Jornada de Familia y Vida 2006
Vivir en parroquia, vivir en familia
1. EL QUINTO ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS La Iglesia y las familias de Espa?a hemos vivido este a?o un acontecimiento extraordinario con la celebraci?n del V Encuentro Mundial de las Familias clausurado por el papa Benedicto XVI, a quien queremos agradecer de coraz?n su presencia
en Valencia.
Este encuentro fue una celebraci?n del don divino de la familia, una hermosa fiesta. El Papa proclam? una vez m?s al mundo la verdad y la belleza del matrimonio y la familia. Nos record? la verdad fundamental de nuestra vida que es la vocaci?n al amor: ?Dios, que es amor y cre? al hombre por amor, lo ha llamado a amar. Creando al hombre y a la mujer, los ha llamado en el matrimonio a una ?ntima comuni?n de vida y amor entre ellos? (Catecismo de la Iglesia Cat?lica. Compendio, 337). De este modo, el sucesor de Pedro nos confirm? en la fe y ratific? la importancia de la familia en la transmisi?n de la fe a los hijos.
2. LA MISI?N DE LA FAMILIA Benedicto XVI reafirm? que la familia, fundada en el matrimonio, esto es, la uni?n indisoluble entre el hombre y la mujer, es una instituci?n insustituible seg?n los planes de Dios, y cuyo valor fundamental la Iglesia no puede dejar de anunciar y promover, para que sea vivido siempre con sentido de responsabilidad y alegr?a. La familia es un bien necesario para los pueblos, un fundamento indispensable para la sociedad y un gran tesoro de los esposos.
La familia es tambi?n el ?mbito privilegiado donde cada persona aprende a dar y recibir amor y es educado en la fe. El lenguaje de la fe se aprende en los hogares donde esta fe crece y se fortalece a trav?s de la oraci?n y de la pr?ctica cristiana. Por tanto, la familia participa conforme a su propio ser de iglesia dom?stica en la misi?n de la Iglesia. Lo hace en su vida, impregnada por la fe y sostenida por la gracia del sacramento del matrimonio. Por eso la familia no es s?lo destinataria de la pastoral familiar, sino tambi?n sujeto y protagonista de la pastoral de la Iglesia.
3. OFRECER ACOMPA?AMIENTO A LA FAMILIA La familia cristiana nace de la Iglesia porque procede de la redenci?n de Cristo. Es en el misterio de Cristo donde germina el hombre nuevo y donde se hace posible la plenitud de todo lo humano. En el seno materno de la Iglesia, esposa de Cristo, surge el v?nculo sacramental de los esposos y el amor conyugal se alimenta del amor eucar?stico de Jesucristo. No existe comunidad familiar sin comunidad eclesial. La familia cristiana, para poder vivir, necesita a la Iglesia, y sin embargo, el ritmo de nuestra vida hace que muchas veces las familias se encuentren solas. Un peque?o n?cleo familiar puede encontrar obst?culos dif?ciles de superar si se encuentra aislado del resto de sus parientes y amistades. Por ello, la comunidad eclesial tiene la responsabilidad de ofrecer acompa?amiento, est?mulo y alimento espiritual que fortalezca la cohesi?n familiar, sobre todo en las pruebas o momentos cr?ticos. Para esta labor, tanto la parroquia como las diversas asociaciones eclesiales son muy importantes. Por eso, una de las principales acciones pastorales es el acompa?amiento a las familias. Este acompa?amiento lo debe realizar no s?lo el sacerdote, sino tambi?n las familias de la comunidad parroquial o eclesial. Las familias son insustituibles en esta tarea, donde se manifiestan como verdaderas protagonistas de la misi?n evangelizadora de la Iglesia. La familia es la primera y principal actora de la pastoral familiar, el sujeto indispensable de esa pastoral. Esta es la perspectiva adecuada de la pastoral familiar. La Iglesia es fuente de vida para las familias cristianas y, a su vez, las familias cristianas son protagonistas de la evangelizaci?n de la Iglesia porque la pastoral familiar tiene como fin ayudar a la familia a alcanzar su plenitud de vida humana y cristiana. Por eso, la pastoral familiar que se realiza desde la comunidad cristiana, consciente de este hecho, debe adaptarse a los procesos de vida propios de la familia, en orden a su integraci?n en la iglesia local y en la sociedad.
4. LA FAMILIA Y LA COMUNIDAD PARROQUIAL En esta tarea de ?acompa?ar la vida de la familia?, la parroquia, por su cercan?a a la familia, tiene un protagonismo singular. El Directorio afirma que la parroquia desempe?a un papel espec?fico en la pastoral familiar, por ser el lugar m?s cercano a las familias concretas, que puede conocer m?s directamente sus necesidades y por ello prestar una atenci?n mucho m?s directa y eficaz. Es el lugar propio de la celebraci?n de los sacramentos y de los acontecimientos familiares en los que se hace presente de modo peculiar la Iglesia en la familia.
Cada uno de nosotros nace y crece en el seno de una familia. Se vive en familia, pero para el desarrollo de su vida cristiana la familia necesita abrirse a la comuni?n de la Iglesia en la parroquia, donde vivimos y compartimos la fe con otras familias. La parroquia debe convertirse en un verdadero hogar donde las familias se sientan acogidas, ayudadas y acompa?adas. Por eso, vivir en parroquia debe ser vivir en familia.
Un ?mbito de la colaboraci?n entre la parroquia y la familia es la preparaci?n a los sacramentos de la iniciaci?n cristiana que, en nuestra sociedad descristianizada, es cada vez m?s urgente. En efecto, la configuraci?n del sujeto cristiano a trav?s de los sacramentos de la iniciaci?n es necesaria para que puedan formarse hogares seg?n el plan de Dios. Por eso la renovaci?n de la pastoral familiar exige la recuperaci?n de la iniciaci?n cristiana de los ni?os, los j?venes e incluso los adultos, cuyo lugar propio es la parroquia.
De este modo, a trav?s de las parroquias, la Iglesia ser? ?fuente de vida? para las familias. Acompa?ar? a la familia en la iniciaci?n cristiana y educaci?n en la fe de los hijos. Cuando se acerque el momento del discernimiento de la vocaci?n la comunidad parroquial ofrecer? a los j?venes los medios para una adecuada preparaci?n al matrimonio. El sacramento del matrimonio se celebra tambi?n en la parroquia, y desde ese momento la comunidad parroquial debe comprometerse en el acompa?amiento a los esposos.
Si la familia nace en el seno materno de la Iglesia, la acogida a las familias debe ser tal que las familias consideren natural el acercarse a la comunidad parroquial, no s?lo para las acciones sagradas, sino para los acontecimientos humanos y los problemas que les pueden superar. Todav?a es una tarea en gran medida por hacer, para que nuestras comunidades sean m?s familiares: que nuestro vivir en la parroquia sea vivir en familia.
5. CONCLUSI?N En Valencia, el Papa se refiri? a la misi?n de la familia en la evangelizaci?n, as? como la responsabilidad de la Iglesia de acompa?ar a las familias, pues las familias cristianas nacen y reciben su vida de la Iglesia. Las parroquias son el ?mbito m?s cercano para vivir en la Iglesia. Por eso, en esta Jornada de Familia y Vida de 2006 subrayamos la importancia de la parroquia en la pastoral familiar: Vivir en parroquia es vivir en
familia.
Que estos d?as navide?os nos sirvan para estrechar los lazos familiares y la comuni?n eclesial de las familias que se re?nen en las parroquias para la celebraci?n de los misterios de la Navidad. Dando gracias a Dios por la vivencia del V Encuentro Mundial de las Familias, queremos tambi?n expresar nuestro agradecimiento a todos los que trabajaron para hacer posible el Encuentro de las Familias, singularmente a la Iglesia diocesana de Valencia, y a todas las familias que con el testimonio
de su vida y su presencia fueron el mayor ?xito del encuentro. En Valencia pudimos ver el rostro familiar de la Iglesia, la Iglesia como verdadera familia. Para todos pedimos en esta Navidad la protecci?n de la Sagrada Familia de Nazaret. ?Que Dios os bendiga!
Los Obispos de la Subcomisi?n Episcopal de Familia y Vida
? Mons. Juli?n Barrio Barrio
Presidente de la CEAS
? Mons. Juan Antonio Reig Pla
Presidente de la Subcomisi?n para la
Familia y Defensa de la Vida
? Mons. Francisco Gil Hell?n
? Mons. Javier Mart?nez Fern?ndez
? Mons. Vicente Juan Segura