El canto han estado siempre en las entra?as mismas de la celebraci?n lit?rgica cristiana.
En el Antiguo y Nuevo Testamento se encuentran cientos de referencias al canto y la m?sica.
Antes del Concilio Vaticano II exist?an dos modelos de celebrar la eucarist?a, la rezada y la cantada. El clero asum?a casi todas las funciones de la asamblea, especialmente el canto. Los coros robaban el papel de la asamblea al cantar los di?logos, las aclamaciones y los textos propios de la celebraci?n (composiciones de Palestrina, Victoria, Mozart, Bethoven...)
El Papa P?o X (1903 - 1914) reuni? a los oficiales de la iglesia para delinear la forma en que los compositores pudiesen escribir e implementar m?sica para la liturgia. Los compositores de m?sica sacra deb?an ser aprobados por Roma y la lista original estaba constituida por compositores europeos solamente. Con esta forma de control, Roma desarroll? un sistema de criterios y est?ndares que les permit?a juzgar objetivamente la naturaleza sacra o profana de la m?sica.
Con el Concilio Vaticano II, se abri? la puerta de la esperanza para la reforma lit?rgica, cuyos pasos, aunque algo lentos, se han ido dando en Espa?a. Fruto de ello es la introducci?n del canto comunitario, como expresi?n de ?lo colectivo?.
Por primera vez en la historia de la Iglesia se le dedica a la m?sica lit?rgica un cap?tulo entero de una constituci?n conciliar: de los n?meros 112 al 121 de la Sacrosanctum concilium (SC).
La SC, fue aprobada en el aula conciliar el 4 de diciembre de 1963. Fue el primer documento promulgado por el Vaticano II. En el proemio y en el primer cap?tulo, especialmente en los n?meros 5-13, tenemos un verdadero compendio de teolog?a lit?rgica que sint?ticamente constituye el fruto del camino recorrido por el movimiento lit?rgico
El papa, Juan Pablo II, en un discurso dirigido en 1985 a la Asociaci?n de Santa Cecilia, hablaba as? sobre la m?sica sacra: ? Me dirijo a vosotros a fin de que prest?is vuestra contribuci?n para que la m?sica, inserta en la Iglesia en la celebraci?n de los misterios, sea verdaderamente sacra, es decir, tenga una predisposici?n a su sublime finalidad religiosa, y sea verdaderamente art?stica, capaz de mover y transformar los sentimientos del hombre en canto de adoraci?n y s?plica a la Sant?sima Trinidad?
Nuestro anterior Obispo, Felipe Fern?ndez, en un documento bajo el t?tulo ?la m?sica lit?rgica?, publicado en 1995, dec?a, al referirse a ?algunas preocupaciones de un Obispo sobre la m?sica en la liturgia?: ?...no s?lo se ha perdido hoy la distinci?n entre m?sica sacra y m?sica profana, sino que no se acaba de percibir el sentido y la originalidad de la m?sica lit?rgica..... Es m?s: no s?lo es interesante la distinci?n entre m?sica sacra y m?sica profana, sino entre lam?sica sacra lit?rgica ?propia de las celebraciones lit?rgicas y adecuada para ellas- y otra m?sica religiosa ?que puede tener su lugar en reuniones de convivencia, de amistad, en acampadas, marchas...?
La m?sica no es por s? misma sagrada o profana. Los cristianos no tienen una m?sica aparte. Pero pueden usar o crear la que sea apta para cantar su fe, para alabar y dar gracias a Dios, para pedir perd?n, para expresar la confianza y la plegaria.
Un autor lit?rgico, hac?a distinci?n entre m?sica para cantar la fe en la liturgia y la m?sica para cantar la fe en otro lugar, lo que abarcar?a lo expuesto anteriormente.