Jueves, 14 de diciembre de 2006
ZENIT publica la intervenci?n de Benedicto XVI en la audiencia general del mi?rcoles, 13 de Diciembre de 2006, dedicada a comentar las figuras de dos de los colaboradores m?s cercanos de san Pablo ap?stol: Timoteo y Tito.



Queridos hermanos y hermanas:
Despu?s de haber hablado ampliamente del gran ap?stol Pablo, hoy tomamos en consideraci?n a dos de sus colaboradores m?s cercanos: Timoteo y Tito. A ellos est?n dirigidas tres cartas tradicionalmente atribuidas a Pablo, de las que dos est?n destinadas a Timoteo y una a Tito.

?Timoteo? es un nombre griego y significa ?que honra a Dios?. Mientras Lucas, en los Hechos de los Ap?stoles, le menciona seis veces, Pablo en sus cartas le nombra en 17 ocasiones (adem?s aparece una vez en la Carta a los Hebreos). Podemos deducir que para Pablo gozaba de gran consideraci?n, aunque Lucas no nos cuenta todo lo que tiene que ver con ?l. El ap?stol, de hecho, le encarg? misiones importantes y vio en ?l una especie de ?alter ego?, como se puede ver en el gran elogio que hace de ?l en la Carta a los Filipenses. ?A nadie tengo de tan iguales sentimientos (?is?psychon?) que se preocupe sinceramente de vuestros intereses? (2,20).

Timoteo hab?a nacido en Listra (a unos 200 kil?metros al noroeste de Tarso) de una madre jud?a y de un padre pagano (Cf. Hechos 16, 1). El hecho de que la madre hubiera contra?do un matrimonio mixto y que no hubiera circuncidado a su hijo hace pensar que Timoteo se cri? en una familia que no era estrictamente observante, aunque se dice que conoc?a las Escrituras desde la infancia (Cf. 2 Timoteo 3, 15). Se nos ha transmitido el nombre de su madre, Eunice, y el de su abuela Loida (Cf. 2 Timoteo 1, 5).

Cuando Pablo pas? por Listra al inicio del segundo viaje misionero, escogi? a Timoteo como compa?ero, pues ?los hermanos de Listra e Iconio daban de ?l un buen testimonio? (Hechos 16, 2), pero ?le circuncid? a causa de los jud?os que hab?a por aquellos lugares? (Hechos 16, 3). Junto a Pablo y Silas, Timoteo atraves? Asia Menor hasta Tr?ada, desde donde pas? a Macedonia. Se nos dice que en Filipos, donde Pablo y Silas fueron acusados de alborotar la ciudad y encarcelados por haberse opuesto a que algunos individuos sin escr?pulos se aprovecharan de una joven adivina (Cf. Hechos 16, 16-40), Timoteo qued? libre. Cuando despu?s Pablo se vio obligado a viajar hasta llegar a Atenas, Timoteo le alcanz? en esa ciudad y desde all? fue enviado a la joven Iglesia de Tesal?nica para confirmarla en la fe (Cf. 1 Tesalonicenses 3,1-2). Se uni? despu?s al ap?stol en Corinto, d?ndole buenas noticias sobre los tesalonicenses y colaborando con ?l en la evangelizaci?n de esa ciudad (Cf. 2 Corintios 1, 19).

Volvemos a encontrar a Timoteo en ?feso, durante el tercer viaje misionero de Pablo. Desde all?, el ap?stol escribi? probablemente a Filem?n y a los Filipenses, y ambas cartas son redactadas junto a Timoteo (Cf. Filem?n 1; Filipenses 1, 1). De ?feso, Pablo le envi? a Macedonia junto a un cierto Erasto (Cf. Hechos 19,22) y despu?s a Corinto, con el encargo de llevar una carta, en la que recomendaba a los corintios que le dieran buena acogida (Cf. 1 Corintios 4,17; 16,10-11).

Aparece otra vez como co-redactor de la Segunda Carta a los Corintios, y cuando desde Corintio Pablo escribe la Carta a los Romanos, transmite los saludos de Timoteo, as? como el de los dem?s (Cf. Romanos 16,21). Desde Corinto, el disc?pulo volvi? a viajar a Tr?ada, en la orilla asi?tica del Mar Egeo, para esperar all? al ap?stol que se dirig?a hacia Jerusal?n al concluir su tercer viaje misionero (Cf. Hechos 20, 4).

Desde ese momento, en la biograf?a de Timoteo, las fuentes antiguas s?lo nos ofrecen una menci?n en la Carta a los Hebreos, donde puede leerse: ?Sabed que nuestro hermano Timoteo ha sido liberado. Si viene pronto, ir? con ?l a veros? (13, 23).

Concluyendo, podemos decir que la figura de Timoteo destaca como la de un pastor de gran importancia. Seg?n la posterior ?Historia eclesi?stica? de Eusebio, Timoteo fue el primer obispo de ?feso (Cf. 3, 4). Algunas de sus reliquias se encuentran desde 1239 en Italia, en la catedral de Termoli, en Molise, procedentes de Constantinopla.

Por lo que se refiere a la figura de Tito, cuyo nombre es de origen latino, sabemos que era griego de nacimiento, es decir, pagano (Cf. G?latas 2, 3). Pablo se lo llev? a Jerusal?n con motivo del as? llamado Concilio apost?lico, en el que se acept? solemnemente la predicaci?n a los paganos del Evangelio sin los condicionamientos de la ley de Mois?s.

En la Carta que le dirige, el ap?stol le elogia defini?ndole ?verdadero hijo seg?n la fe com?n? (Tito 1, 4). Despu?s de que Timoteo se fuera de Corinto, Pablo envi? a Tito con la tarea de hacer un llamamiento a la obediencia a esa comunidad rebelde. Tito llev? la paz entre la Iglesia de Corinto y el ap?stol escribi? estas palabras: ?el Dios que consuela a los humillados, nos consol? con la llegada de Tito, y no s?lo con su llegada, sino tambi?n con el consuelo que le hab?ais proporcionado, comunic?ndonos vuestra a?oranza, vuestro pesar, vuestro celo por m? hasta el punto de colmarme de alegr?a? Eso es lo que nos ha consolado. Y mucho m?s que por este consuelo, nos hemos alegrado por el gozo de Tito, cuyo esp?ritu fue tranquilizado por todos vosotros?. (2 Corintios 7,6-7.13). Pablo volvi? a enviar Tito --a quien llama ?compa?ero y colaborador? (2 Corintios 8, 23)-- para organizar la conclusi?n de las colectas a favor de los cristianos de Jerusal?n (Cf. 2 Corintios 8, 6). Ulteriores noticias que se encuentran en las cartas pastorales hablan de ?l como obispo de Creta (Cf. Tito 1, 5), desde donde, por invitaci?n de Pablo, se uni? al ap?stol en Nic?polis, en Epiro, (Cf. Tito 3,12). M?s tarde fue tambi?n a Dalmacia (Cf. 2 Timoteo 4, 10). No tenemos m?s informaci?n sobre los viajes sucesivos de Tito ni sobre su muerte.

En definitiva, si consideramos juntas las dos figuras de Timoteo y de Tito, nos damos cuenta de algunos datos muy significativos. El m?s importante es que Pablo se sirvi? de colaboradores en el desarrollo de sus misiones. ?l es, ciertamente, el ap?stol por antonomasia, fundador y pastor de muchas Iglesias. De todos modos, queda claro que no lo hac?a todo solo, sino que se apoyaba en personas de confianza, que compart?an el esfuerzo y las responsabilidades.

Cabe destacar adem?s la disponibilidad de estos colaboradores. Las fuentes con que contamos sobre Timoteo y Tito subrayan su disponibilidad para asumir las diferentes tareas, que con frecuencia consist?an en representar a Pablo incluso en circunstancias dif?ciles. Es decir, nos ense?an a servir al Evangelio con generosidad, sabiendo que esto implica tambi?n un servicio a la misma Iglesia.

Acojamos, por ?ltimo, la recomendaci?n que el ap?stol Pablo hace a Tito en la carta que le dirige: ?Es cierta esta afirmaci?n, y quiero que en esto te mantengas firme, para que los que creen en Dios traten de sobresalir en la pr?ctica de las buenas obras. Esto es bueno y provechoso para los hombres? (Tito 3, 8). Con nuestro compromiso concreto, debemos y podemos descubrir la verdad de estas palabras, y realizar en este tiempo de Adviento obras buenas para abrir las puertas del mundo a Cristo, nuestro Salvador.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit. Al final de la audiencia, el Papa salud? en varios idiomas a los peregrinos. En espa?ol, dijo:]

Queridos hermanos y hermanas:
En la catequesis de hoy consideramos las figuras de Timoteo y Tito, dos de los colaboradores m?s estrechos de san Pablo. Timoteo fue enviado por el Ap?stol para algunas misiones importantes, lo cual demuestra la gran consideraci?n en que lo ten?a. Al inicio de su segundo viaje misionero, Pablo lo eligi? como compa?ero, recorriendo juntos Asia Menor, Macedonia, y llegando hasta Atenas. Durante el tercer viaje apost?lico, encontramos a Timoteo en ?feso, desde donde fue enviado para cumplir diversos encargos. Aparece tambi?n junto al Ap?stol en algunas de sus Cartas, as? como el saludo final en la Carta a los Romanos. En cuanto a Tito, sabemos que Pablo lo llev? consigo a Jerusal?n para participar en el llamado Concilio apost?lico. El Ap?stol le dirigi? tambi?n una Carta y le encarg? varias misiones, como la pacificaci?n en la comunidad de Corinto o la colecta para los cristianos necesitados de Jerusal?n.

La consideraci?n de estas dos figuras nos ense?a, en primer lugar, c?mo Pablo se sirve de unos colaboradores de confianza para llevar a cabo su misi?n. Por otra parte, destaca la disponibilidad de los mismos y su prontitud a la hora de asumir diversos encargos, a veces nada f?ciles, ense??ndonos as? a servir con generosidad la gran causa del Evangelio.

Saludo cordialmente a los visitantes de lengua espa?ola. En especial a la parroquia Santa Mar?a Reina de Barcelona, a la Estudiantina de la Universidad Aut?noma de Quer?taro (M?xico), - ?muchas gracias por vuestro canto! - as? como a los dem?s peregrinos de Espa?a y Latinoam?rica. Siguiendo el ejemplo de aquellos primeros colaboradores de los Ap?stoles, os animo a anunciar con valent?a y entrega en vuestra vida a Cristo, el ?nico Salvador de los hombres.

?Muchas gracias por vuestra visita!

[? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]
Publicado por verdenaranja @ 22:22  | Habla el Papa
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