(Diario de Avisos, 21 - XII, David Sanz, Santa Cruz de la Palma)Tras la ventana, una madre mece en sus brazos a un beb? al sonido de los villancicos. Quiz? estaba despierto o tal vez fue la m?sica la que lo desvel?. Eran las tres de la madrugada y en el barrio de El Pilar empezaba a o?rse el sonido de la Navidad. Eran Los Divinos de la iglesia de El Salvador, que con su m?sica despertaban a los vecinos trasmitiendo la felicidad de estas fechas. Su mejor reflejo era el rostro de esa madre y su hijo, un icono del milagro de la natividad.
La Palma y la m?sica est?n tan unidas que no asombran tradiciones como la de Los Divinos. Grupos de amigos que se re?nen todos los a?os por las fechas navide?as para recorrer de madrugada las calles de Santa Cruz de La Palma cantando villancicos para anunciar la Navidad, coincidiendo con las nueve noches previas al 24 de diciembre y rememorando as? los meses de embarazo de la Virgen. Un ejemplo de estos grupos es el que representa a la iglesia de El Salvador, a la que DIARIO DE AVISOS acompa?? durante uno de sus recorridos nocturnos.
A las dos y media de la madrugada estaban citados en la plaza de El Pilar. Poco a poco fueron llegando. Unos ven?an de echar una cabezada, otros, en cambio, prefer?an no dormir antes y empataban con otras actividades. Hac?a fr?o. Los cuerpos, las voces y los instrumentos terminaban de desperezarse. Guitarras, timples, violonchelo o bandurrias se afinaban, mientras que las voces lo hac?an con un chupito de "T?a Mar?a".
Media hora tard? m?s o menos en concentrarse el grupo de una veintena de hombres, de diversas edades, para iniciar el recorrido por las calles de El Pilar. Fueron generosos, porque en cada una de ellas hac?an tres paradas para cantar otros tantos villancicos. El silencio s?lo lo romp?a la m?sica y el correr de algunas ventanas que se fueron abriendo para contemplar el espect?culo. Los Divinos son respetuosos y ponen un especial cuidado en mantener un respetuoso silencio en sus desplazamientos entre canci?n y canci?n. "Vamos a despertar a la gente con nuestros villancicos, no hablando", comentaba el coordinador.
Pasadas las cuatro de la madrugada tocaba abandonar el barrio de El Pilar que ya hab?a quedado tocado por la magia de la Navidad. Antes de acudir a la segunda estaci?n de la noche, el barrio de Benahoare, Los Divinos de El Salvador hicieron una ?ltima parada para cantar frente a la casa de uno de sus componentes. Las familias son tambi?n muy importantes para este grupo de hombres que hacen un notable sacrificio madrugando estos d?as en los que tienen que seguir cumpliendo con sus responsabilidades laborales y familiares. Una caja de polvorones serv?a para dar de nuevo fuerzas a los componentes.
Nada m?s empezar el recorrido en Benahoare comienzan a iluminarse las ventanas de las casas. Incluso hubo quien les esperaba en la calle y despert? a sus peque?os para que no se perdieran este concierto navide?o. Al igual que en El Pilar, los vecinos agradec?an la m?sica de Los Divinos con diversos regalos, que iban desde un peque?o sobre con dinero hasta botellas de licor, que serv?an para cortar el fr?o y ajustar las voces que, en algunos casos, ya empezaban a estar tocadas por el esfuerzo de tantas noches y la acci?n del fr?o en las gargantas.
Dentro del laberinto del barrio de Benahoare, Los Divinos continuaron interpretando temas cl?sicos de la Navidad con la complicidad de los vecinos. El cansancio ya se dejaba notar y aunque las previsiones eran continuar hasta la zona de El Marquito, llegaba la hora de retirarse. Hab?a quien incluso estaba a punto de empezar su jornada laboral. As? Los Divinos de El Salvador decidieron dar por cerrado el recorrido de esta noche. Antes de dispersarse, pasadas las 5.30 de la madrugada, se pusieron de acuerdo para las pr?ximas salidas, que trascender?n la capital desplaz?ndose tambi?n a Las Bre?as.