Mi?rcoles, 13 de diciembre de 2006
ESTAD SIEMPRE ALEGRES



A MODO DE REFLEXI?N: ALEGRAR.

El testimonio de la alegr?a es uno de los m?s necesarios. Algo central del Evangelio que tenemos muy olvidado. Pero no una alegr?a barata que se puede alquilar por horas ni se mide entre risa y risa o entre fiesta y fiesta. Ni siquiera brota al tener cubiertas nuestras necesidades. La alegr?a cristiana es don de Dios, por lo tanto es regalo. Surge sin apenas darnos cuenta desde lo profundo del coraz?n y se manifiesta en el tono con que hacemos y vivimos las cosas. Es la certeza de sentirme amado y salvado.

Una alegr?a que necesariamente es expansiva y que necesita ser comunicada. Nuestro mundo est? cansado de ver cristianos con perpetua cara de viernes santo. Ladrones de alegr?a especialistas en ?cido, iron?as y mal humor. Una alegr?a que no deja de abrazar la cruz y sabe que sin ella nunca ser? completa. La alegr?a es el mejor argumento de la fe. Un autor espiritual recoge en uno de sus textos las palabras de un aprendiz de ateo que dec?a: ?Tengo necesidad de veros siempre tristes porque entonces me siento tranquilo y me convenzo una vez m?s de que Dios, no existe. El ?nico momento en que me entran dudas, en que comienzo a sospechar que lo que cuentan en la Iglesia no son patra?as y que Dios puede que exista, es cuando os veo alegres?.

Alegres en todos los momentos y circunstancias de la vida, alegres aunque se derrumben nuestros planes, alegres aunque las l?grimas rueden de impotencia por nuestras mejillas porque sabemos, que en el fondo de nuestra vida, est? ?l y nunca nos dejar?.

?C?mo est?s de alegr?a? ?Posees un tono vital alegre o generalmente en todo lo que haces y dices se trasluce el amargor interno? ?Es el Se?or tu alegr?a? ?Qu? te falta o qu? te sobra? ?En medio del dolor eres capaz de encontrar razones para la alegr?a? ?Transmites alegr?a a los dem?s? ?Eres ap?stol de alegr?a o vendedor de tormentas?

ORAR EN ADVIENTO

Nos alegramos en ti, Se?or,
porque eres nuestra dicha,
nuestra suerte permanente.

A veces los hombres se afanan
porque les toque la loter?a,
en el juego de la vida.
Creen que ser?n felices
cuando tengan m?s y m?s,
sin darse cuenta de que todo se acaba
como el vino en la bodega.

Pero t? eres nuestro gozo,
eres la dicha inacabable.
All? donde todo termina te acercas t?.
All? donde todo parece perder la esperanza
t? abres puertas de par en par.

Por eso t? eres nuestra alegr?a,
nuestro gozo en los callejones sin salida,
casi sin darnos cuenta.

T? transformas nuestra existencia
en la alegr?a saboreada d?a a d?a. Am?n.
Publicado por verdenaranja @ 22:28  | Liturgia
Comentarios (0)  | Enviar
Comentarios