Jueves, 28 de diciembre de 2006
El padre Fernando Lorente o.h. en su semanal art?culo, "Luz en el camino", nos habla de la revoluci?n de la Navidad, "que se llama y es Alegr?a", publicado en EL D?A, en la secci?n Criterios.

Luz en el Camino Fernando Lorente, o.h*


NO ES LA REVOLUCI?N de esas ideolog?as pol?ticas que, con su intentos y hechos, cada vez mayores, est?n manchando y destrozando "el arte tan dif?cil y tan noble que es la pol?tica en aquellos ciudadanos que se preparan para ella y la ejercen con olvido del propio inter?s y de toda ganancia venal; que luchan con integridad moral y con prudencia contra la injusticia y la opresi?n, contra la intolerancia y el absolutismo de un solo hombre o de un solo partido pol?tico, y as? se consagran con sinceridad y rectitud, m?s a?n, con caridad y fortaleza pol?tica, al servicio de todos". (cf. Vaticano II, Constituci?n Gaudium et Spes, n?ms. 75-76). Este tema lo desarrollaremos en otras fechas. Hoy, nos referimos a esa Revoluci?n de Navidad que se llama y es "Alegr?a". As?, con may?scula, con esta altura y profundidad.

La Fiesta de Navidad, que los cristianos venimos celebrando ya m?s de dos milenios y los que la celebrar?n en los sucesivos, es y ser? siempre toda una invitaci?n a la alegr?a y al gozo. Recordemos el relato del nacimiento de Jes?s. Todo ?l viene precedido precisamente por esas palabras del ?ngel: "Os vengo a traer la buena noticia, la gran alegr?a para todo el pueblo". Y es que el fundamento de esta alegr?a es un conocimiento que est? en la ra?z de nuestra existencia: Dios que es la misma Alegr?a se ha hecho hombre para compartir nuestra vida. Desde entonces, la alegr?a es para los creyentes algo que hemos de cuidar y acrecentar gozosamente con amor en nosotros y vivirlo con los dem?s. La tristeza, por el contrario, es algo que hemos de combatir constantemente.

Un gran pensador espa?ol, meditando sobre esta alegr?a radical que se desprende de la encarnaci?n de Dios, llega a decir que "el gusto por la felicidad forma parte de los elementos vitales del ser cristiano". Por eso, la alegr?a no es algo secundario. Ni accidental en la vida del cristiano. Al contrario, es un rasgo que ha de caracterizar la existencia entera de todo creyente, porque se siente acompa?ado a lo largo de los a?os por el mismo Dios encarnado. Pero, ?c?mo mantener la alegr?a cuando la soledad, el dolor, la enfermedad, la misma muerte de un ser querido y tantos otros sufrimientos entristecen nuestra vida? ?C?mo eliminar de nuestro coraz?n tantas sombras que ahogan nuestra alegr?a?

Siempre debemos recordar, antes que nada, que esta alegr?a del creyente cristiano no es fruto de un temperamento optimista, ni resultado de una vida sin problemas ni tensiones. El creyente se ve enfrentado a la dureza de la vida con la misma crudeza y la misma fragilidad que cualquier otro ser humano. El secreto de su alegr?a serena est? en que sabe apoyar confiadamente su vida en ese Dios cercano y amigo que es Dios nacido en Bel?n. Por eso, esa alegr?a no se manifiesta ordinariamente en la euforia o el optimismo, sino que se esconde humildemente en el fondo de su alma. Es una alegr?a que est? ah?, sostenida por nuestra fe en Dios. Una alegr?a que crece en la medida en que sabemos difundirla e irradiarla serenamente a nuestro alrededor. Un testimonio entre tantos: un hombre que pas? muchos a?os en un campo de concentraci?n de Siberia escribi? en la pared de su celda esta frase que sintetiza bien cu?l ha de ser nuestra actitud: "Buscaba a Dios y Dios se me ocultaba; buscaba mi propia alma y no la encontraba; busqu? a mi hermano y encontr? al mismo tiempo a Dios en mi alma".

Cu?ntas veces sucede as?. Quien no encuentra paz en s? mismo ni siente la cercan?a gozosa de Dios en el interior de su coraz?n, muchas veces recupera la alegr?a verdadera al tratar de aliviar el sufrimiento o la tristeza del hermano. Despertar en nosotros, como aut?nticos cristianos, esta alegr?a y difundirla a nuestro alrededor es celebrar y vivir hondamente la Navidad, la mayor revoluci?n en la humanidad y de todos los tiempos: la alegr?a cristiana.

*Capell?n de la cl?nica de S. Juan de Dios
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