S?bado, 23 de diciembre de 2006
Carta a mi querido Te?filo del Padre Antonio Mar?a del hogar SAnta Rita del Puerto de la Cruz, Tenerife,publicada en la revista "Como las Abejas" de Noviembre-Diciembre n?mero 30.

CARTA A MI QUERIDO TE?FILO

Mi querido e inolvidable amigo Te?filo ?C?mo vas a pensar que no te conteste tu carta. Yo me tomo muy en serio cuanto me cuentas y trato de ponerme en tu lugar, para comprenderte mejor y tambi?n le pido siempre luz al buen Dios para que me ilumine y pueda discernir bien cuanto me relatas y as? poder darte una respuesta responsable.

Tiene que ser horroroso el que a uno le nieguen la absoluci?n, como si te dijeran que ya no necesitas m?s medicina porque es in?til, ante la enfermedad irreversible que tienes y que te lleva sin remedio a la muerte. Sin embargo yo no soy qui?n para juzgar la decisi?n que ha tomado este compa?ero en el sacerdocio para no absolverte por reincidente. Yo no poseo los datos que ?l tiene, ni los elementos necesarios para poder decir que hizo mal en negarte la absoluci?n. Es posible que, tambi?n yo, en su lugar, a lo mejor hubiera hecho lo mismo.

Vamos a aclarar un poco las cosas. Tienes que entender, mi buen amigo Te?filo, que los sacerdotes no somos Dios y somos sencillamente ?unos mandados?. Nosotros tenemos unas normas que hemos de cumplir por responsabilidad, y somos unos delegados del Obispo de la Di?cesis y estamos tambi?n sometidos al C?digo de Derecho Can?nico y a las ense?anzas del Magisterio de la Iglesia. Nosotros no hemos puesto las leyes y tenemos que cumplirlas responsablemente.

Por otra parte tenemos que entender que la absoluci?n no es m?gica y para que sea realmente efectiva tiene que cumplir unas condiciones necesarias. El deber de cualquier sacerdote es recordar estas condiciones, para no enga?ar al que viene a confesarse a?n de buena voluntad, a nosotros. No se trata de ir ante un confesionario y enumerar fr?amente los pecados como si estuvieras leyendo un cat?logo de pecados que vamos exponiendo y ya est?, o decir que ?tenemos de todos los pecados, ?menos robar y matar?, sin comentar ninguno, ni abrir la conciencia de par en par, para que no quede nada oculto; ?Te acuerdas, mi amigo Te?filo, cuando te preparabas para la Primera Comuni?n, que en el catecismo se dec?a que para hacer una buena confesi?n y recibir la absoluci?n, son necesarias cinco cosas? Examen de conciencia, dolor de los pecados, prop?sito de la enmienda, decir los pecados al confesor y cumplir la penitencia. Pues bien, estas condiciones siguen vigentes y totalmente v?lidas y entre las cinco hay dos que son absolutamente necesarias y que de no tenerlas convertir?a en inv?lida la confesi?n y son: el dolor de los pecados y el prop?sito serio, de no caer de nuevo en el mismo pecado. Por eso. en consecuencia, el sacerdote que te neg? la absoluci?n, te conoce mejor que yo por dentro y habr? observado, que t? no tienes verdadero dolor de los pecados y por tanto tampoco tienes el deseo serio de no volver a realizar los mismos pecados.

El compa?ero sacerdote, lo que ha querido significar es que no te enga?es a ti mismo, que est?s caminando por un camilo tortuoso y equivocado y que si no tienes el valor de dar media vuelta y dirigir tus pasos en direcci?n opuesta, terminar?s cayendo en el mortal precipicio. Esto no lo tomes a mal. M?ralo sencillamente como un aviso de Dios que te sigue queriendo. Tambi?n el sacerdote como me cuentas. no te ha dicho que no tienes arreglo, sencillamente no se atreve a absolverte por los indicios que observa en ti, en la falta de un verdadero arrepentimiento. y que no se te nota que quieres, en verdad, cambiar. S?lo te ha dicho que ?l no te absuelve. Entonces, mi buen Te?filo, lo que tienes que hacer es un buen examen de conciencia y pararte a pensar, qu? estrategia tienes que seguir para salir de esa situaci?n de pecado. Ver la causa real que te lleva a pecar y qu? motivos tienes para hacerlo. Ya que no hay efecto sin causa.

Tienes que tomarte muy en serio la situaci?n peligrosa en que te encuentras. Te has acostumbrado ,a pecar sin remordimiento y a confesarte sin verdadero dolor de haber ofendido a Dios. La fuerza de la costumbre ha ido anulando tu culpabilidad, hasta tal punto, que duermes tranquilamente, a pierna suelta, como si no hubiera pasado nada. Has entrado en una espiral de pecados que necesitas de una ?determinada determinaci?n? como dijo Santa Teresa y no parar hasta lograr conseguir liberarte de esta esclavitud en que has ca?do por la repetici?n de los mismos pecados. El diablo da por hecho de que ya tiene un cliente fijo para el Infierno y por eso est? sembrando en ti la desolaci?n, la tristeza, la soledad, para llevarte a la desesperaci?n, como le ocurri? un d?a a Judas Iscariote. Abiertamente tienes que oponerte a seguir por ese camino.

Venga, mi buen Te?filo. Me preocupa en gran manera tu situaci?n. Vamos los dos a rezar y pedirle fuertemente al Padre Dios, a la Sant?sima Virgen Mar?a y a todos los Santos del Cielo que te echen una mano. Pero, t? al mismo tiempo, p?rate a pensar seriamente la estrategia que tienes que utilizar para salir de esa vida de pecado. Organiza tu vida espiritual. Concreta. Vete al grano. No te vayas por las ramas. Tienes que ir llenando en tu vida ese vac?o real, que deja el pecado que est?, de alg?n modo, acomodado en ti y que se ha hecho due?o y se?or de tu libertad y de toda tu vida. Pareces un ?pelele? o un monigote, sin voluntad. Te has convertido lastimosamente en una piltrafa.

. Tienes que ser realista, v medir tus fuerzas, v no, ponerte a discutir tontamente con las tentaciones que te pone el Diablo. Huye de la ocasi?n como de serpiente venenosa. Piensa que el buen Dios, mi querido amigo Te?filo, cree en ti y en tu buena voluntad y conf?a a?n en ti. Aunque te sientas muy d?bil. Yo creo que a?n te quedan algunas fuerzas. No des por perdido el combate, sin empezarlo. Sal al cuadril?tero, como un campe?n, sin miedo, prepara para encajar unos cuantos golpes. Sigue en la pelea. Yo s? que t? eres capaz, de ganar el combate, si quieres. Ponle coraje a la vida. La vida de pecado produce al final infelicidad, aburrimiento, amargura. Levanta el ?nimo. A?n tienes arreglo. Prepara una buena confesi?n y cuando hayas puesto los pies en el planeta Tierra y hayas concretado la manera de salir de la situaci?n en que ahora te encuentras, entonces dec?dete a reconciliarte bien con Padre Dios. Ten cuidado porque el Diablo no va a quedarse tan tranquilo, para soltar una presa que cre?a segura. Venga. Dios te quiere. Esta es la verdad m?s segura que tienes, porque ahora r5?ismo te est? haciendo el regalo de la vida.

Est? claro que tienes curaci?n; pero luego ten paciencia. No vas a cambiar de la noche a la ma?ana. Tienes que llenar de oraci?n y de amor de Dios el sitio vac?o que han dejado tus antiguos pecados. Tienes que estar alerta y prepararte para un duro combate y de muchos asaltos. No te olvides del poder que tiene la fuerza de la costumbre y del vicio que has adquirido. El cuerpo es un tirano que no razona y te exigir? ?los derechos adquiridos?. Tienes que ir poco a poco recuper?ndote, tratando de practicar las virtudes contrarias, a los vicios en que est?s cayendo. Que Dios vaya llenando tu vida. Un clavo quita otro clavo. Tienes que espabilarte y estar muy atento, porque, como dice nuestro gran amigo San Pedro, ?El Diablo est? como un le?n rugiente, dando vueltas y m?s vueltas, para ver c?mo devorarnos. Esto lo has o?do muchas veces. Por algo ser?.

Bueno mi querido amigo Te?filo quiz? me he alargado un poco y a?n no s? si he sabido explicarme. Seguiremos charlando hasta otro d?a. Hasta siempre, amigo. Proponte de recibir el sacramento de la penitencia frecuentemente y haci?ndolo bien. Llevando cuenta de tus prop?sitos, que se vea claramente que est?s arrepentido y que tu relaci?n con Dios sea de aut?ntica amistad. No utilices a Dios. ?malo con todo el coraz?n, si?ntete perdonado y recuerda que una vez hagas una confesi?n aceptando todas las condiciones, tus pecados desaparecen ante los ojos de Dios. Sencillamente ya no existen, y empieza a mirar siempre hacia arriba y hacia delante.

Antonio Mar?a Hern?ndez Hern?ndez
Publicado por verdenaranja @ 23:52  | Cartas a Te?filo
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