Ciudad del Vaticano, 14/12/2006.- Despu?s del encuentro privado de esta ma?ana y del intercambio de discursos, el Papa y el arzobispo de Atenas y de toda Grecia, Su Beatitud Christodoulos, firmaron una Declaraci?n Com?n en presencia de los miembros de la delegaci?n griega y los representantes cat?licos.
"Nosotros, Benedicto XVI, Papa y Obispo de Roma, y Christodoulos, Arzobispo de Atenas y de toda Grecia, en este lugar sagrado de Roma -escriben- (...) deseamos vivir siempre m?s intensamente nuestra misi?n de dar testimonio apost?lico, de transmitir la fe (...) y anunciar la Buena Nueva del nacimiento del Salvador. (...) Es tambi?n nuestra responsabilidad com?n superar, en el amor y la verdad, las m?ltiples dificultades y experiencias dolorosas del pasado (...)".
"Nuestro encuentro en la caridad nos hace m?s conscientes de nuestra tarea com?n: recorrer juntos el arduo camino del di?logo en la verdad para restablecer la comuni?n plena de fe en el v?nculo del amor. Obedeceremos as? al mandato divino (...) y proseguiremos nuestro empe?o, (...) siguiendo el ejemplo apost?lico y dando prueba de amor mutuo y esp?ritu de reconciliaci?n".
"Reconocemos los pasos importantes en el di?logo de la caridad y en las decisiones del Concilio Vaticano II en materia de relaciones entre nosotros. Adem?s, esperamos que el di?logo teol?gico bilateral aproveche estos elementos positivos para formular proposiciones aceptadas de una y otra parte, en esp?ritu de reconciliaci?n (...)".
"Afirmamos un?nimemente la necesidad de perseverar en el camino de un di?logo teol?gico constructivo. Porque, a pesar de las dificultades, este es uno de los caminos esenciales de que disponemos para restablecer la unidad tan deseada, (...) como para reforzar la credibilidad del mensaje cristiano en una ?poca turbulenta de la sociedad pero tambi?n de gran b?squeda espiritual por muchos contempor?neos nuestros, inquietos frente a la globalizaci?n creciente, que a veces amenaza incluso al ser humano en su misma existencia y en su relaci?n con Dios y con el mundo".
" (...) Renovamos solemnemente nuestro deseo de anunciar al mundo el Evangelio de Jesucristo, especialmente a las nuevas generaciones. (...) Esto es muy importante en nuestras sociedades, donde numerosas corrientes de pensamiento alejan de Dios y no atribuyen sentido a la existencia".
"Pensamos que las religiones tienen un papel que desempe?ar para asegurar el triunfo de la paz en el mundo y que no deben, de ninguna manera, ser focos de intolerancia o de violencia. Como l?deres religiosos cristianos, exhortamos a todos los l?deres religiosos a perseguir y a reforzar el di?logo interreligioso, y a trabajar para crear una sociedad de paz y de fraternidad entre las personas y entre los pueblos. Es una de las misiones de las religiones".
El Papa y el arzobispo reconocen el enorme progreso de la ciencia, pero manifiestan su preocupaci?n por "los experimentos sobre el ser humano, que no respetan ni la dignidad ni la integridad de la persona en todas las etapas de su existencia, desde la concepci?n hasta su fin natural". Tambi?n piden que se "protejan con mayor eficacia" en todo el mundo "los derechos fundamentales del ser humano, fundados en la dignidad de la persona creada a imagen de Dios".
"Deseamos -contin?an- una fecunda colaboraci?n para que nuestros contempor?neos vuelvan a descubrir las ra?ces cristianas del Continente europeo". Esto "les ayudar? a vivir y a promover los valores humanos y espirituales fundamentales para las personas y para el desarrollo de las mismas sociedades".
Benedicto XVI y Su Beatitud Christodoulos invitan a los pa?ses ricos a ser solidarios con los pa?ses menos desarrollados. Tambi?n "es importante -escriben- no explotar de manera abusiva la creaci?n, que es obra de Dios". En este sentido piden "una gesti?n razonable y respetuosa, para que sea correctamente administrada, siendo solidarios, especialmente con los pueblos que padecen hambre, y para dejar a las generaciones futuras una tierra verdaderamente habitable para todos".
En el ?ltimo punto de la declaraci?n, el Santo Padre y el arzobispo de Atenas y de toda Grecia imploran a Dios que "conceda a todos los hombres el don de la paz, en la caridad y la unidad de la familia humana".