Lecturas del Mi?rcoles de la 2a semana de Adviento
La muerte de N. os ha causado, sin duda, sorpresa y disgusto. No esperabais una muerte as? para ?l, aunque por desgracia sabemos que los accidentes pueden tener esta forma y este final tan tr?gicos.
Podemos gritar bien alto en medio de la celebraci?n del funeral de N. que estamos convencidos que ?l descansa en paz, porque Dios le ha amado intensamente.
Qu? bien nos hace a los cristianos afirmar lo que esperamos despu?s de morir.. La esperanza no es negar la oscuridad, las dificultades, los fracasos, la impotencia... Esa ser?a una esperanza ingenua, infantil, que no tiene consistencia." Los que esperan en el Se?or, nos ha dicho la lectura hoy, renuevan continuamente, sus fuerzas, les nacen alas como de ?guilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse".
Esta esperanza es la que os deseo a vosotros los familiares de N. Eso sin duda os hace mirar atr?s en el recuerdo agradecido por todos ellos, aunque es in-evitable que os cause una inmensa pena. Pero en cristiano tenemos que terminar mirando adelante, pues all? est? la meta de la vida y de la felicidad, en Dios, en la fe.
Es cierto que somos muy d?biles. Qui?n m?s qui?n menos, todos anda?mos un poco agobiados por la vida. Todos sentimos cansancio y algunas veces hasta nos sentimos bloqueados, desorientados y sin ilusi?n.
Es ese precisamente el momento de despertar nuestra esperanza dormida y fiarnos de las palabras de Jes?s. " Venid a mi tos que est?is cansados y agobiados y yo os aliviar?". (S. Juan).
Jes?s vino hace m?s de 2000 a?os y sigue viniendo a nuestra historia para curarnos de las angustias y de los agobios. No nos suceder?n milagros. Pero si de veras acudimos a El encontraremos paz y fuerza para seguir caminando.
Esta imagen acogedora de Cristo es la que deber?amos ofrecer cada uno de nosotros. En el corto relato del Evangelio, Jes?s nos ha invitado a que seamos como ?l personas acogedoras, humildes; personas que aligeran el dolor y las cargas de los que sufren; personas que regalan paz, mansedumbre, ilusi?n ... en una palabra, testigos de esperanza que es lo que m?s falta hace en este mundo. Jes?s se autodefine como manso y humilde.
Queridos familiares de N. !Qu? contentos os ten?is que sentir de todo lo que hab?is hecho por ?l! Le hab?is acogido, le hab?is cuidado ... y, sobre todo, le hab?is querido mucho. Dios os lo pagar? y N., desde el cielo, os lo est? agradeciendo ya desde ahora.
Nosotros los cristianos deber?amos ser los instrumentos de los que Dios se sirve hoy para salir al encuentro de los m?s pobres. As? podr?n descubrir que Dios sigue actuando en la historia humana a trav?s nuestro. Dios ha puesto en el hombre la soluci?n de los problemas. No lo olvidemos.
Vamos a empujar entre todos para que este mundo crezca en justicia y en
paz.