MONICIÓN DE ENTRADA
Sed todos bienvenidos. Hoy celebramos la Inmaculada Concepción de María, la que desde el primer instante de su vida existe sin pecar.
María, en el evangelio, habla poco. Calla mucho. Sigue su camino, sin seguridades humanas, con la perplejidad de los que viven sólo de Dios. Pero concentra en su seno la vitalidad de amor y de esperanza de los creyentes de todos los tiempos. Y será nuestra Madre, y nos ayudará a entender algo más la maternidad de la Iglesia , de nuestra propia comunidad, llamada a engendrar nuevos hijos de Dios cuanto más entregada esté a su Señor.
Alegrémonos con nuestro Dios, porque, por María, ha hecho maravillas en nosotros.
A. penitencial: María se entregó completamente a la acción del Espíritu Santo. Y nos indica que debemos hacer lo que el Señor nos diga. Pero somos rebeldes y no sabemos darnos completamente ni a Dios ni a los demás. Reconozcámonos pecadores.
• Hijo de Dios, que, nacido de María, te hiciste nuestro hermano. SEÑOR, TEN PIEDAD.
• Tú que viniste a visitar a tu pueblo con la paz. CRISTO, TEN PIEDAD.
• Tú que viniste al mundo para salvarnos. SEÑOR, TEN PIEDAD.
Antes de las lecturas:
María es mucho más que las entrañas fecundas en las que Dios se hace hombre entre los hombres: es la bienaventurada que escucha la palabra de Dios y la guarda. Nosotros, ahora, estamos llamados a dejarnos penetrar por la palabra que da vida. Los relatos que escucharemos (del Génesis, de la carta a los Efesios y del evangelio de Lucas) son conocidos. Pero por ello vale la pena que los escuchemos con toda la atención.
Oración universal: Con el coraje que nos da la fe de la Virgen Madre , oremos confiados los unos por los otros. Unámonos a las intenciones, diciendo: ESCÚCHANOS, SEÑOR.
• Por la Iglesia. Que , como María, espere con gozo y confianza la llegada del Hijo de Dios. OREMOS.
• Por el papa, por nuestro obispo, por todos los pasto-res de la Iglesia. Que nos enseñen a ver en María un camino de fe, de amor a Dios y de perseverancia en la oración. OREMOS.
• Por los gobernantes de las naciones. Que eviten los conflictos bélicos y busquen sin cansancio los medios para encontrar la paz y la solidaridad. OREMOS.
4. Por los más necesitados. Por quienes ven cómo sus vidas transcurren en la miseria. Que encuentren en los cristianos la acogida que necesitan. OREMOS.
5. Por todos nosotros. Que seamos fieles a la voluntad del Padre, para que sean palpables en nuestro mundo los signos visibles del Reino de los cielos. OREMOS.
Mira, Señor, a quienes nos acogemos bajo la protección de la Madre de tu Hijo y, gracias a su oración, acoge nuestras súplicas. Por...