap?stoles nos relatan el primer Concilio de la historia, el Concilio de Jerusal?n, un encuentro fraterno de responsables de comunidades, en ?l todos intentan dejarse guiar por la luz y sabidur?a del Esp?ritu. El encuentro del evangelio con la cultura griega hab?a provocado las primeras tensiones con los cristianos m?s ortodoxos y r?gidos provenientes del juda?smo y era necesario distinguir lo esencial, lo irrenunciable, aquello sin lo cual el evangelio no era el de Jes?s y la fe no era cristiana, distinguirlo de lo secundario, de aquello que pertenec?a a tradiciones del Antiguo Testamento, costumbres jud?as m?s o menos respetables pero que un cristiano originario de otro horizonte cultural no ten?a porque seguir o no le ten?an que ser impuestas porque de lo contrario se oscurecer?a algo b?sico: que quien nos salva es Jesucristo, la fe en ?l y no el cumplimiento de la ley (hablamos de la ley religiosa jud?a o veterotestamentaria). Fue un ejercicio de fraternidad profunda, de colegialidad real. Pablo se convierte en el firme defensor de la libertad cristiana tan bien reflejada en su carta a los G?latas. De esta manera aprenden a distinguir la unidad de la uniformidad, buscan la unidad en la diversidad, lo cual a veces es un milagro, s?lo posible gracias al Esp?ritu.
Encontramos en los Hechos de los Ap?stoles un texto muy significativo y revelador, se trata de la visi?n del macedonio: (Hch 16, 6-10). En ?l aparece con toda claridad que el gran protagonista de la misi?n es el Esp?ritu Santo, no es iniciativa del evangelizador, sino m?s bien del que va a ser evangelizado que pide que se le anuncie y muestre ese gran tesoro que es Jesucristo: ?!Pasa a Macedonia y ay?danos!?, dice el macedonio. El Esp?ritu llama desde la otra orilla, ese Esp?ritu que hab?a preparado desde siempre los corazones de los que iban a recibir a Cristo. Y Pablo d?cil y obediente atraviesa la frontera.

?Conversi?n? de Pedro

La inculturaci?n tiene que ver, por tanto, con la superaci?n de fronteras, con la aceptaci?n de la pluralidad, con la renuncia expl?cita a querer imponer a los otros (pueblos, comunidades, iglesias locales) la propia identidad, con la renuncia a toda actitud etnoc?ntrica. Ya en el relato de Cornelio (Hch 10) ?primer pagano que entra en la comunidad cristiana? Pedro se ve obligado a cambiar sus esquemas, a relativizar ciertas pr?cticas de su anterior credo jud?o. En realidad quien fuerza a Pedro, quien lo convierte es el Esp?ritu. De nuevo el Esp?ritu el protagonista. Se opta por el universalismo rompiendo los estrechos l?mites del juda?smo.

En Pentecost?s, la Iglesia nace misionera, acoge y acepta la pluralidad de lenguajes, todos son ?tiles y necesarios para proclamar y acoger las maravillas del Se?or. Todos est?n llamados a enriquecer el rostro de la Iglesia. De esta forma, guiada por el Esp?ritu, la Iglesia est? al servi?cio de la unidad, una unidad respetuosa que no anula diferencias sino que enriquece. S?lo el Esp?ritu es capaz de recrear la comuni?n entre culturas y pueblos diferentes. Y la Iglesia quiere ser el signo y sacramento de esta unidad y comuni?n.

Un caso bonito y ejemplar de inculturaci?n es la fiesta de la Navidad. No podemos saber la fecha exacta del nacimiento de Jes?s, tampoco interesa demasiado para el contenido y valor de nuestra fe; los evangelistas no lo mencionan y tampoco les interesa puesto que no escriben biograf?as de Jes?s sino testimonios creyentes, lecturas de la vida, ministerio y obra salvadora de Jes?s desde la fe. Est?n escritos desde la experiencia pascual, tras la Resurrecci?n de Jes?s y con la luz que ?sta proyecta sobre el ministerio hist?rico de Jes?s.

Sabidur?a pastoral

Fue en el siglo IV tal vez en el a?o 345, cuando se proclam? el 25 de diciembre como fecha de la Navidad. La Iglesia que sal?a de las catacumbas y de siglos de persecuci?n supo -con gran inteligencia y sabidur?a pastoral- "apropiarse" de una celebraci?npreexistente que celebraba el solsticio de invierno (en el hemisferio Norte que era donde viv?a entonces la Iglesia). Los d?as se alargaban, el sol comenzaba a brillar con m?s intensidad, la luz ?vencedora? se hac?a fuerte, y la vida renac?a. En el Norte de Europa exist?a una celebraci?n con parecido significado: se quemaban grandes troncos adornados en honor de los dioses para que el sol brillara con m?s fuerza. La Iglesia se apropia de la fecha cambiando completamente el contenido: el verdadero Sol, la verdadera Luz es Jes?s, el ?nico Salvador. Se decidi? entonces celebrar su nacimiento el d?a 25 de diciembre. Todo un acierto y una prueba de saber estar presente en medio de una sociedad y de una cultura. (Sirva este ejemplo para ?cerrar la boca? a tanto testigo de Jehov? agresivo e ignorant?n que acusa a la Iglesia Cat?lica de ?mentir? en lo relativo a la fecha del nacimiento de Jes?s. No hay ninguna mentira en este asunto para quien conoce la historia y el significado de los evangelios).

Muchas culturas son anteriores al evangelio, han nacido y se han desarrollado antes y al margen del cristianismo, no necesitan del evangelio. Sin embargo, el evangelio s? necesita de las culturas para expresarse con un determinado lenguaje, necesita un soporte cultural para ser m?s significativo, m?s elocuente en el coraz?n de quien lo escucha y se abre a ?l. El evangelio no tiene una cultura propia, pero est? llamado a expresarse en todas y en todas puede ser vivido.

La inculturaci?n no es un descubrimiento reciente ?la palabra tal vez, pero no la realidad? es una realidad de siempre, un proceso permanente porque las culturas son realidades din?micas que evolucionan, y cambian los contextos sociales en los que el evangelio es anunciado; el evangelio interpela siempre cada cultura que se abre a ?l, por eso la inculturaci?n es tambi?n la respuesta a esa interpelaci?n y la primera responsable de este proceso de inculturaci?n es la Iglesia local. Antes es necesario proclamar el evangelio de manera inteligible y significativa a los miembros de cada comunidad humana, con signos que hagan cre?ble el anuncio del Reino de Dios. 

?Como "la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros" (Jn 1, 14), as? la Buena Nueva, la palabra de Jesucristo anunciada a las naciones, debe penetrar en el ambiente de vida de sus oyentes. La inculturaci?n es precisamente esta penetraci?n del mensaje evang?lico en las culturas. En efecto, la Encarnaci?n del Hijo de Dios, por ser total y concreta, fue tambi?n encarnaci?n en una cultura espec?fica?. (E Af 60)


?Al desarrollar su actividad misionera entre las gentes, la Iglesia encuentra diversas culturas y se ve comprometida en el proceso de inculturaci?n. Es ?sta una exigencia que ha marcado todo su camino hist?rico, pero hoy es particularmen?te aguda y urgente... Por medio de la inculturaci?n la Iglesia encarna el Evangelio en las diversas culturas y, al mismo tiempo, introduce a los pueblos con sus culturas en su misma comunidad; transmite a las mismas sus propios valores, asu?miendo lo que hay de bueno en ellas y renov?ndolas desde dentro. Por su parte, con la inculturaci?n, la Iglesia se hace signo m?s comprensible de lo que es e instrumento m?s apto para la misi?n?. (RM 52)

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Art?culo sobre SAN FRANCISCO JAVIER publicado en "Misioneros Javerianos" Bolet?n mensual de informaci?n misionera de Octubre 2006, a?o XLIII, n? 426.

ENTRE NOSOTROS
compartiendo una ilusi?n
CONFIANZA Y ALEGR?A


Francisco se dedica a la evangelizaci?n superando dificultades, peligros, abando?nos, incomprensiones y rechazos. Todo lo vivi? con serenidad y lo super? gracias a dos constantes presentes de su vida: una gran CONFIANZA EN DIOS y la ALEGR?A que experimenta por su trabajo misionero y por los riesgos y peligros que tiene que afrontar.

Francisco, desde su conversi?n y su entrega en las manos del Se?or, se caracteriza por una confianza absoluta, ciega, sin resquicios, en Dios. Javier est? completamente seguro de que si se entrega al cumplimiento de la volun?tad de Dios, a servirle, El nunca le fallar?.

Javier escribe

?Se espantan mucho todos mis devotos y amigos (le hacer un viaje tan largo y peligroso. Yo me pasmo m?s de ellos, en ver la poca, f? que tienen, pues Dios nuestro Se?or tiene mando y poder sobre las tempestades del mar de la China y Jap?n... y es poderoso sobre todos los vientos. Tiene Dios nuestro Se?or poder.y mando sobre los ladrones del mar. Como Dios nuestro Se?or tiene poder sobre todos ?stos, de ninguno tengo miedo...?

?Mucha diferencia hay del que conf?a en Dios teniendo todo lo necesario, al que conf?a en Dios sin tener ninguna cosa, priv?ndose de lo necesario, pudi?ndolo temer, por m?s imitar a Cristo. Yas? hay mucha diferencia de los que tienen, fe, esperanza y confianza en Dios,. fuera de los peligros de muerte, a los que tienen fe, esperanza y confianza en Dios, cuando por su amor y servicio, de voluntad se ponen en peligros casi evidentes de muerte...?

La alegr?a

Francisco muestra, a lo largo de toda su vida, una alegr?a y un gozo profundo. Una alegr?a y un gozo que nace, a pesar de todo, de la satisfacci?n que le da su trabajo, de que algunos de los que le escuchen se con-viertan, de encontrar campos nuevos para evangelizar.

En diversas ocasiones Francisco escribe:

?Tengo gran esperanza, y est? toda en Dios nuestro Se?or, que en Jap?n mu?chos se har?n cristianos. Experimento mucha consolaci?n interior al hacer este viaje..., en efecto, tengo una grand?sima confianza en Dios en que en esos lugares nuestra santa. fe crezca mucho?.
?En Santo Tom?India, he encontrado un mercader, habl? can ?l de las cosas de Dios. Y,fue Dios el que le hizo sentir que exist?an otras mercanc?as con las cuales ?l no hab?a aun camerci.ado, de modo que abandon? nave y mercanc?as... habi?ndose decidido ?l a vivir en pobreza por toda la vida, sirviendo a Dios nuestro Se?or?.
?Cuando termino en una aldea me marcho a otra, de este modo voy de lugar en lugar haciendo cristianos, y esto con muchas consolaciones, m?s grandes de las que pudiera expresaros por carta o explicaros de persona?.

Nuevos creyentes

La alegr?a de Francisco es inmensa cuando hay personas que abrazan la fe cristiana, que se convierten, que aman al Se?or y se sienten amadas por El, que comienzan a recorrer el camino de la Salvaci?n, esa Salvaci?n que Francisco quiere para todos.

As? se expresa en algunas de sus cartas:
Desde el Jap?n escribe que ?las fatigas de trabajar can gente educada, deseosa de conocer la ley con la que podr?. salvarse, lleva consigo una grand?siana alegr?a. A Yarnaguchi... eran tantas las persones que ven?an a escuchar y discutir que me pare-ce poder decir que en mi vida no he tenido nunca tanta alegr?a y gozo espiritual?.
?El placer de ver la alegr?a de los cristianos no me hac?a sentir las fatigas corporales. Por otra parte, ve?a lo que trabajaban ellos en discutir y persuadir a los paganos a fin de que se hicieran cristianos?.

Testigo y maestro

El DOMUND de este a?o nos propone a Javier como testigo y maestro de la misi?n. Un hombre lleno de amor a Dios y al mundo, alegre, entusiasta, entregado, confiado plenamente en el Se?or, preocupado por los pobres, sencillo, cercano..., en definitiva un hombre de Dios hermano de todos que entrega su vida para que los dem?s la tengan en Dios.

P. Luis P?rez Hern?ndez s.x.

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MISI?N JOVEN EN MADRID


Los j?venes se divorcian de la Iglesia


Por Jos? Francisco Serrano Oceja


Se ha dicho y se ha repetido, no siempre con toda la raz?n, que si la Iglesia perdi? a los obreros en el siglo XIX y a las mujeres y a los intelectuales en el XX, en el XXI perder? a los j?venes.

Juan Pablo II, profeta del hombre, se empe?? en las Jornadas Mundiales de la Juventud y consigui? con esos parades de la fe cat?lica algo m?s que hacer visible a los j?venes, y a la sociedad, que existe una Iglesia joven y viva, como dir?a bien pronto su sucesor. Una de los m?s bellos escritos de Juan Pablo II fue su carta a los j?venes, en la que, glosando el evangelio del joven rico, les hac?a una invitaci?n a la autenticidad, a la novedad del Evangelio, a la b?squeda de la felicidad.

Madrid est? en estado de misi?n. La Misi?n joven, ideada por el cardenal Antonio Mar?a Rouco Varela y secundada por los obispos de Getafe y Alcal?, es algo m?s que una propuesta de actividades varias para los j?venes. Es un desaf?o a la cultura de nuestro tiempo, especialmente a la cultura o subcultura de los j?venes. Un desaf?o a la historia reciente de los procesos y de las formas educativas, en la familia y en la escuela, de la juventud. Un desaf?o a los pilares sobre los que se ha construido la cultura y la sociedad de la satisfacci?n. Una cultura y una sociedad que nos ofrece los m?s variados medios para nuestro progreso material ?calidad de vida, de salud, abundancia de bienes?, pero que no nos hace felices. Y una cultura que no nos hace felices es una cultura que se vuelve contra el hombre. Martin Seigman, de la Universidad de Pensnsylvania, estudioso de la felicidad, afirma que hay cuatro razones que explican el aumento de la depresi?n: el individualismo, la mal entendida autoestima, la educaci?n en el victimismo y el consumismo de escape.

Si hacemos caso a la sociolog?a ?el justo?, por ejemplo, al reciente estudio de Javier Elzo sobre los j?venes y la felicidad, descubrimos que "la gran masa de j?venes espa?oles mantiene con la Iglesia una situaci?n de divorcio asim?trico y distante; la distinci?n entre la dimensi?n institucional de lo religiosos y la dimensi?n experiencia sigue siendo central y atraviesa la religiosidad juvenil espa?ola y la de gran parte de Europa occidental". La Iglesia se ha equivocado en su trabajo con los j?venes cuando en vez de presentarles una propuesta de exigencia de fe, de verdad, de humanidad, se ha dedicado a hacer con ellos sociolog?a aplicada. No pocas de las pastorales juveniles que han estado en boga, en los ?ltimos a?os, carec?an de lo espec?fico cristiano, una pedagog?a sobre la vida de fe, de esperanza y de caridad, y se hab?an entregado a una metodolog?a de lo com?n humano que consist?a en hacer muchas actividades para que nadie estuviera quieto y se parara a pensar.

La pedagog?a cristiana no olvida la edad del hombre y de los hombres. No huye de los tiempos en la maduraci?n de la persona; antes bien, facilita que las virtudes personales y morales alcancen sus m?s preciados horizontes. La generosidad, la entrega, el idealismo, propios de la juventud, son la mejor tierra para sembrar el Evangelio y la naturaleza comunitaria de la fe. La comunidad cristiana sabe que no hay mejor ense?anza que la compa??a de vida, la presencia. ?sa es su ?nica y su m?s acreditada f?rmula de ?xito apost?lico.
Vivimos en un mundo en el que los modelos de la sociedad de consumo y de la relaci?n entre empresa y consumidor se est?n aplicando inconscientemente a todos los ?rdenes de la vida. Frente a las instituciones demandamos respuestas individuales. Los j?venes, insatisfechos con la carcasa de la historia por su tendencia a la novedad, quieren de la Iglesia que les escuche uno a uno, a todos y a cada uno, que est? atenta a sus problemas, a sus fracasos, a sus expectativas y a sus ilusiones. Despu?s de la escucha, los j?venes piden a la Iglesia lo que otras instituciones no les pueden dar: aquello que un d?a el joven rico demand? de Cristo, que le dijera en qu? consiste ser bueno, en d?nde est? la clave y la llave del secreto de la felicidad, de la vida plena de sentido que viene a su encuentro.
Con la Misi?n joven, los j?venes de Madrid van a salir al encuentro de otros j?venes y se van a dejar hacer las preguntas de ayer, de hoy y se siempre, ?qu? he de hacer para ser feliz? Y les contestar?n: deja lo que m?s te enganche, d?selo a quien lo necesita, y s?guenos. No te arrepentir?s.

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Comunicado desde la Delegaci?n de Ense?anza de la Di?cesis de Tenerife a los profesores/as de Religi?n.

EL PROYECTO PERSONAL DE VIDA


Pues as?, en breve, es un medio educativo para ayudarnos a crecer personalmente en todos los aspectos de nuestra vida.

Vamos a verlo m?s concretamente:

. Es un proyecto o plan.

O sea, un plan que se escribe en un papel para hacerlo realidad en la vida.

Todos hemos visto el plano de una casa. Todav?a no existe, pero queremos hacerla y dibujamos el proyecto para luego construirla de acuerdo con ?l.
El plan de vida militante es una hoja en la que dibujo lo que quiero hacer de m? mismo, de mi vida a lo largo de este curso.

. Personal.

Es decir, no se refiere a cosas, obras...sino a personas: Antonio, Isabel, Angel, Mene... Y a cada una de ellas.
Es personal, y por ello mismo, diferente y original. No es una copia de otros. ?Alguien tiene las huellas dactilares igual a otros?. Pues tampoco hay un plan de vida igual.

. De vida.

El proyecto personal es de vida, del conjunto de nuestra vida.
Somos j?venes o adultos, trabajamos o buscamos trabajo, estudiamos, nos relacionamos, vivimos en una familia, tenemos tiempo libre, experimentamos una sexualidad, nos alegramos, sufrimos problemas, nos aburrimos, tenemos una fe en Jes?s, esperamos de los dem?s y los dem?s esperan de nosotros, vivimos en un pueblo, nos comprometemos en nuestro ambiente, estamos implicados en la parroquia......todo esto y mucho m?s es nuestra vida, la de todos los d?as. Ella es el centro de mira del Plan de Vida.

. Cristiana y militante.

El proyecto personal de vida es una ayuda para ir haciendo nuestra vida al estilo de la vida de Jes?s, aqu? y ahora, como adulto o como joven en nuestros ambientes.
El Plan de Vida nos ayuda a coger las riendas de nuestra vida, no a que otros la manejen, a ser nosotros los protagonistas, y a tratar de concienciar a los dem?s en nuestros ambientes de que vayan dando pasos en eso de...ser personas que se dejan guiar por Jes?s.
Es la hora de que los cristianos evangelicemos o lo que es lo mismo de que ejerzamos como militantes cristianos.

?Qu? se pretende al hacer un Plan de Vida?

Pues....que conozcamos y no nos dejemos llevar por una sociedad mentirosa.

Para ello, conozcamos unas pinceladas de los criterios y maneras de pensar que hoy circulan:

? Es un tiempo crepuscular: hay mucho ?brillo? pero oscuridad, ?estamos tocados por la blanca ceguera? o ?ciegos que creen ver, sin ver? (Saramago).

? Es un tiempo el que vivimos que se dice abundante: muchas cosas, abundancia de todo pero...insatisfechos y desencantados.?Lo malo es que no sabemos para qu? sirve la sed? (Machado). Demasiado divertidos, satisfechos con los peque?os sorbos, dispersos, estamos bien, no sentimos el aguij?n de la sed, no se busca la fuente, el Absoluto. ?El hombre colgado siempre del pecho materno? (E. From)

? Ya no se discute sobre Dios, eso es algo marginal, se dice; ?Ya Dios no est? al fondo de los problemas?. Esto es la indiferencia, que es peor que decir ?que Dios ha muerto?.

? No hay un mundo que salvar, o sea fuera ideales, altruismos, utop?as, ? solo hay una vida que vivir?

? El dogma de la tolerancia, que se concreta en ?vive y deja vivir?. Tolerancia que se entiende por el ?todo vale m?s o menos?, luego nada vale verdaderamente.
Vivir las gratificaciones que te da cada momento. El presentismo. No hay que luchar por el futuro...?Las flores del funeral las quiero ya?.

? No hay m?s divinidad que la existencia y la experiencia de los otros.

? Vac?o existencial: no busques porque no hay respuestas, luego ?para qu? creer?

? El intimismo: tu vida privada es una cosa y tu vida p?blica es otra; las experiencias que tengas, por ejemplo religiosas, es para tu vida privada, pero eso no tiene por qu? salir a lo p?blico.
Esto pasa tambi?n en lo pol?tico. Tu vida privada no tiene que ver con tu actuaci?n p?blica...el que seas honrado, sincero, ganes mucho, austero....

? Hoy, las verdaderas decisiones no nacen del pueblo, la democracia es un nombre. ?S?lo hay un mundo cerrado en el absoluto poder del capital (V.Verd?. El Pa?s). Por ejemplo, ning?n jefe de Estado est? en la lista de los cincuenta que m?s deciden en el mundo.

La pol?tica queda para llenar tertulias de periodistas.
? Es la ?poca del pensamiento ?nico bajo la mirada de la? santa trinidad?: el consumo, el individualismo despiadado y la competitividad.

? La ?tica d?bil: no merece dar la vida por nadie o sacrificarse. No merece ser h?roe por nada ni por nadie. La militancia no se lleva.

? Es la ?tica para n?ufragos: el barco que nos llevaba a Dios ha naufragado (Edad media); el que nos llevaba a la liberaci?n del hombre ha naufragado (Edad Moderna). Luego est? en una tabla...y ?que cada uno se salve como pueda?, luego no vale la trayectoria com?n, hay que sobre-vivir sobre la tabla de cada uno.

? La Iglesia est? en minor?a: disminuci?n de la pr?ctica religiosa, problemas en la trasmisi?n de la fe en las familias, descenso de vocaciones, aparecen y se dicen m?s los defectos que las virtudes, los valores religiosos se los utiliza para cumplir la tradici?n social. Aunque por otra parte hay un florecimiento del sentimiento religioso.
Hay un confort espiritual, falta tensi?n

? Vivimos fragmentados, un poco rotos: que pensamos de una manera, sentimos de otra y actuamos de manera distinta. Esta manera discontinua de vivir hace que seamos incoherentes y nos hace sufrir

? Las palabras y las razones no sirven, pues lo podemos justificar todo, encontramos razones para todo...La raz?n se prostituye. Con razones no convencemos a nadie. Si la raz?n no vale o no se pone el acento, se necesita experiencia de encuentro.
El hombre se realiza en salir de s? y llegar a la comuni?n. No son las cosas lo que nos hacen felices, sino las personas.

Pues bien, el Plan de Vida pretende la unificaci?n de toda la persona en las diversas dimensiones que tenemos (afecto, trabajo, familia, pueblo, fe, relaciones...), y lo que va a unir esos diversos aspectos de nuestra vida es la fe en la persona de Jes?s.
Nos ayudar? a superar la dispersi?n, los fragmentos, el divorcio entre la fe y la vida.


?Cu?les son las referencias o el horizonte del Plan de Vida?

Cuando vamos a construir una casa tenemos una idea, una referencia de lo que queremos; otra cosa es que se realice igual. Si no tenemos claro el tipo de casa que queremos, es posible que si nos ponemos a construir salga un churro.
Cuando vamos caminando en el monte vemos el horizonte y el lugar donde queremos llegar, es la referencia que nos gu?a; puede que nos cansemos, que nos desviemos...pero seguimos teniendo claro a donde queremos llegar, porque si no, nos perdemos en la sierra.
En el Plan de Vida hay unas referencias, unas claves fundamentales, por las que notamos que vamos caminando en un estilo de vida de un militante cristiano.


Habr? muchas m?s, pero aqu? y ahora ah? van ?stas, que como ver?s, contrarrestan la visi?n de los criterios y comportamientos de la sociedad antes referidos:

? La confianza de que Dios existe y de que es Padre bueno de toda la humanidad frente a los que les da igual que haya Dios o no.

? La persona de Jes?s y su vida se ha hecho como el centro en mi vida, al igual que la experiencia del enamoramiento: todo se mira desde su evangelio.

? El cultivar en nuestra vida valores como la participaci?n, la humildad, el servicio, el perd?n, la austeridad, el esp?ritu de grupo, la honestidad, la solidaridad...

? La valoraci?n del ser de la persona y su dignidad frente a la cultura del tener, en la que ?qui?n no tiene cosas y m?s cosas no es nadie?.

? Confianza en nosotros mismos y en los dem?s en las posibilidades ilimitadas que tenemos para crecer como personas.
? La sensibilidad por los hechos peque?os y sencillos, por lo gratuito, por nuestros pueblos y sus gentes, frente a la ceguera que ante esto nos propone la cultura del consumo y la apariencia.

? El estudio y la formaci?n como un medio importante para transformar la sociedad, como Dios quiere.

? Favorecer que en nuestra familia vivamos el valor de la persona, la igualdad de sexos, la cooperaci?n de todos, la comunicaci?n sincera y la entrega a prueba de bomba frente al silencio, el foll?n permanente y la carga de la casa en la madre.

? El compromiso por los dem?s j?venes, especialmente con los que peor lo tienen, frente al individualismo de ?s?lvese quien pueda?. Y hacer algo por mejorar la vida de nuestros pueblos frente a los que se refugian en sus casas y cosas despreocup?ndose del vecino y del pueblo.

? No tragarnos el caramelo de la ingenuidad y mantener una actitud cr?tica ante un sistema econ?mico injusto que crea pobres, paro y enriquecimiento de alguno frente a los que est?n hipnotizados por sus escaparates, que se lo tragan todo y van de progres apunt?ndose a cada moda que viene.

? La b?squeda del di?logo, la escucha y la comprensi?n, para resolver las diferencias y conflictos que hay entre nosotros.
? La cercan?a de unos con otros, en la aceptaci?n del otro como es, con sus valores y limitaciones, frente a echarle a un lado.

? El uso austero y solidario del dinero frente al gasto a todo pasto, porque lo tengo y en lo que me apetece.
? La sexualidad vivida desde el amor a la otra persona y la responsabilidad y no s?lo desde la satisfacci?n y la utilizaci?n del otro para cubrir mis necesidades.

? La oraci?n practicada con h?bito como encuentro, en mi interior, con Dios al contemplar los hechos y acontecimientos de la vida diaria.

? Cuidar la participaci?n en las reuniones semanales. La reuni?n donde participo y me re?no con mi grupo y la reuni?n donde celebro lo m?s importante de nuestra fe y me re?no con todos los dem?s cristianos de mi parroquia: la eucarist?a.

? Sentirme parte de una iglesia, que se traduce en mi parroquia y en la opci?n por una Iglesia m?s al servicio de los pobres y fiel al evangelio frente a una Iglesia anquilosada y que s?lo se mire el ombligo.

? Nuestra misi?n es evangelizar, que incluye un compromiso en los ambientes: asociaciones, instituto, pol?tica, sindical, amigos, pueblo...para transformar y una actitud confesante de la propia fe frente a una fe vergonzante en una sociedad secularizada en que creer es ?para la sacrist?a? y cosas de sectas.

? La alegr?a interior que sentimos al intentar vivir todo esto y que nos da un por qu? a la vida, frente al aburrimiento de una vida gris que no lleva a ninguna parte.


Las Dimensiones en el Plan de Vida Militante.

Teniendo delante la plantilla del Plan de Vida es ?til, pues nos ayuda a poner las cosas claras, a no olvidar ninguna dimensi?n importante de nuestra vida, a hacer el proyecto con orden, y, sobre todo a compartirlo con los dem?s del grupo.


. Dimensi?n en el ?mbito personal.-

Se trata de mirarnos cada uno/a personalmente: actitudes (sinceridad, servicio, solidaridad, el trabajo en equipo...) estado de ?nimo, ilusiones que tengo, mi vivencia del tiempo libre, necesidades principales, aspiraciones que tengo, valoraci?n que hago de..., carencias (timidez, comunicaci?n, inseguridad-seguridad, protagonismo..), formaci?n, lecturas..

. Dimensi?n en el ?mbito de la familia y afectividad.

Contiene tanto la familia como la relaci?n de pareja para los solteros.
Mi participaci?n en las tareas de casa, la comunicaci?n y el clima del hogar, los problemas de familia, la situaci?n econ?mica, mi relaci?n con hijos, padres y hermanos.
La relaci?n de pareja...

. Dimensi?n en el ?mbito del grupo.

El grupo en el que nos reunimos es como la segunda familia, es una escuela de aprendizaje, este grupo est? coordinado con otros del movimiento.
C?mo me veo ah?, carencias, lo que desear?a, tareas que tenemos....partiendo de c?mo funcionamos, y qu? debo aportar yo.

. Dimensi?n en el ?mbito social: pueblo, plataformas, parroquia. (para los adultos)

C?mo me planteo la participaci?n en todos estos ?mbitos. Si estoy satisfecho de mi presencia en ...Hay que darse cuenta que estamos en un movimiento cristiano que trata de evangelizar los ambientes. ?C?mo me va o c?mo no me va?. Si tengo que hacer alg?n cambio.
Si tengo una reflexi?n cr?tica de los cauces participativos...Si estoy actuando,?c?mo lo hago?..

. Dimensi?n en el ?mbito de estudios-trabajo. (para los j?venes)
Son espacios vitales donde te desenvuelves y convives. Manifiesto mi situaci?n: tiempo que dedico a estudiar, para qu? estudio, dificultades que tengo, qu? hago en los problemas de mi centro de estudios, testimonio que doy ante mis compa?eros.
Si trabajo o estoy en paro, c?mo lo vivo. Problemas en el trabajo, las condiciones de trabajo, si me uno en las acciones, si trabajo con mi padre en el campo ?c?mo lo llevo?, qu? ambiente creo en el trabajo...

. Dimensi?n en el ?mbito creyente-eclesial.
C?mo voy creciendo en mi situaci?n de cristiano, escucha del evangelio, oraci?n personal y de grupo, el sentido que doy a la eucarist?a, las dificultades que tengo..
Soy parte de una parroquia, si quiero a mi parroquia, la participaci?n, si me preocupa su necesidad econ?mica, mi presencia en los cauces de la parroquia o Arciprestazgo, di?cesis.

. Apartado: Situaci?n actual.

Cuento sencillamente c?mo estoy en estos momentos de mi vida.

. Apartado: Objetivo que me propongo.

Se escriben lo que uno se propone conseguir o alcanzar en cada una de las dimensiones. Han de ser concretos y realizables. Evitar la tentaci?n de poner demasiados.

. Apartado: Me comprometo a:

Escribo las acciones concretas. El objetivo es como la meta y ahora se pone c?mo voy a llegar a esa meta. Aterrizar d?nde debo estar o qu? debo hacer.

. Apartado: Evaluaci?n: Siempre es bueno saber si voy consiguiendo lo que me propuse, con qu? dificultades me voy encontrando. Es una clave que me ir? diciendo lo que debo tener en cuenta para ir avanzando y no tropezar en la misma piedra. Es bueno ponernos de acuerdo en qu? fechas hacemos evaluaci?n

16 de Noviembre
(Fuente de la Guancha) Unos d?as antes del D?a de la Iglesia Diocesana la revista ?Iglesia Nivariense? n? 69, Noviembre-Diciembre, llega a nuestras parroquias presentando en su portada el Cartel de esa jornada tan importante para la Di?cesis bajo el lema ?Tu familia es una peque?a Iglesia, tu Iglesia es una gran Familia?. Sendas entrevistas al Secretario T?cnico de la Conferencia Episcopal Espa?ola y al Vicario de Asuntos Econ?micos as? como su Editorial nos aclaran el por qu? de esta jornada. El fen?meno de la inmigraci?n tambi?n encuentra eco en ella con el art?culo de Daniel Barreto ?Asistencia, Acogida, Integraci?n?. Tambi?n ?Caritas acoge? incide en el mismo tema. Diversos acontecimientos diocesanos con sus reportajes fotogr?ficos la hacen amena y que capte el inter?s del lector.

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Jueves, 16 de noviembre de 2006
16 Nov. 06 (ACI).- El Papa Benedicto XVI y los jefes de los dicasterios de la Curia Romana reafirmaron hoy el valor del celibato sacerdotal seg?n la tradici?n cat?lica y subrayaron la exigencia de una s?lida formaci?n humana y cristiana para los seminaristas y los sacerdotes ya ordenados.

As? lo dio a conocer un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede publicado tras la reuni?n de esta ma?ana entre el Santo Padre y las cabezas de los dicasterios vaticanos para examinar la situaci?n creada tras la desobediencia del ex arzobispo Emmanuel Milingo y reflexionar sobre las peticiones de dispensa de la obligaci?n del celibato y las de readmisi?n al ministerio sacerdotal que han presentado los sacerdotes casados durante los ?ltimos a?os.

?Los participantes en la reuni?n han sido informados detalladamente sobre las peticiones de dispensa de la obligaci?n del celibato presentadas en los ?ltimos a?os y sobre la posibilidad de readmisi?n en el ejercicio del ministerio de los sacerdotes que en la actualidad se encuentran en las condiciones previstas por la Iglesia?, se?ala el comunicado emitido tras dos horas de deliberaciones en el Palacio Apost?lico del Vaticano.

En este contexto, contin?a la nota, ?se ha reafirmado el valor de la elecci?n del celibato sacerdotal seg?n la tradici?n cat?lica y han subrayado la exigencia de una s?lida formaci?n humana y cristiana, tanto para los seminaristas como para los sacerdotes ya ordenados?.

Por su parte, el Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, declar? que las conclusiones de la reuni?n ?no implicar?an un cambio en la aplicaci?n de las actuales normas (sobre el celibato)? ni determinar?an cambio alguno en la actual disciplina de la Iglesia sobre el requerimiento del celibato.

Seg?n algunos analistas, que la Santa Sede reafirme el celibato sacerdotal es particularmente importante para Am?rica Latina donde algunas vertientes de la ?teolog?a india? consideran ?indispensable? promover la ordenaci?n de hombres casados debido a la escasez de sacerdotes y por razones de inculturaci?n del Evangelio.

Comunicado sobre el fen?meno migratorio que emiti? la Conferencia Episcopal Mexicana el mi?rcoles, 15 de Noviembre de 2006, en la asamblea plenaria celebrada en Cuautitl?n Izcalli.

Cuautitl?n Izcalli, 15 de noviembre de 2006


COMUNICADO FEN?MENO MIGRATORIO



Los obispos de M?xico preocupados por el respeto a la dignidad del ser humano, queremos hoy hablar sobre el grave fen?meno de la migraci?n, particularmente del abuso y maltrato de aquellos hermanos nuestros que, buscando mejores condiciones de vida para ellos y sus familias, emigran a otros pa?ses esperanzados en mejorar su calidad de vida.

Estados Unidos en los ?ltimos a?os ha incrementado sus proyectos tratando de reforzar la seguridad en su frontera; sin embargo, la emigraci?n de M?xico hacia el norte no se ha logrado reducir; el ?nico efecto que han tenido estas medidas es el aumento del tr?fico de indocumentados, lo que ha hecho m?s peligroso el trayecto y como resultado de esto, miles de ellos han muerto.

Creemos que los gobiernos tienen la obligaci?n de cuidar sus fronteras, sin embargo no deben lesionar los derechos humanos, por lo que el levantamiento de muros y la aplicaci?n de medidas inhumanas para controlar la emigraci?n, no parecen ser la respuesta justa ni apropiada para enfrentar uno de los retos m?s complejos del siglo XXI.

El Papa Benedicto XVI record? ayer en su mensaje con ocasi?n de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, la dolorosa experiencia de todos los emigrantes, y nos invit? a sensibilizar a las comunidades eclesiales y la opini?n p?blica acerca de las necesidades, problemas y potencialidades positivas de las familias emigrantes.

Actualmente muchas organizaciones est?n trabajando particularmente por la integraci?n de las familias de los inmigrantes, no obstante queda mucho por hacer. Es claro que el levantamiento de muros y la aplicaci?n exagerada de medidas para detener la migraci?n, no representar? jam?s una soluci?n justa para enfrentar el fen?meno de la migraci?n.

M?s que los muros materiales, resulta preocupante el ensanchamiento de los muros intangibles, los de la intransigencia y de la intolerancia, as? como los muros de la falta de una efectiva negociaci?n entre los gobiernos de las naciones involucradas. Estos son los que verdaderamente se tienen que destruir para crear entre las naciones aut?nticos v?nculos que aporten al mundo de hoy soluciones justas.

Por los obispos de M?xico,


+ Jos? Guadalupe Mart?n R?bago
Obispo de Le?n
Presidente de la CEM + Carlos Aguiar Retes
Obispo de Texcoco
Secretario General de la CEM


? 2006 CEM :: CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO

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16 noviembre 2006 ZENIT publica la homil?a que pronunci? Benedicto XVI el 4 de noviembre en la misa en sufragio por los cardenales y obispos fallecidos en los ?ltimos doces meses. La celebraci?n eucar?stica tuvo lugar en el Altar de la C?tedra de la bas?lica vaticana.



Se?ores cardenales;
venerados hermanos en el episcopado;
queridos hermanos y hermanas:

En los d?as pasados, la solemnidad de Todos los Santos y la conmemoraci?n de todos los Fieles Difuntos nos ayudaron a meditar en la meta final de nuestra peregrinaci?n terrena. En este clima espiritual, hoy nos encontramos en torno al altar del Se?or para celebrar la santa misa en sufragio de los cardenales y obispos a los que Dios llam? a s? durante el ?ltimo a?o. Vemos de nuevo sus rostros, que nos son familiares, mientras escuchamos otra vez los nombres de los purpurados que fallecieron durante los doce meses pasados: Leo Scheffczyk, Pio Taofinu'u, Ra?l Francisco Primatesta, ?ngel Suqu?a Goicoechea, Johannes Willebrands, Louis-Albert Vachon, Dino Monduzzi y Mario Francesco Pompedda. Desear?a nombrar tambi?n a cada uno de los arzobispos y obispos, pero nos basta la consoladora certeza de que, como dijo un d?a Jes?s a los Ap?stoles, sus nombres "est?n escritos en los cielos" (Lc 10, 20).

Recordar los nombres de estos hermanos nuestros en la fe nos remite al sacramento del Bautismo, que marc? para cada uno de ellos ―como para todo cristiano― el ingreso en la comuni?n de los santos. Al final de la vida, la muerte nos priva de todo lo terreno, pero no de la gracia y del "car?cter" sacramental en virtud de los cuales hemos sido asociados indisolublemente al misterio pascual de nuestro Se?or y Salvador. Despojado de todo, pero revestido de Cristo: as? el bautizado cruza el umbral de la muerte y se presenta ante Dios justo y misericordioso.

Para que la vestidura blanca, recibida en el bautismo, se purifique de toda impureza y de toda mancha, la comunidad de los creyentes ofrece el sacrificio eucar?stico y otras oraciones de sufragio por aquellos a quienes la muerte ha llamado a pasar del tiempo a la eternidad. Rezar por los difuntos es una obra buena, que presupone la fe en la resurrecci?n de los muertos, seg?n lo que nos han revelado la sagrada Escritura y, de modo pleno, el Evangelio.

Acabamos de escuchar el relato de la visi?n de los huesos secos del profeta Ezequiel (Ez 37, 1-14). Sin duda alguna, es una de las p?ginas b?blicas m?s significativas e impresionantes; puede interpretarse de dos maneras. En el plano hist?rico, responde a la necesidad de esperanza de los israelitas deportados a Babilonia, desconsolados y afligidos por haber tenido que enterrar a sus seres queridos en tierra extranjera. A trav?s del profeta, el Se?or les anuncia que los har? salir de esa situaci?n y los har? volver al pa?s de Israel. Por tanto, la sugestiva imagen de los huesos que se reaniman y se ponen en movimiento representa a este pueblo que recupera la esperanza de regresar a su patria.

Pero el largo y articulado or?culo de Ezequiel, que exalta la fuerza de la palabra de Dios, para la cual nada es imposible, marca al mismo tiempo un decisivo paso adelante hacia la fe en la resurrecci?n de los muertos. Esta fe se perfeccionar? en el Nuevo Testamento. A la luz del misterio pascual de Cristo, la visi?n de los huesos secos adquiere el valor de una par?bola universal sobre el g?nero humano, peregrino en el exilio terreno y sometido al yugo de la muerte.

La Palabra divina, encarnada en Jes?s, viene a habitar en el mundo, que en muchos aspectos es un valle desolado; se solidariza plenamente con los hombres y les trae la buena nueva de la vida eterna. Este anuncio de esperanza se proclama desde lo m?s profundo de ultratumba, mientras se abre definitivamente el camino que conduce a la tierra prometida.

En el pasaje evang?lico hemos escuchado de nuevo los primeros vers?culos de la gran oraci?n de Jes?s recogida en el cap?tulo 17 del evangelio seg?n san Juan. Las conmovedoras palabras del Se?or muestran que el fin ?ltimo de toda la "obra" del Hijo de Dios encarnado consiste en dar a los hombres la vida eterna (cf. Jn 17, 2). Jes?s dice tambi?n en qu? consiste la vida eterna: "que te conozcan a ti, el ?nico Dios verdadero, y al que t? has enviado, Jesucristo" (Jn 17, 3). En esta frase resuena la voz orante de la comunidad eclesial, consciente de que la revelaci?n del "nombre" de Dios, recibida del Se?or, equivale al don de la vida eterna. Conocer a Jes?s significa conocer al Padre, y conocer al Padre quiere decir entrar en comuni?n real con el Origen mismo de la vida, de la luz y del amor.

Queridos hermanos y hermanas, hoy expresamos nuestra gratitud a Dios de modo especial por haber dado a conocer su nombre a estos cardenales y obispos que han fallecido. Pertenecen al n?mero de aquellos hombres que, como dice el evangelio de san Juan, el Padre dio al Hijo "tom?ndolos del mundo" (cf. Jn 17, 6). A cada uno de ellos Cristo "le dio las palabras" del Padre, y ellos "las aceptaron", "creyeron" y pusieron su confianza en el Padre y en el Hijo (cf. Jn 17, 8).

Rog? por ellos (cf. Jn 7, 9), encomend?ndolos al Padre (cf. Jn 17, 15. 17. 20-21) y diciendo en particular: "Padre, los que t? me has dado, quiero que donde yo est? est?n tambi?n conmigo, para que contemplen mi gloria" (Jn 17, 24).

A esta oraci?n del Se?or, que es sacerdotal por antonomasia, quiere unirse hoy nuestra plegaria de sufragio. Cristo hizo realidad su invocaci?n al Padre en la ofrenda de s? en la cruz; nosotros ofrecemos nuestra oraci?n en uni?n con el sacrificio eucar?stico, que es la representaci?n real y actual de esa ?nica ofrenda salv?fica.

Queridos hermanos y hermanas, con esta fe vivieron los venerados cardenales y obispos fallecidos que recordamos esta ma?ana. Cada uno de ellos en la Iglesia fue llamado a sentir como suyas y a tratar de poner en pr?ctica las palabras del ap?stol san Pablo: "Para m? la vida es Cristo" (Flp 1, 21), que se acaban de proclamar en la segunda lectura. Esta vocaci?n, recibida en el Bautismo, se reforz? en ellos con el sacramento de la Confirmaci?n y con los tres grados del Orden sagrado, y se aliment? constantemente mediante la participaci?n en la Eucarist?a.

A trav?s de este itinerario sacramental, su "ser en Cristo" fue consolid?ndose y profundiz?ndose, de modo que morir ya no es una p?rdida, porque ya lo hab?an "perdido" todo evang?licamente por el Se?or y por el Evangelio (cf. Mc 8, 35), sino una "ganancia": la de encontrar finalmente a Jes?s y con ?l la plenitud de la vida.

Pidamos al Se?or que conceda a estos queridos hermanos nuestros, cardenales y obispos fallecidos, que alcancen la meta tan deseada. Se lo pedimos confiando en la intercesi?n de Mar?a sant?sima y en las oraciones de tantos que en vida los conocieron y apreciaron sus virtudes cristianas. Recojamos todo agradecimiento y toda s?plica en esta santa Eucarist?a, en beneficio de sus almas y de las de todos los difuntos, a quienes encomendamos a la misericordia divina. Am?n.

[Traducci?n distribuida por la Santa Sede
? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

Publicado por verdenaranja @ 22:34  | Habla el Papa
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16 de Noviembre

Casi medio centenar de cursillistas celebraron la primera ultreya oficial en La Palma del movimiento de Cursillos de Cristiandad, despu?s de que el pasado 29 de Octubre, en la clausura del cuarto cursillo celebrado en la isla, la Di?cesis de Tenerife diera oficialidad a las reuniones que los cursillistas mantienen los jueves alternos en el Monasterio del C?ster a las ocho de la noche. El pr?ximo 14 de Diciembre la comunidad de cursillos en la isla de La Palma celebrar? su cena de navidad.

16 de Noviembre

El pasado s?bado d?a 11 tuvo lugar una reuni?n de los sacerdotes que prestan su servicio en la Isla de La Palma, junto a su Vicario Domingo Navarro, en el Monasterio del Cister. Fue presidida por Don Bernardo y el tema que se trat? fue La Pastoral Vocacional. En la misma se expuso la marcha del Seminario por parte del Rector Juan Manuel Yanes Marrero y la programaci?n de la Delegaci?n de Vocaciones a cargo de Francisco Ignacio Hern?ndez Rivero. Este encuentro sirvi? para animar a todos los presentes a la hora de trabajar las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada especialmente en la Isla Bonita.

16 de Noviembre

La tarde del pr?ximo mi?rcoles, los Reyes de Espa?a visitar?n el Santuario del Cristo de La Laguna , dentro de los actos programados en el viaje a las islas que conmemora el centenario del que realiz? el abuelo de don Juan Carlos, el Rey Alfonso XIII, en 1906, y que fue el primero de un monarca a Canarias. El Obispo recibir? a don Juan Carlos y do?a Sof?a a la entrada del templo, donde tendr? lugar una breve celebraci?n lit?rgica.

OBISPADO DE TENERIFE. Oficina de Prensa
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Tu familia, una peque?a Iglesia?, tu Iglesia, una gran familia
D?A DE LA IGLESIA DIOCESANA


Este domingo se celebra una importante jornada para la Iglesia Cat?lica en estas islas. El D?a de la Iglesia Diocesana, es decir, de la iglesia que vive y peregrina, en nuestro caso, en las islas de El Hierro, La Gomera, La Palma y Tenerife. Una Iglesia particular, la Di?cesis de SAN CRIST?BAL DE LA LAGUNA, nacida a partir su segregaci?n de la de Canaria llevada a cabo el 1 de Febrero de 1819 por el Papa P?o VII. Desde entonces, doce obispos han estado al frente de esta porci?n de la Iglesia Cat?lica.

?Tu familia, una peque?a Iglesia?, tu Iglesia, una gran familia?, es el lema de este a?o para celebrar esta jornada, que tendr? lugar el pr?ximo domingo 19 de noviembre. Es una invitaci?n a considerar la Iglesia como una gran familia en la que todos tomamos parte, como en cualquier familiar natural, tanto para disfrutar de los bienes que ofrece como para contribuir a su mantenimiento y desarrollo. As? debe ser la Iglesia Diocesana: la familia de los hijos de Dios en la que unos velamos por los otros y nos servimos mutuamente.

Con la celebraci?n de este D?a, se?ala el Obispo Bernardo ?lvarez, se pretende despertar la conciencia de los cat?licos y provocar en ellos una llamada a la responsabilidad para que, en coherencia con su fe de creyentes en Jesucristo y seg?n sus posibilidades, se comprometan m?s seriamente en la vida y la misi?n de la Iglesia, tanto con su dedicaci?n personal como con su aportaci?n econ?mica para el sostenimiento de las obras apost?licas y sociales de Iglesia, que en definitiva son obras de todos y para todos.

Aunque uno de los objetivos de esta Cita y de la campa?a que la precede es solicitar de los cat?licos y de cuantos quieran ayudar, que colaboren econ?micamente al sostenimiento de la di?cesis en este d?a y de modo continuado, no es el aspecto econ?mico el m?s importante en la celebraci?n de este "D?a de la Iglesia diocesana".
La Di?cesis Nivariense despliega una muy importante obra evangelizadora, educativa y social, gracias a sus 240 sacerdotes que atienden, en su mayor?a, las 314 parroquias que existen entre las cuatro islas que la componen. En el seminario, tanto mayor como menor, se preparan 63 candidatos al sacerdocio. Adem?s, entre nosotros existe una importante presencia de la vida religiosa, masculina y femenina. C?ritas desarrolla cerca de treinta proyectos sociales espec?ficos gracias al trabajo de sus profesionales y voluntarios, m?s 1.200 personas. Igualmente, cerca de 2.500 catequistas se ocupan de la educaci?n en la fe de los adultos, j?venes y ni?os. M?s de 400 profesores se ocupan de la Ense?anza Religiosa Escolar. A estos n?meros con rostro hay que a?adir otros centros de acogida para personas con especiales dificultades, un Instituto Superior de Teolog?a, una residencia universitaria, varios monasterios de clausura, etc. Todo ello es una peque?a expresi?n de la realidad rica y plural de la di?cesis.
En cuanto a la situaci?n econ?mica de la misma, su responsable, Juli?n de Armas ha declarado que ?hemos pasado de una econom?a equilibrada a otra de mayores gastos e ingresos. Son muchos los campos abiertos en la actividad fundamental de la Di?cesis. Y ello sin salirnos de las actividades fundamentales de la Iglesia que son cuatro: Ejercicio del Culto; Actividades de la Evangelizaci?n; Acci?n Social; Sustentaci?n de los sacerdotes y agentes de pastoral. Dentro de esta cu?druple finalidad tenemos muchas carencias, que llevamos muchos ejercicios econ?micos en los que los gastos superan a los ingresos en cuant?a muy importante?.

Con ocasi?n de esta Fecha, el Obispo presidir? una Eucarist?a a mediod?a en la sede Catedralicia, tras la cual se homenajear? a algunos insignes diocesanos y, posteriormente, tendr? lugar un almuerzo fraterno.

EL DIRECTOR DE C?RITAS CONGO HABLA EN MADRID
SOBRE EL FUTURO DEL PA?S TRAS LAS RECIENTES ELECCIONES


Madrid, 16 de noviembre de 2006

Bruno Miteyo, director de la C?ritas Nacional de la Rep?blica Democr?tica del Congo realizar? la pr?xima semana una visita a Madrid con objeto de dar a conocer a diversos interlocutores pol?ticos, sociales y eclesiales, el intenso trabajo de mediaci?n desarrollado por la Iglesia y la C?ritas congole?as en el actual proceso de transici?n pol?tica.

Bruno Miteyo viajar? acompa?ado por el sacerdote congole?o Pierre Cibambo, responsable del Departamento para Africa del Secretariado General de C?ritas Internacional, con sede en Roma

C?ritas Congo, con el apoyo estrecho de C?ritas Espa?ola, viene impulsando desde hace a?os una intensa labor humanitaria a favor de poblaciones especialmente vulnerables en distintas regiones de este vasto pa?s. Asimismo, C?ritas Congo ha jugado un papel muy activo en los ?ltimos a?os como agente de mediaci?n pol?tica y social a favor de la pacificaci?n del pa?s y la b?squeda de un marco pol?tico democr?tico respetuoso con los derechos humanos.

Con objeto de dar a conocer a la opini?n p?blica espa?ola el escenario que se abre para la RD Congo tras las recientes elecciones presidenciales as? como los diversos aspectos del trabajo de C?ritas en ese pa?s, Bruno Miteyo y Pierre Cibambo mantendr?n un encuentro informativo el pr?ximo martes 21 de noviembre con diversos medios de comunicaci?n espa?oles.


DESAYUNO INFORMATIVO


Fecha: Martes, 21 de noviembre de 2006, 10:30 a.m.

Lugar: Sede de C?ritas Espa?ola (San Bernardo 99 bis, 7? Planta)

Participantes:
Bruno MIteyo, director de C?ritas Congo
Pierre Cibambo, responsable del Departamento de Africa de C?ritas Internacional
Silverio Agea, secretario general de C?ritas Espa?ola


Prensa: Marisa Salazar (619.26.89.39) - Angel Arriv? (91.44.10.16 - 619.04.53.81)

La sacudida de la muerte es a veces tan dura, tan violenta e inesperada que se tiene la impresi?n de que uno es arrancado de la vida, al igual que se arranca una planta del campo y se seca. Quiz?s, lo mejor en este momento ser?a guardar silencio porque las personas nunca pueden calmar el dolor de una familia que padece en su propio ser la p?rdida de un ser tan querido.
De todos modos muchos de los que estamos aqu? consideramos la Palabra del Evangelio como una luz . Nos viene bien lo que nos ha dicho: " Nadie puede arrancar nada de la mano de mi Padre Dios ".
No resulta f?cil verlo, pero lo cierto es que la muerte no es esa guada?a que cercena una planta viva o esa mano oscura que nos arranca del suelo vital. Nadie puede arrancarnos de la mano del Padre que nos lleva.

?C?mo me gustar?a en esta tarde poder dec?roslo con palabras acertadas!. No se trata de convencer a nadie. Se trata de apaciguar el coraz?n y de abrir una peque?a luz en el horizonte de nuestra vida, a veces, como hoy tan oscurecido.
La fe cristiana se empe?a en sostener que la vida no es un azar ciego. La mano del Padre nos lleva y nos sostiene siempre. Ello quiere decir que tenemos un soporte en el que podemos apoyarnos. Sin embargo no tenemos grandes argumentos para mantener estas certezas, sobre todo, cuando la muerte nos sacude.
Pero contamos con el apoyo del Evangelio. Hoy hemos escuchado: " LO que me ha entregado mi Padre es lo que m?s importa". Y eso quiere decir que todos y cada uno de nosotros le importamos muchos al Padre Dios. No es la persona una nader?a ante la supuesta grandeza de Dios.

La relaci?n de Dios con nosotros no es la relaci?n de un jefe con el s?bdito, o la de un amo con su criado. Es una relaci?n familiar. La buena relaci?n que existe entre un padre y un hijo que se entienden y que se quieren.

Por eso se comprende que le importemos al Padre, porque estamos en una misma barca. Somos de su misma familia. El a su manera libra una dura batalla contra la limitaci?n y la muerte, para que ?stas no logren lo que El cuida. Para quien est? abierto al Evangelio esta es una garant?a honda de un gozo profundo: saberse a pesar de todo en manos del Padre.

S? muy bien que hoy no es f?cil conjugar estas palabras con la dura situaci?n de la muerte de nuestro hermano N. Cuando la muerte nos zarandea de este modo es muy dif?cil mantener la serenidad y pedir confianza. M?s a?n, quiz?s reaccionamos, algo comprensible por otra parte, carg?ndonos de agresividad contra Dios, contra nosotros mismos. Y ?ste no es un camino que abre esperanzas.
La muerte de N. m?s all? de sus modos repentinos tendr?a que llevarnos a todos a valorar su persona, a subrayar sus aspectos m?s positivos, que los ten?a y muchos, y a resaltar muchos detalles de su vida. Una vida que sin duda fue muy valiosa.
Quiz?s por ah? pueda empezar a verse este duro trance que no es s?lo de de?rrota y destrucci?n y quiz?s por ah? podamos abrir caminos a la esperanza.

A los que apreci?is el Evangelio, incluso a aquellos que no lo conoc?is, os ruego que esta celebraci?n os sirva para ahondar en una postura que os haga abra a la confianza.

Confianza en el valor de la vida, aunque esa vida incluya el duro trance de la muerte siempre fuerte.
Confianza en el apoyo del Padre, aunque nos cueste verlo, sabiendo que El tambi?n est? empe?ado en salir vencedor de este duro combate que es el de superar nuestra limitaci?n.
Confianza creyente reafirmando la certeza de que le importamos a Dios, porque somos de su familia.

En esta tarde quisi?ramos devolver un poco de paz a vuestro coraz?n atribulado como lo har?a Jes?s con cada uno de nosotros.
Quisi?ramos devolveros un poco de paz a todos los que form?is la familia de N. con la confianza de que ya se encuentra feliz formando parte de la gran familia del Padre, a la que todos un d?a llegaremos y de la que formaremos parte.

Publicado por verdenaranja @ 21:20  | Homil?as
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Art?culo publicado en la revista "Iglesia Nivariense", perteneciente a Nobviembre-Diciembre 2006, n? 69.


Un Reto y una Tarea


La cuesti?n de los dineros de la Iglesia siempre es un tema recurrente en el debate social y hasta eclesial. El sostenimiento material de la Iglesia para que pueda realizar su servicio de la Palabra, de los Sacramentos y del testimonio de la caridad es, ha sido y ser? siempre una responsabilidad de sus hijos y una obligaci?n nacida de las exigencias del mandamiento del amor que les vincula y une con su Se?or y Salvador. Las necesidades materiales ?o econ?micas? de la Iglesia, inherentes a la posibilidad del ejercicio de su misi?n, han sido siempre cubiertas por la generosidad de sus miembros, desde los mismos d?as de la comunidad de disc?pulos de Jes?s y de la primitiva comunidad cristiana hasta el d?a de hoy. Las formas en las que se ha prestado dicha ayuda han variado mucho a lo largo de las distintas etapas de su histo?ria. Pero el principio de la contribuci?n de los fieles ha permanecido inalterable como signo e instrumento de su comuni?n con la Iglesia.

El Gobierno y la Conferencia Episcopal Espa?ola acaban de ponerse de acuerdo en que el porcentaje de deducci?n del impuesto, que se paga en concepto de la renta de las personas f?sicas, a favor de la Iglesia Cat?lica, pase del 0'52 al 0'70 %, dejando el Estado de aportar cualquier complemento presupuestario propio a lo recaudado y exigiendo a la Iglesia el pago del impuesto conocido por el IVA cuando adquiera bienes que pertenezcan al ?mbito de las activida?des propias de su Magisterio, del Culto o la Liturgia y de la Caridad.

Los estados democr?ticos subvencionan en la actualidad las m?s variadas actividades que los ciudadanos puedan desarrollar en el terreno del deporte, de las artes, de la cultura, etc., a fin de que puedan ser sencillamente viables. ?Por qu? no las actividades relacionadas con la vida y actividad religiosa? El derecho a la libertad religiosa es un bien social que no s?lo ha de ser tole?rado, sino rectamente posibilitado y promovido.

Con ello no se resuelve, sin embargo, en su totalidad ?ni mucho menos!? el problema de lo que significan las necesidades reales de la financiaci?n de la Iglesia. Lo que se recauda por esta v?a de autofinanciaci?n de la Iglesia espa?ola, facilitada por el Estado, no sobrepasa el 30% de lo que implican sus necesidades pastorales, tanto en lo personal como en lo funcional y estructural. En la Di?cesis Nivariense estamos un poco por encima de la media nacional, concretamente en un 32,49% del presupuesto de 2006 gracias al casi 24% de cruces asignadas a la Iglesia en la declara?ci?n de la renta. La solidaridad activa de los cat?licos canarios contin?a siendo impres?cindible y no debe decaer ni en su volumen material, ni en su intensidad espiritual.

Al lado de la colaboraci?n por la v?a de la deducci?n del impuesto sobre la renta, propiciada por el Estado, y que no cuesta nada al contribuyente, es preciso seguir ofreciendo la generosa aportaci?n ordinaria y perseverante de todos los fieles y dem?s personas que valoren la misi?n de la Iglesia Cat?lica, en la medida de sus posibilidades ???sta s? cuesta!?, como fruto de la caridad eclesial y del amor fraterno que nos une.

En este sentido, en nuestra Iglesia de S. Crist?bal de La laguna, tras seis a?os de vigencia, ha sido actualizada la normativa sobre la cooperaci?n de los fieles al sostenimiento econ?mico de la Iglesia para el mejor desarrollo y cumplimiento de su misi?n. Igualmente, tanto los vicarios generales corno el ec?nomo y vice-ec?nomo est?n visitando los distintos arciprestazgos a fin de ir dando a conocer la nueva normativa. Adem?s, el Consejo Diocesano de Pastoral de este mismo mes abordar? esta importante y compleja cuesti?n.
Todas, en definitiva, son acciones para irnos haciendo m?s conscientes de este reto y tarea que ahora inicia una nueva etapa. Esta es la hora de los cat?licos conscientes. La hora de, entre todas y todos, mantener la amplia misi?n de la Iglesia en estas islas y estos mares.

Mi?rcoles, 15 de noviembre de 2006
15 noviembre 2006 ZENIT publica la intervenci?n de Benedicto XVI en la audiencia general del mi?rcoles 15 de Noviembre dedicada a seguir profundizando en la persona del ap?stol san Pablo, en especial, en su ense?anza sobre el Esp?ritu Santo. El tema escogido fue: ?El Esp?ritu de nuestros corazones?.

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy, al igual que en las dos catequesis precedentes, volvemos a hablar de san Pablo y de su pensamiento. Nos encontramos ante un gigante no s?lo a nivel del apostolado concreto, sino tambi?n a nivel de la doctrina teol?gica, extraordinariamente profunda y estimulante. Despu?s de haber meditado en la ?ltima ocasi?n en lo que escribi? Pablo sobre el puesto central que ocupa Jesucristo en nuestra vida de fe, veamos hoy lo que nos dice sobre el Esp?ritu Santo y sobre su presencia en nosotros, pues tambi?n en esto el ap?stol tiene algo muy importante que ense?arnos.

Sabemos lo que nos dice san Lucas sobre el Esp?ritu Santo en los Hechos de los Ap?stoles, al describir el acontecimiento de Pentecost?s. El Esp?ritu pentecostal imprime un empuje vigoroso para asumir el compromiso de la misi?n para testimoniar el Evangelio por los caminos del mundo. De hecho, el libro de los Hechos de los Ap?stoles narra toda una serie de misiones realizadas por los ap?stoles, primero en Samaria, despu?s en la franja de la costa de Palestina, como ya record? en un precedente encuentro del mi?rcoles. Ahora bien, san Pablo, en sus cartas, nos habla del Esp?ritu tambi?n desde otro punto de vista. No se limita a ilustrar s?lo la dimensi?n din?mica y operativa de la tercera Persona de la Sant?sima Trinidad, sino que analiza tambi?n su presencia en la vida del cristiano, cuya identidad queda marcada por ?l. Es decir, Pablo reflexiona sobre el Esp?ritu mostrando su influjo no solamente sobre el actuar del cristiano sino sobre su mismo ser. De hecho, dice que el Esp?ritu de Dios habita en nosotros (Cf. Romanos 8, 9; 1 Corintios 3,16) y que ?Dios ha enviado a nuestros corazones el Esp?ritu de su Hijo? (G?latas 4, 6). Para Pablo, por tanto, el Esp?ritu nos penetra hasta en nuestras profundidades personales m?s ?ntimas. En este sentido, estas palabras tienen un significado relevante: ?La ley del esp?ritu que da la vida en Cristo Jes?s te liber? de la ley del pecado y de la muerte? Pues no recibisteis un esp?ritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un esp?ritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ?Abb?, Padre!? (Romanos 8, 2.15), dado que somos hijos, podemos llamar ?Padre? a Dios. Podemos ver, por tanto, que el cristiano, incluso antes de actuar, posee ya una interioridad rica y fecunda, que le ha sido entregada en los sacramentos del Bautismo y de la Confirmaci?n, una interioridad que le introduce en una relaci?n objetiva y original de filiaci?n en relaci?n con Dios. En esto consiste nuestra gran dignidad: no somos s?lo imagen, sino hijos de Dios. Y esto constituye una invitaci?n a vivir nuestra filiaci?n, a ser cada vez m?s conscientes de que somos hijos adoptivos en la gran familia de Dios. Es una invitaci?n a transformar este don objetivo en una realidad subjetiva, determinante para nuestra manera de pensar, para nuestro actuar, para nuestro ser. Dios nos considera hijos suyos, pues nos ha elevado a una dignidad semejante, aunque no igual, a la del mismo Jes?s, el ?nico que es plenamente verdadero Hijo. En ?l se nos da o se nos restituye la condici?n filial y la libertad confiada en nuestra relaci?n con el Padre.

De este modo descubrimos que para el cristino el Esp?ritu ya no es s?lo el ?Esp?ritu de Dios?, como se dice normalmente en el Antiguo Testamento y como repite el lenguaje cristiano (Cf G?nesis 41, 38; ?xodo 31, 3; 1 Corintios 2,11.12; Filipenses 3,3; etc.). Y no es tan s?lo un ?Esp?ritu Santo?, entendido gen?ricamente, seg?n la manera de expresarse del Antiguo Testamento (Cf. Isa?as 63, 10.11; Salmo 51, 13), y del mismo juda?smo en sus escritos (Qumr?n, rabinismo). Es propia de la fe cristiana la confesi?n de una participaci?n de este Esp?ritu en el Se?or resucitado, quien se ha convertido ?l mismo en ?Esp?ritu que da vida? (1 Corintios 15, 45). Precisamente por este motivo san Pablo habla directamente del ?Esp?ritu de Cristo? (Romanos 8, 9), del ?Esp?ritu del Hijo? (G?latas 4, 6) o del ?Esp?ritu de Jesucristo? (Filipenses 1, 19). Parece como si quisiera decir que no s?lo Dios Padre es visible en el Hijo (Cf. Juan 14, 9), sino que tambi?n el Esp?ritu de Dios se expresa en la vida y en la acci?n del Se?or crucificado y resucitado.

Pablo nos ense?a tambi?n otra cosa importante: dice que no puede haber aut?ntica oraci?n sin la presencia del Esp?ritu en nosotros. De hecho, escribe: ?El Esp?ritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos c?mo pedir para orar como conviene; mas el Esp?ritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables, y el que escruta los corazones conoce cu?l es la aspiraci?n del Esp?ritu, y que su intercesi?n a favor de los santos es seg?n Dios? (Romanos 8, 26-27). Es como decir que el Esp?ritu Santo, es decir, el Esp?ritu del Padre y del Hijo, se convierte como en el alma de nuestra alma, la parte m?s secreta de nuestro ser, de la que se eleva incesantemente hacia Dios un movimiento de oraci?n, del que no podemos ni siquiera precisar los t?rminos. El Esp?ritu, de hecho, siempre despierto en nosotros, suple nuestras carencias y ofrece al Padre nuestra adoraci?n, junto con nuestras aspiraciones m?s profundas. Obviamente esto exige un nivel de gran comuni?n vital con el Esp?ritu. Es una invitaci?n a ser cada vez m?s sensibles, m?s atentos a esta presencia del Esp?ritu en nosotros, a transformarla en oraci?n, a experimentar esta presencia y a aprender de este modo a rezar, a hablar con el Padre como hijos en el Esp?ritu Santo.

Hay, adem?s, otro aspecto t?pico del Esp?ritu que nos ha ense?ado san Pablo: su relaci?n con el amor. El ap?stol escribe as?: ?La esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Esp?ritu Santo que nos ha sido dado? (Romanos 5, 5). En mi carta enc?clica ?Deus caritas est? citaba una frase sumamente elocuente de san Agust?n: ?Ves la Trinidad si ves el amor? (n?mero 19), y luego explicaba: ?el Esp?ritu es esa potencia interior que armoniza su coraz?n [de los creyentes] con el coraz?n de Cristo y los mueve a amar a los hermanos como ?l los ha amado? (ib?dem). El Esp?ritu nos pone en el ritmo mismo de la vida divina, que es vida de amor, haci?ndonos participar personalmente en las relaciones que se dan entre el Padre y el Hijo. Es sumamente significativo que Pablo, cuando enumera los diferentes elementos de los frutos del Esp?ritu, menciona en primer lugar el amor: ?El fruto del Esp?ritu es amor, alegr?a, paz, etc.? (G?latas 5, 22). Y, dado que por definici?n el amor une, el Esp?ritu es ante todo creador de comuni?n dentro de la comunidad cristiana, como decimos al inicio de la misa con una expresi?n de san Pablo: ?? la comuni?n del Esp?ritu Santo [es decir, la que por ?l act?a] sea con todos vosotros? (2 Corintios 13,13). Ahora bien, por otra parte, tambi?n es verdad que el Esp?ritu nos estimula a entablar relaciones de caridad con todos los hombres. De este modo, cuando amamos dejamos espacio al Esp?ritu, le permitimos expresarse en plenitud. Se comprende de este modo el motivo por el que Pablo une en la misma p?gina de la carta a los Romanos estas dos exhortaciones: ?Sed fervorosos en el Esp?ritu? y ?No devolv?is a nadie mal por mal? (Romanos 12, 11.17).

Por ?ltimo, el Esp?ritu, seg?n san Pablo, es un anticipo generoso que el mismo Dios nos ha dado como adelanto y al mismo tiempo garant?a de nuestra herencia futura (Cf. 2 Corintios 1,22; 5,5; Efesios 1,13-14). Aprendamos, de este modo, de Pablo que la acci?n del Esp?ritu orienta nuestra vida hacia los grandes valores del amor, de la alegr?a, de la comuni?n y de la esperanza. A nosotros nos corresponde hacer cada d?a esta experiencia, secundando las sugerencias interiores del Esp?ritu, ayudados en el discernimiento por la gu?a iluminante del ap?stol.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit. Al final de la audiencia, el Santo Padre salud? a los peregrinos en varios idiomas. En espa?ol, dijo:]

Queridos hermanos y hermanas:
La ense?anza de san Pablo sobre el Esp?ritu Santo considera no s?lo su dimensi?n din?mica y operativa que impulsa a la acci?n, sino tambi?n su presencia y su influjo sobre el ?ser? mismo del cristiano, que caracteriza su identidad m?s profunda. En efecto, el cristiano ha recibido el esp?ritu de hijo adoptivo que lo pone en relaci?n objetiva y original con Dios. Por otra parte, el Ap?stol explica tambi?n que no existe verdadera oraci?n sin la presencia del Esp?ritu en nosotros, que suple nuestra debilidad para pedir como conviene.

Pablo menciona el amor como primer fruto del Esp?ritu Santo, ya que ?l nos introduce en la misma vida divina, que es amor. Al mismo tiempo, puesto que el amor une, el Esp?ritu Santo es creador de comuni?n en la comunidad cristiana y en la relaci?n con todos los hombres. Para Pablo, el Esp?ritu Santo es un don de Dios como garant?a de la herencia futura. Su acci?n orienta nuestra vida hacia los grandes valores del amor, de la alegr?a, de la comuni?n y de la esperanza.

Saludo cordialmente a los visitantes de lengua espa?ola. En especial a los fieles de diversas parroquias de M?xico y a la delegaci?n de la Academia Militar de la Armada Ecuatoriana, as? como a los dem?s peregrinos de Espa?a y Latinoam?rica. Os animo a ser d?ciles a la acci?n del Esp?ritu Santo, que infunde el amor en los corazones para que pod?is identificaros cada vez m?s con Cristo nuestro Se?or.

?Muchas gracias por vuestra visita!

[? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

Publicado por verdenaranja @ 23:49  | Habla el Papa
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15 Nov. 06 (ACI).- Despu?s de haber meditado la semana pasada sobre lo que San Pablo escribi? acerca del lugar central que el Se?or Jes?s ocupa en la vida de fe, el Papa Benedicto XVI medit? hoy sobre lo que ense?a del Esp?ritu Santo, resaltando que para el Ap?stol la tercera persona de la Sant?sima Trinidad influye no solo sobre la acci?n del cristiano sino sobre su mismo ser.

?San Pablo, en sus cartas no se limita a explicar solamente la dimensi?n din?mica y operativa de la tercera persona de la Sant?sima Trinidad, sino que analiza su presencia en la vida del cristiano, que caracteriza su identidad m?s profunda. En otros t?rminos, Pablo reflexiona sobre el Esp?ritu mostrando su influjo no solamente sobre el actuar del cristiano sino sobre su mismo ser", dijo el Santo Padre durante la Audiencia General en la Plaza de San Pedro.

El Pont?fice record? las palabras de Pablo: "No hab?is recibido un esp?ritu de esclavos para recaer en el miedo, hab?is recibido un esp?ritu de hijos adoptivos", y subray? que "el cristiano posee, incluso antes de actuar, una vida interior rica y fecunda que le hace establecer una relaci?n filial con Dios. Nuestra dignidad m?s grande es la de ser no solo imagen, sino hijos de Dios" y este hecho "nos invita a transformar este don objetivo en una realidad subjetiva determinante para nuestra forma de pensar, de actuar, de ser".

M?s adelante, el Papa resalt? que "Pablo nos ense?a tambi?n que no existe una oraci?n verdadera sin la presencia del Esp?ritu Santo, que es como el alma de nuestra alma, la parte m?s secreta de nuestro ser, desde donde se eleva a Dios incesantemente una oraci?n".

"Otro aspecto t?pico del Esp?ritu Santo ?continu? es su conexi?n con el amor. El Esp?ritu Santo nos introduce en el ritmo de la vida divina, que es vida de amor y como por definici?n el amor une, esto significa ante todo que el Esp?ritu es creador de comuni?n dentro de la comunidad cristiana".

Al final de su meditaci?n, el Papa dijo que el Esp?ritu ?es un don de Dios como garant?a de nuestra herencia futura" y "su acci?n orienta nuestra vida hacia los grandes valores del amor, de la alegr?a, de la comuni?n y de la esperanza".

Concluida su catequesis, el Santo Padre salud? a los visitantes de lengua espa?ola, en especial a los fieles de diversas parroquias de M?xico y a la delegaci?n de la Academia Militar de la Armada Ecuatoriana, as? como a los dem?s peregrinos de Espa?a y Latinoam?rica. ?Os animo a ser d?ciles a la acci?n del Esp?ritu Santo, que infunde el amor en los corazones para que pod?is identificaros cada vez m?s con Cristo nuestro Se?or?, concluy?.

Publicado en EL D?A, mi?rcoles 15 de Noviembre, en el apartado "Criterios", escrito por el Padre Fernando Lorente, o.h.


Luz en el Camino Fernando Lorente, o.h. *


Los setenta, ochenta y m?s a?os


ESTAS FECHAS SUCESIVAS son muy propicias para detenerse a reflexionar meditar. Y lo primero sea aceptar, tal vez, que vamos entrando en el declive casi progresivamente, o sin casi, de la vida. Porque, las fuerzas ya no nos responden como en otros tiempos. Nuestra capacidad de trabajo, nuestra vitalidad y salud, por m?s que nos empe?emos, comienzan a resentirse. Uno siente que algo irrecuperable se va perdiendo, sobre todo cuando somos sorprendido por una trombosis, angina de pecho, u otros trastornos preocupantes del grado que sean. Por otra parte, estos per?odos de vida nos vienen descubriendo, sin enga?o, nuestras posibilidades y limitaciones y nos ayudan a ver ahora la existencia con m?s realismo y verdad.

Ha llegado el momento de reconocer y aceptar humildemente el proceso de nuestra caducidad, m?s o menos lenta, y proclamar a Dios con el salmista: "Me concediste un palmo de vida? el hombre no dura m?s que un soplo y pasa como una sombra". Nuestra vida va pasando r?pidamente. Hemos rebasado ampliamente, bastante m?s de la mitad del recorrido de nuestra existencia. ?Qu? nos espera en adelante? ?El desmoronamiento y deterioro? ?La madurez y plenitud final?

Para la persona creyente ?ste puede ser el momento de la sabidur?a y la confianza total, invocando con el salmista: "Se?or, dame a conocer la medida de mis a?os, para que comprenda lo caduco que soy.. Y ahora, Se?or, ?qu? me aguarda? T? eres mi confianza y esperanza total". Posiblemente, s?lo ahora comenzamos a percibir que nuestra trayectoria por la vida encierra un sentido m?s profundo que todo lo que hemos hecho o dejado de hacer a lo largo de los a?os. Y esto viene a convencernos de que lo importante ha sido y ser? el amor de ese Dios que dirige nuestra vida y la cuida desde dentro. S?lo en torno a su gracia se va tejiendo nuestra verdadera existencia por m?s que sintamos el avance imparable de la vejez.

Este tiempo nos hace ver tambi?n que m?s all? del desgaste, est? la confianza y el abandono incondicional en sus manos. M?s all? de todo lo que vamos perdiendo en el camino est? la fe en la promesa de Cristo: "El que pierda su vida por m?, la encontrar?". Esta es la hora dichosa de seguir caminando con paz y esperanza. Sin ingenuidades enga?osas ni f?ciles arrebatos. Sin prisas ni protagonismo. Con una comprensi?n creciente hacia todo y con mucha confianza. Paso a paso, dejando que Dios nos vaya madurando m?s desde el interior de la vida ordinaria de cada d?a. Para mantenerse y vivir hacia esta meta, que observaba en un religioso dominico cuando ya estaba comenzando a vivir el primer per?odo de edad, con que titulamos este art?culo, y yo gozaba de la fuerza de la juventud madura en la vida religiosa, ofrezco los siguientes consejos que recib? de ?l y tanto me est?n ayudando y espero que sea lo mismo a los lectores de este espacio:

-"Mantener los ideales que valen m?s que la vida. -Mirar y aprovechar la vejez como la etapa culminante de la vida. Es, ciertamente, la m?s d?bil, pero la m?s asistida por Dios. -No lamentar los males. Procurar sobrellevarlos con noble y hasta con sonriente se?or?o. Son la ?ltima y la m?s rica oportunidad. -Vivir gozosamente con conciencia varonil. Rehuir de las flaquezas, las exigencias y los caprichos que son propios de la ni?ez ego?sta. Todo menos ser viejos ni?os con esta tendencia. -Siempre son j?venes aqu?llos que viven esperanzados en ideales eternos, que es el camino de la fraternidad, el que siempre nos lleva hacia Dios".

Cumpliendo con este esp?ritu los 70, 80 y m?s a?os, no es sentir que la vida se escapa, sino que son momentos cuando la vida puede ir creciendo m?s libremente hacia su plenitud. Cada experiencia dulce o amarga, cada logro grande o peque?o, cada pecado notable o mediocre, va ocupando su verdadero lugar. En el horizonte y al final de todo nos espera: la ternura y al amor insondable de Dios. ?Con qu? esperanza mayor podemos terminar, por m?s que sumen los a?os, nuestra existencia en la tierra?

* Capell?n de la Cl?nica S. Juan de Dios

Publicado por verdenaranja @ 22:51  | Espiritualidad
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Publicado en la hoja de difusi?n parroquial "Como las Hormigas" de Santa Rita de Punta Brava del Puerto de la Cruz por el padre Antonio Mar?a H?rn?ndez.

EJEMPLOS QUE NOS AYUDAN, TRA?DOS DE AQU? Y DE ALL?


C?mo satisfacer su hambre los locos.

Un predicador cont? desde el p?lpito el siguiente hecho, referido ya por San Bernardo: ?Vi en cierta ocasi?n a muchos hombres que se conduc?an como locos: uno se llenaba la boca de arena y la mascaba; otro corr?a con la boca abierta para devorar el viento; el tercero se pon?a encima del humo para engullirlo: el cuarto se lam?a con gran avidez los brazos y las manos. Otro, en fin hac?an locuras por el estilo. Todos estos hombres, atormentados
por un hambre indecible, ten?an los ojos cegajosos y los miembros espantosamente fla?cos?. ?Entend?is bien qui?nes son esos hombres? Son aqu?llos que se afanan por dar contento a su alma con cosas que no pueden mitigar su hambre. Uno, por ejemplo, quiere hallar la felicidad leyendo peri?dicos, novelas y cosas semejantes; el otro con frecuentes visitas a la taberna; el tercero asistiendo asiduamente a las diversiones, bailes, teatros, y dem?s placeres; el cuarto viajando sin cesar en tren, en autom?vil; el quinto cazando, y as? sucesivamente. Todo esto, empero, no puede ofrecer al hombre ning?n verdadero conten?to; pues as? como pan puede saciar el hambre del cuerpo, s?lo el Evangelio de Cristo puede mitigar el hambre de nuestra alma. Por esto dijo el Se?or: ?Quien viene a M?, no tendr? m?s hambre? (Juan VI, 35).

El libro de San Antonio Abad.

San Antonio Abad, conocido tambi?n por el Ermita?o, (t 356) fue preguntando una vez si en su soledad ten?a alg?n libro. El contest?: ?Tengo una gran libro siempre abierto ante mis ojos. La primera p?gina de ?l es la tierra con sus flores, plantas y animales de toda especie. La segunda p?gina es el mar inmenso. La tercera es la atm?sfera con sus innu?merables seres vivientes. La cuarta es el cielo con sus estrellas. Yo lo ojeo con gran frecuen?cia y admiro a Dios en sus obras?. La naturaleza es tambi?n un libro pintado, as? como la Sagrada Escritura un libro escrito, donde nosotros podemos leer la majestad de Dios.

El misterio de Uno y Tres.

San Agust?n paseaba por la playa pensando en el misterio de la Sant?sima Trini?dad y en c?mo explicarlo mejor con palabras. De s?bito interrumpi? su meditaci?n la vista de un hermoso ni?o solitario que jugaba en la playa, extrayendo agua del mar con una concha y ech?ndola en un hoyo que hab?a practicado en la arena.
-?Qu? est?s haciendo aqu?, peque?o?- pregunt? Agust?n.
-Voy a poner aqu? dentro toda el agua del mar.
Sonri? Agust?n y continu? su camino; pero enseguida se dio cuenta de que ?l estaba intentando algo m?s imposible a?n: meter en el m?sero agujero del entendimiento humano la inmensidad del misterio de Dios.
De vuelta en su casa, Agust?n se puso a escribir su famoso libro sobre la Sant?sima Tri?nidad. Dice en este libro que Dios es Amor y que, por lo tanto, ha de haber en Dios m?s de una persona; dice que el Padre y el Hijo se aman mutuamente y que este Amor que los une y procede de ellos, es el Esp?ritu Santo. Esto es lo m?s que podemos alcanzar nosotros sobre el misterio.

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Publicado en la hoja de difusión parroquial de Santa Rita de Punta Brava en el Puerto de la Cruz "Como las hormigas" por el Padre Antonio MaríaHernándedez

LA HONRADEZ POR ENCIMA DE TODO



Se cuenta que una vez un niño robaba en la escuela bolígrafos, cuadernos y hasta libros de sus compañeros, y como si fuera una cosa buena, se los llevaba a la madre y ella, lejos de corregirlo, aprobaba el robo. En otra ocasión robó un reloj y luego una pulsera, y luego una cartera con dinero y la madre también aceptó el robo. Así fueron pasando los años y el joven termino convirtiéndose en un ladrón muy peligroso. Por fin un día, cuando intentaba hasta matar a una anciana para robarle, le agarró la policía, le esposaron con las manos detrás y lo llevaron a la cárcel. Mientras tanto su madre, llorando, le seguía detrás sintiéndose culpable. Entonces el ladrón llamó a su madre para decirle algo al oído; pero al acercarse, el hijo, de una mordida le arrancó la oreja.

La madre dando un grito de dolor y reprendiendo su acción le dijo: hijo, no conforme con cometer tantos robos, encima ahora me hieres a mí, mordiéndome la oreja. A lo que el hijo le contestó: par tu culpa, madre, soy ahora un ladrón y voy a la cárcel. Si la primera vez que robé los libros en la escuela me hubieras corregido, hoy no sería un repugnante ladrón. Y termina la moraleja: «lo que no se corrige en la niñez, crece y se agranda después».

También se dice que la planta se endereza desde que es pequeña.

!Dios mío, Dios mío! Qué importancia tan grande tiene la educación en los primeros años. Dicen los psicólogos que el niño se empieza a educar desde un cuarto de hora antes de nacer. Dicen los padres respon¬sables, «que llore y patalee ahora mi hijo, para que no llore yo mas tarde». También se dice que el niño llora por una de los tres motivos siguientes:

1 - Porque tiene hambre, entonces hay que darle de comer.
2 - Porque está enfermo, en este caso llevarlo al médico.
3 - Por capricho. Entonces, que llore y chille, aunque moleste, porque el niño no tiene otra manera de llamar la atención y reclamar algo, que el llanto, y no digamos, si hay visita en la casa. Entonces más se extrema, para que le concedan todo, porque sabe que molesta y para quedar bien con los visitantes le dan todo lo que pida para que se calle. Entre tanto se van volviendo caprichosos y más tarde son soberbios y hasta tiranos y des-obedientes e ingobernables. La honradez se educa, como se educa el corazón.

Cuando uno tiene el sentido de la honradez, se crea en uno como una traba mental, como una alergia, a no quedarte nunca con lo ajeno. Recuerdo que una vez, fui a bendecir una casa y el dueño de la misma trabajaba en una empresa grande de construcción y después de bendecirla me dice: «y no me ha costado ni un euro los materiales». Los azulejos, el piso, la grifería, todo lo de la electricidad, las piezas del baño, excepto la bañera, que no le cabía en el coche, lo había robado en la empresa y encima lo contaba como una proeza. iQué pena que me lo dijo después de la bendición! Y entonces pensé, iCuántas cosas se habrán llevado en Santa Rita!, a pesar de tanta cámara. Un maestro que teníamos llamado don Elisio, que hace muchos años está disfrutando de la paz del cielo, nos inculcaba una y otra vez, la honradez. Nos decía que se empezaba robando un alfiler y cada vez más hasta que terminas en la cárcel.

SI ERES HONRADO DE VERDAD, NO TE IMPORTE QUE TE CRITIQUEN y hasta te levanten calumnias por todos los millones que «dicen» que han robado. Es muy fácil decir «ladrón», «ladrona». Para uno decir que una persona es ladrona, hay que tener pruebas, porque todos tenemos derecho a la buena fama. Siempre se presume la inocencia y la bondad de la persona. Para decir que una persona es culpable o mala hay que demostrarlo con pruebas. ¿No han oído nunca, fulanito de tal es presunto asesino? No obstante cuando es honrado de verdad aunque alguien lo ponga en duda, hay que estar tranquilos porque siempre la verdad al final triunfa, aunque algunas veces, desgraciadamente, se descubre la verdad después de muerto.

Yo tengo que darle gracias a mis padres y a aquel tal Don Elisio, porque eran muy duros a la hora de la educación, y tengo que dar las gracias por los castigos que me puso mi padre, cuando iba a robar peras o castañas o uvas, con los amigos, para que no terminara siendo un golfo o un ladrón «el día de mañana». Mi padre nos contaba que él había tenido diferentes trabajos y siempre salía con la cabeza en alto.

Recuerdo que una vez llegó mi padre a mi casa y vio encima de la mesa un montón de peras. Mi madre no estaba en esos momentos. Al entrar mi padre, sin más, preguntó, ¿dónde robaron esas peras? Le hizo cargar a mi hermano, el más viejo, el saco con las peras y nos hizo llevarlo a Barroso, caminando, unos 5 km., aproxi¬madamente. Llegamos a la casa del dueño del peral y delante del dueño le dijo a mi hermano que devolviera las peras y le pegó dos tortazos, añadiendo: tú eres el más viejo y deberías darle buen ejemplo a tu hermano y no hacerle cómplice de robo. A mi no pegó, porque era más pequeño. Esto no lo hemos olvidado jamás, ni yo, ni mi hermano. El dueño del peral le dijo a mi padre, que no sea tan duro y mi padre le contestó: esto son mis
hijos y déjeme educarlos como yo sé. No quiso coger ni una sola pera que aquel buen hombre le ofreció. «Pobres; pero honrados», le contestó mi padre. -iQué maravillosos padres puso Dios en mi vidal. Ya están los dos en el cielo y yo tengo que seguir honrándolos, desde aquí, donde me toca seguir luchando.

Se cuenta también de un padre que fue a robar naranjas a una finca y puso al hijo a acechar a ver si venía el dueño. El hijo se subió a un árbol para vigilar. En un momento dado, le dijo el padre al hijo, ¿nos está viendo alguien? Y el hijo le contesta: sí, papá. Te están viendo. El padre se puso todo nervioso y le volvió a preguntar, está muy lejos, y el hijo le volvió a responder, no papá, esta cerquita de ti. Más nervioso se puso y no sabia para donde tirar. El hijo volvió a decirle: sí, papá, te está viendo Dios desde el mismo momento que saltamos el muro para entrar a robar. Se cuenta que entonces el padre abrazó con lágrimas a su hijo y le dijo: jamás va a ocurrir esto. Jamás robaremos, ni un alfiler. Gracias hijo por la lección que hoy mismo me has dado. En la catequesis me enseñaron, que Dios está en todas partes y que conoce hasta nuestros deseos y pensamientos.

ES ÉL QUIEN NOS VA A JUZGAR Y TAMBIÉN NOS CONTROLA.- Por la avaricia del dichoso dinero, Judas se empeñó en traicionar al Maestro y obsesionado por recoger el premio convenido, ni escuchaba las indirectas que el Maestro le lanzaba, para ver si cambiaba. En una ocasión les dice: ¿No soy yo quien los he elegido? Sin embargo «uno de ustedes es un diablo». En otra ocasión les dijo, en la última cena: Esta noche «uno de ustedes me va a vender». Yen el mismo momento de la traición le vuelve a decir: «Judas, ¿Con un beso, vendes a tu Maestro?

Recuerdan ustedes en otra ocasión, cuando la Magdalena rompe el frasco del perfume y llena de fragancia toda la casa y Judas replica: hombre ¿Para qué este despilfarro? Este perfume es carísimo y se podía haber vendido, para que con el dinero ayudemos a los pobres. San Juan Evangelista pone la coletilla, que a Judas, lo que menos le importaban eran los pobres, sino que como era el tesorero robaba de la bolsa lo que ponían en ella. En aquel entonces no había un contable para llevar el control de entradas y de salidas, o de ingresos y gastos. Luego el Señor salió en defensa de la Magdalena diciendo: «Dejen en paz a esta buena mujer, lo que ha hecho es una buena obra y pobres los tendrán siempre».

Y FÍJENSE COMO ACABO JUDAS.- Encima no disfrutó del dinero, ni se lo recogieron. Tuvo que tirarlo y luego se ahorcó. Ese fue el triste final de un ladrón. El robo es como una droga. Una vez me comentaba una señora que cuando iba a comprar a un supermercado, siempre tenia que robar algo, aunque sea una lata de sardinas. Que si no robaba algo, no le sabía la compra.
También dice el refrán que tanto va el cántaro a la fuente que alguna vez se rompe. No tienen que robar nada. ¿Ustedes no se han dado cuenta de las horribles cantidades que han robado y roban personas que ya, de por si, tienen sueldos altos y personas de «corbata y de carrera universitaria», y con cargos muy importantes, que roban miles de millones, dígase: banqueros, ministros, presidentes, y otros que aceptan comisiones y sobornos escandalosos?

Me contaban de unos empleados de una gasolinera, en Cagua, de Venezuela, que se habían puesto de acuerdo y cambiaban hasta la numeración, para que aparecieran menos litros que los que realmente despacha¬ban. Se fueron engolosinando, hasta que los cogieron. Los expulsaron del trabajo por ladrones, sin derecho a nada y con la mancha negra en su expediente, de ser unos ladrones, uno de ellos no soportando tanta vergüenza, porque se sentía «fichado», terminó suicidándose.

CUANDO TE ACOSTUMBRES A SER HONRADO, TE SENTIRÁS INCAPAZ DE ROBAR LO MÁS MÍNIMO. Sentirás como una «alergia al robo». Tengo que darle mil veces las gracias a mis padres !Qué alegría siento al saber que he llegado a los años que tengo, desempeñando cargos muy delicados donde me ha tocado manejar hasta miles de millones de las antiguas pesetas y poder ir por cualquier parte con la cabeza bien alta y ahora mismo con todo lo que tengo bajo mi responsabilidad! La honradez, vale más que todo el oro del mundo, porque el ladrón, como el mentiroso sólo puede vivir de sus mentiras y de sus robos un par de años; pero el día que le descubran, hasta ahí llegó su aparente felicidad. iQué vergüenza para su familia!
NI ROBAR, NI TENER ENVIDIA DE LO QUE OTROS TIENEN.- iDios mío! En la actualidad cuántos robos, cuánta estafa, cuánto engaño. Hasta tal punto de clasificar los ladrones, en ladrones de primera clase, de se¬gunda, de traje y corbata, y pobres ladrones, que normalmente son los que están en la cárcel. !Cuántos terminan hasta matando para robar!

Vamos a poner aquí punto y final y simplemente decirles de experiencia con qué autoridad puede uno hablar de robos, estafas, sobornos, etc., cuando está respaldado por su honradez y la transparencia de toda una vida.

Antonio María Hernández y Hernández


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DI?CESIS NIVARIENSE
Delegaci?n de Misiones


La Laguna, a 9 de noviembre de 2006


Querido hermano/a en el Se?or:

Recibe un saludo cordial en nombre propio y del equipo que anima esta Delegaci?n. Te doy las gracias, interpretando el sentir de todos los misioneros, por la tarea de animaci?n misionera, especialmente en el DOMUND.

Te recuerdo que en torno a la Navidad se viene realizando, desde hace a?os, "SEMBRADORES DE ESTRELLAS", d?a inolvidable para los ni?os y quienes lo organizan. Felicitar con gratuidad, en nombre de los misioneros, la Navidad es un gesto sencillo de amor y de preocupaci?n por los m?s pobres. Es poner en medio de una sociedad consumista y opulenta la presencia de los que se entregan totalmente en los paises de misi?n. Como es tradicional en la zona Santa Cruz-Laguna se celebrar? el s?bado 16 de diciembre. Habr? que ponerse en contacto con la coordinadora de catequesis de estos lugares. En otros sitios se organizan por parroquias.

No nos olvidemos que en enero tenemos la cita de la Marcha y el Festival de la Canci?n Misionera; ser? en Candelaria el s?bado 20 de enero. Este a?o nos cae muy cerca de las fiestas navide?as y por ello habr? que motivar con mayor insistencia la participaci?n. El lema de Infancia Misionera para esta jornada ser?: "Ponte en camino... eres misionero" (si se va a participar en el Festival debemos tener en cuenta que la letra y m?sica de la canci?n han de ser in?ditas).Tan pronto como nos manden los materiales los haremos llegar. Si vas a organizar Sembr dores ,le Estrellas ponte en contacto con Alicia en la oficina (Obispado) de la Delegaci4n.

Sin otro particular recibe un abrazo fraterno. 1
Juan Manuel Vanes Marrero
Delegado f`

El p?rroco de Ntra. Sra. de los Remedios de Buenavista del Norte nos participa de un Curso de Lector Lit?rgico que se celebrar? en su parroquia del 21 al 24 de Noviembre.


Estimado p?rroco:
Adjunto tenemos a bien enviar notificaci?n relacionada con el I Curso de Lector Lit?rgico, que se va a celebrar en esta parroquia los d?as se?alados, a fin de que si a bien lo tiene, lo divulgue entre su feligres?a, por si hay alguna persona que se interese por este evento.
Buenavista del Norte, 11 de noviembre de 2006.
Atentamente,

Julio Ribot Rodr?guez
P?rroco de Los Remedios


CURSO DE LECTOR LIT?RGICO

Parroquia de Ntra Sra. de los Remedios


Tendr? lugar los d?as
21 Martes, 22 Mi?rcoles, 23 Jueves, 24 Viernes
del mes de Noviembre, en horas de 7,30 a 8,30
de la noche despu?s de la Santa Misa)


El curso ser? impartido por el padre jesuita Diego Mu?oz, misionero jesuita del Centro Misional San Juan de ?vila
de Montilla (C?rdoba)

El D?a del Mayor abri? el pasado domingo los principales actos populares y religiosos, que culminar?n el pr?ximo d?a 30, en honor de San Andr?s Ap?stol y Santa Luc?a. Las verbenas y las actividades l?dicas y deportivas destinadas a los vecinos del barrio marinero llenan un intenso calendario en noviembre.

(EL D?A, 14 - XI. J.D.M?NDEZ. Santa Cruz) La Comisi?n de Fiestas y la Asociaci?n Cultural Ibaute, junto a otros colectivos, han trabajado duro para que durante este mes de noviembre se disfruten en el barrio marinero los actos principales de los festejos en honor de San Andr?s Ap?stol y Santa Luc?a. El D?a del Mayor, celebrado con gran ?xito de participaci?n el pasado domingo, abri? los principales eventos de un mes cargado de actividades populares y religiosas destinadas a vecinos y visitantes.

San Andr?s tiene unas fiestas con mucha solera y durante todo el mes se van desgranando actos hasta llegar al d?a grande, que coincide con el 30 de noviembre, festividad de San Andr?s. Destaca que todos los grupos que actuar?n estos d?as son del propio barrio o bien de la zona de Anaga.

Entre los actos populares hay que rese?ar que entre el d?a 20 y el 26 habr? meriendas con sorpresas para los ni?os a partir de las 18:00 horas y se proyectar?n las pel?culas de las fiestas de a?os anteriores. El d?a 17 actuar?n los grupos folcl?ricos Payba y Los Majuelos; el 18 habr? f?tbol sala y el 19, domingo, ser? el turno del grupo folcl?rico Median?as y de Andr?s, cantante de la zona.

Entre el 20 y el 30 habr? actos todos los d?as. Desde carreras de sacos a concursos de dibujo pasando por bailes tradicionales como el de la silla o la escoba. Sin olvidar las actuaciones de grupos como el coreogr?fico y el de teatro Ibaute. Uno de los actos principales ser? la inauguraci?n el d?a 25, a las 11:00 horas, de la plaza que lleva el nombre del que fuera dirigente vecinal y concejal Antonio Cova Dom?nguez. Un marat?n de orquestas, t?teres, karaoke o el merengazo son otras de las atracciones para los residentes y visitantes de San Andr?s.

La culminaci?n de la fiesta llegar? el d?a 30 con la diana desde las ocho de la ma?ana, misa, posterior procesi?n, brindis con aperitivo, concurso de parrandas y la entrega de los trofeos deportivos.

En una zona donde gustan tanto los bailes populares como Anaga no pod?an faltar las verbenas, que comenzaron el pasado s?bado y seguir?n los d?as 18, 25, 29 y 30 de noviembre y 16 de diciembre. Las amenizar?n las orquestas Escuela del Amor, Sonora Olimpia, Los Concejales, Momento Tres y Sabrosos de Anaga.

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Martes, 14 de noviembre de 2006
Mensaje de Benedicto XVI con motivo de la 93? Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado que se celebrar? el 14 de enero. El tema de este a?o es

?La familia emigrante?.


Queridos hermanos y hermanas!
Con ocasi?n de la pr?xima Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado, con la mirada puesta en la Santa Familia de Nazaret, icono de todas las familias, querr?a invitarlos a reflexionar sobre la situaci?n de la familia emigrante. El evangelista Mateo narra que, poco tiempo despu?s del nacimiento de Jes?s, Jos? se vio obligado a salir de noche hacia Egipto llevando consigo al ni?o y a su madre, para huir de la persecuci?n del rey Herodes (cfr Mt 2, 13-15). Comentando esta p?gina evang?lica, mi venerado Predecesor, el Siervo de Dios Papa P?o XII, escribi? en 1952: "La familia de Nazaret en exilio, Jes?s, Mar?a y Jos?, emigrantes en Egipto y all? refugiados para sustraerse a la ira de un rey imp?o, son el modelo, el ejemplo y el consuelo de los emigrantes y peregrinos de cada ?poca y Pa?s, de todos los pr?fugos de cualquier condici?n que, acuciados por las persecuciones o por la necesidad, se ven obligados a abandonar la patria, la amada familia y los amigos entra?ables para dirigirse a tierras extranjeras" (Exsul familia, AAS 44, 1952, 649). En el drama de la Familia de Nazaret, obligada a refugiarse en Egipto, percibimos la dolorosa condici?n de todos los emigrantes, especialmente de los refugiados, de los desterrados, de los evacuados, de los pr?fugos, de los perseguidos. Percibimos las dificultades de cada familia emigrante, las penurias, las humillaciones, la estrechez y la fragilidad de millones y millones de emigrantes, pr?fugos y refugiados. La Familia de Nazaret refleja la imagen de Dios custodiada en el coraz?n de cada familia humana, si bien desfigurada y debilitada por la emigraci?n.

El tema de la pr?xima Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado ??La familia emigrante? ? se sit?a en continuidad con los de 1980, 1986 y 1993, y pretende acentuar ulteriormente el compromiso de la Iglesia no s?lo a favor del individuo emigrante, sino tambi?n de su familia, lugar y recurso de la cultura de la vida y principio de integraci?n de valores. Muchas son las dificultades que encuentra la familia del emigrante. La lejan?a de sus componentes y la frustrada reunificaci?n son a menudo ocasi?n de ruptura de los v?nculos originarios. Se establecen nuevas relaciones y nacen nuevos afectos; se olvida el pasado y los propios deberes, puestos a dura prueba por la distancia y la soledad. Si no se garantiza a la familia inmigrada una real posibilidad de inserci?n y participaci?n, es dif?cil prever su desarrollo arm?nico. La Convenci?n internacional sobre la protecci?n de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, entrada en vigencia el 1 de julio de 2003, pretende tutelar los trabajadores y trabajadoras emigrantes y los miembros de las respectivas familias. Se reconoce, por tanto, el valor de la familia tambi?n en lo que ata?e a la emigraci?n, fen?meno ahora estructural de nuestras sociedades. La Iglesia anima la ratificaci?n de los instrumentos legales internacionales propuestos para defender los derechos de los emigrantes, de los refugiados y de sus familias, y ofrece, en varias de sus Instituciones y Asociaciones, aquella advocacy que se hace cada vez m?s necesaria. Se han abierto, para tal fin, centros de escucha para emigrantes, casas para su acogida, oficinas de servicios para las personas y las familias, y se han puesto en marcha otras iniciativas para satisfacer las crecientes exigencias en este campo.

Actualmente, se est? trabajando mucho por la integraci?n de las familias de los inmigrantes, no obstante quede a?n tanto por hacer. Existen dificultades efectivas relacionadas con algunos "mecanismos de defensa" de la primera generaci?n inmigrada, que pueden llegar a constituir un obst?culo para una subsiguiente maduraci?n de los j?venes de la segunda generaci?n. Es por tanto necesario predisponer acciones legislativas, jur?dicas y sociales para facilitar dicha integraci?n. En estos ?ltimos tiempos ha aumentado el n?mero de mujeres que abandonan el Pa?s de origen en busca de mejores condiciones de vida, en pos de perspectivas profesionales m?s alentadoras. Pero no son pocas las mujeres que terminan siendo v?ctimas del tr?fico de seres humanos y de la prostituci?n. En las reunificaciones familiares las asistentes sociales, en particular las religiosas, pueden llevar a cabo un beneficioso servicio de mediaci?n, digno de una creciente valorizaci?n.

En cuanto al tema de la integraci?n de las familias de los inmigrantes, siento el deber de llamar la atenci?n sobre las familias de los refugiados, cuyas condiciones parecen empeorar con respecto al pasado, tambi?n por lo que ata?e a la reunificaci?n de los n?cleos familiares. En los territorios destinados a su acogida, junto a las dificultades log?sticas, y personales, asociadas a los traumas y el estr?s emocional por las tr?gicas experiencias vividas, a veces se suma el riesgo de la implicaci?n de mujeres y ni?os en la explotaci?n sexual como mecanismo de supervivencia. En estos casos, es necesaria una atenta presencia pastoral que, adem?s de prestar asistencia capaz de aliviar las heridas del coraz?n, ofrezca por parte de la comunidad cristiana un apoyo capaz de restablecer la cultura del respeto y redescubrir el verdadero valor del amor. Es preciso animar, a todo aquel que est? destruido interiormente, a recuperar la confianza en s? mismo. Es necesario, en fin, comprometerse para garantizar los derechos y la dignidad de las familias, y asegurarles un alojamiento conforme a sus exigencias. A los refugiados se les pide que cultiven una actitud abierta y positiva hacia la sociedad que los acoge, manteniendo una disponibilidad activa a las propuestas de participaci?n para construir juntos una comunidad integrada, que sea "casa com?n" de todos.

Entre los emigrantes existe una categor?a que debemos considerar de forma especial: los estudiantes de otros Pa?ses, que se hallan lejos de su hogar, sin un adecuado conocimiento del idioma, a veces carentes de amistades, y a menudo dotados con becas insuficientes. Su condici?n se agrava cuando se trata de estudiantes casados. Con sus Instituciones, la Iglesia se esfuerza por hacer menos dolorosa la ausencia del apoyo familiar de estos j?venes estudiantes, ayud?ndolos a integrarse en las ciudades que les reciben, poni?ndolos en contacto con familias dispuestas a acogerles y a facilitar el conocimiento rec?proco. Como he dicho en otra ocasi?n, la ayuda a los estudiantes extranjeros es "un importante campo de acci?n pastoral. Sin lugar a dudas, los j?venes que por motivos de estudio abandonan el propio Pa?s se enfrentan a numerosos problemas, sobre todo al riesgo de una crisis de identidad" (L?Osservatore Romano, 15 de diciembre de 2005).

Queridos hermanos y hermanas, pueda la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado convertirse en una ocasi?n ?til para sensibilizar las comunidades eclesiales y la opini?n p?blica acerca de las necesidades y problemas, as? como de las potencialidades positivas, de las familias emigrantes. Dirijo de modo especial mi pensamiento a quienes est?n comprometidos directamente con el vasto fen?meno de la migraci?n, y aquellos que emplean sus energ?as pastorales al servicio de la movilidad humana. La palabra del ap?stol Pablo: "caritas Christi urget nos" (2 Co 5, 14) los anime a donarse, con preferencia, a los hermanos y hermanas m?s necesitados. Con estos sentimientos, invoco sobre cada uno la divina asistencia, y a todos imparto con cari?o una especial Bendici?n Apost?lica.

Vaticano, 18 de octubre de 2006

BENEDICTUS PP. XVI

[Traducci?n del original italiano distribuida por la Santa Sede
? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

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Mensaje a los capellanes castrenses y personal de las Fuerzas Armadas y de seguridad, dado al t?rmino del Congreso de Obispos militares de todo el mundo (27 de octubre de 2006)

Queridos capellanes:

1. A Uds. y a quienes forman parte de la Iglesia castrense les deseamos la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre y del Se?or Jesucristo (cfr. 1 Cor. 1,3).

2. Los saludamos, nosotros los Obispos encargados por la Iglesia Cat?lica de la asistencia espiritual a los militares, reunidos en Roma en estos d?as, llamados por el Papa Benedicto XVI, junto al sepulcro del Ap?stol Pedro, para conmemorar el vig?simo aniversario de la promulgaci?n por Su Santidad, el Siervo de Dios Juan Pablo II, de la Constituci?n apost?lica ?Spirituali Militum Curae? (21 de abril de 1986). Mediante ella, el Sucesor de Pedro transform? los servicios de asistencia pastoral al mundo militar en estructuras eclesi?sticas asimiladas a Di?cesis o Iglesias particulares dentro de cada una de las naciones, a fin de promover m?s adecuadamente el impulso misionero y la renovaci?n cristiana propugnados por el Concilio Vaticano II.

3. Damos gracias a Dios por la clarividencia y el valor que entonces caracterizaron a Juan Pablo II, que no solamente mantuvo, sino que potenci?, la asistencia pastoral a un grupo social y un ?mbito como el militar, llamado a vivir en condiciones peculiares y en circunstancias humanas frecuentemente aisladas y no favorables para la fe.

4. El Papa, con su autoridad, reafirm? ante todo, la necesidad de atender espiritualmente a la profesi?n militar, reconocida como instrumento leg?timo para la seguridad y la libertad de los pueblos y para el mantenimiento de la paz mediante la justicia y el perd?n. Juan Pablo II constituy? los Ordinariatos militares o castrenses como testigos y servidores del evangelio de Jesucristo para los militares y restantes miembros de este ?mbito, dadas las peculiaridades de su vida y ?el com?n sentir de la sociedad de nuestro tiempo respecto a la naturaleza y funci?n de las Fuerzas Armadas en la convivencia de los hombres? (Constituci?n S. M. C., pre?mbulo).

5. En este quinto Congreso Internacional, conmemorativo de la referida Constituci?n apost?lica, hemos verificado con gratitud el acierto de aquella decisi?n del Papa Juan Pablo II en 1986, y examinado el camino desde entonces recorrido para su aplicaci?n, que resulta ser preferentemente positivo. Y hemos reflexionado con gran inter?s sobre los nuevos desaf?os y exigencias, sinti?ndonos urgidos a ofrecer, junto a todos los miembros de la gran familia militar, respuestas adecuadas a este tiempo.

Como dice Su Santidad Benedicto XVI en el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este a?o: ?Tanto a los Ordinarios Militares como a sus capellanes va mi est?mulo a mantenerse, en toda situaci?n y ambiente, fieles evangelizadores de la verdad de la paz?.

6. Nuestro coraz?n ahora se vuelve hacia nuestros Capellanes, que han aceptado la misi?n de evangelizar el mundo militar, y que viven y trabajan cotidianamente entre soldados, oficiales y familias, especialmente entre j?venes que constituyen la gran mayor?a, dando testimonio de esperanza y viviendo con ellos en comunidad de fe y de caridad. A todos los alentamos con nuestro afecto a continuar esta obra, en condiciones a veces muy dif?ciles. Y deseamos vivamente que el Se?or Jes?s suscite vocaciones entre nuestros fieles.

7. Los Capellanes castrenses son el coraz?n de la evangelizaci?n dentro de las Fuerzas Armadas y la imagen viva del Buen Pastor en ellas. En efecto: anuncian el Evangelio, educan en la fe, inician en la oraci?n, celebran los Sacramentos (alientan y gu?an la vocaci?n laical), dan raz?n de la esperanza cristiana y acompa?an humanamente a los soldados en las circunstancias que a ?stos les corresponde vivir. Ciertamente estos presb?teros, con numerosos di?conos, religiosos y laicos, prestan un servicio y ofrecen un testimonio, desde los Ordinariatos militares, que han sido y son preciosos. Y en modo alguno, superfluos en nuestro tiempo.

8. En no pocas de nuestras naciones, los Ordinarios militares, con sus Capellanes, ejercen tambi?n con gran fruto la responsabilidad pastoral sobre el personal policial y sobre otro personal perteneciente a entidades del bien p?blico, en atenci?n asimismo a las peculiaridades y exigencias de estos otros ?mbitos de vida.

9. Son muchos los cat?licos que, desde su dedicaci?n a la profesi?n militar, proclaman con sencillez y lealtad, su fe en Jesucristo en el respeto a toda otra leg?tima convicci?n religiosa. Apreciamos grandemente a todos los no cat?licos que, desde esta misma profesi?n y seg?n su propia conciencia, contribuyen a la construcci?n de la paz y a la reconciliaci?n entre los pueblos.

10. Por todo ello, damos gracias a Dios con Uds., por los dones divinos que hemos recibido en medio de los soldados y agentes de seguridad, servidores de quienes destacamos su generosidad y entrega, muchas veces heroica. Y con ustedes doblamos hoy nuestras rodillas ante Dios Padre, pidiendo que nos fortalezca con su Esp?ritu, nos cimiente en el amor y avive nuestra confianza en Jesucristo que ha venido, viene y vendr? (cfr. Ef 3,14 y ss).

Que ante ?l, interceda por nosotros y nuestros fieles la Sant?sima Virgen Mar?a, Madre del Se?or y Madre nuestra, Reina de la Paz.

Los Obispos Castrenses del mundo reunidos en Roma
27 de octubre del a?o 2006.

Publicado por verdenaranja @ 22:41  | Hablan los obispos
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Carta pastoral de monse?or Joaqu?n Pi?a,
obispo em?rito de Puerto Iguaz?
- 12 de noviembre de 2006 -

SANTOS M?RTIRES DE LAS MISIONES


Hermanos y amigos:

El pr?ximo viernes es la Fiesta de los Santos M?rtires de las Misiones, Roque Gonz?les de Santa Cruz, Alonso Rodr?guez y Juan del Castillo.

Cuando en 1988 visit? el Paraguay el Papa Juan Pablo II, los ?Canoniz?. Que quiere decir que nos los propuso como modelo e intercesores delante de Dios.

En aquel entonces, les escrib? una Carta Pastoral, en la que se?alaba algunos puntos que nos podr?an llevar a la reflexi?n. Hoy me quiero fijar s?lo en un aspecto, el de su martirio. El sacrificio, la entrega total de su vida, su sangre derramada, unida a la de Cristo. Porque los a?os me han ido ense?ando, cada vez m?s, lo que ya dec?a San Pablo, que ?sin sangre derramada, no hay redenci?n?.

Es decir que, no vamos a ser aut?nticos cristianos, disc?pulos de Jes?s, sin recorrer, al menos un poco, el camino que ?l recorri?. Es lo que decimos el ?misterio pascual?, que resume toda la vida de Jes?s: Su muerte y su resurrecci?n.

Claro que se puede morir de diferentes maneras. A los m?rtires les quitaron la vida, (para abrirles las puertas de la celestial), con un solo golpe de ?itatiz?, (un acha de piedra que usaban los indios. Hoy ser?a con un tiro, o con un accidente provocado, como el caso Angellelli)

Otras veces nos la quitar?n de a poco. Puede ser un martirio prolongado. Hay distintas formas de dar la vida, pero todas incluyen esto tan esencial, y que nos identifica con Cristo, que es el dolor.

Yo les puedo decir que he sido muy feliz en mi vida. Jam?s me arrepent? de mi vocaci?n. Nuestro Se?or me ha hecho muchos regalos; y he recibido de la gente mucha comprensi?n y cari?o. Estoy seguro de que me han valorado en mucho m?s de lo que soy. (Me refiero, en particular, a lo que ha ocurrido al final de mi ministerio, al dejar mi cargo al frente de la Di?cesis de Yguaz?)

Pero, como dicen en mi tierra, ?la procesi?n va por dentro?.

Feliz, pero sufriendo, en todas las etapas de mi vida... Aunque no me quejo, ni me arrepiento, porque esto es lo que m?s me acerc? a Jes?s. No podemos seguir coronados de rosas, como dec?a una Santa, a un Se?or que muri? coronado de espinas.

Claro que no somos doloristas. Porque somos hombres de fe, y sabemos que la vida de Cristo, -?y de los cristianos!-, no termina con la muerte, sino en la resurrecci?n.

Como ha sido con todos nuestros grandes modelos. Por esto he querido empezar evocando a nuestros M?rtires de las Misiones. Pero no son los ?nicos. En la Capilla San Roque Gonz?les, en Asunci?n, (donde se conserva su coraz?n incorrupto), hay una l?pida de m?rmol blanco, en la que est?n grabados los nombres de otros 30 m?rtires jesuitas de las Misiones.

Yo he conocido a otros muchos. ?jesuitas y no jesuitas-, que fueron modelos para m?. Uno de ellos, Lucho Espinal, en Bolivia. Pienso en el que fue nuestro Superior General, Pedro Arrupe, (?y lo que sufri?!) Y en nuestro Obispo M?rtir, Enrique Angellelli, y Monse?or Romero, el Arzobispo del Salvador, (asesinado al pie del altar) y los Sacerdotes Jesuitas asesinados en el Salvador. Y estos otros grandes Obispos a quienes admiro. Algunos viven todav?a, como Samuel Ruiz, el em?rito de Chiapas, o Pedro Casald?liga, de Sao Felix de Araguaia. Otros se fueron ya con el Se?or, como Zaspe, Devoto, D. Jaime De Nevares, Jorge Novak y Jorge K?merer, aqu? en Misiones.

Para ninguno de ellos las cosas fueron f?ciles. Pero felices ellos que nos dejaron este ejemplo. Realmente que la vida vale la pena cuando se puede dejar alguna huella. Y es muy triste si uno pasa por este mundo sin dejar nada para los dem?s.

Demos gracias a Dios que nos ha concedido conocer a estos modelos. Y pid?mosle que nos siga enviando nuevos evangelizadores que puedan seguir sembrando como lo hicieron Roque y sus compa?eros. Que el Due?o de la mies haga que aumente y se multiplique su n?mero, y sobre todo su celo apost?lico. Que, como aquellos que nos precedieron, seamos valientes y eficaces, hasta dar la vida. Del modo que sea. Como Dios quiera.

Un saludo cari?oso de su Padre Obispo

Mons. Joaqu?n Pi?a Batllevell

Obispo em?rito de Puerto Iguaz?

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Reflexi?n dominical de monse?or Rub?n Oscar Frassia,
obispo de Avellaneda-Lan?s
para el programa radial "Compartiendo el Evangelio"
- 12 de noviembre de 2006 -

Nadie est? eximido de tener caridad

Evangelio de San Marcos 12, 38-44



Hoy es la Jornada Nacional del Enfermo. Rezamos especialmente por la salud, por los enfermos, por sus parientes, por los que atienden a los enfermos, los m?dicos, las enfermeras, los enfermeros, las voluntarias, el personal de limpieza; por todo aquel que se dedica de alguna manera a aliviar, acompa?ar, cuidar y consolar al enfermo.

Tambi?n rezamos especialmente por las abuelas, ya que es su d?a.

Evangelio: La ofrenda de la viuda

?Qu? sabidur?a! ?Qu? ejemplos tiene el Se?or! ?Qu? cosa extraordinaria!

?C?mo distingue, c?mo relaciona y c?mo ubica las actitudes de las personas! Aqu? est? el tema de los ricos y los pobres; de los escribas y fariseos; y de la viuda: una cosa y la otra. Y el acento no est? en lo material sino en la intenci?n por la cual uno hace la ofrenda.

En primer lugar, yo quiero decir que todos tenemos, a?n desde nuestra pobreza, algo que ofrecer, algo que entregar. Ninguno, por m?s pobre que sea, est? eximido de tener caridad y de hacer obras de misericordia: obras o limosnas.

Con la oraci?n, con la s?plica, uno siempre puede hacer algo por el otro. Algo por los dem?s. Es importante darnos cuenta que el acento no est? en lo que uno entrega. El acento est? en la motivaci?n que uno tiene.

No nos equivocamos al afirmar que el AMOR es la fuerza de la limosna, y no la limosna la fuerza del amor. Lo que importa es el amor: con qu? intenci?n uno hace las cosas; con qu? motivaci?n; cu?l es el sentido; cu?l es su actitud; por qu? lo hace.

Una caracter?stica propia de esta viuda del Evangelio, es hacerlo en silencio. Es dar lo que ella necesita, no lo que le sobra. Da desde su necesidad, no de aquello que le sobra. Lo hace en silencio, rezando, con humildad y con amor.

Elementos muy importantes: de su necesidad, de su silencio, no lo pregona, no se pavonea, no hace alarde, ?no sale en la foto?, reza con humildad, lo hace para mitigar el dolor del otro, para hacer un bien al otro no para complacerse a s? misma. ?Y tiene amor! Esta es su motivaci?n que une lo que hace, la ofrenda, al amor. Por eso esta ofrenda es tan importante y tan significativa.

En cambio est? el otro: el que se pavonea, el que tiene vanidad, el que se queda en juicios humanos para que lo vean, para que sea considerado como importante, para que tenga poder o cierta relevancia en la sociedad. La verdad es que hace bien, pero NO SE HACE BIEN. Porque est? dividido interiormente. Porque impide la capacidad de hacer algo interior, algo que est? unido al propio Amor de Dios. No est? concentrado, est? dividido pues tiene otra intenci?n.

Vamos a pedirle al Se?or que nos haga dar cuenta que tenemos que acostumbrarnos A DARNOS Y NO S?LO A DAR. A llamar las cosas por su nombre y a darnos con amor, con convicci?n. A entregarnos y a entregar, sabiendo que uno lo frece en la oraci?n, en lo secreto, en el silencio y con amor.

Todo lo que as? hacemos; en nuestro apostolado, en nuestra tarea apost?lica, en nuestra tarea misionera, en el servicio que hacemos a Dios, a la Iglesia y a los hombres, a los fieles, a los pobres: todo tiene que estar en una clave de entrega, de silencio y de humildad.

?Los dem?s lo hacen? Tendr?n su paga.

?Qu? paga t? quieres? ?Hazlo con humildad y har?s una obra estupenda y maravillosa. Porque Dios, que ve en lo secreto, te lo va a premiar.

Le dejo mi bendici?n.


Mons. Rub?n Oscar Frassia

Obispo de Avellaneda-Lan?s

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Se ha ricibido invitaci?n a la inauguraci?n de la Exposici?n "Apocalipsis. El Cordero y la Bestia".


EL OBISPO DE LA DI?CESIS NIVARIENSE
Bernardo ?lvarez Afonso


Se complace en invitarle a la inauguraci?n de la exposici?n
APOCALIPSIS. EL CORDERO Y LA BESTIA
de Esteban G. Ferraz.


El acto tendr? lugar (D.m.) el 16 de noviembre de 2006, a las 20:00 hrs., en el Archivo Hist?rico Diocesano de San Crist?bal de La Laguna, esperando verse honrado con su presencia.


C/ Anchieta, 23 San Crist?bal de La Laguna . Tenerife

Grupo de J?venes de Granadilla, en la parroquia de San Santonio de Padua, invita a la participaci?n en diversos concursos, organizados con motivo de la Navidad.


Granadilla de Abona, 1 de noviembre de 2006

Estimado coro, grupo dej?venes, comunidad Parroquial:

El grupo de j?venes de la parroqu?a de San Antonio de Padua les env?a un saludo y se complace en invitarles al "VIII ertamen Regional de Cantos Navide?os de Granadilla de Abona".

Nos gustar?a contar con su presencia participaci?n en el mismo. El Certamen no pretende ser un concurso, ni una competici?n sino un encuentro familiar donde queremos unir a los diferentes grupos parroquiales de las islas Canarias, por lo tanto, lo m?s importante no es la perfecci?n, n? la calidad de las voces.

El certamen se celebrar?, D. M.. el s?bado 30 de diciembre a las 20:00 p.m. El encuentro tendr? lugar en la rarroquia Matriz de San Antonio de Padua de Granadilla de Abona y ser? retransmitido en directo para Canarias por Rad?o Tiempo Tenerife (9 1. 7 y 104. 7 M) 9 en diferido por Radio Ar?co (105.6 PM) Les rogamos que est?n presentes a las 18:50 p.m. para la acogida en la plaza Gonz?lez Mena ( plaza del convento )

El certamen en esta edici?n estar? dedicado al verdadero significado de la Navidad, haciendo un llamamiento en contra del consumismo, con el lema: ?No me busques abriendo regalos, nacer? en tu coraz?n". Podr?n presentar dos canciones como m?ximo, siempre y cuando ?stas sean de car?cter navide?o.

Para terminar, les agradeceremos que confirmen su asistencia antes del 5 de diciembre. Deben facilitarnos una breve historia del coro con los t?tulos de los cantos a interpretar. Debido a la distancia, a los coros del Norte de la isla de Tenerife se les proporcionar? una guagua para el transporte 9 a los del resto del archipi?lago se les facilitar? el billete del barco. ror motivos de organizaci?n, el n?mero de coros participantes nunca podr? sobrepasar el n?mero de 10, debido al car?cter familiar que se le qu?ere dar al encuentro no habr? ning?n tipo de selecci?n, los coros asistentes al evento ser?n los 10 primeros 9ue confirmen su asistencia.

Ante todo, gracias por escucharnos. Por ?ltimo, la parroquia de San Antonio de Padua y el Grupo de j?venes de Granadilla les desea de todo coraz?n 9ue sigan adelante en el camino de Jes?s y que pasen una feliz Navidad con un nuevo a?o cargado de prosperidad.

Para ponerse en contacto con nosotros, confirmar su asistencia o pedir m?s informaci?n pueden llamarnos a los siguientes n?meros: 922770151 (Casa Parroquial: Don Diego), 666774705 (Grupo de j?venes de Granadilla: Jos? Domingo) Tambi?n pueden consultar nuestra pagina web: www.?espana.es/Og o

Grupo de J?venes de la Parroquia de Sanh Antonio de Padua de Granadilla nos invitan al concurso de Belenes.


X CONCURSO DE BELENES


El GJG y la Parroquia pretenden que el
objetivo de este concurso sea el de conservar
la tradici?n belenista tan arraigada en nuestro
pueblo, manteniendo vivo un signo cristiano.


Las normas de participaci?n ser?n las siguientes:

a) Cada familia que desee participar realizar? dos fotograf?as de su bel?n o nacimiento. De las cuales, una ser? un plano general y la otra del detalle que desee resaltar del conjunto.
No obstante, si alguna familia tiene dificultades para hacer las fotograf?as, puede ponerse en contacto con la Parroquia o el Grupo de J?venes de Granadilla y se desplazar?n hasta su domicilio para realizarlas.

b) Estas fotograf?as, se enviar?n en un sobre con los apellidos de la familia, direcci?n y tel?fono, especificando en el mismo "X Concurso de Belenes", deposit?ndolo en el buz?n de la Casa Parroquial antes del 22 de diciembre de 2006, o si lo prefieren pueden enviarlas al correo electr?nico del Grupo de J?venes de Granadilla: [email protected]

c) Las fotograf?as, ser?n expuestas en el Sal?n Parroquial, desde el 30 de diciembre hasta el 6 de enero y en la p?gina web del Grupo de J?venes de Granadilla: www.iespana.eslgjg

d) El fallo del jurado y la entrega de premios se har? p?blica durante el transcurso del "VIII Certamen Regional de Cantos Navide?os de Granadilla de Abona", que se desarrollar? el s?bado 30 de diciembre a partir de las 8 de la noche en la Parroquia Matriz de San Antonio de Padua.

Por ?ltimo, no se trata de realizar grandes obras de arte, aqu? nunca mejor dicho lo importante es participar, y dar un testimonio a los dem?s de que tener en casa una representaci?n del nacimiento de nuestro salvador no es una cosa rara e inusual.

? An?mate! ? Contamos contigo!

Grupo de J?venes de Granadilla de la Parroquia de San Antonio de Padua invita a todos los ni?os de 6 a 12 a?os a participar en Concurso de Dibujos de Navidad.


V CONCURSO-EXPOSICI?N DE
DIBUJOS DE NAVIDAD


El
Grupo de j?venes de Granadilla
invita a todos los ni?os de 6 a 12 a?os a participar
realizando un dibujo tama?o folio con el motivo de la
verdadera Navidad y haciendo un llamamiento en
contra del consumismo.


Para hacernos llegar los dibujos deben dirigirse a la Casa Parroquial de Granadilla (C/ Padre Esteban, 38.600, Granadilla de Abona), tambi?n pueden entregarlo a su catequista. En la parte trasera del folio debe constar el nombre, apellidos y edad del ni?o, el curso y la parroquia a la que pertenecen, as? como un tel?fono de contacto. La fecha de entrega se realizar? desde el 1 hasta el 20 de diciembre. El fallo del jurado se har? p?blico durante el transcurso del "VIII Certamen Regional de Cantos Navide?os De Granadilla de Abona", que se celebrar? el s?bado 30 de diciembre a las 8 de la noche en la Iglesia de San Antonio de Padua de Granadilla de Abona. Todos los dibujos realizados permanecer?n expuestos hasta el d?a 6 de enero en las instalaciones del Sal?n Parroquial de Granadilla y en la p?gina web del Grupo de J?venes de Granadilla www.iespana.es/gjg

Organiza:

Grupo de J?venes de Granadilla

El Grupo de J?venes de la parroquia de San Antonio de Granadilla nos participa del Certamen Regional de Cantos Navide?os.


VIII Certamen Reg?onal de Cantos Nav?de?os de
Granadilla de Abona


"No me busques abriendo regalos, nacer? en tu coraz?n"



El Grupo de J?venes de Granadilla convoca el IV Concurso de Poes?a de Navidad con motivo del "VIII Certamen Regional de Cantos Navide?os de Granadilla de Abona" Podr?n presentarse todas las personas que lo deseen, ya que no hay restricci?n de edad. Tampoco existir? una limitaci?n en la extensi?n de la obra. La tem?tica de la poes?a deber? rondar en torno al verdadero significado de la Navidad, haciendo un llamamiento en contra del consumismo. Para hacernos llegar las poes?as deben dirigirse a la Casa Parroquial de Granadilla (C/ Padre Esteban, 38.600, Granadilla de Abona) Al final de la poes?a debe constar el nombre, edad y la parroquia a la que pertenecen, as? corno un tel?fono de contacto. Tambi?n pueden enviar las obras al correo electr?nico: [email protected] Los trabajos se recoger?n hasta el 20 de diciembre de 2006. El fallo del jurado se har? p?blico durante el transcurso del "VIII Certamen Regional de Cantos Navide?os de Granadilla de Abona", que se celebrar? el s?bado 30 de diciembre a las 8 de la noche en la Iglesia de San Antonio de Padua de Granadilla de Abona. Asimismo, las obras presentadas optar?n a los siguientes premios: Primer y Segundo premio con placa conmemorativa. Adem?s, las poes?as ganadoras se leer?n en el acto que ser? retransmitido en directo para toda Canarias por Radio Tiempo Tenerife (91. 7 y 104.7 FM.) y en diferido por Radio Arico (103.6 FM). Por ?ltimo, todos los trabajos presentados quedar?n recogidos en la p?gina web del Grupo de J?venes de Granadilla www.iespana.es/gjg

ORGANIZA:


GRUP0 DE J?VENES DE GRANADILLA

Lunes, 13 de noviembre de 2006
"Tu Familia es una peque?a Iglesia, tu Iglesia una gran Familia"


1.- ?Por qu? y para qu? un D?a de la Iglesia Diocesana?

Porque nos permite tomar conciencia, revivir y celebrar una dimensi?n fundamental de nuestra identidad cristiana: Que somos cristianos no aislada o individualmente sino constituyendo Iglesia, es decir, la comunidad de los seguidores de Jesucristo. En cada Di?cesis, los cat?licos formamos visiblemente la gran familia de los hijos de Dios bajo el cuidado y la gu?a del Obispo que, en comuni?n con el Papa y con la Iglesia universal, representa a Jesucristo "cabeza y pastor de la Iglesia". Como sucede en toda familia, dependemos unos de otros y, por tanto, todos contribuimos ?para lo bueno y para lo malo? en la vida de la di?cesis a la que pertenecemos. Cuanto m?s ponemos de nuestra parte mejor ir?n las cosas y todos salimos beneficiados. Por el contrario, si nos desentedemos, la Di?cesis pierde vitalidad.

Por eso, con la celebraci?n del D?a de la Iglesia Diocesana se pretende despertar la conciencia de los cat?licos y provocar en ellos una llamada a la responsabilidad para que, en coherencia con su fe de creyentes en Jesucristo y seg?n sus posibilidades, se comprometan m?s seriamente en la vida y la misi?n de la Iglesia, tanto con su dedicaci?n personal como con su aportaci?n econ?mica para el sostenimiento de las obras apost?licas y sociales de Iglesia, que en definitiva son obras de todos y para todos.

2.- ?Se trata de una jornada con un exclusivo objetivo econ?mico?

Ni muchos menos. Es cierto que esta Jornada tiene, tambi?n, la finalidad de buscar recursos econ?micos; por eso se hace una colecta en todas las Iglesias y se invita a los fieles a realizar donaciones extraordinarias o a comprometerse con una cantidad fija mensual o anual para el sostenimiento de la Iglesia, pero el D?a de la Iglesia Diocesana mucho m?s que eso. Lo econ?mico es importante porque es necesario, pero no es lo m?s importante.

En la Iglesia el dinero no es un fin, sino un medio al servicio de la misi?n evangelizadora, del culto y de la caridad. La Iglesia no recauda dinero para acrecentar su capital y enriquecerse, sino para realizar su misi?n que, como es claro y evidente, en buena parte depende de los medios que tenga para realizarla. La construcci?n y mantenimiento de templos y salones parroquiales, las obras socio-caritativas, el sostenimiento de los sacerdotes y las casas parroquiales, el seminario, el Instituto de Teolog?a, etc. ser?an imposibles sin medios econ?micos.

3.- Desde su alta responsabilidad, ?C?mo definir?a el estado de salud de esta di?cesis?

Su pregunta me permite completar la respuesta anterior. El D?a de la Iglesia Diocesana no es s?lo un d?a para recaudar fondos, sino para poner de manifiesto que "la Iglesia somos todos", no simplemente porque estemos bautizados, sino porque de modo efectivo, d?a y a d?a, con nuestro "ser" y "hacer" la construimos visiblemente tal como aparece a la vista de todos, con sus celebraciones y fiestas en las que participan miles de fieles, con sus estructuras y servicios, su organizaci?n y su acciones pastorales, y ?como no citarlo?con miles de personas (laicos, sacerdotes, religiosos y religiosas?c), la mayor?a de ellas poco o nada remuneradas, que se entregan generosamente al servicio de los dem?s en diferentes servicios y ministerios.

Por eso, sin triunfalismos, pues se debe a Dios y no a nosotros, pero s? con satisfacci?n, me atrevo a decir que en nuestra Di?cesis Nivariense hay muchos signos de vitalidad cristiana y ?aunque ha descendido, por ejemplo, la asistencia a misa, sobre todo por parte de los j?venes? qui?nes hoy participan en la vida de la Iglesia lo hacen con mayor convicci?n, coherencia y compromiso, gracias a que poseen una mayor formaci?n religiosa.

Pero, al mismo tiempo, no dejo de reconocer que, tambi?n aqu?, como en otros lugares de Espa?a y Europa, estamos padeciendo los efectos del secularismo y materialismo de la sociedad actual, que se traducen en una creciente indiferencia religiosa o en la pervivencia de costumbres religiosas, pero sin formaci?n en la fe y, por tanto, sin incidencia en la vida de la personas. Hoy tenemos grandes dificultades para transmitir la fe que hemos recibido. Este es nuestro principal problema o reto

4.- ?C?mo anda de recursos humanos y materiales la di?cesis de San Crist?bal de La Laguna? ?Cu?les son las necesidades m?s apremiantes de esta di?cesis?

La Iglesia es una instituci?n a la que se pertenece libremente y depende en gran medida de la disponibilidad y generosidad de sus fieles. Cuando un cristiano tiene una fe viva, coherente y responsable, ve la Iglesia como algo propio y se siente moralmente obligado a poner todo lo que buenamente puede, y a veces m?s (su tiempo, sus bienes, su inteligencia?c), para la Iglesia resplandezca por la santidad de sus fieles. Personas as? hay muchas en nuestra Di?cesis; son el mejor recurso y el mejor rostro de Iglesia que tenemos. No obstante, pese a la generosidad de tantos, seguimos teniendo carencias, tanto de vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, como personas que colaboren en catequesis, c?ritas, asistencia a enfermos, etc., para hacer frente a todas las necesidades.

En cuanto a recursos materiales, todas las propiedades que tenemos est?n al servicio del culto, la formaci?n, el servicio a los pobres?c En muchos casos cubren las necesidades de determinadas zonas, pero en otros lugares, especialmente en las nuevas zonas poblacionales del ?rea metropolitana y del sur de Tenerife, aunque ya est?n en marcha algunos proyectos, estamos necesitados de estructuras de equipamiento religioso y de asistencia socio-caritativa. A esto hay que unir el continuo gasto que supone el mantenimiento de los templos, salones y casas parroquiales, centros asistenciales, etc. Sin olvidar que una buena parte de nuestra Catedral est? en ruinas y que tenemos que reconstruir el Obispado, obras ?stas que si bien ser?n en parte subvencionadas por las instituciones p?blicas, suponen tambi?n un gasto extraordinario para la Di?cesis.

Sin embargo, con ser todo lo anterior muy importante, por encima de todo las necesidades m?s apremiantes de la Di?cesis tienen que ver con la formaci?n y madurez en la fe de una gran mayor?a de cristianos que se llaman as? mismos "creyentes no practicantes", a lo que se une la necesidad de transmitir la fe a las nuevas generaciones con lenguaje actual, cre?ble y eficaz.

5.- En pocas palabras, cu?l ser?a su mensaje fundamental para este D?a de la Iglesia Diocesana?

El mismo mensaje que se contiene en el lema de este a?o: "Tu Familia es una peque?a Iglesia, tu Iglesia una gran Familia". Si todos los cat?licos nos sentimos parte de la Di?cesis, igual que nos sentimos parte de nuestra propia familia, muchas cosas pueden mejorar en nuestra vida personal y en toda la comunidad diocesana. Si consideramos a la Iglesia como algo nuestro, entonces, nos preocupan de verdad sus problemas y necesidades y trabajamos para que las cosas vayan bien. Si en la Iglesia falta autenticidad y hay necesidades de todo tipo es porque muchos cristianos somos d?biles en nuestra fe y en consecuencia no sentimos la Iglesia como algo propio.

Lo que la Iglesia es ante el mundo depende de todos los cristianos. Nosotros somos la Iglesia, nosotros somos su imagen visible. Esta convicci?n debe suscitar en todo cristiano la voluntad de ser miembros vivos y activos de la Iglesia, es decir, ayudar a su crecimiento con nuestro testimonio de vida, con nuestra prestaci?n personal en sus tareas y con nuestra aportaci?n econ?mica.

+ Bernardo ?lvarez Afonso

Obispo Nivariense

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D?A DE LA IGLESIA DIOCESANA (Entrevista a Juli?n de Armas, Vicario Episcopal para los Asuntos Econ?micos)


"Tu Familia es una peque?a Iglesia, tu Iglesia una gran Familia"

1. ?POR Y PARA QU? SE CELEBRA ESTA JORNADA?

Nos ayuda a recobrar y a vivir nuestra pertenencia a la Iglesia, as? como, tener en cuenta que el sostenimiento econ?mico de la misma afecta a todos los cat?licos ya que los recursos son necesarios para que la Comunidad Eclesial cumpla su Misi?n dentro de la sociedad en la que estamos.
Esta Jornada se convierte cada a?o, no solo en el cumplimiento de un deber de ayudar a la Iglesia en sus necesidades, sino tambi?n en un gesto de manifestaci?n p?blica y social de la Fe que se profesa, lo que es muy necesario en los tiempos que vivimos.

2. ?SE BENEFICIA TODA LA SOCIEDAD DE ESTA JORNADA?

Ciertamente que s?, porque la acci?n pastoral de la Iglesia Cat?lica, en multitud de ?mbitos, entre los que cabe destacar los educativos, los culturales y, sobre todo, los encuadrados en esa inmensa labor social y caritativa que el Papa Benedicto XVI ha descrito en su enc?clica "Deus Caritas Est" como irrenunciable y esencial para la Misi?n de la Iglesia en el mundo, aporta un servicio, mas que manifiesto, al bienestar de toda la sociedad. Que ser?a, si no, de miles y miles de ancianos, ni?os, j?venes, inmigrantes, sin techo, mujeres maltratadas... atendidos por la Iglesia.

3. ?C?MO ANDA LA ECONOM?A DE LA IGLESIA DIOCESANA?

Hemos pasado de una econom?a equilibrada a otra de mayores gastos e ingresos. Son muchos los campos abiertos en la actividad fundamental de la Di?cesis. Y ello sin salirnos de las actividades fundamentales de la Iglesia que son cuatro: Ejercicio del Culto; Actividades de la Evangelizaci?n; Acci?n Social; Sustentaci?n de los sacerdotes y agentes de pastoral.
Dentro de esta cu?druple finalidad tenemos muchas carencias, que llevamos muchos ejercicios econ?micos en los que los gastos superan a los ingresos en cuant?a muy importante.

4. ?NOS PUEDE AMPLIAR EN QUE PARTIDAS ES DEFICITAR?A LA ECONOM?A DE LA ADMINISTRACI?N DIOCESANA?

La partida que mayores desajustes est? produciendo es la que se refiere a la construcci?n de nuevos templos. Se construyen m?s de treinta en este momento: complejos de dependencias pastorales y adquisici?n de casas para viviendas de p?rrocos. As? como lo que significa la conservaci?n y puesta al d?a de todos los templos hist?ricos que tenemos.
Hay otras necesidades que demandan recursos econ?micos como son las Actividades Pastorales, Seminario Diocesano, Residencia Sacerdotal, Centro de Estudios Teol?gicos, colaboraci?n con la Iglesia Universal y la atenci?n a los m?s de 200 sacerdotes que la Di?cesis tiene que cuidar, atender y resolver sus necesidades materiales y espirituales.

5. ?ES NUESTRO PUEBLO CANARIO GENEROSO CON LA IGLESIA?

Lo que son campa?as de contenido caritativo o asistencial, como es Caritas, Manos Unidas as? como las colectas misioneras... colectas para la Iglesia Diocesana... hacen vibrar a nuestros fieles m?s que aquellas otras que se hacen para el Culto, Apostolado y mantenimiento habitual de nuestra Iglesia.
Habr? que seguir insistiendo en la necesidad y compromiso de todos los fieles en el sostenimiento econ?mico de la Iglesia.

6. COMO SE PUEDE CONSEGUIR ESE MAYOR COMPROMISO

En primer lugar, desmontando viejos prejuicios de antiguas percepciones de que la Iglesia es rica; y por lo tanto debe atender a sus fieles con buenos servicios de culto, buenos edificios, buenos y preparados sacerdotes, sin que los fieles se deban preocupar de esos problemas econ?micos.
En segundo lugar, convenciendo de que la pertenencia a la Iglesia conlleva ser corresponsable de toda su actividad y sus necesidades materiales, como es una familia.

7. ?QU? M?TODO O F?RMULAS SER?AN LAS M?S ADECUADAS PARA ALCANZAR LA LLAMADA AUTOFINANCIACI?N DE LA IGLESIA?

A parte de la colaboraci?n eficaz y puntual al sostenimiento eclesial por medio de las Colectas Ordinarias y Extraordinarias para distintos fines, de los donativos a favor de misiones concretas as? como de legados para los fines generales de la Iglesia, es muy importante reforzar el sistema de las cuotas fijas o suscripciones por medio de domicializaciones bancarias, que ya venimos haciendo y que se hace en otros pa?ses de nuestro entorno, as? como en otros continentes de mayor?a cat?lica.
Esperamos que durante el a?o 2007 y ante el nuevo sistema de financiaci?n de la Iglesia podamos reforzar esta campa?a de colaboraci?n por medio de cuotas.

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Discurso que pronunci? Benedicto XVI al visitar la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma el 3 de noviembre pasado.


Se?ores cardenales;
venerados hermanos en el episcopado y en el sacerdocio;
queridos profesores y queridos estudiantes:

Me alegra encontrarme hoy con vosotros. Os saludo en primer lugar precisamente a vosotros, los estudiantes, que veo en gran n?mero en este elegante y austero patio porticado, pero s? que tambi?n en varias aulas hay muchos que est?n en contacto con nosotros a trav?s de pantallas y altavoces. Queridos j?venes, os agradezco los sentimientos expresados por vuestro representante y por vosotros mismos. En cierto sentido, la Universidad es propiamente vuestra. Desde el lejano 1551, cuando san Ignacio de Loyola la fund?, existe para vosotros, para los estudiantes. Todas las energ?as gastadas por vuestros profesores y docentes en la ense?anza y en la investigaci?n son por vosotros. Por vosotros son las preocupaciones y los esfuerzos diarios del rector magn?fico, de los vicerrectores, de los decanos y de los directores. Vosotros sois conscientes de ello y estoy seguro de que tambi?n os sent?s agradecidos.

Saludo en especial al cardenal Zenon Grocholewski. Como prefecto de la Congregaci?n para la educaci?n cat?lica, es el gran canciller de esta universidad y representa en ella al Romano Pont?fice (cf. Statuta Universitatis, art. 6, 2). Precisamente por eso, mi predecesor P?o XI, de venerada memoria, declar? la Universidad Gregoriana "plenissimo iure ac nomine" pontificia (cf. carta apost?lica Gregorianam studiorum, en AAS 24 [1932] 268).

La historia misma del Colegio Romano y de la Universidad Gregoriana, su heredera, como recordaba el padre rector en las palabras que me ha dirigido, es el fundamento de este estatuto totalmente particular. Saludo al reverendo padre Peter-Hans Kolvenbach, s.j., que, como prep?sito general de la Compa??a de Jes?s, es el vice gran canciller de la Universidad y el responsable m?s inmediato de esta obra, que no dudo en calificar como uno de los grandes servicios que la Compa??a de Jes?s presta a la Iglesia universal.

Saludo a los bienhechores aqu? presentes. El Freundeskreis der Gregoriana de Alemania, la Gregorian University Foundation de Nueva York, la Fundaci?n La Gregoriana de Roma, y otros grupos de bienhechores. Queridos hermanos, os agradezco lo que hac?is con generosidad para sostener esta obra que la Santa Sede ha encomendado y sigue encomendando a la Compa??a de Jes?s. Saludo a los padres jesuitas que aqu? desempe?an su actividad de ense?anza con laudable esp?ritu de abnegaci?n y austeridad de vida.

Dirijo mi saludo a los dem?s profesores y lo extiendo tambi?n a los padres y hermanos del Pontificio Instituto B?blico y del Pontificio Instituto Oriental, que, juntamente con la Gregoriana, forman un consortium acad?mico (cf. P?o XI, motu proprio Quod maxime, 30 de septiembre de 1928) prestigioso, no s?lo por lo que ata?e a la ense?anza, sino tambi?n al patrimonio de libros de las tres bibliotecas, que poseen fondos especializados incomparables.

Saludo, por ?ltimo al personal no docente de la Universidad, que ha querido expresar tambi?n sus sentimientos a trav?s del secretario general, al que doy las gracias. El personal no docente presta diariamente un servicio oculto, pero muy importante para la misi?n que la Gregoriana est? llamada a realizar por mandato de la Santa Sede. A cada uno de ellos va mi cordial aliento.

Con alegr?a me encuentro en este patio porticado, que he cruzado en varias ocasiones. Recuerdo en especial la defensa de la tesis del padre Lohfink durante el Concilio, en presencia de muchos cardenales y tambi?n de pobres peritos como yo. Quiero recordar en particular el tiempo en que, siendo profesor ordinario de dogm?tica e historia del dogma en la Universidad de Ratisbona, fui invitado en 1972 por el rector de entonces, p. Herv? Carrier, s.j., a dirigir un curso a los estudiantes del segundo ciclo de especializaci?n en teolog?a dogm?tica. Dirig? un curso sobre la sant?sima Eucarist?a.

Con la familiaridad de entonces, os digo a vosotros, queridos profesores y estudiantes, que el compromiso del estudio y de la ense?anza, para que tenga sentido en relaci?n con el reino de Dios, debe estar sostenido por las virtudes teologales. En efecto, el objeto inmediato de la ciencia teol?gica, en sus diversas especificaciones, es Dios mismo, que se revel? en Jesucristo, Dios con rostro humano. Tambi?n cuando el objeto inmediato es el pueblo de Dios en su dimensi?n visible e hist?rica, como en el derecho can?nico y en la historia de la Iglesia, el an?lisis profundo de la materia vuelve a impulsar a la contemplaci?n, en la fe, del misterio de Cristo resucitado. Es ?l quien, presente en su Iglesia, la conduce entre los acontecimientos del tiempo hacia la plenitud escatol?gica, una meta hacia la que caminamos sostenidos por la esperanza.

Sin embargo, no basta conocer a Dios para poder encontrarlo realmente; tambi?n hay que amarlo. El conocimiento se debe transformar en amor. El estudio de la teolog?a, del derecho can?nico y de la historia de la Iglesia no es s?lo conocimiento de las proposiciones de la fe en su formulaci?n hist?rica y en su aplicaci?n pr?ctica; tambi?n es siempre inteligencia de las mismas en la fe, en la esperanza y en la caridad. S?lo el Esp?ritu escruta las profundidades de Dios (cf. 1 Co 2, 10); por tanto, s?lo escuchando al Esp?ritu se puede escrutar la profundidad de la riqueza, de la sabidur?a y de la ciencia de Dios (cf. Rm 11, 33).

Al Esp?ritu se le escucha en la oraci?n, cuando el coraz?n se abre a la contemplaci?n del misterio de Dios, que se nos revel? en el Hijo Jesucristo, imagen del Dios invisible (cf. Col 1, 15), constituido Cabeza de la Iglesia y Se?or de todas las cosas (cf. Ef 1, 10; Col 1, 18).

La Universidad Gregoriana, desde sus or?genes con el Colegio Romano, se ha distinguido por el estudio de la filosof?a y de la teolog?a. Ser?a demasiado largo enumerar los nombres de los insignes fil?sofos y te?logos que se han sucedido en las c?tedras de este centro acad?mico; a ellos deber?amos a?adir tambi?n los de famosos canonistas e historiadores de la Iglesia, que han gastado sus energ?as dentro de estas prestigiosas paredes.

Todos han contribuido en gran medida al progreso de las ciencias que han cultivado; por tanto, han prestado un valioso servicio a la Sede apost?lica en el cumplimiento de su funci?n doctrinal, disciplinar y pastoral. Con la evoluci?n de los tiempos cambian necesariamente las perspectivas. Hoy no se puede por menos de tener en cuenta la confrontaci?n con la cultura secular, que en muchas partes del mundo no s?lo tiende cada vez m?s a negar todo signo de la presencia de Dios en la vida de la sociedad y de cada persona, sino que tambi?n, con varios medios, que desorientan y ofuscan la recta conciencia del hombre, quiere minar su capacidad de ponerse a la escucha de Dios.

No se puede prescindir tampoco de la relaci?n con las dem?s religiones, la cual s?lo resulta constructiva si evita toda ambig?edad que de alg?n modo debilite el contenido esencial de la fe cristiana en Cristo ?nico Salvador de todos los hombres (cf. Hch 4, 12) y en la Iglesia, sacramento necesario de salvaci?n para toda la humanidad (cf. declaraci?n Dominus Iesus, nn. 13-15; 20-22: AAS 92 [2000] 742-765).

En este momento no puedo olvidar las dem?s ciencias humanas que se cultivan en esta insigne universidad, siguiendo la gloriosa tradici?n acad?mica del Colegio Romano. De todos es conocido el gran prestigio que logr? el Colegio Romano en el campo de las matem?ticas, la f?sica y la astronom?a. Basta recordar que el calendario llamado "Gregoriano", porque fue impulsado por mi predecesor Gregorio XIII, y que actualmente se usa en todo el mundo, fue elaborado en 1582 por el padre Crist?foro Clavio, profesor del Colegio Romano. Basta recordar tambi?n al padre Matteo Ricci, que llev? hasta la lejana China no s?lo su testimonio de fe, sino tambi?n el saber adquirido como disc?pulo del padre Clavio.

Hoy estas materias ya no se cultivan en la Gregoriana, pero se han introducido otras ciencias humanas, como la psicolog?a, las ciencias sociales y la comunicaci?n social. Con ellas se quiere comprender cada vez m?s profundamente al hombre, tanto en su dimensi?n personal profunda, como en su dimensi?n externa de constructor de la sociedad, en la justicia y en la paz, y de comunicador de la verdad. Precisamente porque esas ciencias ata?en al hombre, no pueden prescindir de la referencia a Dios, dado que al hombre no se lo puede entender plenamente, tanto en su interioridad como en su exterioridad, si no se lo reconoce abierto a la trascendencia.

Sin su referencia a Dios, el hombre no puede responder a los interrogantes fundamentales que agitan y agitar?n siempre su coraz?n con respecto al fin y, por tanto, al sentido de su existencia. En consecuencia, tampoco es posible comunicar a la sociedad los valores ?ticos indispensables para garantizar una convivencia digna del hombre. El destino del hombre sin su referencia a Dios no puede menos de ser la desolaci?n de la angustia que lleva a la desesperaci?n. S?lo refiri?ndose al Dios-Amor, que se revel? en Jesucristo, el hombre puede encontrar el sentido de su existencia y vivir en la esperanza, a pesar de experimentar los males que afligen su existencia personal y la sociedad en la que vive.

La esperanza hace que el hombre no se cierre en un nihilismo paralizador y est?ril, sino que se abra al compromiso generoso en la sociedad en la que vive, para poder mejorarla. Es la tarea que Dios encomend? al hombre al crearlo a su imagen y semejanza, una tarea que confiere al hombre la mayor dignidad, pero tambi?n una inmensa responsabilidad.

Desde esta perspectiva, vosotros, profesores y docentes de la Gregoriana, est?is llamados a formar a los estudiantes que la Iglesia os encomienda. La formaci?n integral de los j?venes es uno de los apostolados tradicionales de la Compa??a de Jes?s desde sus or?genes; por eso el Colegio Romano desde el inicio ha llevado a cabo esta misi?n.

El hecho de haber encomendado a la Compa??a de Jes?s, en Roma cerca de la Sede apost?lica, el Colegio alem?n, el Seminario romano, el Colegio h?ngaro, unido al alem?n, el Colegio ingl?s, el Colegio griego, el Colegio escoc?s y el Colegio irland?s, ten?a como finalidad asegurar una formaci?n del clero de esas naciones donde se hallaba rota la unidad de la fe y la comuni?n con la Sede apost?lica. Esos colegios siguen enviando sus alumnos, casi exclusivamente o en buen n?mero, a la Universidad Gregoriana, para continuar esa misi?n originaria.

A lo largo de la historia, a esos colegios mencionados se han sumado muchos otros. Por eso, es mucho m?s exigente la tarea que deb?is realizar, queridos profesores y docentes. En consecuencia, oportunamente, despu?s de una profunda reflexi?n, hab?is redactado una "Declaraci?n de finalidades", esencial para una instituci?n como la vuestra, porque indica sint?ticamente su naturaleza y su misi?n. Sobre esa base est?is llevando a cabo la renovaci?n de los Estatutos de la Universidad y de los Reglamentos generales, as? como de los Estatutos y de los Reglamentos de las diversas facultades, institutos y centros.

Eso contribuir? a definir mejor la identidad de la Gregoriana, permitiendo la redacci?n de programas acad?micos m?s adecuados para el cumplimiento de su misi?n, que es f?cil y dif?cil a la vez. F?cil, porque la identidad y la misi?n de la Gregoriana est?n muy claras desde sus primeros or?genes, sobre la base de las indicaciones reafirmadas por tantos Romanos Pont?fices, diecis?is de los cuales fueron alumnos de esta universidad. Y dif?cil, al mismo tiempo, porque supone una fidelidad constante a su historia y a su tradici?n, para no perder sus ra?ces hist?ricas y, a la vez, apertura a la realidad actual para responder con esp?ritu creativo, despu?s de un atento discernimiento, a las necesidades de la Iglesia y del mundo de hoy.

Como universidad eclesi?stica pontificia, este centro acad?mico est? comprometido a sentire in Ecclesia et cum Ecclesia. Es un compromiso que nace del amor a la Iglesia, nuestra Madre y Esposa de Cristo. Debemos amarla como Cristo mismo la am?, asumiendo en nosotros los sufrimientos del mundo y de la Iglesia para completar en nuestra carne lo que falta a los padecimientos de Cristo (cf. Col 1, 24). As? es como se puede formar a las nuevas generaciones de sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos.

En efecto, es preciso preguntarse seg?n qu? tipo de sacerdote se quiere formar a los alumnos, seg?n qu? tipo de religioso o religiosa, de laico o laica. Ciertamente, vuestro objetivo, queridos profesores y docentes, es formar sacerdotes doctos, pero al mismo tiempo dispuestos a entregar su vida sirviendo, con coraz?n indiviso, con humildad y austeridad de vida, a todos los que el Se?or encomiende a su ministerio.

As?, quer?is impartir una formaci?n intelectual s?lida a religiosos y religiosas, para que sepan vivir con alegr?a la consagraci?n que Dios les ha regalado como don y presentarse como signo escatol?gico de la vida futura a la que todos estamos llamados. Asimismo, quer?is preparar laicos y laicas que con competencia sepan realizar servicios y oficios en la Iglesia y, ante todo, ser fermento del reino de Dios en la esfera temporal. Desde esta perspectiva, precisamente este a?o la Universidad ha iniciado un programa interdisciplinar para formar a los laicos a vivir su vocaci?n espec?ficamente eclesial de compromiso ?tico en la esfera p?blica.

Con todo, la formaci?n tambi?n es responsabilidad vuestra, queridos estudiantes. El estudio requiere ciertamente ascesis y abnegaci?n constante. Pero precisamente de este modo la persona se forma en el sacrificio y en el sentido del deber. En efecto, lo que aprend?is hoy es lo que comunicar?is el d?a de ma?ana, cuando la Iglesia os encomiende el ministerio sagrado u otros servicios y oficios en beneficio de la comunidad. Lo que en toda circunstancia podr? alegrar vuestro coraz?n ser? la conciencia de haber cultivado siempre la rectitud de intenci?n, gracias a la cual se tiene la certeza de haber buscado y realizado s?lo la voluntad de Dios. Obviamente, todo esto requiere purificaci?n del coraz?n y discernimiento.

Queridos hijos de san Ignacio, una vez m?s el Papa os encomienda esta universidad, obra muy importante para la Iglesia universal y para tantas Iglesias particulares. Constituye desde siempre una prioridad entre las prioridades de los apostolados de la Compa??a de Jes?s. Fue en el ambiente universitario de Par?s donde san Ignacio de Loyola y sus primeros compa?eros maduraron el deseo ardiente de ayudar a las almas amando y sirviendo a Dios en todo, para su mayor gloria.

Impulsado por la moci?n interior del Esp?ritu, san Ignacio vino a Roma, centro de la cristiandad, sede del Sucesor de Pedro, y aqu? fund? el Colegio Romano, primera universidad de la Compa??a de Jes?s. La Universidad Gregoriana es hoy el ambiente universitario en el que se realiza de modo pleno y evidente, aun a distancia de 456 a?os, el deseo de san Ignacio y de sus primeros compa?eros de ayudar a las almas a amar y servir a Dios en todo, para su mayor gloria.

Podr?a decir que aqu?, entre sus muros, se realiza lo que el Papa Julio III, el 21 de julio de 1550, fij? en la "formula Instituti", estableciendo que todo miembro de la Compa??a de Jes?s est? obligado "a militar bajo el estandarte de la cruz por Dios, y a servir s?lo al Se?or y a la Iglesia, su esposa, bajo el Romano Pont?fice" ("sub crucis vexillo Deo militare, et soli Domino ac Ecclesiae Ipsius sponsae, sub Romano Pontifice, Christi in terris Vicario, servire"), comprometi?ndose "sobre todo... a la defensa y propagaci?n de la fe, al bien de las almas en la vida y la doctrina cristiana, mediante las predicaciones p?blicas, las clases y cualquier otro ministerio de la palabra de Dios" ("potissimum... ad fidei defensionem et propagationem, et profectum animarum in vita et doctrina christiana, per publicas praedicationes, lectiones et aliud quodcumque verbi Dei ministerium...": carta apost?lica Exposcit debitum, 1).

Este carisma espec?fico de la Compa??a de Jes?s, expresado institucionalmente en el cuarto voto de disponibilidad total al Romano Pont?fice en cualquier cosa que ?l quiera ordenar "ad profectum animarum et fidei propagationem" (ib., 3), se realiza tambi?n en el hecho de que el prep?sito general de la Compa??a de Jes?s llama de todo el mundo a los jesuitas m?s aptos para desempe?ar la misi?n de profesores en esta universidad.

La Iglesia, consciente de que esto puede implicar el sacrificio de otras obras y servicios, tambi?n v?lidos para los fines que la Compa??a se propone alcanzar, le est? sinceramente agradecida y desea que la Gregoriana conserve el esp?ritu ignaciano que la anima, expresado en su m?todo pedag?gico y en el enfoque de sus estudios.

Queridos hermanos, con afecto de padre os encomiendo a todos vosotros, que sois los componentes vivos de la Universidad Gregoriana ―profesores y docentes, alumnos, personal no docente, bienhechores y amigos― a la intercesi?n de san Ignacio de Loyola, de san Roberto Belarmino y de la sant?sima Virgen Mar?a, Reina de la Compa??a de Jes?s, que en el escudo de la Universidad se indica con el t?tulo de Sedes Sapientiae. Con estos sentimientos, imparto a todos la bendici?n apost?lica, prenda de abundantes favores celestiales.

[Traducci?n distribuida por la Santa Sede
? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

Publicado por verdenaranja @ 23:03  | Habla el Papa
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D Pedro Rodr?guez [1], autor del Libro Josemar?a Escriv? de Balaguer, CAMINO, Instituto Hist?rico Josemar?a Escriv?, Edici?n cr?tico-hist?rica, 2? Edici?n corregida, Junio de 2002, Ediciones Rial, S.A., Madrid, escribe en la p?gina 140:

?Como sabemos, el ?original? de C [Camino] llevado a la imprenta no era un ?manuscrito?, sino el texto mecanografiado que hemos visto escribir al propio Autor [2] [...].

?Recordemos que la hoja n? 1, que falta, es la que conten?a el t?tulo originario del libro (Consideraciones Espirituales) y la dedicatoria a Manolo Aparici. La hoja 2, que tiene arriba la palabra Camino, [...]?.

Antes, en la p?gina 83, hab?a escrito:

?En los d?as finales de la redacci?n decidi? el Autor dedicar el nuevo libro ?todav?a con el t?tulo antiguo: Consideraciones Espirituales? a Manolo Aparici, Presidente de la Juventud de Acci?n Cat?lica [3]. As? quedaba la hoja 1 del libro:

CONSIDERACIONES ESPIRITUALES

A Manolo Aparici
que tanto sabe
de juventud vibrante
y de apostolado [4].


Unas p?ginas m?s adelante (89-90) escribe de nuevo:

?[...] De la conversaci?n de Calatayud sali? un t?tulo m?s breve para el libro: sencillamente ?Consideraciones?, como de hecho se le llamaba en la conversaci?n [...]. En todo caso, el Autor, al regresar a Burgos, elimina la hoja primera del manuscrito [5] y la sustituye por esta otra con el nuevo t?tulo y la dedicatoria:

CONSIDERACIONES

A Manolo Aparici, que tanto
sabe
de juventud vibrante
y
de apostolado [6].


?Hay que partir del manuscrito original, que se acaba el 2 de febrero y d?a 11 se entrega a Mons. Lauzurica para el pr?logo ?escribe en la p?gina 97?. En ese breve espacio de tiempo, como sabemos, el libro pas? de llamarse Consideraciones Espirituales a llamarse, sencillamente, Consideraciones. As? consta en las dos versiones mecanografiadas de la hoja primera del manuscrito, que se conservan [7], ambas con la dedicatoria a Manolo Aparici. Con este ?ltimo t?tulo se entrega el manuscrito a Mons. Lauzurica. En los dos casos, la hoja 2, con las palabras del Autor al lector, permanec?a intocada.

?Cuando fue retirada la segunda hoja n? 1 ?al decidir el Autor el nombre de Camino y que el libro no llevada dedicatoria?, para sustituirla, no se hizo una tercera versi?n con el nuevo t?tulo [...]?.

_________________________________________________________________

1.Doctor en Teolog?a y en Derecho, Prelado de Honor de Su Santidad, Profesor de Teolog?a Dogm?tica en la Facultad de Teolog?a de la Universidad de Navarra y miembro de la Pontificia Academia Romana de Santo Tom?s de Aquino.

2.Se conserva en AGP, sec A, leg 54, carp 4.

3.Manuel Aparici Navarro (1902-1963) naci? en Madrid. Hombre abnegado y piadoso, de profunda fe, se confesaba con el Autor ya desde antes de la guerra y continu? haci?ndolo en Burgos y despu?s. Presidente de la Juventud de Acci?n Cat?lica en los dif?ciles a?os que preceden y siguen a la guerra civil. Ordenado sacerdote en 1947 (vid en AGP, sec A, leg 50-5, carp I, carta invitando al Autor a su ordenaci?n), fue nombrado Consiliario de la JAC. Promovi? la famosa Peregrinaci?n a Santiago de Compostela de 1948, cuya ?m?stica del peregrinante? Aparici plasm? en el lema ?peregrinar es caminar hacia el Padre?. Muri? en olor de santidad. Est? en marcha el proceso de canonizaci?n. ?En los d?as de la redacci?n de C visitaba frecuentemente al Beato Josemar?a y a los que le acompa?aban (Diario de Burgos, 20-I-1939); Francisco Botella: ?Llega Ricardo Fern?ndez Vallesp?n, que ma?ana se va a San Sebasti?n. Por la tarde viene Aparici. Estos d?as viene con frecuencia?.

4.Botella da la noticia de la dedicatoria en el Diario de Burgos del 4 de febrero: ?Ha dedicado el libro al joven-viejo Aparici?. Una broma de Paco Botella, que ten?a 22 a?os y le parec?a muy viejo, como representante de los j?venes, un hombre de 37. Efectivamente, en el texto mecanografiado terminado el 2 de febrero el libro aparece con la dedicatoria en la portada. En Madrid el Autor cambi? de opini?n y le pareci? mejor que el libro saliera sin dedicatoria alguna, y as? fue efectivamente. Esta hoja n? 1 del manuscrito de C con la dedicatoria a Aparici se encuentra en AGP, sec A, leg 50-4, carp 5 , exp 4, doc 2.

5.Vid supra nt 89.

6.Esta hoja se encuentra en AGP, sec A, leg 50-11, exp V, doc 49. Es el dorso del documento en cuesti?n. Esta portada es, sin duda, la que formaba parte del manuscrito que el Autor entreg? a Lauzurica para hacer el pr?logo.

7.Esta hora, que era, como digo, la n? 1 de la numeraci?n consecutiva del original de Burgos, conten?a el t?tulo del libro, en lo alto de la p?gina, y en el centro la dedicatoria a Manolo Aparici, que hemos trascrito, en su doble versi?n, supra 5,2 (pgs. 83 y 90).

__________________________________________________


D. Pedro Rodr?guez 1, author of the book Josemaria Escriv? de Balaguer, WAY, Historical Institute Josemaria Escriv?, critic-historical Edition, 2? corrected Edition, June of 2002, Ediciones Rial, S.A., Madrid, writes in page 140:

?As we know, ?original? of C [Way] taken to the press was not a ?manuscript? but the typed text that we have seen write to the own Author 2 [...]. ?

?We remember that the leaf n? 1, that lacks, is the one that contained the original title of the book (Spiritual Considerations) and the dedication to Manolo Aparici. The leaf 2, that has the word above Way, [...]?.

Before, in page 83, he had written:

?In the final days of the writing the Author decided to dedicate the new book -with the old title Spiritual Considerations to Manolo Aparici, President of the Youth of Catholic Action 3. Thus it was left leaf 1 of the book:

SPIRITUAL CONSIDERATIONS

To Manuel Aparici
that as much it knows

of vibrant youth

and of apostolate?
4.

Pages advanced more (89-90) writes again:

?[...] Of the conversation of Calatayud left a brief title for the book: simply ?Considerations?, as in fact [...] were called to him in the conversation. In any case, the Author, when returning to Burgos, eliminates the leaf first of the manuscript 5 and replaces by this other with the new title and the dedication:

CONSIDERATIONS

To Manolo Aparici, that as much
it knows
of vibrant youth
and
of apostolate?
6.

?It is necessary to start off of the original manuscript, that finishes the 2 of February and day 11 is given to Mons. Lauzurica for the prologue ?he writes in the page 97-. In that brief space of time, as we know, the book happened to be called Spiritual Considerations to be called, simply, Considerations. Thus it consists in the two typed versions of the leaf first of the manuscript, that are conserved, both with the dedication to Manolo Aparici. With this title the manuscript to Mons. Lauzurica is given. In both cases, leaf 2, with the words of the Author to the reader, remained untouched?.

?When was retired the second leaf n? 1 ?to the Author the name of Way and that the book nontaken dedication, to replace it, it not become one third translation with the new title [...]?.

1.Doctor in Theology and in Law, Prelate of Honour of Its Sanctity, Professor of Dogmatic Theology in the Faculty of Theology of the University of Navarre and member of the Pontifical Roman Academy of Saint Thomas of Aquino.

2.He conserves himself in AGP, sec. To, leg 54, carp 4.

3.Manuel Aparici Navarro (1902-1963) was born in Madrid. Self-sacrificing and pious man, of deep faith, he get to confession with the Author already from before the war and continued doing it in Burgos and later. President of the Youth of Catholic Action in the difficult years that precede and follow the civil war. Ordered priest in 1947 (grapevine in AGP, sec To, leg 50-5, CAP I, letter inviting to the Author to its arrangement), Consiliario (Ecclesiastical Adviser) of the JAC was named. It promoted the famous Peregrination to Santiago de Compostela in 1948, whose ?mystic of the pilgrims? Aparici shaped in the motto ?to peregrinate is to walk towards the Father?. It died in sanctity scent. It is in march the canonization process. -In the days of the writing of C it visited the Blessed Josemaria frequently and to whom they accompanied to him (Daily of Burgos, 20-I-1939); Francisco Botella: ?Ricardo Arrives Fernandez Vallesp?n, who tomorrow goes away to San Sebasti?n. In the evening Aparici comes. These days it comes frequently?.

4.Botella notifies of the dedication in the Newspaper of Burgos of the 4 of February: ?It has dedicated the book to the young person-old Aparici?. A joke of Paco Botella, that was 22 years old and it seemed to him very old, like representative of the young people, a man of 37. Indeed, in the typed text finished the 2 of February the book appears with the dedication in the cover. In Madrid the Author changed of opinion and it seemed better to him than the book left without dedication some, and thus it was indeed. This leaf n? 1 of the manuscript of C with the dedication to Aparici is in AGP, sec To, leg 50-4, carp 5, exp 4, doc 2.

5. Grapevine supra NT 89 6.

6.This leaf is in AGP, sec To, leg 50-11, exp V, doc 49. Is the back of the document at issue. This cover is, without a doubt, the one that comprised of the manuscript that the Author gave to Lauzurica to make the prologue.

7.This hour, that was, as I say, n? 1 of the consecutive numeration of the original one of Burgos, contained the title of the book, at the top of the page, and in centre the dedication to Manolo Aparici, which we have transcribed, in its double version, supra 5.2 (pgs. 83 and 90).

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Domingo, 12 de noviembre de 2006
10 noviembre 2006 ZENIT publica el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. -predicador de la Casa Pontificia- a la liturgia del domingo, XXXII del tiempo ordinario, 12 de Noviembre.

Lleg? una pobre viuda


XXXII Domingo del tiempo ordinario (B)
1 R 17, 10-16; Hebreos 9, 24-28; Marcos 12, 38-44

Un d?a, estando frente al arca del tesoro del templo, Jes?s observa a los que all? echan limosnas. Se fija en una viuda pobre que deposita all? todo cuanto tiene: dos moneditas, o sea, la cuarta parte de un as. Entonces, se vuelve a sus disc?pulos y dice: ?Os digo en verdad que esta viuda pobre ha echado m?s que todos los que echan en el arca del tesoro. Pues todos han echado de lo que les sobraba; ?sta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto pose?a, todo lo que ten?a para vivir?.

Podemos llamar a este domingo el ?domingo de las viudas?. Tambi?n en la primera lectura se relata a historia de una viuda: la viuda de Sarepta que se priva de todo cuanto tiene (un pu?ado de harina y algo de aceite) para dar de comer al profeta El?as.

Es una buena ocasi?n para dedicar nuestra atenci?n a las viudas y, naturalmente, tambi?n a los viudos de hoy. Si la Biblia habla con tanta frecuencia de las viudas y jam?s de los viudos es porque en la sociedad antigua la mujer que se quedaba sola est? en mucha mayor desventaja que el hombre que se queda solo. Actualmente no existe gran diferencia entre ambos; es m?s, dicen que la mujer que se queda sola se las arregla, en general, mejor que el hombre en la misma situaci?n.

Desear?a, en esta ocasi?n, aludir a un tema que interesa vitalmente no s?lo a los viudos y viudas, sino a todos los casados, y que es particularmente actual en este mes de difuntos. La muerte del c?nyuge, que marca el final legal de un matrimonio, ?indica tambi?n el final total de toda comuni?n? ?Queda algo en el cielo del v?nculo que uni? tan estrechamente a dos personas en la tierra, o en cambio todo se olvidar? al cruzar el umbral de la vida eterna?

Un d?a algunos saduceos presentaron a Jes?s el caso l?mite de una mujer que hab?a sido sucesivamente esposa de siete hermanos, y le preguntaron de qui?n ser?a mujer tras la resurrecci?n de los muertos. Jes?s respondi?: ?Cuando resuciten de entre los muertos, ni ellos tomar?n mujer ni ellas maridos, sino que ser?n como ?ngeles en los cielos? (Marcos 12, 25). Interpretando de manera err?nea esta frase de Cristo, algunos han sostenido que el matrimonio no tiene ninguna continuidad en el cielo. Pero con esta frase Jes?s rechaza la idea caricaturesca que los saduceos presentan del m?s all?, como si fuera una sencilla continuaci?n de las relaciones terrenas entre los c?nyuges; no excluye que ellos puedan reencontrar, en Dios, el v?nculo que les uni? en la tierra.

De acuerdo con esta perspectiva, el matrimonio no termina del todo con la muerte, sino que es transfigurado, espiritualizado, sustra?do a todos aquellos l?mites que marcan la vida en la tierra, como, por lo dem?s, no se olvidan los v?nculos existentes entre padres e hijos, o entre amigos. En un prefacio de difuntos, la liturgia proclama: ?La vida no termina, sino que se transforma?. Tambi?n el matrimonio, que es parte de la vida, es transfigurado, no suprimido.

Pero ?qu? decir a quienes tuvieron una experiencia negativa, de incomprensi?n y de sufrimiento, en el matrimonio terreno? ?No es para ellos motivo de temor, en vez de consuelo, la idea de que el v?nculo no se rompa ni con la muerte? No, porque en el paso del tiempo a la eternidad el bien permanece, el mal cae. El amor que les uni?, tal vez hasta por poco tiempo, permanece; los defectos, las incomprensiones, los sufrimientos que se infligieron rec?procamente caen. Es m?s, este sufrimiento, aceptado con fe, se convertir? en gloria. Much?simos c?nyuges experimentar?n s?lo cuando se re?nan ?en Dios? el amor verdadero entre s? y, con ?l, el gozo y la plenitud de la uni?n que no disfrutaron en la tierra. En Dios todo se entender?, todo se excusar?, todo se perdonar?.

Se dir?: ?y los que estuvieron leg?timamente casados con varias personas? ?Por ejemplo los viudos y las viudas que se vuelven a casar? (Fue el caso presentado a Jes?s de los siete hermanos que hab?an tenido, sucesivamente, por esposa a la misma mujer). Tambi?n para ellos debemos repetir lo mismo: lo que hubo de amor y donaci?n aut?ntica con cada uno de los esposos o de las esposas que se tuvieron, siendo objetivamente un ?bien? y viniendo de Dios, no se suprimir?. All? arriba ya no habr? rivalidad en el amor o celos. Estas cosas no pertenecen al amor verdadero, sino a la limitaci?n intr?nseca de la criatura.

[Traducci?n del italiano realizada por Zenit]

Publicado por verdenaranja @ 22:51  | Espiritualidad
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Discurso que pronunci? Benedicto XVI este lunes a los miembros de la Academia Pontificia de las Ciencias, reunidos en Roma, con motivo de su asamblea plenaria celebrada sobre el tema: ?La posibilidad de predicci?n en la ciencia: precisi?n y limitaciones?.

Ciudad del Vaticano, 6 noviembre 2006.


Excelencias, se?ores y se?oras:

Saludo con mucho gusto a los miembros de la Academia Pontificia de las Ciencias con motivo de esta asamblea plenaria, y doy las gracias al profesor Nicola Cabibbo por las gentiles palabras que me ha dirigido en vuestro nombre. El tema de vuestro encuentro, ?La posibilidad de predicci?n en la ciencia: precisi?n y limitaciones?, constituye una caracter?stica distintiva de la ciencia moderna. La posibilidad de predicci?n, de hecho, es una de las razones principales del prestigio del que goza la ciencia en la sociedad contempor?nea. La instituci?n del m?todo cient?fico ha dado a las ciencias la capacidad de prever los fen?menos, de estudiar su desarrollo y, por tanto, de controlar el ambiente en el que vive el ser humano.

El creciente ?avance? de la ciencia, y especialmente su capacidad para controlar la naturaleza a trav?s de la tecnolog?a, en ocasiones ha sido asociado con una correspondiente ?retirada? de la filosof?a, de la religi?n e incluso de la fe cristiana. De hecho, algunos han visto en el progreso de la ciencia y de la tecnolog?a modernas una de las principales causas de secularizaci?n y materialismo: ?por qu? invocar el dominio de Dios sobre esos fen?menos, cuando la ciencia ha mostrado su propia capacidad de hacer lo mismo?

Ciertamente la Iglesia reconoce que el hombre ?gracias a la ciencia y la t?cnica, ha logrado dilatar y sigue dilatando el campo de su dominio sobre casi toda la naturaleza? de manera que ?un gran n?mero de bienes que antes el hombre esperaba alcanzar sobre todo de las fuerzas superiores, hoy los obtiene por s? mismo? (Gaudium et spes, n. 33). Al mismo tiempo, el cristianismo no plantea un conflicto inevitable entre la fe sobrenatural y el progreso cient?fico. El punto de partida de la revelaci?n b?blica es la afirmaci?n de que Dios cre? a los seres humanos, dotados de raz?n, y les puso por encima de todas las criaturas de la tierra. De este modo, el hombre se convirti? en quien administra la creaci?n y en el ?ayudante? de Dios. Si pensamos, por ejemplo, en la manera en que la ciencia moderna, ha contribuido a la protecci?n del ambiente, previendo los fen?menos naturales, al progreso de los pa?ses en v?as de desarrollo, a la lucha contra las epidemias y al aumento de la esperanza de vida, queda claro que no hay conflicto entre la Providencia de Dios y la acci?n del hombre. De hecho, podr?amos decir que el trabajo de prever, controlar y gobernar la naturaleza, que la ciencia hace hoy m?s factible que en el pasado, forma parte en s? mismo del plan del Creador.

Sin embargo, la ciencia, si bien es generosa, s?lo da lo que tiene que dar. El ser humano no puede depositar en la ciencia y en la tecnolog?a una confianza tan radical e incondicional, como para creer que el progreso de la ciencia y la tecnolog?a puede explicarlo todo y satisfacer plenamente sus necesidades existenciales y espirituales. La ciencia no puede sustituir a la filosof?a y a la revelaci?n, dando una respuesta exhaustiva a las cuestiones fundamentales del hombre, como las que conciernen al sentido de la vida y de la muerte, a los valores ?ltimos y a la naturaleza del progreso.

Por este motivo, el Concilio Vaticano II, tras haber reconocido los beneficios alcanzados por los progresos cient?ficos, subray? que ?el m?todo de investigaci?n [?] se considera sin raz?n como la regla suprema para hallar toda la verdad?, a?adiendo que se da ?el peligro de que el hombre, confiado con exceso en los inventos actuales, crea que se basta a s? mismo y deje de buscar ya cosas m?s altas? (Ibidem, n. 57).

La posibilidad de predicci?n cient?fica suscita tambi?n la cuesti?n de las responsabilidades ?ticas del cient?fico. Sus conclusiones tienen que estar guiadas por el respeto de la verdad y por el reconocimiento honesto, tanto de la precisi?n como de las inevitables limitaciones del m?todo cient?fico. Ciertamente esto significa evitar innecesariamente predicciones alarmantes cuando no est?n sostenidas por datos suficientes o sobrepasan la capacidad actual de la ciencia para hacer previsiones. Al mismo tiempo, se debe evitar lo contrario, es decir, callar, por temor, frente a los aut?nticos problemas. La influencia de los cient?ficos en la formaci?n de la opini?n p?blica en virtud de su conocimiento es demasiado importante como para ser socavada por una indebida precipitaci?n o por una publicidad superficial.
Como mi predecesor, el Papa Juan Pablo II, observ? en una ocasi?n: ?Por eso los cient?ficos, precisamente porque "saben m?s", est?n llamados a "servir m?s". Dado que la libertad de que gozan en la investigaci?n les permite el acceso al conocimiento especializado, tienen la responsabilidad de usarlo sabiamente en beneficio de toda la familia humana? (Discurso a la Academia Pontificia de las Ciencias, 11 de noviembre de 2002).

Queridos acad?micos, nuestro mundo os mira a vosotros y vuestros colegas para comprender claramente algunas de las posibles consecuencias de muchos fen?menos naturales. Pienso, por ejemplo, en las constantes amenazas al medio ambiente que afectan a poblaciones enteras y la necesidad urgente de descubrir fuentes alternativas de energ?a, seguras y disponibles para todos. Los cient?ficos encontrar?n ayuda en la Iglesia a la hora de afrontar estos temas, porque ha recibido de su divino Fundador la tarea de encaminar a las conciencias hacia el bien, la solidaridad y la paz. Precisamente por este motivo considera que tiene el deber de insistir en que la capacidad cient?fica de control y previsi?n no se debe emplear jam?s contra la vida y la dignidad del ser humano, sino que debe ponerse siempre a su servicio y al de las generaciones futuras.

Hay, por ?ltimo, una reflexi?n que nos puede sugerir hoy el tema de vuestra asamblea. Como han subrayado algunas de las relaciones presentadas en los ?ltimos d?as, el mismo m?todo cient?fico, en su capacidad de reunir los datos, elaborarlos y utilizarlos en sus proyecciones, tiene l?mites propios que restringen necesariamente la posibilidad de predicci?n cient?fica en determinados contextos y aspectos. La ciencia, por tanto, no puede querer proporcionar una representaci?n completa y determinista de nuestro futuro y del desarrollo de cada fen?meno que estudia.

La filosof?a y la teolog?a podr?an aportar, en este sentido, una contribuci?n importante a esta cuesti?n fundamentalmente epistemol?gica, ayudando por ejemplo a las ciencias emp?ricas a reconocer la diferencia entre la incapacidad matem?tica para predecir ciertos acontecimientos y la validez del principio de causalidad, o entre el determinismo o la contingencia (casualidad) cient?ficos y la causalidad a nivel filos?fico, o m?s radicalmente, entre la evoluci?n como el origen de una sucesi?n en el espacio y el tiempo, y la creaci?n como el origen ?ltimo de del ser participado en el Ser esencial.

Al mismo tiempo, hay un nivel m?s elevado que necesariamente supera todas las predicciones cient?ficas, es decir, el mundo humano de la libertad y de la historia. Mientras que el cosmos f?sico puede tener su propio desarrollo espacio-temporal, s?lo la humanidad, en sentido propio, tiene una historia, la historia de su libertad. La libertad, como la raz?n, es una parte preciosa de la imagen de Dios dentro de nosotros, y nunca podr? quedar reducida a un an?lisis determinista. Su trascendencia con respecto al mundo material tiene que ser reconocida y respetada, pues es un signo de nuestra identidad humana. Negar esta trascendencia en nombre de una supuesta capacidad absoluta del m?todo cient?fico de prever y condicionar el mundo humano implicar?a la p?rdida de lo que es humano en el hombre y, al no reconocer su unicidad y su trascendencia, podr?a abrir peligrosamente las puertas a su abuso.

Queridos amigos, al concluir estas reflexiones, os aseguro una vez m?s mi profundo inter?s por la actividad de esta Academia Pontificia y mis oraciones por vosotros y por vuestras familias. Invoco sobre todos vosotros las bendiciones de la sabidur?a, la alegr?a y la paz de Dios omnipotente.

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Discurso que dirigi? Benedicto XVI a los participantes en el Quinto Congreso Internacional de los Ordinarios Militares el 26 de octubre de 2006 en el Vaticano.


Se?ores cardenales;
venerados hermanos en el episcopado y en el sacerdocio:

Me alegra encontrarme con vosotros con ocasi?n del V Congreso internacional de los Ordinariatos militares y dirijo a cada uno de vosotros mi saludo.

Saludo de modo especial al cardenal Giovanni Battista Re, y le agradezco sus cordiales palabras.

Hace veinte a?os, exactamente el 21 de abril de 1986, el amado Juan Pablo II promulg? la constituci?n apost?lica Spirituali militum curae, con la que se actualizaba la reglamentaci?n can?nica de la atenci?n espiritual de los militares, a la luz del concilio Vaticano II, teniendo en cuenta las transformaciones relativas a las fuerzas armadas y a su misi?n en el ?mbito nacional e internacional.

En realidad, en los ?ltimos decenios el escenario mundial ha cambiado ulteriormente. Por ello, el documento pontificio, aun conservando plena actualidad porque la orientaci?n pastoral de la Iglesia no cambia, exige que se adapte cada vez mejor a las necesidades del momento presente. Eso es lo que muy oportunamente hab?is querido hacer con este congreso, organizado por la Congregaci?n para los obispos.

Ante todo, es importante releer el Proemio de la constituci?n apost?lica: contiene las motivaciones de la intervenci?n magisterial y manifiesta el esp?ritu pastoral que anima, inspira y orienta todas las disposiciones normativas. Son dos los valores fundamentales que ese documento pone de relieve: el valor de la persona y el valor de la paz. Toda la revisi?n estructural que equipara los Ordinariatos a las Di?cesis, el Ordinario al Obispo diocesano, y el capell?n al p?rroco, obedece al criterio del servicio a las personas de los militares, los cuales "necesitan una forma concreta y espec?fica de asistencia pastoral" (Proemio: L'Osservatore Romano, edici?n en lengua espa?ola, 1 de junio de 1986, p. 9).

Con todo, al mismo tiempo, se afirma que las personas a las que se dirige el Ordinariato no dejan de ser fieles de la Iglesia particular en la que habitan o a cuyo rito pertenecen (cf. Spirituali militum curae, IV). Eso exige comuni?n y coordinaci?n entre el Ordinariato militar y las dem?s Iglesias particulares (cf. ib., II, 4). Todo esto pone de relieve el objetivo prioritario de la asistencia a los christifideles, o sea, permitirles vivir en plenitud la vocaci?n bautismal y la pertenencia eclesial.

As?, nos encontramos en la misma perspectiva en que se situ? el siervo de Dios Juan Pablo II con ocasi?n del III Congreso de los Ordinarios militares, en el a?o 1994 (cf. L'Osservatore Romano, edici?n en lengua espa?ola, 18 de marzo de 1994, p. 8). Poner en primer lugar a las personas significa privilegiar la formaci?n cristiana del militar, acompa??ndolo a ?l y a sus familiares a lo largo del itinerario de la iniciaci?n cristiana, del camino vocacional, de la maduraci?n en la fe y en el testimonio; y, al mismo tiempo, favorecer las formas de fraternidad y comunidad, as? como de oraci?n lit?rgica y no lit?rgica, que sean apropiadas al ambiente y a las condiciones de vida de los militares.

El segundo aspecto que quisiera destacar es la importancia fundamental del valor de la paz. A este prop?sito, la Spirituali militum curae, en el Proemio, cita expresamente la constituci?n conciliar Gaudium et spes, recordando que los que prestan servicio militar pueden considerarse "como servidores de la seguridad y de la libertad de los pueblos", porque "mientras desempe?an correctamente esta funci?n, contribuyen realmente al establecimiento de la paz" (Gaudium et spes, 79).

As? pues, si el Concilio llama a los militares servidores de la paz, ?cu?nto m?s lo ser?n los pastores a los que los militares est?n encomendados! Por eso, os exhorto a todos vosotros a hacer que los capellanes militares sean aut?nticos expertos y maestros de lo que la Iglesia ense?a y practica con vistas a la construcci?n de la paz en el mundo.

La constituci?n apost?lica del Papa Juan Pablo II constituye una etapa significativa de este magisterio, y su contribuci?n al respecto se puede sintetizar en la expresi?n que con raz?n vosotros hab?is recogido y puesto como tema de este congreso: "Ministerium pacis inter arma", "Servicio de paz entre las armas". Mi predecesor lo presentaba como "nuevo anuncio del Evangelio en el mundo militar, del que los militares cristianos y sus comunidades no pueden por menos de ser los primeros heraldos" (Discurso al III Congreso de los Ordinarios militares, 11 de marzo de 1994, n. 4: L'Osservatore Romano, edici?n en lengua espa?ola, 18 de marzo de 1994, p. 9).

La Iglesia es misionera por naturaleza y su primera tarea es la evangelizaci?n, que tiene como fin anunciar y testimoniar a Cristo y promover en todos los ambientes y culturas su Evangelio de paz y amor. Tambi?n en el mundo militar la Iglesia est? llamada a ser "sal", "luz" y "levadura", seg?n las im?genes que utiliza Jes?s mismo, para que las mentalidades y las estructuras est?n cada vez m?s plenamente orientadas a la construcci?n de la paz, es decir, del "orden dise?ado y querido por el amor de Dios" (Mensaje para la Jornada mundial de la paz del 1 de enero de 2006, n. 3: L'Osservatore Romano, edici?n en lengua espa?ola, 16 de diciembre de 2005, p. 3), en el que las personas y los pueblos pueden desarrollarse ?ntegramente y ver reconocidos sus derechos fundamentales (cf. ib., n. 4).

El magisterio de la Iglesia sobre el tema de la paz constituye un aspecto esencial de su doctrina social y, partiendo de ra?ces antiqu?simas, se fue desarrollando en el ?ltimo siglo en una especie de "crescendo" que culmin? en la constituci?n pastoral Gaudium et spes, en las enc?clicas del beato Juan XXIII y de los siervos de Dios Pablo VI y Juan Pablo II, as? como en sus intervenciones en la ONU y en los Mensajes para las Jornadas mundiales de la paz.

Este insistente llamamiento a la paz ha influido en la cultura occidental promoviendo el ideal de que las fuerzas armadas est?n "al servicio exclusivo de la defensa de la seguridad y de la libertad de los pueblos" (Discurso al III Congreso de los Ordinarios militares, 11 de marzo de 1994, n. 4).

Por desgracia, a veces otros intereses -econ?micos y pol?ticos-, fomentados por las tensiones internacionales, hacen que esta tendencia constructiva encuentre obst?culos y sufra retrasos, como lo manifiestan tambi?n las dificultades que afrontan los procesos de desarme. Desde dentro del mundo militar, la Iglesia seguir? ofreciendo su servicio a la formaci?n de las conciencias, con la certeza de que la palabra de Dios, generosamente sembrada y valientemente acompa?ada por el servicio de la caridad y de la verdad, produce fruto a su tiempo.

Queridos y venerados hermanos, para ofrecer a las personas una adecuada atenci?n pastoral y para cumplir la misi?n evangelizadora, los Ordinariatos militares necesitan presb?teros y di?conos motivados y formados, as? como laicos que colaboren activa y responsablemente con los pastores.

Por tanto, me uno a vosotros en la oraci?n al Due?o de la mies, a fin de que mande obreros a esta mies, en la que vosotros ya trabaj?is con admirable celo.

Que los brillantes ejemplos de tantos capellanes militares, como el beato don Secondo Pollo, que han realizado su servicio con heroica entrega a Dios y a los hermanos, estimulen a los j?venes a poner toda su vida al servicio del reino de Dios, reino de amor, de justicia y de paz.

Que vele siempre sobre vuestro ministerio la Virgen Mar?a y os acompa?e mi bendici?n, que os imparto de coraz?n a todos vosotros y a vuestras respectivas comunidades eclesiales.

[Traducci?n distribuida por la Santa Sede
? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

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12 noviembre 2006 ZENIT publica la intervenci?n de Benedicto XVI antes de rezar la oraci?n mariana del ?ngelus, el domingo,12 de noviembre, junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.

?Queridos hermanos y hermanas!

Hoy se celebra en Italia la Jornada anual del Agradecimiento, que tiene por tema: ?La tierra: un don para toda la familia humana?. En nuestras familias se ense?a a los peque?os a dar siempre gracias al Se?or, antes de tomar los alimentos, con una breve oraci?n y la se?al de la cruz. Hay que conservar o redescubrir esta costumbre, porque educa a no dar por descontado el ?pan de cada d?a?, sino a reconocer en ?l un don de la Providencia.

Deber?amos acostumbrarnos a bendecir al Creador por cada cosa: por el aire y por el agua, elementos preciosos que son el fundamento de la vida en nuestro planeta; as? como por los alimentos que, a trav?s de la fecundidad de la tierra, Dios nos ofrece para nuestro sustento. A sus disc?pulos Jes?s ense?? a orar pidiendo al Padre celestial no ?mi?, sino ?nuestro? pan de cada d?a. Quiso as? que cada hombre se sienta corresponsable de sus hermanos, a fin de que a ninguno le falte lo necesario para vivir. Los productos de la tierra son un don destinado por Dios ?para toda la familia humana?.

Y aqu? tocamos un punto muy doloroso: el drama del hambre que, a pesar de que hasta recientemente se ha afrontado en las m?s altas sedes institucionales, como las Naciones Unidas y en particular la FAO, sigue siendo siempre muy grave. El ?ltimo Informe anual de la FAO ha confirmado cuanto la Iglesia sabe muy bien por la experiencia directa de las comunidades y de los misioneros: que m?s de 800 millones de personas viven en situaci?n de desnutrici?n y que demasiadas personas, especialmente ni?os, mueren de hambre. ?C?mo hacer frente a esta situaci?n que, a?n repetidamente denunciada, no apunta a su resoluci?n, al contrario, por varias direcciones se va agravando? Ciertamente es necesario eliminar las causas estructurales ligadas al sistema de gobierno de la econom?a mundial, que destina la mayor parte de los recursos del planeta a una minor?a de la poblaci?n. Tal injusticia fue criticada en diversas ocasiones por mis venerados predecesores, los siervos de Dios Pablo VI y Juan Pablo II. Para influir a gran escala es necesario ?convertir? el modelo de desarrollo global; lo requieren ya no s?lo el esc?ndalo del hambre, sino tambi?n las emergencias ambientales y energ?ticas. Con todo, cada persona y cada familia puede y debe hacer algo para aliviar el hambre del mundo adoptando un estilo de vida y de consumo compatible con la salvaguarda de la creaci?n y con criterios de justicia hacia quien cultiva la tierra en cada pa?s.

Queridos hermanos y hermanas: hoy la Jornada del Agradecimiento nos invita, por un lado, a dar gracias a Dios por los frutos del trabajo agr?cola; por otro, nos alienta a comprometernos concretamente para derrotar el azote del hambre. Que nos ayude la Virgen Mar?a a ser agradecidos por los beneficios de la Providencia y a promover en toda parte del globo la justicia y la solidaridad.

[Al final del ?ngelus, el Papa salud? a los peregrinos en varios idiomas. En espa?ol, dijo:]

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua espa?ola, aqu? presentes para la oraci?n mariana del ?ngelus. Queridos hermanos, contemplando el ejemplo de la viuda pobre del Evangelio de hoy, hagamos de nuestra vida una ofrenda agradable a Dios, para que entreg?ndonos a ?l sin reservas, como la Virgen Mar?a, nos colme de la riqueza de su amor y su gracia. ?Feliz Domingo!

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit.
? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

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12 de Noviembre
Dentro de la Misa dominical, 32 del Tiempo Ordinario B, se celebr? el Bautismo de tres ni?os: Oscar, Javier y Miguel ?ngel. Familiares y amigos de sus padres llenaron el templo.

12 de Noviembre
Tambi?n en la parroquia de San Jos? de San Juan de la Rambla y en la Misa dominical de las doce de la ma?ana dos ni?os, Omar y Gara, recibieron la vida sobrenatural de la gracia a trav?s del bautismo

Benedicto XVI: ?Esc?ndalo del hambre? exige conversi?n personal y de modelo de desarrollo

12 Nov. 06 (ACI).- Antes de rezar el tradicional ?ngelus dominical en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI dijo que el ?drama? y ?esc?ndalo? del hambre, exige transformar el modelo de desarrollo global y que cada persona y familia adopten ?un estilo de vida y consumo compatible con salvaguardar la procreaci?n y el criterio de justicia?.

Refiri?ndose el ?ltimo informe anual de la Organizaci?n para la Alimentaci?n y la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO), que indica que unas 800 millones de personas en el mundo viven en estado de desnutrici?n, situaci?n que afecta principalmente a los ni?os que ?mueren de hambre?, el Santo Padre se pregunt? ??c?mo afrontar esta situaci?n que, incluso habiendo sido denunciada en repetidas ocasiones, no se resuelve, es m?s, en algunos aspectos se agrava??.

?Hace falta eliminar las causas estructurales ligadas al sistema de gobierno de la econom?a mundial, que destina la mayor parte de los recursos del planeta a una minor?a de la poblaci?n?, respondi? el Pont?fice.

Sobre el particular, el Papa se?al? que ?para incidir a gran escala es necesario transformar el modelo de desarrollo global; lo requieren ahora no s?lo el esc?ndalo del hambre, sino tambi?n las emergencias ambientales y energ?ticas?.

Sin embargo, el Obispo de Roma precis? que no se trata de un cambio estructural solamente sino que exige una conversi?n personal y familiar: ?Cada persona y cada familia puede y debe hacer algo para aliviar el hambre en el mundo, adoptando un estilo de vida y de consumo compatibles con la salvaguarda de la creaci?n y con criterios de justicia hacia quien cultiva la tierra en cada pa?s?.

Jornada de Agradecimiento

Al recordar la celebraci?n, en Italia, de la Jornada de Agradecimiento que este a?o lleva como tema ?La tierra: un don para la entera familia humana?, Benedicto XVI

Llam? la atenci?n sobre la importancia que tiene para las familias cristianas el don de la tierra y de los frutos que ?sta nos proporciona para vivir.

En este sentido el Papa subray? la importancia de que en cada familia se ense?e a los m?s peque?os a agradecer siempre al Se?or, antes de cada comida, con una breve oraci?n y el signo de la cruz. ?Esta tradici?n tiene que conservarse y redescubrirse, porque educa a no dar por descontado el ?pan de cada d?a?, sino que ayuda a reconocer el don de la Providencia. Debemos acostumbrarnos a bendecir al Creador por cada cosa?, explic?.

Asimismo, el Papa invit? a ser agradecidos por el don del aire y del agua, por ser ?elementos preciosos y fundamentales de la vida de nuestro planeta? e inst? a agradecer los alimentos ?que a trav?s de la fecundidad de la tierra, Dios nos ofrece?, porque ?los productos de la tierra son un don destinado por Dios a toda la familia humana?.

Jes?s ense?? a sus disc?pulos a rezar pidiendo ?al Padre celestial no 'mi' pan sino 'nuestro' pan cotidiano?, a?adi? el Pont?fice recordando que as? ?ha querido que cada hombre se sienta corresponsable de sus hermanos, para que a ninguno le falte lo necesario para vivir?.

Saludos

Despu?s del ?ngelus, el Papa salud? a los fieles presentes en el recinto vaticano. En italiano Benedicto XVI se dirigi? a los Cooperantes salesianos reunidos en Roma en un Congreso Mundial en ocasi?n del 150? aniversario de la muerte de la sierva de Dios, Margherita Occhiena, madre de San Juan Bosco.

Asimismo, esta vez en espa?ol, el Papa salud? a los peregrinos de lengua espa?ola. ?Queridos hermanos, contemplando el ejemplo de la viuda pobre del Evangelio de hoy, hagamos de nuestra vida una ofrenda agradable a Dios, para que entreg?ndonos a ?l sin reservas, como la Virgen Mar?a, nos colme de la riqueza de su amor y su gracia. ?Feliz Domingo!?, concluy?.

Art?culo publicado en Diario de Avisos en la seci?n "Opini?n", 12 de Noviembre, de Don Bernardo ?lvarez Afonso, obispo de Tenerife, ante el "D?A DE LA IGLESIA DIOCESANA"

BERNARDO ?LVAREZ AFONSO *
El 19 de noviembre, D?a de la Di?cesis



En la estructura de la Iglesia Cat?lica se llama di?cesis a una porci?n del Pueblo de Dios (de la Iglesia una y ?nica extendida por todo el mundo) puesta bajo el cuidado y la gu?a de un obispo. En nuestro caso, la di?cesis de San Crist?bal de La Laguna o Nivariense est? formada por los fieles cat?licos que viven en el territorio de la Islas Canarias occidentales (El Hierro, La Palma, La Gomera y Tenerife). Estos fieles, en torno al 80% del total de la poblaci?n, se dice que son, no "una parte", sino "una porci?n" de la Iglesia entera, para expresar que este conjunto de fieles que constituye la di?cesis, contiene en si las caracter?sticas de la Iglesia "una, santa, cat?lica y apost?lica", y con todo derecho se la puede llamar "Iglesia Diocesana".

Actualmente "la di?cesis" no se entiende como una mera divisi?n territorial (como ocurr?a en la estructura del Imperio Romano, de donde le viene el nombre). Tampoco es una estructura administrativa, como si fuera una especie de filial de una gran empresa. Al estar constituida por un determinado tipo de personas, la di?cesis es ante todo "una Iglesia", es decir, una comunidad de creyentes en Jesucristo que por la fe y el bautismo han sido constituidos hijos de Dios y hermanos entre s?, independientemente de su condici?n social, mentalidad, raza o cultura. Por eso, los cristianos, en su familia natural, adem?s de los lazos de sangre o jur?dicos que les unen, constituyen una peque?a Iglesia, llamada "Iglesia dom?stica". A su vez, todos los cristianos, por ser hijos de Dios Padre y hermanos en Cristo, constituyen esa gran familia que es la "Iglesia Diocesana".

"Tu familia, una peque?a Iglesia, tu Iglesia, una gran familia". Es el lema de este a?o para celebrar el D?a de la Iglesia Diocesana, que tendr? lugar el pr?ximo domingo 19 de noviembre. Es una invitaci?n a considerar la Iglesia como una gran familia en la que todos tomamos parte, como en cualquier familiar natural, tanto para disfrutar de los bienes que ofrece como para contribuir a su mantenimiento y desarrollo. As? debe ser la Iglesia Diocesana: la familia de los hijos de Dios en la que unos velamos por los otros y nos servimos mutuamente. Todos dependemos, y al mismo tiempo somos responsables, los unos de los otros. Tambi?n, como en cualquier familia, en la Iglesia los m?s adultos y fuertes han de ser el respaldo y el apoyo de los m?s d?biles. Igual que los que nos han precedido nos han dejado una magn?fica herencia en fe y valores espirituales, en edificios para el culto y en obras sociales, as? tambi?n nosotros estamos llamados conservar, vivir y acrecentar esa herencia, para transmitirla en toda su riqueza a las nuevas generaciones.

El valor de lo que me aporta la Iglesia. De esta familia que es la Iglesia Diocesana hemos recibido muchas cosas importantes: la fe Dios y en Jesucristo nuestro salvador, el don del Esp?ritu Santo que habita en nosotros, la Palabra de Vida que es el mensaje del evangelio, la educaci?n sobre el bien y el mal, el tesoro de los valores de la vida familiar, la capacidad de amar a los dem?s y de sacrificarnos por ellos, el perd?n de los pecados y la continua renovaci?n de nuestras almas, la esperanza de la vida eterna…y tantos otros bienes que nos pasan desapercibidos.

Acostumbrados a sobrevalorar lo material, lo funcional, lo que produce satisfacci?n hedonista o es rentable en t?rminos econ?micos, corremos el riesgo de pasar por alto el gran valor que significa "tener fe". Jesucristo dice en el Evangelio que tener fe es como quien encuentra un gran tesoro, que dan gran alegr?a y que vale m?s que todo. Es muy necesario que los cat?licos valoremos expresamente los bienes espirituales que recibimos de la Iglesia. No podemos pensar, como a menudo hacen los laicistas, que la vivencia de la religi?n es una especie de enfermedad o defecto del ser humano que no aporta nada al bien de la persona ni de la sociedad. Hace falta que tengamos muy claras las razones por las que nos conviene y queremos ser cat?licos, vivir en la Iglesia, recibir con abundancia los bienes que en ella y de ella recibimos.

Comunicaci?n cristiana de bienes: recibir y dar, dar y recibir. Convencidos de la importancia y el valor que la Iglesia tiene para las personas y la sociedad. Conscientes y agradecidos de todo lo nos aporta y nos seguir? aportando, es necesario asumir la responsabilidad de "arrimar el hombro" para que nuestra Iglesia Diocesana mantenga su vitalidad y pueda continuar realizando su misi?n. Todo eso que la Iglesia tiene y ofrece, todo lo que recibimos de la Iglesia ha supuesto muchos esfuerzos de personas y muchos recursos econ?micos que tantos fieles con generosidad han ido aportando a lo largo de nuestra historia.

La mayor?a de los templos, salones parroquiales, centros educativos y asistenciales, etc., que actualmente utilizamos, son el fruto de los donativos de quienes nos han precedido. La que fe que tenemos, nuestras fiestas y toda nuestra tradici?n religiosa, los sacerdotes que hoy atienden las parroquias, los religiosos y religiosas que entregan su vida en centros educativos y asistenciales, la formaci?n de los miles de laicos que generosamente realizan servicios en el campo de la catequesis, la ense?anza religiosa, el mundo de los pobres y de los enfermos, etc., no son realidades que han surgido de la nada, sino que son el fruto de quienes en su momento supieron "dar". Si hoy contamos con todo esto y podemos "recibir" los bienes que ofrece la Iglesia, es porque muchas personas han puesto y siguen poniendo muchos de sus bienes al servicio de la misi?n de la Iglesia.

Recibimos porque otros han dado. Damos para que otros reciban. Igual que en la familia natural los hijos heredan de los padres, en nuestra gran familia de la Iglesia Diocesana, nosotros hemos heredado de nuestros antepasados una gran herencia religiosa: nuestra fe y todo aquello que nos ayuda a celebrarla y vivirla. Esta herencia debemos disfrutarla, custodiarla, acrecentarla y transmitirla a las nuevas generaciones. Por eso, ser?a una grave incoherencia sentirse cristiano y al mismo tiempo desentenderse del presente y futuro de la Iglesia. Por el contrario, como nos testimonian tantos buenos fieles cat?licos, de un cristiano responsable brota espont?neamente la convicci?n de que debe ayudar a la vida y misi?n de la Iglesia. Y ayudarla supone nuestra prestaci?n personal, nuestra participaci?n activa y responsable en sus tareas, nuestra aportaci?n econ?mica. Los fieles cat?licos constituimos la Iglesia, nosotros debemos sostener la Iglesia.

++ Cartas al Pueblo de Dios ++


Creo en la vida eterna
5 de Noviembre de 2006


As? rezamos en el Credo, donde se contienen los art?culos de nuestra fe. ?Creo en la resurrecci?n de la carne y en la vida eterna. Am?n?.

En estos d?as en que recordamos a todos los santos y a nuestros difuntos, conviene detenernos en esta verdad fundamental, que nos llena el coraz?n de esperanza. Creo que despu?s de esta vida terrena est? la vida del cielo. La vida terrena tiene fecha de caducidad. La vida del cielo es para siempre, sin fin.

La vida del hombre, por tanto, tiene dos etapas. La etapa presente en la tierra, que comienza en el seno materno, y termina con la muerte. Y la etapa del m?s all? de la muerte, donde sobrevive nuestra alma hasta el final de la historia humana, cuando tambi?n nuestro cuerpo resucitar?, ?creo en la resurrecci?n de la carne?. No sobreviviremos reencarn?ndonos en otra persona. Seremos nosotros mismos en la primera y en la segunda etapa de nuestra vida. Hay una continuidad en el sujeto, aunque hay una transformaci?n importante.

Nuestra vida terrena es fr?gil. Puede romperse en cualquier momento. Y si no se rompe inesperadamente, se ir? deteriorando hasta agotarse en la muerte. La muerte es, por tanto, una certeza de nuestra vida. No podemos vivir de espaldas a esta realidad. Tenemos que morir, y hemos de afrontar este desenlace, que nos ha de llegar no sabemos cu?ndo. El recuerdo de nuestra muerte, nos hace sensatos. ?Ens??anos a calcular nuestros a?os para que adquiramos un coraz?n sensato?, dice el salmista.

Dios no nos ha creado para la muerte, sino para la vida. Dios no ha inventado la muerte. La muerte la ha inventado el hombre con el pecado. Por eso, Jesucristo con su muerte se ha hecho solidario del hombre, perdonando nuestro pecado, y con su resurrecci?n nos ha abierto de par en par las puertas del cielo.

Despu?s de la muerte, el juicio. Seremos juzgados por Dios, que es Padre misericordioso. Es decir, con la luz de su amor percibiremos con un golpe de intuici?n, cu?nto nos ha amado Dios, y constataremos nuestra respuesta a ese amor. Podr?a darse la situaci?n de quien se ha cerrado totalmente al amor y, aunque quiera amar, ya no podr? amar nunca. Ese es el infierno: apartados de Dios, que sabemos que nos ama, no poder amarlo nunca m?s y permanecer encerrados en el propio ego?smo. Y eso para siempre. ?L?branos de la condenaci?n eterna?, decimos en la Misa.

Si hemos aprendido a amar, estamos salvados. El paso de este mundo al cielo se da cuando estamos purificados de todo pecado y de todas las secuelas de nuestros pecados. Si a la hora de la muerte hay cicatrices de antiguos pecados ya perdonados o manchas todav?a no restauradas, Dios dispone de una ducha de amor intensa, que es el purgatorio, donde se encuentran las almas de los difuntos salvados, que a?n no han podido entrar en el cielo. Por ellos rezamos todos los d?as, y especialmente en estos d?as de difuntos y a lo largo del mes de noviembre, el mes de las ?nimas benditas del purgatorio.

Nuestro destino es el cielo. Dios nos ha creado para vivir con ?l eternamente, para gozar de ?l. Dios satisfar? en el cielo todos los deseos buenos de nuestro coraz?n. Al pensar en los nov?simos, en el remate final de nuestra vida terrena, pensemos en el cielo. Y vivamos de tal manera que merezcamos entrar en el cielo directamente, sin necesidad siquiera de pasar por el purgatorio. La esperanza del cielo nos da fortaleza para superar todas las dificultades de la vida terrena.

Con mi afecto y bendici?n:


+ Demetrio Fern?ndez
Obispo de Tarazona

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Art?culo publicado en la revista "Cooperardor PAULINO", n? 135 de eptiembre - Octubre 2006, en el apartado IGLESIA Y COMUNICACI?N - 22

Sivio Sassi


Llevan la fecha del 22 de febrero 2002 dos documentos del Pontificio Consejo para las comunicaciones sociales ?La Iglesia e Internet? y ?Ftica en Internet?. ?Por qu? dos documentos sobre el mismo tema? Presentando cada uno de los textos veremos el peculiar punto de vista que los caracteriza. Cuando uno de los documentos remite al otro, se recurre a la formulaci?n ?documento adjunto a este?. Son, pues, complemen?tarios pero aut?nomos, sin una continuidad interna.

Para un di?logo
cultura-evangelizaci?n



Lo espec?fico de La Iglesia e Internet es la consideraci?n de las ?implicaciones que tiene Internet para la religi?n y especialmente para la Iglesia cat?lica? (n. 2). La reflexi?n se plantea en la Introducci?n (nn. 1-4): el inter?s de la Iglesia por Internet es un aspecto particular de su preocupaci?n por todos los med?os de comunicaci?n, que son considerados en forma positiva y como verdaderos dones de Dios; el conjunto de los medios de comunicaci?n son factores culturales que concurren al progreso del Reino de Dios en la historia; Internet introduce cambios que influyen ?no s?lo en el modo como la gente se comunica, sino tambi?n en el modo como comprende su vida? (n. 2).

La Iglesia, al considerar los medios de comunicaci?n, tiene un doble objetivo. El primero: ?fomentar su correcto desarrollo y uso con vistas al progreso humano? (n. 3), dialogando con los responsables de los medios para colaborar en la elaboraci?n de una pol?tica adecuada y para comprender bien la naturaleza misma de los medios. El segundo: la Iglesia se preocupa tambi?n ?de la comunicaci?n en y por fa Iglesia misma? (n. 3) ya que la comunicaci?n eclesial no se reduce a cuestiones t?cnicas sino que, fund?ndose en la comuni?n de la Trinidad, llega a ser una cualidad esencial tanto en la evangelizaci?n como en la pr?ctica eclesial interna (cf nn. 3-4).

Los Cat?licos est?n invitados a no ?tener miedo de abrir las puertas de los medios de comunicaci?n social a Cristo? (n. 4) y, en el cap. 2: Oportunidades y desf?os (nn. 5-9), se afronta el fen?meno de los medios y de Internet en relaci?n a la misi?n de la Iglesia. Dado que anunciar a Jesucristo ?a la gente formada por una cultura de los medios de comunicaci?n requiere considerar atentamente las caracter?sticas especiales de los medios mismos, la Iglesia necesita ahora comprender Internet. Esto es preciso para comunicarse eficazmente con la gente, de manera especial con los j?venes, que est?n sumergidos en la experiencia de esta nueva tecnolog?a? (n. 5).

Los medios de comunicaci?n ofrecen importantes beneficios y ventajas a la Iglesia; particularmente ?Internet es importante para muchas actividades y programas de la Iglesia: la evangelizaci?n, que incluye tanto la reevangelizaci?n como la nueva evangelizaci?n y la tradicional labor misionera ad gentes, la catequesis y otros tipos de educaci?n; las noticias y la informaci?n; la apolog?tica, el gobierno y la administraci?n; y algunas formas de asesor?a pastoral y direcci?n espiritual? (n. 5).

La Santa Sede est? ya presente en Internet y ?a los grupos vinculados a la Iglesia que todav?a no han dado este paso se les anima a considerar la posibilidad de hacerlo cuanto antes? (n. 5).

Internet debe servir tambi?n para la comunicaci?n interna de la Iglesia y subrayando la diferencia entre el actual modelo de comunicaci?n en red y el del pasado, ?en una ?nica direcci?n, de arriba abajo? (n. 6). Para un uso correcto de la comunicaci?n en la Iglesia, el texto recuerda la necesidad de la formaci?n: ?La educaci?n y la formaci?n relativas a Internet pueden integrar programas globales de educaci?n en los medios de co?municaci?n accesibles a los miembros de la Iglesia. En la medida de lo posible la planificaci?n pastoral de los medios de comunicaci?n deber?a prever esta formaci?n para los seminaristas, los sacerdotes, los religiosos y el personal pastoral laico como maestros, padres y estudiantes? (n. 7).

La comunicaci?n de Internet plantea a la Iglesia algunos problemas especiales, que ponen en evidencia algunos aspectos negativos. En general, la cultura de los medios de comunicaci?n y de Internet est? impregnada ?de una mentalidad t?picamente posmoderna? (n. 8); en particular, Internet incluye sitios que atacan y difaman a algunos grupos religiosos y ?tnicos, sitios pornogr?ficos y violentos, sitios que abusan de la religi?n cristiana, aplic?ndole incluso interpretaciones exc?ntricas de la fe y pr?cticas devocionales extravagantes.

Adem?s, ?la realidad virtual del ciberespacio tiene algunas implicaciones preocupantes tanto para la religi?n como para otras ?reas de la vida. La realidad virtual no sustituye la presencia real de Cristo en la Eucaristia, ni la realidad sacramental de los otros sacramentos, ni tampoco el culto compartido en una comunidad humana de carne y hueso. No existen los sacramentos en Internet? (n. 9); es necesario considerar ?c?mo llevar a las personas desde el ciberespacio hasta una aut?ntica comunidad? (n. 9).

En las Recomendaciones y conclusi?n (nn. 10-12), el texto contiene una exhortaci?n a la gente que est? presente en todos los sectores de la Iglesia, a que use Internet, ya que ?no es aceptable quedarse atr?s t?midamente por miedo a la tecnolog?a o por cualquier otra raz?n? (n. 10). Despu?s se ofrecen palabras de aliento para motivar positivamente con respecto a Internet a diversos grupos: a los dirigentes de la Iglesia, a los agentes pastorales, a los educadores y a los catequistas, a los padres, a los ni?os y a los j?venes (cf n. 11). La ?ltima invitaci?n se dirige ?a todas las personas de buena voluntad? para que vivan el fen?meno Internet bajo la gu?a de algunas virtudes: prudencia, justicia, fortaleza y valent?a, templanza (cf n. 12).

?tica en Internet

El texto ?tica en Internet se ha redactado con el deseo de ?ex-poner el punto de vista cat?lico sobre Internet, como un punto de partida para la participaci?n de la Iglesia en el di?logo con otros sectores de la sociedad, especial-mente otros grupos religiosos, con respecto al desarrollo y al uso de este admirable instrumento tecnol?gico? (n. 2).

La Introducci?n (nn. 1-6) plan-tea la reflexi?n llamando la atenci?n sobre la diagnosis en torno a la comunicaci?n actual, que supone ?m?s que una simple revoluci?n t?cnica, la completa transformaci?n de aquello a trav?s de lo cual la humanidad capta el mundo que le rodea y que la percepci?n verifica y expresa? (n. 1). La aparici?n y el desarrollo de Internet confirma que ?tiene enormes consecuencias para las personas, para las nacio?nes y para el mundo? (n. 2).

La Iglesia contribuye a responder al interrogante ?tico sobre la comunicaci?n de Internet con ?su compromiso en favor de la dignidad de la persona humana y su larga tradici?n de sabidur?a moral? (n. 2). ?Como sucede con otros medios de comunicaci?n, la persona y la comunidad de personas son el centro de la valoraci?n ?tica de Internet... El principio ?tico fundamental es el siguiente: la persona humana y la comunidad humana son el fin y la medida del uso de los medios de comunicaci?n social; la comunicaci?n deber?a realizarse de persona a persona, con vistas al desarrollo integral de las mismas? (n. 3). El segundo principio fundamental para una ?tica de la comunicaci?n es el bien com?n integral perseguido con la solidaridad. El fen?meno de la comunicaci?n, sobre todo con la consolidaci?n de Internet, se ve involucrado en dos consecuencias importantes: la globalizaci?n, que pone en evidencia una diversidad entre las naciones con respecto al desarrollo de la comunicaci?n (cf n. 4), y la descentralizaci?n, que ha permitido el paso del po??der sobre la comunicaci?n de los estados nacionales a compa??as privadas (cf n. 5).

El cap?tulo 2, Sobre Internet (nn. 7-9), presenta la reflexi?n ?tica en conexi?n con algunos fen?menos t?cnicos y los fundamentos ideol?gicos de Internet. ?Internet tiene un conjunto de caracter?sticas impresionantes. Es instant?neo e inmediato, mundial, descentraliza-do, interactivo, capaz de extender ilimitadamente sus contenidos y su alcance, flexible y adaptable en grado notable. Es igualitario, en el sentido de que cualquiera, con el equipo necesario y modestos conocimientos t?cnicos, puede ser una presencia activa en el c?berespacio, anunciar su mensaje al mundo y pedir ser o?do. Permite a las personas permanecer en el anonimato, desempe?ar un papel, fantasear y tambi?n entrar en con-tacto con otros y compartir. Seg?n los gustos del usuario, se presta igualmente a una participaci?n activa o a una absorci?n pasiva en un mundo narcisista y aislado, con efectos casi narc?ticos. Puede emplearse para romper el aislamiento de personas y grupos o, al contra-r?o, para profundizarlo? (n. 7).

Los aportes positivos de Internet para la persona y la sociedad son m?ltiples si se basan en principios ?ticos que conducen a ?construir la civilizaci?n del amor?, pero al mismo tiempo esta comunicaci?n puede favorecer la alienaci?n, el egocentrismo y pnerse al servicio de un comportamiento agresivo, ?del ciberterrorismo? (n. 9). Las posibilidades de comunicaci?n con Internet ponen en evidencia tambi?n algunos mo?tivos de preocupaci?n (nn. 10-14) para la reflexi?n ecclesial.

Una injusticia que hay que superar es la brecha digital, la discriminaci?n entre pa?ses ricos y pobres tambi?n con respecto a la comunicaci?n en red: ?la Iglesia desea una globalizaci?n que est? al servicio de toda la persona y de todas las personas? (n. 10). Los contenidos que Internet pone a disposici?n constituyen un problema para la Iglesia: los medios de comunicaci?n social e Internet ?transmiten y ayudan a inculcar un conjunto de valores culturales -modos de pensar sobre las relaciones sociales, la familia, fa religi?n y la condici?n humana-, cuya novedad y fascinaci?n pueden cuestionar y destruir las culturas tradicionales? (n. 11).

La libertad de expresi?n en Internet corresponde a las exigencias del derecho humano de buscar la verdad y de la libre ex-presi?n de la opini?n p?blica; soninadmisibles ?los intentos de las autoridades p?blicas de bloquear el acceso a la informaci?n -en Internet o en otros medios de comunicaci?n social-, consider?ndola amenazadora o molesta, manipular al p?blico con la propaganda y la desinformaci?n, o impedir la leg?tima libertad de expresi?n y opini?n? (n. 12).

Una particular atenci?n merece la informaci?n period?stica on-line, ya que Internet es ?un instrumento muy eficaz para transmitir r?pidamente noticias e informaci?n a la gente. Pero la competitividad econ?mica y la ?ndole del periodismo de Internet de funcionar las veinticuatro horas del d?a tambi?n han contribuido al sensacionalismo y a la circulaci?n de rumores, a una mezcla de noticias, publicidad y espect?culo, y a una aparente disminuci?n de los reportajes y comentarios serios? (n. 13). En la informaci?n on-line, el periodismo se inspira en la ideolog?a de la libertad radical: todo puede decirse (cf n. 14).

En las Recomendaciones y conclusi?n (nn. 15-18) se propone de nuevo la virtud de la solidaridad como medida del servicio que Internet presta al bien com?n recordando que ?muchas personas y grupos comparten la responsabilidad en esta materia?: todos los usuarios de Internet, los padres, las escuelas, los centros y programas educativos (cf n. 15).

Tambi?n la comunicaci?n de Internet debe someterse al respeto de algunas leyes; sin embargo ?deber?a evitarse la censura previa de los gobiernos? (n. 16), recurriendo a la formulaci?n de nuevos reglamentos para problemas espec?ficos (por ejemplo la difusi?n de virus). ?La reglamentaci?n de Internet es deseable, y en principio la autorregulaci?n es lo mejor? (n. 16) completada por los c?digos ?ticos de la industria y, en casos extraordinarios, incluso por la censura p?blica.

Teniendo presente el car?cter transnacional de Internet, el documento subraya la necesidad de ?la cooperaci?n internacional con vistas a la formaci?n de criterios y al establecimiento de mecanismos para promover y proteger el bien com?n internacional? (n. 17) para resolver una serie de cuestiones dif?ciles vinculadas precisamente a Internet (cf n. 17).

La ?ltima reflexi?n se dedica a llamar la atenci?n ?sobre el uso de Internet por parte de la Igle?sia y sobre el papel de Internet en la vida de la Iglesia? (n. 18): ?La Iglesia no puede imponer sus respuestas, pero puede y debe proclamar al mundo las respues?tas que posee? (n. 18) en cuyo centro est? siempre la persona de Cristo y la certeza de fe de que tambi?n Internet act?a dentro de los l?mites del Reino de Dios.

Valoraci?n global

El m?rito principal de estos dos textos es la visi?n positiva que inspira la reflexi?n de la Iglesia en los tres ?mbitos: colaboraci?n, especialmente en la consideraci?n ?tica, con todos los que se ocupan de Internet, uso de la comunicaci?n en red en la evangelizaci?n y recurso a Internet para la comunicaci?n dentro de la Iglesia, Los que son siempre sol?citos en reclamar con insistencia la obediencia al magisterio, est?n invitados a descubrir que existe un magisterio tambi?n para la comunicaci?n medial y en red: lo que se exige en otros campos no deber?a ignorarse en el de la comunicaci?n. Es sencillamente imposibile justificar la falta de conocimiento y de compromiso cristiano en la comunicaci?n tanto para la evangelizaci?n como para la vida eclesial interna escud?ndose en inexistentes prohibiciones del magisterio.

Merece la pena, adem?s, poner en evidencia la enunciaci?n metodol?gica de fondo de ambos documentos: primero es necesario estudiar a fondo el fen?meno de la comunicaci?n medi?tica y de Internet para elaborar despu?s pro-puestas significativas tanto desde un punto de vista de estudio e investigaci?n (sobre todo en campo ?tico) como en referencia a la vida y a la misi?n de la Iglesia.

A veces, sobre todo en ambientes eclesiales, se trata de la comunicaci?n con una especie de deformaci?n profesional: el constante punto de observaci?n sigue siendo una visi?n preocupada del aspecto moral que, bien mirado, asume luego las caracter?sticas de un moralismo apresurado, pero omnisciente. Se insiste, en varios puntos de ambos documentos, en el intento de los contenidos expresados: teniendo en cuenta la complejidad del fen?meno comunicativo en general y del r?pido y permanente desarrollo de Internet, no se quiere decir una palabra definitiva, que corre el riesgo de ser superada en poco tiempo, sino mobilizar a la Iglesia en un esfuerzo de reflexi?n y de pr?ctica partiendo de un reconocimiento general de los problemas tal como est?n en este momento. Podr?amos decir que se trata de textos ?abiertos? que exigen la generosidad de todos los que quieran profundizar y mejorar su estudio. Precisamente con vistas a esta colaboraci?n constructiva, podemos poner tambi?n en evidencia en ambos textos la carencia de consecuencias operativas y una ausencia de fondo.

En el texto La Iglesia e Internet, hablando de la necesidad de cambiar el modelo de comunicaci?n (no ya un flujo ?en una sola direcci?n, de arriba a abajo?, n. 6), el documento recuerda con raz?n: ?Es nueva la tecnolog?a, pero no la idea? y se citan oportunamente otros documentos eclesiales donde se afirma la importancia para la vida de la Iglesia de ?un flujo de comunicaci?n bidireccional?. Precisamente dentro de la comunicaci?n eclesial es necesario conjugar de forma arm?nica: las posibilidades que nos ofrecen las tecnolog?as, la veracidad de las ideas expresadas en los textos y la ?praxis? consiguiente. La veracidad de las ideas debe someterse a la prueba de los hechos, de lo contrario no se llega a ser cre?bles tampoco hacia fuera cuando se habla de una leg?tima ?opini?n p?blica? y del derecho a la ?libertad de expresi?n?.

La elecci?n tem?tica y el planteamiento argumentativo de ambos documentos se apoya en el esquema consolidado de ?aspectos negativos y positivos?; es hora de dejar ?la orilla? para ir ?mar adentro?, tambi?n en la reflexi?n sobre la comunicaci?n para plantear un di?logo de fondo entre nueva evangelizaci?n y cultura de la comunicaci?n, adoptando la inculturaci?n. Se necesita, tal vez, un salto epistemol?gico para un nuevo modo de pensar.

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S?bado, 11 de noviembre de 2006
Meditaci?n sobre el evangelio del domingo XXII del Teimpo Ordinario B, Mc. 12, 38-44.

Sinceridad de coraz?n


Este breve suceso que, en su sencillez, nos transmite hoy san Marcos, encierra, sin embargo, una ense?anza decisiva para la vida cristiana; que, por cierto, quiso Nuestro Se?or recalcar en diversas ocasiones. De sobra es conocido, por ejemplo, que criticaba la hipocres?a de los fariseos, llam?ndoles sepulcros blanqueados, aludiendo al tan diferente aspecto que muestran de ordinario esas construcciones por fuera en relaci?n con su interior.

Los comentarios de Jes?s que consideramos hoy se refieren a tres tipos de personas. Nuestro Se?or analiza la conducta de cada una poni?ndola en relaci?n con lo interior de ellas mismas. Queda de este modo manifiesta la autenticidad de los personajes analizados, pues, por la coherencia o no entre el coraz?n y sus obras externas, es patente para nosotros, iluminados por el Se?or, lo aut?ntico, lo que nos permanece oculto de ordinario y s?lo Dios, que ve el coraz?n, conoce siempre.

Cr?tica Jes?s en primer lugar a los que fingen. En aquella ?poca toda una clase de personas se apoyaba en algo, tan superficial y sin fundamento como la indumentaria, para hacerse respetar y gozar de un pretendido prestigio ante la mayor?a. Eran tambi?n un conjunto apariencias y poses estudiadas para insinuar sabidur?a, honradez, piedad, etc. Toda una vida construida sobre un estudiado y artificioso enga?o que, si bien es cierto requer?a no poco esfuerzo por parte del individuo, le invest?a a la vez de abundantes derechos. Derechos de los que gozaban ciertos escribas y fariseos, tan injustamente como falsa era su conducta.

Como poco han cambiado los defectos humanos en el transcurso de los a?os, tambi?n en nuestros d?as nos encontramos con demasiada frecuencia a los que viven de apariencias. Viven del "cuento", solemos decir, Nosotros le pedimos al Se?or no caer nunca en la tentaci?n de querer pasar por algo m?s de lo que somos. Es posible que esa sugerencia perversa se nos insin?e muy ocasionalmente, no como actitud habitual de comportamiento. No debemos, sin embargo, recurrir jam?s a la mentira en ninguna de sus formas, tampoco con la disculpa de que a nadie hacemos da?o o es cosa de poca importancia.

Pensemos, en cambio, que la veracidad debe ser la norma habitual de nuestra conducta. Consiste tan s?lo en comportarse con naturalidad, en no hacer nada especial por aparecer mejores de lo que somos. El veraz no se cansa cuando cae bien. Al menos, vive sin la preocupaci?n de c?mo dar una buena imagen, porque le basta con hacer lo que le parece mejor. Otros, en cambio, tienden como incorporado un asesor de imagen a su personalidad. Est?n, primero, preocupados por la acogida que tendr?n sus palabras, sus gestos, su imagen. Les importa mucho lo que se diga que ellos, lo que se piense... Tan intensa llega a ser para algunas personas esta preocupaci?n que, de hecho, consideran secundario el comportamiento recto. La rectitud en la acci?n ?piensan? no siempre se ve recompensada con el aplauso de quienes la contemplan.

La persona de una pieza, el que es veraz, aunque intente dar buen ejemplo, no est? excesivamente preocupado por c?mo queda con su conducta. Tiene confianza en sus buenas obras: por sus frutos los conocer?is, dijo el Se?or, y sabe que rara vez los buenos lo interpretar?n mal.

Precisamente a esto ser refiere Nuestro Se?or, en su ?ltimo comentario sobre de las otras dos personalidades que aparecen en el Evangelio de este domingo. Observando a los que daban limosna, ve?a que algunos ricos echaban bastante dinero en el lugar previsto. No es a ?stos, sin embargo, a los que alaba Jes?s, pues podr?an haber sido m?s generosos: todos han echado algo de lo que les sobra, comenta Jes?s. Alaba, en cambio, la generosidad total ?que pasa inadvertida en su hero?smo que nadie reconoce? de una mujer viuda. S?lo Dios ?y ya es bastante? advierte el amor grande de su coraz?n.

Tambi?n aplaudir?an su conducta, sin duda, cuantos hombres y mujeres de bien hubieran conocido las circunstancias de su vida, y el af?n por Dios, que impulsaba a la mujer a pesar de su penuria. Posiblemente no ser?a f?cil presuponer una gran generosidad, en quien tan s?lo entregaba dos monedas peque?as. Y precisamente por esto nosotros hemos de aprender la lecci?n de no menospreciar a nadie y, sobre todo, de actuar con toda honradez y el rectitud, muy serenos, casi sin querer saber que otros nos contemplan, y muy seguros, en cambio, de que es Dios ante todo el gran el Espectador de nuestra vida.

Mar?a, llega de Gracia, todo lo hac?a para Dios. Aunque casi todos sus trabajos ordinarios de cada d?a los acogieran otras personas, tal vez Jos? o el propio Jes?s, cada momento de su jornada no dejaba de ser un momento para Dios. A Ella le pedimos saber imitarla especialmente en esto, deseando que en el mundo cunda su ejemplo.



Publicado por verdenaranja @ 23:28  | Espiritualidad
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Viernes, 10 de noviembre de 2006
Discurso que dirigi? Benedicto XVI el jueves, 9 de Noviembre, a los participantes en la asamblea plenaria del Comit? Pontificio para los Congresos Eucar?sticos Internacionales.


Se?ores cardenales,
venerados hermanos en el episcopado y en el sacerdocio,
queridos hermanos y hermanas:

Me agrada mucho vuestra visita y os saludo a todos con afecto. En primer lugar, saludo al se?or cardenal Jozef Tomko, a quien doy las gracias por haber interpretado los sentimientos comunes y por haberme informado sobre el desarrollo de vuestra asamblea plenaria en estos d?as. Un saludo cordial a los miembros del Comit? Pontificio para los Congresos Eucar?sticos Internacionales y a los delegados nacionales que han participado en este encuentro para preparar juntos el pr?ximo 49? Congreso Eucar?stico Internacional, previsto en Quebec en junio de 2008. Saludo tambi?n a los representantes del Comit? preparatorio local de este gran acontecimiento eclesial, as? como al peque?o pero significativo grupo de los ?Adoradores de la Eucarist?a?.

Proced?is de diferentes partes del mundo y el objetivo de vuestra reuni?n consiste en preparar una celebraci?n particularmente importante para toda la Iglesia, como es precisamente un Congreso Eucar?stico Internacional. Como acaba de recordar el cardenal Jozef Tomko, constituye una respuesta conjunta del Pueblo de Dios al amor del Se?or manifestado en la cumbre del Misterio eucar?stico. ?Es verdad! Los Congresos Eucar?sticos, que se celebran en diferentes lugares y continentes, son siempre fuente de renovaci?n espiritual, motivo para hacer conocer mejor la Sant?sima Eucarist?a, que es el tesoro m?s precioso que nos dej? Jes?s; son tambi?n un aliento para que la Iglesia difunda y testimonie sin titubeos el amor de Cristo en todos los ?mbitos de la sociedad.

De hecho, desde que fue instituido vuestro benem?rito Comit? Pontificio, ?ste es su objetivo: ?hacer conocer, amar y servir cada vez m?s a Nuestro Se?or Jesucristo en su Misterio Eucar?stico, centro de la vida y misi?n de la Iglesia para la salvaci?n del mundo?.

Cada uno de estos Congresos Eucar?sticos representa, por tanto, una oportunidad providencial para presentar a la humanidad de manera solemne ?la Eucarist?a, don de Dios para la vida del mundo?, como dice el texto b?sico del pr?ximo Congreso.

Este documento ha sido presentado en el transcurso de vuestras sesiones de trabajo por el cardenal Marc Ouellet, arzobispo de Quebec, a quien dirijo un saludo especial. Podr?n beneficiarse de las gracias especiales que el Se?or dispensar? en el Congreso Eucar?stico Internacional no s?lo quienes tengan la posibilidad de participar personalmente, sino tambi?n las diferentes comunidades cristianas que est?n invitadas a unirse espiritualmente en el mismo.

En esos d?as el mundo cat?lico tendr? los ojos del coraz?n puestos en el sumo misterio de la Eucarist?a para experimentar un renovado empuje apost?lico y misionero. Por este motivo es importante prepararse y os doy las gracias, queridos hermanos y hermanas, por el trabajo que est?is realizando para ayudar a los fieles de todos los continentes a comprender cada vez mejor el valor la importancia de la Eucarist?a en nuestra vida.

Adem?s, la presencia entre vosotros de algunos representantes de los ?Adoradores de la Eucarist?a? y el hecho de que usted, se?or cardenal Tomko, haya mencionado a la Federaci?n Mundial de la Adoraci?n Nocturna me da la oportunidad de recordar lo provechoso que es el redescubrimiento por parte de muchos cristianos de la adoraci?n eucar?stica.

En este sentido, me agrada regresar con la memoria a la experiencia vivida el pasado a?o con los j?venes en Colonia, con motivo de los Jornada Mundial de la Juventud, y en la plaza de San Pedro con los ni?os de Primera Comuni?n, acompa?ados por sus familias y catequistas.

?Qu? necesidad tiene la humanidad de hoy de redescubrir en el Sacramento eucar?stico la fuente de su propia esperanza! Doy gracias al Se?or porque muchas parroquias, junto a la devota celebraci?n de la santa misa, est?n educando a los fieles en la adoraci?n eucar?stica y deseo que, en preparaci?n del Congreso Eucar?stico Internacional, esta pr?ctica se difunda cada vez m?s.

Queridos hermanos y hermanas: como es sabido, la pr?xima exhortaci?n postsinodal estar? dedicada a la Eucarist?a. Recoger? las indicaciones surgidas en el ?ltimo S?nodo de los obispos, dedicado precisamente al Misterio eucar?stico, y estoy seguro de que tambi?n este documento ayude a la Iglesia a celebrar con participaci?n interior el Congreso Eucar?stico, que tendr? lugar en junio de 2008.

Lo encomiendo ya desde ahora a la Virgen Mar?a, primera e incomparable adoradora de Cristo eucar?stico. Que la Virgen os proteja y os acompa?e a cada uno de vosotros, a vuestras comunidades, y haga fecundo el trabajo que est?is realizando para preparar el importante acontecimiento eclesial del Quebec. Por mi parte, os aseguro un recuerdo en la oraci?n y a todos os bendigo de coraz?n.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

Publicado por verdenaranja @ 23:49  | Habla el Papa
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ZENIT publica la homil?a pronunciada por Benedicto XVI durante la misa en la solemnidad de Todos los santos, presidida en la Bas?lica de San Pedro del Vaticano el 1 de noviembre de 2006.


Queridos hermanos y hermanas:
Nuestra celebraci?n eucar?stica se inici? con la exhortaci?n "Alegr?monos todos en el Se?or". La liturgia nos invita a compartir el gozo celestial de los santos, a gustar su alegr?a. Los santos no son una exigua casta de elegidos, sino una muchedumbre innumerable, hacia la que la liturgia nos exhorta hoy a elevar nuestra mirada. En esa muchedumbre no s?lo est?n los santos reconocidos de forma oficial, sino tambi?n los bautizados de todas las ?pocas y naciones, que se han esforzado por cumplir con amor y fidelidad la voluntad divina. De gran parte de ellos no conocemos ni el rostro ni el nombre, pero con los ojos de la fe los vemos resplandecer, como astros llenos de gloria, en el firmamento de Dios.

Hoy la Iglesia celebra su dignidad de "madre de los santos, imagen de la ciudad celestial" (A. Manzoni), y manifiesta su belleza de esposa inmaculada de Cristo, fuente y modelo de toda santidad. Ciertamente, no le faltan hijos d?scolos e incluso rebeldes, pero es en los santos donde reconoce sus rasgos caracter?sticos, y precisamente en ellos encuentra su alegr?a m?s profunda.

En la primera lectura, el autor del libro del Apocalipsis los describe como "una muchedumbre inmensa, que nadie podr?a contar, de toda naci?n, raza, pueblo y lengua" (Ap 7, 9). Este pueblo comprende los santos del Antiguo Testamento, desde el justo Abel y el fiel patriarca Abraham, los del Nuevo Testamento, los numerosos m?rtires del inicio del cristianismo y los beatos y santos de los siglos sucesivos, hasta los testigos de Cristo de nuestro tiempo. A todos los une la voluntad de encarnar en su vida el Evangelio, bajo el impulso del eterno animador del pueblo de Dios, que es el Esp?ritu Santo.

Pero, "?de qu? sirve nuestra alabanza a los santos, nuestro tributo de gloria y esta solemnidad nuestra?". Con esta pregunta comienza una famosa homil?a de san Bernardo para el d?a de Todos los Santos. Es una pregunta que tambi?n se puede plantear hoy. Tambi?n es actual la respuesta que el Santo da: "Nuestros santos ―dice― no necesitan nuestros honores y no ganan nada con nuestro culto. Por mi parte, confieso que, cuando pienso en los santos, siento arder en m? grandes deseos" (Discurso 2: Opera Omnia Cisterc. 5, 364 ss).

Este es el significado de la solemnidad de hoy: al contemplar el luminoso ejemplo de los santos, suscitar en nosotros el gran deseo de ser como los santos, felices por vivir cerca de Dios, en su luz, en la gran familia de los amigos de Dios. Ser santo significa vivir cerca de Dios, vivir en su familia.

Esta es la vocaci?n de todos nosotros, reafirmada con vigor por el concilio Vaticano II, y que hoy se vuelve a proponer de modo solemne a nuestra atenci?n.

Pero, ?c?mo podemos llegar a ser santos, amigos de Dios? A esta pregunta se puede responder ante todo de forma negativa: para ser santos no es preciso realizar acciones y obras extraordinarias, ni poseer carismas excepcionales. Luego viene la respuesta positiva: es necesario, ante todo, escuchar a Jes?s y seguirlo sin desalentarse ante las dificultades. "Si alguno me quiere servir ―nos exhorta―, que me siga, y donde yo est?, all? estar? tambi?n mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrar?" (Jn 12, 26).

Quien se f?a de ?l y lo ama con sinceridad, como el grano de trigo sepultado en la tierra, acepta morir a s? mismo, pues sabe que quien quiere guardar su vida para s? mismo la pierde, y quien se entrega, quien se pierde, encuentra as? la vida (cf. Jn 12, 24-25). La experiencia de la Iglesia demuestra que toda forma de santidad, aun siguiendo sendas diferentes, pasa siempre por el camino de la cruz, el camino de la renuncia a s? mismo.

Las biograf?as de los santos presentan hombres y mujeres que, d?ciles a los designios divinos, han afrontado a veces pruebas y sufrimientos indescriptibles, persecuciones y martirio. Han perseverado en su entrega, "han pasado por la gran tribulaci?n ―se lee en el Apocalipsis― y han lavado y blanqueado sus vestiduras con la sangre del Cordero" (Ap 7, 14). Sus nombres est?n escritos en el libro de la vida (cf. Ap 20, 12); su morada eterna es el Para?so. El ejemplo de los santos es para nosotros un est?mulo a seguir el mismo camino, a experimentar la alegr?a de quien se f?a de Dios, porque la ?nica verdadera causa de tristeza e infelicidad para el hombre es vivir lejos de ?l.

La santidad exige un esfuerzo constante, pero es posible a todos, porque, m?s que obra del hombre, es ante todo don de Dios, tres veces santo (cf. Is 6, 3). En la segunda lectura el ap?stol san Juan observa: "Mirad qu? amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ?lo somos!" (1 Jn 3, 1). Por consiguiente, es Dios quien nos ha amado primero y en Jes?s nos ha hecho sus hijos adoptivos. En nuestra vida todo es don de su amor. ?C?mo quedar indiferentes ante un misterio tan grande? ?C?mo no responder al amor del Padre celestial con una vida de hijos agradecidos? En Cristo se nos entreg? totalmente a s? mismo, y nos llama a una relaci?n personal y profunda con ?l.

Por tanto, cuanto m?s imitamos a Jes?s y permanecemos unidos a ?l, tanto m?s entramos en el misterio de la santidad divina. Descubrimos que somos amados por ?l de modo infinito, y esto nos impulsa a amar tambi?n nosotros a nuestros hermanos. Amar implica siempre un acto de renuncia a s? mismo, "perderse a s? mismos", y precisamente as? nos hace felices.

Ahora pasemos a considerar el evangelio de esta fiesta, el anuncio de las Bienaventuranzas, que hace poco hemos escuchado resonar en esta bas?lica. Dice Jes?s: "Bienaventurados los pobres de esp?ritu, los que lloran, los mansos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los puros de coraz?n, los art?fices de paz, los perseguidos por causa de la justicia" (cf. Mt 5, 3-10).

En realidad, el bienaventurado por excelencia es s?lo ?l, Jes?s. En efecto, ?l es el verdadero pobre de esp?ritu, el que llora, el manso, el que tiene hambre y sed de justicia, el misericordioso, el puro de coraz?n, el art?fice de paz; ?l es el perseguido por causa de la justicia.

Las Bienaventuranzas nos muestran la fisonom?a espiritual de Jes?s y as? manifiestan su misterio, el misterio de muerte y resurrecci?n, de pasi?n y de alegr?a de la resurrecci?n. Este misterio, que es misterio de la verdadera bienaventuranza, nos invita al seguimiento de Jes?s y as? al camino que lleva a ella.

En la medida en que acogemos su propuesta y lo seguimos, cada uno con sus circunstancias, tambi?n nosotros podemos participar de su bienaventuranza. Con ?l lo imposible resulta posible e incluso un camello pasa por el ojo de una aguja (cf. Mc 10, 25); con su ayuda, s?lo con su ayuda, podemos llegar a ser perfectos como es perfecto el Padre celestial (cf. Mt 5, 48).

Queridos hermanos y hermanas, entramos ahora en el coraz?n de la celebraci?n eucar?stica, est?mulo y alimento de santidad. Dentro de poco se har? presente del modo m?s elevado Cristo, la vid verdadera, a la que, como sarmientos, se encuentran unidos los fieles que est?n en la tierra y los santos del cielo. As? ser? m?s ?ntima la comuni?n de la Iglesia peregrinante en el mundo con la Iglesia triunfante en la gloria.

En el Prefacio proclamaremos que los santos son para nosotros amigos y modelos de vida.
Invoqu?moslos para que nos ayuden a imitarlos y esforc?monos por responder con generosidad, como hicieron ellos, a la llamada divina.

Invoquemos en especial a Mar?a, Madre del Se?or y espejo de toda santidad. Que ella, la toda santa, nos haga fieles disc?pulos de su hijo Jesucristo. Am?n.


[Traducci?n distribuida por la Santa Sede
? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

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DOMINGO 33 DEL TIEMPO ORDINARIO / B
19 de noviembre de 2006


El Dios de la esperanza, que por la acci?n del Esp?ritu Santo nos colma con su alegr?a y con su paz, est? siempre con todos vosotros.

MONICI?N DE ENTRADA

Estamos acerc?ndonos ya al final del a?o lit?rgico. Y en estos ?ltimos domingos, antes de comenzar otra vez el tiempo de Adviento, nuestra mirada se dirige a la plenitud de la vida que nos promete Jes?s; nuestra mirada se dirige al final de la historia, cuando podremos vivir con Dios y con Jes?s resucitado en su Reino. Nuestra vida es un camino en esta direcci?n, y la Eucarist?a es un anticipo de esa vida definitiva, a la vez que tambi?n un alimento para el camino. Dispong?monos a nuestra celebraci?n con actitud de acci?n de gracias, y con los ojos puestos en la felicidad que Jes?s nos ofrece y hacia la que caminamos.
Tambi?n hoy celebramos el D?a de la Iglesia Diocesana, una jornada especialmente dedicada a concienciarnos y a colaborar en el sostenimiento corresponsable de nuestra Iglesia.

A. penitencial: Comencemos reconociendo que tantas veces no acertamos en nuestro camino de seguimiento de Jes?s. Pidamos humildemente perd?n. (Silencio).

- T?, que has sido enviado a sanar los corazones afligidos. SE?OR, TEN PIEDAD.
- T?, que has venido a llamar a los pecadores. CRISTO, TEN PIEDAD.
- T?, que est?s sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros. SE?OR, TEN PIEDAD.

1. lectura (Daniel 12,1-3): El libro del profeta Daniel, del que escucharemos ahora un breve fragmento, es un libro del Antiguo Testamento de los que se llaman apocal?pticos, porque anuncian hechos extraordina?rios al final de los tiempos. Pero siempre, en medio de situaciones dif?ciles y dolorosas, est? la promesa esperanzada de salvaci?n de Dios para su pueblo.

2. lectura (Hebreos 10,11-14.18): Continuamos escu?chando, en esta segunda lectura, la carta a los cris?tianos hebreos, que nos explica todo lo que Jes?s ha hecho por nosotros: ?l, con su entrega, nos ha liberado del pecado y nos ha abierto las puertas de la vida para siempre.

Oraci?n universal: Presentemos ahora con confianza nuestras intenciones al Padre, diciendo: PADRE, ESC?CHANOS.

1. Por el papa Benedicto, por nuestro obispo N., por todos los pastores de la Iglesia. Que gobiernen el reba?o que tienen confiado con amor y sensatez. OREMOS:
2. Por nuestra di?cesis de y por todos los que la formamos: sacerdotes y di?conos, religiosos y religiosas, laicos y laicas, con todas las entidades, grupos y movimientos. Que seamos una aut?ntica familia reunida por Jes?s. OREMOS:
3. Por todos los cristianos. Que tomemos conciencia de que todos somos responsables del sostenimiento de nuestra Iglesia, y seamos generosos en nuestras aportaciones. OREMOS:
4. Por todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Que pongamos nuestra mirada no s?lo en el presente, sino tambi?n en el futuro, con confianza y esperanza de un mundo mejor para todos. OREMOS:
5. Por las diversas vocaciones consagradas en la Iglesia. Que haya j?venes, chicos y chicas, que se sientan llamados a entregar su vida al servicio de Dios y de los hermanos. OREMOS:
6. Por todos nosotros. Que la Eucarist?a que celebramos. nos ayude a avanzar en el camino de la vida en pleni?tud que Jes?s nos promete en su Reino. OREMOS:
Escucha, Padre, nuestras oraciones, y conc?de?nos lo que te hemos pedido con fe. Por Jesucristo, nuestro Se?or.

CPL - Barcelona MISA DOMINICAL 2006

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DOMINGO 32 DEL TIEMPO ORDINARIO / B
12 de noviembre de 2006


La paz, el amor y la fe, de parte de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Se?or, est?n con todos vosotros.

MONICI?N DE ENTRADA

Sed bienvenidos, hermanas y hermanos, a celebrar la Eucarist?a del domingo. Una semana m?s, Jes?s nos invita y nosotros acudimos a la cita: con humil?dad, con sencillez, sinti?ndonos d?biles y pobres en su presencia; pero con generosidad, porque queremos corresponder con amor hacia Dios y hacia los dem?s a todo lo que hemos recibido de su amor, que es mucho m?s grande. Dispong?monos a recibir tambi?n ahora, en esta celebraci?n, todo lo que significa la presencia de Jes?s en medio de nosotros.

A. penitencial: Comencemos reconociendo que tantas veces no vivimos siguiendo el camino del evan?gelio. Pong?monos humildemente ante Dios y pidamos perd?n. (Silencio)

- T?, que eres el defensor de los pobres. SE?OR, TEN PIEDAD.
- T?, que eres el refugio de los d?biles. CRISTO, TEN PIEDAD.
- T?, que eres la esperanza de los pecadores. SE?OR, TEN PIEDAD.
-
Dios misericordioso tenga piedad de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

1. lectura (1 Reyes 17,10-16): En esta primera lectura, del Antiguo Testamento, escucharemos una historia de generosidad. En una situaci?n de pobreza, de hambre y escasez, una viuda pobre da lo poco que tiene para alimentar al profeta El?as. Es la generosidad que Dios quiere, y que despu?s Jes?s mismo alabar? tambi?n en el evangelio.

2. lectura (Hebreos 9,24-28): En la segunda lectura, vamos siguiendo durante unos cuantos domingos la carta a los cristianos hebreos, que nos explica todo lo que Jes?s ha hecho por nosotros: ?l, con su entrega, nos ha liberado del pecado y nos ha abierto las puertas de la vida para siempre.

Oraci?n universal: Oremos ahora a Dios, nuestro Padre, por nosotros, por la Iglesia, por el mundo entero. Oremos diciendo: ESC?CHANOS, PADRE.

1. Por el papa, por los obispos, por todos los que tienen alguna responsabilidad en la Iglesia. Que act?en siempre con esp?ritu de servicio y con fidelidad al evangelio. OREMOS:
2. Por todos los cristianos. Que demos testimonio de generosidad y solidaridad hacia los dem?s, especial-mente hacia los m?s necesitados. OREMOS:
3. Por nuestra sociedad. Que no se deje llevar por la apariencia, por la imagen, sino por los valores m?s aut?nticos que ayudan a construir un mundo mejor para todos. OREMOS:
4. Por las vocaciones al sacerdocio y al diaconado. Que haya hombres que se sientan llamados a estos ministerios ordenados al servicio de la comunidad.
OREMOS:
5. Por todos nosotros. Que la Eucarist?a que celebramos nos ayude a vivir m?s y mejor nuestro seguimiento de Jes?s. OREMOS:
Escucha, Padre, nuestras oraciones, y derrama tu Esp?ritu sobre nosotros y sobre el mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Se?or.


CPL - Barcelona MISA DOMINICAL 2006 (14) ? 23

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DOMINGO 31 DEL TIEMPO ORDINARIO / B
5 de noviembre de 2006


La gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Se?or, est?n con todos vosotros.

Hoy, en el evangelio, nos encontraremos con una de aquellas escenas que nos llenan de paz y de alegr?a. Le preguntan a Jes?s cu?l es el mandamiento principal de la Ley, y ?l responde recordando que, efectivamente, nuestra fe no es una complicada lista de normas, sino un camino que todo el mundo puede entender: amar a Dios, amar a los dem?s.
Dispong?monos, ya desde el principio de esta Eucarist?a, a escuchar una vez m?s estas palabras estimulantes de Jes?s, que en el fondo nos invita a vivir con la misma sencillez amorosa con que ?l vivi?.

A. penitencial: Pong?monos ahora en silencio ante Dios, y pid?mosle que nos renueve con su gracia.
(Silencio)

T?, que eres nuestro camino. SE?OR, TEN PIEDAD
T?, que eres nuestra esperanza. CRISTO, TEN PIEDAD.
T?, que eres nuestra vida. SE?OR, TEN PIEDAD.


1. lectura (Deuteronomio 6,2-6): Escuchemos, en esta primera lectura, c?mo Mois?s invita al pueblo de Israel a amar a Dios por encima de todo. Jes?s, en el evangelio, nos invitar? a unir ese amor a Dios con el amor a los hermanos.
Salmo (17): Ahora, con las palabras del salmo, cantemos a nuestro Dios. ?l es el ?nico Dios, es nuestra fuerza, nuestra vida, nuestra salvaci?n para siempre.

2. lectura (Hebreos 7,23-28): La carta a los cristianos hebreos, que durante estos domingos leemos como segunda lectura, nos invita a poner los ojos en Jes?s, nuestro ?nico sacerdote, el ?nico que nos acerca a Dios.

Oraci?n universal: Presentemos al Padre nuestras plegar?as, por nosotros y por el mundo entero, diciendo: ESC?CHANOS, PADRE.

Por la unidad de todas las Iglesias cristianas. OREMOS:
Por las vocaciones sacerdotales y religiosas. OREMOS:
Por los gobernantes de nuestro pa?s. OREMOS:

Por los que tienen que ganarse la vida con trabajos duros y mal pagados. OREMOS:

Por los que han ca?do en la droga y la delincuencia. OREMOS:

Por... OREMOS:

Por nosotros, y por nuestros familiares y amigos. OREMOS:

Escucha, Padre, nuestra oraci?n, y haz de nues?tras vidas un fiel reflejo de tu amor. Por Jesucristo nuestro Se?or.

CPL - Barcelona MISA DOMINICAL 2006 (14) ? 33

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Carta Pastoral del Arzobispo de Oviedo, Don Carlos Osoro Sierra, con motivo del Domund 2006, 22 de octubre. (Iglesia en Asturias)


?SAN FRANCISCO JAVIER, TESTIGO Y MAESTRO DE LA MISI?N?
22 de octubre de 2006


San Francisco Javier, expresi?n de la belleza que tiene el amor de Dios
Un a?o m?s, celebramos la Jornada Misionera Mundial Misionera del DOMUND, que nos ofrece la posibilidad de hacer una reflexi?n serena sobre la misi?n de la Iglesia. El Papa Benedicto XVI ha elegido como lema para esta jornada el de ?La caridad, alma de la misi?n?. En Espa?a, con motivo de la celebraci?n del Quinto Centenario del nacimiento de San Francisco Javier, tenemos para esta edici?n de 2006 un lema espec?fico: ?San Francisco Javier, testigo y maestro de la misi?n?. La figura fascinante de San Francisco Javier es una expresi?n singular de la fuerza y de la belleza extraordinaria que tiene la caridad, es decir, el amor como alma de la misi?n. A pesar de lo breve que fue la acci?n misionera de San Francisco Javier, once a?os y medio, sin embargo, es uno de los grandes misioneros de la historia. La fisonom?a espiritual de este santo nos hace ver c?mo arde en su coraz?n, con una fuerza muy honda, la llama poderosa del amor de Dios y el amor inmenso a los hombres que nacen precisamente de la fuerza del amor de Dios en su vida. Esto es lo que lleva a Francisco Javier a tener un celo especial por extender la gloria de Dios y por desear que llegue a todos los hombres la salvaci?n.

testigos y maestros, como vasijas que se llenan del amor de Dos para darlo
Solamente se puede ser testigo y maestro siendo vasija que se ha dejado llenar por el amor de Dios. Pues, si la misi?n no nace de ese profundo acto de amor de Dios, corre siempre el riesgo de verse reducida a una simple actividad filantr?pica o social. ?Qu? fuerza m?s grande tiene el percibir el amor de Dios en cada persona! Cuando sentimos que Dios nos quiere y nos envuelve en su amor, entramos en el n?cleo de esa experiencia ?nica que nos capacita para anunciar el Evangelio. Llenarnos del amor de Dios nos convierte en testigos y maestros. Para poder evangelizar la Iglesia necesita la fortaleza del Esp?ritu Santo que, en definitiva, es estar fuerte y lleno del Amor de Dios. Descubrimos c?mo los ap?stoles, cuando a?n no hab?an recibido el Esp?ritu Santo, viv?an acobardados y recluidos en el cen?culo. Sin embargo, cuando llegan a tenerlo, a?n siendo muy pocos y sin gran sabidur?a humana, muestran una fuerza capaz de evangelizar a todos los pueblos: ?Recibir?is la fuerza del Esp?ritu Santo que vendr? sobre vosotros, y ser?is mis testigos en Jerusal?n, en Judea y Samar?a, y hasta los confines de la tierra? (Hch 1, 8) y ?la Iglesia se edificaba y caminaba en la fidelidad al Se?or, e iba en crecimiento por la asistencia del Esp?ritu Santo? (Hch 9, 31).

urgencia de la misi?n y riesgo de vaciar el impulso misionero
Hay unas palabras en la Primera Carta de San Juan que nos hacen descubrir la urgencia de la misi?n de la Iglesia, me refiero a estas: ?En esto se manifest? el amor que Dios nos tiene; en que Dios envi? al mundo a su Hijo ?nico para que vivamos por medio de ?l? (1 Jn 4, 9). Solamente viviendo de Jesucristo tenemos capacidad para realizar la misi?n que ?l entreg? a la Iglesia de anunciarle a todos los hombres. El Amor se hizo presente entre nosotros en Jesucristo. Ese mismo amor tiene que seguir haci?ndose visible y palpable entre los hombres a trav?s de la Iglesia. Y no se har? tal, no encontrar? rostros que lo hagan presente, si se vive al margen, si se tienen dudas o se escamotea la presencia alentadora y transformadora de ese amor que tiene rostro: Jesucristo. ?Tendremos hoy este riesgo?

Viene bien recordar aquellas palabras de la enc?clica Redemptoris missio del Papa Juan Pablo II en las que nos se?ala una realidad que se puede dar en la Iglesia: ?La misi?n espec?fica ?ad gentes? parece que se va parando, no ciertamente en sinton?a con las indicaciones del Concilio y del magisterio posterior?En la historia de la Iglesia el impulso misionero ha sido siempre signo de vitalidad, as? como su disminuci?n es signo de una crisis de fe? (RM 2). Hagamos todo lo que est? a nuestro alcance en nuestra Iglesia Diocesana para dar a conocer al Dios que es Amor. Vivamos la comuni?n con Jesucristo para poder regalar as? el amor en su manifestaci?n m?s radical _hasta dar la vida por todos los hombres_ para que todos sientan el efecto del Amor entra?able y misericordioso manifestado en Jesucristo.

el arte de vivir en la caridad: incendiar el mundo con la caridad
Como San Francisco Javier, estamos llamados a ser testigos y maestros. Un testigo y un maestro se hace en la casa del hombre que es Dios mismo. Hay que vivir en ?l y de ?l, solamente as? ardemos con ese fuego de amor, de caridad, que es capaz de incendiar el mundo entero. San Francisco Javier, testigo y maestro en el arte de la misi?n, fue un testigo aut?ntico, pues hablaba de lo que ?l mismo ve?a y experimentaba; no hablaba de memoria o de cuestiones aprendidas en un libro, lo hac?a como quien contaba de primera mano lo que estaba contemplando, que no era m?s que a Jesucristo. El testigo, por tanto, es siempre un contemplativo que se convierte en maestro que ense?a a los dem?s desde su propia experiencia fraguada en esa relaci?n ?ntima y profunda con el Se?or: la Verdad.

arriesgar la vida para predicar la Buena Noticia y ser testigos de la verdad
Fijo la mirada en un dato de la personalidad de San Francisco Javier: su parres?a apost?lica, su audacia y la fortaleza que mostraba en todas las situaciones, incluso cuando arriesgaba gravemente su vida para afirmar y predicar la verdad de Jesucristo. Al igual que San Pablo, sent?a en su vida la misi?n extraordinaria que el Se?or hab?a encargado a la Iglesia: la de predicar la Buena Noticia a todas las naciones de la tierra (cf. Mt 28, 18-20; Mc 16, 15-16). San Francisco Javier es un testigo y un maestro que arriesg? gravemente su vida a la hora de dar testimonio de la Verdad. Su predicaci?n fue siempre sencilla, centrada en las grandes verdades del Credo y en las principales oraciones cristianas. Arriesgar la vida por anunciar a Jesucristo supone: 1) luchar directamente contra el pecado: ?Como el Padre me ha enviado, as? os env?o yo? (Jn 20, 21); 2) dar testimonio expl?cito de la verdad, que es el mismo Jesucristo, sin ambig?edades de ning?n tipo; 3) predicar directamente a Cristo Salvador, sin correr el riesgo de predicar otros valores que vac?en de contenidos la vida cristiana; 4) alentar la conversi?n de los hombres con el testimonio de vida y la palabra, desde la ?ptica de una Iglesia martirial.

empe?o de la comunidad cristiana: llenar el mundo de caridad, de Dios mismo
El empe?o primero de toda comunidad cristiana es regalar al mundo el Amor, ese amor que se manifest? en Jesucristo y que llena nuestra vida por la efusi?n del Esp?ritu Santo que se nos ha dado. Nuestra gran tarea y misi?n es llenar el mundo de la caridad, que es Dios mismo. Por eso, ser fieles al amor divino, es el gran empe?o que debemos de tener todos los cristianos y todas las comunidades cristianas. Cuando tenemos conciencia de esta misi?n, hay generosidad y disponibilidad de los disc?pulos para realizar toda clase de obras; pues, tal como nos dec?a el Papa Juan Pablo II, ?actuando con caridad o inspirados por la caridad, nada es disconforme y todo es bueno? (RM 60). La comunidad cristiana llena el mundo de Dios si desarrolla estos compromisos:


? Colaborar con todas las fuerzas de que sea capaz en la actividad de la Obra Pontificia de la Propagaci?n de la Fe.
? Suscitar inter?s por la evangelizaci?n universal en las familias, en las comunidades cristianas, en las parroquias, escuelas, laicos, sacerdotes, vida consagrada.
? Fomentar las vocaciones misioneras.
? Animar a la cooperaci?n espiritual en favor de las misiones.
? Favorecer el intercambio de personal apost?lico para la evangelizaci?n del mundo.
? Colaborar econ?micamente con la Iglesia para solventar las necesidades de la misi?n.

nuestra Archidi?cesis de Oviedo, misionera
Nuestra Iglesia Diocesana tiene que vivir cada d?a la misi?n con m?s intensidad, pues la Iglesia naci? para la misi?n. Hoy os pido ayuda econ?mica para realizar la misi?n ad gentes; sed generosos, la transformaci?n radical de este mundo solamente llegar? si promovemos el Amor de Dios, como lo hizo Francisco Javier, en todas las situaciones que nos toca vivir. En el libro de los Hechos de los Ap?stoles San Lucas ilustra con tres grandes retratos la naturaleza de la Iglesia, que San Francisco Javier tambi?n supo vivir:


1. El libro de los Hechos de los Ap?stoles nos habla de la permanencia de los disc?pulos en el cen?culo, en compa??a de los fieles de Jes?s, junto con Mar?a, su madre, y en la constancia de la oraci?n. Toda la actividad de San Francisco Javier es dirigirse al Dios vivo, para estar disponibles a su querer.
2. El libro de los Hechos de los Ap?stoles nos dice que para ser cristiano hay que acoger el regalo del dep?sito de la fe, en la asiduidad en la ense?anza de los ap?stoles, en la perseverancia en la vida de comunidad, en la fracci?n del pan y en la oraci?n. San Francisco Javier nos recordar? que palabra y sacramento son las dos columnas del edificio vivo de la Iglesia.
3. El libro de los Hechos de los Ap?stoles nos hace vivir sabiendo y experimentando en nuestra propia vida que Dios es Amor. Es el fuego del Esp?ritu Santo quien pone en movimiento a la Iglesia. Y el Esp?ritu, que es amor, impulsa a los disc?pulos a ser testigos del amor, es decir, de Jesucristo, hasta los confines de la tierra. ?No es esto lo que hizo San Francisco Javier?


colabora econ?micamente en la misi?n de la Iglesia y siente la intercesi?n de San Francisco Javier y de la Santina de Covadonga
Os pido que colabor?is econ?micamente en el anuncio de Jesucristo a los hombres que a?n no lo conocen. Al pedir la intercesi?n de San Francisco Javier, uno de los patronos de las misiones, invocamos tambi?n la de la Sant?sima Virgen Mar?a, en su advocaci?n de Covadonga, para poder regalar a todos, como Ella hizo, el rostro humano de un Dios que es Amor.

Con gran afecto, os bendice

Carlos Osoro Sierra
Arzobispo de Oviedo

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Jueves, 09 de noviembre de 2006
Respetar la naturaleza es algo que todos queremos, lo vemos en el acertado cuidado de la ecolog?a que con tanta insistencia se ha sembrado en nuestro entorno. La Iglesia ha sido siempre respetuosa de la ley natural, porque es en la misma naturaleza del hombre donde se encuentra su plenitud y no s?lo en las leyes positivas. El mismo cuerpo humano expresa la diferencia fundamental y complementaria entre un hombre y una mujer.

Los obispos de M?xico, apoyamos leyes que dignifiquen al ser humano, que lo engrandezcan y que lo hagan gozar del innato deseo de felicidad que Dios ha sembrado en sus corazones. Apoyamos con certeza leyes cuyo objetivo es perseguir siempre la bondad que hace libre a los seres y que los ubica en igualdad de condiciones.

El matrimonio es la base de la familia, como la familia es el v?rtice del matrimonio. Es imposible separar una de otra. La familia no est? en funci?n de la sociedad y del estado, sino la sociedad y el estado est?n en funci?n de la familia. Es la comunidad humana fundamental. Conforme sea la familia, ser? la naci?n, porque as? es el hombre. El futuro del hombre se decide en la familia.

Cuando el valor de la familia est? amenazado por presiones sociales y econ?micas, la Iglesia reaccionar? reafirmando que la familia entre un hombre y una mujer, es necesaria no s?lo para el bien privado de cada persona, sino tambi?n para el bien com?n de toda sociedad, naci?n y Estado.

Esta iniciativa de ley pretende legitimar las relaciones de las sociedades de convivencia, y veladamente quiere dar origen a una legislaci?n que fomenta mecanismos que aprueben los matrimonios entre personas del mismo sexo, incluso con el derecho de adoptar ni?os, pues la naturaleza les imposibilita engendrarlos entre s?. Una ley como esta, s?lo ve y pretende dar soluciones incompletas y moment?neas a un problema que es m?s complejo de lo que aparenta ser.

Ciertamente la Iglesia cat?lica ve con verdadero amor a todos los hombres y mujeres sin importar preferencias ni inclinaciones, pero fieles a la misi?n de Pastores, nos oponemos tajantemente a actitudes que da?en al mismo hombre en su proyecto integral de vida.

Proponemos a los legisladores legislar en favor de la dignidad del ser humano y de la familia, ya que la familia es la verdadera medida de la grandeza de una naci?n, del mismo modo que la dignidad del hombre es la aut?ntica medida de la civilizaci?n.



+ Carlos Aguiar Retes
Obispo de Texcoco
Secretario General de la CEM

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Publicada en ?Paraula-Iglesia en Valencia? el 12 de noviembre de 2006


Cuando los cristianos recordamos el mandamiento de amar a Dios y al pr?jimo, en nuestra sociedad se presentan con frecuencia dos objeciones que pueden formularse con estos dos interrogantes: ?es posible amar a Dios?; ?se puede mandar el amor? Benedicto XVI, en su Enc?clica ?Deus caritas est?. Sobre el amor cristiano, ofrece respuestas para iluminar el sentido del amor a los ciudadanos del siglo XXI.
La primera objeci?n plantea que si nadie ha visto a Dios resulta imposible amarlo. Parece, incluso, que la Escritura sostiene esta argumentaci?n cuando San Juan afirma que ?quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve?. Pero esta apariencia es falsa. Este pasaje tiene otro sentido muy distinto: el amor al pr?jimo es un camino para encontrar tambi?n a Dios, y cerrar los ojos ante el pr?jimo nos convierte tambi?n en ciegos ante Dios.

Es cierto que nadie ha visto a Dios, tal como es en s? mismo. Y, sin embargo, sigue se?alando nuestro Papa: Dios no es del todo invisible para nosotros, no ha quedado fuera de nuestro alcance porque Dios nos ha amado primero, y su amor se ha hecho visible en Jes?s, Dios hecho hombre. En la historia de amor que nos narra la Biblia, ?l sale a nuestro encuentro, trata de atraernos, llegando hasta la ?ltima Cena, hasta el coraz?n traspasado en la cruz, hasta las apariciones del Resucitado y las grandes obras mediante las que ?l, por la acci?n de los ap?stoles, ha guiado el caminar de la Iglesia naciente.

El Se?or ha estado presente en la historia sucesiva de la Iglesia: en los hombres en los que ?l se refleja, en la Palabra, en los Sacramentos, y de manera muy singular en la Eucarist?a. Benedicto XVI subraya con fuerza que en la liturgia de la Iglesia, en la oraci?n, en la comunidad viva de los creyentes, experimentamos el amor de Dios, percibimos su presencia y aprendemos a reconocerla en nuestra vida cotidiana.

La segunda objeci?n sobre la imposibilidad de mandar el amor debemos responderla desde esta experiencia: Jes?s nos ha amado primero y sigue am?ndonos primero. Por eso, el ser humano puede corresponder tambi?n con el amor. Dios no nos impone a los seres humanos un sentimiento que no pueda nacer en nosotros. ?l nos ama y nos hace ver y experimentar su amor.

En la sociedad actual podemos ver im?genes distorsionadas del amor cuando ?ste se reduce exclusivamente al placer, o se exalta la faceta m?s irracional de los sentimientos. La superioridad del ser humano provisto de conciencia, inteligencia y voluntad puede y debe apreciarse en todos sus actos, incluido el amor. El Santo Padre precisa que el amor no es s?lo un sentimiento pasajero. La madurez del amor abarca todas las potencialidades del hombre en su integridad. El amor implica a todo el ser, incluida la voluntad y nuestro entendimiento.

Para amar a Dios hay que buscarle. La historia de amor entre Dios y el hombre crece en la medida en que nuestro querer y la voluntad de Dios coinciden cada vez m?s. La voluntad de Dios pasa a ser mi propia voluntad, y se experimenta que Dios est? m?s dentro de m? que lo m?s ?ntimo m?o. Crece el abandono en Dios y Dios es nuestra alegr?a.

El amor al pr?jimo es posible porque en Dios y con Dios es posible amar tambi?n a la persona que no me agrada, o ni siquiera conozco. Se aprende a mirarla no s?lo desde los propios ojos y sentimientos sino desde la perspectiva de Jesucristo. Al verlo con los ojos de Cristo, podemos dar al otro mucho m?s que cosas externas: podemos ofrecer la mirada del amor que ?l necesita.

El amor crece a trav?s del amor. Benedicto XVI concluye la primera parte de la Enc?clica se?alando que el amor es divino porque proviene de Dios y a Dios nos une, y mediante este proceso unificador, nos transforma en un Nosotros, que supera nuestras divisiones y nos convierte en una sola cosa, hasta que al final Dios sea ?todo para todos?.

Ante los graves problemas de la humanidad de nuestro tiempo, donde el ego?smo se hace presente en tantas relaciones econ?micas, pol?ticas, sociales y entre particulares, Benedicto XVI nos invita a que pongamos nuestra fe a trabajar con obras de amor, semillas de verdadera paz y de esperanza. Siempre vamos a encontrar personas que necesitan y precisan actos, hechos y obras que rompan la soledad del ego?smo.

Con mi bendici?n y afecto,

Agust?n Garc?a-Gasco Vicente
Arzobispo

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10 de Noviembre

El Centro de Estudios Teol?gicos (ISTIC) de Tenerife, en cuanto Centro Asociado al Instituto Internacional de Teolog?a a Distancia, y en coordinaci?n con la Vicar?a de Pastoral de la Di?cesis de Tenerife, establece un Plan trienal de formaci?n b?sica para Agentes de Pastoral.
Adem?s de la Sede de La laguna, situada en el Seminario Diocesano, existen varias tutor?as de zona en la Di?cesis, con un responsable de zona que se encarga de gestionar las matr?culas y organizar las clases y tutor?as. Consiste en una clase semanal durante el tiempo necesario y se puede asistir a clase in Icod (mi?rcoles) o en Los Silos (jueves).

El Plan consta de: 1. Dos cursos de Formaci?n B?sica de laicos (Antropolog?a y Teolog?a). 2 Un tercer curso de Especialidad en una dimensi?n de la Acci?n pastoral

9 de Noviembre

El Arciprestazgo de la Cuesta celebr? un
Almuerzo de Fraternidad a beneficio de C?ritas en orden a desarrollar la tradicional Campa?a de Navidad. En la Sala Castillo Tegueste. Esta iniciativa se completa con la Venta en el Rastro de Santa Cruz de art?culos varios, la Venta de Flores de Pascua. El objetivo es que en todas las casas de la zona se pueda celebrar la Navidad de manera especial y que no haya
ning?n ni?o a quien no le visiten los Magos de oriente.

9 de Noviembre

C?ritas est? sometiendo a obras de mejora las instalaciones del proyecto social Caf? y Calor. Este servicio de acogida a personas sin hogar est? ubicado en la avenida de B?lgica. Seg?n Javier Gutierrez, de C?ritas, las obras buscan optimizar las prestaciones de higiene, como los ba?os y duchas, porque reconoce que est?n algo deteriorados.

9 de Noviembre

En su d?cimo cuarta edici?n este domingo se celebra el D?a de los Sin Techo. Con este motivo, C?ritas ha denunciado el aumento de las agresiones f?sicas o actos violentos contra las personas que viven en la calle y la presi?n de un n?mero creciente de ayuntamientos contra este colectivo. C?ritas tambi?n alerta con motivo de esta conmemoraci?n del cambio de perfil de los Sin Techo, debido sobre todo al incremento del n?mero de mujeres, j?venes e inmigrantes.

9 de Noviembre

Desde el jueves se celebra en el hotel Taburiente de Bre?a Baja, La Palma, el XXXV Congreso Nacional de Hospitalidades Espa?olas nuestra Se?ora de Lourdes. El Obispo particip? en la inauguraci?n del mismo. La cita se desarrolla bajo el lema ?Caminos de amor en un mar de esperanzas? y el responsable de las ponencias centrales del Congreso es el doctor en teolog?a pastoral sanitaria Jos? Carlos Bermejo.

Art?culo del Padre Fernando Lorente, O.H. publicado
en EL D?A, el mi?rcoles 8 de Noviembre en la seccci?n CRITERIOS.

Luz en el Camino
Fernando Lorente, O.H. *


A todas las personas que, en el correr del tiempo y lugares, el testimonio de su existencia nos sigue ense?ando a convivir con respeto y sencillez

Y SON MUCHAS en nuestra sociedad actual. Sin embargo, sus nombres nunca vienen en los peri?dicos o muy raramente. No tienen t?tulos ni cuentas corrientes elevadas. Pero son personas grandes. Aunque no poseen muchas riquezas, algunas s?; unas y otras las tienen como algo que no se puede comparar con dinero: la riqueza de la bondad, capacidad de acogida, ternura y generosidad hacia el necesitado.

Hombres y mujeres, de diversas profesiones y estados, ancianos y j?venes, gentes que el pueblo llano distingue como personas del mont?n, personas de a pie a las que poco se valoran, pero que van pasando por la vida poniendo amor y cari?o a su alrededor. Personas sencillas y buenas que s?lo saben vivir echando una mano y haciendo el bien a quienes les necesitan. Gentes que no conocen el orgullo ni tienen grandes pretensiones. Personas a las que siempre encontramos en el momento oportuno, cuando se necesita de ellas la palabra de ?nimo, la mirada cordial, la mano y el abrazo, verdaderos gestos de cordialidad.

Entre estas personas, nunca faltan padres sencillos y buenos que se toman tiempo para escuchar a sus hijos peque?os, responder a sus infinitas preguntas, disfrutar con sus juegos y descubrir de nuevo la vida junto a ellos. Igualmente nos encontramos con madres incansables que llenan el hogar de calor y alegr?a. Mujeres que no tienen precio, pues saben dar a sus hijos lo que m?s necesitan para enfrentarse a la vida. Esposos que van madurando su amor d?a a d?a, aprendiendo a ceder, cuidando generosamente la felicidad del otro, perdon?ndose mutuamente en los mil peque?os roces de la vida.

Estas gentes desconocidas son las que hacen el mundo m?s habitable y la vida m?s humana. Ellas ponen un aire limpio y respirable en nuestra sociedad. De estas personas aqu? referidas y otras m?s que viven el mismo esp?ritu, Cristo ha dicho que son grandes porque viven al servicio de los dem?s. Quiz?s ni ellas mismas lo sepan, pero gracias a sus vidas se abre paso en tantos barrios y hogares la energ?a m?s antigua y genuina: la energ?a del amor. En el desierto de este mundo a veces tan inh?spito y duro, donde s?lo parece crecer la rivalidad y el enfrentamiento, ellas construyen y forman peque?os oasis en los que brotan la amistad, la reciprocidad y mutua ayuda. No usan los pu?os ni gritan; no se pierden en discursos y teor?as, lo suyo es siempre amar calladamente y prestar ayuda a quienes la necesitan. Pudiera ser -hasta esto es posible- que despu?s nadie les agradezca nunca nada, pero estas personas no por eso dejan de ser grandes y muy grandes, sencillamente porque son humanas y responsablemente cristianas.

Aqu? est? la grandeza de estas personas: amar y as?, de verdad. En el precepto del amor a Dios y al pr?jimo tienen su origen todos los dem?s preceptos dictados por ?l: en ?l tienen su profunda ra?z. As?, pues, nos da a entender Cristo que en el precepto del amor en su esencia nunca puede ser "Ley". Es "cumplimiento" de la Ley y fundamento de la vida de la fe cristiana. Aqu? es bueno recordar lo que dijo Jes?s al escriba "que hab?a respondido tan sabiamente": "No est?s lejos del Reino de Dios". (Mc 12,34). Basado en esta doctrina, tenemos que agradecer al gran papa Juan Pablo II, tan inteligente y sencillo, esta afirmaci?n apost?lica que nos dej? y tan oportuna para todos los tiempos y para todas las personas: "La caridad procede de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y a Dios conoce... Porque Dios es amor. (I Jn. 4, 7-8). Solamente lo que es construido sobre Dios, sobre el amor, es durable. Y un mundo que se construye sin Dios, por m?s prometedora que sea su ideolog?a pol?tica, se construye, tarde o temprano, contra la persona humana".

* Capell?n de la Cl?nica San Juan de Dios

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8 noviembre 2006 ZENIT publica la intervenci?n de Benedicto XVI en la audiencia general del mi?rcoles, 8 deNoviembre, en la que continu? adentr?ndose en la personalidad del ap?stol Pablo. En esta ocasi?n analiz? ?La centralidad de Jesucristo?.


Queridos hermanos:

En la catequesis precedente, hace quince d?as, trat? de trazar las l?neas esenciales de la biograf?a del ap?stol Pablo. Hemos visto c?mo el encuentro con Cristo en la carretera de Damasco revolucion? literalmente su vida. Cristo se convirti? en su raz?n de ser y en el motivo profundo de todo su trabajo apost?lico. En sus cartas, despu?s del nombre de Dios, que aparece m?s de quinientas veces, el nombre mencionado con m?s frecuencia es el de Cristo (380 veces). Por tanto, es importante que nos demos cuenta de c?mo Jesucristo puede influir en la vida de una persona y, por tanto, tambi?n en nuestra misma vida. En realidad, Jesucristo es el ?pice de la historia de la salvaci?n y por tanto el verdadero punto discriminante en el di?logo con las dem?s religiones.

Al ver el ejemplo de Pablo, podremos formular as? el interrogante de fondo: ?c?mo tiene lugar el encuentro de un ser humano con Cristo? ?En qu? consiste la relaci?n que se deriva del mismo? La respuesta que ofrece Pablo puede ser comprendida en dos momentos.

En primer lugar, Pablo nos ayuda a comprender el valor fundamental e insustituible de la fe. En la Carta a los Romanos escribe: ?Pensamos que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la ley? (3, 28). Y en la Carta a los G?latas: ?el hombre no se justifica por las obras de la ley sino s?lo por la fe en Jesucristo, por eso nosotros hemos cre?do en Cristo Jes?s a fin de conseguir la justificaci?n por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley, pues por las obras de la ley nadie ser? justificado? (2,16). ?Ser justificados? significa ser hechos justos, es decir, ser acogidos por la justicia misericordiosa de Dios, y entrar en comuni?n con ?l, y por tanto poder establecer una relaci?n mucho m?s aut?ntica con todos nuestros hermanos: y esto en virtud de un perd?n total de nuestros pecados. Pues bien, Pablo dice con toda claridad que esta condici?n de vida no depende de nuestras posibles buenas obras, sino de la pura gracia de Dios: ?Somos justificados por el don de su gracia, en virtud de la redenci?n realizada en Cristo Jes?s? (Romanos 3, 24).

Con estas palabras, san Pablo expresa el contenido fundamental de su conversi?n, la nueva direcci?n que tom? su vida como resultado de su encuentro con Cristo resucitado. Pablo, antes de la conversi?n, no era un hombre alejado de Dios ni de su Ley. Por el contrario, era un observante, con una observancia que rayaba en el fanatismo. Sin embargo, a la luz del encuentro con Cristo comprendi? que con ello s?lo se hab?a buscado hacerse a s? mismo, su propia justicia, y que con toda esa justicia s?lo hab?a vivido para s? mismo. Comprendi? que su vida necesitaba absolutamente una nueva orientaci?n. Y esta nueva orientaci?n la expresa as?: ?la vida, que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me am? y se entreg? a s? mismo por m?? (G?latas 2, 20).

Pablo, por tanto, ya no vive para s? mismo, para su propia justicia. Vive de Cristo y con Cristo: d?ndose a s? mismo; ya no se busca ni se hace a s? mismo. Esta es la nueva justicia, la nueva orientaci?n que nos ha dado el Se?or, que nos da la fe. ?Ante la cruz de Cristo, expresi?n m?xima se su entrega, ya no hay nadie que pueda gloriarse de s?, de su propia justicia! En otra ocasi?n, Pablo, haciendo eco a Jerem?as, aclara su pensamiento: ?El que se glor?e, glor?ese en el Se?or? (1 Corintios 1, 31; Jerem?as 9,22s); o tambi?n: ?En cuanto a m? ?Dios me libre gloriarme si no es en la cruz de nuestro Se?or Jesucristo, por la cual el mundo es para m? un crucificado y yo un crucificado para el mundo!? (G?latas 6,14).

Al reflexionar sobre lo que quiere decir no justificarse por las obras sino por la fe, hemos llegado al segundo elemento que define la identidad cristiana descrita por san Pablo en su propia vida. Identidad cristiana que se compone precisamente de dos elementos: no buscarse a s? mismo, sino revestirse de Cristo y entregarse con Cristo, y de este modo participar personalmente en la vida del mismo Cristo hasta sumergirse en ?l y compartir tanto su muerte como su vida.

Pablo lo escribe en la Carta a los Romanos: ?Fuimos bautizados en Cristo Jes?s, fuimos bautizados en su muerte? Fuimos con ?l sepultados? somos una misma cosa con ?l? As? tambi?n vosotros, consideraos como muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jes?s? (Romanos 6, 3.4.5.11). Precisamente esta ?ltima expresi?n es sintom?tica: para Pablo, de hecho, no es suficiente decir que los cristianos son bautizados, creyentes; para ?l es igualmente importante decir que ellos ?est?n en Cristo Jes?s? (Cf. tambi?n Romanos 8,1.2.39; 12,5; 16,3.7.10; 1 Corintios 1, 2.3, etc?tera).

En otras ocasiones invierte los t?rminos y escribe que ?Cristo est? en nosotros/vosotros? (Romanos 8,10; 2 Corintios 13,5) o ?en m?? (G?latas 2,20). Esta compenetraci?n mutua entre Cristo y el cristiano, caracter?stica de la ense?anza de Pablo, completa su reflexi?n sobre la fe. La fe, de hecho, si bien nos une ?ntimamente a Cristo, subraya la distinci?n entre nosotros y ?l. Pero, seg?n Pablo, la vida del cristiano tiene tambi?n un elemento que podr?amos llamar ?m?stico?, pues comporta ensimismarnos en Cristo y Cristo en nosotros. En este sentido, el ap?stol llega a calificar nuestros sufrimientos como los ?sufrimientos de Cristo en nosotros? (2 Corintios 1, 5), de manera que ?llevamos siempre en nuestros cuerpos por todas partes el morir de Jes?s, a fin de que tambi?n la vida de Jes?s se manifieste en nuestro cuerpo? (2 Corintios 4,10).

Todo esto tenemos que aplicarlo a nuestra vida cotidiana siguiendo el ejemplo de Pablo que vivi? siempre con este gran horizonte espiritual. Por una parte, la fe debe mantenernos en una actitud constante de humildad ante Dios, es m?s, de adoraci?n y de alabanza en relaci?n con ?l. De hecho, lo que somos como cristianos s?lo se lo debemos a ?l y a su gracia. Dado que nada ni nadie puede tomar su lugar, es necesario por tanto que a nada ni a nadie rindamos el homenaje que le rendimos a ?l. Ning?n ?dolo tiene que contaminar nuestro universo espiritual, de lo contrario en vez de gozar de la libertad alcanzada volveremos a caer en una forma de esclavitud humillante. Por otra parte, nuestra radical pertenencia a Cristo y el hecho de que ?estamos en ?l? tiene que infundirnos una actitud de total confianza y de inmensa alegr?a.

En definitiva, tenemos que exclamar con san Pablo: ?Si Dios est? por nosotros ?qui?n contra nosotros?? (Romanos 8, 31). Y la respuesta es que nada ni nadie ?podr? separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jes?s Se?or nuestro? (Romanos 8,39). Nuestra vida cristiana, por tanto, se basa en la roca m?s estable y segura que puede imaginarse. De ella sacamos toda nuestra energ?a, como escribe precisamente el ap?stol: ?Todo lo puedo en Aquel que me conforta? (Fi1ipenses 4,13).

Afrontemos por tanto nuestra existencia, con sus alegr?as y dolores, apoyados por estos grandes sentimientos que Pablo nos ofrece. Haciendo esta experiencia, podemos comprender que es verdad lo que el mismo ap?stol escribe: ?yo s? bien en qui?n tengo puesta mi fe, y estoy convencido de que es poderoso para guardar mi dep?sito hasta aquel d?a?, es decir, hasta el d?a definitivo (2 Timoteo 1,12) de nuestro encuentro con Cristo, juez, salvador del mundo y nuestro.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit. Al final de la audiencia, el Papa salud? a los peregrinos en varios idiomas. Estas fueron sus palabras en espa?ol:]

Queridos hermanos y hermanas:
Despu?s de haberse encontrado con Cristo en el camino de Damasco, ?l fue para Pablo el centro de toda su vida y de su actividad apost?lica. El Ap?stol se percat? de la importancia insustituible de la fe, es decir, que nadie puede alcanzar la salvaci?n por los propios medios, sino s?lo por la gracia de Dios que nos llega mediante la redenci?n de Jesucristo. ?ste es nuestro punto de apoyo vital, que no pretende reivindicar nada a Dios, sino esperar todo de ?l. Otro aspecto importante de la fe es que, para el cristiano, no basta ser creyente o bautizado, sino que comporta estar "en Cristo Jes?s". Se trata de una mutua compenetraci?n con ?l, que lleva a vivir en la propia carne su vida, su muerte y resurrecci?n. Esta experiencia esencial nos invita a ser humildes ante Dios, a alabarlo por la gracia insondable que nos ha dado, a la vez que nos infunde inmensa alegr?a y confianza, pues, como dice el Ap?stol, "todo lo puedo en aqu?l que me conforta" (Flp 4, 13).

Saludo a los peregrinos de lengua espa?ola, en particular a las Siervas de Mar?a Ministras de los Enfermos, al grupo de la Fundaci?n Casa Museu, de Mallorca, Espa?a, y a la "Scuola Italiana" de Chile, as? como a los dem?s participantes de Espa?a, M?xico y otros pa?ses latinoamericanos.

Muchas gracias por vuestra atenci?n.

[? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

Publicado por verdenaranja @ 0:39  | Habla el Papa
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EN LA 92? ASAMBLEA PLENARIA


La Comisi?n Episcopal de C?ritas realiz? su presentaci?n en el marco de la Asamblea Plenaria de obispos, en torno al ser, quehacer y c?mo hacer de la instituci?n, en orden a fortalecer y ahondar su identidad y misi?n en los distintos niveles: parroquial, diocesano, regional y nacional.

Fue una ocasi?n para que Mons. Fernando M. Bargall?, presidente de C?ritas Argentina, Gabriel Castelli, director nacional y miembros de la Comisi?n nacional nombrada en marzo pasado, presentaran a todos los obispos, informaci?n detallada acerca de los diversos programas y acciones que est?n siendo impulsados y coordinados por la Comisi?n y equipos nacionales a lo largo de todo el pa?s, en el marco de las l?neas de acci?n del actual trienio (2006-2009), definidas en la Asamblea Nacional de C?ritas, celebrada en Mendoza, en mayo ?ltimo.

Mons. Bargall? se?al? que si bien se percibe cierta mejor?a en los indicadores macroecon?micos, ?stos resultan insuficientes para transformar por si solos las situaciones de pobreza. ?Por eso no podemos ni debemos olvidar que la realidad de pobreza y exclusi?n nos sigue interpelando de manera muy fuerte a todos?, afirm? el obispo tras recordar que los principales destinatarios de la misi?n de C?ritas son los pobres, que no son n?meros ni estad?sticas, sino hermanos que esperan ser tratados como pr?jimo.

En ese sentido, la acci?n de C?ritas parte de la convicci?n de que la persona es un ser social, que no puede crecer si no fortalece sus v?nculos m?s pr?ximos: la familia, donde exista, o los lazos afectivos que m?s se le aproximen. De esta manera, el accionar de C?ritas, si bien incluye la asistencia, es sobre todo promocional en el m?s pleno sentido del t?rmino, ya que intenta que cada persona crezca en dignidad siendo protagonista de su propio desarrollo, tomando conciencia que es hijo de Dios, y por tanto, hermano de los hombres y mujeres de esta sociedad. Por eso, siempre ser? importante que todas las acciones realizadas impliquen una dimensi?n educativa y generen una verdadera cultura del trabajo.

Mi?rcoles, 08 de noviembre de 2006
08 Nov. 06 (ACI).- En su habitual catequesis de los mi?rcoles, el Papa Benedicto XVI continu? su reflexi?n sobre la figura de San Pablo, record? que nadie ni nada puede ocupar el lugar de Cristo en la vida del creyente y advirti? los peligros de rendirse ante los ?dolos.

?Para Pablo no basta decir que los cristianos son bautizados o creyentes: para ?l comporta estar ?en Cristo Jes?s?. Lo que somos como cristianos se lo debemos a ?l y a su gracia. Ya que ning?n otro puede ocupar su lugar a nada y a ning?n otro rendimos nuestra devoci?n?, explic? el Pont?fice.

En este sentido, precis? que ?ning?n ?dolo debe contaminar nuestro universo espiritual, porque de ser as?, en vez de gozar de la libertad adquirida recaer?amos en formas de esclavitud humillante. Nuestra pertenencia radical a Cristo y el hecho de que estemos ?en ?l?, debe infundirnos una actitud de confianza total?.

Ante unas 15 mil personas reunidas en la Plaza de San Pedro, el Papa explic? que el encuentro con Jes?s en el camino de Damasco, ?revolucion? literalmente la vida de San Pablo. Cristo pas? a ser su raz?n de ser y el motivo profundo de toda su actividad apost?lica. En realidad Jesucristo es el ?pice de la historia de la salvaci?n y por tanto el verdadero punto discriminante en el di?logo con las otras religiones?.

?Pablo nos ayuda a comprender el valor fundamental e insustituible de la fe?, dijo el Santo Padre y a?adi? que a la luz del encuentro con Cristo, Pablo, que no hab?a vivido lejos de la Ley, entendi? que hasta entonces ?hab?a querido construir su propia justicia y que con esta justicia hab?a vivido para s? mismo. Comprendi? que deb?a dar una nueva orientaci?n a su vida frente a la Cruz de Cristo, expresi?n extrema de su entrega, ninguno puede enorgullecerse de s?, ni de la propia justicia?.

?Tras haber reflexionado sobre lo que significa justificaci?n no por las obras, sino por la fe llegamos al segundo elemento que define la identidad cristiana que tiene dos caracter?sticas: no buscarse a s? mismo, sino entregarse con Cristo y compenetrarse con ?l hasta compartir su muerte y su vida?, agreg?.

A pesar del auge econ?mico, las situaciones de pobreza aumentan en toda Europa. Y a pesar del intenso crecimiento econ?mico espa?ol en la ?ltima d?cada, la tasa de poblaci?n por debajo del umbral de pobreza relativa persiste (en Espa?a afecta al 20% de los ciudadanos, frente al 16% en la Uni?n Europea). Asimismo, la proporci?n de "trabajadores pobres" en nuestro pa?s supone el 10%, frente al 7% de media europea.

1 HOY TAMBI?N DUERMO EN LA CALLE
DE QUI?N HABLAMOS


Estamos hablando de:

Personas sin techo son las que est?n literalmente en la calle, es decir, que viven en espacios p?blicos abiertos y que duermen, a veces, en albergues nocturnos (cerrados durante el resto del d?a).

Personas sin hogar son quienes viven en centros de acogida, en r?gimen de estancia completa y un tiempo de residencia limitado, y que carecen de otra alternativa.

Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Estad?stica (IN E) en 2005. nos revela un rostro de exclusi?n social con rasgos de personas j?venes, con dif?cil acceso a los servicios sociales y expuestas a agresiones violentas de alg?n tipo. Se constata tambi?n la incorporaci?n de un n?mero creciente de mujeres e inmigrantes.


2 SIN TECHO, SIN DERECHOS
VIOLENCIA Y EXCLUSI?N


Cuando hablamos de la violencia de que son objeto las personas sin hogar nos referimos a todo aquello que impide que la persona satisfaga sus necesidades fundamentales ?alimentaci?n, vivienda, salud, vestido? para poder vivir con dignidad.

Pero cuando, adem?s, se le priva de las oportunidades de participar de las formas de vida y de integra?ci?n social, decimos que se da una situaci?n de exclusi?n social


3
C?MO SE LLEGA
A ESA SITUACI?N


La exclusi?n es fruto de diversos procesos de cambio:

1. En los modos de producci?n La aplicaci?n de las nuevas tecnolog?as a todos los campos de la producci?n y la extensi?n de la globalizaci?n econ?mica ha disparado el crecimiento econ?mico, pero tambi?n la pobreza.

2. En el empleo El aumento del empleo inestable y precario con el fin de mantener los nive?les de competitividad y beneficio exigidos por el mercado afecta de manera especial a j?venes, mujeres, parados mayores de 45 a?os e inmigrantes no regularizados.

3. En el acceso a la vivienda La ausencia de vivienda dificulta el acceso al trabajo y a la educaci?n. limita las posibilidades de inserci?n social, impide el desarrollo personal y provoca un r?pido deterioro de la salud f?sica y mental.

4. Deficiencias en la protecci?n social La actual pol?tica de contenci?n del gasto social supone una merma de recursos adecuados para desarrollar estrategias de inserci?n.

5. Cambios demogr?ficos y familiares

- Descenso de la tasa de natalidad.
- Envejecimiento de la poblaci?n.
- Crecimiento de la inmigraci?n.


6. La autopercepci?n de inseguridad y fracaso Deficiencias en la educaci?n, la vivienda, la salud. etc, lleva a la poblaci?n afectada a una autopercepci?n como fracasado.

4.A LA SOCIEDAD LE FALTO YO
RESPONSABILIDAD DE TODOS


?Qu? pedimos?

1. A LAS AUTORIDADES P?BLICAS realizar un mayor esfuerzo para erradicar la pobreza y la exclusi?n social.

- Desarrollar alternativas reales de inserci?n
- Propiciar una mayor coordinaci?n y colaboraci?n con el conjunto de la sociedad
- Arbitrar una respuesta adecuada a la inmigraci?n
- Atajar de manera urgente y decidida la especulaci?n inmobiliaria
- Derogar ordenanzas represivas y policiales en el uso y regulaci?n del espacio p?blico.

2. A LOS MEDIOS DE COMUNICACI?N SOCIAL abordar contenidos informativos honestos sobre las personas s n hogar.

3. A LA SOCIEDAD EN GENERAL coordinaci?n. implicaci?n y participaci?n con el Estado y el conjunto de los agentes econ?micos y sociales en la puesta en marcha de accio?nes de inclusi?n social.

5 TREINTA MIL
PERSONAS SIN HOGAR


En Espa?a hay m?s de ocho millones y medio de pobres. Sin embargo, la peor situaci?n la sufren las 30.000 personas que carecen de un techo donde vivir y las 273.000 que residen en infraviviendas. En estas personas se combinan la precariedad econ?mica y la falta de alojamiento, con la p?rdida de v?nculos sociales y familiares, y la ruptura de sus proyectos per?sonales de vida.

En la Uni?n Europea se estima que hay alrededor de tres millones de personas sin hogar y otros dieciocho millones que habitan en viviendas precarias.

Las personas sin techo viven en carne propia la exclusi?n social en su dimensi?n m?s extrema y padecen ese tipo de violencia social que Susan George define como "todo aquello que impide que la gente satisfaga sus necesidades fundamentales: alimentaci?n, vivienda, vestido, si, pero tambi?n dignidad".

En este ?ltimo a?o se ha acentuado el "cambio de rostro" que se est? produciendo en el perfil de las personas sin hogar, debido al aumento del n?mero de j?venes, de mujeres y de inmigrantes.

El Delegado de Hermandades y Cofrad?as de la Di?cesis de Tenerife anuncia las V Jornadas de Hermandades Sacramentales.


DELEGACI?N DIOCESANA DE COFRAD?AS
Y HERMANDADES DI?CESIS DE TENERIFE

San Cristobal de La Laguna, 17 de octubre de 2006

Estimado hermano:

El pr?ximo domingo d?a 26 de Noviembre (Jesucristo Rey del Universo) celebraremos (DM) la ya tradicional Jornada de confraternidad para las Hermandades Sacramentales de la Di?cesis.

En esta ocasi?n, la quinta, la realizaremos en la Parroquia Matriz de Ntra. Sra. de la Concepci?n, en el Realejo Bajo, en la Villa hist?rica de Los Realejos, a partir de las 16,00 horas de la tarde.

Se trata de favorecer los espacios de formaci?n y encuentro para todos los miembros de las Cofrad?as y Hermandades Diocesanas.
Estoy seguro, de que eres consciente de la importancia de cuidar esta compleja e importante realidad pastoral de los laicos que pertenecen a las asociaciones p?blicas de la Iglesia.

Por todo ello, te har?n llegar en estos d?as un peque?o cartel informativo para colocar en la puerta de la iglesia.

Desde esta Delegaci?n estamos seguros que contamos con tu animaci?n e informaci?n a los fieles para que puedan estar presente en esta Jornada.
De antemano te agradezco el esfuerzo y tu atenci?n.
Un saludo fraterno


Fdo.: Jes?s Manuel Gil Ag?in. Delegado Diocesano.

Nota: Se debe confirmar la asistencia de los componentes de La Hermandad del Sant?simo de su Parroquia, para la organizaci?n que esta llevando a cabo tanto esta Delegaci?n Diocesana como La Parroquia de Ntra. Sra. de la Concepci?n, llamando a los siguientes tel?fonos:

660 489 068- Antonio Alvarez (Responsable de la Delegaci?n Diocesana en la Zona Norte)
922 34 03 53- Parroquia de Ntra. Sra. de la Concepci?n.

El Movimiento "Cursillos de Cristiandad" env?a fechas de cursillos a realizar durante el curso 2006-07.

Di?cesis de Tenerife
Cursillos de Cristiandad



2006-2007

315.- Del 13 al 15 de octubre 2006
316 (La Palma) - 27 al 29 de octubre 2006
317. Del 17 al 19 de noviembre 2006
318 (La Gomera) noviembre 2006 (Pendiente fecha)

319.? Del 19 al 21 de enero de 2007
320.? Dei 16 al 18 de marzo de 2007
321 Del 13 al 15 de abril de 2007
322 (La Palma).? Del 20 al 22 de Abril 2007
323.? Del 15 al 17 de Junio de 2007

Casa de la iglesia - Trasera del SEminario
La Laguna
Movimiento de Cursillos de Cristiandad
Tfno : 922 64 22 52 ? 647 71


http://www.cursillostenerife.com

Santa Cruz de Santiago de Tenerife,
31 de Octubre de 2006.

Queridos compa?eros:


Con estas l?neas queremos saludarles y ofrecernos en el nuevo servicio que el Se?or Obispo nos ha encomendado como Delegado u Subdelegado de C?ritas Diocesana de Tenerife, respectivamente.

Es una misi?n que asumimos con gratitud a nuestro Obispo, con la confianza puesta en el Se?or y con el deseo de servir al estilo de Jes?s, el Maestro, el Se?or.

En esta tarea, contamos con un amplio n?mero de personas, voluntarias y contratadas, trabajando en C?ritas con dedicaci?n y preparaci?n, al servicio de los ?ltimos y no atendidos.

Creemos importante el papel que ustedes, compa?eros sacerdotes, ejercen en sus parroquias, en esta dimensi?n evangelizadora de la Iglesia.

Es por eso por lo que contamos con su oraci?n, apoyo y sugerencias para llevar a cabo nuestro servicio pastoral.

Como saben, los pr?ximos 17 y 18 de noviembre, viernes tarde y s?bado, tendremos la X Escuela de Formaci?n Social (en el Colegio de las Dominicas de Vistabella, en Santa Cruz de Tenerife). En ella habr? un taller dirigido por nuestro Sr. Obispo D. Bernardo Alvarez. Ser? el s?bado por la ma?ana, de 10 a 13 horas, concluyendo con la Eucarist?a.

Sabernos que est?n muy ocupados, pero creernos que se puede hacer un esfuerzo por estar presente en dicho taller con nuestro Obispo, compartiendo inquietudes, experiencias, interrogantes y sugerencias para ser buenos animadores de la Caridad en la comunidad cristiana.

Unidos en la oraci?n y en el servicio del Reino, te saludan en el Se?or,

Aurelio Feliciano Sosa
Delegado Episcopal

Rufino P?rez de Leceta Aguirre
Subdelegado

Martes, 07 de noviembre de 2006
HOMIL?A DEL SR. CARDENAL ARZOBISPO DE TOLEDO
EN LA CLAUSURA DE LA XL SEMANA SOCIAL DE ESPA?A


S.I. Catedral Primada de Toledo, 5 de noviembre de 2006


Queridos hermanos Obispos, queridos sacerdotes, Presidente y Junta de las Semanas Sociales de Espa?a, queridos hermanos y hermanas en el Se?or: Con esta celebraci?n de la Eucarist?a finaliza la XL Semana Social, en el Centenario de las Semanas Sociales de Espa?a, que ha tratado el tema de "Perspectivas cristianas para una cultura de la convivencia", cuesti?n siempre viva y abierta, pero que hoy asume una urgencia decisiva por lo fr?gil de esta misma convivencia. En esta ma?ana, damos gracias a Dios por su inmenso amor entregado hasta el extremo en su Hijo Jesucristo, nuestra reconciliaci?n y nuestra paz, que ha acercado y reconciliado a los que estaban lejos y es el fundamento indestructible para la unidad entre los hombres y los pueblos. En Jesucristo se nos ha descubierto y hecho posible el sentido y dignidad de la vida humana, la vocaci?n de todo hombre y toda mujer a la ?ntima uni?n con Dios, fuente y condici?n de la unidad de todo el g?nero humano, es decir de la convivencia aut?ntica y respetuosa y de la paz verdadera.

A esta acci?n de gracias unimos nuestro agradecimiento a Dios por los cien a?os de las Semanas Sociales que han contribuido de manera importante a difundir el conocimiento de la doctrina social de la Iglesia y, propiciar su aplicaci?n ente nosotros, y que, junto a otras iniciativas, prosiguen sin desmayo en su empe?o por que esta Doctrina social sea punto de referencia de la vida del pueblo cristiano. La doctrina Social de la Iglesia, traducci?n hist?rica de los frutos de la redenci?n, rostro humano de la redenci?n de Jesucristo, signo visible del misterio del que la Iglesia es portadora, consecuencia m?s inmediata y visible de su experiencia de Cristo, esto es: el respeto y el aprecio de la persona y su dignidad inviolable en tanto que persona, siempre y en cualquier circunstancia; la comuni?n de afecto y de vida entre todos los miembros de Cristo y de su humanidad; un amor apasionado por el hombre, por todo hombre; y una preferencia por los m?s pobres, los m?s d?biles y los m?s necesitados.

La Palabra de Dios que hemos proclamado y escuchado en esta celebraci?n nos pone ante lo fundamental de la vida del hombre y del cristiano; nos descubre la entra?a misma del ser cristiano y la base que sustenta su actuar en el mundo y en la historia, inseparable del reconocimiento de Dios como Dios, como del s?lo y ?nico Dios, se?or ?nico de nuestras vidas, a quien debemos un amor total por encima de todo, con todo lo que somos, con todo nuestro coraz?n, nuestra mente, nuestra querer y nuestros sentimientos. Un amor que es cumplimiento entero de la voluntad de Dios, de sus mandatos, que no son ajenos a nuestro ser de hombres imagen de Dios, un amor que es obediencia plena al querer divino, que es su infinito y apasionado amor por todos y cada uno de los hombres. Aqu? radica la verdad del hombre, ah? est? su felicidad y su dicha, su libertad y la base para su encuentro en amor con los otros.

"Escucha, Israel: El Se?or, nuestro Dios es solamente uno". Esta es la clave. "Existe un solo Dios que es el Creador del cielo y de la tierra y, por tanto, tambi?n es el Dios de todos los hombres... realmente todos los otros dioses no son Dios y toda realidad en la que vivimos se remite a Dios, es creaci?n suya... no se trata de un dios cualquiera, sino que el ?nico Dios verdadero, ?l mismo, es el autor de toda la realidad;... ?ste Dios ama a su criatura porque la ha hecho, ama al hombre... personalmente... y le da la Torah "la Ley", es decir abre los ojos de Israel sobre la verdadera naturaleza del hombre, y le indica el camino del verdadero humanismo" (Benedicto XVI, Deus Caritas est, 9), inseparable del amor incondicional a Dios, que es Amor, como se ha manifestado plenamente en su Hijo Jesucristo. Jes?s ha dado pleno cumplimiento a la Ley. Obediente hasta la muerte y una muerte de Cruz, cumpliendo en todo la voluntad del Padre, haciendo del querer del Padre su alimento, ha desplegado enteramente su vida am?ndonos hasta el extremo, hasta su entrega sacrificial por nosotros los hombres, y as?, como ante la pregunta que se le plantea en el relato evang?lico proclamado, nos ha mostrado el camino del hombre, en el que es inseparable la relaci?n entre el amor a Dios y amor al pr?jimo. "Ambos est?n tan estrechamente entrelazados, que la afirmaci?n de amar a Dios 'sobre todas las cosas, por encima de todo' es en realidad mentira si el hombre se cierra al pr?jimo o incluso lo odia... el amor del pr?jimo es un camino para encontrar tambi?n a Dios y... cerrar los ojos ante el pr?jimo nos convierte tambi?n en ciegos ante Dios" (Benedicto XVI, Deus caritas est, 16).

El reconocimiento de Dios, el amor de Dios sobre todas las cosas comporta unirnos a su voluntad y a su amor, por tanto a su amor apasionado y total hasta despojarse de s? por el hombre y llenarlo de su amor. No cabe contraposici?n. Es la base del amor al pr?jimo, su ra?z y fundamento m?s firme. Quien ama a Dios por encima de todo crece en comuni?n con la voluntad divina, con su sentir y su querer, con su pensar y su actuar, siempre en favor del hombre, volcado sobre ?l; as? coinciden cada vez m?s nuestro querer y la voluntad de Dios, que es amor, amor encarnado y crucificado por nosotros, en su Hijo Jesucristo. Ah? est? la verdad del hombre, la verdad de una nueva humanidad, ah? est? su futuro, el futuro de una humanidad nueva que se rige por el amor, que se hace historia.

La Palabra de Dios hoy nos pone ante lo esencial. Debemos volver a Dios, tenerle a ?l en el centro de nuestras vidas yen la realidad donde nuestro coraz?n est? puesto, descansa, se apoya y vive. As? es como podr? surgir una humanidad nueva, una cultura de la convivencia. Sin Dios no hay futuro para el hombre, se destruye el fundamento de toda convivencia entre los hombres que radica en el amor. Esto es lo fundamental y prioritario, irrenunciable. Al hombre de nuestro tiempo, desgarrado y dividido por tantas divisiones internas y externas, por tantos fragmentos de verdad, sin encontrar su tan necesitada unidad, es preciso ofrecerle aquello esencial que requiere dar sentido a su vida y orientar su existencia, personal y comunitaria, por el camino certero de la verdad, que se realiza en el amor y nos hace libres en la comuni?n de amor. En la afirmaci?n "Dios es amor" y en el doble e inseparable mandamiento, "amar?s al se?or tu Dios sobre todas cosas, y al pr?jimo como a ti mismo", tenemos el n?cleo de la fe y el fondo de la realidad del hombre. Ah? est? la entra?a y la novedad del cristianismo; pero ah? est? tambi?n lo que concierne a todos, lo que es v?lido y universal, lo que es decisivo a todo hombre ya la comunidad humana en cuanto tal, lo que est? en el fundamento: El amor, "del cual Dios nos colma y que nosotros debemos comunicar a los dem?s" (Benedicto XVI, Deus Caritas est, 1). En ?l est? el amor, ?l es el amor, ?l nos ha amado primero. Por eso mismo el primero y principal, insustituible mandamiento es el amor a Dios, que es el ?nico Se?or, no hay otro, por encima de todas las cosas.

"El problema central de nuestro tiempo es la ausencia de Dios, y por ello el deber prioritario de los cristianos es testimoniar al Dios vivo. Antes de los deberes (morales y sociales) que tenemos, de lo que hemos de dar testimonio con fuerza y claridad es del centro de nuestra fe. Hemos de hacer presente en nuestra fe, en nuestra esperanza y en nuestra caridad la realidad del Dios vivo. Si hoy existe un problema de moralidad, de recomposici?n moral en la sociedad deriva de la ausencia de Dios en nuestro pensamiento, en nuestra vida. O, para ser m?s concreto, de la ausencia de la fe en la vida eterna, que es vida con Dios... Hemos dejado de atrevernos a hablar de la vida eterna y del juicio. Dios se ha vuelto para nosotros un Dios lejano, abstracto. Ya no tenemos el valor de creer que esta criatura, el hombre, sea tan importante a los ojos de Dios, que Dios se ocupa y preocupa con nosotros y por nosotros. Pensamos que todas estas cosas que hacemos son en definitiva cosas nuestras, y que para Dios, si es que existe, no pueden tener demasiada importancia. Y as? hemos decidido construirnos a nosotros mismos, reconstruir "el mundo sin contar realmente con la realidad de Dios, la realidad del juicio y de la vida eterna. Pero si en nuestra vida de hoy y de ma?ana prescindimos de Dios, de la vida eterna, todo cambia, porque el ser humano pierde su gran honor, su gran dignidad. Y todo se vuelve al final manipulable. Pierde su dignidad esta criatura a imagen de Dios, y, por tanto, la consecuencia inevitable es la descomposici?n moral, la b?squeda de s? mismo en la brevedad de esta vida; hemos de inventar nosotros el mejor modo de construir la vida y la vida en este mundo. Por eso, nuestra tarea fundamental, si realmente queremos contribuir a la vida humana ya la humanizaci?n de la vida en este mundo, es la de hacer presente y por as? decirlo, casi tangible, esta realidad de un Dios que vive, de un Dios que nos conoce y nos ama, en cuya mirada vivimos, un Dios que reconoce nuestra responsabilidad y de ella espera la respuesta de nuestro amor realizado y plasmado en nuestra vida de cada d?a" (J. Ratzinger, Ser cristiano en la era neopagana, Madrid 1995, 204) .

"Hay quien piensa, dec?a el Papa Benedicto XVI el pasado septiembre en Munich, que los proyectos sociales deben promoverse con la m?xima urgencia, mientras que las cuestiones que ata?en a Dios... revisten bastante menor inter?s y urgencia. Con todo, la experiencia... ense?a precisamente que la evangelizaci?n ha de ser prioritaria, que el Dios de Jesucristo tiene que ser conocido, cre?do y amado, debe convertir los corazones para que las cuestiones sociales puedan progresar, para que se emprenda la reconciliaci?n... Si s?lo damos a los hombres conocimientos, habilidades, capacidades t?cnicas e instrumentos, les damos demasiado poco. Y entonces se imponen demasiado pronto los mecanismos de la violencia, y la capacidad de destruir y de matar se vuelve dominante, transform?ndose en capacidad de alcanzar el poder, un poder que antes o despu?s deber?a traer consigo el derecho, pero que nunca ser? capaz de hacerlo. Con ello nos alejamos cada vez m?s de la reconciliaci?n, del compromiso com?n con la justicia y el amor. Entonces se extrav?an los criterios con los que la t?cnica se pone al servicio del derecho y del amor, criterios de los que precisamente todo depende; criterios que no son meras teor?as, sino que alumbran el coraz?n, encauzando as? la raz?n y la acci?n por el camino recto" (Benedicto XVI, Homil?a en la explanada de la Neue Messe de Munich, 10-9-2006).

Por ello, no hay prioridad ni imperativo m?s urgente para los cristianos que se pueda anteponer a ?sta: la prioridad del testimonio del Dios vivo el estar "centrados" en el primer desaf?o que tenemos de creer realmente y dar testimonio del Dios vivo. Todo lo dem?s est? subordinado a este esencial, apremiante e imprescindible testimonio de Dios vivo. "Si vivimos bajo los ojos de Dios, y si Dios es la prioridad de nuestra vida, de nuestro pensamiento y de nuestro testimonio, lo dem?s es s?lo un corolario. Es decir, de ello resulta el trabajo por la paz, por la criatura, la protecci?n de los d?biles, el trabajo por la justicia y el amor" (J. Ratzinger, Ser cristiano, 205).

La ense?anza constante del Papa Benedicto XVI, desde el inicio de su pontificado, es un constante apelar a este testimonio de Dios, a centrar la vida en Dios, a advertir sobre la ruina que le adviene al hombre, a la humanidad, cuando se aleja de Dios o hace que no cuente. Desde su primera homil?a en el inicio solemne de su ministerio petrino, hasta su viaje apost?lico a Baviera, su tierra natal, pasando por su gran Enc?clica "Dios es amor", es una permanente y apremiante llamada a que los hombres vuelvan a Dios. Ah? se juega todo. Eso es lo esencial. En tiempos como los nuestros de grandes cambios y de una complejidad tan enorme en todos los campos no podemos perder el norte, no podemos quedar atrapados por la barah?nda de cosas, ni enredados en miles cosas que no llevan a ning?n sitio las ramas no pueden impedirnos ver el bosque. Es preciso ir a lo esencial y centrarnos en lo que es el centro de todo: la fe en Dios, que se ha revelado plenamente en la existencia hist?rica de su Hijo ?nico, Jesucristo, nacido de Mar?a. ?En ?l hemos conocido a Dios, que es Amor!", (1 Jn 4' 16). Es plenamente cierto y seguro, "el mundo necesita a Dios. Nosotros necesitamos a Dios. ?A qu? Dios necesitamos?" Al que vemos, palpamos, y contemplamos en Jes?s, que muri? por nosotros en la cruz, el Hijo de Dios encarnado que aqu? nos mira de manera tan penetrante, en quien est? el amor hasta el extremo. Este es el Dios que necesitamos: el Dios que a la violencia opuso su sufrimiento el Dios que ante el mal y su poder esgrime, para detenerlo y vencerlo, su misericordia (Benedicto XVI, Homil?a en la explanada de Neu Messe).

Esto es lo fundamental, prioritario e irrenunciable. Est? por encima de todo. "Escucha, Israel, el se?or muestro Dios es solamente uno". Aqu? est? la base de nuestra presencia cristiana en el mundo.

No quiero finalizar esta homil?a, sin evocar el recuerdo de algo que veo providencial. Ayer, d?a 4, fiesta de San Carlos Borromeo, hizo 24 a?os que nos visit? el Papa Juan Pablo en Toledo. Aqu?, en el barrio del Pol?gono, tuvo el encuentro con el apostolado de los laicos. No es una coincidencia casual con la celebraci?n del primer Centenario de las semanas Sociales. El Papa invit? a la presencia cristiana y evangelizadora de los laicos en el mundo. Esta presencia es inseparable de la Doctrina Social de la Iglesia.

Hace unos momentos escuch?bamos al obispo auxiliar de Madrid en la ?ltima lecci?n de la Semana estas palabras: "En los ?ltimos decenios, ateni?ndonos a las abundantes y riqu?simas ense?anzas de ?ndole social de Juan Pablo II, hemos constatado c?mo la aportaci?n de la Doctrina Social de la Iglesia ?una parte de las m?s importantes Enc?clicas de Juan Pablo II han merecido el ser consideradas Enc?clicas Sociales- han significado un aliento espec?fico para que el hombre de fines de un milenio y de los comienzos de los a?os 2000 pudiese no olvidarse qui?n era ?l mismo, c?mo podr?a afrontar los graves retos en el campo de la bio?tica, c?mo ayudar a superar los conflictos b?licos y pol?ticos y, no en ?ltimo lugar, c?mo favorecer las nuevas organizaciones sociales y c?mo dar respuesta a los problemas suscitados por los nuevos nacionalismos insolidarios en un mundo globalizado".

Que sean las ense?anzas de Juan Pablo II norte y gu?a de la presencia cristiana en el mundo; que sean, unidas a las ense?anzas del Concilio Vaticano II, de los Papas en su Doctrina Social, y del ?ltimo de los Papas, Benedicto XVI, la luz que gu?e permanentemente estas Semanas Sociales, para que constantemente sigan influyendo en nuestra sociedad, renov?ndola desde dentro.

Y tambi?n quiero anunciar el prop?sito, ahora que comienza el XXV Aniversario de la visita del Papa Juan Pablo II a Toledo, que vayamos preparando nuestro coraz?n y nuestras aportaciones para, en una cuestaci?n popular, dedicarle una estatua, aqu? en Toledo, en esta ciudad emblem?tica por su fe y por su significado en la historia de Espa?a y de Europa.

Que as? sea.

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Este d?a nos invita a reflexionar con seriedad en el misterio de la muerte.

Nuestro mundo intenta esconder o maquillar el hecho de la muerte, las personas detestan aquello que les haga sentirse d?biles, viejas, enfermas; todo lo que nos muestre que somos fr?giles y que vamos a terminar. De esa manera, pues, parece que absolutizamos este tiempo en el que estamos viviendo y hacemos de ?l todo nuestro tiempo, con una consecuencia desastrosa. No pensar en la muerte no destruye la muerte; nuestra falta de preparaci?n no impide el hecho de que, de todas maneras nos vamos a morir, y de este modo, pues la consecuencia que se sigue es que estamos menos preparados para nuestra propia muerte y para la muerte de las personas que nos rodean.

Estar preparado para la muerte no implica un sentido de temor, que nos angustie el presente, sino que debe significar una toma de conciencia, el hecho de que la vida en este mundo tiene un t?rmino nos debe ayudar a aprovechar m?s el presente, viviendo lo que nos hace mejores y ayudando al pr?jimo mientras est? vivo. ?Caminen mientras tengan luz?, nos dice Jes?s en el Evangelio.

Adem?s de redefinir el sentido de nuestra vida con la perspectiva de la muerte, debemos recordar lo que rezamos en el Credo: la comuni?n de los santos, hay comuni?n de bienes, entre los que est?n en el cielo, en el purgatorio y en este mundo. Podemos a?n despu?s de la muerte seguir creciendo en los lazos de amor, de caridad, crecer y profundizar la comuni?n, con los santos y tambi?n con los difuntos. El 2 de junio de 1998 el siervo de Dios Juan Pablo II le enviaba una carta al Abad de Cluny con motivo del milenario de la Conmemoraci?n de Todos los fieles difuntos, instituida por san Odil?n. El Santo Padre explicando el sentido de la oraci?n por los difuntos entre otras cosas dec?a:

?En espera de que la muerte sea vencida definitivamente, los hombres ?peregrinan en la tierra; otros, ya difuntos, se purifican; mientras otros est?n glorificados, contemplando claramente a Dios, uno y trino?[1]. Unida a los m?ritos de los santos, nuestra oraci?n fraterna ayuda a quienes esperan la visi?n beat?fica. La intercesi?n por los muertos, lo mismo que la vida de los vivos seg?n los mandamientos divinos, obtiene m?ritos que sirven para la plena realizaci?n de la salvaci?n. Se trata de una expresi?n de la caridad fraterna de la ?nica familia de Dios, por la que ?estamos respondiendo a la ?ntima vocaci?n de la Iglesia?[2]: ?Salvar almas que amen a Dios eternamente?[3]. Para las almas del purgatorio, la espera de la bienaventuranza eterna, del encuentro con el Amado, es fuente de sufrimientos a causa de la pena debida al pecado, que las mantiene alejadas de Dios. Pero tambi?n existe la certeza de que, una vez acabado el tiempo de purificaci?n, el alma ir? al encuentro de Aquel a quien desea.[4]?

Nuestras oraciones por los fieles difuntos llevan por consiguiente un doble sello: caridad hacia ellos y certeza de la victoria de Cristo. Les amamos, pero no con un amor nost?lgico, prisionero de la fantas?a o el recuerdo, sino con el amor eficac?simo propio de la victoria del Se?or.

Y por eso desde antiguo la Iglesia ha considerado que es acto precioso de misericordia orar por los difuntos de quienes podemos pensar que necesitan de este sufragio, no para reemplazar la fe, si no la tuvieron, sino para limpiar con la potencia de nuestro amor, fundado en Cristo, cualquier imperfecci?n que pueda impedirles gozar de la visi?n de Dios.

Y ofrecemos este acto de amor uni?ndonos al amor m?s grande, es decir, al amor de Cristo en la Eucarist?a. All? precisamente donde se renueva la ofrenda viva de Cristo, all? fundamos nuestro amor y nuestra esperanza mientras rogamos por nuestros hermanos difuntos.

La Iglesia nos hace repetir con las palabras de la liturgia: ?Dales Se?or el descanso eterno. Brille para ellos la luz que no tiene fin.? Es la luz en la cual veremos a Dios cara a cara. La Luz de la gloria, cuando nos volvamos semejantes a ?l, no solamente como criaturas similares al Creador, dec?a el siervo de Dios Juan Pablo II, sino tambi?n como hijos similares al Padre. Como hijos en el Eterno Hijo.

La Iglesia reza as?, porque as? cree y as? espera. Verdaderamente sobre nosotros est? impreso el sello del Dios Viviente. Encomendamos a nuestros seres queridos difuntos con la protecci?n de la Sant?sima Virgen. Que ella ruego por nosotros y por ellos, como le decimos cada vez en el Ave Mar?a: ?ahora y en al hora de nuestra muerte. Am?n?




+Mons. Rub?n H. Di Monte

Arzobispo de Mercedes-Luj?n



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[1] LG, 49; cf. Eugenio IV, bula Laetantur coeli.

[2] Lg, 51.

[3] Teresa de Lisieux, Oraciones, 6; cf. Manuscrito A 77

[4] cf. Sal 42 y 62.

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7 noviembre 2006 ZENIT publica el discurso que dirigi? Benedicto XVI a los obispos de la Conferencia Episcopal de Irlanda al recibirles con motivo de su visita ?ad limina apostolorum? el 28 de octubre.



Queridos hermanos en el episcopado:
Con las palabras de un saludo irland?s tradicional, sed cien mil veces bienvenidos, obispos de Irlanda, con ocasi?n de vuestra visita ad limina. Ojal? que al venerar las tumbas de los ap?stoles san Pedro y san Pablo os inspir?is en la valent?a y en la visi?n de estos dos grandes santos, que con tanta fidelidad guiaron el camino de la misi?n de la Iglesia de anunciar a Cristo al mundo. Hoy hab?is venido para fortalecer los v?nculos de comuni?n con el Sucesor de Pedro, y de buen grado expreso mi aprecio por las amables palabras que en vuestro nombre me ha dirigido el arzobispo Se?n Brady, presidente de vuestra Conferencia episcopal.

El testimonio constante que han dado innumerables generaciones de irlandeses de su fe en Cristo y su fidelidad a la Santa Sede han forjado a Irlanda en el nivel m?s profundo de su historia y de su cultura. Todos somos conscientes de la contribuci?n excepcional que Irlanda ha dado a la vida de la Iglesia, y de la extraordinaria valent?a de sus hijos e hijas misioneros, que han llevado el mensaje evang?lico m?s all? de sus costas. Mientras tanto, la llama de la fe ha seguido ardiendo valientemente en el pa?s, a trav?s de todas las pruebas que ha debido afrontar vuestro pueblo a lo largo de su historia. Con palabras del salmista: "Cantar? eternamente las misericordias del Se?or, anunciar? tu fidelidad por todas las edades" (Sal 89, 2).

El tiempo actual ofrece muchas oportunidades nuevas para dar testimonio de Cristo y plantea nuevos desaf?os para la Iglesia en Irlanda. Hab?is hablado de las consecuencias que ha tenido para la sociedad el aumento de la prosperidad que se ha producido durante los ?ltimos quince a?os. Despu?s de siglos de emigraci?n, que implicaba el dolor de la separaci?n para tantas familias, est?is experimentando por primera vez una oleada de inmigraci?n. La tradicional hospitalidad irlandesa encuentra formas nuevas e inesperadas. Como el hombre sabio que saca de sus arcas "lo nuevo y lo viejo" (Mt 13, 52), vuestro pueblo debe observar los cambios de la sociedad con discernimiento, y para ello espera vuestra orientaci?n. Ayudadle a reconocer la incapacidad de la cultura secular y materialista de dar satisfacci?n y alegr?a aut?nticas. Sed audaces habl?ndole de la alegr?a que implica seguir a Cristo y vivir de acuerdo con sus mandamientos. Recordadle que nuestro coraz?n ha sido creado para el Se?or, y que estar? inquieto hasta que descanse en ?l (cf. san Agust?n, Confesiones I, 1).

Con mucha frecuencia el testimonio de la Iglesia, que va contracorriente, es mal interpretado, como algo retrasado y negativo en la sociedad actual. Por eso es importante destacar la buena nueva, el mensaje del Evangelio que da vida y la da en abundancia (cf. Jn 10, 10). Aunque es necesario denunciar con fuerza los males que nos amenazan, debemos corregir la idea de que el catolicismo no es m?s que "una serie de prohibiciones".

En este aspecto hace falta una s?lida catequesis y una cuidadosa "formaci?n del coraz?n", y al respecto vosotros, en Irlanda, hab?is sido bendecidos con grandes recursos en vuestra red de escuelas cat?licas y con numerosos profesores religiosos y laicos entregados a esa labor, comprometidos con seriedad en la educaci?n de los j?venes. Seguid alent?ndolos en su misi?n y aseguraos de que sus programas catequ?sticos se basen en el Catecismo de la Iglesia cat?lica, as? como en el nuevo Compendio. Es necesario evitar una presentaci?n superficial de la ense?anza cat?lica, porque s?lo la plenitud de la fe puede comunicar la fuerza liberadora del Evangelio.

Vigilando la calidad de los programas de estudio y de los libros de texto utilizados, y proclamando la doctrina de la Iglesia en su integridad, cumpl?s vuestro deber de "anunciar la Palabra... a tiempo y a destiempo..., con toda paciencia y doctrina" (2 Tm 4, 2).

En el ejercicio de vuestro ministerio pastoral, durante los ?ltimos a?os hab?is tenido que responder a muchos casos dolorosos de abuso sexual de menores. Son mucho m?s tr?gicos cuando el pederasta es un cl?rigo. Las heridas causadas por estos actos son profundas, y es urgente reconstruir la confianza donde ha sido da?ada. En vuestros continuos esfuerzos por afrontar de modo eficaz este problema, es importante establecer la verdad de lo sucedido en el pasado, dar todos los pasos necesarios para evitar que se repita, garantizar que se respeten plenamente los principios de justicia y, sobre todo, curar a las v?ctimas y a todos los afectados por esos cr?menes abominables.

De este modo, la Iglesia en Irlanda se fortalecer? y podr? dar un testimonio m?s eficaz de la fuerza redentora de la cruz de Cristo. Ruego para que, por la gracia del Esp?ritu Santo, este tiempo de purificaci?n permita a todo el pueblo de Dios en Irlanda "conservar y llevar a plenitud en su vida la santidad que recibieron" (Lumen gentium, 40).

La excelente labor y la entrega desinteresada de la gran mayor?a de los sacerdotes y los religiosos en Irlanda no deben quedar oscurecidas por las transgresiones de algunos de sus hermanos. Estoy seguro de que la gente lo entiende, y sigue sintiendo afecto y estima por su clero. Animad a vuestros sacerdotes a buscar siempre la renovaci?n espiritual y a redescubrir la alegr?a de apacentar su grey dentro de la gran familia de la Iglesia. Hubo una ?poca en que Irlanda fue bendecida con tal abundancia de vocaciones sacerdotales y religiosas, que gran parte del mundo pudo beneficiarse de sus trabajos apost?licos. Pero durante los ?ltimos a?os el n?mero de vocaciones ha disminuido notablemente.

Por consiguiente, urge prestar atenci?n a las palabras del Se?or: ?La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Due?o de la mies que env?e obreros a su mies" (Mt 9, 37-38). Me alegra saber que muchas de vuestras di?cesis han adoptado la pr?ctica de la oraci?n silenciosa por las vocaciones ante el sant?simo Sacramento. Es necesario promoverla encarecidamente. Pero, sobre todo a vosotros, los obispos, y a vuestro clero, os corresponde ofrecer a los j?venes una imagen positiva y atractiva del sacerdocio ordenado. Nuestra oraci?n por las vocaciones se debe "transformar en acci?n, a fin de que de nuestro coraz?n brote luego la chispa de la alegr?a en Dios, de la alegr?a por el Evangelio, y suscite en otros corazones la disponibilidad a dar su "s?"? (Homil?a durante la celebraci?n de la Palabra con los sacerdotes y di?conos permanentes, en Freising, 14 de septiembre de 2006: L'Osservatore Romano, edici?n en lengua espa?ola, 22 de septiembre de 2006, p. 16).

Aunque en algunos ambientes se considera pasado de moda el compromiso cristiano, los j?venes de Irlanda tienen verdadera hambre espiritual y un generoso deseo de servir a los dem?s. La vocaci?n al sacerdocio o a la vida religiosa ofrece la oportunidad de responder a este deseo de un modo que implica profunda alegr?a y realizaci?n personal.

Permitidme a?adir una observaci?n que llevo en mi coraz?n. Durante muchos a?os los representantes cristianos de todas las denominaciones, los l?deres pol?ticos y numerosos hombres y mujeres de buena voluntad se han comprometido en la b?squeda de medios a fin de garantizar un futuro m?s prometedor para Irlanda del Norte. Aunque el camino sea arduo, en los ?ltimos tiempos se han logrado muchos progresos. Ruego para que los esfuerzos de las personas implicadas lleven a la creaci?n de una sociedad marcada por el esp?ritu de reconciliaci?n, el respeto mutuo y la cooperaci?n para el bien com?n de todos.

Al disponeros a volver a vuestras di?cesis, encomiendo vuestro ministerio apost?lico a la intercesi?n de todos los santos de Irlanda, y os aseguro mi profundo afecto y mi oraci?n constante por vosotros y por todo el pueblo irland?s.

Que Nuestra Se?ora de Knock vele sobre vosotros y os proteja siempre. A todos vosotros, y a los sacerdotes, los religiosos y los fieles laicos de vuestra amada isla imparto cordialmente mi bendici?n apost?lica como prenda de paz y alegr?a en el Se?or Jesucristo.

[Traducci?n distribuida por la Santa Sede
? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

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Art?culo publicado en Revista Semanal de EL D?A, s?bado, 4 de Noviembre de 2006

A?o 1390: aparici?n de la imagen
de la Virgen en Candelaria


ARQU?MEDES JIM?NEZ DEL CASTILLO

RELATA don Jos? Rodr?guez Moure que un lejano atardecer dos pastores conducen un reba?o de cabras en las costas de G??mar y al torcer una curva del camino, cerca de la desembocadura del barranco de Chinguaro descubri?, uno de ellos, "una mujercita con un ni?o al brazo derecho y con vestidos distintos a los que usaban las mujeres de la tierra, de pie sobre una roca lo miraba con fijeza".

As? inicia el ilustre dominico lagunero el relato que compuso durante su estancia en el convento de Candelaria donde cuid? de su archivo y del que se ilustr? para componer el libro "La historia de la devoci?n del pueblo canario a Nuestra Se?ora de Candelaria". Relata c?mo el adivino o zahor? Gua?ame?e hab?a pronosticado hac?a mucho tiempo que "dentro de unos p?jaros grandes de blancas alas vendr?an a la Isla, por el mar, otras gentes que se habr?an de ense??orear de ella". Estos augurios que formaban parte de los miedos y creencias del pueblo guanche eran del com?n conocimiento y hab?a dado lugar a que los menceyes hubieran convenido que cada uno de ellos cuidara de su territorio y que los dem?s le prestaran la ayuda que necesitara en caso de peligro. Todo ello con indepen?dencia de las numerosas guerras entre pastores de distintos bandos por la posesi?n del ganado y por el uso de los pastos, fuentes y apriscos.

As? que habiendo ocurrido el fen?meno relatado m?s arriba, los menceyes se reunieron en G??mar con la idea de que este hecho ten?a relaci?n con la profec?a del zahor?. Acudieron, invitados por A?aterve, mencey de G??mar, Bencomo, rey de Tahoro, y los de Adeje, Anaga, Tegueste, Abona y Tacoronte, y luego de examinar la imagen aceptaron el hecho como beneficioso. El mencey de G??mar, intentando crear las bases de una buena relaci?n con Bencomo, le ofreci? trasladarle la imagen a La Orotava para que estuviera all? durante medio a?o. Bencomo o Benitomo, que ten?a en mente el proyecto de unificar bajo su mando las tierras de la Isla como en tiempos de su padre el Gran Mencey, declin? la oferta argumentando que si la imagen se hab?a aparecido en G??mar, que all? siguiera. Por esta ?poca Bencomo ten?a una edad cercana a los treinta a?os.

La realidad era que exist?a una arcaica enemistad entre los guanches de Tahoro y los de G??mar, probablemente causada por la disputa del aprovechamiento de los pas?tos situados en las cumbres de la cordillera central de Tenerife, en cuyas vertientes opuestas est?n enclavados ambos valles de G??mar y La Orotava. Hay relatos de com?bates en el Valle de Igueste, en especial en Pazacola y Uchico y en los altos en las faldas del volc?n Negro.

Esta mutua ojeriza se increment? cuando las ense?anzas de dominicos y franciscanos, en su labor de proselitismo religioso, extendieron por el Valle de G??mar los rudimentos del catolicismo al tiempo que los principios de la nueva cultura que iba unida a la evangelizaci?n. Las disputas por los pastizales eran m?s bien cuestiones anecd?ticas que aunque daban lugar a robos de ganado y a veces enfrentamientos con resultado de heridos y muertos, no determinaba una separaci?n cultural entre tahorinos y g?imareros. La rivalidad cism?tica se inici? cuando los g?imareros abrieron sus ojos vieron a la imagen cuya naturaleza les des cubri? Ant?n Guanche y oyeron y creyera en el nuevo mensaje de redenci?n explicado por los misioneros que en las noches d calma desembarcan en las playas de Candelaria. El cese de las entradas violentas d los se?ores de Lanzarote contribuy? a que se iniciase una relaci?n de mutua confianza entre g?imareros y castellanos. Hasta tal punto fue decisiva esta circunstancia que cuando Alonso Fern?ndez de Lugo hizo su primera entrada en Tenerife el bando de G?imar fue su aliado m?s leal siendo calificados por los Reyes Cat?licos como bando de paz.

El abandono de los cultos y costumbres arcaicas necesit? m?s de una generaci?n porque el pueblo guanche desconoce 1a escritura y a?n permanece en la edad d piedra al carecer la Isla de minerales. La principal y m?s agobiante costumbre en e1 que estaba sumido era la situaci?n de semiesclavitud en que viv?a el pueblo guanche bajo el mando de una nobleza due?a absoluta de reba?os y dem?s elementos complementarios a esta actividad. En G??mar fue donde primero naci? el deseo de un cambio social mediante el principio de que ?del rey para abajo todos iguales? Sin duda alguna se trata de una aut?ntica revoluci?n netamente inspirada por los misioneros que con frecuencia hac?an su entrada por las playas de G??mar.

En una de estas entradas los hombres de Hern?n Peraza apresaron, entre otros, a un ni?o que jugaba al borde de un charco que la pleamar hab?a creado. El infante intentaba, in?tilmente, capturar los peces rete-nidos en el interior del remanso que con facilidad esquivan sus torpes manos. Cautivado lo trasladaron a Lanzarote y all? por "lo tierno de su edad y la viveza de la inteligencia del rapaz choc?le al pr?cer castellano, y dej?ndole para su servicio h?zolo instruir y bautizar, apadrin?ndole ?l mismo y poni?ndole por nombre Ant?n". En Teguise recibi? una educaci?n como los dem?s j?venes de la ?poca. Aprendi? a leer y escribir en castellano de manos de los dominicos as? como los fundamentos de la fe cat?lica.

Ant?n Guanche, a?os m?s tarde, integrado en una expedici?n, hizo su entrada por las costas de G??mar con objeto de hacer pillaje en la zona, ya sea robando ganado o cautivando personas que el se?or de Lanzarote enviaba a Sevilla para su venta como esclavos. Pero Ant?n a?n conserva recuerdos de su infancia identificando su propia patria y aprovechando la ocasi?n que se le presenta decide regresar a su antiguo hogar. Perma?neci? escondido hasta que el velero se retira de la Isla con sus arboladuras hinchadas por la brisa del atardecer. All? se queda en la soledad del Valle de G??mar vestido con ropas extra?as aunque ha practicado su idioma con otros cautivos y ello le servir? para ser reconocido.

Y dice Rodr?guez Moure que Ant?n fue reconocido y con mucho entusiasmo recibido y junto al rey Dadarmo acudi? a visitar la cueva donde ten?an depositada a "La celestial imagen de Mar?a". Inmediatamente que tuvo ante s? la estatua la identific? con la Virgen y este hecho hizo correr la noticia por toda la Isla y una inmensa muchedumbre guanche se congreg? en Candelaria proveniente de los m?s diversos rincones de Tenerife. Era costumbre traer alg?n presente en la visita a otros parientes o amigos y en este caso se reuni? un enorme reba?o que los guanches regalaron a Guayaserax en testimonio de su devoci?n.

Este reba?o fue encerrado en el Valle de Igueste de Candelaria, donde lo cuidaban los pastores guanches que viv?an en una cueva situada en Ajeja, bajo un saltadero del barranco de San Mart?n que desciende desde la zona de Uchico. Exist?a otra cueva llamada A?aco, cerca de la costa y al borde del camino antiguo de Candelaria desde donde los guanches cuida?ban del ganado en las ?pocas de fuertes inviernos.
Ant?n Guanche convenci? al mencey de G??mar de que la imagen no deber?a de radicar en la casa del propio mencey sino tener su propia casa, eligiendo para ello la espelunca de Achbinico, a la orilla del mar donde a?n se guarda culto a San Blas m?rtir, patrono de la Villa de Candelaria. La leyenda crece en torno a la imagen de la Virgen que en sus diversas variaciones traza profundos surcos en la conciencia religiosa del nuevo pueblo canario que se produce con el cruce entre ambas culturas.

Ant?n era un extranjero en su propia tierra toda vez que sus conocimientos, adquiridos en Teguise, eran superior al nivel cultural de casi todos los castellanos seglares de su ?poca, y por ello se le llam? el embajador de don Diego de Herrera. Fue su hombre de confianza y junto a ?l actu? como trajum?n traduciendo la entrevista entre aqu?l y el grupo de menceyes en la ?nica entrada que hizo el potentado en Tenerife. Tuvo lugar el encuentro en la playa de A?azo, donde se levant? acta de la sumisi?n de la Isla al rey de Castilla. Despu?s de firmada la certificaci?n, los guanches, sin haber entendido nada de lo all? tratado, recibieron copiosos regalos de coloreadas baratijas, lo cual les llen? de satisfacci?n, as? que invitaron a don Diego que ascendiera hasta La Laguna. A lo largo del camino el nuevo "due?o de Tenerife" fue cortando algunos ramos de vegetales, mudando piedras de lugar, apisonando la tierra con el esfuerzo de sus pisadas e interpretando una ceremonia, desconocida por los guanches, y a los que caus? sorprendente hilaridad. Don Diego trata de dar cumplimiento al derecho civil castellano donde este protocolo se traduce por actos formales de adquisici?n de la propiedad, con lo que se legitima el dominio del fundo y se entra en su posesi?n. De estos extremos se levant? acuerdo protocolizado por el escribano Fernando P?rraga, fechado e121 de junio de 1464. Existe copia en el Archivo Hist?rico de Santa Cruz de Tenerife.

Esperemos que alg?n buen d?a un ilustre pintor isle?o interprete con su pincel el acto de "posesi?n" de la Isla de Tenerife por parte de don Diego de Herrera bajo la mirada sar?c?stica, y a?n divertida, de los guanches all? congregados.

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Despu?s de que en 1945 llegase hasta la costa de Alm?ciga una botella con cinco estampas de la Virgen de Bego?a, los intentos por que se construyera un templo en su honor han sido muchos. Por fin, ayer se coloc? la primera piedra.


(EL D?A, 6 - XI. G. MAESTRE, Santa Cruz) La presencia de la Virgen de Bego?a tiene su raz?n de ser en una curiosa y bella historia acaecida all? por 1945.

Seg?n cuenta el p?rroco de la zona de Anaga, Vicente Espouy, "por aquel a?o se celebraba el Xacobeo y un grupo de fieles sali? desde Bilbao en barco con direcci?n a Santiago de Compostela. Durante la traves?a tiraron por la borda una botella que en su interior conten?a un mensaje y cinco estampas de la Virgen de Bego?a, con la firme intenci?n de que all? donde llegase, construir?an una ermita en su honor".

Evidentemente la botella lleg? hasta la playa de Alm?ciga, donde fue encontrada por un matrimonio que se qued? con dos de las estampitas, una tercera fue a parar a manos de la maestra del pueblo y otra al cura de Taganana que era en aquel momento el inolvidable don Isidoro, y la ?ltima a un cura vasco que hab?a por entonces en la iglesia de La Concepci?n.

El cura de Anaga explica que "gracias a este p?rroco se hicieron todos los tr?mites para que en 1949 por fin llegara la imagen de la Virgen a Santa Cruz, aunque por las malas comunicaciones de la ?poca, donde ni siquiera hab?a carretera, no lleg? a Alm?ciga hasta un a?o m?s tarde".

La construcci?n de la ermita se hizo con rapidez, pero en el a?o 2000 hubo que derribarla debido a que amenazaba con venirse abajo, de ah? que ahora la colocaci?n de la primera piedra del nuevo templo sea un gran acontecimiento para la zona.

En este sentido la concejala responsable del Distrito de Anaga asegura que "para los vecinos de la zona es un orgullo que por fin se ponga en marcha este proyecto tan deseado y por el que tanto se ha trabajado durante a?os".

El futuro templo no ser? s?lo un lugar de oraci?n para los que crean en la religi?n cat?lica, ya que como explica Ilda L?pez "se convertir? en un punto de referencia para toda la zona, porque se van a construir unos salones parroquiales en los que tambi?n se desarrollar?n actividades de las que se podr?n beneficiar muchas personas, adem?s de facilitar la atenci?n a quienes m?s lo necesiten".

Hoy en d?a no se construyen nuevas iglesias y mucho menos en zonas como Anaga, en donde el descenso poblacional es evidente, pero seg?n aclara Vicente Espouy "es el fruto del trabajo que llevan haciendo desde hace m?s de 10 a?os tanto el cura anterior, Domingo D?az, como el Obispado y los vecinos de la zona, a los que se ha unido una importante presencia de devotos del Pa?s Vasco".

En este sentido, los vecinos de Alm?ciga constituyeron una comisi?n para recaudar fondos para la construcci?n de este templo, por lo que adem?s de continuar con esa labor se sienten profundamente satisfechos de que comiencen las obras, ya que desde la demolici?n de la antigua ermita hasta la actualidad se ven en la obligaci?n de acudir a misa en un antiguo dep?sito de agua.

Seg?n explica orgulloso el Padre Espouy "el templo tendr? una gran cristalera que dar? a los Roques y ser? construida sobre cierta pendiente, de tal manera que cuando las personas accedan a la iglesia se encontrar?n con que la imagen les queda a la altura de los ojos".

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Homil?a de Monse?or Luis St?ckler
Obispo de Quilmes

- Domingo 5 de noviembre de 2006 -



"Amor como Mandamiento"


Lo primero que llama la atenci?n en la respuesta de Jes?s al escriba es la vinculaci?n del concepto del mandamiento con el amor. El amor es un mandamiento, no una sugerencia. Nosotros solemos asociar el amor con el nivel emocional de la persona, mientras los mandamientos para nuestra sensibilidad se dirigen a la esfera volitiva del hombre. Lo ?ltimo tendr?a que ver con el deber y la disciplina, lo primero en cambio con los sentimientos y la espontaneidad. Con esto Jes?s nos hace entender que el amor, si bien es algo vivo y movido como el agua, sin embargo necesita de un cauce que lo contenga y gu?e, para que no se diluya y empantane. El verdadero amor es la coincidencia de dos voluntades. En nuestra relaci?n con Dios el amor se afirma a medida en que el hombre se adecue con todo su coraz?n, con toda su alma, con todo su pensar y con todas sus fuerzas a la voluntad de Dios.

Esto a veces es un proceso dif?cil y doloroso. El mismo Hijo de Dios ten?a que pasar por la dura experiencia de buscar y aceptar la voluntad del Padre. ?l ten?a que defender el proyecto de Dios contra las invectivas de Satan?s, primero en el desierto despu?s de su bautismo, y al final en el huerto de olivos cuando la angustia lo hac?a transpirar sangre. El amor como sentimiento de paz y gozo se apodera de nuestro coraz?n en la misma medida en que aceptamos la voluntad de Dios. ?l siempre dispone las cosas para el bien de los que lo aman. Si observamos que nuestros sentimientos no nos acompa?an en la oraci?n, no nos alarmemos tanto. Dios purifica as? nuestro amor; nunca nos pondr? a prueba por encima de nuestras fuerzas. El Papa Benedicto dice en su primera enc?clica: "El reconocimiento del Dios viviente es una v?a hacia el amor, y el s? de nuestra voluntad a la suya abarca entendimiento, voluntad y sentimiento en el acto ?nico del amor. No obstante, ?ste es un proceso que siempre est? en camino: el amor nunca se da por concluido y completado; se transforma en el transcurso de la vida, madura y, precisamente por ello, permanece fiel a s? mismo" (DCE 17).

Lo segundo que llama la atenci?n en el evangelio de hoy es, que Jes?s a la pregunta cu?l es el primero de los mandamientos, marque la ligaz?n insoslayable de una doble lealtad: la del amor a Dios y al pr?jimo. Las dos citas se encuentran, uno en el Deuteronomio, y el otra en el libro Lev?tico. Jes?s las une en una sola frase y resume as? toda la Ley de Mois?s en una sola actitud: amar. Esto no significa que el amor al pr?jimo pueda reemplazar el amor a Dios, o al rev?s que el amor a Dios sustituya el amor al pr?jimo. M?s bien los dos amores se condicionan mutuamente. "Ambos est?n tan estrechamente enlazados, que la afirmaci?n de amar a Dios es en realidad una mentira si el hombre cierra al pr?jimo o incluso lo odia. El amor del pr?jimo es una camino para encontrar tambi?n a Dios, y cerrar los ojos ante el pr?jimo nos convierte tambi?n en ciegos ante Dios (DCE 16).

La veracidad de estas afirmaciones podemos observar en aquellos hermanos nuestros que han vivido la ense?anza de Jes?s y que Dios mismo aprob? despu?s de la muerte con milagros fehacientes. Los santos, que hemos recordado en estos d?as, han sido coherentes en el amor. Su heroicidad en la entrega a Dios y en la atenci?n de los necesitados, ya en vida hac?a vislumbrar c?mo el amor transforma las personas. Para nosotros es un gran consuelo poder contar con su cercan?a. La comuni?n de los santos es uno de los misterios m?s maravillosos que la Iglesia debe ofrecer a nuestro pueblo. Pid?mosles a ellos que nos animen y ayuden con su intercesi?n a vivir el amor con todo nuestro coraz?n y con todas las fuerzas que Dios nos ha dado.


Luis T. St?ckler
Obispo de Quilmes

Quilmes, 6 de noviembre de 2006.

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Lunes, 06 de noviembre de 2006
Escrito publicado en la revista del Movimiento de los Siervos de los Pobres del Tercer Mundo.

San Francisco Javier, Patrono de las Misiones, desde que se uni? a San Ignacio de Loyola, y despu?s de que, durante unos Ejercicios Espirituales, fuera aconsejado por ?l, decidi? darse completamente al Se?or, con una entrega amorosa y total. Resonaron en su coraz?n, venciendo poco a poco todas sus resistencias, las palabras de Jes?s, que San Ignacio le repiti? sin cansarse: ?,De que le sirve al hombre ganar al mundo entero si pierde su alma?? (Mt 16, 26). En realidad no fue f?cil para ?l dar este paso. Tras haber estudiado cinco a?os hab?a obtenido en Par?s la licencia de Artes y Filosof?as. Luego hab?a cursado por otros siete a?os Sagrada Teolog?a, y le hab?an invitado a ense?ar en el Colegio de Beauvais. Brillante deportista, simp?tico, alegre y siempre de buen humor..., ya ten?a asignada una canonj?a en la Catedral de Pamplona. S?lo despu?s de ?perseguirlo? por cuatro a?os, San Ignacio logr? su conversi?n a Cristo. Por eso, el Padre Polanco, tan pr?ximo al fundador de la Compa??a de Jes?s, escribi? que ?Javier fue el barro m?s duro que le toc? moldear al padre Ignacio?.

El joven Francisco se embarc? desde Lisboa rumbo a Oriente el 1 de enero de 1541, con el ardiente deseo de compartir el Evangelio de Jesucristo con personas de tierras lejanas. Lleg? a Goa (India) el 6 de mayo de 1542, pero pronto se dirigi? hac?a el sur, realizando innumerables viajes. Tras evangelizar varias localidades de la costa occidental, se traslad? a Mylapore, donde se encuentra la tumba del ap?stol Tom?s. Pas? ah? unos meses, en profunda oraci?n, despu?s de los cuales viaj? a Jap?n, sin atender jam?s a su propia salud y comodidad. A punto de embarcarse escribi?, el 25 de enero de 1549, que ?no hay ma?yor descanso en esta vida sin sosiego que vivir en grandes peligros de muerte, tomados por s?lo amor y servicio de Dios Nuestro Se?or y acrecentamiento de nuestra santa fe?. Francisco muri? el 3 de diciembre 1552, a las puertas de China, sin poder realizar su sue?o de predicar ah? el Evangelio. Su cuerpo fue trasladado a Goa, donde todav?a hoy es venerado en la iglesia del Bom Jes?s.

Es imposible saber cu?ntas almas llev? a Dios con su predicaci?n. Las conversiones que oper? en India y Jap?n son centenares de miles, incluyendo pr?ncipes y reyes. Predicaba incansablemente en las plazas, iba por las calles con una campanilla lla?mando a s? a los ni?os y catequiz?ndolos, ense??ndoles los misterios principales de nuestra Religi?n, visitaba hospitales y prisiones, escuchaba las confesiones de much?sima gente...; en una palabra, mostr? siempre un celo inmenso por las almas. Por este celo, que le fue inspirado por el ejemplo del mismo San Ignacio, estaba dispuesto a enfrentarse a todo para la conversi?n de los pecadores. Mucho es lo que hizo San Francisco para la Iglesia de la India, preparando los caminos para las generaciones sucesi?vas de cristianos, que iban a difundir el Evangelio de Jesucristo por todos los rincones del pa?s, siguiendo su mismo esp?ritu de generoso servicio.

Pero desde la India y el Jap?n, el Santo logr? evangelizar tambi?n a la vieja Europa a trav?s de sus cartas, que el Rey Juan III de Portugal orden? se leyeran en todas las iglesias de su reino despu?s de la homil?a, y que San Felipe Neri sol?a leer en sus conferencias espirituales. Tuvo un eco especial en los pa?ses cristianos la carta que escribi? desde Coch?n, el 15 de enero de 1544, a sus compa?eros residentes en Roma. Despu?s de contar sus trabajos y hablar de sus proyectos, lanza en esta carta un vigoroso llamamiento a los universitarios de toda Europa, y especialmente a los de la Sorbona, donde ?l mismo hab?a estudiado durante 12 a?os a partir de los 19. Escribe: ?Muchos cristianos se dejan de hacer en estas partes por no haber personas que en tan p?as y santas cosas se ocupen. Muchas veces me mueven pensamientos de ir a los estudios de esas partes, dando voces, como hombre que tiene perdido el juicio, y principalmente a la Universidad de Par?s, diciendo a los que tienen m?s letras que voluntad... ?cu?ntas ?nimas dejan de ir a la gloria y van al infierno por la negligencia de ellos! Y as?... muchos de ellos se mover?an, tomando medios y ejercicios espirituales para conocer y sentir en sus ?nimas la voluntad divina, con-form?ndose m?s con ella que con sus propias afecciones, diciendo: "Se?or, aqu? estoy, ?qu? quieres que yo haga? Env?ame adonde quieras; y si conviene, aun a los indios".

Movido por Dios para que realizara grandes cosas, el Santo fue un hombre de profunda oraci?n y am? mucho a las humillaciones, as? como grandes mortificaciones corporales. Estaba convencido de que es a los humildes a quien Dios dona grandes gracias para convertir a las almas. Tenemos muchos testimonios de esta profunda humildad. Fue con este esp?ritu que se pon?a al servicio de todos, en los hospitales, durante los largos viajes en mar (sin hacer valer su dignidad de Nuncio Apost?lico)..., y cuando escrib?a una carta a San Ignacio, o le?a una carta recibida de ?l, siempre lo hac?a de rodillas, por el gran amor que le ligaba a su Superior. Entre las innumerables ense?anzas que podemos recibir de la vida de San Francisco Javier (su esp?ritu de oraci?n, de mortificaci?n, su ardiente celo para la salvaci?n de las almas...), ?sta es para nosotros Siervos de los Pobres, misioneros y educado-res de tantos ni?os, una verdadera lecci?n. Cuanto m?s nos volvamos peque?os, humildes, aceptando cualquier humillaci?n... tanto m?s f?cilmente podremos llevar a Dios las almas de todos aquellos peque?os hu?rfanos y abandonados que la Divina Providencia querr? encomendar a nuestros cuidados.


Hermano Pierfilippo Giovanetti, Seminarista sptm

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Mensaje del Padre Giovanni Salerno, publicado en la revista del Movimiento Siervos de los Pobres del Tercer Mundo, perteneciente a Septiembre de 2006.


MENSAJE DEL PADRE GIOVANNI SALERNO

El mensaje para transmitir es cristo mismo


Cristo el Se?or es la ?Buena Nueva?, porque en ?l se identifican el decir, el hacer y el ser. La fuerza de su predicaci?n viene no s?lo de que es Dios verdadero, sino que como hombre verdadero se identificaba total y plena-mente con el mensaje que anunciaba. Y no s?lo eso, sus palabras y sus obras estaban ?ntimamente unidas de tal modo que siempre nos remit?an a ver en ?l el rostro amoroso y misericordioso de su Padre celestial.

Por todo esto, la misi?n brota autom?ticamente en nuestra vida cuando descubrimos todo lo bello que puede hacer Cristo en nosotros y por nosotros (es decir, como sus siervos). S?lo cuan-do el Se?or se convierte en el centro de mi vida, nace este deseo de ?hacerlo? vivir en los otros, de tal modo que tambi?n ellos experimenten el gozo que invade mi coraz?n. As? como Cristo anunci? e hizo en Palestina hace 2000 a?os, yo lo puedo experimentar vivo en mi persona. ?l habita en m? predicando la buena noticia del Reino que produce en m? la conversi?n, el perd?n de mis pecados y el alivio de tantos sufrimientos y dolores que me acechan. Est? claro que esta presencia me ha sido dada por la gracia de Cristo, que me llega por medio de la Iglesia en el sacramento del Bautismo, y es ella, con su predicaci?n y con los dem?s sacramentos, que me hace reconocer que quien act?a es Cristo. Pero si todo esto es cierto, ?por qu? hoy en d?a hay pocos misioneros y se piensa que s?lo mandando ayuda material es suficiente`? Para responder a esta pregunta el Papa Juan Pablo II nos dio algunas pistas en su enc?clica Redemptoris Missio, se?alando tres causas:

1. La falta de fervor, que se manifiesta en el cansancio y en la desilusi?n de una fe ?muerta? porque no tiene obras, en el conformismo de nuestra vida, en el desinter?s y sobre todo en la falta de gozo y de esperanza en las obras que Cristo puede realizar. Hoy m?s que en otras ?pocas de la historia se poseen muchos bienes materiales y hay m?s
insatisfacci?n; se tiene gran con-ciencia de la dignidad humana y se matan muchos ni?os en el seno de su madre; se implora paz en el mundo y no la podemos construir en nuestras casas, familias e incluso en nuestros corazones.

2. La descristianizaci?n de muchos pa?ses de milenaria tradici?n cristiana, que se manifiesta en el antitestimonio de los cat?licos y en una sociedad que vive como si Dios no existiera. Lo que el comunismo no logr? lo est? logrando el consumismo: sacar al Se?or de la vida de los hombres.

3. El escaso inter?s por el com?promiso misionero es consecuencia de la mentalidad indiferentista: se piensa que una religi?n valga lo que otra, que es mejor dejarlos felices sin que conozcan a Cristo Jes?s, o bien se llega a justificar el todo diciendo que tambi?n en nuestros pa?ses hacen falta misioneros.

Por todas estas causas, el Siervo de los Pobres se siente impulsado a aprender el estilo de Cristo siempre bajo la gu?a de nuestra Madre la Iglesia. De hecho es la Iglesia la continuadora de la misi?n de Cristo y s?lo en el sentire eum Petro et sub Petro (sentir con Pedro y bajo Pedro) se puede ser siervos portadores de Cristo a los m?s pobres. De hecho es ella, la Iglesia, quien nos incorpora a su misi?n. Nuestras fuerzas no son suficientes, por eso no est? de m?s repetir con la Iglesia que el protagonista de la misi?n es el Esp?ritu Santo. Saber esto no tendr?a que provocar una actitud de quietismo, creyendo que todo lo hace el Esp?ritu, sino todo lo contrario, crea una necesidad de uni?n ?ntima con el Se?or para ser instrumentos d?ciles de su Esp?ritu y que nuestras
debilidades no sean obst?culo, sino que se conviertan en fuerza de Dios (cf. 2 Cor 12, 9. ?Mi gracia te hasta, mi gracia se manifiesta perfecta en la debilidad?). El mismo Jes?s se dej? mover por el Esp?ritu y no hubo nada en ?l que impidiera al Esp?ritu soplar (cf. Mt 4,1. ?Entonces Jes?s fue conducido al desierto por el Esp?ritu?). Adem?s, el Esp?ritu act?a al mismo tiempo en los misioneros y en los receptores del mensaje evang?lico, de hecho es por su acci?n que el mensaje evang?lico toma cuerpo en las conciencias y en los corazones humanos.

Se nos ha confiado un mensaje concreto, pero que no est? s?lo limita-do a palabras. El mensaje es Cristo mismo, y cuando sus misioneros lo hacen presente con lo que dicen, con lo que hacen y con lo que son, se manifiesta el Reino de Dios. Ciertamente, Cristo es el Reino de Dios. Sabemos bien que este Reino no se vuelve realidad de modo violento y que se manifiesta en un modo silencioso, Este reino est? destinado a todos los hombres y en modo privilegiado a los pobres que esperan poder vivir una experiencia de liberaci?n, sea de su miseria material corno de la peor de las miserias: el pecado. Todo esto es posible s?lo cuando el misionero se vuelve uno de ellos: el Se?or ?se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza? (2 Cor 8, 9). En definitiva, la misi?n del Se?or se caracteriz? por dos gestos: sanar y perdonar. ?l es el consolador, quien hizo siempre sentirse a los dem?s amados por Dios y descubrir su inmensa ternura. Seg?n la enc?clica Populorum Progressio, del Papa Pablo IV, esta liberaci?n tambi?n incluye el progreso, pero en ning?n momento ha de tener como objetivo el tener m?s. El Santo Padre escribe: ?As? pues, el tener m?s, lo mismo para los pueblos que para las personas, no es el fin ?ltimo. Todo crecimiento es ambivalente. Necesario para permitir que el hombre sea m?s hombre, lo en-cierra como en una prisi?n desde el momento que se convierte en el bien supremo, que impide mirar m?s all?. Entonces los corazones se endurecen y los esp?ritus se cierran; los hombres ya no se unen por amistad, sino por inter?s, que pronto les hace oponerse unos a otros y desunirse? (n. 19).

El Reino de Dios tiene por objetivo transformar las relaciones entre los hombres de tal modo que ellos dejen de justificar muchas actitudes, que si bien anticristianas se han llegado a asumir normalmente. Lo normal es lo que pertenece al hombre, pero no a un hombre pecador como nosotros. El modelo es Cristo, en ?l se realiza el hombre en su plenitud y, aunque alcanzar ese grado de perfecci?n implica un camino dif?cil, no es imposible. Nos parece imposible porque aparentemente nadie lo hace. Pero quienes se pare?cen al Se?or en sus actitudes no hacen ruido, como ?l tampoco anunci? con trompas y flautas su virtud. Los hombres estamos llamados a amarnos como el Se?or nos ha amado, es decir, al punto de dar la vida unos por otros; tambi?n por los que est?n cerca de nosotros. A veces nos parecer?a m?s ?f?cil? dar la vida por gente que vive a kil?metros de distancia de m?, pero ?nunca lo har?a por un miembro de mi familia! Estamos llamados a perdonarnos. S?lo a trav?s de ?l nos podremos liberar de tantos males que acechan a la humanidad. S?lo el perd?n puede librar nuestro coraz?n corrompido por el odio, el orgullo, el rencor; un co