Domingo, 10 de diciembre de 2006
ZENIT publica la intervenci?n que pronunci? Benedicto XVI el viernes, 8 de Dciembre de 2006, solemnidad de la Inmaculada Concepci?n, con motivo de la oraci?n mariana del ?ngelus.


Queridos hermanos y hermanas:

Celebramos hoy una de las fiestas de la bienaventurada Virgen m?s bellas y populares: la Inmaculada Concepci?n. Mar?a no s?lo no cometi? pecado alguno, sino que qued? preservada incluso de esa com?n herencia del g?nero humano que es la culpa original, a causa de la misi?n a la que Dios le hab?a destinado desde siempre: ser la Madre del Redentor.

Todo esto queda contenido en la verdad de fe de la Inmaculada Concepci?n. El fundamento b?blico de este dogma se encuentra en las palabras que el ?ngel dirigi? a la muchacha de Nazaret: ?Al?grate, llena de gracia, el Se?or est? contigo? (Lucas 1,28). ?Llena de gracia?, en el original griego ?kecharitom?ne?, es el nombre m?s bello de Mar?a, nombre que le dio el mismo Dios para indicar que desde siempre y para siempre es la amada, la elegida, la escogida para acoger el don m?s precioso, Jes?s, ?el amor encarnado de Dios? (enc?clica ?Deus caritas est?, 12).

Podemos preguntarnos: ?por qu? entre todas las mujeres, Dios ha escogido precisamente a Mar?a de Nazaret? La respuesta se esconde en el misterio insondable de la divina voluntad. Sin embargo, hay un motivo que el Evangelio destaca: su humildad. Lo subraya Dante Alighieri en el ?ltimo canto del ?Para?so?: ?Virgen Madre, hija de tu hijo, humilde y alta m?s que otra criatura, t?rmino fijo del consejo eterno? (Para?so XXXIII, 1-3). La Virgen misma en el ?Magnificat?, su c?ntico de alabanza, dice esto: ?Engrandece mi alma al Se?or? porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava? (Lucas 1, 46.48). S?, Dios se sinti? prendado por la humildad de Mar?a, que encontr? gracia a sus ojos (Cf. Lucas 1, 30). Se convirti?, de este modo, en la Madre de Dios, imagen y modelo de la Iglesia, elegida entre los pueblos para recibir la bendici?n del Se?or y difundirla entre toda la familia humana.

Esta ?bendici?n? es el mismo Jesucristo. ?l es la fuente de la ?gracia?, de la que Mar?a qued? llena desde el primer instante de su existencia. Acogi? con fe a Jes?s y con amor le entreg? al mundo. Esta es tambi?n nuestra vocaci?n y nuestra misi?n, la vocaci?n y la misi?n de la Iglesia: acoger a Cristo en nuestra vida y entregarlo al mundo ?para que el mundo se salve por ?l? (Juan 3,17).

Queridos hermanos y hermanas: la fiesta de la Inmaculada ilumina como un faro el per?odo de Adviento, que es un tiempo de vigilante y confiada espera del Salvador. Mientras salimos al encuentro de Dios, que viene, miremos a Mar?a que ?brilla como signo de esperanza segura y de consuelo para el pueblo de Dios en camino? (?Lumen gentium?, 68). Con esta conciencia os invito a uniros a m? cuando, en la tarde, renovar? en la plaza de Espa?a el tradicional homenaje a esta dulce Madre por la gracia y de la gracia. A ella nos dirigimos ahora con la oraci?n que recuerda el anuncio del ?ngel.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit. Al final del ?ngelus, el Papa dirigi? un saludo a los peregrinos en varios idiomas. En espa?ol dijo:]

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua espa?ola que participan en esta oraci?n mariana. En la solemnidad de la Inmaculada Concepci?n contemplamos a la Madre de Dios, llena de gracia y hermosura, y le pedimos que nos ayude a vivir cada d?a completamente entregados al servicio de nuestros hermanos. ?Feliz fiesta de la Inmaculada!

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit
? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]
Publicado por verdenaranja @ 19:24
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