Segunda semana de Adviento ?EL SE?OR QUE COMENZ? EN VOSOTROS LA OBRA BUENA, EL MISMO LA LLEVE A T?RMINO?
A MODO DE REFLEXI?N: PREPARAR Nunca estamos preparados para recibir a Dios. Sin embargo ?l puede hacer que broten renuevos del tronco seco. Preparar no es encalar, adecentar, maquillar. Eso valdr?a para otra cosa. Preparar el coraz?n es un cambio radical de ser, comenzar a vivir para Dios. Por eso Ama, ora y espera.
Preparar consiste en, apoy?ndose en la esperanza, creer y experimentar que todo puede empezar de nuevo. A veces da tristeza contemplar hombres y mujeres que ya han tirado la toalla. Que frente a una mala experiencia, a una persona que les defraud?, a un superior que no respondi? como esperaban, a unos planes que se vinieron abajo o se los tiraron, decidieron poner cruz y raya a todo y a todos. No creen en el cambio, dudan sobre la necesidad y la importancia de las cosas, se preguntan permanentemente: ?para qu?? Preparar es decidirse tozudamente a amar, aunque no nos amen. A poner coraz?n donde otros solo ponen tinieblas. A creer profundamente aquello de ?pon amor donde no hay amor y sacar?s amor?. Amar a Dios sin el cual todo produce cansancio y hast?o. Amar desde ?l al otro y las obras de nuestras manos. Poner coraz?n. Y sin querer, experimentar el ser amados, profundamente amados. ?C?mo estamos de coraz?n? ?A quien amamos? ?Qui?n o qu? ocupa nuestro coraz?n? ?C?mo lo estoy preparando en este Adviento? ?Me dejar? amar por Dios en el sacramento del Perd?n?
Preparar consiste tambi?n en orar. En ?estar largo rato a solas con aquel que sabemos nos ama?. Para amar es necesario orar. Se hace el amor m?s grande cuando amamos desde el coraz?n de Dios y a su estilo. Orar contra toda esperanza, orar en la dificultad, orar en la alegr?a y la aflicci?n, orar cuando nos quedamos o nos dejan solos. Orar para no caer en la prueba. Orar para experimentar que la obra es del Se?or y no nuestra, que los proyectos son suyos y no nuestros, que nosotros le hemos elegido a ?l y no a sus cosas. En este Adviento, dedicar? tiempo a la oraci?n. Sentir? que el que comenz? la obra es ?l y que yo he de colaborar porque el m?s interesado en su buen final, es ?l mismo.
Preparar es tambi?n esperar. Esperar sin desfallecer. Esperar con todo en orden como una madre espera el nacimiento de su hijo. Esperar sin dejarse dormir, sabiendo que el reloj de Dios marca la hora de los hombres pero que, en ocasiones, el reloj de los hombres desconoce la hora de Dios. Preparar, convertir el coraz?n, dejar a Dios ser Dios.
ORAR EN ADVIENTO Hoy como ayer, Se?or, no dejas de decir a los hombres: ?El Reino de Dios est? cerca de Vosotros, ?convert?os y creed en la Buena Noticia?.
Convierte t? nuestra mirada para que sepamos discernir tu nueva e imprevisible presencia cada ma?ana, en nuestras casas y en nuestros lugares de trabajo, a la puerta de nuestro coraz?n y de nuestras ocupaciones, a la puerta de la vida diaria.
Mu?stranos c?mo basta con muy poco,
c?mo apenas basta con nada,
para sentirte muy cercano.
Un encuentro, una sonrisa, una mirada,
un apret?n de manos, un p?jaro, una flor,
una nube, una puesta de sol, una palabra, un silencio,
una oraci?n, la risa de un ni?o, una carta,
una llamada de tel?fono, una comida en familia...
Basta con muy poco, basta con nada.
Convi?rtenos a la mirada de tu fe,
abre nuestros ojos para que vean
la claridad de tu presencia
en la sombra gris del d?a a d?a;
abre nuestros o?dos para que oigan
el discreto aliento de tu paso
en el rumor de lo cotidiano.