Viernes, 01 de diciembre de 2006
Subsidios lit?rgicos


1? SEMANA DE ADVIENTO: ?SEGUID ADELANTE?

A MODO DE REFLEXI?N: ESPERAR.

Dicen que el que espera, desespera. ?qu? esperamos, a quien esperamos? ?De verdad esperamos algo o hemos perdido la capacidad de aguardar? Comenzamos el tiempo de Adviento y es hora de poner apunto nuestra esperanza. Es el momento de poner en hora nuestro coraz?n y nuestra vida para saber esperar su llegada, para no faltar a la cita. Nos ha citado el Se?or, quiere encontrarse con cada uno de nosotros esta Navidad y no podemos faltar. La esperanza es la capacidad de confiar en que se har? realidad algo que a?n no se ve (por eso en la Biblia y en la experiencia cristiana est? tan unida a su hermana la fe, que es la capacidad de caminar cuando no se ve, en la noche)


Pero la esperanza es no solo la capacidad de confiar en que se har? realidad algo que a?n no se ve, sino que adem?s es algo que no depende solo de nuestras propias fuerzas ni de nuestro empe?o. Es algo que ?se nos da?, ?que llega?, no lo ?hago venir? yo. Por eso la esperanza cristiana est? tan unida tambi?n al ?aguardar?, al ?acoger?, al ?esperar?, al ?recibir?. Y unida, por tanto, al ?contemplar?, que es aguardar, acoger a Dios en la realidad.

No es una esperanza de brazos cruzados. Es una esperanza que cree en el futuro y se pone manos a la obra en el presente. Una esperanza que debe ir acompa?ada de la PACIENCIA porque muchas veces experimentamos el fracaso de lo que esper?bamos, la frustraci?n de nuestros proyectos, la dureza de la realidad a pesar de los empe?os y tambi?n nuestra propia fragilidad y la fragilidad de los que nos rodean. Ante ello, la esperanza aut?ntica no nos permite quedarnos por el suelo, tirados, como los hombres que han perdido toda ilusi?n. La esperanza nos anima a seguir adelante, a alzarnos de nuestras cenizas, a volver una y otra vez al amor primero.

En este tiempo de Adviento somos invitados a renovar nuestra esperanza creyente. Pero una esperanza que por ser humana, por encarnarse en lo humano, como Dios mismo, ha de contar con la fragilidad y la peque?ez, la pobreza nuestra, de los dem?s, de la realidad, y por eso ha de ser una esperanza que cultive la PACIENCIA.

PACIENCIA entendida no como resignaci?n sino como ?tozuda constancia?, voluntad de permanecer con coraje y con ternura a pesar del fracaso.

PACIENCIA tambi?n es saber dar su tiempo a las personas y las cosas. Saber que las cosas buenas necesitan tiempo y empe?o, que nada crece sin tiempo y sin dedicaci?n, que cada ser humano tiene un ritmo, como lo tiene el campo.

PACIENCIA tambi?n como ternura, cuidado, mimo y esmero.
Como ?poner amor en las cosas? aunque amenacen ruina.
Es imprescindible la paciencia en tiempos como los actuales, que necesitan de esperanza y tambi?n de buenas dosis de resistencia, contemplaci?n y amor. Porque la paciencia es agua y abono para todo ello, adem?s de ense?arnos a observar los procesos de maduraci?n de las cosas y su oportunidad. Puede decirse que ?la paciencia hace la vida.??

La PACIENCIA es tambi?n la capacidad de invertir en la vida nuestro capital de amor, de trabajo, de dedicaci?n, de fe,... a pesar de su fragilidad, de su pobreza, aunque no se vean muchos resultados, aunque el resultado no sea el esperado.

En definitiva deber?amos poder decir: ?No s? por qu?, pero aqu? estoy; no s? c?mo pero conf?o; no s? para qu?, pero todo es gracia?.

?C?mo andas de esperanza? ?Te pesan tus proyectos, las responsabilidades que otros te dieron? ?Qu? esperas? ?Es tu esperanza activa? ?Y tu paciencia? ?No se habr?n venido abajo proyectos y cansado personas por no saber esperar? ?A pesar de todo estamos dispuestos a seguir adelante? ?Qu? te detiene? ?En qui?n has puesto tu esperanza?

ORAR EN ADVIENTO
(Basado en una oracion de K. Rahner, en "Palabras para el silencio"

Se?or, otra vez es Adviento en el tiempo de tu Iglesia. Otra vez rezamos las oraciones de la expectaci?n y de la constancia, los cantos de la esperanza y de la promesa. Y otra vez toda miseria, toda expectaci?n y todo aguardar lleno de fe se re?nen en la palabra: ?Ven!

Pero t? ya has venido. Pusiste tu tienda de campa?a entre nosotros, has participado de nuestra vida con sus peque?as alegr?as, con su larga rutina, con su conflicto y dolor. ?Podr?amos invitarte con nuestro ?Ven? a algo m?s profundo que esto?

Y, sin embargo, llenos de esperanza, te decimos:
?TU ERES EL QUE TIENE QUE VENIR!

Se dice que vendr?s de nuevo, es cierto. Pero no se trata de volver de nuevo, pues nunca nos abandonaste. Al decirte: ?Ven?, deseamos que se manifieste con mayor claridad que t? ya est?s en todo, que el coraz?n de todas las cosas se ha transformado ahora, porque t? las has habitado con tu presencia.

Por eso, llenos de esperanza, te decimos:
?T? ERES EL QUE TIENE QUE VENIR!

T? vienes. Esto no es pasado ni futuro. Sino el presente que se llena de ti. Siempre est? presente la hora de tu venida... Haz que vivamos en esta hora atentos a tu venida. AM?N
Publicado por verdenaranja @ 23:57  | Liturgia
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