MONICIÓN DE ENTRADA
Hace muchos siglos, casi dos mil años, apareció en tierras de Palestina un personaje que removía las conciencias y llamaba a un cambio en el corazón y en el modo de vivir. Un personaje que se llamaba Juan y que bautizaba junto al río Jordán: Juan el Bautista.
Hoy, al cabo de tantos siglos, recordamos de nuevo a ese personaje y escuchamos su llamada en este tiempo de Adviento. En el evangelio, él nos invitará a preparar el camino del Señor. Y nosotros responderemos a esa llamada.
Corona de Adviento: Ahora encenderemos dos cirios de la corona de Adviento, en la segunda semana de nuestro camino hacia la Navidad. Jesús , con su luz, nos ilumina.
Dos miembros de la asamblea, o el propio celebrante, encienden dos cirios de la corona de Adviento. Entretanto, se puede cantar otra estrofa del canto de entrada, o bien decir las siguientes invocaciones, o lo que sea costumbre en el lugar.
. Luz del mundo, que vienes a iluminar a los que viven en las tinieblas. SEÑOR, TEN PIEDAD.
. Guía de los hombres, que vienes a conducir a tu pueblo por las sendas de la verdad y de la justicia. CRISTO, TEN PIEDAD.
. Fuente de vida, que vienes a curar las heridas de nuestra debilidad. SEÑOR, TEN PIEDAD.
1 lectura (Baruc 5,1-9): El pueblo de Israel, que vivía des-terrado en Babilonia, sintió muy de cerca la salvación de Dios cuando pudo salir de aquella tierra extranjera y regresar a Jerusalén, su ciudad, su país. El canto de gozo del profeta por este retorno es también, hoy, nuestro canto de gozo de pueblo liberado por Jesucristo.
Salmo (125): El salmo canta el retorno del exilio de Babilonia. También nosotros podemos unirnos a la alegría de aquel pueblo liberado.
2 lectura (Filipenses 1,4-6.8.11): Escuchemos ahora atentamente las palabras de san Pablo sobre nuestra vida cristiana.
Oración universal: Oremos ahora unidos en la fe y en la esperanza, diciendo: VEN, SEÑOR JESÚS.
• Para que las Iglesias cristianas caminemos sincera-mente hacia la unidad. OREMOS:
• Para que los gobernantes de los países ricos trabajen por una justa distribución de la riqueza entre todos los pueblos. OREMOS:
• Para que se acabe en todas partes la práctica inhumana de la tortura: que ningún detenido, sea por el motivo que sea, se vea sometido a tratos denigrantes e indignos. OREMOS:
• Para que todos los que nos hemos reunido en esta iglesia crezcamos siempre en la generosidad, en la confianza, en las ganas de hacernos mutuamente felices. OREMOS:
Escucha, Señor, esta oración de tu pueblo reunido y ven a salvar a todos los hombres y mujeres de mundo. Tú, que vives y reinas por los siglos de lo: siglos.
Padrenuestro: Mientras esperamos la venida de su Hijo Jesucristo y la venida definitiva del Reino que él mismo nos anunció, nos dirigimos al Padre del cielo diciendo:
CPL